Enseñanza 301

1. ¡Gozad de mi palabra, oh, espíritus a quienes tanto ha esperado el Padre y por quienes vino al mundo y derramó su sangre!

2. Estas multitudes están formadas por creyentes e increyentes, pero todos son espíritus hambrientos de amor, sedientos de luz y de verdad; mientras los que tienen fe se alimentan y fortalecen, los incrédulos desprecian el pan de la Vida Eterna y tienen que soportar su hambre y su sed. Son espíritus confundidos por una vida de materialismo, de ignorancia y fanatismo de los que no pueden olvidarse, para poder contemplar y sentir mi presencia; son corazones temerosos de los juicios de la humanidad. ¿Cómo van a poder concentrarse en lo elevado de su espíritu para sentir mi esencia, cuando están pensando en lo que de ellos dirán los demás? Saldrán diciendo que no es verdad mi presencia en estos lugares, cuando la realidad es que ellos son los que estando presentes no han estado Conmigo, porque su espíritu se ha quedado donde su pensamiento, sus intereses, sus preocupaciones y sus pasiones los tienen atados. Yo sí he venido, Yo sí he estado con vosotros, porque pienso siempre en los que me necesitan, en los que apuran el cáliz de amargura y comen el pan de la esclavitud y la humillación.

3. Hay algunos que no quieren creer, porque les falta voluntad para vencer su vanidad y fanatismo. En cambio, están los que quieren creer y no pueden, porque algo que existe en su interior les confunde, impidiéndoles encontrar y gozar la verdad de mi Mensaje.

4. ¿Creéis que Yo abandone a estos mis hijos? ¿Pensáis que cuando me vuelvan la espalda y se alejen del sendero al cual les llamé, les olvide? No, pueblo. Mi Espíritu les seguirá incansablemente, ayudándoles a vencer obstáculos, probándolos, manifestándoles en muchas formas, que fue cierto lo que en mi palabra escucharon, que fue verdad mi llamado. Todos volverán, unos en una forma, otros en otra, unos en un tiempo y otros en otro, mas Yo estaré siempre para recibirles con amor.

5. Vengo a ofreceros el pan y el vino del espíritu, comed y bebed, pueblo. Tomad el manjar del Tercer Tiempo y sustentaos de él. Bendito sea el que comiere de este pan porque despertará, abrirá sus ojos a la luz y saldrá de su estancamiento.

6. Hace tiempo que os estoy hablando bajo esta forma y próximo está el día en que dé por terminado este capítulo de enseñanzas y revelaciones. No terminará allí mi Obra ni mi lección divina; pero sí concluirá esta etapa de preparación espiritual.

7. El pueblo que oyó la voz de su Padre a través del portavoz en este tiempo, quedará en la Tierra con la misión de hablar a la humanidad y dar testimonio con sus obras de la enseñanza recibida.

8. Amor y caridad ha habido en mi palabra, desde que ella comenzó a manifestarse en este Tercer Tiempo, mas a pesar de que su sentido ha encerrado justicia y os ha reclamado y corregido, ahora, al acercarse a su final, ved cómo su justicia aumenta, al par que su dulzura invade vuestro corazón.

9. Quiero que en mis últimas Cátedras encontréis toda la fortaleza que vais a necesitar en la lucha; quiero dejaros un sabor celestial en vuestro corazón y que no quede en él la amargura, para que me recordéis con amor a cada paso, y que de vuestra memoria surjan mis palabras como voces de alerta, como bendiciones, como inspiración y bálsamo. Entonces evocaréis con emoción este tiempo de enseñanzas y al llegar a la comprensión de que verdaderamente fue el Maestro el que desató los Sellos del Libro de la Vida, abriéndolo ante vuestros ojos, precisamente en el Sexto Capítulo, comprenderéis que fue Elías el que tuvo la llave para abrir las puertas del Tercer Tiempo, que es la Era de la Luz y del espíritu.

10. Para que la fe de la humanidad se afirmara en el conocimiento de la existencia espiritual, más allá de la vida material, en los tiempos pasados os fueron concedidas algunas manifestaciones de enviados del Padre, a los cuales disteis el nombre de ángeles. Aquellas primeras manifestaciones fueron seguidas de algunas obras que Yo a través de Jesús llevé a cabo para haceros penetrar un poco más en el Arcano.

De ellas os recordé, la presencia de seres de luz anunciando mi advenimiento a la Tierra; la influencia de espíritus turbados ejercida sobre seres humanos, llamados poseídos; el desprendimiento del espíritu de su cuerpo y su retorno a él, mostrado por Mí en el instante de la transfiguración; y la materialización de los seres que no se han elevado a su verdadero reino, porque los envuelve la tiniebla de la ignorancia, como aquellos que se manifestaron en Jerusalén el día de mi crucifixión.

11. ¡Cuán profundas fueron aquellas lecciones! Mas los hombres que no quisieron ver la luz que en ellas había, ellos como los hipócritas sacerdotes y fariseos de aquel tiempo, han atribuido todo conocimiento espiritual a poderes malignos. ¿No dijeron en aquel tiempo que Jesús sanaba a los poseídos en virtud de tener pacto con el demonio? Así os sorprendió este tiempo en el cual vengo en Espíritu, porque ésta es mi verdadera esencia, para daros una lección más sobre la vida del espíritu, pero una lección más amplia, clara y profunda, en la que podréis experimentar por vosotros mismos sobre lo que he venido a revelaros.

12. Algunos creen que ha sido demasiado elevado lo que he concedido a este pueblo en la presente Era, tomando en cuenta mi comunicación a través del entendimiento humano y la del Mundo Espiritual empleando el mismo medio; a otros les ha parecido tan grande lo que hasta ahora han logrado, que suponen que ya no se podrá ir a más, a lo cual debo deciros que esto que habéis tenido y visto en este tiempo, es apenas una pequeña visión de lo que en el futuro habrán de ver los Espiritualistas, cuando vencidos todos los prejuicios y liberados el espíritu y la mente, hayan dado mayores pasos que los vuestros. ¿Quién podrá detener el curso de esas manifestaciones reservadas con la evolución de la humanidad? Necios e insensatos serán los que se opongan, ciegos en su fanatismo.

13. Cada Era he traído a los hombres nuevas y maravillosas luces para la mente y el espíritu; disponeos todos a recibir mis divinos mensajes, porque un nuevo tiempo ha abierto sus puertas y es mucho lo que tenéis qué ver y qué conocer.

14. “Caridad y más caridad con vuestros hermanos”, os dijo Elías en este tiempo, mas el pueblo que es pobre, se pregunta: “¿Qué podremos dar si nada tenemos?” Es verdad, nada poseéis; pero si almacenáis la gracia y los conocimientos que os doy en mi palabra y si desarrolláis los dones de que he llenado a vuestro espíritu, eternamente podréis dar y nunca veréis agotado vuestro caudal.

15. He aquí algunos de los beneficios que mi Espíritu os ha concedido: Bálsamo para curar toda dolencia física y para apartar toda aflicción del espíritu; paz perpetua para vosotros y para que deis a quien no la lleve en su corazón; luz del espíritu para iluminar vuestra senda, para encauzar vuestros pasos e inspiraros nobles pensamientos y obras. Os traje la oración espiritual, aquélla que os pone en comunicación con lo divino, convirtiéndoos en medios o instrumentos de mis mensajes y revelaciones. El don de la profecía del cual se deriva la intuición y el presentimiento, lo he derramado también sobre vuestro espíritu, porque a través de él podréis conocer por anticipado algo del camino que tiene que ir recorriendo cada uno de vosotros.

16. Estos y otros dones más os han sido confiados. ¿Quién podrá decirse menesteroso, poseyendo tanta gracia? ¿Quién por pobre que sea de lo que pertenece al mundo, se negará a hacer la caridad llevando en su espíritu tan espléndida herencia? Sólo falta que vuestro corazón se abra al contacto de mi efluvio divino, como se abren las corolas de las flores cuando desciende sobre ellas el acariciador rocío, entonces os sentiréis capaces de dar a todo el que a vosotros se acerque en demanda de caridad, porque estaréis llenos de mi Espíritu.

17. En el Segundo Tiempo Yo os di el más claro y vivo ejemplo de que no es menester poseer los bienes del mundo para poder practicar la caridad, y que teniendo un corazón lleno de amor hacia todos, dispuesto a compadecer al que sufre y a consolarlo, pueden obrarse milagros.

18. Yo multipliqué el pan cuando escaseó, transformé en vino el agua, devolví la salud a los enfermos, liberté a los indefensos poseídos, di nueva vida a los muertos, dulcifiqué con una palabra a los duros de corazón, y llené de luz a los espíritus. Algo o mucho de todo esto podréis hacer si os preparáis; si aquellas obras las hice para ejemplo vuestro, prueba es que podéis hacerlas; ahora bien, si os sintieseis pequeños y torpes para llevarlas a cabo, vedme de nuevo entre vosotros, despertando todos los dones y potencias de vuestro ser, para que nunca más digáis que sois menesterosos.

19. No olvidéis que Elías os ha dicho: “Caridad y más caridad para con vuestros hermanos”, sobre todo, sabiendo que es mucho lo que tenéis y lo que podéis dar.

20. El maná del Tercer Tiempo desciende hasta vosotros sin tocar la Tierra, porque es recibido por vuestro espíritu.

21. Pueblo: Sois el reflejo de la humanidad y por eso os recibo en representación de ella. Aquí, entre vosotros, encuentro dolores, flaquezas, falta de fe, discordias, divisiones y guerras. Lo que hablo a vosotros lo digo para todos y lo que ahora doy a unos cuantos, mañana vosotros lo llevaréis a vuestros hermanos, porque mi Mensaje es para todos los hombres.

22. No os veo unificados, y no podríais levantaros ahora mismo a extender mi palabra, porque vuestra Conciencia no os permitiría ir a predicar unificación y armonía, cuando no la habéis sabido conservar, pero ya vendrá el tiempo en que todos los hijos de este pueblo se unan para llevar mi Doctrina como un estandarte de paz, de hermandad y espiritualidad.

23. Mucho habéis caminado por el sendero de la vida; mas ya ha llegado el instante de iniciar el retorno.

24. Habéis recorrido el largo camino de la experiencia; aquella inocencia, que es ceguera e ignorancia, ha desaparecido al adquirir la luz de la experiencia. Además, os manchasteis y para eso son las pruebas y el dolor, para lavaros y purificaros.

25. El inocente es ciego, nada comprende ni sabe del camino para poder retornar hacia el Padre. El que adquiere experiencia conoce el sendero y sabe adónde va.

26. Con esto fácilmente podréis comprender cuál es el sentido que encierra el dolor, las pruebas de la vida, las tentaciones y toda la experiencia pesada y amarga que recogéis en la dilatada caminata para lograr que vuestro espíritu llegue a la perfección.

27. Aquí tenéis explicado el por qué la vida os presenta tantos problemas que tenéis que resolver para poder continuar hacia adelante.

28. Mas, es necesario llegar hasta vosotros para deciros esta verdad, porque sólo así podéis revestiros de esperanza y de idealismo. Si no os repito a cada paso el Sermón de la Montaña, desfallecéis, porque dejáis de reconocer el sentido de la lucha de esta vida y os dejáis vencer por el dolor, creyendo estar condenados a sufrir por siempre.

29. Yo quiero que seáis mis discípulos, pero os empeñáis en continuar siendo mis párvulos. Cuántas veces os escucho, diciéndome: “Padre, ¿por qué nos mandas tanta miseria?; ¿por qué no quieres oír nuestra oración?, Padre, Tú no nos has oído”.

30. Yo escucho vuestra queja y os digo: Siempre he recibido vuestra oración, mas no siempre he de concederos lo que deseáis en el preciso instante en que lo pedís, ni tampoco será según vuestro deseo, sino según mi voluntad. A vosotros corresponde tender el manto de vuestras oraciones, iluminar los caminos con vuestros buenos pensamientos y apartar las tinieblas, para que vuestros hermanos se encuentren preparados, cuando sea llegado el instante en que Yo les envié mi paz.

31. No es el triunfo exterior el que vale ante mi justicia, sino vuestro esfuerzo, porque en él habréis logrado evolución, experiencia, perfeccionamiento.

32. Vosotros sois a quienes he venido a dar la misión de llevar a todas partes la luz y a quienes he dicho que seréis como antorchas en donde estéis. ¿Quiénes serán entonces los hijos de la fe que muevan los montes y alumbren las comarcas?

33. Si supieseis comprender todo lo que encierra mi palabra, os levantaríais con paso firme y presuroso a extender el bien que ella contiene; miraríais con piedad a la niñez, huérfana de ternura y de guías, porque sus padres han muerto.

34. Miraríais con caridad a la juventud que camina sin ideales, porque los hombres han matado la fe de los corazones que apenas se abrían ante la vida.

35. Comprendéis ahora cuál es la antorcha del que os hablo y el ideal que os he inspirado.

36. “Sí, Maestro, -me contesta vuestro espíritu- hemos comprendido que la antorcha es la luz de tu Doctrina que viene a disipar las tinieblas de esa noche tan larga en que se ha sumido la humanidad”.

37. Benditos seáis, mis hijos, porque podréis escuchar también la voz de esa juventud que se pregunta: “¿En dónde está Dios? ¿Qué es el Cielo y qué es la fe?”

38. Vuestro deber es llegar hasta vuestros pequeños hermanos y orientarlos en el camino de la vida, cuya ruta han perdido, hablarles del Padre, diciéndoles que basta un poco de espiritualidad para sentir mi presencia, la cual les dará valor y fuerza para no dejarse arrastrar hacia el abismo.

39. Vuestra misión es decir a los huérfanos, que su Madre no está lejos, que su manto de ternura y protección les ha cubierto desde el instante en que perdieron en la Tierra a quienes eran su apoyo y su refugio. Que les enseñéis a encontrar en todas partes aquel celestial calor.

40. A todo el que se encuentre fuerte en el camino, le hago responsable de los pobres huérfanos, de esa niñez desamparada por los hombres, que vaga por las calles en busca de amor maternal.

41. Así vengo a invitaros a mi reino de paz, para que descanséis de la batalla en que vivís ahora. Vengo a enseñaros a hacer ligero el peso de vuestra cruz, tomando en su verdadero sentido las pruebas de la vida, para que no sufráis inútilmente y sólo aprendáis, experimentéis y os acrisoléis verdaderamente.

42. Alimentaos de sanas y santas alegrías, gozad con la presencia de los niños, en quienes habitan ya los espíritus que anuncié a la humanidad para este tiempo, y cuya misión de paz y de luz, se manifiesta en sus hechos, desde sus primeros pasos. Velad porque en ellos se cumpla mi promesa. Ellos son esperanza y cimiento de futuras generaciones, y su destino será un testimonio para los que esperan ansiosamente las señales de que el Reino prometido ya está cerca.

43. La especie humana se irá regenerando, el espíritu alcanzará mayor evolución a medida que los tiempos transcurran y sus obras la lleven a ocupar dignamente el lugar que le corresponde.

44. Hoy no acertáis a comprender el significado de vuestras pruebas, las juzgáis innecesarias, injustas e insensatas, mas Yo os diré cuánta justicia y precisión hubo en cada una de ellas, cuando lleguéis a la ancianidad, y a otros cuando hayáis traspuesto los umbrales de este mundo y os encontréis habitando las regiones espirituales.

45. Hoy no os diré lo que dejasteis atrás sin cumplimiento, vuestros errores o desaciertos; tampoco os revelaré el porvenir. Sólo quiero mirar en vosotros la confianza y entrega a Mí, porque no hay una hora de vuestra vida, un solo acto o pensamiento, en que no esté presente mi Espíritu, para bendeciros, alentaros o daros enseñanzas. Quiero que la fe aliente en vuestro corazón, que me améis y me busquéis como Padre, como Amigo y Consejero en todas vuestras pruebas.

46. Y ya que sabéis que estáis restituyendo, que se os pide el pago de vuestro adeudo, pensad en luchar con justicia dentro de vosotros. Para cada rebeldía, tendréis un rasgo de humanidad, para cada prueba un cúmulo de fortaleza y así iréis subiendo de escala en escala hasta llegar a las regiones más altas.

47. No os digo, que el fin está muy próximo a vosotros pero sí os prometo que os concederé grandes oportunidades para alcanzarlo.

48. Cuando sepáis comunicaros Conmigo, no habréis menester de intermediarios, porque vosotros mismos seréis inspirados y guiados por Mí.

49. El día en que vosotros estéis unificados, vuestro pensamiento envolverá la Tierra, vuestro amor se reflejará y se extenderá hacia otras naciones, y la humanidad se sentirá atraída, poseída de algo que no acertará a comprender y se dirá: “Algo sobrenatural está por venir”.

50. Mas para ese tiempo debéis enviar a vuestros emisarios y esta luz que hoy sólo unos cuantos habéis visto, será mirada por otros pueblos y ahí, donde sólo hubo esterilidad, en esos campos abandonados e incultos, surgirá la vida, brillará la luz de la Conciencia y florecerá el espíritu.

51. Yo os preparo para que seáis mis buenos discípulos, que viváis atentos a mis palabras, que estudiéis en silencio para instruiros aún más, porque mi enseñanza no tiene fin. Y cuando os sintáis, capacitados para enseñar, congregad en torno vuestro a los hambrientos de verdad, preparad a nuevos discípulos, como lo hizo Juan en el desierto y después entregadlos a Mí, y Yo los llevaré hasta el fin de su evolución.

52. Pensad que esto que os hablo, tenéis que cumplirlo algún día. Hoy estáis Conmigo, reunidos como una familia bajo la vigilancia de sus padres, pero después os dispersaréis por los caminos del mundo y ahí será donde encontraréis el cumplimiento de mis palabras y la ocasión de luchar por esta Obra. Porque vos, pueblo, sois el espejo en el cual debe reflejarse mi amor, y tenéis que dar ejemplo de fraternidad.

53. Estoy tocando las fibras más sensibles de vuestro corazón, porque se acerca el tiempo de mi partida y quiero dejaros sensibles al dolor, a la miseria, a la orfandad.

54. Mi luz siempre estará con vosotros, mi Rayo divino nunca os dejará, porque aun cuando haya terminado el tiempo de mi comunicación, él vendrá a alumbrar a vuestro espíritu.

55. ¡Cuánto vais a necesitar que esa luz se siga haciendo sentir en vuestro espíritu, cuando penetréis en la lucha, cuando os miréis atacados y veáis que la humanidad se ríe de vosotros, cuando escuchéis que os llaman falsos e impostores!

56. Entonces mi luz os hablará interiormente, diciéndoos: “No temáis, hablad de lo que sabéis y repetid mis enseñanzas”.

57. Vosotros hablaréis la verdad que Yo os he traído, mas si alguien se siente ofendido por lo que ha escuchado, dejadme a Mí la causa, mas os digo, que cuando digáis mi verdad, no lo hagáis jamás con la intención de lastimar, porque entonces seréis vosotros los que tendréis que responder de vuestras palabras.

58. Respetaréis la fe y la religión de todos, recordando que Yo, vuestro Dios, Omnipotente y Todopoderoso, os dejé estar con todos mis hijos sin distinción de cultos ni de credos.

59. Sembraréis con amor esta Doctrina que habrá de ser la que enseñe a los hombres a volver a su punto de origen, la enseñanza que les haga elevarse sobre su vida material, hacia un mundo más perfecto.

60. Ved cuán necesaria es una luz que ilumine al espíritu del hombre para ayudarlo a encontrar el camino y retornar al lugar de donde partió, después de adquirir el conocimiento del sentido de la vida; porque fue necesario que el espíritu cuando era inocente, conociera la luz de las pruebas, de la lucha, del largo camino de la experiencia, para conocer a Dios.

61. Día vendrá en que muchos de vuestros hermanos os vengan a buscar, llamando a vuestras puertas para deciros: “Dadnos de vuestro pan espiritual, porque nosotros vemos que tenéis pan, que estáis felices, que una luz que no es de este mundo, os está alumbrando. Dadnos de esa luz para guiarnos”.

62. Ese será el principio de la paz y de la fraternidad, cuando cesen las guerras, los odios y sea destruido el reino de la oscuridad.

63. Hoy todavía no estáis preparados para repartir el pan espiritual, porque no os habéis despojado aún del último resto de egoísmo y vanidad. Mas, Yo os concedo un tiempo más para que os preparéis.

64. Pueblo: Os he dado una lección más, lección que os habla de fraternidad. El Libro de la Vida se abrirá delante de vosotros y en vuestra Conciencia seguiréis escuchando la voz del Maestro, diciéndoos: “Amaos los unos a los otros”.

65. El que ha venido a presenciar esta manifestación y su mente ha estado llena de preocupaciones materiales, así como el que ha estado pensando en goces materiales, muy poco ha llevado; en cambio, al que ha penetrado con humildad y se ha entregado al deleite de escucharme, ese ha llevado un tesoro en su corazón, su riqueza espiritual aumentará día a día y pronto se sentirá capaz de participar de sus bienes a sus Semejantes.

66. De éstos quiero que seáis vosotros para que salgáis al mundo en busca de los que tienen hambre de amor y de verdad.

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