Enseñanza 231

1. Mi mirada perspicaz penetra en vosotros, y contemplo que formáis con vuestros corazones un ramillete de flores para hacerlo presente a mi Divinidad.

2. Veo vuestros sufrimientos y los alivio con mi caricia paternal, para que alentados por mi palabra lleguéis a ser un pueblo fuerte en las pruebas.

3. Siempre que habéis venido a Mí para presentarme vuestras debilidades o para pedirme ayuda en las tormentas que atravesáis, siempre que habéis estado en peligro de caer bajo el peso de la cruz y me habéis buscado, os he librado de vuestra carga y de vuestro dolor, convirtiéndoos en espíritus fuertes. Entonces os he dicho: ¡Adelante!, no volváis vuestra faz, porque se llenará de temor vuestro espíritu al contemplar su pasado.

4. Vengo a sacaros del abismo para llevaros al puerto de salvación, que es donde ahora os encontráis saboreando este pan. Habéis descansado en mi regazo de paz. He sido un rayo de luz en las tinieblas de vuestra existencia para ayudaros a caminar sin tropiezos.

5. Si estos conductos o portavoces por quienes me comunico, hablasen por sí mismos, no serían capaces de enseñaros el camino de la verdad, mas si sus bocas vierten palabras de luz, es porque Yo me comunico por su entendimiento, y Yo os he dicho, que Yo soy el Camino.

6. Habéis visto cómo muchos se sorprenden ante estas enseñanzas y se preguntan: “¿Si será verdad que el Rabí es quién está hablando, si será cierto que el Verbo ha vuelto a este mundo que crucificó a Jesús?”

7. Vosotros sabéis que os lo prometí, sabéis que soy Perdón y que estoy cumpliendo mi divina misión, levantando a los muertos, sanando a los enfermos y devolviendo al ciego la luz. Vosotros conocéis la razón de mi retorno y la forma en que he venido, pero todo esto el mundo lo discutirá y mucho dudarán.

8. Os he dicho, el por qué en vez de buscar al sabio, al teólogo o al científico, busqué al humilde, al rudo y sencillo, para manifestarme por él, porque el testimonio del humilde sorprenderá al mundo.

9. Si vosotros observáis profundamente, os convenceréis de que en todos los tiempos me he comunicado con la humanidad a través de hombres, y siempre fueron humildes y sencillos.

10. Varias existencias os he concedido en la Tierra, para que testifiquéis estas manifestaciones y lleguéis a dar cumplimiento a vuestra misión.

11. Es menester que aprovechéis mis enseñanzas para que penetréis en los secretos del Más Allá, que el Padre tiene a bien revelaros. Mi Arcano no se ha ocultado a vuestra mirada, pues de otra manera nunca podríais penetrar en la Vida Eterna.

12. Estudiad, analizad, porque hay quienes se confunden pensando que si vuestro espíritu es partícula de mi Divinidad, ¿cómo es posible que sufra? Y que si la luz del espíritu es chispa de la Luz del Espíritu Santo, ¿cómo puede verse por instantes envuelto en tinieblas? Reconoced que esta jornada es para hacer méritos suficientes ante Dios, con los que podáis convertir vuestro espíritu, de inocente y sencillo, en gran espíritu de luz a mi diestra de Padre.

13. Venid a Mí y oíd una vez más mi palabra, que es sustento para vuestro espíritu. Esta palabra que os he entregado a través del entendimiento humano en este Tercer Tiempo, ha obrado el milagro de unificaros, de levantaros llenos de ahínco y de fe en mi Divinidad, al manifestarse ésta, plena de verdad y de enseñanza. Vuestro espíritu se sentía cansado de las doctrinas terrestres; vuestra planta fatigada de recorrer los caminos en busca de la paz, del amor y la verdad. Vuestras manos también se encontraban fatigadas de trabajar las tierras, sin llegar a recoger una cosecha que diera satisfacción a vuestro espíritu.

14. Así fue mi voluntad, oh, pueblo, que recorrierais los senderos, que probaseis los frutos, que llamaseis a distintas puertas, y que conocierais el corazón de los hombres de distintas razas y linajes; que entresacarais del contenido de los libros las distintas filosofías, doctrinas y teorías; que llegarais a conocer la vida humilde de la Tierra con toda su miseria y dolor.

Que supierais de la falsa opulencia de este mundo con sus placeres y su grandeza engañosa, que oyerais la voz de los hombres y conocierais su inspiración, que recogierais lo bueno y lo malo que ellos os han brindado a través de los tiempos; para que después de esta jornada, llegarais a encontrarme como el postrero que llega a las puertas de vuestro corazón, como el último que cruza en vuestro camino, el último de los peregrinos que pasa a vuestro lado y os pregunta: “¿A dónde vais? ¿De dónde venís y qué es lo que buscáis?” Y entonces vosotros, sin soberbia y sin grandeza, doblegados por el dolor y fortalecidos por la experiencia, iluminados y templados por la lucha, al instante me reconocierais, me abrierais vuestro corazón confesando vuestra pequeñez, manifestándome que sólo Yo puedo comprender vuestro dolor, vuestros fracasos y también vuestros anhelos.

15. He aquí la razón por la cual la mayor parte de los que vienen a Mí, al escuchar mi palabra se sienten cautivados por esta esencia, sienten que les contemplo hasta el fondo de su corazón y experimentan mi amor que les envuelve. Y es que me estabais esperando, sabíais que después de las grandes luchas, de los grandes combates de la existencia, después de esa noche tenebrosa en la cual habéis vivido, había de surgir la luz de un nuevo día.

Sabíais que después de apurar hasta las heces vuestro cáliz de amargura, vendría Alguien que lo habría de llenar de dulzura, porque la esperanza, la confianza en mis promesas que en otros tiempos os hice, no se había extinguido en vuestro espíritu, la flama se había conservado en vuestro corazón y aun aquellos que han negado que sea Yo el que se comunica en este tiempo, no lo han hecho con su espíritu sino con su materia, ignorante e insensible a las manifestaciones espirituales, que no sabe de Mí. Mas Yo que conozco a todos, les he dado a esos incrédulos, a los reacios de cerviz un tiempo más, porque sé que no es su espíritu el que me niega, y lleno de mi luz ha de levantarse y libertarse de las cadenas de su propia envoltura para que pueda mirarme y sentirme, y exclamar como Pedro, en el Segundo Tiempo: “En verdad, Tú eres el Hijo del Dios Vivo”.

16. De párvulos os estoy convirtiendo en discípulos, porque después de haberme oído os confiaré un Libro de Sabiduría, para que con él enseñéis a vuestros hermanos y llevéis la Buena Nueva a los moradores de vuestra nación y después a las demás naciones. Si aprendéis de Mí, seréis mansos y humildes, no os limitaréis a sólo analizar mi palabra, ni a hablar con palabra elocuente para con ella sorprender a las multitudes, sino que vuestras inspiraciones y análisis, vuestras palabras claras y profundas serán confirmadas con obras que serán el fruto de vuestra comprensión. No quiero que esas obras broten tan sólo de vuestro entendimiento, sino que sean dictadas por vuestra Conciencia a vuestro corazón, que es donde se encuentra sembrada la simiente de amor.

17. Entonces sí lograréis convertir a la humanidad, porque después de encontrarse hastiada de palabras huecas, enferma y cansada por la falsedad de las diversas doctrinas e ideas, buscará una enseñanza que le hable del verdadero amor, de caridad y de paz; que haga luz en las tinieblas y derrame bálsamo en donde exista el dolor, que transforme a los que llevan en su ser degeneración espiritual o moral. Entonces sí triunfará mi Doctrina y crecerá el número de los que me siguen llevando su estandarte de paz, unión y buena voluntad.

18. Quiero que aprovechéis debidamente este tiempo, que el espíritu enseñe y estimule a la envoltura, que la doblegue y llegue a convertirla en su propio instrumento, en su sierva humilde; que no sea la carne la que venga a rendirme el culto que debe ofrecerme el espíritu; que no se interponga entre vuestro espíritu y el Mío, porque entonces la purificación será continua y lo que sienta la materia llegará al espíritu, porque éste no sabe sobreponerse todavía al dolor y a las flaquezas.

Espiritualizaos sin llegar a caer en fanatismo y veréis cuánta paz experimentareis, cuánta fortaleza impartiréis a vuestro corazón y cuán fuertes seréis ante las asechanzas del dolor, de la vejez y las enfermedades.

19. Esta es mi enseñanza. ¿Quién de vosotros no alcanza a comprenderla? Es clara como la luz del día y esa luz todos podéis mirarla. Os estoy entregando esta lección para que la grabéis indeleblemente en vuestro espíritu, porque ella os dará fuerza mañana, cuando las pruebas se ciernan sobre vosotros.

20. En esta Tierra siempre ha existido la lucha entre los hombres, la guerra, la discusión, la división. Desde los primeros tiempos siempre se han levantado las ideas de unos en contra de las de los otros. Así miráis que en contra de la virtud, se ha levantado la maldad; ante la justicia, la injusticia; ante la voz del espíritu, la de la carne; ante un conocimiento, otro más. Y aquéllos que han propagado mi Doctrina espiritual desde los primeros tiempos, han encontrado como adversarios a los hombres de ciencia. Todavía en este Tercer Tiempo contemplo estas luchas entre los hombres, pero ha llegado el día en que Yo diga la última palabra.

21. Toda sabiduría, conocimiento o ciencia ha brotado de Mí. Yo preparé este planeta para que fuese morada de espíritus encarnados, y antes de enviaros preparé este mundo con gracia, con amor y sabiduría. Deposité en las entrañas, en la superficie, en todo, los elementos necesarios para vuestra vida, para la conservación, el placer y la satisfacción de mis hijos. Para que descubrieseis en el seno de esta Naturaleza todas las fuentes de vida, todo lo que se encontraba envuelto en el misterio o guardado en profundo arcano; os di talento, os iluminé y os entregué el don de la ciencia, para que mediante ese talento y conforme a vuestras necesidades, evolución y pruebas, fueseis la fuente inagotable de vida y de sabiduría.

22. Todos habéis gozado de ese don de la ciencia, pero he escogido a algunos para darles grandes misiones, para que descubriesen todo aquello que hiciere bien al espíritu y entonces os ofreciesen del agua inagotable de esa fuente y os ayudaran en vuestra vida y dicha terrestre. A esos escogidos les confié también la intuición de la vida espiritual, de aquella que se encuentra más allá de las ciencias, por encima de esta Naturaleza terrestre, y por eso desde los primeros tiempos el hombre me ha rendido culto y ha presentido la existencia de un ser Universal, de un Dios Poderoso, Omnipotente y Creador, que os tiene reservada una vida elevada, que está más allá de este mundo; una vida en la que brillará la Conciencia, el amor, la luz y la razón, porque todo esto forma parte de vuestro espíritu.

Y aunque todos tenéis esa intuición que os habla incesantemente de estas facultades, fue menester que enviase entre vosotros a espíritus de gran potestad, para que viniesen a revelaros los más grandes misterios; que abriesen brecha a los espíritus y los condujesen a Mí por los más cortos y certeros caminos. Ellos son los profetas, los patriarcas y los enviados de todos los tiempos.

23. He aquí, que trayendo unos la misión de dar luz a los espíritus, y otros de dar a conocer la ciencia, se han levantado unos en contra de otros a través de los tiempos, sin pensar que no son misiones opuestas, sino que ambas se complementan. Mi luz ha sido derramada en todos los seres, para que comprendáis vuestra misión y toméis respetuosamente la parte que os corresponde.

24. Si habéis oído de Mí que censuro la obra de los científicos, que reclamo a la ciencia, eso se debe a que esa fuente de vida, esas revelaciones que les he hecho, algunos no las han utilizado para el bien y el adelanto de la humanidad, sino que las han puesto al servicio del mal y de la destrucción. Mas todos aquéllos que hayan cumplido su misión, que hayan penetrado con humildad, elevación y respeto para descubrir lo que haya sido mi voluntad revelarles, en ellos me he derramado, me he complacido y mirad cuántas obras benéficas han hecho.

25. Vuestra vida material ha evolucionado; ya no es la misma de los tiempos pasados, y a medida que vuestros pasos os han ido llevando por el camino de la evolución, habéis encontrado los frutos de la ciencia concedidos a todos los que han cumplido su misión.

A los que han equivocado mi mandato y penetrado en mis arcanos para descubrir los misterios de la Naturaleza, a los que han tomado la fuerza de los elementos tan sólo para utilizarla en obras de destrucción y de muerte, les censuro y les hago un llamado, porque he venido a ordenar y a encauzar a todos los elementos, y todo debe ser restaurado y vuelto a su lugar.

26. Llegará un tiempo en que la humanidad sabrá distinguir la Luz divina, la sabiduría permitida por Mí, y llegará a reconocer que Yo soy la Fuente de donde han brotado todas las naturalezas, que en Mí se encuentra la simiente y el fruto, y que de todo esto os he participado para que hagáis una vida digna de vuestro espíritu y de mi Divinidad.

27. Y es en ese tiempo de espiritualidad, que ahora os anuncio, en el que los hombres pondrán su fuerza mental al servicio del espíritu, y la misma ciencia se inclinará ante su luz. ¿Cuándo llegará ese día? Vosotros estáis preparando el camino para que la humanidad pueda llegar a esa meta, porque la obra que os he encomendado tiene una misión universal.

28. Los hombres, sin apartarse de sus deberes, de sus misiones en el mundo, pondrán al servicio de mi Causa divina su ciencia, su fortaleza, su talento y su corazón.

Buscarán los goces sanos, los que sean saludables para su espíritu y su materia. Lucharán por su regeneración y por su libertad, no se contaminarán, no tomarán lo que no les sea necesario. Será entonces cuando desaparezca de la Tierra la maldad, la frivolidad; entonces el espíritu habrá alcanzado el dominio absoluto sobre su envoltura, y habitando todavía en una materia hará una vida espiritual de amor, de fraternidad y de paz.

29. Ese será el tiempo en que las guerras desaparecerán, cuando haya respeto y caridad de unos a otros, cuando reconozcáis que ya no podéis disponer de la vida de un Semejante ni de la propia; sabréis entonces que no sois dueños de vuestra vida, ni de la de vuestros hijos y esposos, ni de esta Tierra, sino que Yo soy el Dueño de toda la Creación; pero que siendo vosotros mis hijos muy amados, sois también poseedores de todo lo que es mío. Y siendo el Dueño y Poseedor de todo lo creado, soy incapaz de dar muerte a mis criaturas, de herir o causar dolor a nadie. ¿Por qué entonces los que no son dueños de la vida han tomado lo que no es suyo para disponer de ello?

30. Cuando esta enseñanza sea comprendida por los hombres, habrán escalado en su evolución espiritual y este mundo será una morada de espíritus adelantados.

No sabéis si después de este tiempo volveréis a habitar este planeta. Yo señalaré a aquéllos que habrán de mirar esos tiempos de gracia, a los que habrán de venir a contemplar este Valle, que en otra época fuera de lágrimas, de destrucción y de muerte. Esos mares, montes y campos que fueran testigos de tanto dolor, después estarán convertidos en una morada de paz, en una imagen del Más Allá.

Yo os he anunciado que cuando las luchas cesen, mi Reino estará ya cerca de vosotros y que vuestro espíritu florecerá en virtudes; mi Doctrina estará presente en todos los espíritus y por conducto de hombres y mujeres me manifestaré.

31. Los dones espirituales se desarrollarán; el don de palabra, de curación y de comunicación de espíritu a Espíritu llegarán a ser asombrosos en los hombres de esos tiempos.

32. La ciencia no se detendrá en su camino, y el científico penetrará en mi Doctrina para estudiarla y se maravillará con mis revelaciones, e inspirado por ellas, hará obras benéficas que llevarán al adelanto y al progreso, no sólo a la humanidad, sino al espíritu de encarnados y desencarnados.

33. Si en los tiempos pasados y en los presentes ha gozado mi Espíritu contemplando las obras de mis hijos, ya sean éstas espirituales o materiales, obras bellas que han brotado del corazón, de la sensibilidad o de la inteligencia, cuán grande será mi gozo cuando no sean tan sólo unos cuantos los que se encuentren con su espíritu elevado, sino que sea la humanidad en su conjunto la que esté practicando el amor.

Entonces ya no habrá lágrimas, luto ni orfandad en los hogares por causa de las guerras, y sólo será la fe, la salud, la fuerza y la armonía las que persistirán en la vida de los seres humanos en esos tiempos de dicha reservados a este planeta.

34. Vosotros sois las primeras generaciones que han recibido la Buena Nueva de este Tercer Tiempo y debéis ser los que preparen el camino para todos aquéllos que habrán de venir después de vosotros. Allanad los abismos, apartad las piedras del camino para que dejéis como herencia la buena voluntad, la fortaleza, los buenos principios.

35. No sois vosotros los que vais a llevar mi Obra a su culminación. No está entre vosotros aquél que ha de unificar al pueblo de Israel. El establecimiento de mi Doctrina en todo el mundo no lo contemplaréis en lo material. Esa obra la haré Yo, porque si entre vosotros se llegara a levantar alguno que doblegara la reacia cerviz de mi pueblo y lograse su unificación, ese hombre se engrandecería o no soportaría las pruebas que sobre él vendrían.

36. Mas Yo, el Fuerte, el que ama y perdona, os uniré a los unos con los otros. Prueba tras prueba os enviaré, a fin de que ellas os pulimenten y os identifiquen en el mismo ideal espiritual.

37. No quiero que mi pueblo prepare una nueva cruz para Mí, un cadalso o un tribunal. Quiero morar en su Santuario interior, quiero ocupar mi trono en el espíritu de mi pueblo, para comunicarme a cada instante con él y esperarlo en mi morada eterna, en mi trono universal de humildad, en mi sitial de Padre amoroso; cuando ya todos llenos de méritos, de cumplimiento, fortalecidos por la lucha y acrisolados por la virtud, lleguéis a Mí, dignamente, para recibir vuestro galardón.

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