Elías, el Profeta de Fuego

Elías, el profeta de Fuego, el gran espíritu que sirve a Dios, que siendo el más grande espíritu que ha llegado a esta morada, es el más pequeño entre el Reino de Dios.
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Elías, aquel que de tiempo en tiempo ha servido al mandato divino. Elías no es divinidad, es un hermano nuestro muy evolucionado, elevado por la virtud y el bien. Sirve al Padre, a sus hermanos de esta morada terrenal. Es Pastor espiritual, es el que ha puesto nuestro Dios entre la humanidad, ella llegará a ser el Pueblo de Dios. Es el Pastor de los 144000 estén encarnados o no, él los despierta y los hace presentes al Padre.
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Cuando las fuerzas de un espíritu se ven doblegadas por otras fuerzas ajenas, Elías con potestad es escudo. Elías es la representación de la luz del Espíritu Santo, nombramiento y cargo que sólo Dios puede otorgar. Él es el representante de la Obra Divina, quien con fuego consumirá lo que no pertenece a ella. Mas como el Padre, Elías no obliga, sino llegará también a cada uno por la convicción.
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Elías es fuerza, pero no aprehensión ni imposición. Siendo Elías el representante de la luz de la Obra de Dios, ella tiene que llegar por convicción, nunca por temor ni por sometimiento.
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Así nuestro Padre tiene grandes espíritus a su cargo, desempeñando importantes misiones; todos esos espíritus son en mucho el reflejo del amor divino. No podría ser de otra manera, ya que Él vencerá con la única arma, espada que redime y eleva, que enseña y hace espíritus grandes y con potestad,… el amor.
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Así nuestro Padre tiene grandes espíritus a su cargo, desempeñando importantes misiones; todos esos espíritus son en mucho el reflejo del amor divino. No podría ser de otra manera, ya que Él vencerá con la única arma, espada que redime y eleva, que enseña y hace espíritus grandes y con potestad,… el amor.