Enseñanza 351

1. Soy la Luz, el Amor, la Caridad y el Perdón. Venid a tomar de Mí lo que necesitéis, para vuestro beneficio y el de la humanidad.

2. Discípulos amados que congregados estáis alrededor del Maestro, venís a recibir mi sabiduría para orientar vuestra vida y cumplir la misión que os he encomendado.

3. Si Yo os dijera todo lo que existe en mi sabiduría, nunca lo comprenderíais y además, ¿qué méritos haríais para descubrir lo que en mi Arcano tengo reservado para vosotros? Es la elevación espiritual la que os hace dignos de recibir mi divina inspiración.

4. Habéis evolucionado y en este tiempo os he revelado lo que ya podéis comprender, mas no soy Yo el que pone un límite a vuestra comprensión, sois vosotros los que tenéis que elevaros más para poder recibir más de vuestro Maestro.

5. Lo que os he enseñado es suficiente para que comprendáis cuál es vuestra misión y cómo debéis edificar en vosotros mismos el Templo del que os he hablado, para que vosotros unifiquéis las ideas de la humanidad y sepáis unir esta enseñanza con la Doctrina de Cristo en el Segundo Tiempo y lo dicho por los profetas e iluminados en el Primer Tiempo.

6. Mi venida en este tiempo, no ha sido en la forma como muchos me esperaban y seréis vosotros los que haréis comprender a la humanidad mis enseñanzas en el Segundo y Tercer Tiempos.

7. Pueblo mío: El tiempo de finalizar mi comunicación en esta forma está próximo y vosotros aún tenéis que prepararos más.

8. En el mundo hay grandes tentaciones, mas a medida que vayáis comprendiendo mejor mi Obra, que vayáis ejerciendo el dominio sobre la materia, iréis acercándoos a la perfección.

9. Espiritualizaos para que vuestro espíritu alcance el grado de elevación que necesita, para continuar su marcha ascendente hacia la eterna perfección que es la meta donde debe llegar.

10. Recordad mis palabras del Segundo Tiempo: “Dad al César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”, y ahora os digo: “Dad a vuestra materia lo que a ella pertenece y a vuestro espíritu, la elevación y adelanto que a él le corresponde”.

11. Ahora mi Verbo, no ha venido a encarnar; desciende a vosotros sobre la nube, espiritualmente, para revelaros lo que no habéis podido comprender.

12. En el transcurso de los años se ha manifestado la tentación en vuestro camino, ella ha luchado afanosamente por alejaros del camino verdadero, confundiros y desorientaros, dejando en vuestro corazón la incertidumbre.

13. Por revelación e intuición he entregado mensajes a este mundo y he enviado hombres preparados, espíritus escogidos para hablar por su conducto a la humanidad, y cuando vuestro corazón se ha preparado, habéis dado albergue a mi Espíritu. Yo me he manifestado en vuestra vida en enseñanza, en misericordia y paz, mas no he contemplado si habéis creído o no en mi manifestación, porque mi afán de Maestro y de Padre es que podáis reconocer la voz de quien hablándoos está a través de la Conciencia, en vuestra paz y elevación.

14. No he venido a salvar vuestra materia, sino a vuestro espíritu. Por ello os he hablado con amor para que os elevéis y seáis a imitación de los patriarcas del Primer Tiempo, de los apóstoles del Segundo Tiempo y para que seáis mis discípulos del Tercer Tiempo.

15. En cada etapa de evolución vuestro espíritu ha permanecido materializado y por esa causa os habéis alejado de mi amor, os confundisteis y habéis dado distinta interpretación a mi palabra.

16. Os estáis acercando al final del tiempo en que escuchéis por última vez mi Verbo Divino transmitido por el entendimiento humano, mas siento dolor en mi Corazón, porque vosotros manifestáis incomprensión y familiaridad con mi palabra, escasa elevación espiritual, ¿y acaso por vuestra falta de preparación Yo seguiré comunicándome por el cerebro humano? No, pueblo amado, porque habéis escuchado que soy la Perfección y mi voluntad es única. ¿Acaso podría el Padre ser variable en su voluntad al igual que el ser humano? No sería perfecto, no podía haber sido vuestro Creador ni vuestro Dios. Antes dejaría de alumbrar el astro rey que mi palabra y mi voluntad no fueran cumplidas.

17. Desde el Primer Tiempo los profetas anunciaron esta etapa de gracia y en este tiempo, vengo a preparar a vuestro espíritu con la Luz de mi Espíritu Santo, para que os elevéis cada día más.

18. Contemplaréis que aquéllos que nunca escucharon mi palabra a través del portavoz ni estuvieron ante la manifestación de mi Rayo universal, se levantarán para que Yo prepare su corazón y ellos recibirán mi mensaje divino y mis órdenes por intuición. Ellos me amarán a imitación de los apóstoles del Segundo Tiempo. En ellos se cumplirá mi palabra: Los postreros serán primeros.

19. Cumplid vuestra misión, tribus de Israel, reconoced vuestra responsabilidad ante la humanidad, recordad que sois portadores de mi Ley, que sois emisarios de la Doctrina Espiritualista que os he confiado.

20. Israel, unidos y afanosos, levantaos cual un solo corazón, con una sola voluntad acatando mi Ley y mi voluntad divina. Bien sabéis que soy vuestra salvación.

21. He grabado mi enseñanza en vuestro corazón y mi efluvio divino ha sido en vuestro espíritu como savia que os fortalece y os vivifica, para que os levantéis al cumplimiento de vuestra misión, para que seáis ante la humanidad como los hermanos mayores, que sepáis conducirla en mi camino, con obediencia y mansedumbre. Vosotros seréis los maestros del mañana.

22. Postreros: No veáis a mi pueblo como un desconocido, porque en este tiempo he enviado a estos espíritus a reencarnar para que por ellos alcance mi caridad la humanidad.

23. Cuánta confusión existe en el mundo, cuánto engaño, porque el cerebro humano en lugar de ajustarse a mi Ley, ha caído en materialismo, paganismo e idolatría y han osado los hombres impreparados nombrarse representantes de mi Divinidad, portavoces de mi voz divina, de mi amor y de mi luz. Yo les encuentro alimentando el egoísmo, la tiniebla, el fanatismo, la falsedad y la división. Mas soy la Perfección que viene a mostraros el camino de la espiritualidad y del amor para que seáis perdonados.

24. El materialismo y la idolatría imperan en el mundo, por ello la humanidad ha caído en tentación.

25. ¿De quién se servirá el Maestro para hablar a la humanidad de mi verdad? De mi pueblo escogido de Israel.

26. Reuníos espiritualmente en torno al Maestro. Sois mis discípulos a quienes he venido a entregaros mi enseñanza cual libro abierto, dándoos en ella la claridad de la Luz del Espíritu Santo, para que comprendiendo mi palabra la practiquéis y la llevéis grabada con letras imborrables en vuestro corazón. Sois los hijos de la luz que debéis dar buen ejemplo a la humanidad, mostrándole en vuestras obras la espiritualidad, el amor y la fe.

27. He venido espiritualmente entre vosotros en este Tercer Tiempo, a entregaros mi palabra a través del entendimiento humano. Esta enseñanza es como un rayo de luz que ha llegado para despertar a vuestro espíritu y hacerle comprender que ésta es la voz de su Dios, la voz del Padre que llama a su hijo, la voz del Maestro que cual Verbo se derrama en enseñanzas, en ejemplos, en máximas sublimes, para que vuestro espíritu se contemple revestido con las virtudes de mi Espíritu Divino.

28. Pueblo amado: Yo quiero que me imitéis, quiero que seáis a mi propia imagen y semejanza, por eso he venido entre vosotros a comunicarme a través del entendimiento de mis portavoces. Estos son los que he entresacado, preparado y purificado, para que recibieseis mi palabra a través de sus dones espirituales. Fueron las rocas endurecidas de las cuales he hecho brotar las aguas cristalinas y puras para vuestro espíritu.

29. He venido en este tiempo para hacer contemplar mi luz a los ciegos y mostrarles la luz de un nuevo día. He venido entre vosotros a daros testimonio de mi presencia, a entregaros mi amor y mi verdad para que la duda no sea entre vosotros. Quiero que al escuchar mi palabra, reconozcáis su esencia y os levantéis llenos de fe y de amor hacia Mí.

30. Quiero que me hagáis presente el arrepentimiento más profundo de haberos manchado y alejado de vuestro Padre; que seáis sensibles ante lo espiritual y que en vuestro corazón sea el Santuario que me preparéis para que llevéis mi amor, mi paz, mi luz, la Vida Eterna.

31. Preparaos, mis hijos para que vuestro espíritu sea libre de toda materialidad, para que apartéis la venda de oscuridad de vuestros ojos y me contempléis en todo mi esplendor. La materialidad del mundo os ha impedido sentir de lleno mi presencia y apreciar mi sabiduría derramada en vuestro propio corazón.

32. Cuán perfecta y pura es la enseñanza que he venido a entregar a vuestro espíritu, para que os hagáis dignos de mis complacencias espirituales y seáis los herederos de este tesoro con el cual os levantaréis el mañana, inspirados por mi Espíritu Divino, a entregar la caridad a la humanidad sufriente y menesterosa. De esta manera se cumplirán en vosotros las profecías. Yo mostraré por vuestro conducto a la humanidad el puerto de salvación, la barquilla salvadora. Porque en verdad os digo, que los pueblos y naciones, las grandes multitudes que moran en la Tierra se han perdido, han muerto a la vida de la gracia.

33. Ved que vosotros no sois ya los muertos, porque Yo os he dado la vida, porque todo aquél que viene a Mí, resucitará. Dejad que esta vida y esta fuerza os haga estar en comunión Conmigo, no cerréis vuestros ojos ante esta luz, ante esta grandeza. Ved, mis hijos, cuán grande es mi misericordia.

34. Sois el pueblo en quien he depositado mi confianza, porque daréis la esperanza y el consuelo a la humanidad y seréis la antorcha luminosa que aparte sus tinieblas.

Los hombres en su desesperación se buscan, unos a través de la ciencia y otros en su idolatría. Cuando vosotros veáis que las mujeres, los niños, los jóvenes y los ancianos lloran y me llaman, porque no sienten la presencia del Padre, de aquel Salvador que ha prometido volver para entregarles la paz, el consuelo y la caridad; cuando veáis que esta humanidad se lava y se purifica en su propio dolor, será entonces cuando debéis estar preparados, en armonía Conmigo, velando y orando por esta humanidad, para que por vuestro conducto me escuche y sea iluminada con la Luz de mi Espíritu Santo.

35. Yo haré que los corazones más endurecidos sientan el toque de mi amor, para que no sigan siendo los pedruscos que causen dolor a la humanidad.

36. Este es el tiempo en que debéis encontraros preparados caminando con paso certero en el cumplimiento de vuestra misión.

37. Hoy he venido con mi palabra a libertaros espiritualmente, a quitaros el fardo que llevasteis, a quitaros las cadenas que os ataron a este mundo y que no dejaban elevar a vuestro espíritu hacia el Mío.

38. Sois el pueblo en el cual quiero contemplar la espiritualidad de los justos.

39. Llevad con amor, humildad y mansedumbre vuestra cruz, que Yo seré vuestro Cirineo. Dad un buen ejemplo a la humanidad y sed el espejo limpio en donde contemple su faz; sed caritativos y compartid vuestra fortaleza con vuestros hermanos. Quiero que con la sonrisa manifestéis al mundo el amor que os he entregado, porque no os dejaré solos ante la inclemencia de los elementos. En este tiempo de grandes peligros, en los que la tentación y las grandes pruebas saldrán a vuestro paso, me sentiréis muy cerca, porque Yo estaré en vosotros mismos, para que no llevéis el temor que el mundo siente ante la manifestación de mi divina justicia.

40. No faltéis a la Ley, ni os apartéis de mi amor, no os contaminéis con la maldad del mundo. Llevad sólo el temor de apartaros de vuestro Padre, porque ese temor es el principio de la sabiduría, por la cual alcanzaréis la suprema felicidad.

41. El que permanezca preparado y sepa velar por la Obra que en sus manos he confiado, recibirá constantemente de mi Arcano la caridad del Reino de los Cielos, mi bendición, y será el que dé testimonio fiel y verdadero ante la humanidad.

42. Os he confiado armas de luz, armas poderosas para que os defendáis de las asechanzas que encontraréis a vuestro paso. La tentación está presta a cada instante como ave de rapiña para despojar a vuestro espíritu de la gracia y de los dones que os he confiado; para apartar de vosotros la buena simiente y dejaros la paja; como lobo hambriento para devoraros. Mas vosotros vivid en la verdad que os he dado, para que seáis los buenos discípulos que muestren con el ejemplo este camino a la humanidad.

43. Cuando no habéis velado ni orado, ha llegado a vosotros la tentación como torbellino, derribado vuestro Santuario y apagando la luz de vuestra antorcha, arrebatándoos la enseñanza; entonces os habéis sentido despojados de mi caridad, menesterosos, y como un reo ante mi presencia, habéis llorado y habéis penetrado en arrepentimiento; volvéis a clamar a vuestro Padre la misericordia y entonces vuelvo a depositar en vuestras manos el libro de la luz, limpio vuestra mente, preparo vuestro corazón, os entrego nueva vestidura y os digo: “Levantaos, velad y orad para que no caigáis en tentación”.

44. Unificaos, pueblo amado, para que Yo me recree con la obediencia y el cumplimiento de mis hijos.

45. Quiero que seáis como un solo discípulo que llevéis al mundo una misma enseñanza.

46. Luchad, mi pueblo, con la espada de luz que en mi palabra os he confiado, con la oración, para que venzáis la tentación; luchad con el fuego de mi amor para que exterminéis la cizaña y con la Luz del Espíritu Santo, para que apartéis las tinieblas de los confundidos, de los ignorantes, de los idólatras, de los perversos, y para que guiéis a los inocentes que me han buscado en los santuarios materiales.

47. Vosotros, los que estáis al frente de estos recintos humildes, daréis la bienvenida a estas multitudes y con la sencillez de mi palabra les hablaréis de mi amor, les diréis que Yo he venido en busca de los pecadores no para sentenciarlos sino para que me conozcan, para enjugar su llanto, para apartar de su espíritu las tinieblas, para sanar la ceguedad de sus ojos y hacerles sentir y contemplar mi presencia. De esta manera vosotros daréis en mi Nombre la vida a los muertos. Vosotros, pueblo escogido, seréis como una estrella luminosa ante la humanidad.

48. Habéis grabado mi palabra en vuestro corazón y de ese libro bendito, cuando estéis preparados, mi Espíritu Divino entregará a vuestros hermanos. Yo multiplicaré este pan, para que los espíritus estén alimentados y fortalecidos.

49. El cumplimiento de vuestra misión lo llevaréis no tan sólo en el tiempo en que moréis en la Tierra, porque en ella vosotros principiaréis sólo a dar los primeros pasos. Haréis que las grandes multitudes salgan de la idolatría y dejen sus armas bélicas, para que puedan recibir en sus corazones el mensaje de mi paz. Mas vuestro espíritu seguirá luchando y trabajando incansablemente aún después de haber dejado su envoltura material, hasta que contempléis que los hombres llevan paz y buena voluntad, que llevan la Luz del Espíritu Santo, que buscan la elevación y penetran en la espiritualidad. Vosotros lucharéis de generación en generación y de esta manera escalaréis la montaña, hasta llegar a su cúspide en donde vosotros os recrearéis con el fruto de vuestras obras.

50. Después de 1950, cuando ya no me escuchéis en esta forma, no os desorientéis, ni digáis: “¿Hacia dónde caminaré? ¿Qué misión tengo que desempeñar en este camino? ¿Cuál es Señor, vuestra voluntad?” En verdad os digo, que recibiréis mi inspiración, vuestro espíritu me escuchará y sentiréis que Yo os tomo de la mano y os muestro el camino que debéis seguir para buscar a vuestros hermanos. Yo haré que vuestros ojos contemplen y que vuestros oídos escuchen a los que me buscan, a los que me llaman y sabréis que los que me buscan, os buscarán a vosotros. Entonces os llenaré de inspiración y entregaré la luz a esas multitudes por vuestro conducto.

51. La humanidad se ha purificado y más se purificará en su dolor para que los espíritus despierten y vean que sus frutos llevan amargura y muerte; ellos buscarán a su redentor y encontrarán el camino que han extraviado, mas este Mensaje de luz, de amor, Yo lo daré al mundo a través de mis escogidos.

52. Vivís un tiempo de gracia, un nuevo día en que la Luz divina ilumina el sendero de todos los hombres. Yo, el Maestro, os recibo, os hago descansar en mi regazo y os bendigo, y así como acaricio a este pueblo, derramo bendiciones y beneficios en el Universo.

53. Vos, discípulo mío, os habéis preparado para oír mi lección de este tiempo, habéis venido a Mí con la fe y la esperanza, como habéis llegado en los tiempos pasados, cuando me he acercado a vosotros.

54. El camino que os señalo siempre es el de la Ley. Una senda estrecha, precisa, para que os sintáis seguros, al transitar en ella. El cumplimiento de esa Ley, es el precio de vuestra salvación. ¿Queréis salvaros y llegar al final de esa senda para poseer los dones y potestad de los justos? En vosotros tenéis todo lo necesario para alcanzar la meta, Yo os he dotado de virtudes para que llevéis a cabo vuestro ideal.

55. Si sentís que la lucha para alcanzar el triunfo de vuestro espíritu es ardua, usad la fortaleza que poseéis; si las vicisitudes de este mundo os lastiman, revestíos de paciencia; si la incomprensión humana os hace padecer, elevad vuestro espíritu y aquí, en mi compañía, acallad vuestras quejas y tornad a vuestro mundo en paz, sin quebrantos ni rencores, sino amando y perdonando, como buenos discípulos.

56. Derramad a vuestro paso esta enseñanza que os he traído, para que el mundo se alimente de ella, porque el hambre y la sed que sufren son agobiantes.

57. No desaprovechéis el momento en que vuestros hermanos os presenten su necesidad; llevad el consuelo al espíritu, para aliviar su pena, porque es más penosa y apremiante su escasez y su enfermedad espiritual, que la que experimenta su cuerpo.

58. Vuestra palabra de discípulo tendrá la virtud de apartar la bruma, la tristeza que envuelve el corazón de vuestros hermanos.

59. Os he llamado para colmar ese bendito anhelo que me presentáis de perfeccionar vuestro espíritu, de ir más allá del conocimiento humano para penetrar en el Arcano divino. Y Yo que estoy atento a vuestras peticiones y que anhelo vuestro adelanto, he desbordado mi palabra, para que os sintáis dichosos.

60. Cuando pase este tiempo y sólo quede en vosotros el recuerdo de esta manifestación, os tendréis por bienaventurados, y al leer en los libros mi palabra, regaréis con vuestro llanto esas páginas escritas con el amor y la ternura que vosotros como hijos míos me inspiráis.

61. Ya está cerca el momento en que quedaréis frente a esta humanidad, como testigos de mi venida, y debéis desde ahora hacer propósitos y revestiros de fortaleza, porque esta prueba que os espera es grande. ¡Que nada os acobarde, discípulos amados! Y así como mi palabra os ha señalado un solo derrotero: Amor y verdad, vosotros también sed los sembradores infatigables de esta semilla entre la humanidad.

62. Vuestro báculo será la oración, ella os preparará para el bien. En esa oración sentiréis que vuestro espíritu se transporta a otros Valles, a escalas superiores, más altas, cuanto más grande sea vuestra preparación; y en ella respiraréis paz, os sentiréis inspirados por los seres que las habitan, justos y virtuosos, y ellos os llevarán a mi presencia; en esa comunión Yo os entregaré mis nuevas revelaciones y mandatos.

63. Quiero que descanséis ya de vuestro largo peregrinaje, que dejéis de llorar en este Valle para elevaros espiritualmente.

64. Yo os anuncio que aún veréis presentarse sobre este mundo las más grandes calamidades, que serán la consecuencia del egoísmo y la ambición humanas, de la falta de amor y de caridad. ¿Qué haréis en ese tiempo Israel, cuando veáis desatadas todas esas fuerzas de la Naturaleza, azotando a vuestros hermanos? Verá este mundo la presencia de grandes terremotos. Las aguas saldrán de su cauce y partes del mar se convertirán en tierra y otras tierras serán invadidas por las aguas. Los hombres saldrán de sus comarcas y aun de sus países en busca de salvación. Las lluvias devastarán como el diluvio del Primer Tiempo, muchas ciudades y sólo unos cuantos escaparán a estos rigores.

65. ¿Cómo recibiréis a esos seres que vendrán huyendo de tanta miseria y dolor, buscando en esta nación el arca salvadora? ¿Sabréis acatar mi voluntad y compartir vuestro pan y vuestro hogar con ellos?

66. Pronto principiará un tiempo de grandes acontecimientos para el mundo. La tierra se estremecerá, y el Sol hará caer sobre este mundo, rayos candentes que quemarán su superficie. Los continentes, de un punto al otro, serán tocados por el dolor, los cuatro puntos de la Tierra sufrirán la purificación y no habrá criatura que no sienta el rigor y la expiación.

67. Y después de este gran caos, volverán las naciones a recobrar la calma y los elementos naturales se aquietarán. Después de esa noche de tempestad en que vive este mundo, aparecerá el iris de la paz y todo volverá a sus leyes, a su orden y armonía.

68. Veréis de nuevo el cielo limpio y los campos fecundos, las aguas en su corriente volverán a ser puras y el mar será clemente; habrá frutos en los árboles y flores en los prados y las cosechas serán abundantes. Y el hombre, que habrá sido purificado y sano, volverá a sentirse digno y verá preparado su camino para su ascensión y retorno a su Señor.

69. Todo será limpio y desmanchado desde su principio para que sea digno de poseer el nuevo tiempo que se acerca, porque he de cimentar sobre bases firmes a la nueva humanidad.

70. Hay muchos seres que sólo esperan el resurgimiento de la virtud en este mundo para descender y cumplir la misión que Yo les he encomendado. Preparaos y disponeos a recibirlos cuando ese tiempo llegue y acortad los días de vuestra purificación con vuestras obras de caridad.

71. Yo penetraré en todos los hogares y a través de la Conciencia, hablaré al espíritu de los gobernantes, a los padres de familia, a los jueces y maestros y dejaré impresa en ellos la Ley.

72. El reinado del mal, que por tanto tiempo ha imperado en este mundo, está próximo a desaparecer, para dar cabida al reinado del espíritu, al desatamiento de los dones y potencias espirituales que hay en el hombre, por los cuales tiene un destino muy alto.

73. Muchos de vosotros seréis testigos de estos acontecimientos que hoy os anuncio. Unos creyentes y otros increyentes veréis cumplirse estas palabras.

74. Esperad velando el cumplimiento de estas profecías, vigilad siempre para que ninguna prueba os haga debilitar y llevad impresas mis palabras, porque cada una de ellas encierra sabiduría y potestad que os salvarán, si sabéis aplicarlas en vuestra vida.

75. Si sabéis conservaros orando y practicando mi enseñanza, lograréis vuestro progreso espiritual y sabréis pasar conscientemente a la nueva etapa que vais a vivir; sentiréis mi presencia en vuestros actos, en vuestras reuniones, e inspirados por Mí, llevaréis a cabo obras que correspondan a vuestra dignidad de discípulos míos.

76. Vivid en armonía de anhelos e ideales con vuestros hermanos de enseñanza, aunque os encontréis distantes; que vuestro espíritu se encuentre unido al de ellos y todos viváis en comunión Conmigo. Esta es mi voluntad.

77. Sentid mi aliento al oír mi palabra, porque ella es vida para todo el que sabe comprenderla, para que el mañana seáis mis discípulos que deis cumplimiento a mi Ley, para que vosotros no alimentéis la Sodoma y Gomorra. Vengo a entregaros mi palabra, para que entendáis cuáles son las verdaderas riquezas del espíritu, para que os espiritualicéis y seáis dignos de heredar mi Reino.

78. Os doy la Luz de mi Espíritu Santo, para que no sucumbáis en la oscuridad. Yo he venido a hablaros para que me deis morada en vuestro corazón, para convertirlo en Santuario de mi Divinidad.

79. ¿Qué alimenta el mundo en este tiempo? Orgullo, vanidad, odio y placeres, vicios que enferman al espíritu y a la materia; mas Yo quiero contemplaros libres de ese materialismo y por ello he dejado solamente a vuestro espíritu la blanca vestidura. Al final de la jornada, quiero recibiros en mis brazos paternales y deciros: “Bienvenidos seáis vosotros que supisteis vivir dentro de mi Ley y os apartasteis del mundo para convertiros en mis labriegos”.

80. Todo aquél que escuche mi palabra y la ponga en práctica, se hará digno de recibir de mi Arcano mi caridad; ese será el que como espejo limpio se muestre a los demás: En él habrá don de curación, palabra profética; será como fuente de aguas cristalinas para los que sientan sed de mi palabra. Pondré en él mi Verbo divino y le confiaré mi bálsamo para que sea el que entregue consuelo a todo el que sufre.

81. Yo haré que por doquier que se aposente haya paz y alegría, y le confiaré una espada para que combata toda idolatría.

82. Enseñad a vuestros hijos a buscarme en lo espiritual, decidles que vosotros os sentasteis Conmigo en mi mesa y que ya no sois los idólatras; si ellos me desconocen, vosotros amadles y perdonadles.

83. Las naciones marcan sus fronteras y se levantan en guerra sembrando muerte y Yo he venido en Espíritu, a preparar a unos cuantos y esos sois vosotros que formáis parte de las nuevas generaciones, que el mañana me buscarán de espíritu a Espíritu. Para ese tiempo ya los pueblos de la Tierra no se prepararán para la guerra, ellos me recibirán dentro de su espíritu.

84. Yo quiero que vosotros, seáis los primeros y que os preparéis para dar la Buena Nueva, que seáis el ejemplo ante vuestros hermanos.

85. Es mi voluntad que os purifiquéis, porque lo manchado no llega a Mí y vuestro dolor es muy grande; elevaos hasta mi Espíritu para mitigar vuestro dolor; Yo aparto de vosotros el mal para que exista el bienestar y la alegría en vuestro espíritu, para que os elevéis hasta la cúspide de la montaña espiritual.

86. Sentid amor por vuestro Maestro y por la humanidad, no retengáis mi caridad, luchad para librar a vuestros hermanos del fanatismo y en esta labor mi Mundo Espiritual será con vosotros. Sois mis testigos y por vuestro conducto daré la Buena Nueva al mundo.

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