Enseñanza 297
1. Pueblo: Noble es vuestro anhelo de llegar a recoger el fruto de vuestra siembra, mas os digo que tengáis paciencia, que no queráis conocer el resultado inmediato de vuestras obras, porque ello equivaldría a precipitar el tiempo de la cosecha, conformándoos con cortar verdes los frutos.
2. El desarrollo de esta Obra no es en un instante, está dentro de la eternidad, por lo tanto, cada quien comprenda la parte que le corresponde hacer en esta campiña espiritual, y luego encomiende y confíe su labor a los que detrás de vosotros lleguen para secundaros, continuando el cultivo que vosotros iniciasteis. Después de éstos vendrán otros y posteriormente otros más; así es que no sabéis a quiénes corresponda recoger la cosecha de fe, de conversión a la espiritualidad.
3. Aquellos que vean la fructificación, sabrán que el mérito no fue sólo de los últimos, sino que fue una labor en la que los méritos, esfuerzos y sacrificios de los primeros, los segundos y los terceros, se enlazaron para llevar al triunfo una Obra espiritual encomendada a todos por el Maestro.
4. Sabed que una sola generación no es capaz de llevar a cabo toda la Obra, y sabed también que no es éste el tiempo de la cosecha.
5. ¿Cómo podríais hacer comprender mi palabra si no la ponéis en práctica? Si tanto os ha llevado comprender mi palabra, creer en ella y adiestrar vuestra rebelde materia para el cumplimiento de una misión, ¿cómo queréis que la transformación del mundo sea instantánea?
6. Tampoco creáis que estáis trabajando solos en esta labor, porque no tenéis aún la fuerza necesaria para llevar a cabo obras de tanta importancia espiritual. Es necesario que sepáis que hay seres que os van señalando el camino que debéis seguir y os van preparando la senda y los sitios adonde habréis de llevar la semilla, esos precursores son hermanos vuestros de otros mundos, de otras moradas, desde las cuales vigilan vuestros pasos y os abren brecha, porque también ellos son labriegos de la paz, del amor, de la fraternidad. Son espíritus de mayor pureza que la vuestra, de mayor conocimiento y experiencia, de ellos nada malo podéis temer. Son los que no os dejan estacionar, los que ponen inquietud en vuestro corazón cuando abandonáis la siembra.
7. No estáis solos, ni seréis abandonados nunca a vuestras propias fuerzas.
8. Confiad en esta Obra, mirad su grandeza; ved que no es obra salida de la mente del hombre, que no es una idea nueva de esta humanidad, sino una luz eterna que siempre ha estado iluminando el sendero del espíritu del hombre, y en cuya verdad habrá de consumarse toda imperfección, toda impureza y pecado.
9. De mi verdad he hecho una Doctrina impregnada de amor, de justicia y sabiduría, a través de la cual os probaré su fuerza, convirtiendo y transformando a los que por momentos se desviaron del sendero recto.
10. ¿Cómo condenar al hombre al exterminio o al dolor eterno, cuando su pecado sólo es pasajero y es producto de su ignorancia? ¿Cómo condenar a un ser que en sí lleva mi propia naturaleza divina?
11. Si por momentos o por tiempos ha tenido inclinación por la materia y propensión al mal, llegado el instante de claridad, en que deje llegar mi gracia a su corazón, éste responderá, manifestando que Dios está en todo espíritu.
12. Esa es la naturaleza que el hombre debe buscar en sí mismo, la esencia que ha perdido y que muchas veces ha buscado en vano. Para esto he venido a revelaros todas las facultades que tenéis para hallaros a vosotros mismos, a enseñaros a encontrar vuestro espíritu, a conoceros verdaderamente, sin deteneros ante la contemplación de lo exterior, de la forma material.
13. Aprended a buscar lo espiritual, discípulos, y os libraréis también del fanatismo por las formas de la práctica del culto exterior.
14. Entonces veréis que no es el recinto, ni el símbolo, ni lo ritual lo que encierra la grandeza de la Obra espiritual, sino su sentido eterno y su fin lleno de justicia.
15. No tratéis de limitar esta Obra que es universal e infinita, ni de poner límites a vuestro desenvolvimiento espiritual, porque cuanto más os profundicéis en el camino de las buenas obras y del estudio, mayores revelaciones iréis recibiendo. La Obra divina la veréis surgir de lo más sencillo, la veréis manifiesta en todo lo creado, la sentiréis latir en vuestro ser.
16. Esta es la sencillez con que vengo a doctrinar al discípulo Espiritualista, para que él también sea sencillo, como su Maestro. El discípulo debe saber persuadir y convertir con la verdad de sus palabras y la fuerza de sus obras, sin querer sorprender a nadie con poderes misteriosos o facultades extraordinarias.
17. El discípulo verdadero, será grande por su sencillez. Comprenderá a su Maestro y a la vez se hará comprender de sus hermanos.
18. La vida es un mar anchuroso donde viaja cada quien en su barquilla y, mientras unos buscan el medio para guiarse a un puerto seguro, otros, faltos del ideal o de experiencia, zozobran.
19. Os he traído nuevamente mi Doctrina, quiero que penséis que en ella existe el puerto salvador. ¿Cómo había de traeros enseñanzas imprecisas, palabras indefinidas o revelaciones de fondo limitado? Si así fuese, os pondría en riesgo de caer en un nuevo fanatismo, cuando estáis viviendo un tiempo en el cual la Conciencia no os deja en paz, sobre todo cuando tratáis de cubrir con apariencias el verdadero cumplimiento de la Ley de amor y caridad que os he enseñado.
20. Oídme, pueblo, escuchad, discípulos, os estoy dando la luz y os estoy librando de cadenas, lazos y tinieblas, mas no os estoy facultando para que hagáis de esta Obra una religión más, ni que, de acuerdo con vuestras conveniencias, la llenéis de formas y de ritos. Distinguid bien cuál es la libertad que he venido a daros, para que no la cambiéis por un nuevo fanatismo.
21. ¿No os habéis dado cuenta aún de que vuestra mente y con ella el espíritu, habían sido detenidos en su desarrollo? ¿No recordáis el cúmulo de falsos temores y prejuicios heredados de vuestros antecesores, de los cuales os he librado, para que miréis de frente la verdad y podáis recibir la luz?
22. Si no os preparáis, si las impurezas se siguen manifestando en vosotros, vuestra luz quedará encerrada, oculta detrás de vuestra materialidad y os presentaréis delante de vuestros hermanos como el ignorante, como el que nada sabe de esta gran revelación.
23. Ved siempre primero la viga que carguéis, discípulos, para tener derecho a fijaros en la paja que en su ojo lleva vuestro hermano.
24. Con esto quiero deciros que no tomaréis mi Doctrina para juzgar los actos de vuestros hermanos dentro de sus diversas religiones. De cierto os digo, que en todos esos senderos existen corazones que de verdad me buscan, a través de una vida noble y sembrada de sacrificios.
Sin embargo, el discípulo suele preguntarme con frecuencia: “¿Por qué permito esa diversidad de ideas, que a veces se contradicen y que establecen diferencias y originan odios entre los hombres?” Y os digo: Ha sido permitido, en virtud de que no hay dos espíritus que tengan exactamente la misma comprensión, la misma luz, o la misma fe, y como además se os dio libre albedrío para elegir el camino, nunca habéis sido forzados a penetrar al sendero de la Ley sino que se os ha invitado, dejándoos en libertad de hacer verdaderos méritos en busca de la verdad.
25. Así vosotros, amados discípulos, sabed que vuestra misión es la de unificaros, la de armonizar, la de extender vuestro brazo y participar de vuestras facultades y dones a todo aquel que pudiese necesitar de vosotros, de vuestro bálsamo, de vuestra palabra o de vuestra ayuda.
26. De cierto os digo, que si el orgullo germina en vuestro corazón, no seréis Espiritualistas. El espíritu iluminado no puede satisfacerse con esas pequeñas vanidades que sólo halagan al corazón egoísta.
27. No es el cumplimiento aparente el que hace grandes a los discípulos delante de Mí, aunque delante de sus hermanos aparezcan como los más cumplidos, fervientes y perseverantes.
28. La labor más limpia, la más sincera y por lo mismo, la que más os eleva a Mí, es aquella que lleváis a cabo en silencio, aunque vuestros hermanos no la conozcan.
29. “Que lo que haga vuestra mano derecha, no lo sepa la izquierda”, dije a mis discípulos en aquel Segundo Tiempo; por lo que, ahora os digo: Sed humildes sin hipocresía, llorad de verdad por el dolor ajeno y gozad verdaderamente por el bien que vuestros hermanos disfruten. Sólo el que sienta de esta manera mi Doctrina, podrá estar dispuesto a dar su vida por sus Semejantes.
30. Pueblo: Si a vos os ha tocado preparar la tierra y empezarla a sembrar y han de ser otros los que vengan a recoger el fruto, sed conformes, que no sólo vosotros tenéis derecho a gozar las delicias de trabajar en las tierras de vuestro Padre, sino todos vuestros hermanos.
31. Yo soy el Camino y vosotros los viajeros que venís por él.
32. Cuando lleguéis a la cumbre de la montaña, volveréis vuestros ojos y veréis todo lo que recorrió vuestro espíritu y daréis gracias al Padre.
33. El camino es extenso, ¿quién es aquél que puede decir que ya lo ha recorrido todo, que conoce todos los misterios y que ha penetrado en todo lo que está más allá de lo que ve y escucha?
34. No es que el Maestro menosprecie vuestro trabajo o desconozca lo que habéis avanzado en el sendero, no, pueblo; Yo soy el primero en estimar vuestros méritos, si así no fuese, no existiría justicia en Mí. Si os hablo así, es porque quiero haceros comprender que si bien vuestra capacidad es grande, para llegar a vuestro límite tanto en lo humano como en lo espiritual, aún os falta mucho; que mientras más busquéis en el infinito lo que existe más allá de vuestros sentidos materiales, encontraréis numerosas enseñanzas qué conocer y qué aprender.
35. Así como os he dejado una Naturaleza al alcance de vuestra inteligencia para que la escudriñéis, os he revelado la existencia de un mundo que está más allá de esta Naturaleza, para que penetréis en él a través del espíritu. Os he dejado escudriñar e investigar para que conozcáis la vida espiritual, mas os digo, que no os limitéis a lo poco que hasta ahora sabéis. Sed estudiosos, sabed prepararos para penetrar en aquel mundo infinito, trabajad con ahínco, para que al final de vuestra jornada podáis exclamar satisfechos: “Hemos cumplido”.
36. Mi Doctrina no estanca al espíritu, mi Doctrina no detiene tampoco la evolución del hombre, por el contrario, lo liberta de temores y de prejuicios, y le hace contemplar el camino de luz que le espera.
37. Observad a esta humanidad que parece haber llegado a lo más alto de su ciencia y de sus investigaciones y que en realidad sólo está en el principio de la ciencia que va a alcanzar mañana, cuando a su anhelo de saber agregue el ideal de fraternidad.
38. Hoy viven los hombres una época de turbación, porque no han llegado a comprender que toda su vida y sus luchas deben conducirles al desarrollo del espíritu, cuya meta será la comunicación de su espíritu con el Creador.
39. Es el materialismo el culto que hoy profesa la mayoría de los hombres.
40. Mientras las doctrinas y las religiones persisten en sus diferencias, el mundo seguirá fomentando su odio y no podrá dar el paso decisivo hacia el verdadero culto. Pero, ¿cuándo van a comprenderse y a unirse los hombres, dando así el primer paso hacia el Amor de los unos a los otros, si aún hay hombres que creyendo poseer la clave o el secreto de la salvación del espíritu y las llaves de la Vida Eterna, desconocen a todos aquellos que van por caminos distintos, porque a su juicio son indignos de llegar a Dios?
41. Daos cuanta entonces del verdadero fin del Espiritualismo, cuya Doctrina está por encima de toda religión, de toda idea humana y de toda secta.
42. Estudiad la esencia de este Mensaje que encierra la Ley de Dios y veréis cómo es aplicable a todos los hombres, a todos los pueblos y a todas las condiciones en que podáis encontraros.
43. Ved cómo ante la verdad de esta enseñanza, desaparecen diferencias, distancias, odios y obstáculos, porque bajo su luz parecéis iguales, ante su amor todos sois hermanos, delante de su justicia todos sois imperfectos.
44. Esta palabra proviene de Mí, es fuente de vida, es alfa y omega, principio y fin; por lo tanto, para vencerse en sus tinieblas, los hombres, pasando por sobre sus convencionalismos y su fanatismo religioso, deberán venir a Mí que estoy en Espíritu, no bajo las formas que cada quien ha querido darme, y al llegar a la fuente verdadera, Yo a todos recibiré apartando sus dolores, libertándoles de su pesada carga y reconciliando a los unos con los otros.
45. Pensad que si ya todos pudieseis comprender vuestro papel en medio de esta vida, la humanidad ya se hubiera abstenido de ser egoísta, y si aisladamente cada hombre comprendiera su procedencia, su destino, todas sus obras las relacionaría con el fin para el que fue creado.
46. Ya no hay necesidad de muchas religiones en el mundo, ya estáis todos a punto de uniros en una sola fe y bajo una sola forma de culto. Sólo en la unión de pensamientos y en la afinidad espiritual podréis encontrar la luz que os lleve al progreso, a la armonía y a la paz.
47. Ya veréis cómo ninguna religión logrará la paz de los hombres y su libertad espiritual, en cambio vais a ser testigos de cómo mi Mensaje divino, llegado a unos a través de escritos y a otros a través de inspiraciones, logrará la salvación, la unificación y la espiritualidad de los hombres.
48. El Espiritualismo no establece diferencias, el Espiritualismo es la Doctrina que necesita la humanidad y que sin saber anhela, porque ella es la paz, es el amor, es la justicia, es la luz, de todo lo cual tienen hambre y sed los hombres.
49. ¿Creéis vosotros, que estáis escuchando estas palabras, que Yo pudiera sembrar en vuestro corazón antipatía o mala voluntad hacia vuestros hermanos que profesan diversas religiones? Jamás, discípulos, vosotros sois los que debéis principiar a dar el ejemplo de fraternidad y armonía, viendo y amando a todos con el mismo afecto con que miráis a los que comprenden vuestra manera de pensar.
50. Ese paso tendrán que darlo todas las religiones, deberán inspirarse en el anhelo de Amarse unos a otros en un acto de amor hacia el Padre, a quien todas dicen que adoran.
51. No temáis si os llamasen confundidos; tended a todos la mano. Pensad que esta Obra, que para vosotros es cierta, para otros podrá aparecer como falsa, porque según ellos, carecerá de la consagración que han obtenido las religiones para ser reconocidas.
52. Si tenéis fe en Mí, si creéis que estoy manifestándome en la palabra de estos portavoces, no temáis al juicio de vuestros hermanos, porque es tan elocuente mi Doctrina y contiene tantas verdades mi Mensaje, que si sabéis usar bien estas armas difícilmente podréis salir vencidos.
53. Nadie podrá reprobaros que busquéis con anhelo la verdad, lo perfecto, a ello todos tenéis un derecho sagrado y por eso habéis sido dotados de libertad para buscar la luz.
54. Pueblo: Habéis bebido y comido en mi mesa por mucho tiempo, si aún sentís hambre espiritual, es injustificada porque los manjares se han ofrecido a vosotros día tras día. Yo tengo sed de vuestro amor y en cambio, ¿qué me dais a beber? La hiel y el vinagre de vuestras divisiones y de vuestra incomprensión.
55. Os digo en este día de gracia: Dejad que mi efluvio divino penetre en vuestro corazón para que, sintiendo mi presencia, transforméis vuestra vida.
56. He venido como Juez ciertamente, mas la verdad es que si buscáis en la palabra del Juez, necesariamente tendréis que encontraros con la presencia del Padre, ese Padre que os ama y que por eso se manifiesta en tantas formas, para que mejor le conozcáis.
57. Yo sé que mientras mayor sea vuestro conocimiento, más grande será vuestro amor hacia Mí.
58. Cuando os digo: “Amadme”, ¿sabéis qué es lo que quiero deciros? Amad la verdad, amad la vida, amad la luz, Amaos los unos a los otros, amad la vida verdadera.
59. Aprended a amarme, mirad cómo mi amor, a pesar de vuestras ofensas y pecados os sigue por doquiera, sin que podáis apartaros de su influencia o huir de él. Ved cómo mientras mayores son vuestras faltas, más grande es mi misericordia por vosotros.
60. La maldad de los hombres quisiera detener mi amor, mas no puede contra él, porque el amor es la fuerza universal, el poder divino que todo lo crea y todo lo mueve.
61. La prueba de cuanto os digo, es la que os he dado al manifestarme entre vosotros en este tiempo en que la humanidad se ha perdido en el abismo de su pecado. Mi amor no puede sentir asco ante el pecado humano, pero sí piedad.
62. Conocedme, venid a Mí a lavar vuestras manchas en el manantial cristalino de mi caridad. Pedid, pedid, que se os dará.
63. ¿Qué podéis presentarme, ya sea en vuestro corazón o en vuestro espíritu que Yo no contemple? ¿Qué sufrimiento, anhelos, inquietudes o secretos podréis ocultarme? Ninguno. Entonces aprended a orar espiritualmente, a confesaros interiormente delante de mi Espíritu, a confiar en mi providencia y en mi caridad para que dejéis penetrar en vuestro corazón esa paz que tanta falta le hace.
64. Yo os he dicho que la oración es el idioma del espíritu, a través de ella vuestro corazón me habla, se queja, me pide, llora y se fortalece; pero a veces, cuando vuestro ser se encuentra lleno de gozo o se siente inundado de paz, entonces la oración se convierte en un himno espiritual que llega hasta la altura de mi Reino.
65. Confiad en Mí, pueblo, confiad en Mí, humanidad, persuadíos de que no existe en la Tierra hombre, pueblo, ni ley en quien podáis confiar vuestra salvación. Venid a Mí, buscadme, id en pos de la verdad, y un día estaréis todos unidos en un mismo valle, bajo una misma luz.
66. Hombres, naciones, razas y pueblos, todos tendréis que acudir al divino llamado, cuando el espíritu del hombre, cansado de su cautiverio en la Tierra, se levante rompiendo las cadenas del materialismo para dar el grito de liberación espiritual.
67. Ahora podrá pareceros muy distante el cumplimiento de mi palabra, así como la transformación moral y espiritual de esta humanidad, mas a vosotros corresponde limpiar el camino y cumplir con la parte que os corresponde, si no lo hacéis no tenéis derecho a juzgar el cumplimiento de mi palabra.
68. Llegará un tiempo en que sea tan ardiente el deseo de la humanidad por elevar su espíritu, que pondrá todos los medios de que disponga para transformar este Valle de lágrimas en un mundo donde reine la armonía, que hará lo imposible, que llegará al sacrificio y al esfuerzo sobrehumano por rechazar las guerras.
69. Esos hombres serán los que eleven a este mundo, los que aparten de la vida humana el cáliz de amargura, los que reconstruyan todo lo que las pasadas generaciones hayan destruido en su ciega ambición, en su materialidad e insensatez.
Ellos serán los que velen por el verdadero culto hacia el Padre, ese culto sin fanatismo ni actos exteriores e inútiles. Buscarán que la humanidad comprenda que la armonía entre las leyes humanas y las espirituales y su cumplimiento, son el mejor culto que los hombres puedan ofrecer a Dios.
70. ¿No quisierais ser del número de ellos? ¿No quisierais que vuestros hijos fuesen de aquellos hombres de elevado espíritu? Podéis colmar ese anhelo.
En vosotros está preparar el camino de los que he confiado a vuestra educación y cuidados, para que, cuando sea llegada la hora de iniciarse la lucha decisiva del espíritu contra el dominio de la materia, ellos, conscientes de su misión, fuertes en su fe, y llenos del conocimiento que da mi palabra, puedan unirse, formando un solo cuerpo, un solo pueblo, un solo espíritu, que a su paso vaya derribando murallas y salvando obstáculos, como Israel cuando buscaba la tierra prometida.
71. Si no dejáis preparados debidamente a vuestros hijos, sé que vuestro espíritu desde el Más Allá llorará la suerte de los que dejaron abandonados en la Tierra, porque les verán sucumbir sin saber defenderse ante la invasión de calamidades y de plagas que vendrán a azotar los pueblos de la Tierra.
72. ¿Imagináis la restitución y el dolor del espíritu que en vez de recoger dulces frutos a su llegada a la Morada espiritual, sólo zarzas y ortigas encuentre?
73. Es lo que debéis evitar a tiempo, ahora que tenéis a raudales la luz de una enseñanza que os entrego para salvación de todos los hombres.