Enseñanza 281

1. Amados discípulos: Aunque existen muchas religiones, una sola es la Ley y una sola es mi Doctrina.

2. Mi enseñanza es la Doctrina del espíritu, la que enseña a los hombres a cultivar el amor, y ¿qué ha hecho de mi Doctrina esta humanidad que se llama a sí misma cristiana? Ha hecho formulismos, ritos, rezos, tras de ellos oculta su hipocresía.

3. Yo os digo, que la única verdad es el AMOR y que aunque estéis ensalzando y glorificando mi Nombre con palabras y cantos, si no hacéis obras de amor, no estaréis en el camino de la verdad.

4. La verdad es el Amor divino, manifestado en el Universo. El que no conoce la verdad, no conoce a Dios.

5. Cuán errados se encuentran los hombres cuando creen a Dios a través de la liturgia y las ceremonias.

6. Dios no es ni puede ser lo que el hombre ha edificado en la Tierra.

7. Dios no tiene límite, es Esencia y Omnipotencia; para reconocerlo y sentirlo es menester identificarse con Él, practicando el bien, amándoos y siendo justos.

8. Cuando os hablo así, no concebís que los pueblos de este tiempo, a través de su civilización materialista, puedan comprender y aceptar una Doctrina de Amor; mas, Yo os digo, que mi enseñanza es la semilla que está necesitando el mundo, que es el agua que anhela para apagar su sed.

9. Esa hambre y esa sed que tienen los hombres se deben a la necesidad de amor y verdad en su vida. Esa miseria espiritual y moral son el producto de sus guerras, de sus distanciamientos y de sus ambiciones terrenales.

10. Por momentos, cuando llegan los hombres a sentirse cansados de reñir, hastiados y amargados por tanto sufrimiento, tratan de buscar la senda salvadora que Yo vine a enseñaros; pero, aunque buscan diferentes formas de interpretar mi Doctrina, en todas ellas vuelven a caer en ritos fanáticos, en cultos inútiles y en formas exteriores para adorarme.

11. No ha podido brotar el grito de libertad en cada espíritu, porque la niebla que le rodea es muy densa; pero mi luz es poderosa y cruzará las tinieblas penetrando hasta lo más sensible del corazón del hombre.

12. ¿Cuál será esa luz? Mi nueva palabra; es mi Doctrina con sus nuevas revelaciones, la que viene a enseñar a los hombres la forma verdadera de rendir culto a Dios, al mismo tiempo les viene a mostrar la forma de encontrar el agua cristalina que calma la sed del espíritu.

13. Yo inspiraré a todos la forma verdadera de adoración a Dios y también la forma de vivir, de acuerdo con la Ley divina, cuyo cumplimiento es el único que Yo reconoceré en cada uno de vosotros.

14. ¡Por fin conoceréis el contenido o esencia de mi palabra, oh, humanidad! Entonces encontraréis que mi Doctrina no es sólo la Voz divina que habla a los hombres, sino también la expresión de todos los espíritus.

15. Es mi palabra la voz que anima, es el grito de libertad, es el ancla salvadora.

16. Mi Doctrina está libre de todo ritualismo, si así no fuere, perdería su esencia.

17. En este tiempo vengo a traeros una enseñanza limpia y perfecta, por lo que os digo, que al final de vuestra jornada, sólo os será tomado en cuenta lo que con verdadero amor hayáis hecho en la vida, porque demostrará que conocisteis la verdad.

18. Nunca ha estado el hombre huérfano de mis revelaciones que son la luz del espíritu, pero ha tenido temor de analizarlas, y os pregunto, ¿qué podréis saber de la verdad y de lo eterno si os obstináis en huir de lo espiritual?

19. Mirad la interpretación material que habéis dado a mis revelaciones del Primer y Segundo Tiempos, siendo que ellas os hablan sólo de lo divino y de lo espiritual; ved cómo confundís la naturaleza material con la espiritual; con qué falta de respeto convertís lo profundo en superficial y lo elevado en bajo. ¿Y, por qué lo habéis hecho así? Porque queriendo hacer algo en la Obra de Dios, buscáis la forma de adaptar mi Doctrina a vuestra vida material, a vuestras conveniencias humanas que son las que más os interesan.

20. Meditad en todo lo que os he dicho, discípulos, para que cuando digáis que sois Espiritualistas, sea porque verdaderamente vivís lo que vuestros labios predican.

21. Cuán fácil es decir: “Soy Espiritualista”, pero cuán difícil es serlo en verdad.

22. Cuántos hay que escuchan mi palabra, que se han convertido en los grandes analizadores y sin embargo, no son los mejores discípulos prácticos de mi Doctrina, no cumplen con el precepto divino que os dice: “Amaos los unos a los otros”.

23. En cambio, ved cuán fácilmente se transforma aquel que pone en práctica un átomo de mi enseñanza. ¿Queréis un ejemplo? Aquel que toda su vida me estuvo diciendo que me amaba a través de oraciones verbales que otros formaron, oraciones que ni siquiera comprendía, porque estaban hechas con palabras cuyo sentido no conocía; mas de pronto supo cuál era la forma verdadera de orar y haciendo a un lado sus antiguos hábitos, se concentro en el fondo de su espíritu, elevó el pensamiento hacia Dios, y por primera vez sintió aquella presencia. No supo qué decir a su Señor, su pecho empezó a sollozar y sus ojos a derramar lágrimas. En su mente sólo se formó una frase que decía: “Padre mío, ¿qué puedo decirte, si no sé hablar Contigo?” Pero aquellas lágrimas, aquellos sollozos, aquel gozo interior es tan hermoso como no lo podréis encontrar jamás en vuestros idiomas humanos ni en vuestros libros.

24. Esos balbuceos del hombre que comienza a orar espiritualmente con su Señor, son semejantes a las primeras palabras de los niños, las cuales son deleite y encanto para sus padres, porque escuchan las primeras expresiones de su ser que empieza a levantarse a la vida.

25. Ya que los hombres no supieron dar la interpretación verdadera y justa a las revelaciones que se les han hecho desde los primeros tiempos, hoy vengo en Espíritu para ser Yo quien les dé la definición clara y la interpretación justa a cuanto les he enseñado.

26. Será en este tiempo cuando reconozcáis las potencias del espíritu y las facultades de la materia, sin confundir unas con otras.

27. Espíritu, mente y sentimientos encontrarán la verdadera armonía cuando mi Doctrina, como luz de nuevo día, llegue a despertar a esta humanidad dormida.

28. Me pedís que os ayude a lograr en este día, la unión y la paz dentro de vuestro corazón para presentaros ante Mí, como un ser consciente del acto que va a presenciar al oír mi lección a través del entendimiento de un portavoz. Y Yo recibo a vuestro espíritu. Todo lo que me ofrecéis limpio y sencillo en vuestra oración y en vuestras prácticas, lo tomo como el justo tributo de los hijos hacia su Padre Celestial.

29. La más ferviente petición que hacéis, es la de que haya paz en esta Tierra; que vuelva a los hombres la vida patriarcal de otros tiempos y os digo, que esa paz volverá cuando vosotros, mis nuevos discípulos, hayáis puesto los cimientos de un mundo nuevo, para lo cual os estoy preparando.

30. Cuando miréis en cada uno de vuestros Semejantes a un hermano, cuando hagáis desaparecer las diferencias entre unos y otros, y me améis en ellos, estaréis mirando los albores de un nuevo tiempo, y la vida será risueña y llevadera para el hombre y Yo seré reconocido como Padre.

31. Mi palabra de este tiempo es la misma que os di en Jesús. Es la misma corriente cristiana que bañó a vuestro espíritu cuando me seguisteis por las tierras de Palestina. Su esencia os es conocida; su sabor, jamás podréis confundirlo pues quedó impreso en vuestro espíritu su sello divino.

Y ahora, que he descendido para comunicarme por medio de estos hombres y mujeres, y que oís la palabra que brota por sus labios, reconocéis que viene de Mí y me preguntáis: “¿Por qué no elegí otra forma para hacer llegar a la humanidad mi mensaje de este tiempo?”

32. Me decís que no hay entre vosotros hombres de acrisolada virtud, capaces de servirme. No está Moisés, ni los profetas del Primer Tiempo, tampoco está Pedro ni Juan, pero en verdad os digo, que en todos los tiempos he enviado espíritus virtuosos y entre ellos, éstos que me han servido con humildad; amadlos y consoladlos porque su cargo es muy grande. He conservado su mente y corazón como una fuente limpia y muchas veces ha sido el dolor el mejor medio para purificarlos. Su vida es semejante a la de mis enviados de otros tiempos. Yo los bendigo. ¡Bienaventurados los que así me han seguido y han sentido toda la importancia del cargo que les he dado!

33. Os invito a penetrar a mi Reino. Estoy llamando a todos los pueblos de la Tierra sin distinción alguna, mas sé que no todos me escucharán. La humanidad ha apagado su lámpara y camina entre tinieblas, mas ahí donde se advierta confusión, surgirá un iluminado mío que haga luz en derredor suyo, un guardián espiritual que vele y espere mi señal para dar la voz de alerta que despierte y conmueva.

Dejad que sea el amor de esos enviados, semilla fructífera en vuestro corazón, no los desconozcáis si se presentan ante vosotros con la pobreza exterior, oídlos porque van en Nombre mío a entregaros la oración perfecta, os librarán de los lazos de materialismo con que estáis atados, os ayudarán a lograr la libertad espiritual que os eleve a Mí.

34. Vosotros que me oís, esperáis ansiosamente el cumplimiento de todas mis palabras. Anheláis ver a este mundo convertido en mi discípulo, me pedís ser de aquellos a quienes Yo envié con difíciles misiones a otras tierras y en verdad os digo, que debéis prepararos antes, porque la lucha que os espera, será grande.

Mas no todos los enviados de quienes os hablo están entre vosotros, ni todos habrán oído mi palabra a través de portavoces; muchos de ellos hablarán por intuición porque Yo he preparado su espíritu y los he distribuido sabiamente, para hacer llegar a todas partes mi luz.

35. ¿Cómo podréis creer que mientras he descendido a vosotros, pudiese descuidar a otras naciones, si todos sois mis hijos? ¿Pretendéis creer que alguien está lejos o fuera de Mí, si mi Espíritu es universal y envuelve y comprende todo lo creado? Todo vive y se alimenta de Mí. Por eso mi Rayo universal ha descendido sobre todo el orbe y el espíritu ha recibido mi influencia en este y otros mundos, porque he venido a salvar a todas mis criaturas.

36. No quiero que desperdiciéis este tiempo ni que paséis por el mundo sin dejar huella de vuestro paso, quiero que seáis verdaderos cultivadores de la semilla que os confío y cuando abandonéis este mundo, sigáis trabajando hasta hacer florecer vuestra siembra, en el espíritu de vuestros hermanos.

37. No vengo a ataros a mis mandatos, sólo os inspiro con amor, porque no recibiré otro cumplimiento que no sea el que haya nacido de vuestro espíritu preparado en mi enseñanza. Sed libres dentro de mis leyes, pero llevad por hábito la obediencia. Dad cumplimiento a las dos leyes que rigen al hombre y que en esencia forman una sola porque ambas proceden de Mí.

38. Orad por todos los seres, anhelad la armonía y comprensión de todos hacia Mí, y que vuestra oración se eleve como un canto, como un himno ferviente que ilumine a los espíritus y les señale el camino por el cual llegarán al final de su destino.

39. Atraídos por la fuerza de mi palabra llegáis hasta estos lugares, pueblo amado. No es que necesitéis venir a estos recintos para buscar dentro de ellos mi presencia y poder mostrarme vuestras cuitas, porque sabéis que soy Omnipresente, que estoy en todas partes, que doquiera os escucho.

40. Es mi palabra por lo que venís, es la esencia divina que sirve de alimento a vuestro espíritu, lo que buscáis.

41. Todos sabéis que he señalado el instante en que dejaré de hablaros en esta forma, y por eso os apresuráis a venir cada vez que mi palabra vibra a través del portavoz, porque queréis guardar en vuestro espíritu hasta la última de las revelaciones que os haga.

42. La intuición sobre la misión espiritual que vinisteis a cumplir, va despertando en vosotros y os comienza a preocupar vuestra responsabilidad, porque habéis comprendido lo delicado y grave que es predicar mi Ley con obras, palabras y pensamientos.

43. Pronto vais a quedaros sin mi palabra, mas para que no flaqueéis, debéis inspiraros en el ejemplo de mis discípulos del Segundo Tiempo, los cuales se unieron después de que hubo partido el Maestro, y con su unión se dieron unos a otros fortaleza, ánimo, valor y fe.

44. De vuestra unión dependerá que sintáis mi presencia en vuestras reuniones y que no extrañéis el tiempo de mi comunicación.

45. Ahora os habéis recreado escuchando, mañana os recrearéis aún más estudiando, porque cuando penetréis al fondo de mis enseñanzas os asombraréis al descubrir el contenido de cada una de mis lecciones.

46. Bendigo desde ahora a los que para ese tiempo se unan y se preparen para analizar la Doctrina que os traje, porque en ese estudio encontrarán los discípulos la verdadera interpretación de mi palabra, y os digo que así como mi palabra irradia luz, también vuestra interpretación iluminará el sendero de vuestros Semejantes.

47. Los buenos intérpretes de esta Doctrina sabrán despertar a sus hermanos aletargados en la rutina de sus prácticas y sabrán darles la mano y salvarles de naufragar entre confusiones, por falta de meditación. Más tarde este pueblo se extenderá sobre el mundo dando testimonio de lo que escuchó, y a la vez explicando con palabra clara mi Ley y mi Doctrina, no sólo lo que os he dicho ahora, sino todo lo que os he revelado a través de las Eras que habéis vivido.

48. No temáis ser burlados o negados por vuestros hermanos.

49. Os aseguro que cuando este pueblo de Espiritualistas surja entre la humanidad, Yo ya le habré dado muchas y muy grandes manifestaciones espirituales. Esas manifestaciones harán que muchos de los que me están esperando espiritualmente, presientan que Yo ya vine y hablé. ¿No creéis, que ellos, al veros llegar y al oír vuestra palabra, os reconocerán como enviados míos?

50. En verdad os digo, que hasta los mismos teólogos se explicarán el por qué de tantos acontecimientos.

51. Se extenderá mi pueblo sobre la Tierra como un gran ejército; sobre del pueblo estará mi Espíritu alentándolo en la lucha, para que se cumpla hasta la última de mis palabras dadas en este y en los tiempos pasados.

52. ¿Por qué lloráis cuando pensáis en los días en que ya no escucharéis mi palabra? No temáis, multitudes, que no os dejaré solas.

53. ¿Recordáis cómo en el Segundo Tiempo después de mi partida, quedó María en el seno de los apóstoles?

54. La dulce Consejera, la Madre, el Consuelo para los tristes quedó entre aquellos discípulos por un tiempo.

55. Cuando se hubo apartado de aquellos corazones la amargura que recibieron en el Gólgota al verse ya sin su Maestro, sin su palabra, comprendieron la misión que tenían que cumplir, y empezaron a extender por el mundo la Buena Nueva; el Señor levantó de la Tierra a María, ya que su ternura la había dejado como herencia a la humanidad.

56. Vosotros, que sois los nuevos discípulos ante la Cátedra divina, pensáis que os vaya a dejar solos cuando seáis privados de mi manifestación a través de los labios del portavoz, mas os digo: María no ha muerto, vuestra Madre Espiritual está dispuesta a sosteneros en la prueba, en los días en que os creáis solos y en que me sintáis ausente, aunque esté más cerca que nunca de vosotros. Su ternura de Madre os ayudará a sentiros fuertes y a comprender el verdadero sentido de las enseñanzas que con palabras y hechos os he mostrado.

57. Seréis soldados de mi Ley y sembradores de la espiritualidad. Mas, desde ahora os declaro que el Espiritualismo no tendrá su asiento en la Tierra, ni tendrá representante en un hombre; su gobierno no será de este mundo y vuestro único guía lo tendréis en Cristo, a través de vuestra Conciencia.

58. Vuestra mirada intuitiva sabrá descubrir entre las multitudes a los nuevos labriegos, pero vuestras manos no serán las que unjan o consagren, porque el único que puede entregar dones, cargos o misiones a un espíritu, soy Yo, el único que escribe el destino de cada ser.

59. Os digo todo esto para libraros de caer en falsedades o en prácticas y ritos, que ninguna verdad encierran.

60. Vosotros sólo seréis mis sembradores, mis profetas, mis emisarios; pero el Arcano seguirá estando en las manos de vuestro Señor.

61. Es mi voluntad que entre vosotros exista completa armonía y fraternidad, para que no surjan señores, reyes o tiranos, en un pueblo donde todo debe ser orden, amor y espiritualidad.

62. Cumpliendo en la forma que os indico, vuestro ejemplo tendrá que ser reconocido y vuestra fuerza tendrá que abrir brechas al Espiritualismo.

63. Comprended que tendrá que ser la luz de mi enseñanza la que descubra la falsedad de los ídolos, la que derribe de su pedestal al orgulloso rey y al despótico señor, la que destruya el poder temporal del reinado del materialismo.

64. El pueblo que hoy preparo para que mañana predique la vida espiritual, no será acaudalado, no poseerá riquezas ni bienes materiales, porque con sus obras tendrá que demostrar al mundo que la verdad, el amor y la justicia de Dios no necesitan apoyarse en la fuerza de vuestras engañosas riquezas.

65. El amor, la fe, la firme voluntad, serán las fuerzas que den a conocer esta Obra entre la humanidad. Tomad el ejemplo de Cristo y sus discípulos, meditad en aquellas vidas y en las enseñanzas que os dieron y veréis que os hablo con la verdad.

66. Mi mano jamás tocó una moneda. Cuando en cierta ocasión, intencionalmente me fue mostrada una, para pedirme parecer sobre los deberes para con el César, Yo sólo contemplé aquella moneda, y sin tocarla le contesté al que me interrogaba: “Dad a Dios lo de Dios y al César lo del César”.

67. Esta es de mis postreras lecciones, mas no la última; todavía os hablaré unos instantes más y entonces sí os dejaré de hablar a través del entendimiento del hombre.

68. Os daré un tiempo de calma para que meditéis después de mi partida, y en ese tiempo la intuición, comenzará a vibrar poco a poco de espíritu a Espíritu bajo distintas formas.

69. Todo lo que ahora no habéis comprendido, lo entenderéis en aquellos días de espiritual meditación y a la vez seréis sorprendidos con nuevas revelaciones y profecías.

70. La inspiración del uno será confirmada por la del otro y así no surgirá la duda en los discípulos.

71. Roque Rojas y Damiana Oviedo, fueron mis primeros portavoces para mi comunicación espiritual en este tiempo. El varón recibiendo en su entendimiento el rayo de luz de Elías, la doncella recibiendo la luz del Maestro. Con esto he querido demostraros que en mi apostolado, lo mismo se sienta a mi mesa el hombre que la mujer. Es igual el espíritu en ambos, ¿por qué había de distinguirles en este Tercer Tiempo, si es la Era en que vengo buscando a los espíritus?

72. Roque Rojas y Damiana Oviedo son vuestros precursores, oyeron la voz divina en medio del desierto y sin preguntar si aquello era verdad, creyeron. Uno escuchó la voz del profeta, la otra sintió el toque de la caridad del Maestro.

73. ¡Cuántos misterios he venido revelándoos desde entonces! Pasaron los primeros portavoces y surgieron otros y así sucesivamente hasta el presente. No todos han sido limpios en su intención; algunos han sido ejemplo de celo, de amor a la verdad, de abnegación y sacrificio; los ha habido vanidosos, amantes de la adulación y de la recompensa.

74. Yo desde un principio enseñé a estas multitudes a distinguir el verdadero fruto, y a vosotros los presentes, os digo, que seréis los que llevéis mi Verdad como sustento a vuestros hermanos, mientras la paja la consumiréis en el fuego de la verdad.

75. Debo deciros que nunca supisteis cuidar a vuestros portavoces, porque os faltó comprensión y caridad hacia ellos; mas, ya que no supisteis alentar ni cultivar aquellos corazones, al menos en el futuro, cuidad de lo que por sus labios brotó, que fue mi palabra: El Nuevo Maná.

76. Cuando los Espiritualistas se multipliquen sobre la Tierra, habrá muchos que les confundan con vulgares adivinos y se acerquen a ellos a preguntarles el futuro, los hombres de ciencia les preguntarán sobre la vida de los espíritus y sobre la vida en otros mundos o planetas.

Os profetizo todo esto para que, cuando os veáis asediados por necias interrogaciones, os acordéis que debéis orar para que vuestro Padre os inspire lo que tengáis que decir; lo que sea su voluntad manifestar ante la necesidad o la curiosidad de vuestros hermanos.

77. Os encargo que no vayáis a alterar una sola de mis revelaciones, ni tampoco tratéis de escudriñar lo que aún no sea tiempo de que sea revelado.

Conservaréis siempre vuestra preparación, como si fueseis una fuente dispuesta a recibir el agua cristalina que mitigue la sed de luz de vuestros hermanos y no será vuestra mano la que descorra el velo del misterio. ¿Acaso hubo en la Tierra alguno digno de abrir el Libro de los Siete Sellos? Sólo la del Cordero fue digna, es decir, sólo Él tuvo el poder para hacerlo.

Sabed que hay muchas lecciones que le serán reveladas al hombre aquí en la Tierra; pero también que existen muchas otras que le serán descubiertas hasta que habite en las altas moradas del espíritu.

78. Doquiera me encontraréis, mi presencia está en todos los sitios del camino; lo mismo me convierto en un oasis en mitad del desierto, que en faro de luz en la noche tempestuosa.

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