Décimosegundo Precepto
Tercer Libro
Los Veintidós Preceptos
Precepto 12
No harás infanticidio en los niños que están por nacer.
No habrá en tu tierra mujer que aborte. Éxodo 23:26
Madres, orad por la humanidad. Doncellas, perseverad en la oración y en la virtud; sois vosotras la fuente de donde brotarán las generaciones del mañana que deberán dar testimonio de mi verdad. 3-71-27
Yo, vuestra Madre vengo a inspirar a las mujeres para que no descuiden su misión, su gran destino, y sepan ser faro y guía para la humanidad. El Mensaje de María 3:12
Daos cuenta de que el Padre os concedió el don de la maternidad para que enseñaseis a amar. El Mensaje de María 12:11
El amor maternal es de los dones más grandes que el Cielo ha otorgado a los humanos. El Mensaje de María 12:15
Vos, mujer, que tratáis de ocultar a vuestro hijo, pensando que no es legítimo por ser fruto del engaño de que fuisteis víctima: No os avergoncéis de ser madre, ni pongáis ese cáliz de amargura en los labios de vuestro hijo. Acercaos a Mí, sanad vuestra herida y consolaos con la sana alegría de ser madre. El Mensaje de María 12:17
No queráis confundir las leyes divinas con las humanas, porque el amor puro, el sentimiento elevado, no se mancha jamás con las miserias del mundo. Aún no sabéis juzgar, ni conocéis en dónde está el verdadero pecado. Ser madre, redime. ¿Por qué hay quienes se avergüenzan de ello? El Mensaje de María 12:18
¿Quién es en esto el culpable? ¿El que traiciona los sentimientos nobles o la que confiadamente ama? Culpable es el que viola las leyes de Dios, quien profana el Templo espiritual y delinque ante el altar del amor. El Mensaje de María 12:19
No temáis mujer, el dolor os ha purificado, vuestra flor que creíais marchita, engalana de nuevo mi Santuario. La Madre os dice: El pecado está en las bajas pasiones, en los vicios. ¿De qué debilidad me habláis? He aquí que vuestro amor os ha redimido; quién os traicionó está muy abajo y distante de vos. El Mensaje de María 12:20
Seguid brillando cual estrella, para que alumbréis el camino de ese ser que se os ha confiado y podáis desbordar en él vuestra ternura maternal. Ese hijo será la fuerza en vuestra vida, mas tendréis que encauzarlo. No sufráis más, que nada será capaz de manchar las vestiduras de vuestro espíritu. El Mensaje de María 12:21
¿Creéis que esas criaturas a quienes llamáis hijos ilegítimos, no son hijos legítimos de Dios y por tal razón no les ame como a los demás? ¿Quiénes establecen esas diferencias en el mundo? Hombres pecadores, que sentencian a otros que son como ellos. Esto os dice María, vuestra Madre. El Mensaje de María 12:22
Como música celeste son vuestras oraciones en favor de la humanidad. Sea vuestro corazón el lugar donde se escuche el eco de mi voz de Madre. El Mensaje de María 12:23
¡Oh, mujeres madres! Santo es el instante del alumbramiento, porque en él se descorre el velo del misterio y se manifiesta la sabiduría de Dios en el poder de la Naturaleza. Vuestros ojos se nublan en ese instante, el mundo gira en torno de vosotras y el cuerpo se abandona; mientras el espíritu, elevándose, presiente la gloria, a la que no penetra porque el objeto de vuestro amor, el hijo amado, os atrae al mundo; entonces bendecís vuestro dolor. El Mensaje de María 12:24
María, la Sierva del Señor, bendice el instante del alumbramiento, que es fuego que purifica y dignifica, agua que lava y dolor que redime. El prodigio se realiza y eleva a la mujer ante los ojos de Dios. ¿Qué madre no siente en ese trance llenarse su corazón de luz y de belleza? El Mensaje de María 12:25
Mas sé deciros que no todas saben ser madres. Hay mujeres a quienes la maternidad no ha dignificado ni el dolor ha redimido. Son flores marchitas, sin perfume, extraviadas en sendas inciertas. Ellas no presintieron el amor maternal, pero un día llegarán mis palabras a su corazón y se conmoverán ante la voz de María, desbordando lágrimas de arrepentimiento. Ellas sentirán la paz interior, cuando lleguen al reconocimiento de lo que es su misión. El Mensaje de María 12:26
Mi paz sea con vosotros.