Enseñanza 309
1. Bienvenidos seáis, oh, discípulos, ante mi Cátedra. Me habéis sentido en lo más puro de vuestro ser y he conversado con vuestro espíritu. Mi lección será para Israel y para toda la humanidad. Vengo a prepararos, para que la incertidumbre desaparezca de vuestro espíritu.
2. Debéis de llegar a comprender y valorizar lo grande que es la misión que os he confiado; vuestro espíritu, para cumplirla, tiene que rechazar con su oración la duda, el titubeo; saber que necesita la ayuda que sólo le puede dar mis revelaciones, mi enseñanza y mis inspiraciones.
Los espíritus que han despertado en esa forma ante mi Cátedra, se han convertido de párvulos en discípulos, porque han estado escuchando incansablemente mi enseñanza y cuando pierden una sola de mis palabras, lo lamentan; son los que presienten la lucha del futuro, los que reconocen que tendrán que participar a la humanidad de todos los beneficios que de mi caridad han recibido. Todos los que así han comprendido tan grande responsabilidad, aquí están escuchando mi enseñanza a través del portavoz, palabra que les viene a explicar y esclarecer todas las pruebas, lecciones y acontecimientos, que en vuestra vida vais recibiendo, porque de cierto os digo, que no solamente me concreto a hablar a través del portavoz. Hay una infinidad de formas para comunicarme con vosotros, y ésta es una de ellas, por medio de la cual os hago oír mi enseñanza en forma humana. Yo vuestro Padre, me comunico a cada instante con mis hijos, no busco el día o la noche, no tengo hora ni instante fijos para acercarme a vosotros, eternamente estoy en todo lo creado.
3. Mi presencia universal lo llena todo, en ningún sitio o plano del Universo, existe el vacío, todo está saturado de Mí. Leer Más