Enseñanza 228
1. Sobre la cima de la montaña, donde se encuentra el Maestro, también está María, la Madre Universal; Aquélla que se hizo mujer en el Segundo Tiempo para que se realizara el prodigio de la encarnación del Verbo Divino.
2. Mucho ha juzgado y escudriñado el hombre a María y también la forma en que Jesús vino al mundo, y esos juicios han desgarrado la vestidura de pureza del Espíritu Maternal, cuyo Corazón ha derramado su sangre sobre el mundo.
3. Yo he venido en este tiempo a descorrer los velos de lo desconocido, para alejar la duda del incrédulo y darle el conocimiento de las enseñanzas espirituales.
4. De mi verdad, que es como un camino, los hombres han hecho muchas veredas en las cuales, las más de las veces, se pierden. Y mientras unos buscan la intercesión de la Madre Celestial y otros la desconocen, su manto de amor y de ternura envuelve a todos eternamente.
5. Desde el principio de los tiempos revelé la existencia de la Madre Espiritual, de la que hablaron los profetas antes que Ella viniese al mundo.
6. A veces os reclamo en mi palabra, mas mi reclamo encierra luz, pueblo. No sería Maestro perfecto si no os diera a conocer todo lo que debéis saber. No sería Padre si no os hiciese saber cuánto habéis equivocado el camino.
7. No quiero que se manche vuestro espíritu ni que encuentre la muerte a la Vida Verdadera. Por eso os toco con mi justicia cuando os encuentro entregados a los goces y placeres insanos. Vuestro espíritu ha de llegar limpio a mi Seno, como salió de él.
8. Todos los que dejan un cuerpo en las entrañas de la Tierra y se desprenden de este mundo en estado de confusión, al contemplar mi presencia, manifestada en la luz del infinito que ilumina las Conciencias, despiertan de su profundo sueño, en medio del llanto y de la desesperación del remordimiento. Mientras dura el dolor en el hijo para librarse de sus penas, también sufre el Padre.
9. No dudéis que me estoy comunicando por el entendimiento humano, para que los postreros, al oír el eco de la campana y mi llamado, contemplen la Luz del Espíritu Santo que les dará la salvación.
10. No busqué en este tiempo iglesias ni sinagogas. Si en el Segundo Tiempo nací bajo el techo de un establo, hoy me presento a través del hombre aunque sea pecador. El medio en que me presento es de pobreza y humildad, mas no os extrañéis por ello, si recordáis que en aquel tiempo, conviví con los pobres y hasta en mi vestidura manifesté mi humildad.
11. En mi amor por los hombres que no saben buscarme, por los perdidos y por todos los que necesitan de Mí, en mi tarea divina de amaros, he buscado la forma de acercarme a vosotros para que me miréis, me escuchéis y me sintáis.
12. Hoy os doy mi palabra bajo el techo humilde de estas casas que son una imagen de los sitios en que os reuní en aquel tiempo: Las riberas del río, la montaña o el desierto.
13. Mas si los hechos se repiten, ¿habréis de llevarme nuevamente a la cruz, clavando en el Corazón de María el dolor con siete dagas?
14. Cuando Jesús expiraba en el madero, por un instante fue envuelto por tinieblas y por una soledad infinita. En la misma hora, María sintió una inmensa soledad en su Corazón de Madre. Es que en ese instante el Hijo se sentía incomprendido por los hombres.
15. Venid a Mí, humanidad, soy el Camino, la Verdad y la Vida, soy el Maestro del Amor que transforma al hombre en espíritu. Humanidad enferma y cansada, os recibo y os bendigo y al bendeciros, mitigo vuestro dolor.
16. Venid llenos de ternura para que descanséis en Mí y toméis la enseñanza que necesitáis. Soy Aquél que viene a vuestro encuentro para animar a vuestro corazón. El espacio está poblado de quejas, de ayes de dolor y de amargura de ayer y de ahora.
17. Los que escucháis esta palabra o los que la repaséis mañana, al recibir su esencia, dejad todos vuestros problemas, debilidades y deseos, para entregaros a la meditación sobre lo divino que vengo a entregaros.
18. También el espíritu tiene problemas, y es menester que os preocupéis por resolverlos. ¿Cómo? Dando oportunidad a que la sabiduría penetre en vosotros, esa semilla que con mi cuidado y vuestros esfuerzos germinará y se desarrollará, hasta convertirse en árbol de Vida Eterna. Entonces daréis buenos frutos al mundo que tan necesitado está de ellos. Esa será la realización de mi Obra entre vosotros.
19. He venido a deciros: “Levántate y anda”, pero ahora lo he dicho con palabra sencilla a vuestro espíritu, mostrándole el camino que conduce al verdadero paraíso, a la eternidad.
20. Quiero despertaros de vuestro triste letargo, para que sepáis todo lo que al espíritu le está reservado y a enseñaros además a poseerlo. Han pasado años, Eras y Edades sobre este planeta, y la humanidad sigue sin conocer la verdad; aún niega a Cristo, porque para los hombres sólo la vida aparente de cuerpos y formas materiales es la que existe, sólo a ellas les da importancia, dejando pasar desapercibidas las facultades del espíritu sin querer percatarse de ellas.
21. El hombre, estando formado de espíritu y materia, olvida la importancia de la vida del espíritu que para él debiera ser primordial, y sólo atiende la parte humana, busca en lo material su felicidad, sus deleites, sus satisfacciones y pasiones, y cuando le hablo del espíritu llega a decir que esas enseñanzas son simplemente un conocimiento más; ésa es la causa por la cual queda aletargado en su sendero.
22. En cambio, el hombre que anhele espiritualizarse, limpia su corazón y su mente, se lava en las aguas del arrepentimiento, se desprende de las ambiciones materiales y siente que los pasos de su vida están iluminados con la luz de Dios. Ese hombre sabe que los que alcanzaron grandeza en el espíritu, se modelaron en el crisol de sus sufrimientos, llegando a ser guías de la humanidad en la Tierra, y más tarde, seres luminosos en el Espacio espiritual, protectores de los hombres, inspiradores y guardianes. Esos espíritus están ligados a los hombres por el amor y así brillan en un firmamento, más allá de lo visible, en la dulce vida espiritual, iluminando con su luz a esta humanidad sin abandonarla nunca.
23. Es necesario que despertéis para que vuestro espíritu realice los anhelos de manifestarse a través de su cuerpo material.
Sabed que por vuestras obras, podéis mostrar el grado de evolución de vuestro espíritu; empezad por ser tolerantes con las flaquezas ajenas, pensad que si ya pasasteis por senderos escabrosos ya habéis corregido vuestros errores, hay otros que aún no los han transitado, y por lo tanto, debéis ser comprensivos para con vuestros Semejantes, ayudándoles a levantarse de sus tropiezos y dándoles la luz de vuestra experiencia.
24. En verdad os digo, que hermanos mayores vuestros que recorrieron antes el camino por donde ahora transitáis, escalaron la altura espiritual, porque vivieron para amar a sus Semejantes siendo en la Tierra benefactores, médicos y maestros. Por eso os digo, que si obedecieseis los impulsos de vuestro espíritu, estaríais en mejor lugar, y que si no aprovecháis lo que en esta Doctrina vengo a ofreceros, más tarde, en el Mundo espiritual os reclamaré vuestra falta de cumplimiento. No desperdiciéis, por tanto, esta ocasión, trabajad llenos de amor y confianza en mi palabra.
25. El que niega amor a sus hermanos, niega a Cristo. Si veis que vuestro Semejante sufre y llora y necesita de vos, ¿por qué no le servís? Es que habéis materializado hasta lo más noble y sutil de vuestros sentimientos.
26. Transformad vuestro ser y vuestra vida, desmaterializad lo que habéis materializado; espiritualizad vuestros sentimientos, pensamientos y obras, sed cada vez más conscientes de la misión del espíritu y con esa transformación dejaréis de ser inútiles para haceros útiles y vuestra vida dará testimonio de mi verdad.
27. Para todos llegará el momento en que el espíritu sienta deseo ferviente de triunfar sobre la materia, aniquilando el egoísmo para manifestar el amor que del Padre recibió, y la sabiduría y poder con que fue heredado. Cuando el espíritu tome su verdadero sitio en el hombre, éste tendrá semejanza con Cristo. Decir Cristo, es decir amor, poder y sabiduría, verdad y vida.
28. Mas pasarán algunas generaciones en este mundo sin que la humanidad comprenda el gran significado de Cristo. Cristo desapareció como hombre y ha aparecido como Espíritu triunfante, sin materia, todo amor; es la revelación constante de la misericordia divina delante de la humanidad.
29. Sabed que me place veros útiles y serviciales con vuestros hermanos; me agrada veros a la cabecera de los enfermos, me recreo viéndoos sembrar la semilla de mi Doctrina, acariciando, consolando, socorriendo a los menesterosos. Recordad que cuando estuve en el mundo, dejé establecida mi Doctrina sobre los cimientos de esta máxima: “¡Amaos los unos a los otros!” Y han pasado los siglos y sigo esperando que sintáis en vuestro corazón ese mandamiento.
30. Preparad vuestro corazón, vuestro entendimiento y vuestro espíritu porque vais a escuchar mi Palabra celestial.
31. No debéis confundiros, porque os estoy hablando con perfecta claridad y a través de diferentes portavoces.
32. Vengo también a escudriñar vuestro corazón para contemplar lo que habéis analizado de mi enseñanza, vengo a buscar la lámpara de vuestra fe.
33. Oíd la voz de vuestra Conciencia. Meditad, para que lleguéis a cumplir cuanto me habéis prometido.
34. Mi Ley ha sido mancillada en esta Tierra y a vosotros siempre os he encargado el cuidar de ella y defenderla.
35. No manchéis la Ley, no durmáis, no materialicéis vuestros espíritus. ¡Trabajad!
36. Pensad que vuestro espíritu es el mismo que en otros tiempos no dio cumplimiento a los mandatos del Padre, y que ahora está ante una nueva oportunidad de redención que por mi amor os brindo.
37. Yo sé, Israel, que a pesar de tanto como os amo, se levantarán las multitudes como en el Segundo Tiempo a herirme y a burlarse de Mí. Sé que entre vosotros se oculta el Iscariote, pero no será inútil mi comunicación a través del entendimiento del hombre, no será en vano que Yo haya desatado el Sexto Sello.
38. Mi advenimiento entre vosotros ha sido para salvaros por la regeneración y la enmienda, apartándoos de la escoria y de la iniquidad, ofreciéndoos a cambio el camino de paz y bienandanza.
39. Bienaventurado el que se purifique y se prepare porque él triunfará en las pruebas.
40. Los elementos de la guerra y del exterminio se encuentran desatados. El hambre y la peste con sus extrañas e incurables enfermedades, os amenazan. Por eso, velad y orad. Trabajad en vuestra misión y la prueba pasará.
41. Soy Cristo, el mismo que se manifestó en Jesús en el Segundo Tiempo. En esta forma me ha placido manifestarme a vosotros.
42. En este tiempo, todos los pueblos de la Tierra me han de sentir.
43. Mi palabra es el Libro de la Enseñanza que he puesto en vuestras manos para que la estudiéis.
Se levantarán sectas contra sectas, religiones en guerra con otras religiones y doctrinas contra doctrinas. Ante ese caos de espíritus, quiero que deis ejemplo y seáis baluarte.
44. No por ser mis escogidos vayáis a envaneceros. Después de haber adquirido esta responsabilidad no os vayáis a dormir, porque entonces volveréis a caer en los abismos que dejasteis y al encontrar en vuestro camino la miseria y el dolor, os preguntaréis: “¿Cómo es posible que habiendo sido de los que escuchamos la enseñanza del Maestro, tengamos que apurar un cáliz tan amargo?”
45. Recordad mis ejemplos y aprended a amar lo espiritual sobre lo material, y preocupaos en verdad por el bienestar de vuestro espíritu después de la vida terrestre. Labrad para él desde ahora una vida de luz y de paz, porque hasta ahora os ha importado más el bienestar de vuestra materia, sus vanidades y sus galas, que el espíritu que sucumbe de hambre y de sed, y cuya vestidura se encuentra desgarrada.
46. No os equivoquéis. La materia es el vestido del espíritu y el espíritu es el que ha de ascender hasta Mí. El cuerpo es polvo y al polvo retornará junto con sus posesiones terrenales. Dejad que vuestro espíritu alcance las riquezas espirituales, porque ésas sí las llevará consigo a la eternidad.
47. Para los ricos de los bienes de la Tierra, no existo Yo, su caudal lo es todo. No se acuerdan de Mí. ¿Qué les importa la miseria y el dolor del mundo? ¿Qué les importa el luto ajeno? Han cerrado sus oídos a la voz de la Conciencia que en cada caso les juzga y en cada paso les habla de mi poder.
48. En verdad os digo: Así desafían mi justicia.
49. Mas todo cambiará, las complacencias cesarán y ese poder que a ciertos hombres se ha permitido para que hagan mal a la humanidad, será sometido a juicio.
50. ¡Cuántos hubieran ya conocido mi Obra si os hubieseis levantado invitando a los necesitados a comer del pan de mi mesa!
51. Recordad que lo que os he dado, es para vuestros hermanos.
52. “Amaos los unos a los otros”, os enseñé desde aquel tiempo. Han pasado los siglos y os sigo hablando de la misma enseñanza y aún no sentís en vuestro corazón aquel sublime mandamiento.
53. Yo os pregunto para que os contestéis interiormente: ¿Quién puede amar a los egoístas? Entended que os hablo de aquéllos que sólo piensan en sí mismos, que no hacen un servicio ni dan un pan, ni ofrecen a nadie un consuelo. Sólo Yo que entiendo sus debilidades puedo amarlos y comprenderlos.
54. Cuando comprendáis que habéis venido a este mundo a recoger experiencias y a poner en práctica la divina Ley del Amor y de la Caridad para con vuestros Semejantes, habréis penetrado en la armonía de esta vida; ya sabéis por mis revelaciones que quien no acate mi Ley, tendrá que volver a este mundo hasta que el espíritu cumpla con la misión que se le confió.
55. Sois semejantes a los árboles milenarios, que muestran el sinnúmero de sus grietas como huella de su lucha contra el tiempo y los huracanes; aún no brilla de lleno en el hombre la luz de su espíritu.
Os amo mucho, sin embargo, la furia de los elementos seguirá azotando a la humanidad, porque ésta los ha desafiado y sus efectos serán destructores. Es la guerra que desatará el hombre materialista y esto traerá desolación entre los pueblos, los cuales llorarán amargamente y, ¿quién podrá consolarlos?
Escuchad: La humanidad recibirá un alerta después de otro, los elementos desatados vendrán sobre el planeta y arrasarán lugares enteros; entonces os daréis cuenta de que no habéis cumplido con la Obra espiritual, que nada habéis hecho; hablo a todo el mundo Cristiano.
56. La humanidad llorará sobre vuestro pecho y si éste lo tenéis duro como el granito y frío como la lápida del sepulcro, ¿cómo le vais a consolar?
57. Si fueseis tierra fértil, la semilla ya hubiese germinado, mas sois tierra estéril que no da frutos. La humanidad pondrá en vosotros su mirada y, ¿cómo vais a darle la ternura que necesita cuando de vuestro corazón sólo emanan desprecios, reproches y dureza?; ¿quién va a escuchar conmovido los ayes de los hombres?; ¿quién será el amparo de los que sufren? Tendré que ser Yo a través de mis intérpretes quien consuele al que sufre.
A pesar de ello, digo al mundo Cristiano: Abrid vuestro corazón, para que al menos recibáis el llanto de la humanidad. Haced un esfuerzo para contrarrestar los efectos de las guerras y de las calamidades, porque en verdad lo que hasta ahora ha sucedido es poco para lo que falta por venir. El dolor humano no ha llegado aún a su mayor grado y vosotros debéis, como Cristianos que decís ser, demostrar lo que sois. Si ahora no tratáis de serlo, ¿cuándo vais a levantaros a cumplir vuestra misión?
58. En el espacio, resuenan los ecos desesperados del dolor, de vuestros hermanos. Si contemplaseis lo que hasta allí llega, os arrepentiríais de vuestra falta de cumplimiento y entonces haríais algo en bien de vuestros Semejantes.
Hay seres en el Valle espiritual que lloran y suplican por los hombres que se encuentran cegados por su egoísmo y también porque se calme la tempestad que se cierne sobre este mundo. A semejanza de ellos, quiero veros convertidos en bálsamo, en caricia, en luz, en piedad.
Quitad de vuestro corazón la indiferencia que os aleja de la familia humana y observad que por este mundo está pasando la muerte que arrasará a la mayor parte de sus moradores. Reina la enfermedad del espíritu y del cuerpo. Hay cuerpos que sanan con medicinas materiales, otros que no pueden curarse porque el espíritu es el que está enfermo.
59. Discípulos: ¿No deseáis sanar las enfermedades del espíritu así como las de la materia? De cierto os digo, que podéis hacerlo. Mas, ¿cuándo va a comenzar vuestra actividad?; ¿cuándo pondréis punto final a vuestro materialismo?; ¿cuándo vais a empezar la nueva vida plena de espiritualidad?
60. Transformaos bajo mi enseñanza, sentíos hombres nuevos, practicad mis virtudes e irá apareciendo la luz en vuestro espíritu y Cristo se manifestará en vuestro camino.
61. Mis mensajes son la fuerza que anima la tierra, son como un sol que da calor y vida, son agua que riega. Hablo de la tierra de vuestro corazón la cual a pesar de mis continuas manifestaciones permanece estéril.
62. Humanidad: Levantaos, el tiempo apremia y si no lo hacéis en este día, no despertaréis en esta existencia. ¿Vais a permanecer adormecidos a pesar de mi mensaje? ¿Queréis que os despierte la muerte de la carne, con el fuego voraz del arrepentimiento de vuestro espíritu sin luz?
63. Sed sinceros, poneos en el caso de encontraros en la vida espiritual frente a frente a la verdad, donde nada podrá disculpar vuestro materialismo, donde os miraréis con vuestros harapos verdaderos, manchados, sucios y destrozados, que será lo que por vestidura traiga vuestro espíritu. En verdad os digo, que ahí, al contemplar vuestra miseria y sentir tanta vergüenza, experimentaréis el inmenso deseo de lavaros en las aguas del más profundo arrepentimiento, sabiendo que sólo limpios podréis ir a la fiesta del espíritu.
Contemplaos más allá del egoísmo humano con todas sus lacras que ahora son vuestro orgullo, vuestra satisfacción, y decidme si alguna vez os ha preocupado el dolor de la humanidad, si en vuestro corazón encuentran eco las quejas de los hombres, los sollozos de las mujeres o el llanto de los niños; entonces decidme, ¿qué habéis sido para la humanidad? ¿Habéis sido vida?
64. Después de haber hecho un examen ante la luz de vuestra Conciencia, ¿no estáis dispuestos a que mi Espíritu Divino aparezca libertándoos de las cadenas que con vuestros errores formasteis? Resolveos a lograr la espiritualidad para que caigan de vuestro espíritu los andrajos. Os estoy ayudando a conoceros interiormente tal como sois.
65. Y vosotros, los que con gran interés leeréis los escritos que llevarán la esencia de mi palabra, os enterneceréis porque sabréis que os amo como a todos los que ahora me están escuchando.
66. Tiempo ha os espera el Maestro en el camino de la vida y aunque pasen las Edades os seguiré esperando. Tened presente que nadie llega al Padre si no es por el camino que Cristo os trazó; mas ahora venid aunque estéis manchados, harapientos y sucios.
Yo limpiaré vuestra mente y corazón, renovaré vuestra vestidura y os conduciré a la estancia donde celebro una fiesta espiritual; ahí encontraréis los exquisitos manjares de la sabiduría y del amor, ahí escucharéis el himno armonioso que eleva hacia Mí todo el Universo.
67. Quiero que aprendáis a amar, que vuestro amor convertido en piedad os lleve a los enfermos y os haga buscar a los que han perdido la fe. Quiero que todo lo bendigáis sin que haya nada que no podáis bendecir, para que poco a poco os acerquéis por vuestra espiritualidad y perfección a la comprensión de lo sublime.
68. Ha sido el egoísmo materialista el que se ha enseñoreado de la mayor parte de la humanidad, y el espíritu, siglos y siglos ha estado en espera de oportunidades para manifestarse.
En verdad os digo: Que si fuese permitido, las piedras conmovidas ante la esencia de mi palabra se moverían para demostrar vuestra falta de espiritualidad y veríais cómo ellas levantándose exclamarían: “Cristo tiene razón”. Mas llegaré a venceros con el amor.
Sabed, humanidad, que todos los pecadores caben dentro de mi amor. Aunque el mundo se avergüence de vosotros, Yo no me apartaré de vuestro lado; si os juzgasen despiadadamente, os defenderé y en vuestras caídas os levantaré.
69. Hay en vosotros parte de materia que es de la Tierra, y parte espiritual que es del Cielo. Tiempo hay en que el humano se siente materia y tiempo en que se siente espíritu. Cuando dejéis esta materia y paséis al estado espiritual, comprenderéis lo que ahora no habíais comprendido. Vuestro cuerpo aquí quedará, porque pertenece a la Tierra, mas vuestro espíritu volará a elevadas regiones donde seguiréis viviendo para continuar vuestra evolución espiritual.
70. “Bienaventurados los que sufren, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”. Ahora añado: “Bienaventurados los que comprenden lo oculto y lo sencillo de las grandes frases, porque de ellos será la sabiduría”.
71. Todo el que ame será rico, porque se sentirá amado; amad, aunque no seáis amados; sed a semejanza de Jesús. El amor está por encima de las pequeñeces.
72. Yo podía haber dejado de padecer entre vosotros, mas os digo, que mi amor está ligado a vuestro destino. Sabía que me necesitabais y vine a vosotros, mas nunca os dije: Amadme para que os ame Yo.
73. ¿Sabéis que hay quienes son amados sin merecerlo? Así os amo Yo. Dadme vuestra cruz, dadme vuestras tristezas, dadme vuestras esperanzas que han fracasado, dadme la pesada carga que lleváis, Yo puedo con todos los dolores.
Sentíos libres de vuestro fardo para que seáis felices, penetrad en el santuario de mi amor y guardad silencio ante el altar del Universo, para que vuestro espíritu pueda conversar con el Padre en el más hermoso de los lenguajes: El del AMOR.