Archivos en la Categoría: Reflexiones Espirituales

Fuerzas invisibles a la mirada humana

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Cada espíritu tiene en sí la potencia de su pensamiento, así como la vibración de sus sentimientos. Cada uno de nosotros según nuestra elección hacia la luz o lo opuesto a ella, es la fuerza que ofrecemos a los demás.
Hay fuerzas que estando presentes no somos conscientes de ellas y de su influencia constante en nuestra existencia humana. Como dice el Maestro, las hay buenas, saludables, benéficas,… así como todo lo opuesto.
La humanidad menospreciando el conocimiento espiritual es ignorante de lo que acontece a su alrededor; pero no sólo eso, sino también desconoce la responsabilidad de lo que da a su semejante con las potencias espirituales con que fue formado y dotado en su espíritu.
No hay lugar o espacio alguno donde nuestro ser no se vea influenciado por las fuerzas y las vibraciones de luz o,… lo que no lo es. En todo instante recibimos esa influencia.
Es nuestro espíritu el que multiplica a lo que es afín. Si es afín a la luz, él se beneficia multiplicado en la luz. Si no es afín, también multiplica en sí mismo las fuerzas y las vibraciones opuestas a la luz.
Por ello la importancia de pensar y sentir bien. Si nuestro ser se encuentra en un entorno donde nuestros hermanos como familia son proclives a lo que no es luz, con este conocimiento adquirido el tratar de no multiplicar esas fuerzas. Sino con paciencia y voluntad nuestro espíritu el permanecer en la luz, y así contrarrestar lo adverso y lo nocivo.
Cada quien elige que dar a los demás. Cada quien es responsable de este conocimiento adquirido, porque el pensamiento y el sentimiento pueden ser utilizados en y para bien o no a los demás. Mas tengamos en cuenta que lo que damos es siembra y cosecha.
Entre más conscientes seamos de nuestras potencias espirituales como son la fe, el pensamiento, el libre albedrío, la voluntad tendremos una mejor elección de cómo entregar a los demás. Pues nuestras potencias no siempre han sido utilizadas para un fin noble y elevado, sino en lo opuesto.
Seamos luz,… que nuestra voluntad y libre albedrío cada vez estén más dispuestos en la luz. De este actuar y elección, nuestro ser tendrá que beneficiarse de las mismas vibraciones provenientes de las legiones de la luz. Así como también nos estamos acercando, para ser parte de todas aquellas luces que son ya en el Reino de Dios.

La oración sentida

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La oración es el lazo, el vínculo que nos une espiritualmente con nuestro Padre. El lenguaje que no necesita palabras, y en ocasiones ni pensamientos hechos expresión. Sólo el sentir del corazón, que es el Templo que tanto nuestro Padre y el hijo comparten a la vez. Sí, habrá tantas ocasiones como se lo permita nuestro espíritu,… el sólo sentir su oración. Y de las veces ocurre cuando él está en paz,… o cuando a pesar de sus adversidades y pruebas, él se permite relacionarse así con su Padre.
Esa oración es maravillosa, porque el hijo no pide nada al Padre; desde el interno de su Templo siente esa caricia mientras va pasando el tiempo. Esa oración no está aún extendida entre el espíritu de la humanidad; mas llegará el tiempo que lo sea, y entonces una vibración aún no conocida por ella se sentirá en su mundo.
Que tiempos serán aquellos que ya esperan en que los espíritus sientan esa vibración, será semejante a la que sintió el apóstol Juan. Entonces el Cristo, el amor y verbo divinos de Dios tendrá en bien dar a conocer lo que le corresponde al espíritu en esa etapa. Grandes verdades tendrán que relucir de la única Verdad de Su verbo, que serán lecciones que vendrán de la comunicación de Espíritu a espíritu. Pues el Maestro así le concedió a su apóstol en virtud de su elevación espiritual. Él vino a entregarle a Juan.
Parece distante ese tiempo, mas el Maestro también declaró, que Su apóstol se adelantó muchos siglos de lo que otros han necesitado para evolucionar. La nobleza de su corazón, la bondad de sus pensamientos, la pureza de su existencia, y la oración sentida, hicieron que él evolucionase en corto tiempo.
El espíritu de la humanidad debe comprender que el Séptimo Sello, puede y debe ser abierto no sólo por la caridad del Padre, sino por el anhelo de quienes moran este mundo. Ese Sello habla de la culminación de los tiempos, donde el reino del espíritu empieza para no tener fin. Si antes de ese Sello se significó por la carne y el materialismo, cuando éste sea abierto y percibido por el espíritu, se significará por la elevación y la espiritualidad del mismo espíritu. En la armonía del espíritu con la materia. En esa armonía donde la humanidad da al César lo que es, y a su espíritu lo que le corresponde.
La humanidad debe darse la oportunidad de sentir su oración. Quien así la procura, su ser se ennoblece y los dones empiezan a florecer. Las virtudes se hacen más manifiestas; el Séptimo Sello empieza ya a resplandecer desde su interno. Semejante es al apóstol Juan, que estando en el Quinto Sello, que la representa Cristo en Jesús en ese tiempo y en esta morada,… Juan en su interno ya vislumbraba el Séptimo Sello en su ser. Si la humanidad quiere acortar el Sexto Sello, el de la purificación y la restitución, lo puede hacer, el ejemplo lo tiene en Juan.

De párvulos a discípulos

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El espíritu posee muchos dones, y estos sólo pueden florecer a través de la luz de la virtud. Cuanto más virtuoso el espíritu se asemejará cada vez más al Maestro. Esa luz hacía que el Maestro fuera uno con el Padre, esa luz en Él era con la cual prodigó los grandes milagros.
Nosotros aún estamos lejos de asemejarnos a Quién nos vino a mostrar el Camino, la Verdad y la Vida. Sin embargo, nos vino a declarar que Sus discípulos podrían hacer cosas mayores que las que Él hizo. Aún no podríamos del todo llamarnos discípulos, mas nuestro Maestro conoce que Su enseñanza hará ese milagro, de quienes le oyen y le siguen convertirlos de párvulos a discípulos.
Un párvulo aprende; un discípulo práctica. Un párvulo va asimilando, cultivando el sendero de la Espiritualidad; un discípulo tiende armonizar su existencia, dar con certeza al César lo que le pertenece y a su espíritu lo que le corresponde. Un párvulo aún su corazón abraza a unos cuantos; un discípulo abraza con amor espiritual. Un párvulo entiende el poder de la elevación espiritual; un discípulo ya ha comprobado el poder de su elevación espiritual.
Ese es el poder del Maestro, convertir de párvulos a discípulos a quienes le siguen. Pues Él dominó la materia,… se hizo hombre, conoció de las necesidades y las adversidades. Y de cierto, Su elevación espiritual envolvió a todos por el amor espiritual.
Habrá ocasiones que nuestro Dios nos dará prueba del poder de nuestro espíritu, por gracia. Mas espera que no todo lo haga Él, sino que los párvulos vayan adelantando en el camino para ser los discípulos. Entonces seremos como aquellos de Sus profetas antiguos, como aquellos de los apóstoles que siguieron al Maestro, que siendo humanos, dejaron entrever el poder de su espíritu al dar elevación espiritual a su existencia humana. Sensibilidad del pensamiento, sensibilidad del sentimiento; la práctica de la luz de la virtud; el dejar que su ser no estuviese cautivo por lo del mundo, sino mas bien dar a sus espíritus cuanto les era de menester.

¿Existen jerarquías en el Reino de Dios?

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En las legiones de luz hay cargos espirituales, todos de suma importancia. Esas legiones de luz jamás sobrepasan el cargo que no les corresponde, ya que ante todo la humildad brilla como virtud en su ser. Existen quienes poseen cargos delicados y de suma importancia, como lo es Elías, el profeta de Fuego, que de tiempo en tiempo ha preparado, aparejado los caminos en cada advenimiento divino del Padre. Otros más son luz en el camino de sus hermanos, tanto de esta morada como de otras, aquellos que la humanidad ha conocido y nombrado como ángeles. Ellos inspiran, son propicios en el bálsamo, son guardianes,… no es necesario mencionar si hay jerarquías entre ellos, sólo baste conocer que entre unos y otros existe una luz, que cada vez por su dedicación por el Padre y sus hermanos se acrecienta más y más.
Cada hijo que ha sentido el Espíritu Divino nacer de Su seno, posee todos los atributos necesarios para acrecentarlos constantemente en su eternidad. No hay uno que haya sido despojado de algún don, o que se le haya negado. Todos, absolutamente todos poseen la naturaleza divina del Padre, aún aquellos que se han alejado bastante del camino. En cierto cada espíritu, cada hijo del Padre logrará o conquistará el Reino de los Cielos. Y cuando ese Reino sea edificado en su propio ser, tendrá por bien merecer un cargo del cual será su goce espiritual: servir y amar al Padre en Su creación y a sus hermanos.
Quienes son conscientes de su luz reconocen que otros van delante de ellos. Y quienes van delante reconocen que quienes vienen detrás alcanzarán la luz que ellos poseen. No hay vanidad quien por su luz ha conquistado un alto cargo, mas bien tienen por hecho que otros más obtendrán el mismo destino. En la inmensidad de la Creación, infinita, no existe el descanso para los hijos de Dios. Unos tienen gran luz, y el Padre reconoce esa luz que ellos poseen. Tan así hay quienes han conquistado gran luz, que en las altas escalas se encuentra este principio: la voluntad del Padre es la del hijo, y la voluntad del hijo es la del Padre.
Mas que jerarquías existen cargos, grandes y sublimes. Y es nuestro Padre quien da y otorga según la luz del espíritu, y por esa luz la responsabilidad. ¿Acaso no los mayores cargos que se desempeñan en el mundo se les da a quienes están aptos, capacitados para ejercerlos? Sí, un gran cargo es una gran responsabilidad. El hombre podrá engañarse en colocar a quien no debe, y quien acepta sin estar apto, llevar en sí la responsabilidad de su mal actuar, deuda que no sólo es en lo material, sino de las veces esa deuda sobrepasa también ya en lo espiritual. Mas nuestro Dios no es hombre, no es imperfección ni impostor. Da y otorga conforme a la luz de cada espíritu un cargo y en éste una responsabilidad. Y mas que sentirse el espíritu abrumado por lo otorgado, no lo es… La experiencia que ha adquirido en su largo peregrinar en el sendero de la luz y de la perfección, es su fortaleza. Ya conoce por otros y por él mismo el cómo desempeñar lo que se le ha confiado. Ocupaciones múltiples existen, cargos aún no conocidos del todo por el espíritu de la humanidad, responsabilidades que serán goce en los hijos de Dios para ejercerlas en su Creación.

Hay quienes esperan ya la ciencia del espíritu

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Son tiempos en que el espíritu de la humanidad necesita de quienes conocen el sendero espiritual. Ella ha avanzado tanto en sus ciencias, que su mente no puede absorber cuanto ha descubierto en cada disciplina humana.
Son tiempos en que más que ciencia humana, el espíritu de la humanidad necesita la ciencia espiritual. Cuando ella empiece edificar desde su interno la ciencia del espíritu, tendrá que cambiar lo externo, a tal grado será ese cambio que parecerá que una nueva tierra y un nuevo cielo aparecen ante sus ojos.
Cada uno que atesora el conocimiento espiritual y la propaga, es como una brisa suave de viento que no sabe dónde van sus palabras, pero llega a su destino de quienes esperan ya con el espíritu. No toda la humanidad tiende al reinado del César, de aquellos que gustan servir al mundo; hay quienes esperan el reinado del espíritu, donde la paz, el amor brillen con intensidad en esta morada.
Es necesario no vivir sólo para lo del mundo, sino edificar con el espíritu. El caos que prevalece en el interno del hombre se refleja en su exterior. Muchos querrán encadenarse a ese caos, pero otros más ya esperan, quieren liberarse. Y es la Palabra quien les liberará, será la Palabra del espíritu quien les dará el sendero de la vida.

Los libros sagrados de los hombres

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Justicia, Amor y Sabiduría, y entre esta trinidad dos Mandamientos, los más grandes para el espíritu: Amar a Dios y el Amarse los unos a los otros. Donde quiera se encuentre esa trinidad, donde quiera se manifieste la inspiración como luz de amar a Dios y de los unos a los otros, de cierto hay inspiración espiritual en los libros de los hombres que consideran sagrados. Porque el Cristo de Dios no es de un solo pueblo, sino de todos; no es la luz de inspiración de un solo mundo, sino el de todos. La luz divina ilumina, desciende a la Conciencia del espíritu,.. es la voz que sólo lo bueno, lo noble, lo puro puede determinar,… la voz que no se mancha con el pecado del espíritu. Es la voz inmaculada que ha permanecido santa desde el inicio de los tiempos y del espíritu. Porque si en algunos mundos han necesitado de un Cristo Salvador, en otros sólo les ha sido indispensable el atender la voz sublime de la Conciencia, para ascender en el sendero del perfeccionamiento espiritual.
Esa trinidad no sólo es guía del espíritu para tener certeza que es de Dios y que no en los libros sagrados de la humanidad,… sino guía también para la determinación de sus normas y legislaciones, de sus leyes humanas. Las leyes humanas como bien dice el Maestro evolucionan, las leyes que proceden de la Divinidad no. Llegará el momento en que las leyes humanas tengan cariz espiritual, entonces habrá justicia verdadera, habrá amor, habrá sabiduría. Será el tiempo en que el espíritu deje los libros sagrados, la letra, porque él mismo será el espíritu que vivifica.
Mucho tiempo el espíritu de la humanidad ha necesitado de una guía espiritual a través de un libro. Mas llegará el momento del Reino de la Conciencia y tenga por libro, la luz que surge viva y sonante desde su propio ser. Esa luz que desde un principio debió escuchar y atender, y le invitaba,…a amar a Dios amándoos los unos a los otros. Esa Ley es Mandamiento divino, no pasa, es eterna. En esa Ley están condensadas todas las normas y preceptos espirituales, que proceden de la virtud, del bien.
Sí,… hay inspiración espiritual y divina en los libros que los hombres consideran sagrados cuando existe el Mandamiento mayor. Pero también existe en ellos lo que es del hombre, lo que le pertenece, lo que es suyo como obra y hecho, su falta y desvío, su temeridad y insensatez. Si el Maestro ha dicho que los libros antiguos volverán a las manos de los hombres, es para que a través de la luz de la Conciencia ahora pueda reconocer que le pertenece a Dios y que al hombre. Que es lo que debe prevalecer como trigo dorado por provenir de la Justicia, del Amor y la Sabiduría divinas, y que es lo que debe ser consumido por el fuego de esa misma trinidad.

Vida Eterna y vida eterna

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Hay quienes no tienen por fruto espiritual la caridad sentida. Esa virtud que hace al espíritu penetrar a las moradas superiores si la pone en practica. Quien así lo ejerce tiene las puertas abiertas de la eternidad, de su inmortalidad espiritual, porque en esa practica hay amor, hay desinterés y,… a veces sacrificio. Semejante al Cristo que vino a encarnarse en Jesús, que siendo la potencia de la vida eterna por ser el Espíritu Divino y de la cual todos somos poseedores, nos enseñó la otra Vida Eterna que nos es indispensable conquistar.
Todos los espíritus tienen la potencia divina de la vida o la existencia eterna por pertenecer a la vida de Dios, mas no aún la Vida Eterna espiritual. Fue Cristo quien nos vino a mostrar esa finalidad a alcanzar por medio del amor espiritual.
Cuantas veces el amor que dice profesar la humanidad no sobrepasa a quienes considera los suyos, los que les pertenece según por la carne. Cristo vino a mostrar el amor espiritual, aquel que abraza a todos. Ese amor es el que siente Dios por todos, por el cual dejó las noventa y nueve en el Reino de los Cielos para rescatar a la cien, que representa a todos quienes moran en la Tierra. Sí, cada espíritu que ha morado antes y después del Maestro representa a la cien.
No vino a salvar sólo a unos, sino a salvar y a redimir a todos quienes le pertenecen por poseer la vida de Dios. Mas teniendo esa vida, aún precisaban Sus hijos la Vida Eterna. Esa Vida es la que todos estamos destinados a conquistar por nuestros méritos.
Legiones de Sus hijos podrán ser temerarios, llenos de perversidad, tener grandes tentaciones para desafiar y oponerse a la Ley,… y sin embargo, poseen la vida de Dios. En la existencia eterna el pecado desaparecerá. Empezará a suceder cuando Sus hijos sientan la virtud que existe en sus espíritus, ya que ninguno está falto de virtudes y entre ellas… se encuentra la caridad. Caridad para consigo mismos y los demás, porque si grandes fueron los errores y las transgresiones, con la luz de la virtud se puede volver al camino.
¿Por qué querría alguien seguir acumulando deudas espirituales si éstas han de purificarse? Cuando se comprende esto a la luz de la Conciencia, el espíritu deja de errar, empieza a comprender que todo error y falta no pasa desapercibido ante la mirada de esa luz como juez. Comprende que el maestro dolor puede hacerse presente en su camino y así purificarse. Mas también tiene por cierto, que existe una Ley mayor y meritoria, la del amor.
La Caridad divina así es con todo espíritu, porque le da la oportunidad a todo espíritu de purificarse a través del amor. Esa Caridad no es para unos cuantos, envuelve a todos Sus hijos, le pertenece a todos por igual. Ese Amor divino que siente Dios no está para unos y otros no, es de todos. Él mismo volvería a sacrificarse si así fuera necesario, a pasar un calvario, un suplicio más allá del entendimiento del hombre para rescatar a quienes le pertenecen. Mas nuestro Padre conoce que ya fue dada la lección, que en Su doctrina y ejemplo, mostró y enseñó el sendero a la Vida Eterna. Cada quien en su libertad tiene la oportunidad de redimirse a través del amor, sí, de liberarse de las cadenas de la muerte espiritual. Esa muerte que significa el vacío de Vida Eterna espiritual, pero no la ausencia de la vida que poseen los espíritus por ser parte de la esencia del Espíritu Divino.
Cada quien conquiste la Vida Eterna, que paso a paso con verdadero propósito se puede lograr. El Ejemplo ya fue dado. Cada quien meditando la existencia del Maestro podrá encontrar lecciones que traspasan más allá del tiempo, lecciones donde Su amor y caridad fue enseñanza para todos. Así cada uno a la luz de su virtud, en su corazón sienta no sólo el amor humano, sino primordialmente el amor espiritual. Ya lo dijo Elías Tesbita, el profeta del Tercer Tiempo: «Caridad y más caridad a vuestros hermanos y veréis a Dios en todo Su esplendor». Pues la caridad en su expresión más elevada en amor espiritual, eleva al espíritu a las moradas superiores cuando lo ha edificado en su propio ser.

Conciencia y consciencia

Libro de la Vida Verdadera - Conciencia
El espíritu nació de un pensamiento de amor divino. Sencillo, puro con un todo de los atributos divinos de Quién le daría vida y eternidad. Dos potencias que le hacen semejante en perpetuidad a su Dios. ¿Estaría sólo el espíritu en su largo y eterno peregrinar? No, a cada espíritu le dotó de otra potencia, la Conciencia. En ella el espíritu encontraría la sabia respuesta, la luz que no se empaña, el juez inexorable ante la mancha del espíritu. Siendo el Padre omnipotente, omniabarcante, omnisapiente, en la luz de la Conciencia dejaría Su presencia, Su potencia, Su sapiencia. Esa luz siendo la presencia del Eterno en el espíritu no le era necesario evolucionar. Pues la sapiencia del Creador no evoluciona, todo lo conoce, todo lo sabe. El Padre conocía ya a cada hijo Suyo desde antes de nacer, le sentía,… más también conocía que en el camino de evolución muchos tropezarían con la falta y el error. Esa voz inmutable a cada paso del espíritu le diría el cómo ir en el sendero de su evolución: en la sabiduría del amor,… otra potencia con el cual fue dotado cada espíritu;… pues como lo dice el Padre, ni si acaso al espíritu le era necesario aprender amar, sino sólo sentirlo y manifestarlo. Esa luz como voz le haría percibir a través de un sentir al espíritu, cuando su caminar no fuera el adecuado para él. Así el espíritu detendría su caminar equivocado, y también esa voz a través de un sentir le haría percibir al espíritu la forma de corregir el yerro, por medio del arrepentimiento y la enmienda.
La voz divina de la Conciencia, la presencia del Padre en cada hijo Suyo no evoluciona. Ya que si le fuera necesario la evolución no sería la luz que conoce el error, el pecado, la falta en sí, desde mucho antes de nacer cada hijo Suyo. Si le fuese necesario la evolución, no sería la voz sabia de Dios aconsejando al espíritu en el trayecto de su eternidad; sería como decir que al Padre le era necesario también conocer el error y la falta. Si fuese así, no tendríamos un Padre perfecto, sino alguien que le fue necesario también el desarrollo a través de la evolución espiritual.
No así la consciencia que es parte también del espíritu, pues ninguna otra criatura la posee. Esa consciencia sí precisa de evolución, de desarrollo, de aprendizaje. La consciencia en la eternidad de cada espíritu se va acrecentando. A través de ella el espíritu cada vez mejor se reconoce como un ser espiritual, dotado de todo lo necesario en su transitar hasta alcanzar su perfeccionamiento espiritual. Esa consciencia le hace crecer en su pensamiento, potencia espiritual que también precisa de evolución y desarrollo. El espíritu consciente va acrecentando su saber a través de la experiencia. Esa experiencia adquirida le hace reconocer qué es lo que le da dicha verdadera a su espíritu; por esa consciencia aprende apartarse del yerro y la equivocación.
Cuando el espíritu consciente de sí mismo práctica la luz de su Conciencia, ese espíritu ya no sólo es consciente sino también conciente. Su pensamiento, su razón, su experiencia, el reconocerse él mismo como un ser superior,… todo ello ejercido con la voz sabia de la luz que le acompañó desde su nacimiento, hará que cada hijo de Dios un ser muy superior sobre la Creación. Porque todos los atributos divinos con que fue dotado sabrá respetarlos y no sólo eso, sino llevarlos a un buen cauce, tal como la voz del Padre le encomendó así hacerlo.
Cada espíritu está destinado a ser Conciente y consciente. Su libertad santa para actuar y hacer, hará de cada espíritu un ser semejante a quienes han alcanzado las grandes alturas del Reino de Dios. Pues muchos conocieron en su transitar el yerro, la falta, no escucharon la voz paternal que por medio de la Conciencia el Padre les invitaba a retornar al camino verdadero. Su pensamiento y razón se ofuscaron, sus sentimientos también. ¿Acaso sería siempre así? No, la consciencia del espíritu iría madurando. Así muchos han despertado y en ese despertar se han vuelto responsables, sensatos, lúcidos de gracia para no errar más. Es por ello, que llegará el momento en que cada espíritu sea Conciente obrando sabiamente a la luz de su Conciencia, pero también consciente,… un ser responsable de sus obras y hechos por la experiencia adquirida desde su nacimiento del Seno del Padre, ocupando sus atributos divinos con que fue dotado sólo para el bien suyo, de los demás, del todo.

La necesidad de normas y preceptos

Libro de la Vida Verdadera - normas y preceptos
Nuestro espíritu ha tenido necesidad de preceptos, normas, mandamientos que nos ayuden a comprender lo correcto de lo que no es. Que nos ayuden a clarificar lo que realmente eleva a nuestro espíritu y lo que no. Que nos ayuden a entender la Voluntad divina. Desde Moisés, Jesús el Maestro y Elías, nuestro Padre ha tenido que llegar a nuestro entendimiento, nuestro corazón y finalmente a nuestro espíritu.
Hay moradas donde no han necesitado un Jesús para ser crucificado y así salvar al espíritu. Donde no han necesitado un Moisés y por medio de él, entregarse mandamientos. O un profeta tan grande y a la vez el más pequeño en el Reino de Dios, para hacer conocer la voluntad del Todopoderoso. Sí, moradas donde existen hermanos nuestros en esta Creación y también como nosotros están en el camino del perfeccionamiento espiritual. Así como hay moradas donde han necesitado de un Salvador, de normas y preceptos,… hay otras donde los hijos de Dios siguieron desde un inicio la voz de la Conciencia, y en ella la sabiduría del Padre.
Si desde un principio el espíritu en esta morada hubiese escuchado la luz que ha llevado en sí mismo, esa luz inmaculada, no hubiese existido esa necesidad del Padre de materializar Su presencia y Su verbo. Mas nuestro espíritu paso a paso fue descendiendo en sí mismo, hasta ocultar la presencia de lo divino que lleva en sí. Fue el Padre quien descendió al nivel en que se encontraban Sus hijos, para entregarles el camino de la luz. Fue el Padre que de Tiempo en Tiempo se sirvió de espíritus sabiamente escogidos por Él, para enseñar de nuevo a los demás el camino de la luz, del amor, de la verdad, de la virtud. Allí están Moisés, Elías, Abraham, Isaías, Daniel, Juan el apóstol y tantos más,… el mismo Padre-Cristo en Jesús.
De cierto se acerca el tiempo de la Conciencia, entonces el espíritu tendrá en bien decir, que toda luz y sabiduría estaba ya en él. Que la venda densa que él mismo permitió imponerse fue la que no le permitió escuchar esa fuente divina de luz y sabiduría. Llega el tiempo en que el fruto de tantos y tantos enviados por fin tenga su recompensa, el de ver sus hermanos ya en el sendero de su Dios.
No sólo en este pueblo se han dado profetas, enviados para señalar al espíritu el camino de la luz. Donde quiera exista el espíritu, allí encontrará un siervo de Dios si le es necesario. Por eso no es extraño encontrar en las demás grandes religiones del mundo, ese espíritu que ha enseñado también el sendero de la luz. Cada siervo que ha enviado el Padre en la redondez de este mundo ha tenido un mensaje, y ese mensaje es el del amor al prójimo, el amor de los unos a los otros. Si los hombres siguen por convicción este mensaje, también a la vez ya están amando a Dios, el primer precepto o mandamiento que tanto Moisés dio a conocer y Jesús dio a comprender a través de Sus hechos y obras.

La barca es la Enseñanza

Libro de la Vida Verdadera - La Barca es la Enseñanza

En muchas partes del Libro de la Vida Verdadera, nuestro Padre hace mención que en este tiempo de grandes pruebas, quienes permanezcan en la barca serán salvos. Las pruebas son muchas, de diversa índole e intensidad, mas para aquellos que permanezcan en la barca, las pruebas algunas pasarán como leve brisa y otras tocando al espíritu del discípulo, sin embargo no será bebido con la misma intensidad con que lo hará o lo está haciendo la humanidad.
Esta Enseñanza tiene el poder de apaciguar las pruebas materiales y espirituales. Mas no es la Enseñanza en sí la que hace tal prodigio, sino el discípulo al hacerla parte de su existencia. Es muy importante enriquecerse de conocimiento; pero mucho más significativo, que quien conoce la Enseñanza la lleve a la práctica.
Cuando en el espíritu existe elevación espiritual, es porque hay práctica de la Enseñanza. Esa elevación habla de la sensibilidad que ha alcanzado el espíritu en su pensamiento y sentimiento. Esa sensibilidad nos va haciendo uno con el Maestro. El Maestro era y sigue siendo la misma elevación pura y perfecta. El poder que manifestó en el Segundo Tiempo era prueba que Su elevación le hacía uno con Dios. No había nada extraño en Sus prodigios, Sus obras poderosas estaban impregnados del amor divino.
Hoy el Maestro tiene no doce discípulos, sino cientos, miles, unos encarnados… otros no. Cada discípulo se hace así mismo, pues el Maestro ha sembrado la semilla y recoge la cosecha al uno por mil. Cuando la Enseñanza no se queda sólo en las hojas, sino penetra en el santuario del corazón del discípulo, éste podrá sorprenderse en su camino de lo que la Enseñanza ha hecho por él y por quienes le rodean, y no sólo eso, sino por quienes no conoce. Ese discípulo es como una lámpara puesta en lo alto de una casa, en donde no sólo su luz le sirve, sino también a quienes habitan esa habitación, y aún más a quienes le visitan. Y cuando más intensa es la luz, más abarca, más envuelve,… la oscuridad pierde dominio.
Cada uno se hace discípulo. Cada quien tiene un santuario, cada quien enriquece su templo según su elevación. Quien permanece en la barca que es la misma Enseñanza hará que las pruebas sean atenuadas, porque ese discípulo ha hecho poder en su propio espíritu.

Mente instintiva, mente espiritual

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El cerebro instintivo de la carne es muy inferior a la mente del espíritu. Cuando en el LVV se lee sobre la voluntad de la carne, esa voluntad está ligada al enfoque de sus instintos. Esa voluntad no tiene libre albedrío, sin embargo, su cerebro instintivo buscará el cómo satisfacer sus necesidades más básicas y hasta primarias, y en esa búsqueda está su voluntad.
Otro tema importante es cuando se lee sobre la inteligencia. Hay quienes niegan la inteligencia instintiva del cerebro animal, pero hasta cierto grado es un error negarla. El cerebro instintivo busca y hasta encuentra el cómo satisfacer sus necesidades básicas,… como el superar un obstáculo, alguna dificultad. No es extraño el observar esto en las criaturas diversas. En ello existe esa inteligencia, esa habilidad de superar o salvar obstáculos o dificultades para satisfacer sus instintos naturales.

La inteligencia del espíritu es infinitamente superior al cerebro instintivo, es pensante.
La mente del espíritu es pensante, es creadora. Es pensante porque discierne, indaga, cuestiona, reflexiona, razona,… puede relacionar y encontrar el significado de las ideas. Todo esto no lo encontraremos en criatura alguna que tenemos por inferiores, sino en nuestro propio espíritu. Donde quiera se encuentre estas cualidades, estaremos presentes ante otro espíritu. Es creadora,… porque tiene esa facultad de transformar, de inventar, instituir lo que aún no existe como lo es una ideología, una ciencia. Sí, es creadora su mente, y todo ello procede de la potencia de su pensamiento espiritual.

En sí, no se podría hablar de una mente animal, pero tampoco se podría negar. Los animales sí reconocen, sí perciben, sí entienden los estímulos presentes, e incluso existe esa cierta intuición que les hacen sagaces, cautos ante el peligro eminente.
Nuestro espíritu en sí es muy superior ante su carne, ante su cerebro y voluntad instintiva. Nuestra mente espiritual y en él,… el pensamiento, no está ligada a los impulsos del instinto. Un animal puede aprender ante un incentivo,… nuestro espíritu aprende a través del razonamiento. Nuestra libertad espiritual está íntimamente ligada al libre albedrío y en él, a una voluntad propia. En cambio los animales su voluntad no tiene libre albedrío, su libertad está sujeta a la ley Natural.
Hay ocasiones que se discute o delibera sobre la inteligencia artificial; mas esa inteligencia no indaga, no razona, no discierne, no se pregunta las grandes cuestiones de la existencia y de la vida como lo hace el espíritu. Esa inteligencia artificial en sí no tiene pensamiento. A lo que llamamos inteligencia artificial y que es capaz de sobrepasar al cerebro del hombre, antes tuvo que almacenarse, acumularse, guardarse información o datos. Información que no provino de esa inteligencia artificial, sino de la mente pensante y creadora del espíritu en sí.
 

Espiritualismo y materialismo

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¿Qué es el materialismo? La ausencia de Espiritualismo. El materialismo es aquello donde nuestro espíritu se ve doblegado por la demasía en lo terrenal, por lo que es material, por los excesos de la carne, por aquello que representa pasión insana. Ese materialismo de las veces nos hace cometer grandes errores, nos hace caer en ese egoísmo donde unos y otros sufrimos las consecuencias.
¿Qué es el Espiritualismo? La armonía de nuestro espíritu con la materia. La armonía de nuestra naturaleza material con la espiritual. La armonía en dar al César lo que le corresponde, y dar a Dios lo que le pertenece. Es la Espiritualidad a la que todos debemos aspirar, y más bien es la finalidad de nuestro ser en este mundo. Porque no estamos en este mundo sólo para la conquista de lo terreno. No estamos en este mundo sólo para satisfacer las necesidades de nuestra carne. Porque no estamos en este mundo sólo para saborear todos los placeres a través de los sentidos de la carne.
En nuestra carne existe un ser que no pertenece a este mundo, nuestro Reino no es de este mundo, ya lo había dicho el Maestro. Un ser que necesita por su voluntad, aspirar a la conquista también de aquello que le corresponde. Un ser que no necesita de vestido, comida, que le es indiferente el tiempo, el clima, la «muerte». Un ser que necesita desarrollar su esencia, y lo hace a través de la práctica de la virtud, del bien, del amor, de la luz. Un ser provisto de todo lo necesario para incrementar cada vez más sus potencias espirituales, como lo es su pensamiento, su voluntad.
En cierto no sólo somos carne con la necesidad instintiva de vestirse, alimentarse, de reproducirse, de encontrar agua, refugio, dormir. Somos aquello que no vemos, pero que se expresa cada segundo a través de la carne. Y le es necesario por su Espiritualidad, esa armonía entre su naturaleza espiritual y material, el por fin haber consumado la lección en este mundo, para encumbrarse a otra morada de mayor luz y sabiduría. De mayores lecciones que le llevarán paso a paso a su perfeccionamiento espiritual, a la conquista todavía más de su propio ser. A tener por mérito propio,… ser y tener todo.

Discípulo de Cristo

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Para el espíritu no es imposible ser el discípulo de Cristo. En Jesús nos vino a dar lecciones para todos los tiempos, nos vino a mostrar más el poder de nuestro espíritu. Él fue el testimonio vivo de lo que alcanzará nuestro ser cuando nuestra voluntad sea con el de la Voluntad divina. Podríamos pensar humanamente que nunca alcanzaremos tal grado; sin embargo, nuestro espíritu tiene por intuición que sí lo llegará a conquistar. Él es el que ha traspasado los tiempos, el que ha visto con sus ojos espirituales el cómo hermanos suyos han logrado tal hazaña. Lo que ha contemplado en poder, en sabiduría, en luz,… conoce que también todo esto y más será suyo.

La Espiritualidad no es sola una bella palabra con un gran significado, no, también es la finalidad por el cual cada uno de nosotros estamos en esta morada,… ser y estar en armonía con las tres naturalezas de nuestro ser. La naturaleza material o sea nuestra carne con la naturaleza espiritual que pertenece a nuestro espíritu. Hay una naturaleza en nosotros que nunca se equivoca, aquella por la que Jesús hizo grandes testimonios, la divina.
La Conciencia es la voz de nuestro Padre en nuestro ser, cada uno la tiene. Esa naturaleza no puede corromperse ni mancharse, no puede mentir ni traicionar. Es la voz que ha existido en nosotros desde nuestra formación en el Seno Divino,… la que nos acompañará eternamente.
Jesús era uno con la Conciencia Divina de Dios, pues cuando logremos cada uno de nosotros lo que el Maestro nos enseñó,… el ser uno con la Conciencia Divina, seremos la misma imagen del Maestro.
Discípulos de Cristo en amor, luz, potestad, sabiduría, poder. Seremos una imagen de todo esto y más… Pues ya lo dijo el Maestro: lo que vieses que hago, vosotros haréis cosas mayores.
No somos solamente una pequeña esencia de Dios. Somos la grandeza de Su Espíritu hecho obra. Grandes seres han venido a mostrar la superioridad del espíritu, allí están Elías, Moisés, Daniel, Isaías,… Juan y los demás apóstoles. La Espiritualidad es la llave que abre el camino de los poderes y las grandes bellezas del espíritu. Nuevamente se puede decir que no solamente es una bella palabra, su significado apenas lo está empezando entrever la humanidad.

Padre-Madre-Hijo

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Nuestro espíritu no tiene sexo, tampoco el Espíritu Divino. Mas Él se ha plácido mostrarse como Padre, como Maestro y también como Madre. De Su seno divino cada uno de nosotros ha nacido, ha brotado a semejanza de su Espíritu Divino.
Cada uno de nosotros tiene la fuerza del Padre y a la vez la ternura de la Madre. Nos vamos acrecentando en el poder, la majestuosidad, la potencia espiritual,… pero también a la vez en la ternura, en la delicadeza, en ese amor que todo lo envuelve y lo abraza.
Somos aquello que aún no puede definirse del todo, y sin embargo, tenemos la posibilidad de conocernos más y más. No nos extrañe ser un todo del Espíritu Divino, de expresar y manifestar un todo de cuanto Es y manifiesta.
En esta morada mientras sea nuestro hogar a veces somos hombres, otras veces mujeres. Expresamos en un tiempo mucho más evidentemente lo masculino y otras veces lo femenino. En esta dualidad nuestro espíritu se alecciona, conociendo lo masculino, lo femenino. Siendo no solo hijos, sino también padres y madres.
En el Segundo Tiempo no solo encarnó el Verbo de Dios en Jesús, sino también encarnó Su ternura divina en María. Dios manifestaría la trilogía de la familia no siendo solo Padre, sino también Madre y a la vez Hijo. De lo divino a lo humano cumplió, para enseñar al espíritu de la humanidad el camino de lo humano a lo divino.
En los pies de la cruz en las palabras de Jesús, Dios se evidenció como Madre al dejar a María como Madre Espiritual de la humanidad. Aquella Madre que lloró la ingratitud de la humanidad, ante la presencia del Hijo que exhalaba poco a poco su último aliento. Ante el Padre que todo lo contemplaba y también todo lo sentía en el Hijo y la Madre. Todo lo recibió el Espíritu Divino, todo lo aceptó,… todo lo envolvió en ese instante en Su poder y Su ternura. Y el Verbo se hizo uno de nuevo con Él.
El Divino Espíritu se ha hecho presente ante la mirada espiritual en su trilogía como Padre, como Madre, como Hijo,… el Maestro. ¿Quién de este pueblo Mariano no ha contemplado al Padre como un Sol, al Hijo en Jesús, o a la Madre en María? Pero no es que hayan tres divinidades, sino solo una Divinidad manifestándose al espíritu de la humanidad. Unas veces nos hace conocer Su fuerza, Su potestad, Su poder,… otras veces, Su ternura, Su maternidad, Su protección. Y también otras veces es Verbo, es Enseñanza, es Sabiduría. En esto y así más, se nos muestra en nuestros dones espirituales Quién nos dio vida, eternidad, semejanza Suya.
Quien como nuestro Padre-Madre-Maestro, que conoce lo que necesitamos. Por eso a veces en nuestros dones espirituales contemplaremos Su poder o Su gracia… o, la lección.
Somos partícula Suya, partícula inmensamente con un algo de todo lo que posee el Espíritu Divino. En Su amor se mostrará a la humildad del espíritu, y como se muestre nos dará alegría, la ocasión de conocer un algo más de nuevamente decirlo de Quién nos dio vida y eternidad, así como dulzura y potestad.

Las Cátedras Inéditas

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Jesús el Cristo anunció y profetizó la venida del Espíritu de Verdad, del Espíritu Santo o de Consolación para otro tiempo venidero. Ese advenimiento se cumplió. Cristo como Espíritu de Verdad dejó Su legado divino nuevamente, a lo que nosotros conocemos: El Tercer Testamento.

¿El Tercer Testamento es el Libro de la Vida Verdadera? Sí, es parte del Tercer Testamento, no todo. El Libro de la Vida Verdadera es una síntesis de miles de Cátedras.

El Tercer Testamento comprendería o abarcaría todas las Cátedras que Cristo entregó por medio del entendimiento humano, en todos los recintos que hubo a lo largo y ancho de la República Mexicana. Así como también fuera de la nación desde el 11 de Mayo de 1884 que fue su primera Cátedra, hasta las últimas que se entregaron en la multitud de recintos por los llamados Portavoces hasta el 31 de Diciembre de 1950. Todo ese conjunto de Cátedras en ese lapso de tiempo comprendería el Tercer Testamento. Sin embargo, no ha sido posible obtener todas las Cátedras; a semejanza como tampoco pudo escribirse todos los testimonios que Jesús el Cristo hizo en Su predicación en Su segundo advenimiento. 
 
¿Debemos preocuparnos porque no se tienen todas las Cátedras que Cristo vino a dar como testimonio de Su verbo y amor divinos en Su tercer advenimiento? No,… gradualmente con el paso de los meses y los años se van consiguiendo más Cátedras, a las que comúnmente se les llama Inéditas, por aún no ser conocido el contenido de esa Cátedra a la mayoría. Existen quienes poco a poco las están dando a conocer. Cabe subrayar que el Tercer Testamento no le pertenece a ningún en particular, sino es heredad de Cristo para toda la humanidad. Nadie puede posesionarse o decirse dueño del Tercer Testamento, aunque sí existe protección de su contenido.

Aunque la humanidad no obtenga todo el Tercer Testamento que Cristo entregó, es necesario decir, que lo que hoy se conoce en contenido en el Libro de la Vida Verdadera, es suficiente para esclarecer muchas dudas sobre el conocimiento divino que Cristo vino a dilucidar o aclarar, de cuanto se entregó por parte de Él mismo en los Testamentos pasados. Considerar también que al paso se entregará lo inédito, lo que se ha encontrado o rescatado. Y si aún no fuese suficiente, nuestro propio Padre-Dios entregará a la humanidad por medio de los dones del espíritu lo que fuese necesario aún como Enseñanza, en la comunicación de Espíritu a espíritu, o sea Dios y el espíritu de la humanidad. Ya que la comunicación con nuestro Padre no ha terminado, ella se irá perfeccionando conforme el espíritu se desarrolle en su elevación espiritual. Elevación que le permitirá el desarrollo de sus dones espirituales, y por los cuales Cristo seguirá dando Enseñanza a la humanidad sin la intervención ya de mediador alguno.

En esta página web dedicado a la difusión del Libro de la Vida Verdadera, con el paso del tiempo se hará conocer un conjunto de Cátedras Inéditas, su contenido original y a la vez la depuración que se hizo de ellas. Es una encomienda divina el que los escritos de Su enseñanza sean lo más posible puros en la esencia de su Doctrina, cuando sean presentadas a la humanidad. No es posible, ni lo será el colocar todas las Cátedras inéditas que se han rescatado, o sea el contenido sin la depuración, sólo el trabajo final. Ese conjunto de Cátedras Inéditas que se mostrará en esta página servirá como un ejemplo amplio, donde el visitante podrá observar a grandes rasgos qué es lo que se hizo en caso de necesitarse tanto en ellas como en las demás. 

Es indispensable subrayar que cuando la humanidad quiera conocer todo cuanto dejo Cristo, irá y moverá cuanto fuese necesario para adquirir lo que dejó el Maestro como heredad divina antes de 1950. Ni si acaso este pueblo podrá detener que a ella lleguen una gran cantidad de Cátedras inéditas a sus manos. Posiblemente también encuentre copia por otros, de los trabajos que se hicieron en este pueblo. Y, está bien, nadie como se dijo anteriormente es dueño de la heredad divina del Tercer Tiempo. 

El espíritu de la humanidad le es necesario el desarrollar sus dones espirituales, y uno de ellos, es el de análisis. Ese don desarrollado le permitirá distinguir el trigo dorado de la paja. También le permitirá el no atenerse a alguien en particular, ni si acaso al pueblo doctrinado por tanto tiempo, Israel espiritual. Si al paso del tiempo, de los meses y los años ella debate por la Palabra divina, como se hizo por mucho tiempo en los grupos de estudio y análisis pasados, es preferible mil veces ello, a que su espíritu siga atenida como lo ha sido por siglos por uno o varios. Cada espíritu tiene lo necesario en sí para desarrollar todos sus dones, es semejante al Espíritu Divino con todos Sus atributos divinos. Pues también le es prioridad el alcanzar la comunicación de Espíritu a espíritu, cuando así sea, tendrá por guía, lección, enseñanza al Verbo del Cristo de Dios.    

Suicidio

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Hay dolores incomprensibles para los demás. Sufrimientos que parecieran no tener termino. Hay heridas que no sanan; quebrantos espirituales que se llevan en sí,… y nadie sabe. Sólo el quien lleva una pena muy grande, conoce el dolor oculto que tiene en sí. Hay hermanos que sienten y piensan, que dejando de existir toda su aflicción terminará. Así dejan la carne, sí la carne,… porque siendo conscientes o no, su espíritu no puede morir. Ese espíritu es perpetuo, lleva en sí la potencia de Quién le dio eternidad. Ese espíritu cuando se desprenda de su carne comprenderá una realidad: que aún es, aún existe.
 
No todos los dolores son iguales ni tampoco la intensidad con que se experimenta y se siente. Hay quienes han soportado por mucho tiempo, al parecer la luz nunca apareció en sus caminos. ¿Acaso el Padre aumentará sus penas? No,… sólo Él conoce lo que cada hijo es y lleva en sí. ¡Cuántos espíritus en el Más Allá cuando llega el juicio de la Conciencia, no soportan ese mismo juicio y quisieran desaparecer! Mas el Padre no es verdugo, sino Salvador de unos y otros. Como un Padre protege a todos, como una Madre cobija a todos.
 
Todo espíritu tiene por derecho el conquistar por sus méritos la paz del Reino de los Cielos. Ese Reino no es un lugar determinado, se lleva en sí, se conquista en sí. El hogar del espíritu es todo el Universo, de cierto nadie ha salido de ese hogar. Mas en ese hogar hay moradas superiores unas de otras, con mayor luz, excelsitud y sabiduría. Son peldaños que cada espíritu conocerá.
 
¿Es casualidad que nuestro espíritu se encuentre en este plano llamado Tierra, donde la luz no es en plenitud, y donde de los unos a los otros sufren el egoísmo por sus hechos y obras? No, no es casualidad, es la morada que nos pertenece, es el hogar que será nuestro una y otra vez, sí, una y otra vez hasta que cada quien sea digno de pertenecer a una morada superior. Así al suicida le es su hogar una y otra vez, unas veces encarnado otras veces sin la carne, ESPERANDO como todos en este plano volver a reencarnar y concluir el propósito de su existencia: La Espiritualidad, la armonía de su ser eterno con lo que tiene fin, su carne. La armonía de su espíritu con la materia.
Si cada espíritu llevara en sí ya el Reino de los Cielos en su interior, de cierto no se conocería el dolor en este mundo, Sería de las moradas superiores a conquistar por otros. El Maestro ya lo dijo, los mundos son los que sus habitantes quieren que sean.
 
No juzguemos a quien ha cometido suicidio;… cuando la luz de su Conciencia sea que le despierte reconocerá su error, su falta de fe. Entonces el Padre no se acercará para ofrecerle una pena mayor, sino una vez el camino a andar, una vez más a conquistar lo que dejó pendiente.
 
El espíritu cuando se siente sólo carne, sí sólo carne, cree que su existencia está motivada sólo por la carne. Cree que dándole muerte, todo terminará, y que si sufre, llora, se lamenta, todo no será más si la carne no es. Olvidan que el pensamiento y los sentimientos no pertenecen a la carne, sino a ese ser eterno, al espíritu. Así todo suicida cuando se desprende de su carne, ve con asombro que aún es y existe. Y no sólo eso, que su pensamiento y su sentir aún son. Que lo que le adolecía antes de cometer ese acto, todavía lo lleva en sí.

Muchos suicidas ya en el Más Allá, ese Allá que es esta misma morada mientras le pertenezca como hogar, al paso del tiempo se lamentan de haber cometido tal acto. La razón es simple, aún ve y contempla, oye y acaricia a quienes «dejó». Pero los que «dejó» no le ven, no le escuchan, quisieran acariciarle y no pueden. Es una gran pena, una tristeza muy grande que llevan en sí unos y otros. Muchos quisieran regresar el tiempo y no pueden. Así en el Más Allá están muchos hermanos con ese sentimiento de soledad, queriendo regresar con los suyos y no poder hacerlo más. Ahora tienen que esperar el momento de regresar, pero conocen que ya nada será igual. Por ello la necesidad de la comprensión de las obras y los hechos, porque todo es causa y efecto.
 
No olvidar que si se adolece y se llora, es porque aún está la semilla del egoísmo hecho árbol frondoso que cubre al mundo. Su sombra envuelve a todos, y es menester que el espíritu de la humanidad corte de raíz ese árbol y deje germinar otro árbol, el de la virtud. El árbol del egoísmo no sólo está en lo material, sus ramas se extienden por mucho también en el Más Allá. Así quien piense que en el Más Allá no se sufre ni se llora, medite que su ser es parte de esta morada, y lo seguirá siendo hasta que su luz le permita andar por Valles más sublimes.
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Elías, el Profeta de Fuego

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Elías, el profeta de Fuego, el gran espíritu que sirve a Dios, que siendo el más grande espíritu que ha llegado a esta morada, es el más pequeño entre el Reino de Dios.
Elías, aquel que de tiempo en tiempo ha servido al mandato divino. Elías no es divinidad, es un hermano nuestro muy evolucionado, elevado por la virtud y el bien. Sirve al Padre, a sus hermanos de esta morada terrenal. Es Pastor espiritual, es el que ha puesto nuestro Dios entre la humanidad, ella llegará a ser el Pueblo de Dios. Es el Pastor de los 144000 estén encarnados o no, él los despierta y los hace presentes al Padre.
Cuando las fuerzas de un espíritu se ven doblegadas por otras fuerzas ajenas, Elías con potestad es escudo. Elías es la representación de la luz del Espíritu Santo, nombramiento y cargo que sólo Dios puede otorgar. Él es el representante de la Obra Divina, quien con fuego consumirá lo que no pertenece a ella. Mas como el Padre, Elías no obliga, sino llegará también a cada uno por la convicción.
Elías es fuerza, pero no aprehensión ni imposición. Siendo Elías el representante de la luz de la Obra de Dios, ella tiene que llegar por convicción, nunca por temor ni por sometimiento.

Así nuestro Padre tiene grandes espíritus a su cargo, desempeñando importantes misiones; todos esos espíritus son en mucho el reflejo del amor divino. No podría ser de otra manera, ya que Él vencerá con la única arma, espada que redime y eleva, que enseña y hace espíritus grandes y con potestad,… el amor.
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Una explicación muy extensa sobre nuestro hermano y pastor Elías, aquí en la Enseñanza 345.

La nube espiritual

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Hoy temprano tuve un sueño… Ya se veía algo claro el amanecer, pensaba en nuestro Padre y me dio sueño nuevamente. Entonces dormí y en sueños me levanté, me acerque a la ventana, sentía la presencia del Padre, descorrí la cortina y abrí la ventana. Entonces vi un sol muy hermoso por donde se da el ocaso, entre dos cerros que están por donde vivo. El Sol estaba entre nubes blancas, y a sus lados había tres franjas perpendiculares de color naranja. Tres franjas por cada lado, cada franja brillaba con ese color naranja blanco intenso a semejanza del sol. Después los cerros se convirtieron en volcanes. El primero era pequeño e hizo erupción, no fue bastante; el segundo era un poco más grande y su erupción fue mayor; y apareció un tercero, este era mucho más grande y alto, su erupción fue impresionante, esa erupción se elevaba al cielo hasta perderse. Los tres volcanes también estaban cubiertos por nubes blancas. Cuando vi el último volcán, el sol todavía estaba presente , y en él y alrededor de toda esa visión sentía la presencia de Dios… Entonces desperté.
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El significado es espiritual, por la presencia de las nubes en casi todo el sueño. Las nubes tienen el simbolismo de lo espiritual. Así nuestro Padre nos lo hace entender a través de Su sabiduría en el LVV.

Cuando Cristo en Jesús profetizó Su advenimiento sobre las nubes rodeado de Sus ángeles con poder y gloria, Sus palabras tenían un sentido espiritual. Ya que también nos manifestó que enviaría al Espíritu de Consolación o de Verdad. Ya no sería el Hijo del Hombre el que vendría a manifestarse materialmente, sino el ESPÍRITU del Hijo del Hombre, y ese Espíritu es el Cristo de Dios, que estuvo no sólo en Jesús, sino también en Yo Soy el que Soy cuando manifestó Su ley a Moisés.
Cristo es el amor y verbos divinos que siempre ha existido en nuestro Padre, que es ESPÍRITU DIVINO y SANTO. Cristo es el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin en nuestro Dios-Padre-Maestro. Él es el que de Tiempo en Tiempo se ha manifestado al espíritu de la humanidad. En un Primer Tiempo hizo resonar Su voz al pueblo reunido en las faldas del Monte Sinaí; en un Segundo Tiempo hizo encarnar Su verbo y amor en Jesús. En un Tercer Tiempo enviaría Su Espíritu Divino, cumpliéndose en este Tiempo la profecía de Joel, y que podemos leer textualmente en: 3.28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.
Fue así que en el Tercer Tiempo el advenimiento de Cristo se dio entre nubes, espiritualmente,… Dios es Espíritu. Y entre nubes se dejó ver y oír, ya que Él derramó Su Espíritu en una gran cantidad de mujeres y hombres principalmente en toda la redondez de la nación Mexicana. No importó la lejanía o el lugar, el espíritu dispuesto del hombre o de la mujer hicieron la comunicación nuevamente de Cristo con el espíritu de la humanidad. Una gran cantidad de hombres y mujeres sirvieron de Portavoces entre 1884 a 1950, para que la Sabiduría del Espíritu de Verdad, que es el mismo Cristo de Dios se diera a conocer en Su tercer advenimiento.
Los jóvenes y ancianos tuvieron sueños y visiones, prueba de la comunicación espiritual de nuestro Dios con los dones que cada espíritu posee en sí. Él no venía a buscar la gala mundana, ni el oropel ni la grandeza de alguna religión en particular. Sino la humildad del espíritu, por ello entre nuestros siervos también derramó Su verbo y amor divinos.

Si la nube tiene un sentido espiritual, el significado del sueño es también espiritual. Muchos conocemos el Ojo Visor y como a sus lados varían el número de las franjas, que pueden ser pocas hasta muchas. El sol representa su Ojo Vizor, las seis franjas Seis de los Siete Sellos. Aún no conocemos el Séptimo Sello, sólo Seis,… en cada capítulo de la historia espiritual de la humanidad Su presencia ha estado, no sólo como amor, verbo, caridad, sabiduría, sino también como Justicia divina.

Los volcanes rodeados de nubes haciendo erupción, tienen el significado de Su Justicia divina, de ello podemos leer también en el LVV. Nuestro Padre como Espíritu Santo, nos dice que estamos en nuestra tercera altura de perversidad. Pues la perversidad de nuestro espíritu de tiempo en tiempo ha ido en aumento, y por lo tanto Su justicia divina también. Mas hoy en nuestra tercera altura de perversidad, Su justicia se eleva a los cielos hasta conmoverlos. No es que nuestro Padre nos castigue con Su justicia, sino sólo deja que el espíritu saboree el fruto de su perversidad, nos deja beber hasta la última gota, pero también hasta la última gota nos dejará beber nuestro cáliz de amargura. Esa es la Justicia inexorable de Dios. Justicia que se eleva hasta las alturas, pues los Cielos también gimen y lloran, porque si grande es la Justicia inexorable de nuestro Dios, así de grande es… nuestra perversidad.

La finalidad de nuestra existencia

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Sólo los seres con las facultades del razonamiento, del discernimiento, de la indagación y del cuestionamiento, facultades que pertenecen a la potencia del pensamiento, han llegado a preguntarse las grandes interrogantes de la vida, y una de ellas es,… la finalidad de nuestra existencia.

Cuántas veces hemos pasado una y otra vez a través de tantas reencarnaciones, y una y otra vez esa pregunta se llega a entrever nuevamente en nuestro pensamiento. Es nuestro Maestro-Padre quien nos lo aclara y explica esta gran interrogante: Adquirir la Espiritualidad.
La Espiritualidad es esa conquista de nuestro ser en la ARMONÍA de nuestras dos naturalezas, la material y la espiritual, que paso a paso conseguiremos si procuramos escuchar la tercera naturaleza que existe y es con cada uno de nosotros, la divina y en ella la voz de la Conciencia.
Por esa falta de armonía de nuestro ser en sus tres naturalezas nos es necesario una y otra vez reencarnar. Y es que de las veces, en cada reencarnación el César no sólo se adueña, sino encadena a nuestro espíritu al volvernos muy materiales. Olvidamos y no tenemos consideración de esa naturaleza que es esencia y que sólo se alimenta de lo que es esencia también. Esa esencia que es nuestro espíritu que se desarrolla y evoluciona al sustentarse con el maná espiritual: la práctica de la oración, de la virtud, el bien, la caridad, el amor, la meditación, el conocimiento espiritual,… etc.
Es nuestro espíritu el que se vuelve materialista al atesorar en demasía los bienes materiales, al dejarse influir por el poder y la gloria material, y algunos por lograr ello cometen los más grandes errores y atrocidades. Otros más se dejan seducir por sus debilidades e inclinaciones espirituales, y los llevan a cabo por medio de su carne.
No es malo conquistar el mundo y lo que le pertenece, sólo no olvidemos que nuestro ser es el que debe priorizar su existencia en una armonía donde de al César lo que le corresponda y al espíritu lo que le pertenece. Donde las debilidades de nuestro espíritu que se han vuelto inclinaciones o tendencias, cada vez vaya procurando aminorar a través de la práctica de la virtud.
Adquirir Espiritualidad en nuestra existencia no es sencillo, representa un lucha para el espíritu. Cada quien según su anhelo lo conquistará. Dice nuestro Maestro en Su sabiduría en el Libro de la Vida Verdadera, que Juan, su apóstol, evolucionó en breve tiempo lo que otros espíritus han necesitado miles de años. Que la nobleza de su ser, la bondad de sus pensamientos y sentimientos, una existencia dedicada al amor por sus hermanos, la oración,… etc., hicieron ese prodigio.
Reflexionando lo que nuestro Maestro dice de Juan, nos podemos dar una idea clara del cómo elevar nuestra existencia humana y espiritual, y por lo tanto dejar de reencarnar una y otra vez. Todos estamos en un tiempo donde somos influidos constantemente: la carne, lo del mundo; nuestras aspiraciones por lograr; aquello que de las veces no hemos conseguido y está como un pendiente. Sí, nuestro Padre lo conoce, todo ello y más, nos conoce mucho mejor que a nosotros mismos. Sin embargo, podemos hacer bastante por nosotros al tener pensamientos y sentimientos nobles, al dedicar tiempo a nuestro espíritu, al hacer caridad cuando nuestro espíritu lo sienta, el adentrarnos en esa oración o meditación cuando nuestro espíritu también sienta esa necesidad. El no apegarnos a las cosas materiales; si hemos conquistado mucho en lo material reflexionar que llegará el instante en que lo tendremos que dejar.
En sí, reflexionar que no es correcto para nuestro espíritu que el César representado por lo del mundo y lo de la carne, le subyugue y aprisione. Reflexionar que esta morada no será eterna, ni es nuestro hogar para siempre,… que más allá de este mundo existen otros deleites, que aunque aún no conocidos del todo por nuestro espíritu le esperan, ya que él tiene por destino su grandeza espiritual.
Esta morada guarda grandes maravillas, nuestro ser también. Puede que nuestro espíritu aún quiera, desee el estar aquí,.. y sí, nuestro Padre lo permite, sólo procuremos el que cada oportunidad que se nos de, el tratarnos lo más posiblemente con pensamientos y sentimientos nobles los unos a los otros. Llegará el instante en que nuestro espíritu al fin sienta la necesidad de conquistar otras moradas, y entonces también nuestro Padre lo consentirá.
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188.3. Luchad por alcanzar la espiritualidad, porque ella significa la Liberación del espíritu. Ajustaos a mis leyes que son amorosas e infalibles y ellas regirán vuestra vida, porque todo cuanto os rodea, ya sea material o espiritual, vive dentro de mi Ley.

188.4. El hombre, que es obra perfecta dentro de la Creación, debe vivir de acuerdo con la gracia que he depositado en él.

188.5. No vengo a deciros que os apartéis de las obligaciones del mundo, instituidas por Mí para vuestra conservación, satisfacción y perfeccionamiento. Sed equitativos y justos dando lo necesario a vuestro espíritu y a vuestro cuerpo.

188.6. He hecho libre al hombre desde un principio, mas su libertad ha sido siempre acompañada de la luz de la Conciencia; a pesar de ello, él ha desoído la voz de su juez interior, alejándose del camino de la Ley, hasta crear esas guerras fratricidas y sangrientas, en las que el hijo se ha levantado en contra del Padre, porque se ha apartado de todo sentimiento de humanidad, de caridad, de respeto y de espiritualidad.

188.7. Ya deberían huir los hombres de la destrucción, de las guerras y evitarse una dolorosa restitución; sabed que si no alcanzan a purificarse en el bien antes de llegar a Mí, tendré que enviarles nuevamente a este Valle de lágrimas y sangre, porque quien camina en sentido inverso a la perfección, no podrá llegar a mi Seno.

309.39. Mientras tanto, seguid preparándoos, fortaleced vuestro espíritu, porque ella sólo os pide redención, salvación, por la espiritualidad. Mas, ¿qué es Espiritualidad? Es la senda trazada por Mí desde el principio de los tiempos y por la cual llegarán todos los espíritus purificados, al seno de Dios. En ella está la Ley divina, que es origen de toda virtud. Allí está el libro abierto, el Libro de la Vida, que encierra toda la sabiduría de Dios, por esa senda, una vez más he venido a invitaros.

309.40. Desde lo alto de la montaña os hablo por tercera vez diciéndoos: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, ya no os apartéis de Mí”.

309.41. Recordad que cuando mi cuerpo fue desclavado de la cruz y luego sepultado, consternados los discípulos y sin poder comprender lo que había pasado, creyeron que con la muerte del Maestro todo había terminado. Fue menester que sus ojos volviesen a verme y que sus oídos me escuchasen de nuevo para que su fe se encendiese y su conocimiento en mi palabra se afirmase.

309.42. Ahora debo deciros que entre aquellos discípulos hubo uno que jamás dudó de Mí, que nunca titubeó ante las pruebas y ni por un instante me abandonó: Fue Juan, el discípulo fiel, valeroso, ferviente y amantísimo.

Por ese amor lo confié a María, a los pies de la cruz, para que siguiese bebiendo el amor en aquel Corazón sin mancha y a su lado, se fortaleciese aún más para la lucha que le aguardaba. Mientras sus hermanos, los otros discípulos, iban cayendo uno a uno bajo el golpe del verdugo, sellando con su sangre y su vida la verdad de cuanto predicaban y el nombre de su Maestro, Juan vencía a la muerte y escapaba del martirio. Confinado al destierro, no supieron sus perseguidores que allí, en aquella isla a donde le arrojaban, descendería de los Cielos sobre aquel hombre, la gran revelación de los tiempos que vosotros estáis viviendo, la profecía que habla a los hombres de cuanto ha de ser y se ha de cumplir.

309.43. Después de amar mucho a sus hermanos y dedicar su vida para servirles en el nombre de su Maestro, tuvo Juan que vivir aislado de ellos, solitario, pero siempre orando por la humanidad, siempre pensando en aquellos por quienes Jesús había derramado su sangre.

309.44. La oración, el silencio, el recogimiento, la pureza de su existencia y la bondad de sus pensamientos, hicieron el milagro de que aquel espíritu evolucionase en un breve tiempo, lo que espíritus han necesitado de miles de años para poder alcanzar.

309.45. Sí, discípulos, Juan es un ejemplo de lo que alcanzará el espíritu de la humanidad en tiempos que están por venir. El éxtasis de Juan, a través del que hablaba, veía y oía, fue la revelación de lo que vosotros habríais de contemplar en este tiempo. Los mirajes espirituales representados con símbolos, fueron vistos a través del don de la videncia o sea de la mirada espiritual.

Los cimientos de la Doctrina

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Los cimientos de la Doctrina son espirituales, ya que nuestro Dios nunca ha entregado religión,… sino Enseñanza, Doctrina, Lección. El mejor ejemplo fue nuestro Maestro Jesús, y siendo el mismo Dios en Él, nunca promulgó religión alguna, sino Doctrina Espiritual.
Aunque siempre nuestro Padre se ha servido de enviados, ellos tampoco dejaron religión alguna, ni institución o sede material. Los cimientos que dejaron fue el mismo adoctrinamiento de sus adeptos también en una Doctrina Espiritual.
De hecho el adoctrinamiento de los espíritus comenzó desde su nacimiento del Seno Divino, nuestro Padre ya tenía la SABIDURÍA. Esa Sabiduría es Enseñanza para cada uno de nosotros. Siempre esa Sabiduría ha existido, está presente.
Nuestro ser no necesita de tradiciones y festines religiosos, porque no dejan nada de valor espiritual en el espíritu, el cual tendrá que retornar al Origen. Ni si acaso le sirve al espíritu denominarse Cristiano, Hinduista, Musulmán, del Judaísmo, o de cualquier otra denominación y seguir sus dogmas religiosos, tradiciones, las bases o cimientos que las identifican una a una materialmente. Si el espíritu tiende en su existencia a la luz, al amor, al bien, a la práctica de la virtud, ese espíritu se está asemejando a Quién le dio vida y eternidad,… si no es así, sus diversas religiones no le salvarán espiritualmente, sino ese mismo espíritu volviendo al camino que le pertenece.
En sí,… nuestro espíritu no necesita cimientos de índole material que se pueden hallar en la mayoría de las denominaciones religiosas. Sino cimientos espirituales, que le ayuden cada vez desarrollarse y ser mejor en su existencia humana y espiritual.
Muchos podrán decir, Roque Rojas instituyó la Iglesia Patriarcal de Elías, y sí, la hicieron y existe como religión hasta hoy en nuestros días, con dogmas, estatutos, vestimentas sacerdotales, una jerarquía sacerdotal, etc. Sin embargo cabe mencionar que el enviado espiritual fue Elías, el profeta de Fuego, y él no instituyó nada de ello. Así que si existe todo ello es de procedencia humana, que se fue adaptando a las creencias de aquellos tiempos hasta la actualidad.
Otro ejemplo de observar la anterior situación es en las religiones Cristianas, el Catolicismo, Bautistas, Testigos de Jehová, Cristianismo, etc… El enviado espiritual y Divino fue Jesús el Cristo, Él no instituyó festines, dogmas, liturgias, jerarquía sacerdotal, estatutos,… etc. Todo ello es de procedencia humana, que se fue diversificando y adaptando según la creencia de cada denominación religiosa cristiana a través del tiempo.
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