Explicación 41
1. En el nombre del Divino Maestro, saludo a mis hermanos que morando se encuentran este mundo material, para así servir, primeramente a la Divinidad y después a vosotros.
2. Este humilde ser espiritual os explica y os aconseja acerca de todas esas cosas que el Padre ha tenido a bien confiaros, para que alcanzando la buena preparación podáis entresacar más, y llegar más profundamente, a la palabra del Padre.
3. En todos los recintos Espiritualistas se ha practicado una forma de dar luz al Mundo Espiritual en tinieblas, a esos seres turbados y necesitados que moran en el espacio, vagando entre vosotros por no haber logrado alcanzar aún los nidos espirituales de elevación.
4. Esta forma que habéis practicado hasta ahora, no es la única ni la más acertada, pero el Maestro os ha dispensado de muchas cosas, permitiéndoos prácticas no muy depuradas para que, llegado el tiempo que se os ha profetizado, sepáis distinguir qué pertenece a Su obra y qué no.
5. Antes de dar paso a mis explicaciones, os quiero decir que si la forma que tenéis de dar luz a los seres turbados fuera la adecuada, el Maestro no tendría por qué cerrar, después de 1950, los cerebros de las facultades a esas comunicaciones.
6. ¿Cuál es, entonces, la forma verdadera de entregar luz al Mundo Espiritual que vaga en turbación y en tiniebla?
7. Es a través de la oración, de la unificación de pensamientos, de la práctica de la Doctrina del Señor en todos vuestros caminos, de la caridad espiritual para con todos los seres, de vuestro ejemplo, de vuestros buenos pensamientos, del buen trato a esos seres aunque sean invisibles e intangibles.
8. Si no habéis practicado de esta manera el dar luz a esos seres, a pesar de que han transcurrido tantos años, es porque no habéis analizado con detenimiento las Cátedras del Padre.
9. La práctica que ahora tenéis ha provenido del Espiritismo; como vosotros sabéis, en el Espiritismo se acostumbra la materialización de los seres espirituales en el seno de sus centros espíritas.
10. Los seres espirituales turbados encuentran así, una oportunidad de manifestarse y de comunicarse con vosotros.
11. En el Espiritismo, sin importar la índole de los seres espirituales o su grado de materialización, se permiten estas manifestaciones sin restricción o precaución alguna.
12. Mas la forma más elevada, más efectiva, de entregar luz a los seres espirituales turbados, se encuentra en esta Obra Espiritualista, aunque bien está que, en casos excepcionales, permita el Señor que esos seres tomen materia para recibir una prueba del estado en que se encuentran, para despojarles de su materialidad y apartarles de sus preocupaciones, pero os repito, esos son casos excepcionales.
13. La generalidad es que los espíritus llegan en legiones entre vosotros y si en el seno de vuestras reuniones ellos pueden contemplar, escuchar y palpar un ambiente espiritualizado, abren sus ojos a la luz espiritual, despojándose de su materialismo; entonces, no sólo contemplan el plano material, sino que su vista espiritual logra remontarse, elevándose y profundizando en la vida que a ellos les pertenece, la senda luminosa que les aguarda, el camino que han perdido y en el que a partir de ese momento han de proseguir.
14. Siempre que acudís a una reunión espiritual, con vosotros acude una porción de espíritus necesitados, espíritus que han llegado hasta vosotros no por casualidad, sino por vuestra restitución, porque ése es vuestro destino y vuestra misión, porque sois Israel, para que a través de vuestra elevación y unificación, de vuestra verdadera comunión con la Divinidad, esas legiones reciban luz.
15. En los días que os reunís para comunicaros con el Mundo Espiritual de Luz, también encuentran esas legiones ocasión propicia para recibir luz.
16. Comienzan esos seres por escuchar en sus espíritus materializados, la voz de los espíritus consejeros a través de la materia de nuestros protegidos, y más tarde, cuando esos seres se van elevando por medio de la luz que así han recibido, ya no es entonces la voz que resuena por la materia de las facultades la que ellos escuchan, no, sino que es nuestra voz espiritual la que, de espíritu a espíritu van recibiendo.
17. Es entonces cuando, ya no escuchan la voz del Divino Maestro humanizada a través de los pedestales, sino que es la luz del Espíritu Santo que derramándose sobre sus espíritus, les ilumina y les eleva.
18. Si Dios y Sus enviados espirituales, que somos nosotros, nos comunicamos por el entendimiento del hombre, es para que esta comunicación, en estos tiempos de gran materialización, sirva al hombre y a esos espíritus para recibir la enseñanza a través de la materia, y a medida que ellos se eleven, vayan colocándose en el plano espiritual que les corresponde, donde reciban la luz del Espíritu Santo y la comunicación con sus hermanos espirituales de luz de espíritu a espíritu.
19. No todos los seres espirituales turbados se convierten o se doblegan al mismo tiempo, pues así como sucede en la Tierra, donde existen en la vida humana hermanos de diversa índole y de diferente carácter, así entre los espíritus también existen diferencias emanadas del libre albedrío de cada quien: Los hay reacios, los hay dóciles, los hay fáciles de convencer y fáciles de confundirse, los hay perezosos en sus cumplimientos, los hay endurecidos de sus sentimientos espirituales, los hay ligeramente turbados como también los hay con enormes turbaciones.
20. Por eso, hermanos míos, muchos de los que os han seguido y os han rodeado, acompañándoos a través de vuestra jornada, muy especialmente en este tiempo en que sois los Espiritualistas, se han elevado y ya no están con vosotros, ya no os siguen, porque por vuestra preparación, por vuestra firmeza en el camino verdadero, por vuestra práctica de la Doctrina del Señor, por vuestro ejemplo, han alcanzado finalmente la luz.
21. Pero también existen otros, los reacios, quienes os siguen acompañando y que quisieran conducir vuestros pasos por otras sendas, y son quienes van poniendo tropiezos en vuestro camino, que van nublando vuestras facultades mentales, que os ofuscan, os tientan y os hacen caer.
22. Mas aquellos de vosotros que sepáis hacer uso de la oración, que sepáis imponeros a todas las circunstancias invisibles o visibles, aunque estas fueran con fuerza, seréis invencibles para ellos, y esos seres, al verse siempre vencidos por vuestra paz, al ver que sus armas y redes no dan el resultado que ellos desean, que vuestra luz es más poderosa que la de ellos, que vuestra mente no se turba porque es más fuerte que la de ellos, y que vuestra frente es inquebrantable, entonces, tarde o temprano, cederán y se elevarán.
23. Hay algunos de estos seres que, ante su fracaso, se alejan de vosotros mas luego retornan, porque son vuestra porción, y al retornar y ver que continuáis vuestro camino con paso firme, su turbación se calma, viendo la tranquilidad en vuestra Conciencia, la paz en vuestro corazón, el regocijo en vuestra vida al ir practicando el bien.
24. Es entonces cuando, ese espíritu que en lo más recóndito de su ser ha llevado la turbación, se transforma, y cae de su espíritu la pesada vestidura del materialismo, quedando desnudo ese espíritu para poder después vestirse con la vestidura de luz y verdad que a él le corresponde.
25. Esta es la forma perfecta y espiritual de entregar la luz a esos seres materializados.
26. Cuántos seres hay, hombres y mujeres, que no se nombran Espiritualistas, y que sin embargo, llevan una vida virtuosa, y que hacen oración por los seres materiales y desencarnados sin tener los conocimientos que vosotros tenéis, y a través de su intuición, también entregan la luz.
27. Cuántos espíritus turbados se han convertido, se han elevado, se han desmaterializado en este mundo, contemplando a los hombres practicar el bien, sin que, para poder recibir esa luz, deban tomar cerebro o posesionar una materia.
28. Unid vuestros pensamientos llenos de amor, de caridad y espiritualidad, y entonces haréis la verdadera obra de luz en ese mundo espiritual tan necesitado de ella.
29. Despojad vuestro corazón y espíritu del miedo a los seres espirituales en tinieblas, ese miedo, ese temor no deben existir en vosotros; dejad que sea el ignorante o el supersticioso, o aquél que no desarrolle sus dones, quien sienta miedo a la presencia del Mundo Espiritual turbado, eso es entendible y perdonable.
30. Mas entre vosotros que tenéis armas, que estáis donados con facultades, no sólo para defenderos, sino para entregarles la caridad y darles el consuelo que mitigue sus penas, ese miedo y temor es imperdonable.
31. No es justo que huyáis de ellos, que les olvidéis, pensad que siempre estáis rodeados y seguidos por ellos, que muchas miradas espirituales están fijas en vuestros actos, y que son vuestros actos precisamente los que les dan luz a esos espíritus, son los que les levantan en el camino y les convierten.
32. En vez de sentir temor por esos pobres seres en tinieblas, sentid caridad, porque por muy turbados o materializados que ellos se encuentren, son dignos de la mayor y alta atención, del mejor trato espiritual por parte de vosotros.
33. Es tan grande la necesidad de esos seres, que no pueden conformarse con pequeñeces, pues precisan de la prueba espiritual para poder creer, para poder palpar.
34. Que sean vuestra fraternidad, vuestro amor y vuestra caridad lo que ellos contemplen, y que no sea vuestra materialidad la que les ofusque.
35. Así veréis cómo esas legiones, que en el seno de Israel han permanecido retrasadas y estancadas por carecer de reconocimiento y espiritualidad, se levantan a la luz, al conocimiento y la depuración de sí mismos, y una vez lograda la emancipación del materialismo, una vez libres de sus cadenas, despertando a la vida espiritual a través de vuestra espiritualidad, se unen a Israel, convirtiendo su tiniebla en luz, su mal en bien, su materialismo en espiritualidad, para pasar a ser soldados que a vuestra vera, os ayuden, acompañen y protejan, engrandeciendo las filas del pueblo del Señor.
36. Ved, hermanos, que vuestra tarea no sea concreta únicamente a la redención del género humano, sino que vuestra misión, por ser misión que Dios os ha confiado en el Tercer Tiempo, sobrepasa los límites de lo humano, para elevarse hasta el Valle espiritual, abriéndose para vuestra misión, altos horizontes en lo infinito y en lo eterno.
37. Vuestro campo de labranza no se reduce al corazón de los hombres, vuestras tierras no están sólo en la humanidad, vuestro espíritu es un labriego, lo mismo en este mundo que en el Valle espiritual o en otros mundos; doquiera que vuestro espíritu encuentre tiniebla, dolor o necesidad, ahí estará la tierra propicia para el cultivo, ahí habrá ocasión para trabajar y para cumplir vuestra misión.
38. Después de 1950 continuaréis entregando luz al mundo material y al mundo espiritual, no en la forma en que lo habéis hecho hasta ahora, sino en forma más elevada, más espiritual, sin tener vuestro cerebro de por medio, porque él se cerrará para esta manifestación.
39. ¿Por ventura dejarán de haber seres turbados entre vosotros? ¿Dejarán de ser las legiones de espíritus en tinieblas alrededor de vosotros? No, por el contrario, vienen tiempos de mayores acontecimientos espirituales, para vosotros vienen tiempos en que esos seres espirituales den testimonio a los hombres de su existencia y de su presencia entre la humanidad y entre las naciones.
40. En verdad, siempre han dado ellos testimonio, siempre han aparecido, se han materializado, mas ¿qué han recibido ellos de la humanidad? De unos, incredulidad, de otros, temor, ignorancia, curiosidad o la materialización.
41. Lo único que han logrado ellos, en su necesidad y en su dolor al llamar a las puertas de la caridad de los hombres, ha sido despertar la curiosidad y el deseo de investigar lo sobrenatural.
42. Y cuando han llamado a la puerta de las religiones, de los ministros, de los pastores y los teólogos, cuando han llamado a las puertas de aquellos corazones que se dicen piadosos y considerados de las cosas espirituales, al no recibir de ellos ninguna luz, han permanecido en su turbación y lo único que los ha despertado, ha sido la magnitud de su inmenso dolor, de su restitución, porque de esos hombres nada han podido recibir.
43. Cuán pocos son este tiempo los espíritus turbados que, al contemplar la virtud de los hombres en la Tierra, reciben las escasas oraciones espirituales y el amor y la caridad que sus hermanos elevan por ellos.
44. Es por esto que esas legiones han aumentado, de una manera inimaginable para vosotros, al contemplar tantas guerras fratricidas, tanta destrucción, tantos homicidios, tanta falta de caridad y de preparación espiritual entre los hombres.
45. No os vamos a decir que tendréis que convertir a todos esos seres a la luz, no, pero tenéis en el seno de ellos, una gran misión que desempeñar, porque se os han hecho en este Tercer Tiempo grandes revelaciones, porque ya habéis despertado para las cosas espirituales, mediante la Obra que el Padre os ha confiado.
46. No hagáis obra espírita, ni obra de investigación científica, no intentéis darles de ese modo luz a esos seres espirituales, no hermanos, porque el espiritismo no ha logrado realizar obra de luz en el Valle espiritual.
47. Recordad: Lo que hace luz en los espíritus turbados, es el amor, la caridad, el verdadero conocimiento de aquél que sabe, y que tiene respuesta para toda pregunta.
48. El espiritista interroga al Más Allá, pregunta y escudriña, y vosotros no vais a preguntar porque ya sabéis, vais a entregar la luz porque ya conocéis, y es el Maestro el que os ha entregado Su luz divina, Sus revelaciones, Su gran enseñanza.
49. Los espíritus que lleguen con turbación, tinieblas y menesterosidad, tendrán que preguntaros a vosotros y tendréis que responder y vuestra respuesta será de luz, de amor, de caridad, porque las preguntas de ellos siempre serán manifestación de sed, de hambre espiritual, de ansiedad por conocer la verdad.
50. Esos seres vendrán siempre con el dolor que les causa la impresión de sus cadenas, cadenas que no son otra cosa que la tiniebla, el reclamo de la Conciencia por las faltas cometidas y la materialización del espíritu.
51. Si esas grandes legiones de seres que vagan por el Universo, que se acercan a vuestro mundo, rodeando a los hombres y pidiendo explicación, luz y caridad, no encuentran ni en el seno de las religiones, ni en el Espiritismo, ni en la vida de los hombres amor, luz y caridad, haced que en vosotros sí encuentren cuanto han necesitado.
52. Que esas grandes legiones, al acercarse a vosotros, no se estanquen ni estacionen, sino que al penetrar en vuestras reuniones, en vuestra vida espiritual, en vuestro ambiente, en vuestro seno, contemplen la práctica de las leyes divinas, la práctica del amor.
53. Que al llegar esos espíritus a vosotros, encuentren en vosotros la luz del conocimiento espiritual, que escuchen de vosotros la verdadera oración que se eleva al seno de Dios.
54. Al contemplar esos seres que vosotros no queréis conocer sus pecados, sus iniquidades o sus faltas para juzgarles, al mirar que en vosotros no encuentran jueces ni curiosos, al contemplar que entre vosotros no encuentran burla sino sólo caridad y preparación espiritual, ellos se convertirán.
55. Entonces, los espíritus de luz que tienen por misión detener a esas legiones, abrirán las puertas, descorrerán los cerrojos y dejarán que las grandes legiones pasen un instante entre vosotros, instante que les bastará a esos seres para que, al contemplar vuestra luz y paz, puedan recibir.
56. Para después de 1950, vuestra elevación espiritual será luz para los espíritus en tinieblas, y donde piséis, dejaréis huella de luz y paz; vuestras manos espirituales esgrimirán vuestra espada espiritual e irán abriendo brecha entre las tinieblas, e irán abriendo los ojos de los espíritus a la luz.
57. El Valle espiritual continuará poblándose, y será mayor en los tiempos venideros, y al llegar a él tantos espíritus desencarnados sin preparación espiritual, y tropezar con tantos seres que vagan en las tinieblas, vendrán los enfrentamientos, y los enemigos se volverán a encontrar, formándose bandos y ejércitos, levantándose en guerra los unos contra los otros en el Más Allá.
58. Mas he aquí que los ejércitos espirituales de luz preparados nos encontramos, y con vuestra ayuda lucharemos, porque esa es la lucha universal y la gran batalla que Juan, el discípulo del Divino Maestro contemplara en sus mirajes.
59. Esa gran batalla se acerca, esa gran contienda universal, de la cual ninguno de vosotros debe permanecer ignorante o indiferente; será la lucha en la que penetrará cada uno de vosotros como un soldado lleno de valor, de preparación, lleno de espiritualidad.
60. Será la guerra que libren el amor y la luz con la elevación y sus armas espirituales, contra el odio y las tinieblas.
61. No debéis ser indiferentes porque, ¡ay!, de los impreparados, ¡ay!, de aquéllos que no hayan alcanzado la espiritualidad en esos tiempos que tan cerca de vosotros se encuentran, porque quedarían a merced de los elementos desatados tanto en el espíritu como en la materia, y no tendrían firmeza sus pasos, pues su mente estaría turbada, y todas sus determinaciones irían al fracaso.
62. Seguid analizando y meditando en lo que el Mundo Espiritual de Luz, en el nombre del Señor, os dice y veréis a cuántas conclusiones llegáis, cuántas cosas el Espíritu Santo os revelará y cuánto recibiréis por medio de vuestros dones espirituales.
63. Meditando e inspirándoos en el Más Allá, en lo divino y en lo espiritual, recibiréis cátedra, inspiración, ideas, pensamientos de elevación divina, y conversará la Divinidad con vosotros, y el Mundo Espiritual de Luz lo hará también.
64. Voy a retirarme de entre vosotros, deseando que la paz sean en el Universo, para servir al Señor primeramente y a vosotros después, os dice vuestro hermano espiritual.