Enseñanza 346

1. Vengo a entregaros mi palabra para pulimentar vuestro corazón, para hacer sentir mi paz a vuestro espíritu.

2. Yo soy la Luz y la Vida y el que a Mí viene recibe de esta gracia. Como Padre, sufro cuando os despojáis de los bienes espirituales, cuando vais a vuestro libre albedrío alimentando las tendencias materialistas y haciéndoos acreedores al dolor. Si sufrís y lloráis, es por vuestra propia iniquidad, mas Yo vengo a apartar de vosotros las tinieblas y a limpiar vuestro camino de espinos y pedruscos para que busquéis mi sendero, para que olvidéis vuestro pasado y sólo veáis vuestro futuro.

3. Yo seré siempre con vosotros, seré el buen Consejero y fiel Compañero y os hablaré a través de vuestra Conciencia para que no caigáis en tentación.

4. Sois como una planta que he cultivado, como buen Jardinero me encuentro entre vosotros retirando la ortiga, apartando al gusano roedor. Vengo cultivando vuestro espíritu para que se encuentre en armonía Conmigo.

5. Sois los náufragos a quienes he venido a mostrar la barquilla salvadora, para que no perezcáis en las olas del mar embravecido. Caminad sobre las aguas, como dije a Pedro, mas no me digáis como él: “Maestro, salvadnos que perecemos”. Cuando la fe, unida al amor forme una sola potencia, experimentaréis una gran fuerza en vuestro espíritu y aun la misma materia podrá caminar sobre las aguas, porque os sostendrá la potencia de vuestro Padre. Mas nunca intentéis poner a prueba a vuestro Señor.

6. Bienaventurado el que agrada al Padre con sus obras, porque siempre le recompenso en silencio dándole la multiplicación de lo que ha entregado.

7. Grande es el número de los menesterosos, de los ciegos, de los turbados, mas a ellos me acerco para entregarles mi caridad.

8. Esta manifestación será entre vosotros hasta el año de 1950 y quedará escrita en vuestro corazón. Pero mientras ese tiempo llega, vengo a conduciros para que os acerquéis a Mí. He venido a doctrinaros, porque ha llegado el Tercer Tiempo y en él habéis escuchado la voz de la trompeta celestial que ha despertado a vuestro espíritu. Los unos me habéis preguntado: “¿Padre, por qué habré venido nuevamente a morar en la Tierra?” Y os digo: Para que vuestro espíritu restituya la limpidez perdida y en verdad os digo, bienaventurado el que ha penetrado en esta restitución, porque él será en mi Reino, porque se habrá purificado y habrá cumplido con su misión.

9. Vosotros formáis parte del pueblo escogido de Israel, a quien he entregado una vestidura de luz, para que os levantéis el mañana cual maestros, cual guías de la humanidad. En este tiempo estoy llamando a todos mis hijos y todo el que sea Conmigo y me ame, se levantará a luchar y a trabajar.

10. La tentación aún os rodea, mas llegará el tiempo que os he anunciado en el cual la tentación será atada, para que en vuestros caminos sólo sea mi luz la que os guíe.

11. Estáis en el tiempo de la lucha y el trabajo, en que debéis de purificaros y de restituir vuestro pasado, porque no es a vuestra carne a quien he confiado la heredad, sino a vuestro espíritu que es el que ha brotado de Mí.

12. Al espíritu tengo que purificarlo, que limpiarlo para que sea de retorno al Padre para fundirse con mi Espíritu Divino por toda la eternidad, para que goce de mi Reino Celestial.

13. Hijos amados que en corto número habéis llegado, en verdad os digo: Mi mirada perspicaz descubre por doquiera a mis escogidos, los cuales sienten en su espíritu que ya es el tiempo de mi presencia, ellos no han escuchado mi palabra como vosotros, mas en su espíritu escuchan una voz que les dice que estoy nuevamente entre la humanidad, que he venido espiritualmente sobre la nube; a los unos les concederé contemplarme con los ojos de su espíritu, a otros a través del presentimiento, a los demás les hago sentir grandemente mi amor para que sientan la presencia de mi Espíritu.

14. Estoy llamando a las puertas del corazón de la humanidad, a unos los encuentro preparados, a otros durmiendo, porque se han estacionado en las distintas sectas y religiones y por un momento se han desviado del camino. Mas ha llegado el tiempo en que mi campana sonora está haciéndoles el llamado para que todos vengan ante mi presencia, reciban la resurrección de su espíritu y se unifiquen para sentir mi paz en la Tierra y llegar a la Tierra Prometida.

Parábola:

15. “Un gran Señor lleno de virtud y de potestad se encontraba en un trono elevado y alrededor suyo grandes multitudes, millones y millones de criaturas le rodeaban; pero ninguna de estas multitudes se podían acercar al Soberano, sólo de lejos le podían contemplar, mas en su corazón deseaban aproximarse, para estar muy cerca de Él. De pronto se abrió una puerta y en ella apareció un cordero manando sangre y una inscripción que decía: “He aquí la luz, he aquí la puerta abierta, para todo aquél que quiera penetrar, para todo el que lleve la virtud en su corazón, ¡venid, venid!”. Una luz refulgente se contempló y las multitudes llenas de regocijo se encaminaron hacia aquella puerta; los unos llegaron y penetraron en aquella mansión, mas no todos llegaron porque encontraban espinos en su camino y no pudieron caminar; otros encontraron grandes barreras que les impedían penetrar por aquella puerta, mas aquel Soberano, aquel Señor Todopoderoso, desde las alturas contempló a las multitudes y les dijo: “Penetrad, penetrad, que el Cordero ha derramado su sangre purísima para mostraros el camino por el que todos vosotros llegaréis a mi Reino”.

16. Hijos benditos: Con mi amor sublime he dado la libertad a vuestro espíritu y os he libertado de las cadenas del pecado. Con mi sangre preciosísima os he dado la oportunidad de que vuestro espíritu se labre el galardón y logre escalar hasta llegar a mi Reino.

17. ¿Me comprendéis, pueblo? Aquel Soberano es vuestro Padre; la puerta que se abre es Jesús, vuestro Maestro, el Cordero Inmolado, que vino al mundo a rescataros, derramando su sangre hasta la última gota, para dar luz y resurrección a vuestro espíritu.

18. En este tiempo nuevamente os he confiado una envoltura, para que vayáis restituyendo, para que os apartéis del pecado y de todas las tendencias del mundo, para que peldaño tras peldaño ascendáis a la montaña en donde os estoy esperando con mis brazos abiertos.

19. Yo os he enseñado la forma de elevaros en la oración para que os apartéis del pecado, que rechacéis las tentaciones, porque escrito está: “La muerte del espíritu abolida quedará, porque Yo soy el Camino y la Vida”. Y llegará el tiempo en que os recuerde: “¡¿Dónde está oh, muerte tu poder?! ¡¿Dónde está oh, sepulcro tu victoria?!” Porque en verdad, el aguijón de la muerte es el pecado y aboliendo estoy en este tiempo al pecado, con la Luz de mi Espíritu Santo.

20. Llegará el tiempo en que vosotros contemplaréis la cosecha de lo que vayáis sembrando entre la humanidad. En vuestras manos he confiado los instrumentos de labranza para que cultivéis las tierras y con los buenos frutos sea alimentada la humanidad.

21. Vengo a labrar vuestro corazón con el fino cincel de mi palabra y a iluminaros con la Luz del Espíritu Santo. Soy el Maestro de maestros que ha venido para daros la enseñanza, para perdonaros, para conduciros por el camino de la verdad y cual Doctor de los doctores, también soy entre vosotros para sanar a vuestro espíritu de su lepra y apartarle su dolor.

22. Os doy mi enseñanza para que la pongáis en práctica, para que llevéis amor y pureza en vuestro corazón y aunque la tentación se acerque no encuentre cabida en vosotros, porque con mi luz y con mi amor, os hago fuertes para que rechacéis toda flaqueza.

23. Pueblo bendito: Contemplad al mundo en sus guerras apurando el cáliz de dolor, mas de todo esto os he salvado, no lo atribuyáis a la casualidad. Sois el pueblo agraciado para que os preparéis con mi palabra, para mostrarla al mundo, porque esta es mi voluntad.

24. Sois mi instrumento, en vuestras manos he confiado mi potestad y mi luz para que disipéis la tiniebla de la humanidad.

25. Por vuestra obediencia y cumplimiento os sentiréis transformados espiritualmente y unidos a los ejércitos espirituales para que en ese Más Allá, sigáis siendo mis siervos y nunca más os apartéis de Mí.

26. Yo os he confiado este tiempo para vuestra preparación, para que os regeneréis y escaléis paso a paso la montaña.

27. En verdad os digo, que mi amor y la Luz de mi Espíritu Santo están derramados en toda la humanidad, mas las guerras han sorprendido a las naciones, como mi apóstol Juan contempló en el Segundo Tiempo. ¿Y acaso Yo he preparado estos sufrimientos para vosotros? ¿Acaso Yo soy la muerte? No hijos, soy la Vida y vida he venido a entregar a todos mis hijos.

28. En cada reencarnación que he confiado a vuestro espíritu, siempre os he hecho el llamado a la Vida Verdadera. Mas esta luz no es sólo para vosotros, pueblo escogido de Israel, porque vosotros sois la representación de toda la humanidad.

29. Hablo a vuestro espíritu, toco las puertas de vuestro corazón y me hago sentir a través de la Conciencia, para que reconozcáis la responsabilidad que pesa en vuestro espíritu.

30. Yo os he trazado un solo camino, porque soy un solo Dios y una sola Ley, y en todos los tiempos he entregado una misma Doctrina para que el espíritu pueda hacer mi voluntad.

31. Con palabra de amor os hago reconocer que no habéis cumplido con vuestra misión, porque contemplo que la humanidad se ha confundido y en su ceguedad y en su materialismo se ha dejado conducir por las veredas que el hombre ha trazado, y así es como ha llevado la venda de oscuridad en su espíritu y se ha despojado de mi gracia.

32. Reconoced, mi pueblo, cuántos errores lleva la humanidad; por su ignorancia me busca en su materialismo y su corazón adora falsas deidades, por eso no ha sentido espiritualmente mi presencia. Se recrean mis hijos con la palabra florida y creen transitar en el camino de la luz y de la verdad, sin contemplar en este tiempo a mi Espíritu como la estrella salvadora que envía su luz desde el infinito.

33. A vosotros os he entresacado del mundo y aunque sois torpes y humildes, por vuestro conducto he derramado mi Verbo para esclarecer al mundo mi verdad con la Luz del Espíritu Santo, para que esta humanidad ya no se confunda y para que su espíritu lleve vida de gracia y en su corazón me sienta y lleve espiritualidad.

34. Os he entresacado para haceros poseedores de mi gracia y para que al contemplarme os levantéis a rescatar a vuestros hermanos del abismo, salvar a los náufragos del mar anchuroso de maldad y libertar a los esclavos de la tentación.

35. En el Tercer Tiempo me encuentro haciendo el llamado a todos por igual, para que todas mis ovejas retornéis a mi redil.

36. Vengo a rescatar de las tinieblas al espíritu y a despertarle de su letargo, porque Yo os he creado y mucho os amo, y en el Segundo Tiempo por amor a la humanidad derramé mi sangre para vuestra salvación.

37. Muchas complacencias espirituales os he entregado para que vosotros os preparéis y os convirtáis en los soldados de mi Causa divina. Yo os he confiado en revelación y a través de la intuición mis mensajes para que comprendáis mi voluntad.

38. Os he dicho, Israel amado, que llegará el tiempo en el cual malos portavoces se levantarán para dar acceso al falso Jesús y dentro de su materialismo engañarán diciendo que por su conducto está hablando el Maestro. Se levantarán falsos guías y falsos profetas, falsos soldados que con su palabra y materialismo quieran apartaros del camino de la luz y de la verdad.

39. Os he dado el alerta, recordad que cada año os he dicho: Preparaos, pueblo amado, aprovechad mi presencia y almacenad en vuestro corazón mi palabra, para que sea el mañana vuestra fortaleza y así el tiempo no os sorprenda.

40. Os confié tres años postreros para que os levantaseis y os preparaseis como ejemplo de los portavoces, para que os reconocieran como los verdaderos soldados y los verdaderos discípulos del Divino Maestro. Mas esta gracia muchos la habéis retenido y la habéis negado. Yo he dicho a Israel: Ved a la humanidad cómo se encuentra envuelta en su tiniebla, en su fanatismo y en su idolatría y por esta causa se ha despertado en su corazón la ambición, la codicia, la grandeza que la envanece y todo esto es abominable ante mi mirada perspicaz. Mas a vosotros os he iluminado, os he tomado de la mano para que os levantéis a mostrar al mundo el camino de la luz.

41. Yo desde el Segundo Tiempo os entregué mi profecía para anunciaros las pruebas que habían de acontecer. Os dije que la Tierra se estremecería, que los elementos se desencadenarían, que la peste, las plagas y la muerte arrasarían las comarcas, que el rumor de las guerras llenaría de zozobra el corazón de la humanidad.

42. Yo soy el que me presento delante de la humanidad como luz, soy el que vengo a entregar al espíritu la orientación y a confiarle mi potestad y mi amor, para que doblegue a la materia y ésta haga mi voluntad.

43. Mi justicia detendrá el ímpetu bélico de la humanidad y se Amarán los unos a los otros, ya no habrá egoísmo, ni grandeza ni incomprensión; todos se regirán por la Ley divina, todos obedecerán la voluntad de su Creador; habrá paz en la Tierra y las naciones no se levantarán más en guerra, también la ciencia me reconocerá. Todos se levantarán buscando el mismo camino llevando la misma orientación y en este mundo habrá moral, caridad y unificación verdadera.

44. Sois vosotros, pueblo amado, los que vais limpiando y aderezando los caminos, porque grandes multitudes vendrán detrás de vosotros y a esas multitudes las prepararé con mi palabra.

45. ¿Qué tiempo será ese Israel? No lo sabéis, mas os digo: Levantaos a luchar para que la humanidad reciba mi paz y mi amor y quede cubierta con mi misericordia divina.

46. Es muy corto el instante en que tendréis mi palabra a través del entendimiento humano, mas algunos hablan conforme a su inteligencia y dicen: “¿Cómo ha de abandonarnos el Padre, si es amor? Él, como amor, obligación tiene de encontrarse cerca, muy cerca de nosotros, y hoy que vamos a encontrarnos en peligro, que todavía no hemos comprendido su enseñanza, que no hemos almacenado de lo mucho que Él nos ha entregado, y nos encontramos débiles; Él es el Dios amado que no podrá abandonarnos a la inclemencia de los tiempos; Él es el Amor supremo que no puede reclamarnos si infringimos su Ley; Él, siendo amor no puede reclamarnos que desobedezcamos su Voluntad suprema. Su palabra será levantada de aquellos lugares en los cuales no se haya cumplido su Ley, en ciertos lugares su luz y su palabra serán levantadas y en los lugares en donde nos levantemos con actividad, el permanecerá entre nosotros”. Y el Maestro os dice: Yo sabía que la incomprensión humana habría de levantarse como obstáculo ante mi palabra verdadera. Pero en el Templo del Espíritu Santo se unificarán las ideas de toda secta, de toda religión.

47. Mucho tiempo he estado con vosotros, os he preparado, os he señalado con mi luz como mis escogidos y os he entregado mi ósculo de paz, para que caminéis con firmeza y obediencia. Al que se ha preparado le es dado penetrar en los arcanos del Padre, para que reconozca que mi Obra no es un misterio.

48. No os sintáis solos en el mundo, aprovechad la caridad, la paz y el consuelo que en mi palabra os traigo cada día. Yo quiero que el mañana sepáis conduciros y recibáis las vibraciones de mis pensamientos. Es menester que el mañana, cuando ya no me escuchéis a través de un portavoz, pongáis en práctica mis enseñanzas y aprendáis a recibir mi luz espiritualmente. Mi Mundo Espiritual será con vosotros en toda manifestación espiritual.

49. Cuando estéis preparados, no habrá para vosotros barreras o distancias que os impidan llevar a la humanidad este Mensaje de luz y de paz. Seréis para vuestros hermanos el ejemplo de humildad y mansedumbre, por vosotros les daré la vida y la fortaleza.

Bienaventurados sois aquéllos que habéis envejecido trabajando en mi campiña, aquellos que siendo jóvenes, os habéis apartado de las orgías del mundo, porque vosotros tendréis una alegría eterna. Mas no busquéis la recompensa en este mundo, ni esperéis ser ensalzados, porque estas vanidades os despojarían de la gracia que he confiado a vuestro espíritu; respetad los ideales buenos o malos de la humanidad y sólo escucharéis mi voz a través de vuestra Conciencia, para que os unifiquéis y seáis humildes y os hagáis dignos del respeto de los hombres.

Parábola:

50. “En una comarca se encontraba una gran multitud de menesterosos. Mas un Señor que poseía grandes caudales y dones, les hizo el llamado y señaló el día en que había de entregarles lo que les hacía falta. Cuando vino el tiempo, llegaron ante aquel Señor los menesterosos y le dijeron: “Señor, hemos acudido a vuestro llamado, estamos ante vuestra presencia”. La mirada de aquel Señor era llena de compasión y de misericordia ante la desnudez y pobreza de aquellos menesterosos, entonces les preguntó, ¿en dónde tenían su morada para enviarles la caridad que iba a confiarles?, y entonces le dijeron: “Señor, nosotros no tenemos morada ni abrigo, donde la noche tenebrosa nos sorprende, allí descansamos”. Entonces aquel Señor les entregó grandemente de sus caudales y les dijo: “Si os hace falta más de esta caridad, volved cuando necesitados os encontréis. Seguid vuestro camino”.

51. De la misma manera llegó ante aquel Señor la mujer huérfana y viuda, y posó en sus manos la caridad. Llegaron los jóvenes y las doncellas con su llanto lastimero, sin paz y sin consuelo, y aquel Señor que todo lo veía, les entregó también de su caudal y cubrió con su manto su desnudez. Llegaron los ancianos en quienes las fuerzas se habían agotado y a ellos les entregó la fortaleza, la paz y la bonanza.

52. Los unos y los otros partieron de aquella ciudad, mas llegó el día en que aquel Señor que mucho les había entregado, tuvo deseo de contemplar nuevamente a aquellas multitudes, para ver si habían sabido aprovechar las riquezas o habían caído otra vez en la pobreza. Mas aquel Señor contempló que nuevamente el dolor les envolvía”.

53. El Maestro os pregunta: ¿De quiénes os he hablado? Y me contestáis: “Maestro, de nosotros mismos”.

54. Después de 1950, cuando ya no me escuchéis en esta forma, las grandes pruebas serán entre la humanidad, mas vos, pueblo amado, confiad en mi poder, en mi amor y en mi caridad. Seréis ejemplo de vuestros hermanos para que por vuestro conducto Yo les salve del abismo.

55. La humanidad va apurando su cáliz de amargura y su lamento llega hasta Mí, mas como amor y caridad he estado siempre cerca de los hombres. Soy Padre y, ¿qué hacer ante el llanto de la humanidad? Derramar mi amor y alentar a los espíritus como en todos los tiempos.

56. Aquél que sea débil, más sufrirá por lo que recibe del mundo, que por lo que a su espíritu corresponde. Los que os contemplan con mala mirada y ven que debilitáis e infringís mi Ley, también serán los que os desgarren y os señalen vuestra falta de cumplimiento en mis mandatos.

57. Mucho os he prevenido de la tentación que se encuentra cerca de vosotros para confundiros, mas vosotros tendréis que ser los soldados firmes en la lucha y no debilitaréis ante las pruebas ni ante las asechanzas de la maldad.

58. Corto es el número de mi pueblo que en verdad se ha preparado para recibir mi sabiduría.

59. Yo me he manifestado por conducto de los humildes, de los sencillos, de los torpes de entendimiento para dar pruebas al mundo de mi poder y de mi sabiduría.

60. Por diversos entendimientos os he entregado mi palabra para corregiros y entregaros mi amor, mi luz, mi caridad, para enseñaros la virtud, para que las multitudes resuciten a la vida de la gracia.

61. La humanidad lleva hambre y sed de mi verdad, su corazón alberga odio, cizaña, mala voluntad y la confusión le ha sorprendido, porque las distintas ideologías se han levantado para sorprenderle con distinta enseñanza y distinta ley.

62. Penetrad, pueblo amado, en comunión con vuestro Dios, y no os inclinéis ni veneréis objetos materiales, porque Yo nunca os he enseñado esto, ni tampoco os he entregado misticismo. Sólo he derramado en vuestro espíritu mi luz y mi caridad para que el materialismo no se interponga en vuestro camino.

63. Si veláis y oráis, si estudiáis y analizáis, mucho recibiréis de vuestro Maestro al finalizar 1950, porque sois los espíritus evolucionados a los cuales mucho les confiaré de mi caridad. Mas os he dicho, que si por falta de preparación no sabéis dar testimonio de Mí, las piedras hablarán y darán testimonio de mi presencia entre la humanidad.

64. En mi palabra os he venido a aclarar lo que no habéis comprendido, para que apartéis los errores que llevasteis en mi Obra, porque, ¿cómo podréis dar el buen ejemplo a vuestros hermanos si antes no os habéis depurado de vuestras pasadas costumbres?

65. Os he perdonado y engalanado para que más tarde entreguéis a la humanidad esta caridad. Os he confiado mi palabra cual una espada de luz para que os levantéis a la lucha y apartéis la tiniebla y el fanatismo que ha penetrado en el corazón humano. Porque esto es como una mala semilla que se ha multiplicado en gran manera y por eso la humanidad ha extraviado el camino de la verdad y no ha podido buscar la perfección para el espíritu.

66. Vengo a hacer que el mundo reconozca sus errores para que ya no se aparte del camino que Yo le he trazado, en ese camino no hay espinos ni guijarros que hagan sangrar su planta.

67. El hombre se levanta para someterme a prueba, sin reconocer que en este tiempo, todos estáis sometidos a las grandes pruebas, porque el mundo se ha envanecido con su ciencia y sus caudales y me ha desconocido como su Rey y Señor. Por ello también los hombres negarán que Yo me he comunicado con vosotros a través del entendimiento humano, mas aquéllos que así me desconozcan, serán tocados en su espíritu con amor y caridad, para que despierten y reconozcan que lo que han labrado es pasajero y que lo sublime y eterno está en Mí.

68. Pueblo: No desaprovechéis los últimos instantes de mi comunicación a través de los portavoces, porque con mi palabra os prepararé para que hagáis frente a todas las pruebas, para que llevéis las armas de luz con las que vais a luchar en contra de la confusión y el egoísmo de la humanidad.

69. No os sintáis débiles ni pequeños, porque os he colmado de mi caridad, de mi enseñanza y de mi amor, para que os levantéis como los soldados del Tercer Tiempo.

70. El corazón humano sentirá mi amor y glorificará mi Nombre divino; como Padre a nadie niego mi caridad; apartaré la oscuridad de los confundidos, porque la Luz de mi Espíritu Santo está disipando las tinieblas del mundo para liberar a los espíritus, y a éstos son a los que he venido a salvar en todos los tiempos.

71. Si vosotros os espiritualizáis, Israel, ¿quién podrá rechazaros en vuestro camino?, ¿qué mirada será en vosotros cual dardo? Sólo contemplaréis la sonrisa, el gozo en los corazones y las manos que se extienden para estrecharos y esto será como un galardón anticipado para vuestra lucha, para que no sea solamente el dolor el que llevéis en el trayecto de vuestra jornada.

72. Aún mucho os confiaré en mi enseñanza para que seáis los guerreros que llevéis las armas de la luz, la espada del amor y mostréis en alto el estandarte de la fe, de la esperanza y de caridad.

73. ¿Qué os hace falta aún, Israel? Que os levantéis unidos en pensamientos y en obras, que os regeneréis para que seáis el espejo limpio en donde la humanidad pueda contemplar su imperfección.

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