La presencia de Dios

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Donde quiera esté nuestro espíritu, donde quiera pisen nuestros pies, allí está la presencia de Dios. Toda la Creación espiritual y material vive y está envuelta por su Divino Espíritu. Él es la Vida, y todo es vida dentro y fuera de nuestro ser. Nuestro espíritu no sólo posee la Vida de Dios, sino también lo divino de su Ser.
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A veces nos preguntamos, si a pesar de nuestros pecados y grandes errores, ¿habrá algo que ha permanecido puro en nuestro ser? Y la respuesta es sí… nuestra Conciencia. Porque el espíritu cuando está encarnado no sólo es material por su carne; no sólo es espiritual por su espíritu; sino también posee lo divino por su Conciencia… y lo divino no se mancha ni se perturba con las faltas y pecados del espíritu. Ella ha permanecido inmaculada a través de los tiempos.
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Sí, existe lo inmaculado en nuestro ser. Por lo tanto el espíritu tendrá que retornar a su primigenia pureza espiritual,… a ese estado donde se ha emancipado, libertado de las cadenas de su opresión.
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¿Por qué muchos no contemplan, sienten la presencia de Dios? Porque el hombre es más materia que espíritu. Sus sentidos materiales se han impuesto a los atributos del espíritu. La razón, la inteligencia, la voluntad, los sentimientos, cree y los hace a similitud de las criaturas inferiores. Cuando ellas no poseen el razonamiento del pensamiento. Cuando ellas no poseen la inteligencia del discernimiento y de la comprensión. Cuando ellas no poseen la voluntad de elegir. Cuando ellas no poseen los sentimientos sublimes del espíritu a semejanza de Dios. Es decir, si existen cosas grandiosas en su ser, es porque Existe también algo mucho más grande y tan sublime como él mismo, del cual procede todo cuanto posee.
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Mucho habría de decirse de la presencia de Dios en la vida y existencia de la humanidad… y sin embargo, sólo basta decir, que Él está más cercas que sus propias pestañas. Y que no es necesario imaginarse como el ir o elevarse a las alturas para encontrar y sentir lo divino, sino elevarse a las alturas de su interior. Esas alturas hablan de amor espiritual y Conciencia en el interior de cada uno de nosotros.
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