Explicación 24

1. El que nuestro Dios haya venido a comunicarse a través del hombre en este Tercer Tiempo, es para Él un hecho natural, mas para el hombre es un hecho extraordinario.

2. La sola presencia del Rayo Divino, del Verbo manifestado por el entendimiento del hombre, bastaba para atraer a los hombres de todo el mundo en este tiempo; la sola presencia de Su palabra, sería suficiente para conmover los corazones más duros, para hacer estremecer a los espíritus más distanciados de la luz.

3. Pero este pueblo no lo comprendió, y juzgando que la presencia del Maestro y de Su palabra no tienen el poder ni el atractivo suficientes para acercar a las multitudes, creyó necesario levantar altares, encender lámparas, erigir imágenes y crear ritos y ceremonias, dándoles a la Obra forma de religión, y ya con todo esto, el pueblo invitó a los hombres a conocer la manifestación del Padre en este tiempo.

4. ¿Acaso el Padre vino a invitar a los hombres en el Tercer Tiempo a penetrar en una religión? ¿Necesitaba para Su venida en este Tiempo, llegar entre una organización como las que acostumbran crear los hombres?

5. El Maestro no trajo altares materiales, ni vino Su mano a encender lámparas ni antorchas de fuego material, no vino a pedir a los hombres sus ofrendas florales, ni tributos en forma de moneda, ni mucho menos el pago material a todos Sus prodigios y beneficios.

6. Vino el Señor en Espíritu, en Verbo, en Rayo de Luz, simplemente así a manifestar una vez más entre los hombres Su doctrina, Su ley, Su obra. ¿Por qué pensáis que sea necesario ocultar esta luz, adornando la presencia del Padre con casas materiales, si es Él la Belleza de bellezas, la Música divina, el Concierto espiritual, y es Él armonía y perfección, Dueño de todos los atributos y de todas las perfecciones que ha manifestado a través del entendimiento humano, aún siendo éste tan limitado?

7. ¡Qué poco valor le habéis dado a la presencia del Padre, y cuán poco se estima Su obra! Israel ha recurrido al fanatismo y a la idolatría, y al servirse de ellos, ha materializado al Mundo Espiritual de Luz, materializando también el bálsamo divino, mezclándolo con la ciencia egoísta de los hombres, para poder con eso atraer a los enfermos y dolientes.

8. No ha tenido Israel la fe y el valor en sí mismo, en la presencia del Padre y en sus propios dones, para llamar a los enfermos del espíritu y del cuerpo, para sanarlos con la palabra y las emanaciones del Mundo Espiritual de Luz.

9. Después de la partida del Maestro en 1950, si seguís adoleciendo del fanatismo y la idolatría, ¿con qué derecho podréis penetrar en las religiones y señalarles como defectos las mismas prácticas que entre vosotros lleváis?

10. Con las manos manchadas de metal y con el corazón contaminado por las monedas, ¿con qué derecho podría este pueblo corregir ese defecto que adolecen las religiones?

11. No debe haber discusiones en el seno de las congregaciones, acerca del hecho de suprimir todos los objetos y prácticas materiales con que se ha contaminado el culto de Israel, pues ya debería existir el criterio unánime para abolir lo innecesario, que son fanatismo e idolatría.

12. Israel: Que los hombres contemplen en vosotros, un respeto absoluto a la Divinidad, que vean en vosotros espiritualidad, energía, celo y amor; que contemplen en vosotros, si os escudriñan llegando aún a penetrar en vuestra intimidad, una vida virtuosa, sencilla y moral en lo humano, una vida honrada y recta en lo espiritual, y una práctica y un culto espiritual elevados.

13. Que os contemplen tratar a las multitudes siempre con amor, con energía sólo cuando fuese indispensable, sin confundirla jamás con la crueldad o con la injusticia, usando ese amor y esa energía bien entendida, para encauzar a los hombres al buen sendero.

14. Vosotros, los que habéis sido portavoces de la Divinidad, no seréis, después de 1950, glorificados en la Tierra, ni seréis ensalzados por las multitudes, ni habrán de consideraros los hombres como cosa sagrada.

15. Vosotros huiréis del fanatismo, huiréis de la idolatría, y así como el Maestro, cuando se comunicó por medio de vosotros, dijo que venía a comunicarse por materias pecadoras, así deberéis seguir diciendo al mundo, diciéndole que no sois justos, que habéis sido imperfectos, pero que habiendo sido escogidos por el Padre, os esforzáis por mejorar vuestra condición tanto espiritual como humana.

16. El pueblo Espiritualista debe ser aquél que sea siempre un juez hacia sí mismo, hacia sus propios trabajos, pues vosotros no debéis estar conformes con lo que habéis hecho.

17. Dad siempre más a aquél que más humilde se acerque a vosotros, y al más torpe e insignificante dadle vuestro mejor fruto; no reservéis las mejores palabras para aquéllos que lleguen con buenas vestiduras materiales, con mayor cultura o con representación en su persona, no.

18. Dadle a todos por igual, no distingáis a nadie, y entre labriego y labriego, teneos caridad y armonía los unos para con los otros.

19. Pensad hermanos, que entre los seres espirituales de luz que os protegemos, existe una armonía perfecta, una fraternidad verdadera, pues nos amamos con el mismo amor con que nuestro Padre nos ama, y respetamos la misión y los trabajos de los demás; no somos jueces los unos de los otros, antes bien, en espíritu nos ayudamos, nos facilitamos el trabajo, nos unimos en las grandes luchas y estamos siempre amándonos.

20. Si un enfermo se acercase a este humilde ser y me dijese: “Hermano, otro ser espiritual me ha dado tratamiento y no he sentido ningún alivio, vengo a que seas tú quien me trate”. ¿Sería propio que yo le dijese que aquel tratamiento no fue el correcto?, ¿sería justo que yo, ante aquel inocente, ante ese enfermo, pusiese en evidencia a un hermano espiritual y en duda el trabajo de otro labriego?

21. No, hermanos míos; mas cuántas veces hemos contemplado que, acercándose los enfermos a varios hermanos en busca de bálsamo, al no encontrarlo siguen buscándolo hasta encontrarlo en otro labriego, y éste, envanecido dice: “He aquí, que lo que no pudieron hacer los demás, lo que no lograron otros labriegos, lo hice yo.”

22. Esto es indigno que suceda en la hermandad de labriegos.

23. Cuando un ser espiritual se encuentre entregando el consejo, no se le interrogue ni se corte su palabra; cuántas veces se nos causa esta herida, cuando estamos sanando a un enfermo con la virtud de la palabra y se nos dice: “Lo que este hermano necesita es curación, no palabras”, cuando la curación se la estamos dando con la palabra, porque son enfermos que se encuentran sedientos de verdad y amor, y su enfermedad, más que tónicos materiales, lo que necesita es fortaleza moral y estímulo espiritual.

24. ¡Cuántos enfermos hay que no es una substancia material la que necesitan, sino la esencia vertida en ternura, caridad y amor! ¡Cuántos seres confundidos, seres turbados y obsesionados, solamente necesitan un rayo de luz para desalojar las malas influencias que les invaden!

25. ¿Por qué entonces, pedirnos que entreguemos lo que el enfermo no necesita?

26. Lo más importante en la curación espiritual, que habéis aprendido en esta Obra, es la buena palabra y el fluido espiritual, todo lo demás es secundario; los medicamentos materiales son secundarios, pues cualquier médico humano los puede recetar, ésa es su misión, el alivio del cuerpo; nosotros venimos con misión distinta, en pos del Maestro, a sanar primero el espíritu con nuestro fluido espiritual y con la palabra de verdad, siendo esto lo importante, ya que después sanará su cuerpo por añadidura.

27. ¿De qué le sirve al cuerpo estar lleno de falso saber, de vanidad, de materialismo, de riqueza material? ¿De qué le sirve tener grandeza material y el cuerpo aparentemente sano, si su espíritu se encuentra enfermo?

28. Dejadnos, entonces, que impartamos la caridad en este mundo; ved cuántos se acercan a nosotros con sus lacras, con su lepra, con sus grandes sufrimientos, y ved cómo, al escuchar nuestras palabras de verdad, mojan el polvo de la tierra con su llanto, siendo cada lágrima un torrente de dolor, un caudal inmenso de sufrimientos.

29. Dejad que los ojos de los hombres lloren, dejad que las fuentes del dolor de la humanidad se desborden por sus ojos, para que descanse su corazón, para que se limpie de tanto dolor, para que se libere de ese peso que le agobia.

30. Ved cómo se levantan llenos de gratitud esos corazones que se han desahogado con el Mundo Espiritual de Luz, el que tiene como máximo ideal la salvación y la felicidad de ellos; vedlos ir de plácemes por su camino, con la esperanza de nuevo en su faz, erguidos otra vez con optimismo y fe para enfrentarse a la lucha del mundo.

31. Seguiremos sanando por medio de la palabra, hasta que suene la hora en que el Padre en Su justicia inexorable nos diga: “El instante final ha sonado, y ya no volveréis a comunicaros por el entendimiento del hombre; quedaréis como ángeles guardianes y protectores de la humanidad, como guías invisibles de Israel, como ejércitos celestiales que veléis a la diestra de mi pueblo, protegiéndole en su lucha y aconsejándole de espíritu a espíritu, a través de la intuición, de la inspiración  y de la revelación”.

32. ¡Ay, de aquéllas facultades que, después de 1950, nos invoquen, porque jamás acudiremos, porque no hemos de ser nosotros quienes contradigamos las órdenes perfectas del Padre, no seremos nosotros quienes confundamos a las multitudes!

33. Si vuestro cerebro, cerrado para entonces por la mano del Padre, lo abrís, ¿sabéis a lo que os exponéis, labriegos de Israel?, ¿imagináis acaso quiénes serán los que se aprovechen de vuestra desobediencia?, ¿quiénes serán los que penetren a través de las puertas de vuestro entendimiento?

34. ¡Ah, hermanos labriegos! Meditad profundamente en lo que os advertimos, y formaos el propósito firme de obediencia y de espiritualidad.

35. Deberéis dejar buenos ejemplos en las nuevas generaciones, sois responsables de ellas, por eso doctrinadles y no dejéis que lleven fanatismo o idolatría, que ya no observen en vosotros lacras o desunión.

36. ¿Cómo les enseñaréis la verdadera espiritualidad? Practicando la oración espiritual en el seno de vuestro hogar, en los momentos de peligro, en los casos de gran aflicción para vosotros, en las pruebas; les enseñaréis la comunicación de espíritu a espíritu si la practicáis, dándole importancia a sus sueños, a su inspiración, dejándoles hablar de las cosas del Señor.

37. Leed en medio de los vuestros, los escritos de las Cátedras y mensajes del Mundo Espiritual de Luz, trayéndoles la palabra del Divino Maestro y acercándoles a todo lo espiritual, mas hacedlo con tacto, porque la niñez tiende a ser indiferente a las cosas espirituales por su corta edad, e igual sucede con la juventud debido a sus ilusiones y ambiciones humanas.

38. Usad el tacto para no cansarles o aburrirles, pero no por eso dejéis de vigilarles y conducirles, velando por ellos y encausándoles en el camino.

39. Pero recordad que así como vosotros sois responsables, pues mucho habéis oído al Señor, también esos pequeños que escuchan al Divino Maestro a través de vuestras palabras y de los escritos, tienen gran responsabilidad, y siendo ellos los espíritus de gran elevación, los grandes profetas, los grandes apóstoles, gran responsabilidad tienen, y no permitáis que se envanezcan o que se crean superiores.

40. Recordad, y así enseñadle a vuestros hijos, que para ser grandes en el espíritu tendrán que ser pequeños en la materia.

41. Sed humildes y mansos, pero llevad la humildad sincera, no fingida.

42. Todo esto y aún más, tendréis que enseñar a esas nuevas generaciones, porque ellos serán responsables de esta Obra y del Espiritualismo en los tiempos por venir.

43. La paz del Señor sea con vosotros.

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