Explicación 27

1. Esta nación tiene una misión muy delicada que cumplir entre las naciones de la Tierra, porque ha sido escogida por el Padre para hacer surgir de su seno, a Su pueblo bendito de Israel, Su pueblo fuerte que hará estremecer a los hombres una vez más.

2. Mirad, hermanos, cómo aquellas tierras que el Padre os confiara en los tiempos pasados, se bañan en estos momentos de sangre y de luto.

3. Palestina, la tierra de Canaán, la tierra prometida por la cual Moisés y las tribus de su pueblo hicieron prodigios y méritos en los desiertos, esa tierra donde se hiciera hombre nuestro amado Maestro, el Unigénito del Padre, la tierra donde Él levantara Su semilla, donde los apóstoles fueron testigos de Su sublime doctrina y de Sus enseñanzas, la tierra que contemplara la divina pasión del Redentor, hoy se enluta, se encuentra profanada.

4. En esa tierra tienden a desaparecer los últimos vestigios, hasta la última huella material del paso del Señor y de Sus enviados; así como el magnífico templo de Salomón desapareciera, sin quedar de él piedra sobre piedra, así desaparecerá el sepulcro que albergó tan brevemente el cuerpo del Maestro, sepulcro que ha sido objeto de guerras, de discordias, de ambiciones entre los pueblos.

5. ¿Creen los hombres, venerar y respetar así los lugares que ellos llaman santos?

6. Todos estos sitios desaparecerán de la faz de la Tierra, y los restos del pueblo Judío que mora en esa tierra, serán apartados de ahí, pues en vano creen ser los poseedores de ella, ya que no han entendido que la Tierra Prometida es una alegoría, una parábola, y que la tierra de Canaán iba a ser suya solamente en sentido figurado.

7. El verdadero Israel sois vosotros, y no sois judíos por la materia, porque sois Israelitas por el espíritu, sois del linaje de Abraham, de Isaac y Jacob; de ese tronco lleno de savia y fuerza espiritual brotaron vuestros espíritus.

8. El pueblo Israelita ha sido convocado por el Padre para reunirse en esta nación, nación que no es la tierra prometida, y que solamente servirá de albergue temporal para las doce tribus de Israel reencarnadas en el Tercer Tiempo, para que este pueblo cumpla su gran misión en esta tierra, para que aquí se congregue para recibir la presencia del Maestro, en cumplimiento de Su promesa de venir sobre la nube rodeado de Sus ángeles.

9. Una vez cumplida vuestra misión, dejaréis esta tierra y este planeta, dejaréis lo que poseéis e iréis, si os fuera posible, por caminos espirituales, y si así no fuera, por desiertos espirituales, siempre en pos de la verdadera tierra, la Tierra Prometida al espíritu, la patria que os espera eternamente: El Reino del Señor, el Seno del Padre.

10. Si son sagradas las misiones terrestres, los compromisos de este mundo y las responsabilidades o cargos que se contraen con la sociedad, con la familia o con vuestros gobiernos, comprended entonces lo sagrado y lo sublime de un cargo contraído con la Divinidad y la humanidad, de lo delicado de una responsabilidad ante vosotros mismos.

11. Vosotros tenéis un espíritu del cual no sois dueños, porque el dueño de él es vuestro Señor, y por lo tanto, no debéis de hacer vuestra voluntad con vuestro espíritu, sino tratar de agradar a vuestro Padre, estar en paz y conciliados, respetándoos y haciéndoos progresar vosotros mismos.

12. ¿Cómo se logra esto? Sirviendo a Dios y a la humanidad; Dios todo lo tiene, nada necesita de vosotros, pero vuestros Semejantes, en tiempo de dolor y pruebas, de vicisitudes, confusión y caos, sí necesitan de vosotros.

13. No se ha levantado sobre la faz de la Tierra ninguna religión con la suficiente pureza y fuerza para dar la mano salvadora a la humanidad; todas las religiones hablan del bien, y aunque todas son veredas que conducen al mismo fin, unas de una manera menos imperfecta que otras, en este tiempo de perversidad, de dudas y de caos universal, las sombras y las tinieblas han envuelto a todas esas religiones.

14. Y en medio del caos y de la confusión, se levanta, humilde, ignorada y pobre en lo material, la Obra Espiritualista Trinitaria Mariana, la Obra que tiene el profundo sentido del verdadero culto a la Divinidad y que os enseña el verdadero cumplimiento a la Ley de Dios.

15. Y aún sin contar con numerosos adeptos y a pesar de la imperfección de los Espiritualistas, surge la palabra del Señor, y en lo más profundo de esa palabra, brilla la esencia del Señor como luz purísima de verdad, que levanta a los espíritus dormidos, fortalece a la materia débil, vivifica a los muertos, regenera a los pecadores y que llena de ideales y anhelos a los muertos a la vida de la gracia.

16. No podéis apartaros de la enorme responsabilidad que habéis contraído, tiempo ha con el Padre; dentro o fuera de este lugar, de esta Doctrina, cumpliendo o no, no podéis apartaros de la responsabilidad, porque descansa en vosotros, en vuestra Conciencia y es parte de vuestro ser.

17. ¿Quién de vosotros puede apartar de sí mismo la voluntad del entendimiento o la memoria? ¿Qué espíritu puede renunciar a serlo? Nadie, nada de eso podéis apartar de vosotros; tampoco, entonces, podéis apartar el cargo, la misión, la responsabilidad porque es parte de vuestro ser.

18. ¿Creéis que podéis disminuir esa responsabilidad, hacerla menos grave o pesada? ¿Cómo creéis que os sea más fácil cumplirla, en el camino o fuera de él?

19. Desde luego que os parecerá menos pesada esa responsabilidad, si vais dentro del Camino, porque es aquí donde está el Cirineo que os ayudará a llevar el peso de vuestra cruz, que os dará luz y fortaleza.

20. Si permanecéis en el Camino, esa responsabilidad descansa en la Obra, en la congregación, en la unificación de pensamientos y trabajos, porque no estaréis solos con ese peso, con esa carga.

21. Mientras cada uno de vosotros, disperso vaya por su propio camino, con su propia voluntad, temiendo penetrar al camino del cumplimiento, la Conciencia como un severo juez os hará sentir el peso de vuestra responsabilidad, que no os dejará saborear ninguno de los momentos plácidos y buenos de vuestra vida.

22. Mirad cuánto descansa vuestro espíritu en los instantes de recogimiento y de emancipación de todo lo terrestre, de ejercicio y tranquilidad espiritual, donde os apartáis de lo pecaminoso y de lo superfluo, y todo esto lo lográis con vuestro cumplimiento.

23. En medio de vuestro cumplimiento vuestra vida os parecerá mejor, y ese gozo no sólo lo tendréis en esta vida sino también en la otra.

24. Después de analizar estas explicaciones, contemplaréis de una manera diferente el azul del cielo, las cosas de vuestro mundo y hasta la luz del mismo astro rey, y esto será porque habréis escalado, elevando vuestro espíritu a un plano superior, y desde ahí, debido a la tranquilidad que sentiréis de vuestra Conciencia en vosotros que os traerá el cumplimiento, vais a saborear verdaderamente la vida, apreciar lo bello y lo hermoso de todo cuanto el Padre ha puesto en el camino de todas Sus criaturas.

25. Sin ser poetas os habéis inspirado, y sin saber cantar, habéis cantado; así, sin saber amar habréis de amar al Padre, con ese amor sublime que no podréis jamás encontrar en los afectos humanos.

26. El Señor aparta de vosotros toda baja pasión que os pudiera ser perjudicial, tanto en vuestros sentimientos, como en vuestra moral, en vuestro espíritu o la misión que tenéis, y esto es porque vuestra propia Conciencia trabaja por la Ley, por la Obra bendita del Señor.

27. ¿Por qué os habéis decidido a servir al Padre? Existe una sola causa, una sola razón, un solo motivo y éste es el amor, y vuestra entrega a la Obra y la renunciación a las cosas materiales deben tener por base el amor a la Divinidad.

28. Si habéis llegado a esta Obra por que estáis cansados de la vida, decepcionados por los golpes del camino, y si pensáis entregaros a este servicio con la esperanza de recibir beneficios materiales del Señor, cuán equivocados estaréis y cuán poco habréis comprendido.

29. Si heridos del corazón os encontráis, porque no habéis encontrado lo que habéis buscado, y venís a reclinaros en el amoroso Corazón del Padre, esperando solamente vuestro consuelo, estáis equivocados.

30. No vengáis a esta Obra por encontrar aquí el consuelo para vosotros mismos, sino que debéis prepararos para entregar ese consuelo a los demás, despojándoos de todo egoísmo y de todo interés personal.

31. Hermanos, mirad, si alguno de vosotros, debido a su humildad material o a su negligencia en la vida terrestre, quiere encontrar aquí en la viña del Señor honores, representatividad, títulos, grandezas o halagos para satisfacer su propia vanidad, se ha equivocado, porque dentro del Camino y dentro de esta Obra, se debe ser el último, el más humilde.

32. Por el contrario, quien ha puesto el pie en este Camino de cumplimiento por amor, despojándose de todo interés por el futuro y aún de todo interés por su galardón en el Más Allá, y pensando únicamente en servir y agradar a su Señor, y en servir y entregarse a la humanidad sin esperar ningún pago, ése es el que ha acertado.

33. Todos decís amar al Padre y Su obra; todos tenéis ese átomo de amor suficiente para amarle, todos tenéis el átomo de sensibilidad suficiente para experimentar el dolor ajeno; con esto basta para principiar en la senda de desarrollo de vuestras facultades espirituales, porque mucho tiempo ha, habéis desarrollado en el camino humano vuestros atributos materiales.

34. La oración es la base y el principio fundamental del pueblo Espiritualista, porque de la buena oración parten todas las cosas necesarias para que os despojéis de la materialidad, esto siempre os lo ha enseñado el Divino Maestro y Su mundo espiritual después de Él.

35. Con la oración llegan la limpidez del corazón y de la mente, la buena concentración, la elevación del espíritu, y la comunicación con la Divinidad, necesaria para poder recibir la inspiración divina.

36. ¿Cómo debe ser la oración? Espiritual, espontánea, brotada de lo más profundo y verdadero de vuestra consciencia; cuando oráis, si no sentís en vuestro corazón una impresión y un latido de amor hacia la Divinidad, no le digáis que le adoráis y que le amáis, pues en ese momento es infiel vuestro corazón y mentiríais.

37. Cuando oréis, tan sólo concentraos en vosotros mismos, poniendo vuestro pensamiento en Él, y veréis cómo pasados unos cortos momentos, sentiréis como vuestra Conciencia trabaja, preparando vuestros sentidos y vuestros sentimientos, y oiréis que os dice: “¿Por qué estáis frío si estáis ante la mirada del Señor? ¿Porque permanecéis impasible, si lo habéis invocado?” Y estas reflexiones, harán que vuestro corazón despierte, se enternezca y se prepare, brotando de él un acto de contrición en el que diréis: “Perdona, Señor, mi frialdad, mas ahora siento que te amo verdaderamente, ahora siento que quiero entregarme a Ti. Soy pecador, perdóname.”

38. Ese es el acto de contrición sincero, basado en pensamiento, no en palabras pronunciadas por los labios, basado en inspiraciones verdaderas para el amor, el arrepentimiento y el temor de ofender a Dios.

39. Esa es la oración que llega al Padre, porque le habláis en el lenguaje del corazón, el idioma del espíritu, que es el que Él escucha con agrado, porque las palabras de los hombres, las palabras de los labios y de la mente, no llegan a Dios.

40. El lenguaje divino es el del amor, y donde no hay amor está la muerte, y donde está la muerte no está Dios; en cambio, donde lata un corazón con amor, con arrepentimiento, ahí está la vida, ahí están el fuego, la fe, la esperanza, y por tanto, está Su presencia.

41. Practicad entonces, hermanos, la oración espiritual en todos vuestros caminos, dentro y fuera de vuestros recintos.

42. La oración espiritual es la precursora de la comunicación de espíritu a Espíritu.

43. No tenéis porque entrar en trance espírita ni en estado cataléptico que son la inmovilidad e insensibilidad completas, esos estados no son dignos de una facultad Espiritualista, quien debe quedar inspirada, elevada y extasiada ante la fuerza del Mundo Espiritual de Luz, colmada por las ideas y pensamientos de las legiones del bien, saturada por la inteligencia, la voluntad y los sentimientos que le llegan del Más Allá.

44. El cuerpo, como es natural, queda entonces sujeto en todos sus sentidos a tan alta circunstancia, y todas las potencias de la mente y del corazón se concentran para trabajar con y por el espíritu.

45. No busquéis ni exijáis, como en tiempos ya pasados, la manifestación vulgar y materializada del mundo superior de luz, no nos pidáis una descarga mayor de nuestro fluido espiritual sobre vuestras partes intelectual y sentimental.

46. Ya no debe darse el penoso espectáculo de las facultades Espiritualistas estremecidas por el éxtasis material, porque los espíritus de alta elevación no tienen porque manifestarse de manera tan burda.

47. Sed obedientes y conformes con lo que sea la voluntad divina que derramemos en vosotros, a través de la inspiración y la intuición; ya no esperéis señales materiales exteriores, indignas de una facultad Espiritualista.

48. Con nuestro trabajo espiritual y nuestras explicaciones, nosotros, vuestros hermanos protectores, luchamos para que mane agua cristalina de la roca endurecida, que es vuestro entendimiento y vuestro corazón.

49. Que la paz, la unión y la buena voluntad reinen entre vosotros, es el deseo de este ser espiritual, sirviendo primeramente al Señor y después a mis hermanos.

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