Enseñanza 360
1. Amados discípulos del Divino Maestro: Venís una vez más y os doy asiento en mi mesa. Yo contemplo que habéis aprendido a endulzar vuestros labios; aún en los días más amargos, sabéis sonreír con esperanza y con fe, en medio del trance del dolor y es que os habéis fortalecido en mi enseñanza.
2. Así quiero contemplaros, siempre llenos de paz, de fortaleza y de confianza; habéis llegado al tiempo en que de lleno me sentís dentro y fuera de vuestro ser, próximo a vosotros en cualquier instante. Ya no sois aquellos que decíais: “Padre, ¿por qué me olvidáis en la prueba, por qué no me escucháis?” Ahora sois los que sabéis orar en la prueba y después de orar sabéis esperar con conformidad la llegada de mi paz; sabéis con obediencia dejar que el Maestro os pruebe.
3. Ahora sí sois mis discípulos. Ya no ignoráis el valor de vuestros méritos y sabéis descubrir y juzgar vuestras faltas. Ahora lleváis vuestro espíritu iluminado con tanta claridad, que sabéis cuándo habéis agradado a vuestro Padre y cuándo le estáis ofendiendo. Tenéis instantes de frialdad, de decaimiento; pero pasados esos instantes, vuelve a arder la flama de amor, de fe en vuestro corazón, vuelve a iluminarse el altar de vuestro culto interior, y sentís en el interior de vuestro Santuario la presencia del Padre, de ese Padre que siempre está en vosotros, llevéis o no preparación.
4. No puedo abandonar a ninguno de mis hijos, porque sería negarle la vida. Yo os he traído la vida, no la muerte.
5. ¡Oh, discípulos! En el séptimo día, el hombre de este tiempo descansa, eleva un instante su espíritu al Padre en acción de gracias o en demanda de ayuda; pero no todos velan, no todos oran, mas por aquéllos que viven despiertos, por aquéllos que velan por la paz, por el bienestar de los hombres, Yo hago que el mundo alcance un jirón de mi manto de paz, una gota de mi bálsamo divino, mi ósculo de amor en donde está mi perdón y las oportunidades que a cada espíritu le brindo para su redención.
6. Es tiempo decisivo para los espíritus, es tiempo de contienda, en verdad. Todo es combate y lucha. Esa guerra está en el corazón de cada uno de los hombres, en el seno de los hogares, en la raíz de todas las instituciones, en todos los pueblos, en todas las razas. No solamente en el plano material se combate, también en el Valle espiritual.
Es la gran batalla contemplada en forma simbólica por los profetas de otros tiempos, y vista a través de mirajes por los profetas o videntes de este tiempo. Mas este combate que agita, que conmueve a todo, no es comprendido por la humanidad, aun siendo ella elemento y testigo de esa misma batalla. Es apresurado el paso de la humanidad en estos días, y ¿hacia dónde va?, ¿hacia dónde camina con tanta premura el hombre? ¿Acaso por esa senda vertiginosa va a hallar la felicidad, va a alcanzar la paz deseada, la grandeza que egoístamente anhela cada corazón?
7. Yo os digo, que lo que en verdad el hombre va a alcanzar con su paso presuroso, es la fatiga total. Hacia el hastío y el cansancio avanza el espíritu y el corazón de la humanidad, y ese abismo ha sido preparado por el mismo hombre.
8. En ese abismo caerá y en esa fatiga total, en ese caos de odios, de placeres, de ambiciones no satisfechas, de pecado y adulterio, de profanación a las leyes espirituales y humanas, encontrará una muerte aparente para el espíritu, una muerte pasajera para el corazón; pero de esa muerte, Yo haré que el hombre se levante a la vida.
Yo haré que tenga su resurrección y en esa nueva vida luche por el renacimiento de todos los ideales, por el resurgimiento de todos los principios y de todas las virtudes, que son atributos y patrimonio del espíritu, que son su principio, su alfa; porque de Mí el espíritu brotó, de Mí tomó vida, de mi perfección bebió, de mi gracia quedó saturado.
9. En este tiempo de la gran lucha espiritual, acompañad a los hombres con vuestra oración. Si los veis llorar, no unáis vuestro llanto a la causa que a ellos hace llorar, pero llorad por ellos, porque son vuestros hermanos y que vuestras lágrimas de amor sean bálsamo y consuelo.
Si los miráis intranquilos, no participéis de su intranquilidad, porque vosotros sois los hijos de la paz; pero velad por ellos y convertíos todos en ángeles de paz. Dejad caer como un rocío de vuestro espíritu, la paz, que es fruto del amor, sobre todo el Universo.
10. Si sabéis que ellos entablan discusiones y deliberan exponiendo razones que se oponen a otros análisis, vosotros estad sobre todo ello; penetrad en mi Obra, en mi palabra en ese instante y derramad sobre las razones que asistan a los hombres para sus luchas y sus guerras, la Luz del Espíritu Santo con vuestra oración, vuestro ejemplo y vuestra palabra. Si los veis caminar con las armas al hombro y después esgrimirlas sin misericordia contra su propio hermano, esgrimid también vosotros vuestras armas de amor, de caridad, de perdón, de Vida Eterna.
11. ¡Conquistad espíritus para el reino de paz! ¡Convertid pecadores a la vida de la gracia y de este modo mis servidores se estarán multiplicando y el reinado del pecado, la destrucción y la muerte, se irá diezmando por vuestra lucha!
12. ¡Bienaventurados los que enmedio de tanta tiniebla, encuentran todavía fuerza en su corazón para buscarme o conservan en él, un átomo de limpidez para convertirlo por un momento en Santuario y dejar que su Conciencia les hable de Mí, de ellos y de sus Semejantes!
13. Yo os he anunciado un tiempo en que el espíritu humano practicará un culto que nunca en tiempos pasados ha practicado, que elevará hacia su Padre el culto espiritual, que desde los primeros tiempos a través de mis lecciones perfectas, he venido enseñando al hombre.
Siempre he hecho grandes revelaciones, siempre he sido Maestro y también como Padre he sabido descorrer el velo de mis intimidades, de mis misterios, para hacer que las criaturas humanas me conozcan mejor y de ese modo pueda Yo ser amado con mayor perfección; pero al hombre le ha parecido tan maravillosa la existencia material, tan rico el tesoro que encierra este mundo, que siempre se ha olvidado de las enseñanzas que le hablan de la vida espiritual.
Sólo ha tenido ojos para mirar la excelsa Creación material, obra del Padre y espejo débil reflejo de la vida del Más Allá; y abriendo sus ojos, su mente, sus sentidos, para mirar, para tocar, para desear los bienes de este mundo, ha cerrado los ojos de su espíritu y ha olvidado que sobre todo esto hay otra existencia más maravillosa, hay otra vida aún más rica y otros caudales en verdad más grandes. Y en este amor, en ese apego del hombre por los bienes materiales, ha encontrado su propia materialización. Mas a pesar de ello, su espíritu no me ha olvidado, conserva la intuición de mi existencia y además, experimenta la necesidad de un alimento que no puede brindarle la Tierra, y me busca; pero me busca débilmente y no siempre por los mejores caminos.
14. Como el hombre se encuentra materializado, tiene que buscarme a través del culto material y como no lleva abiertos los ojos de su espíritu, tiene que forjar mi imagen para verme. Como no se ha sensibilizado espiritualmente, me exige siempre prodigios y pruebas materiales para poder creer en mi existencia y me pone condiciones para servirme, para amarme, y a cambio de lo que Yo le dé, él algo me da. Así contemplo todas las iglesias, todas las religiones, todas las sectas que los hombres han creado sobre el haz de la Tierra, envueltas están en el materialismo, en el fanatismo, la idolatría, la mistificación, el adulterio y las profanaciones.
15. ¿Qué tomo de ellos? La intención solamente. ¿Qué es lo que llega a Mí de todo ello? La necesidad espiritual o corporal de mis hijos, su átomo de amor, su necesidad de luz. Eso es lo que a Mí llega y Yo estoy con todos. No contemplo iglesias, ni formas, ni ritos. Yo vengo a todos mis hijos por igual. Yo recibo su espíritu en la oración. Lo acerco a mi regazo para estrecharlo, para que sienta mi calor y ese calor sea estímulo y aliciente en su camino de vicisitudes y pruebas; mas no porque Yo sepa recibir la buena intención de la humanidad, he de dejarla que eternamente permanezca en tinieblas, envuelta en su idolatría y su fanatismo.
16. Yo quiero que el hombre despierte, que el espíritu se eleve a mi Espíritu y en su elevación pueda contemplar el esplendor verdadero de su Padre, olvidando los falsos esplendores de las liturgias y de los ritos; quiero que al lograr su elevación verdadera se regenere, se emancipe de las miserias humanas y pueda ir dominando la materialidad, las pasiones, las vicisitudes; encontrándose a sí mismo para que nunca diga al Padre que él es el vil gusano de la tierra, para que sepa que Yo le creé a imagen y semejanza mía.
17. ¡He aquí el porqué de vuestra responsabilidad en este Tercer Tiempo, oh, pueblo de Israel!
18. Os he dicho que la humanidad es como una tierra que he venido fertilizando y en esa fecundación está el despertar de sus dones y potencias latentes.
Por intuición la humanidad está recibiendo mi mensaje, por medio de sueños espirituales y en diversas formas mi Mundo Espiritual despierta y prepara a los hombres. Los acontecimientos, los sucesos, hablan claramente al corazón y al espíritu y por todo ello, la humanidad ha alcanzado un átomo de preparación. Sabe que se encuentra en una encrucijada del camino; siente que ha penetrado en una Era de trascendencia y de plenitud espiritual; siente que la justicia divina se cierne inexorable sobre todas las criaturas; pero falta la palabra viva y la prueba positiva delante de sus ojos y esta prueba y esta palabra vosotros la tenéis, pueblo. A vosotros la he confiado; sois los portadores de esta revelación, que es una semilla de Amor divino que vais a sembrar en las tierras ya fecundas por mi sabiduría perfecta.
19. Seguid penetrando con mansedumbre en oración, para que Yo pueda seguir modelándoos, para que presto pueda dejaros convertidos en los siervos y en los apóstoles de esta Obra, que sabéis he denominado como Espiritualista Trinitaria Mariana, nombre que, en verdad os digo, deberá desaparecer cuando el mundo cumpla mis leyes. No habrá entonces necesidad de nombres ni de símbolos, porque todos íntimamente la llevaréis en vuestro ser como una piedra espiritual, que unida a las de todos los demás, formará el verdadero Templo, el verdadero Santuario, donde more vuestro Padre y Creador.
20. ¿Acaso toda la humanidad es Trinitaria? No, discípulos. No todos llevan en su espíritu el legado de los Tres Tiempos. Hay muchos que ni siquiera conservan el Testamento de los dos tiempos pasados y hay quienes ni siquiera el del Primer Tiempo; pero la semilla Trinitaria, mi Ley, Doctrina o Lección, como queráis llamarla, que en Tres Tiempos os he confiado, la llevaréis como siempre al corazón de todos los pueblos y de todos los hombres.
No vais a imponer mi enseñanza con anatemas, con amenazas ni con dolor. Solamente vais a exponerla, a presentarla limpia y pura como ella es. Vais a ofrecer esta fuente de sabiduría eterna y a dejar que lleguen los sedientos a beber de sus aguas cristalinas; de cierto os digo, que los que sientan haber calmado su sed, estarán ya entre vosotros. Los que beben y no hayan sabido mitigar su sed, esos negarán; pero vosotros me dejaréis esa causa, y habrá otros que se negarán a beber y vosotros esperaréis, porque la fuente es eterna.
Si aquéllos que reniegan hoy, no quieren tomar de estas aguas, mañana su sed será mayor, su sed los abrasará y entonces vendrán a la fuente y si no la encuentran próxima, la buscarán a través de desiertos y largos caminos, recordando que era fresca e incitante, hasta que la encuentren, porque si a Mí me fue negada el agua, Yo nunca os la negaré a vosotros.
21. La humanidad no es Espiritualista todavía, pero ya los espíritus despiertan y contemplan la sordera y la ceguedad de sus ídolos, y ya se dan cuenta de la inutilidad de falsos sacrificios y penitencias, y a muchos los encuentro hartos, fatigados y hastiados del fanatismo, ansían un manjar que en verdad sea dulce y grato al paladar espiritual, anhelan un vino que en verdad vivifique el espíritu.
22. Contemplo congregaciones, pequeñas sectas y grandes conglomerados de hombres, que buscan la espiritualidad, que penetran en el Santuario espiritual, en la morada de los espíritus. Los unos por caminos próximos al de la intención espiritual, que es la que llega a Mí, Yo la premiaré un día y el verdadero Espiritualismo, la Doctrina profunda, plena de enseñanzas y revelaciones, de consuelo y sustento espiritual del Espíritu Santo, llegará a ser revelada a todos, a los ansiosos, a los sedientos y a los fríos e indiferentes.
23. ¿Es Mariana toda la humanidad? En verdad os digo: No, muchos ni siquiera conocen a María. Contemplo una parte de la humanidad que ni su Nombre conoce. Otra gran parte, ha caído en gran fanatismo por Ella, en la más grande idolatría, en la profanación, en el lucro, y otra parte de la humanidad y de las religiones, que no la reconocen como Madre Espiritual de la humanidad.
24. A vosotros os he nombrado pueblo Mariano, porque vais a enseñar a la humanidad quién es María.
25. Yo os digo, ¡oh, pueblo! que María no es solamente la mujer que en el Segundo Tiempo concibió al Redentor.
Yo digo a todas esas partes de humanidad, que he mencionado, a todas las sectas y religiones, a todas las razas y a todos los seres, que María es: La Esencia Maternal Divina que siempre ha existido; es la Esencia Femenina Universal que podéis descubrir y contemplar en todas las obras de la Creación; es el Espíritu Maternal, es la Ternura, es la Intercesión y el Seno que amamanta. Desde los tiempos pasados os fue revelada la existencia de María y su advenimiento material, porque en verdad desde los primeros hasta los postreros, a todos he hablado como Padre, como Juez y como Maestro.
26. Desde el Primer Tiempo, los patriarcas y profetas comenzaron a hablar del Advenimiento, de la venida del Mesías. Mas el Mesías no vino solamente en Espíritu, vino a encarnarse, vino a hacerse hombre y a tomar carne de una mujer. La Esencia Maternal Divina tuvo que encarnarse también, hacerse mujer, como una Flor de pureza, para que de su corola brotase la fragancia, el perfume del Verbo de Dios que fue Jesús.
27. Cuando aquella mujer hubo llegado a su edad de doncella, fue desposada. El Padre le envió un ángel para anunciarle su misión. Mas, ¿cómo la encontró el ángel, cómo sorprendió a la Virgen desposada? Orando, y al encontrarla preparada, le dijo: “Salve, oh, María, que has hallado gracia delante de Dios. No temas, que tu Seno concebirá a Aquél que ha de reinar en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin”.
28. María sabía que iba a concebir a un Rey más poderoso y grande que todos los reyes de la Tierra, y ¿acaso por ello se coronó reina entre la humanidad?
29. ¿Sus labios acaso pregonaron por las plazas, por las calles, por los hogares humildes o en los palacios, que Ella iba a ser la Madre del Mesías, que el Unigénito del Padre iba a brotar de su Seno? No, en verdad, pueblo, la más grande humildad, mansedumbre y gracia hubo en Ella y la promesa se cumplió, su Corazón de Madre humana fue dichoso y desde antes de dar a luz, en el instante y después, a lo largo de la vida del hijo, fue Madre amantísima, que conocía espiritualmente el destino de Jesús, la misión que había de desempeñar entre los hombres y para qué había venido. Jamás se opuso a ese destino, porque Ella era parte de la misma obra.
30. Si a veces derramó su llanto, era llanto de Madre humana, era carne que sentía el dolor de su propia carne en el hijo. Mas, ¿fue discípula del Maestro, su Hijo? No, nada tenía María que aprender de Jesús. Ella estaba en el mismo Padre y había venido a encarnarse sólo para cumplir aquella hermosa y delicada misión; y ¿aquel Corazón de Madre se concretó a amar solamente a su Hijo amantísimo? No, en verdad. A través de aquel pequeño Corazón humano, se manifestó el Corazón Maternal en consuelo y en palabras sublimes, en consejos y en caridades, en prodigios y en luz, en verdad. Jamás la ostentación fue en Ella, jamás turbó la palabra del Maestro; pero así como fue a los pies del pesebre que le sirvió de cuna, así fue a los pies de la cruz donde expiró el Hijo, el Maestro, dando el último suspiro en cuanto hombre.
31. Así cumplió Ella su destino de Madre humana, dando un ejemplo sublime a todas las madres y a todos los hombres y para que Ella fuese tenida en cuenta por la humanidad, para que Ella fuese también amada y para que su ejemplo no se borrara del corazón de los hombres, el Maestro, sangrando en el madero, dedicó una de sus siete palabras a la Madre, diciéndole: “Madre, ¡he ahí a tu hijo!”; y diciendo al hijo, que en ese instante era Juan, el apóstol del Señor: “Hijo, ¡he ahí a tu Madre!”
32. Con esto quiso el Maestro dejar a Juan, representando a la humanidad y crear en el corazón de los hombres un Santuario de amor y de respeto para la Madre Universal.
33. ¿Acaso Juan, el apóstol, tomó aquella maternidad solamente para sí? No, en verdad, llegó entre los suyos, entre los compañeros de lucha y enseñanzas, entre los demás discípulos y les dijo: “El Maestro dijo esto antes de partir…”, y quedaron entonces los discípulos en torno a María, hasta que Ella hubo de elevarse al infinito.
34. El día de Pentecostés, aquella fiesta que el pueblo celebraba desde el Primer Tiempo, los discípulos se encontraban reunidos y en el seno de ellos estaba María. Y el Espíritu Santo, simbolizándose en una blanca paloma, se acercó y los bañó en su luz y los llenó de su gracia.
35. Los discípulos sintieron el más profundo respeto y amor por María; y si aquellos sembradores, aquellos doctores del espíritu sintieron esa veneración por la Madre del Redentor en cuanto hombre, ¿por qué no habían de sentirla las generaciones de los tiempos que les sucedieron? Yo os he dicho que María es eterna y si vosotros la buscáis, en verdad os digo, la encontraréis.
36. Cuando Juan, mi discípulo, se encontraba en su retiro solitario en la isla de Patmos, donde recibió las grandes revelaciones de los tiempos venideros, donde penetró espiritualmente en el Más Allá, contemplando los grandes misterios del Señor encerrados en símbolos, representados por figuras, allí también contempló la figura de María.
En esa gran revelación confiada por el Padre a Juan para los hombres de las Eras venideras, ahí él, después de una gran señal, contempló a una mujer vestida de sol y la luna debajo de sus pies y una corona formada sobre su sien por doce estrellas. Aquella mujer sentía dolores de parto y cuando aquel dolor era más intenso, vio Juan a la maldad en forma de dragón acechándola, esperando solamente el nacimiento del hijo para devorarlo.
Y el Maestro os dice, si esa revelación, dada por el Padre a Juan, hablaba de los tiempos venideros, Yo os digo, que él vio a María en el Tercer Tiempo, próxima a dar a luz al pueblo Mariano y a la maldad acechando al pueblo del Señor. Juan contempló también que en el instante del nacimiento se entablaba una gran batalla de ángeles contra el dragón que simbolizaba la maldad humana, una batalla que es la que ahora tenéis, porque el pueblo Mariano ha nacido, ya ha surgido sobre el haz de la Tierra y hoy se encuentra recibiendo su escudo y su espada de amor para penetrar en la gran batalla final.
37. Eso significa esta revelación, ¡oh, pueblo amado! Por eso os he dicho en este día: Los que conocen a María, no la conocen en su verdad. La miran solamente como mujer, la contemplan solamente como Madre humana y en torno a Ella han creado cultos, ritos, festines y fanatismos. Por esa adoración idolátrica se han olvidado del cumplimiento de las leyes del Señor, de la palabra del Maestro y de Amarse los unos a los otros.
38. No es así como el Padre quiere que el mundo conozca a María, ni es así como quiere que la amen. No es María solamente la mujer, ya os lo he dicho: María es la Esencia Maternal que existe en lo divino y que se manifiesta en todo lo creado.
39. Si la buscáis vosotros en la soledad de la noche, en el silencio que nada perturba, allí en el Cosmos, su imagen encontraréis; si la buscáis en la fragancia de las flores, también la encontraréis y si la buscáis en el corazón de vuestra madre, allí la tendréis. Si vosotros la queréis encontrar en la pureza de la doncella, allí la miraréis también, y así como en ella, en tantas y tantas obras, donde se refleja la imagen del eterno femenino que existe en Dios y está en toda la Creación.
40. Cuando vosotros levantéis vuestra envoltura por los caminos del cumplimiento, de la predicación de la enseñanza, tropezaréis con los duros corazones, con aquéllos que han puesto una puerta hermética para no dejar penetrar la esencia del amor de María ni su Nombre; para muchos, esa Esencia no existe.
¿Qué vais a hacer, oh, pueblo? ¿Vais por la fuerza a derribar aquel muro, aquella puerta para hacer penetrar la enseñanza Mariana en aquellos hombres y pueblos? No, os he dicho que solamente vais a exponer mi Obra, a presentar mi lección; pero hablaréis con tanto espíritu, con tanto corazón, con tanta verdad, que muchos de aquellos reacios se convertirán y dirán: “En verdad, la Esencia de la Madre Universal flota en el Universo, la Doctrina es clara y comprensible, es como una fuente de vida que invita a beber, pero que no forza a tomar de ella”.
41. En verdad os digo que si eso fuera, ha mucho tiempo que con mi poder hubiera atraído a todos los espíritus, para lavarlos en esas aguas, para hacerlos beber de ellas y para llevarlos al fin a que habéis sido destinados todos; pero es que no habréis de llegar a vuestro Padre solamente por Mí, sino también por vosotros. Por eso os he confiado espíritu, voluntad, inteligencia, potencias y sentidos; es por eso que os he revelado mi Ley y os he confiado el tiempo y dejado en un camino de evolución a vuestro espíritu, de progreso y redención del mismo; quiero que vuestro corazón y vuestra palabra sean como una fuente, como un manantial inagotable entre los hombres y que vuestra voz humildemente invite a beber de mi palabra en los que vosotros vais a derramar.
42. Si esa agua es cristalina, si es inmaculada como os la he confiado, en verdad os digo, allí los hombres encontrarán su salud y su salvación. Ellos harán brotar el grito de su garganta, confesando que en vosotros han encontrado mi verdad y esta es la responsabilidad de Israel en el Tercer Tiempo, este es el peso que descansa sobre el pueblo Espiritualista Trinitario Mariano.
43. Vuestro paso manso y humilde va a conmocionar religiones, va a conmover cimientos y principios. Vuestra palabra, que será siempre la mía, va a derrumbar falsos santuarios y de ellos no va a quedar ni piedra sobre piedra; va a derrumbar los ídolos, toda esa idolatría que en torno al culto a Dios se ha hecho, igual que sobre María y sobre su Nombre, hasta haber llegado a las más grandes exageraciones. Todo ello tendrá que desaparecer calcinado por el fuego de la palabra del Espíritu Santo, que Yo he puesto y seguiré poniendo en vosotros.
44. Después de que esta mi palabra, haya dejado de comunicarse a través de los portavoces, os encontraré congregados como mis discípulos del Segundo Tiempo en la fiesta de Pentecostés y vendrá en plenitud mi Espíritu Santo comunicado de Espíritu a espíritu con vosotros, precursores de esta Tercera Era, precursores de la comunicación perfecta, entre el Espíritu Santo y el espíritu de los hombres.
45. ¿Qué os revelará el Padre en ese instante? Lo que no os dije a través del entendimiento humano; pero ved que tenéis que penetrar en verdadera consagración y espiritualidad; ved que para alcanzar esa preparación tendréis que despojaros de todo rastro de fanatismo y de materialismo.
¿Cómo podréis alcanzar esa gran preparación? Con el estudio ahora, con el desarrollo después, mas tarde con vuestro verdadero amor; porque mi palabra no ha concluido, mi palabra no terminará en 1950. Mi comunicación continuará. Mas ya no a través de portavoces, no a través de esta forma de comunicación, porque vuestro éxtasis después de 1950, se perfeccionará más y más. Vuestra elevación espiritual será mayor y mi comunicación tan sólo será por medio del espíritu.
46. Los que han sido mis portavoces, tienen grandemente andado el camino. Los que mucho recibieron mi rayo continuarán en este desarrollo y seguirán entregando grandes inspiraciones o revelaciones. Los que pocas veces recibieron mi Rayo divino y fue menos mi palabra en ellos, después, según su preparación, será grande, muy grande mi inspiración sobre ellos. No detendrán su desarrollo, su paso en esta senda, porque lo que no alcanzaron en este tiempo de comunicación a través del entendimiento humano, lo pueden alcanzar de espíritu a Espíritu, y habrá gozo y gracia en su espíritu.
47. Mas no solamente me comunicaré con esplendor por los que fueron consagrados portavoces. Sobre las facultades vibrará mi Espíritu Divino con esplendor también, no será menos en ellas esa gracia; será igual para todos. Mi Mundo Espiritual también vibrará, su hilo fluídico, traducido en inspiración y en pensamiento, será sobre los discípulos del Señor, para que esos seres de luz, se sigan comunicando con los seres de este planeta, sobre los Guías, Piedras Fundamentales, Videntes y Plumas de Oro, sobre los marcados y no marcados, sobre los que hayan tenido el acto simbólico de la marca, como todos aquéllos que íntimamente sientan que forman parte de mi pueblo, sobre los primeros y los postreros, estarán las lenguas de fuego que derramará el Espíritu Santo, para que así vosotros podáis comunicaros con todos vuestros hermanos el mañana, el próximo mañana, esa alborada que ya se acerca entre vosotros y podáis llevar mi palabra, no sólo a los que hablan vuestra lengua, sino también a los que hablan las lenguas que hoy no conocéis.
48. ¿Cómo podréis comunicaros con ellos? Con vuestra buena voluntad, con vuestro esfuerzo, con vuestro ahínco y amor: Yo os ayudaré, os dice el Padre. Yo haré prodigios entre vosotros. Yo haré que de entre vosotros, que de vuestras congregaciones broten los precursores, los emisarios, los preparados por mi voluntad, poseyendo otras lenguas para llevar la Buena Nueva, el Tercer Mensaje de Dios a otros pueblos, a otros hombres, a otras razas.
De este modo la Torre de Babel que en lo material, ha sido destruida por la mano del hombre a través de los tiempos, en lo espiritual también irá siendo destruida y sobre ella se levantará la Torre del Espíritu Santo, la verdadera Iglesia, el verdadero culto y el Santuario en donde todas las manos se estrechen, en donde todas las lenguas se fundan, en donde todas las razas y las sangres se fundan en mi amor de Padre.
49. En esta alba de gracia, en que habéis recibido mi palabra en un gran número de recintos, pero formando un solo pueblo, os pido: Vigilia, caridad, oración por el mundo; apartad de vuestro corazón toda división o resentimiento y acercaos espiritualmente, para formar un pueblo fuerte en espíritu y que esa fuerza espiritual ayude a los hombres. ¿Por qué no habéis podido hacer todavía grandes prodigios con vuestro espíritu y con vuestro pensamiento? ¿Por qué el arma de la oración que Yo os he revelado, todavía no se ha manifestado con grandeza en estos tiempos?
50. Por vuestra falta de preparación, pueblo, por vuestra falta de unión habéis dejado que el ave de rapiña, que la tentación que siempre acecha, penetre en vosotros para dividiros y debilitaros: Astuto ardid de la tentación que nunca os ha dejado unir.
Estando siempre mi palabra de amor entre vosotros, todavía vuestro corazón se inclina a las malas inspiraciones, todavía os dejáis seducir por el espejismo y la falsedad de las luces; pero estad alerta pueblo: ¡Alerta oh, discípulos Espiritualistas Trinitarios Marianos, para que en estos tiempos de preparación para vosotros, en estos tiempos de prueba para la humanidad, que una vez más está bebiendo el cáliz de amargura, podáis vosotros dar pruebas de vuestra potestad, podáis esgrimir, no muchas armas sino una sola espada de luz y con ella romper los lazos de la tentación, romper cadenas de esclavitud, derribar muros, abrir puertas para dar libertad a los espíritus y hacerlos surgir a la luz del Tercer Tiempo!
51. Vos lo podéis hacer, pueblo, con el pensamiento, con la oración, pero que ella brote del verdadero amor que Yo os estoy inspirando. Uníos, reconoceos, perdonaos, amaos y entonces veréis prodigios en el Universo, y contemplaréis cómo esta humanidad que en veloz carrera camina hacia el abismo del que os hablo, muy pronto encontrará la caída y también el hasta aquí, que será el hastío, el cansancio, la fatiga del espíritu en el odio, en el materialismo, en la carnalidad y en los placeres, para que lleguéis con mano de hermano y la toquéis con amor y la despertéis para decirle:
52. “Mirad, ya no hay palacios de grandeza, los reyes dejaron su trono, los ricos avaros desaparecieron y las armas de guerra ya no arrojan muerte por su boca. Los capitanes y guerreros están derrotados. Levantad vuestra faz y contemplad en el horizonte la luz de un nuevo día, una nueva aurora que viene a iluminar una nueva vida”.
53. Voy a recibir a vuestro espíritu en su oración. Quiero hallar gracia en ella y por eso voy a manifestarme una vez más en el mundo, a derramar mi Espíritu en diversas formas entre la humanidad. Sin la mediación vuestra podría hacerlo; pero por ella voy a prodigar la caridad.
54. Así os dejo en esta alba de gracia, elevados con amor y caridad por vuestros hermanos, elevados espiritualmente, para que sintáis en vuestro ser mi bendición de Padre.