Enseñanza 291

1. Pueblo: El día de mi partida sentiréis un vacío a vuestro derredor, os sentiréis débiles porque os habéis acostumbrado a esta palabra, en la que habéis encontrado por mucho tiempo fortaleza, consuelo, bálsamo y saber. Os hará falta esta manifestación que tanto ánimo os ha dado en la lucha.

2. Mas en verdad os digo, que si tuvieseis ya una comprensión mayor, estaríais esperando serenamente ese día, sabiendo que mi Espíritu no se apartará de vosotros y que mi inspiración no os faltará un instante.

3. Ved por qué tantas veces os he dicho que no os familiaricéis con mi palabra, que no vengáis a escucharme por costumbre, porque, quienes lo han hecho así, tendrán que renunciar a esta palabra con gran dolor de su corazón.

4. Aún os falta un breve tiempo en el cual podréis comprender muchas lecciones, apartar vuestros titubeos, fortalecer vuestros propósitos y levantar vuestros razonamientos y análisis sobre las bases firmes que os concede mi Ley.

5. Recordad que os he enseñado a rechazar todo lo que representa una práctica obligada y lo que signifique rutina. No olvidéis que os he simplificado prácticas, culto y creencias, dejando que vuestra Conciencia sea el timón que dirija vuestra barquilla.

6. Os he dado máximas definidas, para que no hagáis ensayos sobre doctrinas inciertas, aunque a vuestro juicio aparezcan como lícitas y buenas.

7. El que deposita toda su confianza en mi palabra, no tropieza, ni fracasa y pronto recoge buenos frutos.

8. La Ley de Amor, de la que se derivan la caridad, la comprensión y el perdón hacia vuestros hermanos, es el fundamento que os he inspirado para vuestra misión espiritual.

9. Para conocer mi verdad, no hace falta la sabiduría humana ni los conocimientos de los hombres, encerrados en sus libros. El espíritu tiene el don y el poder de entrever la verdad.

10. Siendo mi palabra de fácil comprensión y los principios de mi Doctrina perfectamente definidos, no debéis temer que obstáculos imprevistos os impidan afirmar vuestros pasos en el camino.

11. He leído en vuestro corazón y he encontrado que deseáis ser fieles a esta enseñanza que os he traído. Velad y orad, escuchad y analizad, para que vuestros buenos propósitos no vayan a ser traicionados por alguna flaqueza vuestra en el momento de la prueba. Recordad que las multitudes que seguían a Jesús en el Segundo Tiempo y que parecían que lo habían comprendido, dejaron solo a su Maestro en los instantes del sacrificio, en la hora decisiva. Hasta los mismos apóstoles que tan de cerca le habían seguido, sintieron flaquearles las fuerzas y aun la fe en aquella hora.

12. Es que la naturaleza humana es débil y necesitáis que esté respaldada por un espíritu fuerte.

13. Por lo tanto, bebed del vino de mi palabra, para que estéis fuertes y entonces, cuando la prueba llegue, demostréis que sois el discípulo forjado en la oración y en la lucha, en la meditación y en la práctica.

14. No busquéis la exaltación de mi Obra por medios ostentosos o manifestaciones públicas, porque vuestro triunfo se derrumbaría fácilmente por no haberla forjado sobre cimientos sólidos.

15. No impresionéis a vuestros hermanos con testimonios de curaciones milagrosas o de maravillas aparentes, porque sólo lograréis contagiaros de fanatismo unos a otros.

Los que verdaderamente representan la verdad, los que saben elevar un culto sincero, los que verdaderamente siembran y propagan la semilla de amor, son tan sencillos, tan modestos y humildes, que pasan desapercibidos entre los demás; están orando y nadie lo sabe; están curando a un enfermo y pocos o nadie los ven; lloran por un Semejante y sus lágrimas son invisibles, porque en lugar de brotar al exterior, se elevan al Padre.

16. No temáis, pueblo, no os digo que cuanto hacéis es imperfecto. Estoy corrigiendo todo lo erróneo y estoy recibiendo todo lo que de bueno me ofrecéis.

17. Aquí, ante mi palabra, escuchad con atención las lecciones para que aprendáis, y ya en los actos de vuestra vida estad atentos a la voz de vuestra Conciencia, porque ella os dirá si hacéis bien o si hacéis mal, si habéis cumplido o no; entonces, si sentís llorar de dolor vuestro corazón por el sufrimiento de vuestros hermanos, si compartís la caridad que recibís de Dios con los necesitados, si comprendéis la miseria humana y os esforzáis por aliviarla sin esperar recompensa, estáis cumpliendo Conmigo y podréis sentir la paz que os brinde la Conciencia.

18. Discípulos: ¿Qué es lo que debe hacer el Espiritualista para hacer triunfar la Doctrina que practica, en este tiempo de tragedias, de guerras y dolor? Uniros entre vosotros y todos hacia Mí, para que vuestra fuerza y vuestra luz puedan hacerse sentir sobre el mundo.

19. Ved a la humanidad, indiferente al progreso espiritual, no sólo en el orden material, sino aun dentro de las religiones, donde se ha hecho de la tradición y de la rutina una ley.

20. Mirad cómo aún en estos tiempos de ciencia y de adelantos humanos todavía el hombre mata al hombre, los pueblos rompen sus lazos de fraternidad o amistad con otros pueblos y las ideas de unos tropiezan y chocan con las de los otros.

21. Esos campos en apariencia estériles para lo divino, son sin embargo propicios para la siembra espiritual. Levantaos y veréis a cada paso la necesidad de luz en la miseria, la ignorancia, el dolor en todas sus formas. Haced llegar allí vuestro pensamiento, enviad vuestra mente llena de buenos deseos, de ideas de luz, de pensamientos e inspiraciones espirituales; haced oír vuestra palabra sentida, sincera, saturada de luz, de consuelo, de bálsamo. Veréis entonces que la humanidad es un campo propicio para el trabajo de vuestro espíritu.

22. Trabajad incansablemente en vuestra jornada, y la paz que a lo largo de ella experimentéis por la misión cumplida, os aseguro que será aún mayor cuando vuestro espíritu vaya hacia el Más Allá; mas por ahora, no penséis en galardones.

23. ¡Cuán pobre es el hombre que piensa todavía que el espíritu está iluminado para recibir un premio o un castigo por su corto recorrido en la materia humana!

24. Mi palabra será en este tiempo el faro que haga luz en las tinieblas de la humanidad; ya veréis cómo este mundo de ahora, materialista, hostil y egoísta, se transformará, porque mi Doctrina, a veces fuerte como la tempestad y en ocasiones suave como la brisa, arrasará lo impuro y dará vida a la buena simiente para que los hombres establezcan su futuro sobre cimientos de amor y de armonía.

25. Cuando los hombres lleguen a pensar universalmente en el amor, cada quien tratará de perfeccionarse, de cumplir, de servir mejor a los demás; será innecesario todo temor al castigo, el hombre no cumplirá por temor, sino por convicción, entonces habrá evolucionado espiritual e inteligentemente la humanidad.

26. Hasta ahora ha sido el orgullo del hombre lo que le ha hecho desconocer la parte espiritual, y la falta de ese conocimiento le ha impedido ser perfecto.

27. Mientras el hombre no aprenda a mantener en armonía sus fuerzas materiales y espirituales, no podrá encontrar el equilibrio que debe existir en su vida.

28. Mi palabra ha sido con vos, pueblo, comprendedla, mas si alguna duda tuvieseis, orad, meditad, invocad mi luz y tendréis el esclarecimiento de lo que deseabais saber.

29. Bienvenidos seáis, caminantes que habéis sabido perseverar en la fe, he aquí el premio a vuestra confianza inquebrantable: Es mi palabra, la que mucho esperasteis; ahora, bebed de ella hasta saciaros.

30. Bienvenidos los que creen en mi palabra, porque ellos verán la realización de mis promesas.

31. Ahora habéis venido a recibir lo que por mucho tiempo estuvisteis pidiendo, mañana cuando os encontréis ante las grandes multitudes, sabréis verdaderamente el por qué de mi llamado. Sólo Yo sé, que hay muchos hombres que viven en espera de la Buena Nueva y no quiero que sucumban sin antes haber escuchado mi palabra en labios de mis testigos. Están hambrientos y sedientos igual que lo estuvisteis vosotros, mas así como Yo tuve piedad de vuestras necesidades, así la tendréis de ellos.

32. El mundo está esperando que le llame mi voz; el corazón de la humanidad, aunque muerto a la fe, aguarda que se le acerque la voz de Cristo diciéndole: “Levántate y anda”.

33. Los muertos, los ciegos, los enfermos y los parias, forman un pueblo muy grande, llegaré a ellos porque los que sufren del espíritu o del cuerpo son los más sensibles a mi presencia. Los grandes del mundo, los que tienen poder, riquezas y glorias mundanas, creen no necesitarme y no me esperan: ¿Qué puede darles Cristo, si dicen tenerlo todo? ¿Por ventura algunos bienes espirituales o un lugar en la eternidad? Eso no les interesa.

34. Aquí tenéis la razón de por qué he buscado a estas multitudes de pobres y enfermos del cuerpo y del espíritu, para manifestar mi Doctrina ante ellas, porque me deseaban, me buscaban; era natural que fueran quienes sintieran mi presencia cuando llegó el tiempo de mostrarme una vez más a la humanidad.

35. Llegado el momento, ese inmenso pueblo de enfermos, de pobres, de oprimidos y de parias, surgirá ante mi voz como el pueblo más fuerte e incansable del mundo. Ningún poder humano acallará su voz cuando él se levante diciendo: “El Señor se está manifestando, Él nos envió su mensaje para que nos dispusiéramos a recibirle de espíritu a Espíritu”. Así habrá sido verdad, porque el mensaje de preparación y mi Doctrina, es la que transmito por medio de entendimientos escogidos para ello, mensaje que llegará a mis enviados en las diversas partes del mundo.

36. Mi palabra, en labios de mis testigos, hará en los corazones el mismo efecto que hizo en este pueblo, al escucharla directamente en los labios del portavoz, pero debéis prepararos para hablar con pureza; en la oración y en la caridad podréis inspiraros y en verdad os digo, que los muertos resucitarán y los incrédulos confesarán que así, solamente pueden hablar los discípulos del Espíritu Santo.

37. Os preparo porque os encontraréis con una humanidad sin paz, sin amor, sin fraternidad ni armonía; a ella le entregaréis el divino Mensaje del cual os he hecho portadores, y el prodigio de la regeneración que habéis visto realizarse en vosotros, lo veréis repetirse en los pueblos y naciones, en los que mi palabra también llegará rompiendo las cadenas del materialismo, de la idolatría, del vicio y la ignorancia.

38. Gran misión tendréis que desempeñar en este Tercer Tiempo, una vez que os deje como maestros en el mundo.

39. Hoy sois el párvulo que recibe mi palabra, mañana seréis el discípulo que estudie la lección y más tarde el maestro o el apóstol que practique y viva la Doctrina que recibió. No olvidéis que el principio de vuestra espiritualidad os lo dio la sencillez de mi palabra, para que nunca mezcléis a ella lo superfluo.

40. Comparad siempre vuestro presente con vuestro pasado, a fin de que podáis confirmar si habéis progresado o si permanecéis estancados. De ese examen, cuántos espíritus han despertado exclamando: “Señor, ¿cómo es posible que haya dormido por tanto tiempo?; ¿cómo he podido permanecer aletargado, indiferente, mientras estáis hablando entre nosotros?; ¿cómo he podido negarte si os llevo en mí?”

41. Ante la fuerza de mi palabra, nadie resistirá, porque tiene el poder de despertar a los espíritus, de hacer sentir y estremecer al corazón más duro e insensible. No he tenido que castigaros para someteros al cumplimiento, tampoco uso la fuerza para induciros por este camino, ni siquiera os he atemorizado con palabras y amenazas. Mi voz ha sido dulce y persuasiva y ella ha despertado en vosotros fe, confianza y obediencia.

42. De la misma manera hablaréis mañana a vuestros hermanos, despertando amor, no temores, porque entonces la simiente no sería verdadera.

43. Mi Obra debe llegar limpia a la humanidad, para que ésta se levante a cumplir con mi Ley, abrazándose a la cruz de su redención.

44. Yo se lo prometí a los hombres, a toda la humanidad, y lo cumpliré porque mi palabra es de Rey. Le enviaré el trigo dorado de mi palabra a través de mis discípulos y ella les servirá de preparación, para que pronto puedan regocijarse con la comunicación de espíritu a Espíritu, ya que concluido 1950, ni aquí ni en parte alguna volveré a comunicarme por el entendimiento de un portavoz.

45. Uníos, pueblo porque las pruebas se avecinan, los enemigos de mi palabra también se unirán para combatiros y desorganizaros, mas si vosotros confiáis en la fuerza de la oración y os fortificáis en mi palabra, no seréis vencidos. Vuestro poder será espiritual, nunca estará fincado en el dinero ni en el poder de la Tierra.

46. Aprovechad esta oportunidad, pueblo, no esperéis nuevos tiempos, porque ellos nunca llegarán a traeros lo que no supisteis aprovechar.

47. Sentaos a mi mesa con el anhelo espiritual de aprender siempre de lo mucho que vuestro Maestro viene a revelaros.

48. Estos últimos años de mi comunicación, serán imborrables en todos los que sepan estimar lo que en ellos fue derramado por mi Espíritu.

49. Mis discípulos hablarán sin cansancio de cuanto el Maestro les reveló y dio a conocer.

50. Para los que viven dentro de una rutina y es lo mismo un día que otro, y una lección que otra, tendrán que dejar pasar inadvertidas las grandezas que tuve reservadas para los últimos días de mi comunicación. No podrán percibir el cambio que tendrá que operarse desde el instante en que cese mi palabra, porque nunca han aspirado a escalar, ni han amado la evolución, que es progreso y perfección para el espíritu.

51. Así debo hablar para que despierten los que se encuentran durmiendo, porque no quiero que una parte de este pueblo se salve mientras otra se pierda, mi deseo es que todos surjáis a la luz.

52. Cada quien será un libro abierto ante sus hermanos y en sus páginas se reflejará lo que cada uno lleve en su espíritu. Las páginas de ese libro serán vuestras obras y si en vuestro ser existe espiritualidad, amor y sabiduría, el mundo os reconocerá como los iniciadores de un nuevo tiempo, como los heraldos de una Era de Luz y Evolución espiritual; por el contrario, si en vosotros sólo existe el culto por la tradición y por lo externo, en vuestro libro sólo habrá fanatismo, ignorancia, confusión y tinieblas, a esos últimos, mas les valiera no hablar de mi Obra en tanto no se haga la luz en sus entendimientos, porque su semilla, en vez de ser benéfica, será perjudicial a la labor de los demás, aunque se hayan revestido de buenas intenciones.

53. ¿Qué habéis hecho de mi palabra, oh, pueblo, que me veo precisado a hablaros en este término, cuando ya está mi comunicación a punto de concluir?

54. Estabais durmiendo, multitudes, pensando que esta comunicación sería eterna, y que no tendría otra misión que deleitaros con mi palabra y ungir a algún necesitado que a vosotros llegase. Hoy la realidad ha venido a despertaros: 1950, el año mil veces anunciado como el último de mi comunicación, está a la puerta.

55. Pocos, muy pocos son los que velan en espera de 1950 y se preparan para la prueba que representará para ellos el final de esta etapa.

56. Ese año no sólo será de significación para este pueblo. Si para vosotros va a ser la terminación de una etapa y el nacimiento de otra, para las religiones será año de juicio y meditación; para la ciencia y en general para toda la humanidad, será tiempo de prueba.

57. Cuando esta Obra se extienda, y los hombres sepan que en 1950 hice vibrar mi Verbo por última vez por el entendimiento humano, comprenderán que todo lo que en esos días se manifestó en vuestra vida, fueron voces del Espíritu Santo y destellos de su Luz. Los mismos teólogos quedarán pensativos.

58. Velad y orad, multitudes, que aunque la hora de hablaros por última vez ya está muy próxima, aún es tiempo de que con una meditación verdadera, lleguéis a la comprensión de lo que va a acontecer y de lo que tendréis que hacer en el futuro.

59. Esta es una enseñanza de preparación, una más de las que os vengo dando para que no tengáis tropiezo alguno en la jornada que habréis de emprender.

60. Bendito seáis, mi pueblo, que venís en busca de mi palabra que es consuelo y sustento para vuestro espíritu. Habéis aprendido a tomar de ella la esencia, el contenido y a conocer mi voluntad.

61. Esta palabra que ha despertado a vuestro espíritu que había dormido por largo tiempo, hoy es vuestra alegría; ha llenado de paz y de amor vuestro corazón. Ella ha cobijado a los que tiritaban de frío y ha llenado de esperanza a los ansiosos de luz. Es la revelación que Yo guardaba en mi Arcano para el pueblo de Israel y para toda la humanidad.

62. En este tiempo he venido a conversar con vosotros como en el Más Allá converso con los ángeles; no he distinguido a vuestro espíritu porque habita en el Valle terrestre, al cual os he enviado. Todos sois amados por Mí, en igual forma. Estáis evolucionando, caminando hacia Mí, porque el final os espera y mi regazo divino reclama vuestra presencia. Aprended a conocer el camino para que podáis llegar a la casa paterna, al Corazón del Padre, al Espíritu de vuestro Dios.

63. Me he manifestado a vosotros, porque siempre habéis creído en el Dios vivo, vuestro único Dios, que nunca calla, que no se oculta, sino que siempre os guía, aconseja e inspira. Esta fe os alimenta y os salva; si tres de mis hijos, me buscasen en esta forma en medio de la humanidad, Yo, por su conducto, derramaría mis complacencias. Mas contemplo que grandes multitudes me escuchan y creen en Mí. El pueblo de Israel pronto estará completo en su número, los 144,000 que Yo he señalado, estarán en la falda de monte, en el valle blanco, en la Ciudad escogida; entonces mi gozo será grande.

64. Si os preparáis, Yo derramaré en vosotros todo el saber que la humanidad necesita. Una grande potestad os entrego para que habléis de mi venida en el Tercer Tiempo.

65. Mi palabra os ha hecho meditar mucho. Habéis penetrado en grande estudio, y habéis encontrado que mi enseñanza es infinita, que el horizonte que presenta, es cada día más amplio, y no alcanzáis a comprenderla en toda su verdad. Hoy recibís una lección tras otra y podéis olvidar mi palabra, mas llegará el momento en que cada una de estas lecciones, volverá a vuestra mente en el instante propicio y entonces la recordaréis y vuestras convicciones serán grandes.

66. En el Primer Tiempo escogí a quien había de representarme en la Tierra: Moisés, y por conducto de él, manifesté mi sabiduría, mi potestad y mi rigor. Vosotros me comprendisteis hasta el límite de la poca evolución de vuestro espíritu. Hablé por boca de los patriarcas y de los profetas, y mi palabra penetró en los corazones; el pueblo recogió mis inspiraciones y mis mandatos. Hice que atravesaseis el desierto para daros una grande lección, y desarrollasteis vuestro espíritu, experimentasteis la fe y la confianza en Mí.

67. Después de larga peregrinación, de años de paciencia y de experiencia, penetrasteis en las tierras de Canaán y contemplasteis realizada la promesa que mi Espíritu repetía, día tras día. Encontrasteis la tierra bendita y preparada, fue un oasis de paz que os entregué para que crecieseis y os multiplicaseis, y una vez doctrinados por mis enviados, penetrasteis entre la humanidad, llevando el testimonio de la alianza que Dios hacía con los hombres.

68. Así, en todos los tiempos os he alentado con mis promesas. En este Tercer Tiempo os he dicho: Os encomiendo la obra de paz entre la humanidad; Yo la haré por conducto de vosotros, cuando estéis preparados, mas no sólo la presente generación trabajará, vuestros hijos y los descendientes de ellos continuarán la obra de paz. Yo señalo al pueblo un estrecho camino para el cumplimiento de esta misión.

69. Meditad sobre los cargos que he entregado en conjunto al pueblo. Las vicisitudes que encontráis a vuestro paso son grandes, y es menester que seáis fuertes y virtuosos, para llegar al fin de vuestro destino. Necesitáis vivir en comunión con el Padre, en oración perfecta, observando mis leyes, sin que lleguéis jamás al fanatismo o al misticismo, porque sólo me amaréis en el Templo de vuestro corazón.

70. El don de la palabra será en todos y así explicaréis fácilmente mi Obra. Consolaréis el corazón de la humanidad y le daréis el pan que necesita. Sanaréis los males del espíritu y del cuerpo.

Padece el hombre en este tiempo, porque se ha alejado del cumplimiento de las leyes divinas, morales y naturales, y busca remedio en lo ficticio de este mundo. No sabe que el origen de su mal está en su espíritu. No ha querido volver hasta ahora al principio de las leyes, al orden, al cumplimiento espiritual y no ha recurrido a la fuente de donde brota todo bien.

Mientras no vuelva humilde su mirada a Mí, y sus fibras sensibles permanezcan endurecidas, y la fe no sea su guía, la humanidad seguirá cayendo en confusión, seguirá enfermando y pereciendo: Yo os dejo, pueblo de Israel, lleno de fortaleza, paz y curación, para que los derraméis en mi Nombre, sobre vuestros hermanos.

71. Deteneos por un instante a contemplar la carrera vertiginosa de este mundo hacia el abismo. ¿Qué busca la humanidad? ¿Cuál es su anhelo que contemplo en ella? Sólo el dolor, la desesperación y la muerte. Ha callado la voz de la Conciencia y apagado su lámpara; vive el gran día de su expiación y su dolor es grande.

72. ¡Detenedla, pueblo, antes que caiga más! Luchad con vuestra oración y vuestro pensamiento. Enseñad con el ejemplo, y cuando las pruebas lleguen a vosotros, dad muestra de vuestra fe y esperanza y en aquellas encontrad sólo el motivo para purificar vuestro espíritu. Sed sencillos en todos vuestros actos, para que puedan comprenderos vuestros hermanos, no compliquéis vuestra vida, llevad la mansedumbre de Jesús, la sencillez de los niños y de los ancianos, porque estas virtudes son signo de la espiritualidad.

73. Sed también como el campesino, que se recrea en su siembra, que vive en contacto con su Dios. Ora el campesino cuando brilla la luz de un nuevo día, en el cual hará una jornada más, y en el medio día y en el atardecer, cuando el Sol oculta sus rayos, vuelve a elevar su espíritu para dar gracias por todo lo que su Señor le ha concedido. Para él todo lo que recibe es grande y perfecto: El Sol, el agua, todos los elementos le hablan de su Dios y en ellos lo ama, lo busca y mira su presencia. Así, sed vosotros, labriegos de la campiña espiritual.

74. No os he entregado en este tiempo la tierra material para su cultivo. Vuestras manos no saben abrir los surcos para sembrar en ellos la semilla material, pero os he llamado sembradores de mi palabra en los corazones. Vuestra jornada es espiritual, os he dado todo lo necesario para vuestro trabajo: La luz, el amor, la palabra. Así he contemplado a algunos de mis hijos recrearse en su propia siembra.

75. Mis beneficios no han pasado desapercibidos para ellos. Siempre han esperado de Mí y en los momentos de prueba han dicho: “El Señor me prueba para contemplar mi fe”. No habéis llamado al dolor, adversidad y no os habéis cansado de las innumerables pruebas que os he enviado.

76. Pueblo amado: Sabéis que vivís en Mí y Yo presido todos vuestros actos, que mi caridad os levanta en el instante preciso en que la prueba va a dejar en vuestro corazón frutos de reflexión y fortaleza. Habéis conocido mi palabra y mis leyes y sabéis que junto a mi amor y mi bondad, están mi justicia y mi rigor. Si faltáis, tendréis que sufrir las consecuencias de vuestro error.

77. Yo hablo a los corazones cada día, pero la humanidad no ha querido comprender mi lenguaje. Israel ha conversado Conmigo, pero gran parte de los hombres viven alejados de Mí. Su culto es imperfecto, mas mi luz y mi justicia conmueven hoy el corazón y empiezan a despertar y a recordar, que hay sobre ellos un Dios que les mira siempre con amor.

Ha llegado la humanidad al caos y no acierta a resolver sus problemas, sus leyes se han vuelto en contra de ellos, porque esas leyes han sido basadas en las ciencias imperfectas y en el materialismo que Yo vengo a destruir. En corto tiempo una Era de Luz brillará para el espíritu humano, los hombres me obedecerán y respetarán mi voluntad. Yo envío a los ángeles guardianes para que conduzcan sus pasos hacia Mí.

78. He permitido que el Mundo Espiritual se comunique con los hombres por un corto tiempo. Su espíritu limitado al igual que el vuestro, se ha manifestado lleno de pureza y de elevación. Han descendido para ayudaros en la grande lucha del Tercer Tiempo y los habéis palpado. Su influencia bendita ha convertido a muchos corazones y su ejemplo es verdadero.

79. Yo bendigo a los labriegos espirituales, a los labriegos que han desarrollado el don y que han dejado manifestar a esos espíritus, pues unos y otros tienen méritos ante Mí. Ellos estarán comunicándose con vosotros hasta 1950. Después seguirán en ayuda vuestra, por siempre, porque esa es su delicada misión. El hombre necesita un guía espiritual: El Guía Divino está sobre todos los espíritus y soy Yo, mas en la Tierra siempre he confiado un ángel a todos los seres. ¡Cuánto han sufrido por vosotros! ¡Cuánto han llorado también al contemplar la dureza del corazón de la humanidad! Pero ellos me aman y cumplen pacientemente su misión.

80. Este es el principio del tiempo del Espíritu Santo, en que los espíritus que habitan otros Valles vienen a comunicarse con vosotros; en que todas las fronteras han sido rotas y en el que vosotros podéis elevaros también hasta Mí, y Yo vengo a vosotros comunicándome por el entendimiento humano y hablando en vuestro propio idioma.

81. Después de 1950, dejaré de hablaros en este lenguaje, os hablaré con un idioma superior, más elevado, que vosotros poco a poco iréis conociendo; en ese lenguaje en que no son menester las palabras materiales.

Vosotros sois el pueblo Espiritualista, el que ha recibido en este tiempo mi enseñanza, por eso os pido espiritualidad, para que vuestro espíritu pueda manifestarse y no encuentre en su paso ni en su oración, ni en sus actos espirituales, perturbación alguna, sino que sea libre en el camino y pueda venir a Mí. Yo os he hablado mucho de la comunicación espiritual, os he dicho que llegaréis a practicarla en forma elevada y vais en pos de este anhelo.

82. ¡Yo os dejo preparados como luz de las naciones, preparaos! Que mi palabra de este tiempo sea el Testamento, el mejor Libro que haya, más que en vuestras manos, en vuestro corazón, porque os he revelado la ciencia perfecta.

83. Así como en el Segundo Tiempo, os entregué mi vida y mi cuerpo fue al sacrificio cual cordero, en el Tercer Tiempo me ofreceré como luz para todo espíritu. Bienaventurado el discípulo que se prepare y me comprenda, porque su corazón será eterna morada para Mí.

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