Enseñanza 236

1. Bienvenido sea ante Mí el cansado, el afligido, el triste, el enfermo, el pecador; porque Yo vengo a consolaros, a sanaros y a perdonaros. Lo mismo tengo caridad del ferviente que del incrédulo.

2. Al cansado le digo: Venid, que voy a libraros del pesado fardo que lleváis, para que carguéis en su lugar la cruz que llevaréis por este camino trazado con mi amor.

3. Al enfermo que ha perdido toda esperanza de salud, le sanaré y lo levantaré a la Vida Verdadera.

4. Espíritus y materias, os vengo sanando, porque mi caridad desciende a sanar todos los males.

5. Siempre os he buscado, y en los instantes de prueba claramente me he manifestado. Recordad que en el desierto solitario cuando el hambre amenazaba al pueblo, os envié el maná cual mensaje de amor; si la sed abrazó al pueblo, Yo hice que la roca se abriese y que de sus entrañas brotara un manantial, para encender la fe en los duros corazones.

6. ¿No creéis que esa necesidad de amor, de paz y de verdad que me presentáis ahora, es hambre y sed del espíritu? Y, ¿no creéis, que mi palabra en este tiempo, es el maná y el agua cristalina que os envío para encender vuestra fe y alentar a vuestro corazón en esta jornada que os recuerda el desierto del Primer Tiempo?

7. Aún palpando mis pruebas de amor, muchos permanecen con su corazón endurecido y por eso es para ellos más larga y pesada la caminata.

8. Comprended que quien no sepa recibir mi caridad, tampoco podrá ni sabrá hacerla en su camino. Y Yo os he enviado a la Tierra, no sólo para que recibáis mis beneficios, sino para que llevéis mi caridad al corazón de vuestros Semejantes.

9. Bienaventurados los que son sorprendidos por la muerte corporal en la práctica de la caridad, porque su espíritu encontrará su morada, puesto que en esta Tierra sois extranjeros.

10. Si al llegar ante mi presencia, me mostráis vuestra espada mellada o rota, Yo os bendeciré porque luchasteis con valentía. Unos llegarán antes, otros después, pero el ir y venir de los espíritus continuará hasta que el último llegue a su mansión de paz eterna, habiendo cumplido su misión.

11. Ahora me encuentro probando a los que no volverán más a esta Tierra. Mientras, el mundo seguirá siendo morada para hombres, mujeres, ancianos y niños que se purifican y acrisolan para acercarse un paso más a la perfección, para que se encuentren preparados en el instante del llamado.

12. Sentid mi caricia, vosotros que habéis elevado vuestro espíritu para oírme en el infinito.

13. Una vez más mi comunicación es con vosotros.

14. Un Mensaje de amor envío al mundo, un Mensaje de perdón para esta humanidad que se desconoce. Quiero que los hombres se amen con el amor puro del Padre.

15. A vosotros, que estáis aprendiendo de Mí, os nombraré mensajeros de este amor, porque sabréis dejar a vuestro paso una huella de caridad y fraternidad entre vuestros Semejantes.

16. Cada espíritu brotó de un pensamiento puro de mi Divinidad, por eso los espíritus son obra perfecta del Creador.

17. Luego que la obra material quedó consumada y la Tierra preparada para daros albergue, envié a los primeros espíritus a encarnar en seres humanos. Si por instantes el espíritu se ha perdido en las encrucijadas y en los abismos del Mundo material, como se pierde una perla en las profundidades del mar, el Padre, que no aparta de ninguno de sus hijos su caridad, extiende su ayuda para rescatarle, poniendo en su camino los medios necesarios para que logre su elevación.

18. Vosotros habéis sido rescatados, y en este tiempo en que la humanidad se encuentra perdida en el abismo, haré llegar a los hombres por vuestro conducto, este Mensaje de esperanza y de fe en la salvación.

19. Vuestra palabra imitará a la mía, que ha sido como un fino cincel, incapaz de herir vuestro corazón. Ella ha sido caricia; por eso, a medida que más la oís, sentís que os va devolviendo la brillantez perdida, porque cada vez sois más comprensivos y más espirituales.

20. Esta Doctrina que por revelar lo espiritual se llama Espiritualista, es el camino trazado al hombre, por el cual llegará a conocer, servir y amar a su Creador. Es el libro que enseña a los hombres a amar al Padre en sus propios Semejantes. El Espiritualismo es una Ley que dicta lo bueno, lo puro, lo perfecto.

21. El deber de acatar esta Ley, es de todos, sin embargo, no obliga a nadie a cumplirla, porque cada espíritu goza de libertad en su voluntad, para que su lucha y todos sus actos, al juzgarse, puedan ser tomados en cuenta como méritos propios.

22. Ved entonces que esta Doctrina es la llama del Amor Divino que ha iluminado y dado calor desde el primero hasta el último de mis hijos.

23. Para que lleguéis a comprender, a sentir y a vivir estas enseñanzas, he esperado a que vuestro espíritu y aun vuestro entendimiento, tuvieran toda la lucidez necesaria para interpretar mis revelaciones de este tiempo.

24. Hoy vuestra evolución espiritual es grande, así como la capacidad de vuestra mente. De no ser así, no os habría llamado, porque al no comprenderme, os confundiríais. He dado a vuestros labios el poder y el don de la palabra, para que sepan expresar e interpretar el conocimiento espiritual y la inspiración.

25. En la grandeza de mi Doctrina, no ha intervenido jamás la mente humana. Así como en este tiempo en que os hablo por boca del portavoz humano, la esencia de la palabra que brota de sus labios, no pertenece al hombre.

26. El camino del espíritu comienza y termina en Mí, ése es el que el Maestro viene a enseñaros nuevamente.

27. Quien haya alcanzado alguna espiritualidad por su perseverancia, evolución y amor a las lecciones del Padre, será Espiritualista aunque sus labios no lo digan.

28. Quien tenga fe y elevación en sus actos, tendrá que reflejar lo que su espíritu posee.

29. Este mundo que se agita en un torbellino, llegará a su máximo de confusión y después entrará poco a poco, en una Era de perfección.

30. Antes de que termine el año de 1950, muchos acontecimientos habréis de contemplar: Naciones empeñadas en guerras, nuevas doctrinas, conflictos y calamidades. Sabéis que todas ellas son las señales que marcan la partida de mi palabra, señales que después serán reconocidas por la humanidad, como el indicio de que el Maestro estuvo entre los hombres en el tiempo anunciado. Y esta palabra de la que os he hecho depositarios trascenderá, llegará a muchos corazones; porque la verdad, lo perfecto de ella, no podrá pasar desapercibida. Ella desatará un tiempo de evolución y renacimiento espiritual en el mundo.

31. Si el hombre fuese débil para anunciar ese tiempo, la Naturaleza con sus voces testificará y despertará a los aletargados; mas en todo aquél que se prepare, será la voz del espíritu la que hablará de una Era que está próxima a llegar entre la humanidad.

32. Entonces los que se creyeron hombres fuertes en el mundo, se sentirán débiles. El poderoso verá perder su poderío, y los que por su humildad se tuvieron por débiles, serán los fuertes por la fortaleza de su espíritu, por su capacidad y comprensión, porque lo espiritual será entonces lo que predomine.

33. Comprended mi palabra, que Yo os doy mi luz para que lleguéis al final.

34. Llego a vosotros por el camino preparado por Elías, a iluminar con mi luz al hijo amado que es la humanidad. No vengo a juzgar vuestras faltas ni a contemplar vuestras manchas. Sólo vengo a convertir al ignorante en mi párvulo y al párvulo en mi discípulo, para que en el mañana todos lleguéis a ser maestros.

35. Teniendo vosotros una misión tan delicada entre la humanidad, no podéis caminar como ciegos, ni permanecer ignorantes, ni demostrar debilidad. Meditad y podréis comprender vuestra responsabilidad. Preparaos porque vuestro espíritu tendrá que mostrar al Padre el fruto de su misión, pero serenad vuestro corazón y seguid oyéndome mientras me encuentro hablando a través del entendimiento humano.

36. Yo envié a la Tierra a vuestro espíritu a cumplir esta misión, grabando mi Ley indeleblemente en su Conciencia y aun le vine a buscar para revelarle grandes lecciones y darle ejemplo de amor y de humildad, para que supiera ir al encuentro de sus hermanos, a darles la Buena Nueva y a hacerles partícipes de mi luz.

37. Mi palabra es semejante a un banquete al cual invito a todos a comer y beber; porque no están ante Mí solamente espíritus encarnados, no; también los moradores del Valle espiritual se recrean con el Concierto divino de mis enseñanzas, porque mi Doctrina es universal.

38. Al oír mi voz, unos y otros se sienten aliviados de sus faltas y se levantan para seguir mis huellas cargando su cruz. Y cuando habéis experimentado esta paz y este descanso en mi Seno, es cuando habéis vuelto vuestra mirada a la humanidad, para comprender su tragedia.

39. Comiendo vosotros el pan de Vida Eterna en mi mesa, pensáis en el hambre espiritual de vuestros hermanos. Sintiendo la frescura y la sombra de este Árbol, habéis considerado a los que van atravesando el desierto, abrazados por el Sol, el hambre y la sed, engañándose a veces con el espejismo de falsos oasis.

40. Yo os bendigo porque sentís la aflicción ajena. Orad y trabajad, que en vosotros existe lo necesario para aliviar penas y sanar males.

41. No es menester jurar que vais a seguirme. Prometeos a vosotros mismos serme fieles, constantes y obedientes, y cumplid vuestros propósitos.

42. Mi Verbo se hace caricia para hacer comprender al discípulo que ha sonado la hora de levantarse a practicar lo que ha aprendido.

43. Que mi palabra, como un rayo de luz, llegue a vuestro entendimiento, oh, pueblo amado, iluminando vuestro sendero.

44. Sabed concentraros en el fondo de vuestro corazón, porque no sentirá mi presencia quien no se prepare; escuchará la voz del pedestal, mas no recibirá la esencia divina que os envío.

45. Haced de vuestro corazón una fuente limpia donde recibáis el torrente de agua purísima que es mi sabiduría.

46. Este es un día de recordación; en una fecha como ésta, consagré a mis primeros portavoces para dar a conocer a través de ellos mis nuevos mandamientos y mis nuevas revelaciones. El espíritu de Elías vibraba a través de Roque Rojas, para recordaros el camino que es la Ley de Dios.

47. El instante fue solemne, el espíritu de los presentes se estremeció de temor y de gozo, como se estremeció el corazón de Israel, en el Monte Sinaí, cuando fue promulgada la Ley; como se estremecieron los discípulos que en el Monte Tabor contemplaron la transfiguración de Jesús, cuando Moisés y Elías aparecieron espiritualmente a la diestra y siniestra del Maestro.

48. Ese primero de septiembre de 1866, fue el nacimiento de una nueva Era, la aurora de un nuevo día: El Tercer Tiempo que se abría ante la humanidad.

49. Desde aquel instante y sin cesar, se han estado cumpliendo muchas profecías y muchas promesas hechas por Dios a los hombres hace miles de años; en vosotros se han venido a cumplir, hombres y mujeres que habitáis el mundo en este tiempo. ¿Quiénes de vosotros habréis estado en la Tierra cuando fueron dichas aquellas profecías y cuando fueron hechas aquellas promesas? Sólo Yo lo sé, mas lo importante, es que sepáis que os lo prometí y que lo estoy cumpliendo.

50. ¿Sabéis de aquella nube sobre la cual me vieron ascender mis discípulos la última vez que a ellos me manifesté? Pues en verdad quedó escrito que sobre la nube vendría nuevamente y lo he cumplido.

El primero de septiembre de 1866, mi Espíritu vino sobre la nube simbólica a prepararos para recibir la nueva lección. Después en 1884, principié a daros mi enseñanza. No llegué en cuanto hombre, sino espiritualmente limitado en un Rayo de luz para posarlo sobre el entendimiento humano. Ese es el medio elegido por mi voluntad para hablaros en este tiempo y Yo tomaré en cuenta la fe que en esta palabra depositéis, porque no será Moisés quién os guíe a través del desierto en pos de la tierra prometida, ni Cristo hecho hombre el que os haga oír su palabra de vida como un camino de salvación y libertad; es ahora la voz humana de estas criaturas la que llega a vuestros oídos y es menester espiritualizarse para encontrar la esencia divina en donde estoy presente, por eso os digo, que tiene mérito que creáis en esta palabra, porque es dada a través de seres imperfectos.

51. El mérito será mayor que el de los que creyeron en Mí en el Segundo Tiempo o el de los que siguieron a Moisés por el desierto; pero no os faltará guía un sólo instante, ya que mi palabra no ha sido vaga o imprecisa, sino una Doctrina definida y perfecta. Además, sobre vosotros velará siempre el espíritu de Elías, quien vino en este tiempo a despertar al mundo y a aparejar los caminos, para que el espíritu de la humanidad llegare ante mi presencia espiritual.

52. Pueblo bendito: Que este instante de recordación sea de gozo para vuestro espíritu y sea también de meditación en todas estas lecciones que vengo a daros. Preparad vuestro entendimiento y abrid vuestro corazón, para que en ellos pueda Yo depositar mi gracia. Olvidad por un instante las vanidades del mundo y acercaos espiritualmente a Mí.

53. Vais a escuchar una vez más mi palabra a través de un portavoz humano, que aunque escogido por Mí, no es superior a vosotros ni tiene nada de divino. Son los portavoces de mi palabra, criaturas imperfectas todavía, aunque la elevación de su espíritu les permite penetrar en comunicación con el Padre. Oíd la Cátedra con fino oído para que pase con claridad a vuestro cerebro, dejad que después cruce como un rayo de luz por vuestro corazón y la esencia divina llegará hasta vuestro espíritu como pan de Vida Eterna.

54. Si os preparáis de esta manera, sentiréis que en verdad he estado con vosotros.

55. No quiero que seáis tradicionalistas, pero sí es mi voluntad que recordéis todos aquellos acontecimientos por medio de los cuales me manifesté con vosotros y os di ejemplos y enseñanzas. Haced por medio del recuerdo un festín dentro de vuestro corazón y vuestros pasos serán más firmes en la senda.

56. En 1866 promulgué la Ley nuevamente entre mi pueblo, abriendo una nueva Era espiritual, cumpliendo así una promesa mía hecha a vosotros en tiempos pasados. Desde entonces vibra mi Espíritu Santo desde la nube, a través de mi rayo y también las voces de mis ángeles se dejan oír en la Tierra.

57. Este es el Tercer Tiempo, en el que he venido a fundir en una sola Ley los mandamientos que os di por medio de Moisés, la Doctrina de Amor que como Jesús os di en el Segundo Tiempo, y que fue una confirmación de la primera. Y en este tiempo os doy esta Doctrina como faro luminoso, como una barca salvadora, como una escala de perfeccionamiento para que alcancéis la evolución de vuestro espíritu.

58. Os doy mi enseñanza con gran sencillez y claridad para que, como buenos Espiritualistas, sepáis contestar a los que os pregunten si sois mosaicos o cristianos.

59. Antes de que os fuese revelada la Ley en el Primer Tiempo, vivisteis en la ley natural, alentados por hombres por quienes os aconsejé la virtud, por quienes manifesté mi verdad y mi justicia, hombres por los cuales me manifesté como el Dios del bien y del amor.

60. Ese pueblo que supo mantenerse en el temor del Dios verdadero, y que supo conservar la intuición de un Dios de justicia y de bondad, es el pueblo de Israel. Pero una ley concreta y definida no conoció ese pueblo hasta que, contemplándolo el Padre en peligro de caer en el gentilismo y en la idolatría, de su propio seno hice surgir un varón fuerte de espíritu para entregar por su conducto la Ley de Dios para los hombres, escrita en roca viva. El varón fue Moisés, libertador y legislador, quien con fe inquebrantable y gran amor al Señor y a su pueblo, condujo a las muchedumbres a una tierra propicia para construir un santuario y elevar un culto grato al Dios viviente e invisible.

61. Mirad cómo desde los primeros tiempos os he inspirado la espiritualidad. Con la promulgación de la Ley sobre el Sinaí, culminó ante la humanidad el Primer Tiempo. Aquel primer enviado fue como una estrella en el desierto, fue el índice que guía, fue consejero y legislador; fue pan, cuando el hambre se dejó sentir y agua que calmó la sed. Fue amable compañía en la soledad de los desiertos y conductor del pueblo, hasta las puertas mismas de la tierra deseada.

62. Cuando Cristo apareció entre la humanidad en el seno de ese mismo pueblo, habían transcurrido muchos siglos desde Moisés.

63. Fue la nueva alborada para el pueblo que esperaba la llegada del Maestro Divino, que venía a nacer y vivir entre los hombres para enseñarles la segunda parte del Libro de la Vida.

64. Habíais conocido al Dios de justicia y ahora, Él venía a mostrarse como Dios de amor, preparando con su palabra y sus obras un nuevo tiempo, una nueva vida para el espíritu. El Segundo Tiempo y todo cuanto os enseñé con mi palabra, milagros y ejemplos, hasta culminar con mi pasión, fue la hoja de la Ley de Amor que escribí para vosotros.

65. Ahora, en el Tercer Tiempo, Elías manifiesta su espíritu, como enviado y precursor del Espíritu Santo, diciendo a través del entendimiento humano: “He aquí a Elías, el profeta del Primer Tiempo, el mismo que después apareció sobre el Monte Tabor junto a Moisés y Jesús en la transfiguración de Cristo ante los discípulos”.

66. Elías tiene la llave con que se ha abierto la Tercera Era, el nuevo tiempo.

67. Ahora podréis comprender lo que ni los mismos apóstoles alcanzaron a comprender de algunas de mis revelaciones.

68. Elías es el rayo de Dios, con cuya luz viene a disipar vuestras tinieblas y a libertaros también de la esclavitud de este tiempo que es la del pecado, y quién guiará vuestro espíritu a través del desierto hasta llegar a la Tierra Prometida en el seno de Dios.

69. He ahí los tres enviados por los cuales habéis recibido la Ley y las máximas revelaciones.

70. Tiempo de luz para vosotros ha sido éste, en el que habéis tenido explicadas las revelaciones de los tiempos pasados y anunciadas las profecías de lo que ha de ser.

71. Mas este tiempo de mi comunicación por medio del entendimiento del portavoz, pronto pasará y vendrá un tiempo de gracia y espiritualidad en el cual aquél que se prepare, podrá conversar Conmigo en forma espiritual.

72. Y cuando mi Reino se haya establecido en el corazón de la humanidad, cuando la tentación haya sido destronada y el hombre me ame sobre todo lo creado, este mundo será morada de grandes espíritus, donde los hombres se amen en verdad y sepan recibir con caridad a espíritus necesitados para regenerarlos y llenarlos de sabiduría.

73. No sabéis ahora en qué forma me manifieste a todo el orbe, desde 1950 en adelante, mas os dejo alerta, porque veréis que los dones y potencias del espíritu se impondrán a los sentidos del cuerpo, y la humanidad sentirá que está viviendo el nuevo tiempo, el tiempo de la comunicación de espíritu a Espíritu.

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