Enseñanza 220

1. Bienvenidos seáis ante Mí, discípulos:

2. He aquí al Maestro que cumple su promesa del Segundo Tiempo, viniendo como Espíritu Santo a iluminar con su Luz al Universo.

3. Ante Mí se encuentran los que dudaron, los que blasfemaron en contra mía, pero que ahora vienen arrepentidos a pedir perdón y a convertirse en mis siervos.

4. Antes de que Yo llegara, ha sido Elías con vosotros, para disipar la noche y traeros la luz, para acercaros a la fuente de gracia y sabiduría que soy Yo.

5. Os he encontrado preparados y os he hecho sentar a mi mesa, para que saboreéis mis manjares.

6. Espiritualmente estoy derramando mi sangre gota a gota, para trazaros el sendero de restitución, para que nunca más os alejéis del camino.

7. Mi amor se desborda sobre vosotros, mas no todos sois sensibles a él. Mientras unos lo sienten en su corazón, otros permanecen aletargados. Sin embargo, a ninguno aparto de mi mesa porque la resurrección espiritual será en todos mis hijos.

8. Los que en verdad han sentido mi presencia en esta comunicación, me dan gracias por el consuelo que mi palabra ha traído a su corazón, que se sentía solo y abandonado.

9. Este recinto no es la casa del Padre; mi altar se encuentra en vuestro corazón, vuestra fe es el cirio encendido a Mí, y vuestra Conciencia es esa luz superior que brilla en vuestro sendero, que os aparta de los malos caminos, que os advierte de los abismos, que os alienta al bien.

10. Sabéis que Yo hice la luz, como hice todo lo creado, para que esa luz que llamasteis día, os descubriese las grandezas de la Creación y tuvieseis conocimiento de mi amor y mi poder.

11. Os formé a imagen y semejanza mía, y si Yo soy Trino y Uno, en vosotros existe también la trinidad.

12. Vuestro cuerpo material representa a la Creación, por su formación y armonía perfecta. Vuestro espíritu encarnado es una imagen del Verbo que se hizo hombre, para trazar en el mundo de los hombres una huella de amor, y vuestra Conciencia es una chispa radiante de la Luz divina del Espíritu Santo.

13. Siempre que el hombre se ha apartado de mi Ley, desoyendo la voz de su Conciencia ha penetrado en la noche de la tentación, de las tinieblas y del pecado, entonces he tenido que juzgar sus actos y ante mi justicia ha experimentado dolor. Pero siempre le he concedido ocasión para el arrepentimiento y le he dado tiempo para su restitución. Ante mi justicia se ha doblegado el pecador, pero más tarde al recibir mi perdón y mis complacencias, ha reincidido en su pecado. Para mostraros el sendero de vuestra restitución vino a materializarse entre vosotros vuestro Dios, y la Madre Universal hubo de hacerse mujer para redimiros con su ternura.

14. Espiritualmente habéis recorrido un largo camino y ahora os asombráis ante la intuición y el desarrollo que manifiestan las nuevas generaciones desde su más tierna infancia; son espíritus que han vivido mucho y que ahora vuelven, para caminar delante de la humanidad, unos por las sendas del espíritu y otros por los caminos del mundo, según sus dones y su misión. Mas en todos ellos, la humanidad encontrará la paz. Esos seres de que os hablo serán vuestros hijos.

15. Ya no es tiempo de que transitéis por desiertos, ni de que os ocupéis en misiones banales. Pensad en el futuro, y preparad a la humanidad del mañana, porque al hablar de mi Doctrina y al derramar mi bálsamo de curación, los hombres sorprendidos os preguntarán: “¿De quién habéis recibido tan gran lección y quién os ha dado tan extraño poder de sanar las enfermedades?” Entonces la humanidad verá mi poder en las obras de amor de mis labriegos.

16. Al espíritu le están concedidas Siete Etapas para su evolución y perfeccionamiento en varias reencarnaciones, para su progreso y expiación, mas no le está dado recordar las reencarnaciones anteriores; la materia es como un denso velo que las cubre. Sólo la Conciencia os da la intuición de que debéis caminar hacia adelante por el camino de la luz, que es el de la perfección.

17. Ese camino, es la Escala con siete peldaños que conducirá al espíritu a mi Seno, donde quedará irradiando eternamente su luz sobre los que queden en los peldaños más bajos.

18. Ese es mi plan divino y eterno; vosotros sois mis colaboradores y llegaréis a reinar Conmigo, cuando hayáis roto las cadenas del materialismo.

19. ¡Apresuraos! ¡Todo cuanto podáis hacer ahora, hacedlo! Practicad mi enseñanza y experimentaréis mi paz aún en medio del caos de este mundo.

20. ¡La fe, la esperanza y la caridad, como ángeles, quedan flotando sobre vuestro espíritu!

21. Os ilumino el corazón, el espíritu y la mente, para que en este tiempo de mi comunicación, comprendáis la sabiduría de mi palabra. Este tiempo dejará su huella en las generaciones venideras para que comprendan la Era que van a vivir.

22. He venido como faro de luz a iluminar vuestro espíritu, a fortalecerlo, y he sido resurrección para todos aquéllos que escuchándome, han creído, porque al conocer la paz de la Vida superior, se han levantado formando propósitos de enmienda y haciendo renunciación de los bienes superfluos.

Si logran sostenerse en las pruebas, formarán mi ejército de soldados de buena voluntad. Irán a enfrentarse al mundo de maldad, poblado de mentes turbadas que, sirviéndose de lo que Yo he creado, aún me niegan, a un mundo convertido en desierto cuyas arenas candentes queman las plantas del caminante, y en ese desierto inclemente, vendavales de ideas les azotarán sin piedad.

23. Oídme: Preparaos y no temáis, que si en vosotros hay fe y lleváis como ideal mi Obra, tendréis en la jornada mi fuerza como báculo que os sostendrá.

24. Dejad que en vuestro corazón se acrisole el amor y la fe, porque de ellos brotará el perdón para quien os ofendiere. En verdad os digo, que ante esa muralla siempre se ha detenido la maldad. Tendréis que beber cálices amargos, oh, discípulos muy amados.

25. La lucha comenzará después de mi partida, cuando haya dejado de ser vuestro Consejero a través del entendimiento humano, y sólo encontréis mi palabra en los escritos que os dejaré.

26. Mi palabra os ha explicado todo lo que antes fuera un misterio para vosotros, para que nada ignoréis y sepáis enfrentaros serena y valerosamente a las pruebas.

27. Habéis tenido, a través de mis lecciones, un tiempo de alegrías imborrables. Vuestro espíritu, que anhelaba goces elevados, quedará satisfecho, porque pudo contemplar en la esencia de mis manifestaciones, la luz de la verdad, la vida del espíritu que os espera; aquella vida donde nada se limita, donde todo es hermoso y perfecto, de la que con sólo su reflejo podríais purificar vuestro espíritu.

28. Al presentir aquella existencia, vuestro espíritu siente el goce de la eternidad, vuestra materia se reanima y se levanta, porque sabe que todos sus dolores, sus combates y sus renunciaciones encontrarán la más justa de las compensaciones para el espíritu: La paz.

29. Esto que estáis adquiriendo, es espiritualidad, porque espiritualidad es también conocimiento de la Vida Eterna, mas si llegáis a armonizar con la Creación, habréis encontrado una forma más de la espiritualidad, porque estaréis viviendo dentro de mis leyes. Si antes era para vosotros el declinar del cuerpo como el fin del camino, hoy sabéis que ahí es donde principia la senda. La materia es tan sólo una fugaz vestidura. Ya reconocéis que no sólo sois substancia sino también esencia, porque sabéis que donde termina el hombre, no es el final en el camino del espíritu.

30. Y preguntáis: “Maestro, ¿entonces es posible que lo que es esencia se mezcle con lo que es materia?” Y os digo: Sí, mis hijos, porque el Padre que es Omnipotente y Omnipresente, está en todo lo creado para que tenga vida.

31. Escuchad siempre la verdad, ella es como el agua cristalina que deja ver todo cuanto hay en su fondo. Sabedme encontrar en vuestra propia inspiración.

32. Sencilla es mi palabra aún cuando hable de grandes revelaciones, pues así como en forma clara y comprensible os he explicado cómo es el camino que conduce al verdadero Cielo, así también os digo, que con mi palabra, aboliré en este tiempo el infierno que los hombres a través de religiones y erróneas interpretaciones, han forjado para inspirar temor y poner una venda de ignorancia a la humanidad.

33. Mi palabra es como un libro, he abierto ante vosotros sus páginas para mostraros la sencillez del Más Allá. Los tiempos en que los hombres cumplían en forma religiosa, olvidándose de la Ley pasarán, porque aquello era prevaricar.

34. Yo no he venido a infundiros temor; he venido a inspiraros amor.

35. Os he enseñado que Yo no os castigo, que sólo dejo que vayáis a recoger los frutos de vuestra siembra, los cuales si son dulces, serán vuestra felicidad y vuestra salvación, y si son amargos, os despertarán al arrepentimiento y al deseo de perfeccionaros.

36. Para ayudaros en vuestra lucha, he preparado un nuevo día lleno de luz y de gracia, para que os recreéis con mi palabra, pueblo de Israel.

37. Desde vuestra niñez, en vuestra juventud, en la edad madura y en la ancianidad, me habéis buscado, habéis llegado a Mí en distintas edades; contemplo en las congregaciones que forman el pueblo de Israel, desde el niño recién nacido hasta el anciano.

38. El anciano me dice: “Tarde llego ante Vos, oh, Padre mío, y muy poco tiempo gozaré de vuestra palabra, beneficios y caridad”. Y el Padre le dice: “Anciano, sed Conmigo, nunca más os apartéis de Mí. Seguidme hoy, y cuando vuestro espíritu llegue a los umbrales del Valle espiritual, y sea en la nueva vida, no tendréis edad. Seréis siempre joven y fuerte. No lamentéis haber llegado ahora que vuestro cuerpo está cansado y enfermo, a conocer la luz de mi Doctrina. Mirad que he llamado a los niños y en el seno de mi Obra han crecido, y hoy que se encuentran convertidos en hombres y mujeres, se han alejado, se han cansado de mi palabra y han ido en busca de nuevos senderos, olvidando mis consejos y mis caricias. Mas Yo los atraeré nuevamente y en la hora final, todos serán Conmigo porque Yo estoy en todos los planos en los que el espíritu habita”.

39. Cuando el hombre se aleja de la senda del bien, por la falta de oración y de buenas prácticas, pierde su fortaleza moral, su espiritualidad y queda expuesto a la tentación, y en su debilidad, da cabida a los pecados, y éstos enferman el corazón.

Mas Yo, he venido como Doctor al lecho del enfermo y he puesto en él todo mi amor y mi cuidado. Mi luz ha sido como agua cristalina en los labios abrazados por la fiebre y al sentir mi bálsamo sobre su frente, me ha dicho: “Señor, sólo vuestra caridad puede salvarme. Me encuentro gravemente enfermo del cuerpo y la muerte llegará muy pronto a mí”. Y Yo le he dicho: No moriréis, porque Yo, que soy la Vida, he llegado y todo lo que habéis perdido, os será devuelto.

40. Id al cumplimiento de vuestros deberes y todo el mal que habéis hecho, convertidlo en bien. Os doy la fortaleza para que llevéis a cabo esta gran obra de regeneración, porque tengo para vos una gran misión”.

41. Así os encuentro en el Tercer Tiempo, conozco vuestro mal y vuestra angustia, mas todos seréis salvos, porque en vosotros está el principio de Vida Eterna.

42. Preparaos, para que al haceros dignos de Mí, podáis presentarme vuestro corazón como un vaso limpio de dentro y de fuera, en el que Yo deposite mi palabra y con la luz que os entrego podáis analizarla. De cada una de mis palabras, formad frases y con ellas grandes libros. Preparo vuestro entendimiento, para que habléis a vuestros hermanos y calméis el hambre de verdad y de justicia que siente la humanidad.

43. Apreciad mi palabra, para que no digáis de mi partida: “Cuán grande era el privilegio que tenía, y no supe comprenderlo”.

44. No quiero que seáis como los hijos que, teniendo a su lado un padre bondadoso y amante, lo desprecian, y cuando éste ha cerrado los ojos para este mundo y lo hago ocupar un lugar en el Valle espiritual, entre los hijos predilectos por su virtud; entonces aquéllos, lloran su falta de amor y de gratitud para aquel padre y reconocen tarde el bien que tenían y que no supieron apreciar.

45. Trabajad ahora que me tenéis con vosotros, para que podáis decir al mundo: “El Señor está hablando y dando pruebas de su presencia”. Acercad a Mí a los que me buscan, pues ellos creerán. Mañana tendréis que prepararos mucho para llegar a convencer a vuestros hermanos.

46. A cada instante llegan a vosotros penalidades que os hacen llorar y me decís: “Maestro, ¿por qué me pruebas, si me has prometido la paz?”, y os digo: Gracias a esas pruebas el espíritu permanece alerta. En medio de la tranquilidad, la luz de vuestra fe se apaga y os detenéis en el camino de lucha y perfeccionamiento. Si vuestro cuerpo os duele, o las penas afligen vuestro corazón, conformaos, porque habéis recobrado hoy en mi Obra la paz y la salud del espíritu.

47. Llegará el día en que vosotros ya preparados, vayáis a la humanidad con vuestras pupilas abiertas y vuestra intuición desarrollada, para penetrar con respeto en el interior de los corazones y descubrir su dolor, su pobreza espiritual y con mi enseñanza podréis calmar su necesidad y alentar a su espíritu.

48. Siempre que pongáis en práctica mi palabra, contemplaréis prodigios. Ella no os defraudará jamás. Si os preparáis debidamente iréis cumpliendo con vuestra misión y con mi voluntad.

49. A cada recinto le he dado una misión determinada: A unos los he preparado como arca salvadora para todos aquellos que no han encontrado comprensión en sus hermanos, para el desarrollo de sus dones. A otros como fuente de luz, en donde he derramado mi sabiduría. En otros me he manifestado como amor, derramando ternura y caridad. Aún surgirán nuevos recintos y nuevos labriegos, pues estoy preparando a los postreros. Estos serán como un báculo para los primeros. Hoy son pequeños párvulos, mas se convertirán en mis discípulos, y más tarde, serán los maestros de las nuevas generaciones.

50. Para ser reconocidos, tenéis que vivir en la virtud, en el cumplimiento de todos mis preceptos. En mi Obra todos sois iguales, primeros y postreros. Los últimos han tenido que prepararse en menos tiempo para instruirse en mi enseñanza.

51. A los labriegos les digo: Preparaos, para que el Mundo Espiritual se manifieste con perfección a través de vuestro entendimiento, y la palabra que brote por vuestros labios, sea pura y tenga esencia espiritual. No permitáis que mi inspiración al pasar por vuestro entendimiento, se empañe. Si es muy grande vuestra responsabilidad, también será grande vuestra recompensa. La alegría y la paz que disfrutaréis cuando hayáis cumplido, no la habéis presentido. Vuestros dones son de gran valor y os llevarán a la felicidad verdadera.

52. Espíritus desencarnados, de distintas condiciones se acercan a los labriegos en busca de caridad, y cuando han encontrado cerrada la puerta de vuestro corazón y no les habéis dado consuelo, se ha quebrantado vuestro cerebro y han dejado su influencia de dolor y de inquietud entre vosotros.

53. El cumplimiento os espera. Sed caritativos. Israel ha sido preparado para llevar la luz y la paz a los espíritus necesitados y en tanto no cumpláis, sentiréis sobre vosotros pesar una gran cruz de deberes, que no os dejará hasta que hayáis trabajado.

54. Yo os prometo mi paz como un galardón precioso.

55. Os encontráis purificados en vuestro pensamiento y en disposición de escucharme. Incansablemente me presento entre vosotros para repetir mis divinas manifestaciones, para que lleguéis a destruir la duda que aún pudiera existir en vuestro corazón.

56. He manifestado mi presencia y mi esencia para que nadie pueda negar que he estado entre este pueblo.

57. Esta sabiduría que derramo a través del pedestal, no ha sido tomada de los libros, no es el acopio de los conocimientos que el hombre haya podido adquirir a través de los tiempos; tampoco os estoy haciendo historia como lo hace la humanidad.

58. Yo vengo a manifestar mi luz a través de un hombre igual a vosotros, con conocimientos semejantes a los que vosotros lleváis, y lo único que busco, es la limpidez del entendimiento y la pureza del espíritu del que va a convertirse por un instante en un instrumento y portavoz de mi Divinidad, como también la preparación y recogimiento espiritual de los que van a escucharme. Cuando esta unión de pensamientos y voluntades se realiza, la Luz de mi Espíritu viene a vosotros, porque en esos instantes vuestro espíritu se ha despojado del materialismo y vuestro corazón comprende el bien; porque todo vuestro ser siente la necesidad de acercarse al Padre, convencidos de que no sois capaces de realizar sin mi ayuda, grandes acciones, ya sea en lo espiritual o en lo material.

59. Llegasteis a Mí con el corazón destrozado por las dudas, porque hacía mucho tiempo que buscabais la verdad sin encontrarla y al escuchar mi palabra, de pronto dudasteis; mas luego llegó la fe y quisisteis saber lo que existe aparte de vuestro cuerpo y de la vida material; quisisteis comprender esos dones y os convencisteis de que, cuando el cuerpo que ahora poseéis quede inerte bajo la tierra, vuestro espíritu seguirá viviendo, porque una voz os dice, que no sois únicamente materia.

60. Y os preguntáis: “¿Qué es el espíritu? ¿En qué forma vive? ¿Cómo debemos prepararlo para que penetre en el mundo en que ha de habitar eternamente? ¿Qué evolución deberá alcanzar? ¿Y qué relación tendrá con los demás seres espirituales y aún con la misma Divinidad?”

61. Todas estas preguntas os habéis hecho; el interés os atrae; ese interés más tarde se ha ido convirtiendo en una necesidad espiritual, reconociendo que lo que habéis escuchado de los labios del portavoz ha conmovido profundamente vuestro corazón.

62. Habéis venido sin ser obligados por nadie, tampoco habéis venido engañados. No ha sido la ostentación o el esplendor lo que os ha deslumbrado, ya que habéis encontrado estos lugares pobres y humildes; ha sido la luz resplandeciente de mi palabra.

63. No os entristezcáis cuando recordéis que desde el Segundo Tiempo os dije: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”, porque en verdad, no soy Yo el que escojo. Yo llamo a todos y Conmigo quedan los que me aman y quieren seguirme. Si vosotros que habéis sido llamados queréis ser de los que me sigan, perseverad.

64. Mi palabra y mis revelaciones son para todos; unos llegarán primero a la comprensión, otros más tarde, pero todos llegarán.

65. El hombre, por el libre albedrío de que goza, es quien voluntariamente escoge el camino que le agrada, el que comprende o el que más fácil le es de seguir.

A todos hago el llamado, pero aquél que más preparado se encuentra, es el que escoge mejor camino. Así, aquél que viene a escuchar mi palabra y ha sido sensible al llamado y se ha estremecido al oír mi lección, encontrará en ella la verdad que busca y ya no se apartará. Estos serán los que no necesiten de la ostentación y grandeza de los templos edificados por los hombres, porque no les inspiran ya ni devoción ni fe. Saben que esos templos serán innecesarios cuando el hombre haya logrado la espiritualidad; su preparación será un llamado a la perfección; y es mi Divinidad quien se acercará a él para purificarle. Así habitaré en su corazón y estableceré entre él y mi Espíritu la verdadera comunión espiritual.

66. Si por un instante pudieseis desprenderos totalmente de vuestra parte material, se llenaría de gozo vuestro espíritu al sentirse envuelto en la luz del Más Allá. Esa luz es la que llega a vosotros en forma limitada a través de mi Rayo divino. Me limito para haceros sentir mi presencia, porque siendo Yo Fuerza universal, Creación, Poder, Luz y Vida, no podría venir a vosotros en toda mi potencia.

67. Así como tomáis del Sol que os alumbra solamente los rayos necesarios para vivir, también os digo, si abusaseis de esa fuerza, os dañaríais porque ella es demasiado grande y fuerte para criaturas como vosotros.

68. Lo mismo acontece con lo espiritual. Tenéis que tomar de mi Divinidad la parte necesaria a vuestro espíritu, sabiendo que en esa chispa que recibís tendréis toda la fuerza para sentir la inspiración que mueva las fibras de vuestro corazón, la luz que os dé entendimiento y comprensión para cumplir vuestra misión. En ella encontraréis esa armonía que debe existir entre Dios y el hombre.

69. Os hablo así para ayudaros a comprender esta manifestación, para que elevéis la parte espiritual y vuestra mente reciba la inspiración del Más Allá, el consejo elevado que os enseñe la forma en que debéis vivir. Entonces comprenderéis que la parte más pequeña de vosotros, es la materia que por envoltura tenéis.

70. Yo soy como un sol, vosotros sois como una chispa de él. Fuisteis creados pequeños para que crecieseis por vuestros méritos desarrollando vuestros dones. Fuisteis puros en un principio, pureza que más tarde manchasteis en las pruebas y en el pecado, porque fuisteis puestos en un camino donde os levantaseis por el esfuerzo de vuestra voluntad, para que en él hicierais méritos y levantaseis cosecha.

¿Qué esfuerzo hubierais hecho por elevaros, si siempre hubieseis habitado en las alturas? ¿Qué anhelo de desarrollaros podría haber en vosotros, si desde el principio hubieseis sido grandes? ¿De qué méritos podría haberos Yo recompensado, si siempre hubieseis sido perfectos? Pero llegasteis a la Tierra y en ella encontrasteis el sentimiento opuesto a la perfección, al bien. Encontrasteis la tentación que induce al mal, la debilidad de la carne, las asechanzas del mundo. Allí comenzó la lucha del espíritu dentro de la envoltura cuya naturaleza era diferente a la suya. El espíritu, desorientado en un principio por el mundo y la Naturaleza de que se veía rodeado, cayó en el letargo, dejando que la materia creciese y obrase de acuerdo con sus condiciones terrenales, con sus pasiones materiales.

71. Fue necesario que el espíritu viniese entonces a la Tierra a encarnar nuevamente, una vez tras otra, en diferentes materias, más perfectas unas que otras, unas con vida más larga que otras, todas de diferentes inclinaciones, para que el espíritu se formase un concepto de sí mismo, para que adquiriese conocimiento y elevación.

Así, paso a paso, pudo llegar el tiempo presente en que pudiera no sólo comprender, sino aún conocer su futuro entre la humanidad y también la vida espiritual que le espera. Quien llega a adquirir amplio conocimiento a través de su lucha, no necesitará para su evolución de nuevas materias, porque estará capacitado para habitar en las moradas espirituales. Así irá escalando peldaño por peldaño la Escala de Perfección hasta llegar a Mí.

72. Si es tan grande vuestro destino y vuestro espíritu es semejante a Mí, ¿cómo podéis caer en idolatría y hacer con vuestras manos una imagen para adorarme en ella?; ¿por qué no me admiráis mejor a través de esta Naturaleza, ya que no sabéis ir hasta lo espiritual, y os inspiráis en la contemplación de su magnificencia, en la vida que brota y palpita a cada paso que dais, en el sin número de bellezas y maravillas, con que he adornado vuestra morada, en el firmamento donde brillan millares de mundos desconocidos para vosotros y que os hablan de vida, de ley y de obediencia, para que forméis vuestra oración de amor, vuestra acción de gracias y vuestra confesión?

73. Este es vuestro tiempo, ¡oh, espíritus!; ¡despertad, levantaos, venid a Mí! 

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