Restituir y purificar en el amor

Habló Yahvéh a Moisés, diciendo: Si uno peca y comete una prevaricación contra Yahvéh engañando a su prójimo acerca de un depósito o de un objeto confiado a sus manos, o de algo robado, o bien oprimiendo a su prójimo violentamente, o si halla un objeto perdido y lo niega, o jura en falso acerca de cualquiera de las cosas en que el hombre suele pecar; cuando así peca, haciéndose culpable, devolverá lo robado, o lo exigido con violencia, o el depósito que se le confió, o la cosa perdida que halló, o todo aquello sobre lo cual juró en falso. Lo restituirá íntegramente, añadiendo un quinto más, y lo devolverá a quien lo poseía en el día en que se hizo culpable. Entregará para Yahvéh su sacrificio de reparación: Un carnero del rebaño, sin defecto, según su valoración, como sacrificio de reparación ante el sacerdote. El sacerdote hará por él la expiación delante de Yahvéh, y será perdonado en cualquiera de los casos en que fuera culpable. Levítico 5:20-26 Leer Más
La certeza de nuestro espíritu es que Cristo es amor y perdón; así lo demostró en Su existencia material, en Jesús. Si las cadenas abrían Su carne, la ternura brotaba de Sus ojos; si la burla hería Su corazón, brotaba Su palabra en forma de caricia; si el clavo hería Su diestra, con Su siniestra bendecía a la humanidad.
Si nuestro Padre nos mostró el ejemplo divino del amor y del perdón, Su hija humanidad así ha de seguirle.
Todos nosotros hemos tenido la necesidad del amor y del perdón; todos han llegado a necesitar también de nuestro amor y de nuestro perdón. Leer Más