A las mujeres

Quinto Libro

Capítulo 5

A las mujeres:

Es grande la misión espiritual de la mujer, es delicado su corazón, su mente, su seno, todas sus fibras son delicadas. Sólo así puede ser capaz de desempeñar su misión tan alta y beber su cáliz tan amargo. 8-240-3

Corporalmente son distintos el hombre y la mujer, pero espiritualmente son iguales. Todos son espíritus que luchan por su perfección. 8-240-4

Yo he colocado a la mujer a la diestra del hombre para endulzar su existencia, para llenarla de encanto. 8-240-5

Es el hombre en la vida de la mujer, escudo, guardián; su señor, porque en él he puesto mi luz, mi Ley, mi fuerza. 8-240-6

Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en la Palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un alma dulce y serena: Esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abraham, llamándole señor. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor. 1 Pedro 3:1-6

Hijas amadas, que habéis venido a cumplir una delicada misión, Yo os invito a la oración, a la práctica de las virtudes, a la paciencia y a la humildad. Cada una de vosotras lleva una cruz de sufrimientos, por la cual os perfeccionaréis. Sed pacientes en las penas y perseverantes en la lucha por vuestra elevación espiritual. Cumplid con vuestros deberes como hijas, como discípulas y después como compañeras del hombre. Desempeñad vuestra misión de esposas, cultivad el corazón que se os confiare, velad por él y conducidlo por el mejor camino y después, cuando hayáis alcanzado el don de la maternidad, velad por vuestros hijos. Ellos, como parte vuestra, tomarán las virtudes que queráis que posean; esos espíritus estarán llenos de dones para cumplir la misión que el Padre les confíe. Unos trabajarán en silencio y otros se manifestarán delante de multitudes; unos serán profetas y otros consejeros e instructores; todos traerán como misión la Paz universal y las llaves de la regeneración para este mundo. Cuidad de sus actos, de sus pasos y pensamientos. El Mensaje de María 11:11

Soy la Madre que vela por el género humano y por todos los mundos. Mujeres: Sed fuertes ante la tentación y el pecado; rechazad todo lo impuro, haced de vuestro hogar un Templo donde deis culto a la paz, el amor y la fraternidad. Sólo aconsejad el bien, nunca deis lugar a la división. Vosotras sois colaboradoras en la Obra divina. Levantaos con la virtud como estandarte. Hablad siempre con prudencia e inspiración y vuestra voz será escuchada. El Mensaje de María 11:12

Haced que vuestra obra crezca y los dones que hay en vosotras no se agotarán: Cuanto más practiquéis, más abundantes serán. Cada semilla que sembréis, germinará; si no lo contempláis en este mundo, después en vuestro camino espiritual, el Maestro os mostrará los frutos de vuestro trabajo y cumplimiento en la Tierra. El Mensaje de María 11:13

Especialmente le hablo en este día a las doncellas, las que mañana habrán de iluminar con su presencia la vida de un nuevo hogar, que sepan que el corazón de la esposa y el de la madre, son lámparas que iluminan ese santuario, así como el espíritu es quien ilumina el Templo interior. 10-307-31

Desde ahora disponeos para que vuestra vida nueva no os sorprenda, desde ahora id preparando la senda por la que habrán de caminar vuestros hijos, aquellos espíritus que aguardan la hora de acercarse a vuestro seno a tomar forma y vida humana para cumplir una misión. 10-307-32

Sed mis colaboradoras en mis planes de restauración, en mi Obra de regeneración y de justicia. 10-307-33

Apartaos de tantas tentaciones que acechan vuestro paso en este tiempo. Orad por las ciudades pecadoras, donde las mujeres se pierden, los santuarios se profanan y las lámparas se apagan. 10-307-34

Extended con vuestros ejemplos la semilla de vida, de verdad y de luz que contrarresten los efectos de la falta de espiritualidad en la humanidad. 10-307-35

Desarrollad vuestros dones de intuición, de inspiración, vuestra delicadeza y ternura, fortaleceos en la verdad y tendréis preparadas vuestras mejores armas para hacer frente a la lucha de esta vida. Para que vosotras transmitáis el amor a los de vuestra sangre, para que sustentéis a vuestros hijos con la esencia de la vida que es el amor de que tanto os hablo, necesitáis antes vivirlo, saturaros de él y sentirlo profundamente. Esto es lo que viene a hacer mi enseñanza en vuestro corazón. 10-307-36

Una mujer completa, ¿quién la encontrará? Es mucho más valiosa que las perlas. En ella confía el corazón de su marido, y no será sin provecho. Le produce el bien, no el mal, todos los días de su vida. Se busca lana y lino y lo trabaja con manos diligentes. Es como nave de mercader que de lejos trae su provisión. Se levanta cuando aún es de noche da de comer a sus domésticos y órdenes a su servidumbre. Hace cálculos sobre un campo y lo compra; con el fruto de sus manos planta una viña. Se ciñe con fuerza sus lomos y vigoriza sus brazos. Siente que va bien su trabajo, no se apaga por la noche su lámpara. Echa mano a la rueca, sus palmas toman el huso. Alarga su palma al desvalido, y tiende sus manos al pobre. No teme por su casa a la nieve, pues todos los suyos tienen vestido doble. Para sí se hace mantos, y su vestido es de lino y púrpura. Su marido es considerado en las puertas, cuando se sienta con los ancianos del país. Hace túnicas de lino y las vende, entrega al comerciante ceñidores. Se viste de fuerza y dignidad, y se ríe del día de mañana. Abre su boca con sabiduría, lección de amor hay en su lengua. Está atenta a la marcha de su casa, y no come pan de ociosidad. Se levantan sus hijos y la llaman dichosa; su marido, y hace su elogio. Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahvéh, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos y que en las puertas la alaben sus obras. Proverbios 31:10-31

Bienaventurado el corazón de la esposa, porque es refugio del hombre. Bendito el corazón de la madre, porque es manantial de ternura para sus hijos. Mas también os digo, que son benditas las vírgenes que saben amparar bajo su manto a los necesitados, porque su ternura será como un desposorio y como una maternidad que estén más allá de lo humano. ¡Cuán pocas han sabido renunciar a los deberes del mundo por cumplir con los deberes del espíritu! 10-307-37

Volved a la vida sencilla, saludable y pura; volved a orar y a practicar la virtud; cuando viváis así, encontraréis la paz perdida y nunca lamentaréis haberos apartado del falso brillo de la vida que ahora conocéis. El Mensaje de María 5:11

¡Oh, Nazaret, flor de Galilea, tú fuiste mi pequeña patria terrenal! Allí, humilde como todas tus mujeres, supe de las labores humanas, a las que me entregaba con amor y alegría, sumisa y obediente, reconociendo que el hogar es Templo donde habita el Espíritu del Señor. El Mensaje de María 1:9

Pero otro templo me esperaba al convertirme en doncella, y era aquél al que había de llegar para entregarme al servicio de Dios, donde mi Espíritu y mi carne se prepararían y fortalecerían en la oración y en la práctica de la Ley. De aquel templo saldría un día para unirme en matrimonio con José, el noble anciano que sería por breve tiempo mi compañero en la Tierra. El Mensaje de María 1:10

Feliz el marido de mujer buena, el número de sus días se duplicará. Mujer varonil da contento a su marido, que acaba en paz la suma de sus años. Mujer buena es buena herencia, asignada a los que temen al Señor: Sea rico o pobre, su corazón es feliz, en todo tiempo alegre su semblante. Tres cosas hay que teme mi corazón, y una cuarta me espanta: Desunión de ciudad, motín de plebe, y falsa acusación: Todo ello más penoso que la muerte; pero dolor de corazón y duelo es una mujer celosa de otra, látigo de lengua que con todos se enzarza. Yugo mal sujeto es la mujer mala, tratar de dominarla es como agarrar un escorpión. Blanco de gran ira es la mujer bebedora, no podrá ocultar su ignominia. La lujuria de la mujer se ve en la procacidad de sus ojos, en sus párpados se reconoce. Sobre hija desenvuelta refuerza la guardia, no sea que, si ve descuido, se aproveche. Guárdate de ir tras ojos descarados, no te extrañes si te llevan al mal. Cual caminante sediento abre ella la boca, y de toda agua que se topa bebe; ante toda clavija de tienda, impúdica, se sienta, y a toda flecha abre su aljaba. La gracia de la mujer recrea a su marido, y su ciencia reconforta sus huesos. Un don del Señor la mujer silenciosa, no tiene precio la bien educada. Gracia de gracias la mujer pudorosa, no hay medida para pesar a la dueña de sí misma. Sol que sale por las alturas del Señor es la belleza de la mujer buena en una casa en orden. Eclesiástico 26: 1-16

En verdad os digo, que la regeneración humana deberá empezar por la mujer, para que sus frutos, que serán los hombres del mañana, se encuentren limpios de las manchas que los han llevado a la degeneración. 8-235-16

Y luego al hombre corresponderá hacer su parte en esta obra de reconstrucción, porque todo aquél que haya pervertido a una mujer, deberá regenerarla. 8-235-17

¡Ah, hombres de la Tierra, hasta cuándo escucharéis el mensaje de esa voz interior de la Conciencia que a cada paso se levanta para reprochar vuestros actos indignos! 8-235-41

Me escucháis estremecidos y es que cuando la verdad de Cristo habla, el hombre enmudece reconociendo sus culpas. 8-235-42

Hoy os he inspirado para que salvéis a la mujer que en su camino ha tropezado, y cuando me presentéis a la que habéis salvado, Yo le daré una flor, una bendición y una paz muy grande para que no vuelva a caer. 8-235-43

Si así cumplieseis esta misión, esos seres heridos por el mundo sentirían penetrar en su corazón el amor de Cristo. 8-235-44

Yo escucharé cuando en su oración me digan: “Padre mío, no veáis mi pecado, ved tan sólo mi dolor; no juzguéis mi ingratitud, ved sólo mi sufrimiento”. En ese instante descenderá a aquel corazón atribulado mi consuelo y se purificará con el llanto. ¡Si supierais que la oración del pecador es más sentida que la del vanidoso que se cree justo y limpio! 8-235-45

Entre las multitudes que escuchan mi palabra están esas mujeres de quien os he hablado. Mi mano las ha protegido de vuestras miradas y vuestros juicios, porque también las he sentado en el gran banquete del espíritu. 8-235-46

Vosotros llamadlas a esta fiesta de amor y de perdón, para que en mi presencia sientan el amor que buscaban y que nunca sintieron ni encontraron entre los hombres. 8-235-47

En esos corazones tristes descenderá mi ternura al hablarles y sabrán sentirme y creerme. 8-235-48

Entonces veréis cuál es la obra que mancha y cuál la que redime. Veréis las maravillas que hace el verdadero amor y así habréis ayudado a vuestro Señor a reconstruir lo que vosotros mismos destruisteis; lo que ensuciasteis, Yo lo purificaré. Y aquellas florecitas caídas volverán a adornar con su virtud y su fragancia el altar del Universo. 8-235-49

Mirad cómo vengo a dar redención a pecadores por labios también de pecadores. 8-235-50

Y vosotras mujeres que os consideráis de clases superiores y os avergonzáis de acercaros a aquéllas que han pecado, ¡ay, de vosotras si os sentís ofendidas por ello, porque no habéis comprendido que espiritualmente todos sois iguales! ¡Cuántas de vosotras no habéis pecado materialmente, mas sí con el pensamiento y cuántas otras habéis sabido ocultar vuestras caídas! Entonces, si habéis pecado, ¿por qué os escandalizáis? Yo os digo que tanto las doncellas, como esposas y madres, deberán también luchar por la noble idea que en este día os he inspirado. 8-235-51

Mujeres que vais llorando por el camino de la vida: Vuestras oraciones son flores que regáis con lágrimas para ofrecérmelas. ¿No sentís mi mano acariciándoos, secando vuestro llanto y apartando abrojos de vuestro camino? El Mensaje de María 5:2

Esposas: Cuando vuestro cáliz de miel se torna en copa de amargura, también buscáis mi compañía y ahí, en el rincón de vuestra alcoba, testigo de vuestras confidencias, me decís: “Madre, ¿quién mejor que Tú para comprender mi dolor y extender tu mano sobre mi hogar?” Sí, pequeña, nadie como Yo para comprenderos. Habladme con el espíritu, no es menester que abráis vuestros labios. El Mensaje de María 5:4

Mujeres benditas: También vosotras formáis parte de mi apostolado. Entre el espíritu del varón y el vuestro no existe diferencia, aunque físicamente seáis distintos y también diferente la misión del uno y de la otra. 8-225-46

Tomad como ejemplo de vuestro espíritu a Jesús y seguidle por la senda trazada por su amor; haced vuestra su palabra y abrazaos a su cruz. 8-225-47

Estoy hablando a vuestro espíritu con la misma palabra con que hablo a los hombres, porque espiritualmente sois iguales. Sin embargo, cuando vuestro corazón de mujer busque un modelo a quien imitar; cuando necesitéis de ejemplos perfectos en qué apoyaros para perfeccionaros en la vida, recordad a María, observadla a lo largo de su jornada en la Tierra. 8-225-48

El Espíritu de María era la misma ternura emanada del Padre para dar a la humanidad el ejemplo perfecto de humildad, de obediencia y mansedumbre. Su paso por el mundo fue estela de luz. Su vida fue sencilla, elevada y pura, en Ella se cumplían las profecías que anunciaban que el Mesías nacería de una Virgen. 8-225-51

Sólo Ella podía haber llevado en Su seno la Semilla de Dios; sólo Ella era digna de quedar después de cumplida su misión ante Jesús, como Madre Espiritual de la humanidad. 8-225-52

Por ello es María vuestro modelo perfecto, mujeres, pero buscadla e imitadla en su silencio, en sus obras de humildad, de infinita renunciación por amor a los necesitados; en su dolor callado, en su ternura que todo lo perdona y en su amor que es intercesión, consuelo y dulce compañía. 8-225-53

Doncellas, esposas, madres, huérfanas o viudas, mujeres solas que tenéis el corazón traspasado por el dolor, nombrad a María vuestra dulce y solícita Madre, llamadla con el pensamiento, recibidla con el espíritu y sentidla con el corazón. 8-225-54

¡Oh, mujeres de este pueblo que estáis oyendo mi palabra y que os conmueve hasta lo más hondo y noble de vuestro corazón, velad por los vuestros, mantened encendida en ellos la llama de la fe, cultivad la virtud, la paz y la fraternidad! Me dirijo a vosotras, porque vuestro corazón es más sensible a mi palabra, aunque vuestro espíritu sea igual al de toda la humanidad. 5-131-38

Mi paz sea con vosotros.

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