La Ley y el bien
Tercer Libro
Capítulo 3
La Ley y el bien:
Cuando cosechéis la mies de vuestra tierra, no siegues hasta el borde de tu campo, ni espigues los restos de tu mies. Tampoco harás rebusco de tu viña, ni recogerás de tu huerto los frutos caídos; los dejarás para el pobre y el forastero. Yo, Yahvéh, vuestro Dios. No hurtaréis; no mentiréis ni os defraudaréis unos a otros. No juraréis en falso por mi nombre: Profanarías el nombre de tu Dios. Yo, Yahvéh. No oprimirás a tu prójimo, ni lo despojarás. No retendrás el salario del jornalero hasta el día siguiente. No maldecirás a un mudo, ni pondrás tropiezo ante un ciego, sino que temerás a tu Dios. Yo, Yahvéh. Levítico 19:9-14
No explotarás al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un forastero que resida en tus ciudades. Le darás cada día su salario, sin dejar que el sol se ponga sobre esta deuda; porque es pobre, y para vivir necesita de su salario. Así no apelará por ello a Yahvéh contra ti, y no te cargarás con un pecado. Deuteronomio 24:14-15
No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo. No digas a tu prójimo: “Vete y vuelve, mañana te daré”, si tienes algo en tu poder. Proverbios 3:27-28
Quien busca el bien, se procura favor, quien va tras el mal, le saldrá al encuentro. Proverbios 11:27
Hijo, no prives al pobre del sustento, ni dejes en suspenso los ojos suplicantes. No entristezcas al que tiene hambre, no exasperes al hombre en su indigencia. No te ensañes con el corazón exasperado, no hagas esperar la dádiva al mendigo. No rechaces al suplicante atribulado, ni apartes tu rostro del pobre. Eclesiástico 4:1-4
Muchos, sin malicia, vuelven las espaldas, pues temen ser despojados sin necesidad. Pero con el humilde muéstrate paciente, y a tu limosna no des largas. En atención al mandamiento, acoge al indigente, según su necesidad no le despidas vacío. Gasta dinero por el hermano y el amigo, que no se te enroñe bajo la piedra y lo pierdas. Coloca tu tesoro según los mandamientos del Altísimo, y te dará provecho más que el oro. Eclesiástico 29:7-11
La gente le preguntaba: “Pues, ¿qué debemos hacer?” Y Él les respondía: “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo”. Lucas 3:10-11
El cumplimiento que debéis dar a mi Ley no tiene limitaciones; ahora en una forma, mañana en otra, tenéis que buscar siempre el bien para vuestro hermano. Mi Ley no es mandato que se imponga por la fuerza, es una eterna invitación al bien. Yo no os impondré el bien, os lo inspiraré y aguardaré a que lo sintáis, para que cuando lo practiquéis, sintáis que habéis cumplido con la Ley de Dios. 7-192-10
El bien no se confunde con nada. El bien es verdad, es amor, es caridad, es comprensión. 11-329-46
El bien es preciso, exacto, determinado. Conocedlo para que no os equivoquéis. Cada uno de los hombres podrá ir por diversos caminos, pero si todos ellos coinciden en un punto, que es el bien, llegarán a identificarse y a unirse. No así cuando se empeñen en engañarse a sí mismos, dándole cariz de malo a lo bueno y disfrazando de bueno a lo malo, como acontece entre los hombres de este tiempo. 11-349-47
Existen muchas formas de hacer el bien, muchas formas de consolar y servir, todas son expresiones del amor, que es uno solo, que es sabiduría del espíritu. 10-282-25
Unos podrán ir por el camino de la ciencia, otros por el del espíritu, otros por el sentimiento y el conjunto de todos será la armonía espiritual. 10-282-26
Aprended a distinguir los diversos caminos que existen, así como a respetar las diferentes misiones que vuestros hermanos desempeñan; para ello necesitáis ser de entendimiento amplio, de juicio recto, de ánimo sereno y mirada profunda. Si no tenéis estas virtudes, os escandalizaréis sin causa justificada, cuando descubráis que existen más religiones de las que creíais y mayor número de cultos y ritos de los que conocíais. 10-282-27
No basta no hacer daño a nadie. Lo justo es no hacer el mal, pero si hacéis el bien, con esto me estaréis agradando. 11-318-47
Dios sólo quiere el bien para sus criaturas; bienaventurados todos los que ayuden en la realización de ese bien. 9-265-18
Sin devolver a nadie mal por mal; procurando el bien ante todos los hombres: En lo posible, y en cuanto de vosotros dependa, en paz con todos los hombres; no tomando la justicia por cuenta vuestra, queridos míos, dejad lugar a la cólera, pues dice la Escritura: Mía es la venganza; yo daré el pago merecido, dice el Señor. Antes al contrario: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; haciéndolo así, amontonarás ascuas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien. Romanos 12:17-21
Amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque él es bueno con los ingratos y los perversos. Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Lucas 6:35-37
Debo entregaros en mis mandatos hasta la última de mis palabras para que no titubeéis en el momento de las pruebas; es mi voluntad que tengáis para cada pregunta una contestación, para cada duda un rayo de luz, para cada flaqueza la fortaleza de mi Ley, y así logréis triunfar en vuestro cumplimiento, recreando a vuestro espíritu en la más hermosa y sublime misión que os he entregado desde el principio de los tiempos, que es la de redimir y perdonar por el amor, de practicar el bien, no por el bien a vosotros mismos, sino por agradar a vuestro Padre y perfeccionar a vuestro espíritu. 11-314-14
Entre mi pueblo siempre se han encontrado los que sienten la espiritualidad, así como los que únicamente persiguen los bienes materiales. En el Primer Tiempo hubo veces en que mientras unos adoraban al becerro de oro, otros lloraban de temor ante Jehová; y en el Segundo, en el seno de mis apóstoles, estaba uno que ambicionaba recibir de Mí la potestad de convertir las piedras en oro, pretextando que estaba bien el socorrer con dinero a los pobres que padecían de hambre, al cual Yo le dije: “El dar dinero a las multitudes, haría que no lo apreciaran por ser fácil de obtener”. Y añadí: “Aquel que me siga, debe ser humilde, como su Maestro”. Por eso humildemente me incliné a lavar los pies de mis discípulos, y les dije: “Nunca os creáis los primeros, sino los últimos ante el Padre”. 5-130-11
A vosotros, que sois mis nuevos discípulos, os digo: “Lo que veáis que hago con vosotros, hacedlo con vuestros hermanos”. 5-130-12
No pretexten los padres de familia, que tienen muchos hijos, que su tiempo está dedicado únicamente a ganar el pan de cada día, y por esa causa no pueden pensar en hacer el bien a los demás. 5-129-57
No me digan los varones que se sienten incapaces para enseñar mi Ley. A todos os digo: Que en vuestro camino sobran las ocasiones en que podáis sembrar mi Semilla sin perder vuestro tiempo y sin desatender vuestros deberes. 5-129-58
Servidme y Yo os serviré. 5-129-59
Si haces algún préstamo a tu prójimo, no entrarás en su casa para tomar la prenda, sea cual fuere. Te quedarás fuera, y el hombre a quien has hecho el préstamo te sacará la prenda afuera. Y si es un hombre de condición humilde, no te acostarás guardando su prenda; se la devolverás a la puesta del sol, para que pueda acostarse en su manto. Así te bendecirá y habrás hecho una buena acción a los ojos de Yahvéh tu Dios. Deuteronomio 24:10-13
No andes difamando entre los tuyos; no demandes contra la vida de tu prójimo. Yo, Yahvéh. No odies en tu corazón a tu hermano, pero corrige a tu prójimo, para que no te cargues con pecado por su causa. No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahvéh. Levítico 19:16-18
En el Primer Tiempo, en mi primera venida, sorprendí a la humanidad en su inocencia e ignorancia, vivía en un bajo nivel moral y Yo le hablé desde la cumbre de la montaña para darle mi primera lección. En el Segundo Tiempo descendí, después de una larga Era en que os concedí pruebas para que vuestro espíritu afirmara su fe y viviera en la observancia de mi Ley, y os encontré más despiertos, más desarrollados, pero distantes del verdadero cumplimiento que os había pedido, porque no supisteis poner vuestros dones al servicio del espíritu. 8-215-22
Vine en ese tiempo a deciros cómo se toma la Ley para darle cumplimiento, cómo se honra al Padre y cómo se testifica la verdad. 8-215-23
Nuevamente la humanidad se apartó de mis mandatos y tuve que llegar a los hombres para doctrinarlos. No fue suficiente que os hubiese dado mi Ley en aquella forma material, ni tampoco encerraba ella todo lo que Yo tenía que deciros; y así, os envié a Jesús por quien escucharíais al Verbo de Dios. Él habló a vuestro corazón. Aquel Maestro conocía los caminos que conducen hasta lo más íntimo del ser humano y con sus palabras, con sus obras y su sacrificio en la cruz, conmovió las fibras dormidas, despertó vuestros sentimientos aletargados, sabiendo que sin esa preparación, no llegaría el tiempo en el que el hombre escuchara en su propio espíritu la voz de su Dios, al que ahora tenéis entre vosotros como os fue anunciado. 1-15-7
En el Primer Tiempo conocisteis el nombre de Jehová y mirasteis mis manifestaciones en el seno del pueblo de Israel al cual habéis pertenecido siempre, y os dije: “He aquí el camino”, y el camino de que os hablé era la LEY. Más tarde, mi Verbo encarnado en Jesús os habló y os iluminasteis con mis parábolas y preceptos, y en ellos os dije: “Todo el que cumpla amando y perdonando a sus Semejantes está dentro del camino de mi LEY”. Y en este tiempo volvéis a encontraros en el mismo sendero de vuestra evolución y tenéis delante de vosotros al mismo Espíritu Divino enseñando y guiando vuestros pasos; he venido como luz radiante y todo el que se prepare, podrá contemplarme. 3-58-39
Si alguno se cree religioso, pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana. La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo. Santiago 1:26-27
Si en la Tierra decís que Yo con mi Doctrina, con mi Ley, os he traído religiones, os digo: Que ante Mí sólo existe un culto que es el del amor, el amor al Padre, a los Semejantes o hermanos, y a todo cuanto ha brotado del Creador. 8-241-33
Aquella divina máxima de Amarse los unos a los otros, será la Ley que una a todos los hombres, que les ilumine para que se sientan hermanos, se amparen, se ayuden, se defiendan de las tentaciones y se reconozcan sin detenerse en diferencias de razas o credos. 8-241-34
Imaginad un mundo así y lo imaginaréis en paz, como una sola familia regida por las leyes del amor, el respeto y la justicia. 8-241-35
Estas profecías se realizarán porque vuestro mundo no está condenado a ser eternamente un Valle de tinieblas y pecados. 8-241-36
Brillará la virtud en el corazón de los hombres como las flores en los huertos, porque os digo: Las flores son en su belleza, semejantes a las ideas e inspiraciones que brotan de Dios para salvar a los pecadores. 8-241-37
La Doctrina que vengo a enseñaros no es nueva, no digáis que con mi venida ha surgido una nueva religión en la Tierra; mi comunicación en esta Era, viene a señalaros el mismo camino que os trazó desde el principio de los tiempos, y mi palabra os explica y revela los misterios de la Ley y la Doctrina que antes no habíais recibido. 8-234-33
Amados discípulos: Aunque existen muchas religiones, una sola es la Ley y una sola es mi Doctrina. 10-281-1
Mi enseñanza es la Doctrina del espíritu, la que enseña a los hombres a cultivar el amor, y ¿qué ha hecho de mi Doctrina esta humanidad que se llama a sí misma cristiana? Ha hecho formulismos, ritos, rezos, tras de ellos oculta su hipocresía. 10-281-2
Yo os digo, que la única verdad es el AMOR y que aunque estéis ensalzando y glorificando mi Nombre con palabras y cantos, si no hacéis obras de amor, no estaréis en el camino de la verdad. 10-281-3
A través de los tiempos os he dado una Doctrina que he ido ampliando para que ella como Ley rija vuestra vida humana, y afirme a vuestro espíritu en la senda que conduce a la luz eterna. 9-246-6
De mi Ley, que es semejante a un árbol, los hombres han cortado ramas que son las sectas y las religiones, las cuales por haber quedado desprendidas del árbol han perdido la savia, su sombra ha sido escasa y entre su follaje no existen nidos de amor ni frutos de buen sabor. 9-246-7
No os he revelado mi Doctrina sólo para que viváis bien en la Tierra; ella es el camino que conduce al espíritu a la parte más alta, a las regiones más elevadas del amor, de la sabiduría y de la armonía con todos los seres. 9-246-8
Las religiones no han cumplido con la misión de conducir a los espíritus hacia los umbrales de la eternidad; éstos, al desprenderse de este mundo, se pierden en la encrucijada de la muerte, ignoran el camino, tropiezan por falta de luz y caen en materialismo, buscando la vida que dejaron. 9-246-9
Ese no es el camino que he trazado; mi camino es de luz, de revelación, de profunda sabiduría para todos, de caridad y amor. Para no desviarse de él se requiere sacrificio, renunciación y perseverancia en el cumplimiento de mi Ley. 9-246-10
Y mi Espíritu, que os ama, se ha presentado en el camino de cada uno de mis hijos, para despertarlos a la luz de la verdad y ponerlos en camino de encontrar el Árbol de la Vida, que brinda agradable sombra y ofrece buenos frutos porque su savia es perfecta. 9-246-11
Esto os da a comprender que llegarán tiempos en que no tengáis más pastor, ni más guía que vuestra propia Conciencia, en la que brilla mi luz. 9-246-12
Yo traje a los discípulos de este tiempo una Doctrina cuyo contenido es la esencia de lo que enseñó Moisés, de lo que Jesús derramó en la humanidad y lo que mi Espíritu viene a revelaros, mas he contemplado cómo ha habido entre vosotros quienes han ocultado mi verdad para poderse levantar como señores y reyes delante de sus pueblos. Si ellos pudiesen, llevarían corona en su cabeza, manto sobre sus hombros y cetro en su diestra; pero a falta de ello, humillan a sus hermanos y gustan de recibir tributos, adulaciones y alabanzas. 8-233-51
Mi paz sea con vosotros.