Explicación 15
1. Vosotros que lleváis el nombre de Espiritualistas porque habéis recibido la manifestación en esta Era del Espíritu Santo, sois los mismos que antes, en el Primer Tiempo, recibisteis la Ley de Jehová, aquella Ley dividida en Diez Mandamientos y en diversos preceptos, los cuales fueron reconocidos y practicados entonces por vosotros, tiempo aquél que ahora conocéis como la Era Mosaica, aunque Moisés no fue quien dictó la Ley sino que esta viene del Padre; Moisés tan sólo la recibió y la transmitió, y por haber sido el enviado y representante del Padre en el Primer Tiempo, y por haberlo seguido, vosotros fuisteis los Mosaicos en ese tiempo.
2. Después vino el Mesías entre Su pueblo encarnando el Cristo, y os convirtió a Su doctrina, Doctrina que no borró la Ley del Padre dada a través de Moisés en el Primer Tiempo, sino que llegó Cristo a confirmar la Ley, a darle cumplimiento en cuanto hombre en Jesús, y a enseñaros cómo debíais practicarla, y a la vez, trayéndole al espíritu de la humanidad nuevas revelaciones, descifrando misterios, abriendo nuevos y más amplios horizontes espirituales, y entonces, pasasteis de ser Mosaicos a ser Cristianos, sin por ello desconocer la Ley del Padre entregada por conducto de Moisés; esa Era la conocéis como la Era Cristiana.
3. Y ahora que el Padre os ha hecho regresar una vez más a la Tierra en este tiempo de las revelaciones del Espíritu Santo, pasáis a ser, de los Cristianos que fuisteis, a los Espiritualistas que sois, sin desconocer por ello la Ley que el Padre os entregó por conducto de Moisés en el Primer Tiempo, ni la Doctrina que el Padre por conducto de Cristo os entregó en el Segundo Tiempo.
4. Por eso lleváis el nombre de Trinitarios, porque habéis sido los depositarios de las grandes revelaciones de Dios en los Tres Tiempos, bajo tres formas distintas, proviniendo todas ellas de un solo Dios.
5. El nombre de Espiritualistas os ha de distinguir de todos los que practican otras doctrinas, teorías y sectas, mas no sólo habréis de llevar el nombre, eso sería muy fácil, sino la práctica del verdadero Espiritualismo que proviene del Espíritu perfecto de Dios y que está sobre todo materialismo, por sobre toda carnalidad y por sobre toda tendencia humana.
6. Espiritualismo es la Doctrina del espíritu, que le eleva y le acerca a la Divinidad.
7. Espiritualismo es la Doctrina que le enseña al espíritu el culto perfecto hacia el Espíritu Santo de Dios.
8. Espiritualismo es la Doctrina que desmaterializa al espíritu y despoja a la carne de todo lo superfluo, lo innecesario e impuro.
9. Espiritualismo es la revelación más elevada que Dios le ha entregado al hombre.
10. Y a través de las Eras, Edades y Tiempos, el Padre os ha venido preparando, permitiendo que vuestro espíritu se acrisole, se forje, se fortalezca y crezca en el camino, a través de todo el cúmulo de pruebas y de sufrimientos.
11. Vuestro espíritu, por voluntad divina, ha caminado un largo sendero y en él ha encontrado grandeza humana pero también humillaciones, ha llegado a poseer grandes cosas y después se ha visto desnudo y mezquino.
12. Habéis sabido de dulzura y amargura, de luz y tiniebla, de amor y odio, de paz y guerra, de abundancia y escasez.
13. En vuestra vida humana, de todo habéis sabido.
14. En este tiempo los espíritus se encuentran preparados después de su larga jornada; su experiencia espiritual, su evolución y su capacidad son ya muy grandes.
15. Hoy, comprendéis mejor que antes.
16. Hoy, vuestro espíritu se encuentra mejor capacitado para comprender a Dios que en los tiempos pasados.
17. Habéis gozado el privilegio de tener en este tiempo, la manifestación del Espíritu Santo a través del entendimiento humano, y siendo tan grande, es tan sólo la preparación para la verdadera comunicación: La comunicación de espíritu a Espíritu.
18. A eso ha tendido la comunicación, es ésa la meta y la finalidad del Padre, porque ése será el triunfo y el galardón vuestro, porque a través de esa comunicación sentiréis el abrazo sublime de la Divinidad, escucharéis Su lenguaje y lo entenderéis, percibiréis claramente las emanaciones del Espíritu Divino.
19. Y no sólo con el Padre habréis de tener esta comunicación, sino con todos vuestros hermanos espirituales encarnados y desencarnados.
20. Podréis comunicaros entonces de un espíritu a otro, de un mundo a otro cuando esos tiempos lleguen.
21. Cuando la capacidad de los espíritus, discípulos del Padre en el planeta Tierra, hayan alcanzado la verdadera espiritualidad, las distancias habrán terminado, la muerte no existirá, el presente, el futuro y el pasado se fundirán, y todos los espíritus se reconocerán, todos se acercarán y podrán mirarse y abrazarse en el amor mismo del Padre.
22. Espiritualismo, es en fin, hermanos míos, esencia espiritual, y a vosotros os toca propagarlo.
23. Será el Espiritualismo contra el materialismo, porque en su nombre sublime que abarca un infinito, y que no ha sido cabalmente comprendido por este pueblo, se encierra toda una lección, toda una enseñanza.
24. Cuando desaparezcan los templos de cantera, las flores se hayan marchitado, enmudezcan las gargantas y se apaguen las lámparas de aceite, sabréis que ha comenzado el triunfo de la Obra verdadera del Padre, que siempre será Verdad y Ley.
25. El Espiritualismo no debe representarse con cosas materiales, porque siendo esencia divina, el materializarla de cualquier manera, constituye una profanación.
26. Las Cátedras que el Espíritu Divino ha impartido a través del entendimiento humano, debéis estudiarlas profundamente haciendo tres divisiones de ella: La primera, la parte que debéis practicar antes de la partida del Señor en 1950; la segunda, la que tenéis que practicar después de la partida del Señor, y la tercera, la que pertenece a tiempos futuros, que muchos de vosotros, que me escucháis en este año, 1948, no alcanzaréis a practicar en materia, en los cuales el Espíritu Santo se derramará entregando más elevadas revelaciones a través de la comunicación de espíritu a Espíritu.
27. Esta Obra os ha enseñado las cosas profundas de esta vida, y habéis comprendido que cada uno de vosotros tiene una delicada misión que cumplir en la Tierra, y habéis tomado vuestros deberes con más amor y con más afán.
28. Estáis viviendo de cerca la Obra del Tercer Tiempo que es grandiosa, otros la contemplarán tan sólo a través de la historia o de las noticias que a ellos llegarán, y verán la grandeza de este tiempo de gracia en que el Señor ha descendido a los hombres para enseñarles que Él ha venido como Espíritu Santo a reunir los Tres Testamentos, los tres libros que ha abierto delante de la humanidad, para formar con ellos uno solo.
29. Aprovechad las pruebas presentes para perfeccionar vuestro corazón; si encontráis ocasión de perdonar, perdonad, para que saboreéis cuán dulces el perdón y la reconciliación son; si encontráis en el camino la oportunidad de enseñar, enseñad, y veréis cuán hermoso es dar un poco de luz a quien no la tiene.
30. Dad caridad en la palabra, y cuantas veces tengáis ocasión de amar, amad; amad cuanto podáis y vuestros méritos serán muy grandes.
31. Así pondréis los cimientos de una obra, y para que ésta sea fuerte y hermosa, poned los cimientos verdaderos y fuertes en la consciencia, en el espíritu, los cimientos de amor en vuestro corazón.
32. Si, por el contrario, edificáis sobre cimientos de duda y de imperfección, vuestro corazón no tendrá valor en los tiempos de prueba para seguir edificando; os sería más fácil dejar derrumbar vuestra obra que el continuarla edificando sobre falsos cimientos.
33. Mirad qué es lo que estáis haciendo: Estáis colocando los cimientos de esta Obra en lo humano, porque los cimientos espirituales ésos los ha puesto el Padre; Él es el dueño de Su obra, es Él el Autor de tan magna Obra celestial, mas a vosotros os ha dado a hacer una parte.
34. El Señor ha querido que vosotros seáis colaboradores en esta gran Obra, y por eso os ha llamado de diversos caminos y os ha preparado, por largos años ha estado entre vosotros y Su enseñanza ha sido amplia, clara, sencilla y pura para que la pudieseis comprender.
35. Se acerca para todos una gran revolución espiritual, una gran contienda, una inmensa batalla espiritual, y en ella tenéis vosotros que desempeñar un papel altísimo, una misión muy digna y elevada como os lo ordena la Obra del Padre, como lo manda la Ley.
36. La mano del Señor se encuentra tocando el seno de todas las congregaciones espirituales y religiosas de la Tierra.
37. La justicia del Señor se hace sentir, porque Él se encuentra preparando ya las tierras; vosotros poseéis la semilla, la herramienta y el agua, más aún os hace falta el conocimiento completo para cultivar esas tierras, el valor para hacer frente a las vicisitudes y el temple necesario para no amedrentarse ante las tempestades, ante los fracasos y las persecuciones.
38. Si esta Doctrina no la predicáis con el ejemplo, entonces de nada servirá, porque aunque sus palabras encierren tanto fondo y digan tanto, sin vuestro testimonio y vuestros hechos esas palabras nada significarán.
39. ¿Por ventura, no es la Doctrina Cristiana dada a través por medio de los Evangelios, grandiosa?
40. Esa palabra, que nuestro amado Maestro habló en el Segundo Tiempo y que fuera escrita para la posteridad por cuatro de Sus discípulos, y que la humanidad todavía en este Tercer Tiempo lleva en la mano y en papiros, ¿no es grandiosa?
41. ¿No es sublime acaso la Obra Cristiana?
42. Sí, hermanos, y mucho; mas, ¿por qué entonces el mundo no le da la importancia que esa Palabra y esa Obra tienen?, ¿por qué parecieran no tener efecto en el corazón de los hombres?
43. Porque los que son hoy los encargados de llevarla, de enseñarla e introducirla en el corazón de los pueblos de la Tierra, no dan testimonio de ella con sus ejemplos, no la testifican con sus hechos, no predican con el ejemplo, y así, esa palabra en boca de ellos no tiene esencia, no tiene vida.
44. Si vosotros queréis que cuanto el Padre os ha enseñado y revelado lleve esencia y vida, que sane enfermos, levante muertos, regenere y convierta pecadores, entonces esa palabra deberá llevar la esencia y vida que el Padre ha puesto en vuestro espíritu, porque no ha venido Él ha escribir con Su mano esta palabra en papel o libros humanos, sino que la ha venido a esculpir en vuestra Conciencia, en la carne misma de vuestro corazón, y lo ha hecho con la sangre espiritual de Su cuerpo divino.
45. Los escritos papel son, y la esencia y la vida que contienen no están en la letra, sino en su cumplimiento.
46. Podrán el día de mañana desaparecer de vuestros ojos y del haz de la Tierra todos los libros, todas las escrituras que llamáis sagradas, pero ¿cómo podrá desaparecer esa palabra de vuestra Conciencia, de vuestro espíritu y de vuestro corazón?, ¿quién la podrá borrar?
47. Estando la palabra en vuestra Conciencia, la Ley en vuestro espíritu y la Doctrina en vuestro corazón, estarán escritas donde son eternamente indelebles, y de donde no podrán borrarse jamás.
48. Que todo cuanto digan vuestros labios y todo cuanto toquen vuestras manos, lleve esencia y vida; no permitáis que ni por un solo instante que la Obra del Padre se estanque o debilite en vuestro corazón.
49. La palabra que el Padre os ha entregado es inolvidable; pensad que Él se quedó para siempre en vuestro corazón, y de que la Obra que Él os ha legado, la poseéis por entero.
50. Los Tres Testamentos que el Señor os ha dejado y los dones que os entregó, son inmortales en vosotros.
51. ¿No es justo entonces, mis hermanos, que esa esencia y vida que Él depositó en vosotros, brote ya de lo más profundo de vuestro ser y se exteriorice, que salga a vuestra faz en todos los actos de vuestra vida?
52. Que vuestros hechos sean hechos de amor; id por la vida perdonando, enseñando, resistiendo con valor y elevación las pruebas que la voluntad de Dios os envíe, llevando con paciencia vuestra misión y el desempeño de vuestro cumplimiento.
53. Poned amor en vuestros actos, en vuestras oraciones, en vuestros hogares, en vuestros caminos, en vuestra vida.
54. Así iréis poniendo vuestra simiente, vuestro granito de arena en esta Obra divina; poned tan siquiera una partícula de comprensión, de buena voluntad y de paz en el seno de la humanidad.
55. La paz del Maestro quede con vosotros.