Cuarto Precepto

Tercer Libro

Los Veintidós Preceptos

Precepto 4

Amarás a tus padres después que a Dios y a tus hijos lo mismo; para los primeros, la veneración y el respeto; para los segundos, la caridad y el buen ejemplo en todo.

Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección de tu madre: Corona graciosa son para tu cabeza y un collar para tu cuello. Proverbios 1:8-9

Escucha a tu padre, que él te engendró, y no desprecies a tu madre por ser vieja. Proverbio 23:22

Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados. Eclesiástico 3:12-14

Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre, tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa: Para que seas feliz y se prolongue tu vida sobre la tierra. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor. Efesios 6:1-4

Todos conocéis el sentido del primer mandamiento de la Ley: “Amarás a Dios más que a tus padres y a tus hijos; más que a ti mismo y también de todo lo que poseéis en la Tierra”. Si así lo hiciereis, sentiréis la paz, vuestras penas serán suaves y los elementos serán clementes con vosotros; pasaréis sobre las pruebas destinadas a perfeccionar vuestro espíritu, sin que sintáis quebranto. 12-363-58

Si llegáis a comprender este precepto y a practicarlo, seréis conformes con vuestro destino, amaréis a la humanidad y respetaréis su vida. Habrá rectitud en vuestras obras y aplicaréis vuestros dones para el bien vuestro y de vuestros Semejantes. 12-363-59

Padres de familia: Evitad errores y malos ejemplos; no os exijo perfección, solamente amor y caridad para con vuestros hijos. Preparaos de espíritu y materia, porque en el Más Allá, las grandes legiones de espíritus esperan el instante para encarnar entre vosotros. 2-38-42

Hoy habéis dejado de ser niños y podéis comprender el sentido de mis enseñanzas; también sabéis que vuestro espíritu no nació junto con el cuerpo que poseéis, y que el principio del uno no es el del otro. Esos niños que mecéis en vuestros brazos, llevan inocencia en su corazón, mas en su espíritu encierran un pasado a veces más largo y azaroso que el de sus mismos padres. ¡Cuán grande es la responsabilidad de quienes tienen que cultivar esos corazones, para que su espíritu alcance progreso en el camino! 2-56-31

No por esto miréis con menos amor a vuestros hijos, pensad que no sabéis quiénes son ni lo que han hecho; antes bien, aumentad para ellos vuestra caridad y amor y agradeced a vuestro Padre que haya puesto en vosotros mi misericordia, para convertiros en guías y consejeros de vuestros hermanos espirituales, de cuyos cuerpos pasáis a ser padres por la sangre. 2-56-32

Mi Obra requiere que sus discípulos sepan dar testimonio con la limpidez y la verdad de los actos de su vida. 11-312-38

A unos y a otros pregunto: ¿Tenéis hijos? Pues tened caridad de ellos; si pudieseis contemplar por un momento a esos espíritus, os sentiréis indignos de llamaros sus padres. No les deis malos ejemplos, cuidaos de hacer escándalo delante de los niños. 11-312-39

Si vosotros que habéis oído esta palabra, la abrazáis con amor y la dais a conocer como os la he enseñado, de cierto os digo, que vuestra simiente alcanzará hasta la séptima generación; mas si no tuvieseis sumisión y caridad, el dolor se hará sentir en vuestros hijos y en sus descendientes. 3-60-69

Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga. Proverbios 13:24

Haced que vuestros hijos reconozcan las consecuencias del bien y del mal, hacedles presentes los ejemplos que os he dado, preparadles porque son los que han de servirme el mañana. Quiero encontraros serenos y tranquilos meditando solamente en el bien, para que seáis guiados por mi Luz de Espíritu Santo. 12-350-47

Guiad con celo a vuestros hijos, enseñadles a cumplir con las leyes del espíritu y de la materia, y si ellos las infringen, corregidles, porque vosotros como padres me representáis en la Tierra. Recordad entonces a Jesús que lleno de santo enojo, dio una lección para todos los tiempos a los mercaderes de Jerusalén, defendiendo la Causa divina, las leyes inmutables. 2-41-57

Quien honra a su padre expía sus pecados; como el que atesora es quien da gloria a su madre. Quien honra a su padre recibirá contento de sus hijos, y en el día de su oración será escuchado. Quien da gloria al padre vivirá largos días, obedece al Señor quien da sosiego a su madre: Como a su Señor sirve a los que le engendraron. En obra y palabra honra a tu padre, para que te alcance su bendición. Pues la bendición del padre afianza la casa de los hijos, y la maldición de la madre destruye los cimientos. No te gloríes en la deshonra de tu padre, que la deshonra de tu padre no es gloria para ti. Pues la gloria del hombre procede de la honra de su padre, y baldón de los hijos es la madre en desdoro. Hijo, cuida de tu padre en su vejez, y en su vida no le causes tristeza. Aunque haya perdido la cabeza, sé indulgente, no le desprecies en la plenitud de tu vigor. Pues el servicio hecho al padre no quedará en olvido, será para ti restauración en lugar de tus pecados. Eclesiástico 3:3-14

El padre de familia me ha buscado para comunicarme sus cuitas y preocupaciones; sus hijos desconocen su autoridad, le vuelven la espalda y se tornan enemigos del consejo paternal. 7-189-54

Debo advertiros, que es muy delicado el cargo que lleváis; es pesada vuestra cruz, mas si sabéis apurar con fe y paciencia vuestro cáliz y sabéis amar y perdonar a vuestros hermanos y a vuestros hijos, me iréis imitando en el camino y vuestros hijos no se perderán. 7-189-55

Si sois hijos, entended y estimad la bondad de vuestros padres. Si sois padres, sabed comprender a vuestros hijos. Si sois esposos, conoceos y amaos el uno al otro, mas si aún no lo sois y esperáis a quien se una a vuestro destino, preparaos para recibirle, para comprenderle. 1-11-31

En verdad os digo, debe ser la Conciencia y la razón las que os guíen por el sendero recto. 9-271-34

Si no dejáis preparados debidamente a vuestros hijos, sé que vuestro espíritu desde el Más Allá llorará la suerte de los que dejaron abandonados en la Tierra, porque les verán sucumbir sin saber defenderse ante la invasión de calamidades y de plagas que vendrán a azotar los pueblos de la Tierra. 10-297-71

¿Imagináis la restitución y el dolor del espíritu que en vez de recoger dulces frutos a su llegada a la Morada espiritual, sólo zarzas y ortigas encuentre? 10-297-72

Mi paz sea con vosotros.

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