Enseñanza 076
1. Es día de gracia para vosotros. Venís a escuchar mi amorosa palabra que inunda de amor a vuestro corazón. Os estremecéis de júbilo al pensar que sois los precursores de aquellas generaciones de discípulos míos que están por llegar a la Tierra; entonces confesáis delante de vuestro Padre, que sois torpes y débiles para desempeñar una misión que sea digna de Mí. Dudáis porque no me habéis comprendido, mas Yo no os enviaría a cumplir tan delicado cargo mirándoos débiles como estáis en estos instantes. Mis enseñanzas descienden día tras día a vosotros para doctrinaros y fortaleceros, para que una vez que estéis firmes en vuestra fe, enviaros a la lucha.
2. Si alguno piensa que los pecadores no son dignos de que Yo venga a salvarles, de cierto os digo, que ese no me conoce. Yo no quiero la muerte para ninguno de mis hijos y una vez más estoy dispuesto al sacrificio, para salvarlos y llevarlos a la Verdadera Vida.
Comprended que no es posible que exista un ser que habiendo sido creado para determinado fin, logre hacer variar la voluntad del Creador, y vosotros fuisteis creados para elevaros hasta Mí, por el camino de la verdad. Ese camino es el que han perdido los hombres con su materialismo y es el que vengo a trazaros nuevamente con mi amor.
3. Haré que esta humanidad, a semejanza del pueblo de Israel, rompa las cadenas de la esclavitud y se encamine a la falda de la montaña, en donde escuchará mi voz que le señalará el camino de la Tierra Prometida.
4. No concedí a toda la humanidad la gracia de escuchar mi palabra en este Tercer Tiempo; lo hice con aquellos que podían sentirme y creerme bajo esta forma. Esta manifestación, esta palabra, servirá de preparación para que toda la humanidad sienta más tarde mi presencia bajo una sola forma: La espiritual.
5. No temáis, pueblo, tened la seguridad de que no estaréis solos en esa hora, porque la Naturaleza hablará y los elementos darán testimonio y cumplimiento a mis profecías, para que la humanidad reconozca que éste es el Tercer Tiempo, el de la manifestación del Espíritu Santo.
6. Mi justicia pasará sobre toda criatura y tocará a todo ser humano, como en aquel tiempo el ángel del Señor pasó sobre Egipto dando cumplimiento a mi justicia, salvándose de ella tan sólo los que habían señalado su puerta con la sangre del cordero.
7. En verdad os digo, que en este tiempo será salvo todo aquel que vele y tenga fe en la palabra y en las promesas del Salvador, el Cordero Divino que se inmoló para enseñaros a orar y a cumplir con perfecto amor la misión de vuestra restitución, porque mi sangre, como un manto de amor, lo protegerá; mas el que no velase, el que no creyese o blasfemase, ése será tocado para que despierte de su letargo.
8. El año 1950 se acerca y pronto llegará el tiempo de justicia del que os hablo: El tiempo de la lucha de la luz contra la tiniebla. Preparaos pueblo, velad y orad, sentid el dolor de vuestros hermanos. Mirad como van enfermando las envolturas y el espíritu lleno de angustia por los peligros que lo acechan, busca un faro que lo ilumine y un bálsamo que cure sus males. Yo os he preparado para que seáis pastores de esas ovejas perdidas y las acerquéis a Mí para limpiar su espíritu, sanar su cuerpo y prepararles su camino, inspirándoles el amor y la rectitud para que den principio a una nueva vida.
9. Mi luz ha aparecido en esta tierra y se extiende por doquiera, congregando en torno mío a mis hijos de todas las razas y creencias. Vosotros que ahora oís mi palabra, habéis recobrado vuestros dones, habéis sanado y estáis llenos de fortaleza. Cuando la humanidad conozca esos sucesos os llamará privilegiados, os pedirá que le deis un poco de esta Verdad que os he revelado y escuchará ansiosa vuestras palabras. Hay muchos que debiendo estar ya leyendo en este Libro, han retardado su llegada y vendrán cuando mi palabra haya cesado; mas para entonces estaréis preparados y les enseñaréis con amor como os he enseñado a vosotros.
10. No temáis a las tinieblas en que viven vuestros hermanos, ni a la lepra, ni a la espada de su lengua. Se acercarán a vosotros, reacios los unos, otros comprensivos; a todos les enseñaréis con caridad. Yo os he hablado con amor y mis palabras han sido una caricia y un consuelo para todos mis hijos. Me he presentado ante grandes multitudes sin mirar que unos creen y otros nieguen mi palabra. He venido a cultivar el corazón humano sin distinción alguna; este riego de mi amor lo fecundará y en corto tiempo la vida del hombre se transformará.
11. Quiero hacer de vosotros un pueblo fuerte, luchador, que venza los obstáculos y llegue hasta el fin de su misión para conquistar el galardón que le he prometido. Cuando os he ungido, he hecho que reconozcáis vuestros dones y habéis quedado preparados para la gran jornada. No sometáis a prueba esos dones; antes bien creed en ellos y no faltéis a la fe. No me probéis a Mí, porque si esto hiciereis Yo siempre demostraré quién Soy; mas si Yo os sometiera a prueba, flaquearíais.
12. Si queréis sanar a los enfermos, hacedlo en mi Nombre llevando con humildad vuestra misión.
Cuando Yo señale el término de la vida de vuestros hermanos, no me pidáis que alargue su existencia; convertíos en guías de esos espíritus que son llamados al Más Allá y a los cuales confío a vuestra caridad. Mas cuando tengáis que devolver la salud del cuerpo, sentid el dolor de vuestro hermano y recurrid a vuestros dones, aconsejando y dando fortaleza, y vuestro amor hará prodigios.
Mirad más allá de los dolores del cuerpo de vuestros hermanos; contemplad y pensad en sus sufrimientos y necesidades espirituales, mitigadlos con vuestra oración y vuestro compañerismo, dejando en su corazón la alegría y la serenidad.
13. Me hacéis presente a los corazones que por su insensibilidad no han recibido mi Doctrina; revestíos de paciencia, que si tenéis fe en mi palabra sembraréis esta simiente en todos los corazones, y Yo concederé a vuestra porción las pruebas necesarias para su convencimiento.
14. Quiero que recordéis siempre mis lecciones porque no he venido a hablar en el desierto, sino a depositar mi luz en vuestro espíritu y corazón. Pensad que si vosotros desperdiciáis mis enseñanzas, hay muchos hambrientos que me esperan ha mucho tiempo, porque saben que he de venir a corregir todos los errores.
15. Mis escogidos están diseminados sabiamente en todas las naciones, todos tienen un encargo mío que cumplir. Algunos vendrán a esta nación, movidos aparentemente por causas materiales, unos en busca de trabajo, otros de tranquilidad; para ese tiempo quiero que estéis preparados, que ya seáis mis discípulos. Sólo así será creída mi palabra, por el ejemplo y la fe que el pueblo sepa dar a sus hermanos.
16. Yo soy el Administrador Divino que os enviará a tiempo a esparcir la semilla, mas no quiero oír de mis discípulos estas palabras: “Maestro, me habéis dicho que la tierra estaba preparada y limpia y he encontrado espinas y piedras en las que he tropezado”. Y os respondo: “No os he ofrecido un camino florido, os he dicho, que es el mismo que recorrió Jesús en el Segundo Tiempo y después de Él, todos sus discípulos”.
17. Todos podéis seguirme porque estáis limpios. Antes de atraeros a Mí, os he purificado, por lo tanto, sois dignos de esparcir mi simiente en el corazón de vuestros hermanos; las tierras están dispuestas y preparadas porque el espíritu de Elías, ha sido en este tiempo como el sonido de una campana que ha despertado a todo el que duerme. Todos los que os recreáis oyendo mi palabra, habéis sido tocados por la gracia de aquel Pastor espiritual. En verdad os digo, que cuando os veo reunidos escuchándome hay gozo en Mí, y cuando no os acercáis al árbol a comer de su fruto, hay tristeza en mi Espíritu.
18. He venido a congregaros en este pueblo, tiempo ha disperso en el mundo. He venido a reunir a las doce familias para luego hacer de ellas una sola y enviarla con una misión de paz entre la humanidad; mas cuando contemplo la ingratitud entre estos hijos no puedo menos que sentir dolor y tristeza.
19. Vengo a confiaros el Árbol de la Vida Eterna cuyo fruto dulcísimo es salud, alegría y paz. He dejado que los hombres cultivasen árboles y he visto que la mayoría de sus frutos han sido amargos y de ellos han hecho comer a la humanidad.
20. Mi palabra ha tropezado con vuestro egoísmo, por eso os he dicho, que lo que os estoy entregando es para que a su vez lo hagáis del conocimiento de vuestros hermanos, pero vosotros sólo queréis recrearos con mis manifestaciones sin contraer deberes para con los demás; mas no os he llamado para enseñaros lecciones inútiles, he venido a deciros que aprendáis esta divina lección, para que más tarde la aprovechéis en vuestra vida llevándola a la práctica con vuestros Semejantes.
Yo os revelo en este instante que vuestro espíritu tiene una deuda atrasada con todo aquel que llega a vosotros con un sufrimiento, con una necesidad o con una petición. Mirad con cuanto amor los pongo a vuestro paso, para que cumpláis vuestra restitución haciéndolos objeto de vuestra caridad.
21. Tiempo ha que os estoy hablando para formar en el seno de este pueblo un nuevo apostolado. Generación tras generación ha escuchado mi palabra y aún no descubro a los que por su firmeza, sean los cimientos de mi Templo.
22. El año 1950 tendrá que sorprenderos y al no escuchar ya mi palabra os sentiréis como huérfanos.
23. Mi justicia tendrá que tocaros hasta que comprendáis que tenéis que reuniros y formar un pueblo lleno de armonía y fraternidad. Esos tiempos se avecinan y ahora que aún hay oportunidad en que podéis prepararos con amor os digo: No esperéis dormidos a que llegue esa hora.
24. Os parece difícil la unificación e imposible vuestra reconciliación y fraternidad con todos los pueblos de la Tierra, pero de cierto os digo, que los hombres llegarán a reconocerse y a amarse.
25. Cuando los hombres sometan su libre albedrío a la Conciencia y obren de acuerdo con la voluntad divina, sentirán que la carga de la vida se hace ligera y que nada fatiga al cuerpo ni al espíritu.
26. ¡Cuánto anhelo que todos os sintáis delante de Mí como hijos y no como reos! Siempre que dejáis la Tierra y os presentáis a darme cuentas del cumplimiento de vuestra misión, os sentís abatidos bajo los cargos que os hace vuestra Conciencia, y ya es tiempo de que lleguéis entonando un himno de triunfo y de gozo, para que podáis decirme: “Señor, todo está consumado”.
27. Si el camino hubiese sido amplio ya hubiese llegado toda la humanidad hasta la cumbre; pero como el camino ha sido de pruebas y la puerta estrecha, ha sido menester hacer méritos para poder penetrar en él.
28. Es imposible que desde este mundo tratéis de imaginar lo qué es y cómo es mi Reino o la Gloria. Quiero que os baste saber, que es un estado de perfección del espíritu desde el cual ve, siente y comprende la vida maravillosa del espíritu que hoy no podéis comprender ni concebir.
29. Os digo, que ni los espíritus que habitan en planos más altos que aquél en que vivís, conocen la realidad de aquella vida. ¿Sabéis lo que es vivir en el Seno del Padre? Cuando habitéis ahí, entonces podréis saberlo. Sólo un vago presentimiento, una leve intuición de aquel misterio cruzará fugazmente por vuestro corazón, como un aliciente en vuestro camino de evolución.
30. Venid al Padre por el camino estrecho del amor, que es caridad, que es perdón, que es humildad y apartaréis de Mí la tristeza.
31. Pueblo: Os he visto llorar por el mundo, ¡benditos seáis! Comienza vuestro corazón a sentir el dolor ajeno. Os he contemplado en el silencio de la noche elevando vuestro pensamiento hacia Mí, para pedirme la paz y el bálsamo para la humanidad. En verdad os digo, ¡no sabéis cuánto alcanza el mundo por vuestra oración!
32. No temáis no llegar a conocer en esta vida el resultado de vuestras peticiones y de vuestras lágrimas por aquellos a quienes ni siquiera conocéis. El cincel del dolor está puliendo vuestro corazón y mi palabra os inspira a cada instante la caridad. Hoy comprenderéis la fuerza que poseéis por el pensamiento, así como por otros dones que hasta ahora no habéis cultivado. Dentro de vosotros existe una vida aún desconocida.
33. ¿lmagináis el dolor de un espíritu cuando al retornar al Valle espiritual se da cuenta de que no supo cumplir su misión en el mundo, ni revelar a la materia sus dones y atributos?
En este tiempo vengo a entregaros nuevamente mis lecciones, aunque en la Doctrina que os di en el Segundo Tiempo ya os las había dado, mas entonces no podíais analizarlas. Todo aquello que no acertabais a comprender lo considerabais misterio y sobre ello extendíais un velo. Ese velo es el que ahora vengo a desgarrar con mi luz para que los misterios os muestren su esencia.
34. He aquí por qué os he dicho que no conocíais la fuerza del pensamiento. Hoy os digo, que el pensamiento es voz y es oído, es arma y es escudo. Lo mismo crea que destruye. El pensamiento acorta la distancia entre los ausentes y encuentra a los que habías perdido.
Conoced vuestras armas antes de que la lucha comience; el que sepa prepararse será fuerte e invencible. No será necesario que esgrimáis las armas homicidas. Vuestra espada será el pensamiento limpio y puro, y vuestro escudo la fe y la caridad. Aun en el silencio resonará vuestra voz como mensaje de paz.
35. Esta es la lección que vengo a enseñaros ahora y en verdad os digo, que mis palabras no se perderán, así como no fue inútil una sola gota de la sangre derramada en el Calvario. Del tiempo que os he dado para vuestra vida material, os estoy quitando unos instantes por los cuales podéis alcanzar la Vida Eterna. Estos momentos no tienen precio.
36. Ni siquiera os exigí que creyeseis en Mí; cuando llegasteis fui Yo quien se adelantó a daros pruebas sanando vuestros males del cuerpo, dando paz a vuestro espíritu o algo que creíais inalcanzable.
Después, cuando habéis creído en mi presencia y os habéis entregado con fe al cumplimiento de mi Ley, he señalado a cada quien su misión para que no se equivoque de camino, para que sólo tome lo que le corresponde y entregue a sus hermanos la caridad y el amor, como Yo he venido a hacerlo en vosotros.
37. ¿Por ventura creéis que todos los que enseñan son maestros? ¿Creéis que todos los que se nombran ministros de Dios, son enviados míos o sea que Yo les he dado la misión que están desarrollando? ¿Creéis que todos los que reinan, gobiernan y mandan en el mundo poseen los dones necesarios para cumplir esa misión? No pueblo. Cuán pocos son los que desempeñan el cargo que en verdad les ha sido confiado.
Mientras unos usurpan un puesto que no les corresponde, los que deberían desempeñarlo se ven humillados y postergados. He tenido que venir nuevamente como Maestro para enseñaros, Yo que soy vuestro Dios, a ofreceros la comunión espiritual y, Yo que soy vuestro Rey, a gobernaros, para encauzar a vuestro espíritu en el sendero de evolución.
38. Ayer sólo almacenabais palabras que nadie os enseñaba a comprender o, a interpretar y que sólo os llenaban de confusión. ¿Quién de vosotros, después de recibir mi palabra como una semilla y el rocío fecundador de mi luz que lo explica todo, cree aún en el fuego eterno del infierno? Ninguno. Hoy sabéis que no será el temor al castigo lo que os hará cumplir mi Ley, sino vuestro amor, nacido en lo más profundo del corazón. Aquellos tiempos en que vuestro espíritu temblaba ante la justicia de un Dios terrible e inexorable, han pasado.
Erróneamente se ha interpretado lo que en sentido figurado os revelé en tiempos pasados. Lo que debéis saber es que cuando la Conciencia de un pecador logra apartar al espíritu de su materialismo y le señala todos sus errores, la comprensión de su ingratitud le hará arrepentirse y la vergüenza que sufra será tan intensa, que os parecerá débil junto a ella la falsa idea del fuego material como elemento purificador del espíritu.
39. La Conciencia es la luz de Dios y esa luz es fuego de amor que consume toda impureza. He ahí el fuego en el que se funde de nuevo el espíritu, para levantarse otra vez lleno de luz.
40. También os digo, que así como existe ese fuego en la Conciencia que no es fuego material, también existen en el espíritu tinieblas y soledad, que no son como las que tenéis en el mundo ni como las imagináis.
41. ¿Cómo habéis podido creer que en el Día del Juicio, resuciten los cuerpos de los muertos y se unan a sus espíritus para penetrar en el Reino de Dios? ¿Cómo podéis interpretar así lo que en otros tiempos se os enseñó?
42. La carne es de este mundo y en él queda, mientras el espíritu se levanta libre y vuelve a la vida de donde brotó. Lo que es nacido de la carne, carne es, lo que es nacido de mi Espíritu, espíritu es.
La resurrección de la carne es la reencarnación del espíritu y si unos creen que esa es una teoría humana y otros creéis que es una nueva revelación, de cierto os digo, que esta revelación comencé a darla a conocer al mundo desde el principio de la humanidad; prueba de ello podéis encontrarla, en el texto de las Escrituras que son un testimonio de mis obras.
43. Mas en este tiempo ha llegado esta revelación a vuestro espíritu en un grado mayor de evolución y en breve será tenida en justicia como una de las leyes más justas y amorosas del Creador. Desechad la creencia que teníais acerca del “Día del Juicio”, que no es un día de los vuestros, porque es un tiempo, y el fin del mundo no es el del planeta en que vivís, sino el de la vida egoísta que sobre él habéis creado.
44. En verdad os digo: Vivís en el Día del Señor, estáis ya bajo su juicio. Vivos y muertos están siendo juzgados; actos pasados y presentes son pesados en esta balanza. Abrid vuestros ojos para que seáis testigos de que por donde quiera mi justicia divina se hace sentir.
45. Ahora es cuando debéis permanecer fuertes, porque la tempestad se ha desencadenado y las tentaciones os acechan a cada paso. Dejad la Sodoma y Gomorra, ciudades pecadoras, y no volváis vuestro rostro, porque ellas os están invitando y ya que os libertasteis, no volváis a caer en su seno, no sea que luego no tengáis fuerzas para separaros de ellas. Id sin deteneros en pos de la Ciudad de Paz, aquella que llegará a establecerse en vuestro corazón cuando el tiempo sea llegado.
46. ¿Cuánto durará el juicio? No lo sabéis; mas de cierto os digo, que el tiempo de purificación será acortado por mi caridad divina.
Ancianos que lloráis, porque vuestra razón os dice que no veréis en la Tierra el triunfo de mi Ley, en verdad os digo: ¿Quién puede aseguraros que no volveréis para entonces al mundo, a ser testigos de la venida de mi Reino y a dar un paso más en el camino? A los que no volviesen les digo: Yo les haré contemplar desde el Más Allá el triunfo de mi justicia y la voz y la presencia de esos seres será sentida en la Tierra.
47. Una nueva lección os he entregado, con ella he destruido conceptos erróneos, porque habíais materializado enseñanzas anteriores. Ved que os hablo en múltiples formas; una misma lección os la enseño de distintas maneras, para que ninguno se quede sin comprender mi palabra.
Tened en cuenta que ni vuestro espíritu ni vuestro entendimiento tienen el mismo grado de evolución en todos los que venís a escucharme. Yo sé lo que cada quien necesita, por eso humanizo y limito mi palabra hasta hacerla comprensible a todos y a cada uno de mis párvulos.
48. Después de entregaros mi lección y a fin de que vuestro análisis sea acertado y justa vuestra interpretación, os envío a mis emisarios espirituales, mensajeros y explicadores de mi palabra, para que os ayuden en vuestro estudio y encontréis la esencia de mis revelaciones.
49. Quiero que lleguéis a comprender la importancia que tiene el estudio y análisis de mi palabra, ya que cada frase encierra cuando no una revelación, una profecía, cuando no un juicio, una lección para vuestro espíritu.
50. Quienes den a mi Obra la importancia que ella encierra en este Tercer Tiempo y se profundicen en el análisis de mi palabra, verán el florecimiento y el desarrollo de muchos dones que estaban latentes en su ser.
Benditos sean los que despierten ante mi voz, porque al levantarse a cumplir su misión, se percatarán de que no son parias ni menesterosos como habían creído y sabrán, además, que nunca estuvieron olvidados por Mí.
51. El que por necedad, incredulidad o materialismo, no desarrolle en este tiempo sus dones y potencias espirituales se verá a cada paso sorprendido por los grandes acontecimientos y las pruebas destinadas a manifestarse en esta Era. Por eso os digo: Preparaos, velad y orad, poned alerta a la humanidad.
52. ¿Habéis observado en vosotros vuestro despertar espiritual? ¿Estáis convencidos de que verdaderamente os encontrabais durmiendo? Pues haced con vuestros hermanos lo que mi palabra ha hecho con vosotros y estaréis en condiciones de iniciaros en la comunicación de espíritu a Espíritu.
53. Cuando habléis de Mí y entreguéis vuestro testimonio, hablad claro para que a ninguno confundáis. ¿Por ventura vine oculto tras el misterio o envuelto en sombras? Es verdad que he venido en Espíritu, invisible a vuestros ojos humanos, pero espíritu no significa misterio ni tiniebla, sino luz, verdad y claridad para quien sabe observar con buena fe y analizar con buena voluntad.
54. A este pueblo que ha sido testigo de mi comunicación por el entendimiento humano, le hago saber que el tiempo que ha dedicado para el estudio y la lucha que ha sostenido para permanecer firme entre las multitudes, tengan mañana un fruto digno de sus méritos, es necesario que cuando esta palabra cese de vibrar a través del portavoz haya acumulado en su espíritu todas mis enseñanzas, a fin de que esté en aptitud de testificar esta verdad.
55. Mi pueblo me dice en su corazón: “Maestro, durante muchos años hemos escuchado tu divina Palabra sin lograr llegar al fondo de tu enseñanza. ¿Cómo podremos alcanzar la preparación que nos pides en los escasos años que nos restan de escucharte?” Y os digo: Si no habéis llegado a comprender mi Revelación, ha sido porque os ha faltado preparación y meditación, para lograr el mejor análisis de las lecciones que os he venido entregando.
56. Voy a concederos una gracia por medio de la cual podréis llegar a extraer toda la sabiduría que os he dado en mi palabra; pero no creáis que esa gracia consiste en prolongar mi estancia entre vosotros, no. ¿Qué objeto tendría permanecer por más tiempo después de haberlo dicho todo y de habéroslo legado en los escritos? Aquella gracia de que os hablo la tendréis inmediatamente después de que mi palabra haya dejado de vibrar en 1950; entonces os concederé un tiempo para que os consagréis a la lectura de las innumerables lecciones que os di; haréis una meditación concienzuda y un estudio profundo que os ayudará a descubrir toda la esencia que el Verbo vertió en su comunicación con los hombres.
57. Con ese estudio iréis espiritualizándoos y adelantaréis en conocimiento y preparación. Entonces exclamaréis regocijados: “Señor, bendito seas, porque nos diste la oportunidad de aprovechar aquel caudal de luz que nos trajiste y que ya se iba alejando de nuestro corazón”.
58. Este es el Tercer Testamento del único Dios que se ha manifestado a los hombres en tres formas o fases distintas.
59. No podréis negar que durante el tiempo de mi comunicación estuvieron con vosotros mis complacencias, aunque también estuvo presente mi justicia; todo ello os ha ayudado a comprender que verdaderamente se trataba de una Revelación divina y que de cierto, una nueva Era se ha iniciado para la humanidad.
60. ¡Oh, naciones benditas, aunque no sintáis la cercanía de mi presencia, ni os deis cuenta de que habéis penetrado en el nuevo tiempo que es de luz y de justicia, Yo os doy mi amor, mi perdón y mi bendición!
61. El Libro de mi palabra es el Libro divino y verdadero Amor, de la Verdad inmutable.
62. Escribid mi enseñanza y llevadla a los corazones; ella estará depositada fielmente en las páginas de aquel Libro con mayor exactitud que en vuestra memoria. De esta heredad, Yo os reclamaré.
63. Mañana, los hombres encontrarán allí la esencia de esta Revelación salvadora, la cual los conducirá con sus bellas enseñanzas por el camino de la verdad.
64. De padres a hijos serán legadas estas Escrituras, como un manantial de agua viva cuya corriente inagotable irá de corazón a corazón.
65. Estudiad en el gran Libro de la Espiritualidad, el Libro de los libros, el gran explicador de todas las revelaciones divinas, que se le han hecho al hombre a través de todos los tiempos.
66. Os digo en verdad, que quien meditase y repasase en mi Libro con verdadero anhelo de instruirse, su espíritu adquirirá gran luz y me sentirá más cerca de él.
67. En este texto concentraré toda la sustancia y esencia que se encuentra esparcida en la humanidad; desde los tiempos antiguos os la he confiado a través de mis enviados, de mis emisarios, de mis intérpretes. Meditad en él, repasadlo con respeto y con amor si queréis evitaros siglos de confusiones y pesares; mas tened siempre presente que no es bastante el Libro, no; él os despierta y os enseña, pero si anheláis ser verdaderamente grandes, enseñad con el ejemplo el mismo camino que a vosotros os he enseñado.