Explicación 30

1. Fortaleceos, porque la palabra del Padre provocará entre vosotros revolución de ideas, provocará reacciones en vuestro entendimiento y en vuestro espíritu; mas después de todo ello, la luz esplenderá en cada uno de vosotros.

2. La palabra de Dios es como el torbellino que azota fuertemente los árboles, haciendo caer de sus ramas los malos frutos y las hojas secas, y ese viento barre con ellos y les arroja lejos, dejando los árboles y los campos limpios.

3. Así sois azotados vosotros en vuestro espíritu y en vuestra carne con la Palabra divina, y el Padre arrancará de vosotros, con sabiduría y amor, todo lo que sea imperfección, todo lo que sea error o ignorancia, y os dejará debidamente preparados para la lucha que os espera el mañana.

4. Esta Obra es juzgada por algunos como ciencia espírita, como ocultismo o como una teoría extravagante y exótica, una más de las que invaden la Tierra, porque han contemplado labriegos que van por los caminos, tomando el nombre de la Obra y practicando la impostura, los malos trabajos, las ciencias ocultas y el bajo espiritismo, materializando a los seres espirituales y explotando a las multitudes, especulando con ellas.

5. El corazón y el espíritu de la humanidad han tropezado ante todo esto, y al no ver límpidas y cristalinas las aguas, no han podido ver la Obra del Padre, ni encontrar la verdad ni el Libro abierto.

6. Son pocos los que han podido atravesar, con la luz y la intuición de su espíritu, tantas impurezas, para poder encontrar detrás de ellas la verdad del Padre.

7. En alba pasada, y con el debido respeto espiritual, tuvimos como tema la Trinidad de Dios; hoy os quiero ampliar esa explicación, con toda humildad y respeto.

8. La preparación que el Padre os entregó en el Primer Tiempo, no fue para que encontraseis el camino que conduce al espíritu al Más Allá, no; sino que esa preparación fue para que Su pueblo pudiera recibirle cuando Él se hiciera hombre.

9. En ese Primer Tiempo, Israel solamente sentía temor ante Jehová en vez de amarle, y el Padre no quería ser temido sino amado, y en Su sed de amor, se hizo hombre para habitar entre vosotros, para acercarse hasta vuestro corazón y así enseñaros el amor que debe existir entre unos y otros, para enseñaros la verdadera caridad, el perdón y todas las virtudes del espíritu.

10. La preparación que el Padre, a través de Jesús, os dio en el Segundo Tiempo, fue para poderle conocer en este Tercer Tiempo, en Su venida como Espíritu Santo.

11. La suprema Máxima del Padre en el Primer Tiempo fue: “Amarás a Dios de todo tu corazón y de todo tu espíritu con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo”, y la suprema Máxima de Cristo en el Segundo Tiempo fue: “Amaos los unos a los otros”, mas ya en ese Segundo Tiempo, el Divino Maestro habló de la venida del Espíritu Santo, el Consolador prometido, que habría de venir a revelar grandes enseñanzas.

12. La preparación que Cristo dio con Su ejemplo, con Su venida, con Su cruz y Su pasión, fue para que pudieseis después de un tiempo, conocerle como Espíritu Santo.

13. Y ahora, en este Tercer Tiempo, en el que el Espíritu Santo, que es el mismo Jehová y el mismo Cristo, viene en Su plenitud espiritual entre vosotros, os habla y os prepara para el camino y la senda que conduce al Más Allá.

14. Esa preparación se os da a través de la palabra que os habla de la Vida Eterna, y de la comunicación de espíritu a Espíritu.

15. La Ley del Primer Tiempo fue de justicia, para que ésta existiese en el mundo; la Doctrina que se os confió en el Segundo Tiempo fue la del amor, para que no solamente existiese justicia sino también amor en esta Tierra, que es un reino pasajero, una semejanza apenas de la Tierra Prometida en el Más Allá; y ahora, el Padre, manifestándose como Espíritu Santo, os invita a acercaros a la Fuente de la Gracia, a la verdadera Tierra Prometida, a vuestra patria espiritual, a través de la sabiduría que ha contenido Su palabra de todos los tiempos.

16. Así tenéis, hermanos míos, a un mismo Dios que os ha visitado, a un sólo Dios que ha venido a manifestarse entre vosotros en Tres Tiempos, bajo tres fases diferentes, como Justicia, Amor y Sabiduría.

17. Voy a dar ahora, una pequeña explicación sobre la marca y el bautismo.

18. En Cátedra pasada del Padre, escuchasteis y contemplasteis algo nuevo y diferente para muchos que estuvisteis presentes: El Divino Maestro, al ungir o entregar el bautismo a dos de Sus pequeños, no usó aguas materiales que fuesen simbólicas, sino que las ungió con Su palabra, explicando que el Segundo Tiempo, Juan bautizaba con agua a los pecadores que se acercaban a él, para simbolizar con ello que eran limpios de sus pecados, y poder recibir así al que próximo se encontraba a llegar, el Mesías prometido.

19. Juan enseñaba en las riberas del Jordán, que el Reino de los Cielos se encontraba muy cercano y que debían los hombres limpiarse para ser dignos de recibirle. Mas, ¿qué o quién era ese Reino? El Reino de los Cielos era Dios, Su verbo encarnado en Jesús, quien se acercaba para hablarles a los hombres de Su doctrina celestial.

20. Juan, el precursor, el profeta, preparaba a las multitudes, despertando a los hombres, y les bañaba en las aguas del Jordán, en una ceremonia que, siendo necesaria para esa época, era símbolo de purificación.

21. Mas Juan advertía a sus discípulos y a las muchedumbres que le escuchaban atentamente, diciéndoles: “Yo os bautizo con agua, símbolo de arrepentimiento, pero presto viene Uno que os bautizará con el fuego del Espíritu, y de quien yo no soy digno de atar la correa de Su sandalia”.

22. Pasadas las albas, estas mismas palabras repitió Jesús a Sus discípulos, diciéndoles: “Juan bautizaba con agua, mas de cierto os digo, que Yo os bautizo con el fuego del Espíritu Santo”.

23. Fuera del sentido figurado, ¿qué significa esto? La explicación es muy sencilla, y es ésta: Tanto las aguas como el fuego son figuras simbólicas; el sentido de la figura de las aguas era el de que éstas lavaban los pecados de los hombres, purificando su espíritu y corazón para poder recibir en ellos la palabra de Dios.

24. El fuego calcina, extingue, funde, y así el amor de Dios extingue todo lo malo, todo lo impuro, todo lo frágil, y funde en Su fuego de amor, el amor de Sus hijos; el fuego produce flamas, las flamas luz, y ésa es la Luz del Espíritu Santo con que Dios unge a todos los espíritus.

25. El bautismo de Juan era un símbolo que no ha sido comprendido debidamente, y el fuego del Espíritu Santo con el que Él unge y bautiza los espíritus, no ha sido comprendido tampoco.

26. No hay necesidad de ritos entre vosotros, y debéis comprender que en la Marca que vosotros recibís de manera todavía muy material, está la unción del Espíritu Santo, y al recibirla a través del pedestal, no señala el instante de vuestro bautismo y unción espirituales, puesto que ese instante sólo Dios lo sabe, ya que se dio en el momento de haber brotado vuestro espíritu del Seno del Padre.

27. En ese momento nuestro espíritu recibió su destino, sus dones, sus atributos; el instante de la marca en la materia es, simplemente, una confirmación.

28. Todos los espíritus poseen los dones, mas existen también misiones especiales y con la Marca, cada uno de vosotros reconoce tanto sus dones como sus misiones espirituales.

29. Los dones que todo espíritu posee son, entre otros: La paz, la luz, la fuerza perpetua, la curación; son dones que todos los espíritus tienen sin distinción alguna; no ha brotado del Seno divino ningún espíritu sin heredad, sin luz, que no lleve en sí la paz del Padre o que no lleve fuerza.

30. ¿Si cada espíritu es una chispa, una partícula del Padre, y siendo Él todo fuerza y amor, todo luz y paz, cómo podría una partícula de Él carecer de estos atributos?

31. Id al mar, y tomad de él una sola gota, analizadla con vuestra ciencia y encontraréis que contiene todo lo que el mar a su vez contiene; así, vuestro espíritu es a imagen y semejanza del Espíritu Divino.

32. La Marca, además de ser la confirmación de vuestros dones, os sirve para que conozcáis alguna misión especial que no hayáis logrado conocer por intuición o por revelación.

33. Misiones especiales han sido en este tiempo, por ejemplo, las que conocéis como la de Guía de multitudes, de Piedra Fundamental, de Pedestal, de Facultad curativa o consejera, de Columna, de Vidente, de Pluma de Oro; hay otras misiones especiales, pero enumero éstas por el momento, aunque por la Marca, sabréis cuál va a ser, dentro de la senda espiritual, vuestra misión.

34. En el instante de la confirmación de vuestra Marca, el Espíritu Santo os unge, os llena de su Espíritu y de su Luz, os envuelve en Su fuego de amor, exterminando todo pecado de vosotros; ya sabéis cómo Él os dice, que todo vuestro pasado os es perdonado en ese instante, y preparado queda vuestro camino en una nueva vida.

35. Al purificaros en ese instante, el fuego de su Espíritu Divino os deja preparados y ungidos para Su servicio, pues deposita en vosotros Su triángulo, la insignia del Trinitario, el sello y señal con que el Espíritu Santo viene señalando a Sus 144,000 en este tiempo, a esos mismos que le han seguido durante los Tres Tiempos.

36. En ese Triángulo habéis recibido vuestro bautismo; es ahí donde conocéis el nombre de vuestra tribu, es cuando reconocéis vuestro pasado, y donde Él os hace reconocer ante el pueblo como Sus soldados, Sus discípulos y Sus siervos; en una próxima alba, abundaré más sobre el significado simbólico del Triángulo divino.

37. Todos vosotros, los marcados, sin necesidad ya de las aguas simbólicas del bautismo, tomad la Marca material como la confirmación de vuestro bautismo espiritual, como la unción que el Espíritu Santo ha derramado sobre vosotros con Su fuego de amor y luz.

38. Todos los marcados han recibido ese bautismo, y cuántos que sin pasar por la Marca material, han sido ungidos por el Espíritu Santo con ese fuego de amor y luz en el Más Allá, y se encuentran diseminados por los diversos pueblos y naciones de este tiempo.

39. Una vez que 1950 haya trascurrido, vosotros, que estáis acostumbrados a ritos y ceremonias, y que solamente creéis que habéis recibido la confirmación de vuestros dones cuando habéis pasado por aquéllos, ¿qué vais a hacer con los hijos de vuestros hijos en ese tiempo, cuando ya la Divinidad no se materialice y no existan más los pedestales y no contempléis ningún ministro en el seno de vuestra congregación?

40. ¿Cómo vais a recibir esa unción del Espíritu Santo sobre el espíritu de vuestros hijos?

41. Ved ahí el por qué el Padre con Su palabra está causando revolución entre vosotros; por eso os despierta día a día, cátedra tras cátedra; mas no temáis, pues no habrá problema después de 1950, porque el Padre os prepara desde ahora para la comunicación de espíritu a Espíritu, os llama a la verdadera espiritualidad.

42. Cuando esta forma de comunicación ya no exista, y Su mundo espiritual de luz ya no se presente por el entendimiento del hombre, tomaréis a vuestros hijos, elevando vuestro espíritu a su Espíritu Santo, y teniendo a vuestro lado a los videntes y a los que se comuniquen de espíritu a Espíritu con el Padre, veréis cuánta grandeza, cuánta esencia y cuánta verdad hay en la promesa del Padre, porque los videntes, para quienes se reserva un tiempo de gran preparación y lucha, os darán testimonio de la presencia de su Espíritu Santo entre vosotros.

43. Sin necesidad de rito ni ceremonia alguna, sin óleo o aguas, elevaréis vuestro espíritu y esperaréis humildemente que la gracia del Espíritu Santo descienda entre vosotros.

44. El Espiritualismo es, hermanos míos, la suprema sencillez, la suprema simplicidad, lo espiritual no es, ni debe ser complicado; se complica cuando se materializa, como habéis hecho vosotros con la Obra de Dios en todos los tiempos, y la habéis complicado tanto, que la habéis hecho incomprensible para muchos.

45. Luchad por alcanzar la sencillez, la simplicidad espiritual, y llegará el instante en que no sean las manos del hombre las que unjan al espíritu, sino que será el Espíritu del Señor el que unja a Sus criaturas, en un acto de elevación suprema, en un acto de verdadera comunicación de espíritu a Espíritu.

46. Así como sucederá con el bautismo verdadero, así será el matrimonio, y veréis cuánto gozo habrá en vosotros, cuánta inspiración y palabra llegará a vuestras mentes, cuánta luz y mirajes llegarán a los ojos espirituales de los videntes, quienes han de dar testimonio de estas cosas a la humanidad, la que también habrá de llegar a dar estos pasos en la espiritualidad.

47. “Pueblo, despójate de tus antiguas costumbres.” “Pueblo, espiritualízate.” “Pueblo, avanza con paso lento, no con vertiginosa carrera.” ¡Cuánto os ha repetido vuestro Padre estas frases en todos los recintos!

48. Y os ha dicho: “Despojaos de todo cuanto os sea superfluo, de todo lo inútil, de todo lo innecesario para el espíritu, de toda práctica que sea indigna de vuestro espíritu”, porque no solamente adquiristeis costumbres en los caminos que atravesasteis antes de penetrar en la Obra del Señor, sino que aún en este camino habéis adoptado hábitos impropios, tradiciones que ha creado el pueblo, al traerlas de sus antiguas creencias.

49. Hoy, estáis en calma, vuestra tarea es pequeña, mas llegará el momento en que habréis de levantar vuestra planta, plenamente despierto el espíritu, lleno de amor, de ideales y de cumplimiento al Señor.

50. Sí, os habréis levantar el mañana por los caminos, llevando Su estandarte de paz, Su palabra de buena voluntad y Su espada de luz por comarcas y aldeas.

51. Y cuando esos tiempos de lucha sean llegados, os asombraréis de vosotros mismos al ver cuanta fuerza os impartió con Sus enseñanzas, y recordaréis estos tiempos en que simplemente erais Sus párvulos, tiempos en que humildemente os sentíais incapacitados para servirle y llevar a cabo una obra digna de Él.

52. Todavía tendréis que vivir sobre el haz de la Tierra, todavía os tendréis que alimentar con el pan de cada día, todavía tendréis que cumplir con vuestros deberes en este mundo; un tiempo sufriréis aún en esta Tierra por causa del mundo y de la carne.

53. Pero también, mucho habréis de gozar en este mundo, porque esta vida material todo os lo da para crisol del espíritu: Victorias y fracasos, cumbres y abismos, luz y tinieblas, risas y llantos; todo esto encierra esta vuestra vida para la evolución de vuestro espíritu.

54. Si habéis llorado mucho, mucho reiréis, si os habéis turbado, habrá de llegar a vosotros la paz, a similitud de los caminantes por los desiertos, los cuales de pronto encuentran en su paso un oasis donde descansar.

55. Después, penetraréis en la senda espiritual, y todo estará a favor de vuestro espíritu, contemplaréis que todo se inclina ante él, que todo se le ofrece para su adelanto, para su perfeccionamiento y para su elevación.

56. Muy pocos son los hombres que ansían la vida espiritual, es por eso que Dios ayuda con el dolor y las pruebas a vuestro espíritu, porque si esta vida material no se hubiera amargado como lo ha sido, vuestro espíritu no estaría atrapado entre la vida espiritual y la material, siempre en lucha consigo mismo, oscilando entre la atracción de la vida espiritual y las tentaciones de la vida material.

57. Mas ahora, gracias a la enseñanza del Padre, ¡con qué facilidad se despoja vuestro espíritu de las cosas de este mundo, de los más caros afectos, de las grandes posesiones materiales y de todo aquello que más sufrimientos y lágrimas os haya costado conquistar!

58. Es tan amarga esta vida, tan amargo el cáliz que apuráis en este mundo para alcanzarlo todo, que ya vuestro espíritu no echa raíces en esta Tierra, vuestro amor por el mundo cede lugar a la comprensión de las ideas divinas, rompiendo con la oración los lazos que atan a vuestro espíritu a la materia, y atándole con lazos eternos al Más Allá, debido al desenvolvimiento de sus ideales espirituales.

59. Vuestro espíritu siente ya el deseo de acercarse a su Creador, el anhelo de deshacerse de la pesada carne para extender las alas y remontarse a los espacios espirituales.

60. En vuestro espíritu se despierta el amor puro a la Divinidad, y va sintiendo el anhelo de pisar aquel mundo de perfección y de bellezas que no alcanza a imaginar, pero donde sabe que ha de encontrar a los grandes espíritus de luz que le esperan para seguirle conduciendo por la senda espiritual siempre adelante, siempre hacia arriba por la Escala de Jacob hasta llegar a la Escala de Perfección, donde continuará su evolución y adelanto.

61. La vida en este mundo todavía os ofrece ideales y placeres, todavía afrontáis empresas; bien está, hermanos míos, después de todo, sois seres humanos que cumpliréis vuestros deberes materiales hasta el final, mas la vida humana se amargará aún más, y muchos partiréis al Más Allá en plena amargura, pero otros no conoceréis tanta amargura humana, y cuando estéis en espíritu, daréis gracias al Señor por Su bondad.

62. Otros tendréis que atravesar todo ese tiempo, porque la etapa de gran amargura humana aunque no es larga es muy intensa, y no obstante aunque no es prolongada, la sentirán eterna los corazones, pero el Padre, en Su caridad, hará que pase pronto ese ¡ay!, que es el último toque de la justicia divina a la soberbia humana, al orgullo del hombre, a su ingratitud, a su falta de espiritualidad y de fraternidad, y a su falta de razón.

63. Con ese toque, el espíritu del hombre despertará, no sin antes pasar por un período en que se sentirá aletargado, aparentemente muerto, tanto para el espíritu como para la materia, con su razón quebrantada, su corazón insensible, sus sentidos muertos; mas pasado ese letargo, comenzará el despertar espiritual.

64. Así como los espíritus materializados penetran a las tumbas adheridos a sus cuerpos que se pudren, y horrorizados ante la podredumbre de su cuerpo comienzan a desmaterializarse, así la humanidad, horrorizada de sí misma, de su obra, de tanta muerte y exterminio, de tanta perversidad y ofensa a Dios y a sus Semejantes, se levantará huyendo de todo lo que ha hecho para purificarse en su Señor, buscándole en el Más Allá, para implorar Su perdón y alcanzar Su clemencia.

65. ¿Quiénes de vosotros viviréis esos tiempos? ¿Quiénes lograréis atravesar con fortaleza espiritual y corporal los tiempos del ¡ay! y del dolor?

66. ¿Quiénes resistirán las tempestades y hecatombes en este mundo?

67. Señalados estáis por la mano del Padre los que vais a atravesar esto, y en esos tiempos seréis firmes.

68. Los elementos desencadenados, la peste, la muerte, y los frutos de las guerras no os amedrentarán, las enfermedades más horrendas no os contagiarán; vosotros viviréis libres, inmunes, limpios, siempre y cuando tengáis caridad: Esa es la misión que os espera.

69. No habréis de estar siempre recibiendo en estos lugares enseñanza, no vais a estar siempre recreándoos como discípulos, sino ha de llegar el tiempo en que habréis de convertiros en los maestros abnegados, los buenos hermanos, los amigos humildes, aunque también habréis de ser víctimas de la ingratitud y de la incomprensión, de la ignorancia, del fanatismo y la persecución, recibiéndolo todo con el espíritu fortalecido y con gozo en el corazón.

70. Cada espina irá formando vuestra corona de dolor, de sacrificio y de méritos, corona que os hará dignos y semejantes al Dios que se hiciera hombre, no para venir como Rey sino como Siervo, presto a inmolarse en vuestras propias manos por amor a vosotros.

71. No llegaréis a la perfección en este mundo, pero sí haréis los grandes hechos en el nombre del Padre, y por las grandes obras y testimonios que deis entre la humanidad, los hombres se convertirán al Espiritualismo, se despojarán de sus pasadas costumbres, de las formas impropias con que han amado a la Divinidad, y se olvidarán de sus cultos imperfectos; se despojarán de sus falsas vestiduras para adoptar la vestidura del Espiritualista Trinitario Mariano.

72. Ellos os imitarán si vosotros imitáis a vuestro amado a Maestro.

73. La paz del Padre sea con vosotros.

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