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Vida Eterna y vida eterna

1-8-33
Hay quienes no tienen por fruto espiritual la caridad sentida. Esa virtud que hace al espíritu penetrar a las moradas superiores si la pone en practica. Quien así lo ejerce tiene las puertas abiertas de la eternidad, de su inmortalidad espiritual, porque en esa practica hay amor, hay desinterés y,… a veces sacrificio. Semejante al Cristo que vino a encarnarse en Jesús, que siendo la potencia de la vida eterna por ser el Espíritu Divino y de la cual todos somos poseedores, nos enseñó la otra Vida Eterna que nos es indispensable conquistar.
Todos los espíritus tienen la potencia divina de la vida o la existencia eterna por pertenecer a la vida de Dios, mas no aún la Vida Eterna espiritual. Fue Cristo quien nos vino a mostrar esa finalidad a alcanzar por medio del amor espiritual.
Cuantas veces el amor que dice profesar la humanidad no sobrepasa a quienes considera los suyos, los que les pertenece según por la carne. Cristo vino a mostrar el amor espiritual, aquel que abraza a todos. Ese amor es el que siente Dios por todos, por el cual dejó las noventa y nueve en el Reino de los Cielos para rescatar a la cien, que representa a todos quienes moran en la Tierra. Sí, cada espíritu que ha morado antes y después del Maestro representa a la cien.
No vino a salvar sólo a unos, sino a salvar y a redimir a todos quienes le pertenecen por poseer la vida de Dios. Mas teniendo esa vida, aún precisaban Sus hijos la Vida Eterna. Esa Vida es la que todos estamos destinados a conquistar por nuestros méritos.
Legiones de Sus hijos podrán ser temerarios, llenos de perversidad, tener grandes tentaciones para desafiar y oponerse a la Ley,… y sin embargo, poseen la vida de Dios. En la existencia eterna el pecado desaparecerá. Empezará a suceder cuando Sus hijos sientan la virtud que existe en sus espíritus, ya que ninguno está falto de virtudes y entre ellas… se encuentra la caridad. Caridad para consigo mismos y los demás, porque si grandes fueron los errores y las transgresiones, con la luz de la virtud se puede volver al camino.
¿Por qué querría alguien seguir acumulando deudas espirituales si éstas han de purificarse? Cuando se comprende esto a la luz de la Conciencia, el espíritu deja de errar, empieza a comprender que todo error y falta no pasa desapercibido ante la mirada de esa luz como juez. Comprende que el maestro dolor puede hacerse presente en su camino y así purificarse. Mas también tiene por cierto, que existe una Ley mayor y meritoria, la del amor.
La Caridad divina así es con todo espíritu, porque le da la oportunidad a todo espíritu de purificarse a través del amor. Esa Caridad no es para unos cuantos, envuelve a todos Sus hijos, le pertenece a todos por igual. Ese Amor divino que siente Dios no está para unos y otros no, es de todos. Él mismo volvería a sacrificarse si así fuera necesario, a pasar un calvario, un suplicio más allá del entendimiento del hombre para rescatar a quienes le pertenecen. Mas nuestro Padre conoce que ya fue dada la lección, que en Su doctrina y ejemplo, mostró y enseñó el sendero a la Vida Eterna. Cada quien en su libertad tiene la oportunidad de redimirse a través del amor, sí, de liberarse de las cadenas de la muerte espiritual. Esa muerte que significa el vacío de Vida Eterna espiritual, pero no la ausencia de la vida que poseen los espíritus por ser parte de la esencia del Espíritu Divino.
Cada quien conquiste la Vida Eterna, que paso a paso con verdadero propósito se puede lograr. El Ejemplo ya fue dado. Cada quien meditando la existencia del Maestro podrá encontrar lecciones que traspasan más allá del tiempo, lecciones donde Su amor y caridad fue enseñanza para todos. Así cada uno a la luz de su virtud, en su corazón sienta no sólo el amor humano, sino primordialmente el amor espiritual. Ya lo dijo Elías Tesbita, el profeta del Tercer Tiempo: «Caridad y más caridad a vuestros hermanos y veréis a Dios en todo Su esplendor». Pues la caridad en su expresión más elevada en amor espiritual, eleva al espíritu a las moradas superiores cuando lo ha edificado en su propio ser.

La Vida Eterna y la muerte espiritual

Vida Eterna_muerte espiritual

La existencia material es pasajera, es efímero en contraste con la existencia espiritual que tiene nuestro espíritu.

Nacimos para la vida sin fin, para elevarnos de un tiempo y otro a la perfección espiritual. Nadie muere, no existe la muerte.
El Padre es eterno, y a semejanza suya nosotros poseemos aquella potencia divina, el de la eternidad.

Existe una diferencia entre vida eterna y Vida Eterna, el primero lo tiene todo espíritu desde su nacimiento del Seno divino, es eterno, es la vida sin fin; y la segunda, se refiere cuando nuestro espíritu ha comenzado a vivir verdaderamente conduciendo sus pasos acorde con la Voluntad divina. Leer Más