Explicación 51
1. Me allego a vosotros por medio de este entendimiento que el Señor me ha confiado, para luchar y trabajar cumpliendo Su voluntad, y en Su divino permiso le he solicitado el hablaros de las cosas que el Maestro no os puede decir, porque no sería justo que se materializara aún más.
2. Le he pedido permiso a nuestro Padre, no porque Él ignore lo que vosotros necesitáis, sino porque es natural a todo espíritu plegarse a Su mandato.
3. Mirad que después de que cesen estas manifestaciones por el entendimiento humano, han de transcurrir otros cincuenta años hasta que el mundo reciba en todo su esplendor a la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana, y mirad que Sus órdenes divinas las ha entregado desde antaño.
4. Y el mandato que Él os ha entregado es el de desfanatizaros, abandonando todos los objetos idólatras que habéis incorporado a Su doctrina. El Maestro os ha entregado Su palabra para que no dejéis pasar los tiempos en vano.
5. El Padre os ha dicho: “Quiero que os elevéis de espíritu a Espíritu hacia Mí, que si en el rincón de vuestra alcoba os eleváis, ahí recibiréis lo que me pedís”; Su palabra ha sido cumplida, y por eso os pide la espiritualidad.
6. Tenéis que suprimir los cantos y los rezos, porque vuestra oración debe ser espiritual, para que se eleve hasta el Solio del Señor, donde no llegan los sonidos y las figuras materiales con que intentáis dar culto a la Divinidad.
7. Él no quiere que vosotros, los Espiritualistas, seáis los prevaricadores que mentís cuando creyendo hacer oración, ocupáis vuestra mente con pensamientos materiales.
8. Tenéis que dar ejemplo de cumplimiento a los que como parvulillos se acerquen a esta Obra, para que sea en vosotros la unión en el pensamiento y en la elevación de espíritu a Espíritu.
9. Ya no ocupéis más el lugar de los prevaricadores, hipócritas y fariseos, hay que demostrar a la humanidad que estáis a la defensa de la Doctrina pura y perfecta del Divino Maestro.
10. Recordad que el Padre os ha dicho: “No todo el que me dice ¡Padre, Padre! me ama, sino aquél que cumple Mi voluntad”; analizad y no os hagáis acreedores a que en el mañana tengáis que lamentaros.
11. Sabed que quienes suprimen los coros y las antorchas lo hacen por fe, y que vosotros al hacer oración, en vuestro corazón sintáis el fuego porque encendida está la antorcha de vuestra fe, para esperar a vuestro amado Maestro.
12. En otras ocasiones el Señor os ha dicho: “Las vírgenes necias durmieron en profundo letargo, no mantuvieron sus lámparas encendidas”, y eso quiere decir, hermanos, que no tuvieron fe, que no esperaron con paciencia y conformidad al Amado para llegar a Su festín.
13. El Señor quiere que seáis espejo limpio ante las multitudes, que sepáis seguir la huella que Él deja para que dejéis una igual a vuestros Semejantes, para que al transitar por ella puedan llegar a la escalidad que vosotros os hayáis labrado.
14. Las palabras del Maestro son tan claras que no son difíciles de analizar.
15. Suprimid entonces los ritos y símbolos entre vosotros, no por temor a la justicia de los hombres, sino por mandato del Padre, sed obedientes a Su palabra, como lo somos nosotros los espíritus que poblamos el espacio.
16. A aquéllos que no estén conformes en seguir Sus mandatos, os advertimos que aunque levantéis vuestra planta de este camino, en corto tiempo habréis de retornar a buscar el lugar que habéis abandonado, porque encontraréis muchas pruebas en vuestro camino y tendréis la Conciencia que os reclamará, exigiéndoos que cumpláis el juramento espiritual que tiempo atrás habéis hecho.
17. Por otra parte, deben quedar suprimidas las “limpias” que hasta ahora se efectúan en medio de vosotros, porque vuestra caridad en los espíritus necesitados debe ser a través del fluido espiritual; suficientemente os hemos explicado en qué consiste éste.
18. No recetéis imitando a los médicos de la Tierra, ¿acaso el Señor necesitó de recetarios para curar a los enfermos, en Su tránsito de 33 años por este mundo, en ese Segundo Tiempo?
19. Todo en vosotros debe ser espiritual, y debéis dar el primer paso, porque el tiempo ha llegado y no os resta más que cumplir.
20. Por eso os digo, en el nombre del Señor: Cumplid Sus órdenes, retirad vuestras “limpias”, la escala, los cuadros, las recetas, vuestros rezos y cánticos, porque tenéis lleno el bálsamo, la fuerza, la luz, la palabra del Señor, el mandato divino y Su enseñanza.
21. Cual flor que abre su corola, abrid así vuestros corazones y preparad vuestro espíritu, para que como la flor que se endereza para recibir la brisa y tener vida, así vosotros abrid el cáliz de vuestro cumplimiento para elevar al Señor el perfume que sube hasta Su solio divino.
22. Vuestras flores materiales aquí en la Tierra se han de quedar, porque han brotado de la Naturaleza, no así el perfume que exhale vuestro corazón, ése ascenderá hasta el infinito.
23. No perdáis más el tiempo, hermanos míos, en distanciamientos y vano palabrerío.
24. El Padre siempre os ha enseñado a no deteneros en el camino, a no conformaros con lo primero, ved cómo en vuestro espíritu ha despertado Él un ideal, que es el de llegar a Su diestra.
25. La hoja del árbol no se mueve sin Su voluntad, y los elementos son Sus siervos, y ellos se agitan, se desencadenan y vuelven a encadenarse a Su voluntad.
26. El Padre, por medio de los elementos desatados en este tiempo, va tocando comarca tras comarca, hombre tras hombre, para despertar a la humanidad de su profundo letargo, para hacerle meditar, para que ya no caiga en las bajas pasiones y en los placeres ilegítimos, para ayudarle a despojarse de las cosas materiales, y para que rompa día tras día las cadenas que atan su espíritu a esta Tierra.
27. Cada día este mundo se hace más difícil al hombre, se hace menos dócil, como si rechazara a los espíritus con el dolor, la guerra, la muerte y los elementos desencadenados, con epidemias y con el ambiente envenenado y contaminado de todo mal, mas esto no es así, no: Esta Tierra la creó el Padre como morada de bendiciones para el hombre, pero éste la ha amado más que a lo divino.
28. El hombre no ha tomado este mundo como morada pasajera, sino que ha encadenado su espíritu a las cosas de la Tierra, en donde ha formado su trono, su reinado y su hogar.
29. Y en sus bajas pasiones, su pecado, en su degeneración espiritual y corporal, ha encontrado el hombre el dolor, la restitución, los sufrimientos y el cáliz de amargura; todo esto constituye la creación que el hombre ha hecho para sí mismo.
30. Y todas las penas, todo el cúmulo de vicisitudes de todos los tiempos, se han reunido en el cáliz del Tercer Tiempo que la humanidad está apurando, es el fruto cultivado por el hombre, el fruto del mal y de la ciencia puesta al servicio de la vanidad humana.
31. Ese fruto es el que hace que el espíritu se sienta rechazado en este planeta que le fue dado primigeniamente como paraíso, haciéndole que ponga su mirada en el Más Allá donde está la vida de donde proviene, haciéndole elevar sus ojos al Padre y que contemple que todas las grandezas terrenas y toda la obra del hombre son tan sólo vanidad y falsedad.
32. Lo firme, lo consistente y lo real, en lo humano, es lo que labra el espíritu para beneficio de sí mismo y de los demás.
33. Hoy, os encontráis en el tiempo de mayor iniquidad, de mayor perversidad y maldad en la humanidad, mas fue en este tiempo cuando estaba anunciado que llegaría el Espíritu Santo a esclareceros los misterios, y así ha sucedido: En medio de vosotros se ha manifestado la palabra del Padre y este privilegio del que vosotros gozáis, ninguna religión o secta os lo puede ofrecer.
34. Ayer os encontrabais en una vida material, caminando entre tinieblas y alimentando vuestro corazón con la mala voluntad y el odio.
35. Hoy, os encontráis aposentados en el camino del amor, en el camino de la caridad, de la comprensión y de la hermandad.
36. Dejad que esta hermandad se manifieste en vuestros hogares, dejad que esta hermandad toque todos los corazones que os rodean.
37. Prosigamos hablando sobre el fanatismo, para que comprendáis con toda claridad cuanto os queremos decir vuestros protectores y consejeros.
38. Sabéis bien que lo primero entre vosotros debe ser la palabra del Padre, así como Su ley y Su santo nombre, y sabéis con toda seguridad, que después de esto, todo lo demás es secundario e irrelevante.
39. Si el Padre permitió durante los tiempos la materialización de los símbolos, fue sólo para daros oportunidad de comprender el sentido profundo y la explicación de las enseñanzas que os ha traído en todos los tiempos.
40. Así, por ejemplo, en el Primer Tiempo os permitió construir el tabernáculo material que contenía el Arca que guardaba la Ley escrita en piedra, en el Segundo Tiempo tuvisteis la cruz de madera que os recordara el sacrificio de Jesús, y en este Tercer Tiempo os permitió la materialización de los símbolos espirituales como son la escala, el velo y las antorchas.
41. Mas ese permiso divino, en ningún momento os dio derecho a adorar tales cosas y mucho menos rendirles culto en vez de rendírselo a la Divinidad que es Espíritu.
42. Y si vosotros habéis comprendido esa lección, si habéis encontrado el sentido espiritual verdadero de los símbolos, ¿qué caso tiene continuar con el fanatismo, qué necesidad tenéis ahora de esas cosas?
43. Una vez más os advertimos del inminente peligro que arrostráis de continuar en el seno del Espiritualismo con la adoración de las cosas materiales.
44. ¿Cómo podréis combatir el fanatismo y la idolatría de las religiones si no depuráis entre vosotros mismos vuestras prácticas y no arrasáis hasta el último vestigio de materialidad en el seno de Israel?
45. Por eso somos incansables, secundando al Divino Maestro en esta gran tarea de desfanatización y de destrucción de todo lo que sea idolatría; precisamente, es por esta tarea, que vosotros ampliaréis vuestros conocimientos y vuestro criterio, para ya limpios poder levantaros a combatir el fanatismo de las sectas y religiones.
46. Desfanatizaos, despojaos de todo culto material e idólatra porque si no fuese así, ¿con qué derecho podríais señalar el fanatismo y la idolatría que encontraseis en vuestros hermanos de las distintas religiones?
47. Si os limpiáis de esta manera, podréis entonces presentaros ante el Padre, sin llevar nada en vuestras manos materiales pero sí llevando en vuestro espíritu el adelanto, la preparación y el conocimiento espiritual.
48. Vuestra comunicación de espíritu a Espíritu, sin necesidad de lo material, abrirá brecha en los corazones de la humanidad y será la que derrumbe ídolos, sane enfermos y libere a los poseídos.
49. Es ésa la promesa del Padre, para que después no tengáis que recurrir a nada que sea impropio de vuestras prácticas para sanar a los enfermos, pues existe también el peligro de la materialización de las curaciones.
50. Después de 1950, ya no invocaréis al Mundo Espiritual de Luz en la forma como lo habéis hecho hasta ahora, sino que cada uno, haciendo uso de los dones espirituales y de la facultad curativa que el Señor os ha dado, elevados hacia la Divinidad a través de la comunicación de espíritu a Espíritu, derramará en los enfermos el fluido espiritual de sanación.
51. Mas persiste el peligro de continuar con las prácticas impuras e imperfectas, donde se ha mezclado lo espiritual con materializaciones y con el afán de lucro, y no os extrañe que, después de 1950, tales errores prosigan, de no desterrarse del pueblo esa ignorancia, esa curación imperfecta e incompleta.
52. ¡Cuántas veces se ha confiado más en el medicamento material que en el don curativo espiritual que el Señor os ha confiado! ¡Cuántas veces se ha confiado más en la ciencia médica humana que en el fluido espiritual que desciende del Más Allá!
53. De continuar todo esto, es natural que en medio de vosotros no se operen los prodigios.
54. Por el contrario, cuando todas estas impurezas e imperfecciones desaparezcan de entre vosotros, entonces vuestros dones se encontrarán libres, desarrollándose ampliamente la curación fluídica inspirada en la caridad y en el Amor divino.
55. Cuando así practique Israel la curación espiritual, la humanidad exclamará: “¡El tiempo de los milagros ha regresado!”, y los hombres de ciencia se asombrarán y vosotros sentiréis una confianza plena y se hará en vosotros cuanto habéis anhelado.
56. Luchemos incansablemente, hermanos, pues esta lucha es noble, es espiritual y es caridad.
57. Nuestra labor, por voluntad del Padre, es de corrección, y la hacemos señalando los defectos sin delatar ni juzgar a nadie, ni mencionar el nombre de ninguno; esta es una enseñanza general, os atañe a todos porque ninguno es perfecto.
58. Y cuando estas lecciones hayáis comprendido, llevadlas con amor a vuestros hermanos, recordad que el Padre os ha dicho: “Todo aquel que despierte, tiene el deber de despertar a los demás”.
59. Recordad también que la redención de los demás ha sido, es y será siempre la misión de Israel, y tiempo de cumplimiento es éste, tiempo en el que ya no tendréis ritos ni cultos materializados, tiempo en el cual desde la Tierra alabaréis y serviréis a Dios como si estuvieseis en espíritu.
60. Pedid y velad por todos, y que la paz del Señor sea en todos.