Explicación 40

1. El Mundo Espiritual de Luz, en cumplimiento a su misión, desciende hasta vosotros para explicaros ampliamente las revelaciones del Espíritu Santo.

2. Las revelaciones del Espíritu Santo son joyas preciosas que no tienen valor en lo humano, mas no habéis querido ese tesoro, sino que habéis preferido las complacencias materiales, vuestra personalidad, vuestro yo, la dignidad propia, las posesiones terrenales, las comodidades, los honores, la grandeza y la vanidad.

3. Es por esto que el Mundo Espiritual de Luz, en cumplimiento a nuestro deber espiritual, con nuestra fraternidad os ponemos alerta, enviando a vosotros este mensaje para que meditéis, no para que juzguéis la palabra del Padre, no para que juzguéis nuestras explicaciones, ni para que juzguéis los actos de vuestros hermanos, sino para que meditéis en lo profundo de vuestra Conciencia y reconozcáis plenamente el pacto que con el Padre habéis contraído.

4. Vosotros vivís el presente, mas debéis vivir también el pasado y el futuro, debéis vivir todos los tiempos en vuestro espíritu, porque la eternidad le pertenece a él.

5. Nosotros, desde el Más Allá, sí contemplamos vuestro pasado, presente y futuro, y os preguntamos, ¿después de 1950, cuáles han de ser vuestros pasos en esta senda?; ¿cuál va a ser el pan y el alimento con el que sustentaréis a los primeros y a los postreros, cuando la palabra del Maestro ya no resuene por el entendimiento humano?

6. ¿Cómo vais a desempeñar la misión que el Padre os confía en este Tercer Tiempo, que es la de extender Su obra entre la humanidad? Porque ciertamente es ése el papel, la labor y el destino del Espiritualismo en el Universo: Extender su luz, su espiritualidad, su justicia, su amor y su redención.

7. Y, ¿cómo vais a hacerlo, si vosotros mismos no os habéis unido, no os habéis amado, no os habéis sabido conducir los unos con los otros, si no habéis practicado limpiamente entre vosotros la Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana?

8. ¿Qué le vais a presentar al mundo? ¿Qué tranquilidad podréis tener en vuestra Conciencia allá en vuestro retiro, sea en el desierto o en las entrañas de la tierra, cuando la muerte os sorprenda?

9. ¿Qué será, hermanos, de vuestro espíritu en el Más Allá, cuando la Conciencia se abra plenamente ante la interrogación del Supremo Juez, ante la luz de Justicia, ante la misión que debíais haber desempeñado, y que se presentará clara y cierta ante vuestros ojos espirituales?

10. No es que juzguemos imperfecta vuestra misión, pues sabemos que grandes méritos tenéis ante el Padre, pero es vuestra responsabilidad el mostrar esta Obra en toda su pureza y perfección.

11. Para ello, es menester que os despojéis de todo lo malo, de todo lo superfluo, de todo lo material, de todo cuanto tenéis en esta Tierra y que no podréis llevar con vuestro espíritu cuando sea el momento de marchar al Más Allá.

12. Ninguno de vosotros contempla lo que nosotros contemplamos desde el espíritu, porque desde el espíritu, que está libre del tiempo y el espacio, es más fácil contemplar el pasado, el presente y el futuro, y es por ello que venimos, sin importar obstáculos o escollos, a comunicarnos con nuestros hermanos para prevenirles, para hacerles llegar a través de la intuición y del don de revelación, el futuro próximo, decisivo, que a pasos agigantados se acerca a este pueblo de Israel.

13. Las pruebas que hieren al pueblo de Israel, afectan también al Mundo Espiritual de Luz, son dardos que laceran a nuestros espíritus, pero qué importancia tienen esos dardos cuando contemplamos las heridas que hay en el Corazón todo amoroso del Padre.

14. ¿Qué es nuestro dolor comparado con el dolor del Padre?

15. Regid con energía vuestro yo, no cuidéis tanto vuestro nombre y vuestra personalidad, olvidaos de vosotros mismos para pensar en el Padre y en vuestros hermanos.

16. Así, por medio de vuestra humildad, de vuestra espiritualidad, de vuestro reconocimiento y vuestra renunciación, podréis obtener las divinas complacencias espirituales a cambio de perder las pequeñas complacencias materiales.

17. Grandes torbellinos han azotado a cada uno de vuestros corazones, y es que el Divino Maestro viene derribando piedra tras piedra todo aquello que no haya sido construido sobre cimientos de amor, de espiritualidad y de fraternidad.

18. Él, con Sus pruebas, Sus palabras y con los torbellinos que os han azotado en los últimos tiempos, le revela a vuestro espíritu que es el tiempo de uniros con amor y espiritualidad, para formar los cimientos fuertes del santuario Espiritualista Trinitario Mariano, santuario que debe levantarse en el espíritu mismo de Israel como el verdadero Templo de Dios, para rendirle el culto perfecto de espíritu a Espíritu, culto que hasta este tiempo, el hombre no ha podido entregarle a su Dios.

19. Es éste, el Espiritualismo Trinitario Mariano la Doctrina del espíritu el que viene a enseñaros el culto perfecto a Dios, pues sus máximas ennoblecen y elevan, sus enseñanzas desmaterializan el espíritu, despojan a la materia de todo vicio y de toda práctica superflua, innecesaria o impura.

20. Con certeza podéis decir que el Espiritualismo es la revelación más elevada que Dios ha hecho al hombre, porque para confiaros este conocimiento, antes el Padre os hizo vivir dos Eras, en las cuales os fue preparando para ésta en que vivís.

21. El Espiritualismo está destinado por el Padre para extenderse por toda la Tierra, porque la evolución de la humanidad le permitirá comprenderlo, es la luz que el mundo está necesitando, es la lección que, sin conocerla, anhela todo espíritu.

22. Por todo esto os decimos, hermanos, que si no podéis aún llegar a la perfección, sí podéis hacer un esfuerzo mayor al que habéis hecho, para acercaros a la perfección, para alcanzar aunque fuere un átomo más de pureza, porque Israel es responsable de presentar al mundo la Obra del Espíritu Santo, no la obra del hombre, no una religión.

23. Así como el Mosaísmo en el Primer Tiempo y el Cristianismo en el Segundo no fueron una religión, el Espiritualismo Trinitario Mariano no es, en el Tercer Tiempo, una religión.

24. Es Dios quien ha entregado Su ley en el Primer Tiempo, Su doctrina de amor en el Segundo Tiempo, y Sus inspiraciones y revelaciones en este Tercer Tiempo, y es el hombre quien ha creado religiones, quien ha tomado la Ley y la Doctrina divinas para darles forma materializada.

25. El hombre ha cortado ramas del gran Árbol corpulento que es la caridad divina, para cultivarle a su modo y a su alcance.

26. Vosotros debéis saber que la Obra Espiritualista es Trinitaria, porque encierra la esencia y la sabiduría de la enseñanza que Dios en los Tres Tiempos le ha confiado a la humanidad, y que vosotros sois los responsables de manifestar ante ella, la Obra Trinitaria dentro de esta fase del Espíritu Santo.

27. Esta Doctrina está sobre toda secta, por sobre toda religión, por sobre toda teoría o idea; su esencia, su vida misma, es universal y no se sujeta a reglamentos o a teorías, es amplia e infinita y todo aquél que la profesa y la sigue, debe manifestarla con esa amplitud.

28. El Maestro irá posando en el camino de cada uno de vosotros, las oportunidades y ocasiones en que debáis de hablar con suma claridad, con tacto, con perspicacia, para llegar con vuestra palabra inspirada por Él, a lo más profundo del corazón de vuestros hermanos.

29. Vosotros no sabéis, si cada corazón que vosotros así despertáis, despierte él a su vez a dos o más corazones, y no sabéis, si en ese corazón que habéis despertado, se encierre un guía que ha de levantarse guiando a un pueblo a la regeneración, a la libertad y a la espiritualidad.

30. Recordad: Cuando os encontréis ante el corazón de la humanidad, que ni el más empedernido criminal es perverso o malo en esencia, y que todos los seres y todas las criaturas que pueblan el Universo, tienen algo bueno y noble dentro de sí, porque todo proviene del mismo origen: El seno todo bondad y amor del Padre.

31. Y vosotros, que lleváis una causa sagrada, y a los que el Señor ha dignado nombrar guías de multitudes, ¡cuánto más noble no ha de ser vuestro corazón y más buena el alma que lleváis en vuestra ser!

32. Amor es una palabra cuya esencia es espiritual; el amor no toma formas materiales, sino que se manifiesta en sentimientos, en hechos, en palabras.

33. El amor, hermanos, es abnegación.

34. Cuando en una criatura hay amor, por ese amor todo se dispensa, todo se perdona, todo se sufre y se sacrifica, sea el amor de la mujer por el hombre o del hombre por la mujer, del amigo por el amigo, del hermano por el hermano, en ese amor se manifiesta, entre ellos, la dispensación, la caridad, el sacrificio; nada se percibe con fealdad, todo se embellece y todo se ennoblece.

35. ¡Cuán bellas formas de manifestarse tiene el amor!

36. El amor, hermanos, es divino, es espiritual.

37. Y el espíritu de luz, el espíritu iluminado, todo él es amor, conocimiento y sabiduría, y por ello, en el espíritu de luz todo es dispensación, sacrificio, renunciación y bondad.

38. Así son los espíritus de los seres que, como protectores y amigos, por orden de vuestro Padre, se acercan a vosotros para aconsejaros, para confortaros, para amaros.

39. Cuando la buena voluntad se aposenta entre vosotros, y os tratáis con cariño y afecto, aparece la sonrisa en vuestros labios, vuestras miradas son tiernas e ingenuas, vuestras palabras son sencillas y dulces, se dibuja en vuestro rostro alegría, y os dais la mano con amor, conversando el uno y el otro, y es porque ahí, en medio de vosotros, se encuentra un espíritu protector, un espíritu de luz; es entonces cuando sentís que os embarga un amor desinteresado, abnegado, capaz de entregar el bien a la humanidad, y hay en vosotros, por influencia del Mundo Espiritual de Luz, dispensación, caridad y sacrificio hacia vuestros hermanos.

40. Pero, ¡ah!, ¡cuánta tristeza hay en nosotros, vuestros protectores y custodios, cuando caéis presa de la envidia, la ambición, la avaricia y la materialidad! Entonces, comienza a trastocarse en vosotros tanta belleza espiritual, aquellos bellos sentimientos se convierten en odio y mala voluntad, ya no sentís la necesidad de vuestro hermano, vuestro corazón, de ser un cesto milagroso de donde brote el pan y la bendición, se transforma en un nido de víboras, huye de vuestro rostro la sonrisa y la sana alegría, y adaptáis el rictus del mal.

41. ¿Qué impide así el fluir límpido de vuestra Conciencia? ¿Qué sentimientos del mal brotan del corazón? ¿Qué os lleva a traicionaros a vosotros mismos?

42. Toda causa tiene su efecto, y todo efecto obedece a una causa, esta es la ley de la causa y efecto; por esta ley, cuando permitís que vuestra mente se ocupe con malos pensamientos, cuando dejáis que de vuestro corazón surjan los malos sentimientos, ¿qué podéis esperar de ello? Sino los frutos del mal.

43. ¿Creéis acaso que puedan surgir flores de las piedras, o dulzura de lo amargo?

44. ¿Qué buenas vibraciones, qué buenas palabras de amor, qué buenos sentimientos podrán brotar de un corazón corrompido?

45. Si creéis en el bien, entonces pensad en el bien, haced el bien, vivid el bien.

46. Desterrad el mal de vuestra mente y corazón, alejadlo de vuestra vida, contáis para ello, con las armas espirituales que el Señor, a través de Su enseñanza, os ha proporcionado.

47. En próximas albas, por voluntad del Padre, os entregaremos más amplias explicaciones acerca de cómo dar luz a seres en tinieblas.

48. Que la paz del Padre sea con mis hermanos.

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