Enseñanza 082
1. ¿Por qué algunos de mis hijos se sienten indignos de llamarme Padre? Venid a Mí, pecadores; dejad vuestro fardo de dolores, levantad vuestra faz y miradme, mi amor os hace dignos. Si no os perdono Yo, ¿quién va a perdonaros?
2. Teníais hambre de paz, porque vuestra Conciencia os reprochaba vuestros errores, hasta que llegasteis ante la manifestación de mi palabra y vuestro llanto os ha lavado. Sólo Yo sé a quiénes les hablo en esta forma y sólo ellos saben a quiénes están dirigidas estas palabras.
3. Hace tiempo que no bendecíais mi Nombre; vuestras torturas y sufrimientos os hacían creer que os hallabais en un infierno sin fin. Es que vuestros ojos se habían cerrado a la verdad, a esa luz que os muestra mi presencia en todas partes. No os bastaba el esplendor de la Naturaleza que os envuelve, ni la forma milagrosa en que el pan de cada día llegaba a vuestros labios para creer en mis bendiciones. Sólo veíais tinieblas en vuestro derredor y sólo el fuego de vuestros sufrimientos era lo que sentíais; mas cuando estabais a punto de sucumbir, llegó el Divino Cirineo a levantaros, para ayudaros a llevar vuestra cruz. Leer Más