De los niños
Libro de la Vida Verdadera
De los niños
Los niños de este tiempo se conmueven ante el caos que están palpando, y su corazón inocente se eleva a Mí para pedirme la luz para los gobernantes y acierto en sus determinaciones; también me presentan a los pueblos que han padecido bajo el yugo de otros más fuertes y me piden que vuelvan a ser libres. Sus dones de amor y justicia palpitan en ellos y su clamor es de paz y buena voluntad entre los hombres. Yo recibo su oración y la hago llegar como bálsamo sobre las necesidades de esas naciones en guerra. 2-46-31
Espíritus de los niños: No os apartéis del camino de mansedumbre, obediencia y buenos sentimientos. No os dejéis contaminar, huid de la influencia del mal. Confiad en Mí y dejad que mi luz os guíe, iluminando el sendero de vuestra evolución. 2-46-32
A los pequeños que me escuchan les digo: Bienaventurados vosotros que habéis venido a la Tierra en el Tiempo del Espíritu Santo, porque vuestros dones hallarán campo propicio para manifestarse. Mas escuchadme, no vayáis a dejaros llevar por los malos ejemplos de vuestros mayores; mirad que la sangre del Cordero hecha luz ha caído sobre vuestro espíritu, para mostrarle la senda por donde deberá escalar con obediencia y amor para llegar a Mí. 3-66-40
Los niños de este tiempo me hacen ver su camino azaroso, me dicen que el ambiente en que respiran no es el más propicio a la espiritualidad y me piden la luz para sus padres y maestros; en ellos, desde pequeños, se ha entablado una lucha entre el espíritu y la materia, en la que algunas veces vence el bien y la razón, y otras se sobrepone la carne. 6-150-6
Aquí, en este jirón de la Tierra, hago oír mi voz humanizada a través de estos iluminados que he elegido para servirme de ellos para esta comunicación; y al dirigirme a estas multitudes, dedico algunas de mis palabras a la niñez, a la cual exhorto para que se fortalezca en la virtud y huya de la corriente de maldad que ha arrastrado a tantos corazones al precipicio. 7-189-47
Discípulos: Dejad que en la niñez de hoy se infiltre mi Doctrina. Todo aquél que haya comprendido mi palabra, debe preparar a sus pequeños con ideas elevadas y apartar toda maldad del corazón. Sembrad en ellos la semilla del bien que es espiritualidad y así, cuando esta niñez tenga la capacidad suficiente para comprender la fuerza de mi Doctrina, no vacilará en su camino, antes bien, su paso será firme y nadie le podrá engañar. 8-208-59
¡Ah, sí desde vuestros primeros pasos en la Tierra, escuchaseis en los labios de vuestros padres una Doctrina sabia, fortificante y consoladora, cuánto ayudaría esto al espíritu a guiar a la mente y al corazón en su elevación hacia vuestro Dios! 9-257-17
Hoy me escuchan los niños y les hablo igual que a los hombres de edad madura o que a los ancianos. ¿Por qué no hablo en otro lenguaje a los niños, si son pequeños sus entendimientos? Porque su espíritu es grande al igual que el de vosotros, porque ellos pueden comprenderme; porque no es a la carne a la que vengo a hablar, sino al espíritu. Por eso os digo: No menospreciéis a los niños ni los dejéis creyendo que ellos no me ven. ¡Hacedlos venir! Su espíritu está hambriento. Yo voy a cultivarlos en igual forma que a vosotros. Son las generaciones del mañana, las que han de poner sobre los cimientos vuestros, una piedra más en la Obra de Edificación, en la Obra de Espiritualidad. 12-341-38
Mi paz sea con vosotros.