Enseñanza 341
1. Si se hubiera comprendido mi mensaje de amor desde tiempo ha, la humanidad viviría en paz, mas el hombre pretende bastarse a sí mismo y se ha olvidado de mi Ley.
2. Pueblo: En vuestra lucha por esparcir mi Obra, no queráis trabajar tan sólo por vuestro adelanto, derramad esta luz en todos sin distinción. Aquél que continúe estacionado espiritualmente en las ideas rutinarias heredadas desde hace siglos y que por lo tanto no se ha desprendido de su fanatismo, no contemplará mi luz como vosotros. Vuestro espíritu ha recibido esta Revelación divina y, ¿cuál es vuestra obligación ante la humanidad? Poner a su disposición el conocimiento que habéis adquirido, dando testimonio de la verdad con vuestros actos.
3. Os he aleccionado para que deis a conocer el Mensaje de amor que he venido a entregaros. Os he revelado que Yo estoy en vosotros y fuera de vosotros, mas me preguntáis: “Señor, ¿cómo alcanzar la perfección para llegar a Vos?” Y os digo, que por vuestros propios méritos iréis escalando hasta llegar a Mí. Por ello siempre os aconsejo que os espiritualicéis, que os vayáis elevando y poniendo en práctica vuestros dones.
4. Ya no necesitáis más de formas ni ritos, de imágenes que no tienen vida ni poder. Habéis sido creados a imagen y semejanza de vuestro Dios, porque tenéis espíritu, tenéis potestad y dones para practicar el bien. En vuestro cumplimiento, inspiraos en la Creación que tiene vida y manifiesta el poder y la fuerza de vuestro Señor. Contemplad el firmamento, ved a vuestro alrededor cómo todo cumple con su misión. Mirad cómo el astro rey da vida a esa Naturaleza y cómo hay armonía entre sus elementos de vida y el germen que brota de la tierra, todo en perfecta comunión, manifiesta la grandeza de Dios.
5. Cristo en su perfección, dominó la materia y por eso hizo el milagro de dar vista a los ciegos y hacer andar a los paralíticos. Era el Espíritu que a través de la materia se manifestaba. Vosotros debéis evolucionar para que vuestro espíritu pueda dominar a la materia y manifestarse a través de ella.
6. Nuevamente vengo entre vosotros cual amor y caridad, mas mi luz se derrama en todos, porque el mundo necesita orientación espiritual.
7. Los hombres de buena voluntad que exhortan a la humanidad, absteniéndose de todo beneficio personal y de toda vanidad, aquellos que verdaderamente conocen que la humanidad está alejada de su Padre Espiritual y que es necesario que vuelva en sí, que recapacite y escuche la palabra de luz para que se espiritualice; aquéllos que luchan por el bien de sus hermanos, no importa a qué religión o doctrina pertenezcan, ellos estarán manifestando la verdad y la verdad es Dios.
8. Mi Doctrina es universal y a medida que el espíritu del hombre evolucione, irá eliminando todo lo superfluo y buscará la espiritualidad, la luz y la orientación para su perfección.
9. Amad a vuestro Dios y amad a vuestros Semejantes, porque en ello radica la comprensión universal.
10. A vosotros he confiado mi Obra para que por vuestro conducto el mundo reciba mi palabra; id a todos por igual, no distingáis razas ni colores, porque todos están necesitados del mismo alimento espiritual. En cada buena obra que ejecutéis, vuestro espíritu se llenará de gozo, sentiréis mi paz y mayor fuerza para seguir adelante en el cumplimiento de vuestra unificación espiritual.
11. Con amor espero el retorno de las ovejas que han partido del aprisco, de los que van transitando distintos caminos. En este tiempo vuestro Maestro atraviesa el desierto para ir en busca de los perdidos, de aquellos que habiéndoles colmado de mi gracia y de mi amor, ahora les contemplo envueltos en sus grandes vendavales.
12. Discípulos amados, espíritus que habéis brotado de Mí: Yo os he venido a preparar en este tiempo con mi potestad y con mi amor, para que no seáis llevados por la confusión que envuelve al mundo.
13. Presto está a finalizar el tiempo de mi comunicación a través del entendimiento humano y después vosotros os levantaréis a testificar entre la humanidad. Yo os he conducido en la barquilla salvadora y os he convertido en mis soldados del Tercer Tiempo para que os levantéis a luchar por los caminos, para hacer sentir al mundo la confianza, el amor hacia su Dios.
14. Seréis ante el mundo como un limpio espejo. Veréis cumplida mi palabra, desde la primera hasta la última, porque vosotros sois mis siervos que con humildad y obediencia cumpliréis con mis mandatos y llevaréis escrita en vuestro corazón, la Ley.
15. Cual Maestro vengo a enseñaros la humildad, para que os levantéis imitándome y vayáis por doquier de las comarcas, porque la humanidad está hambrienta y sedienta de mi palabra.
16. Es menester que os levantéis, oh, pueblo muy amado, por los distintos caminos de la Tierra, porque mirad que aún en la Nación Mexicana muchos no han reconocido mi Obra. Ved que en el mundo ya se levantan aquéllos que dicen ir en mi Nombre, aún siendo los menesterosos en espíritu y vosotros que habéis sido colmados por mi Divinidad, ¿qué os corresponde hacer? Dar a conocer mi Doctrina; no os ocultaréis delante del mundo ni le negaréis la caridad que le hace falta.
17. Las sectas, las religiones y las diversas doctrinas, se levantarán a vuestro paso y querrán apartaros del camino, diciéndose poseedores de la verdad, diciéndose ser mis discípulos; mas vosotros os levantaréis para dar cumplimiento a mis mandatos, Yo os doy el alerta, para que prestos seáis en la lucha. Yo seré delante de vosotros y os haré conocer ante la humanidad como los medianeros de mi paz, como el bálsamo que calma sus dolores.
18. Por vuestra obediencia iréis escalando paso a paso hasta llegar a la cúspide de la montaña, ahí espero a los marcados de las doce tribus de Israel.
19. Mi enseñanza en este tiempo es el Tercer Testamento en donde encontraréis mis mandatos, que os he dado en sentido figurado y también en forma clara para que toméis lo que a cada uno corresponde. He grabado en vosotros, Israel, mi palabra con letras imborrables y nada hará que se pierda, y así vosotros podréis testificar lo que en mi sabiduría perfecta he confiado a la humanidad en todos los tiempos.
20. A través de la oración llegáis a mi Espíritu ayudados por mi Mundo Espiritual que os custodia. Ya conocéis este camino, porque en las lecciones que os he dado en el Tercer Tiempo, os he tomado de la mano y os he enseñado cómo llegar a Mí a través de la oración.
21. La luz de mi palabra está delante de vosotros como un faro que ilumina vuestra vida. Ya no podréis perderos porque estoy delante de vosotros. Habéis acudido a mi llamado porque me amáis y me habéis encontrado manifiesto en todo mi esplendor. Los que en videncia han contemplado mi presencia, han gozado, mas todos me habéis visto con los ojos de vuestro amor y de vuestra fe. Todos habéis saboreado mi palabra como un néctar, como un exquisito manjar y como bálsamo que sana también.
22. Ya no podréis confundir el fruto de mi palabra con otros frutos, porque ya conocéis el sabor, ya sabéis que él encierra toda perfección. Ahora os estoy preparando para que habléis a los demás cuando el tiempo sea propicio, cuando sea grande vuestra preparación y os despojéis de vuestro materialismo.
23. Yo derramo sobre todos los espíritus la esencia de mi palabra, mi amor y mi luz y todo aquél que me busca me encuentra. En todas las religiones, doctrinas y credos que hay sobre la Tierra, he encontrado seres elevados que me buscan en la espiritualidad, espíritus que se han despojado de todo materialismo y me han formado un Templo en el interior de ellos mismos. Por intuición han recibido de mi Espíritu, porque les he revelado, como a vosotros, todo lo que pertenece al Tercer Tiempo. Ellos también han leído en las Escrituras, en mi palabra dada en el Segundo Tiempo y en sus análisis y meditaciones les digo, que Yo estoy derramando mi luz entre vosotros y he recibido con amor los frutos de su espíritu.
24. Grandes obras preparan, al contemplar a la humanidad perdida y desorientada; ellos se han elevado, han hecho méritos y me han dicho: “Perdona a los que no saben. Nosotros llevamos tu luz, los dones, la fortaleza para poder cumplir con tus preceptos”. Se basan en la Ley, en mi palabra dada en los tiempos pasados y penetran en las profecías y en los anuncios dados por Cristo a sus discípulos y se dicen: “Este es el tiempo”. Así me buscan y así me tienen con ellos, porque no me han ocultado ante los hombres. Todo el que me busca, me tiene en él.
25. Yo soy el Padre Universal, mi amor desciende a todos los corazones. Yo he venido a todos los pueblos de la Tierra, mas si he escogido esta nación mexicana para desatar en toda plenitud mi palabra y mis revelaciones, es porque la he encontrado humilde, porque he encontrado en sus moradores las virtudes y he hecho encarnar en ellos a los espíritus del pueblo de Israel. Mas no todos pertenecen a esta nacionalidad, ni todos están encarnados. En todo el mundo están dispersos los espíritus que pertenecen al número de los escogidos. Ellos han sido señalados, he abierto sus ojos, he sensibilizado su corazón y de espíritu a Espíritu se comunican Conmigo.
26. Vosotros habéis tenido mi palabra y mis manifestaciones por conducto del entendimiento humano y a través de vuestros dones habéis contemplado el desarrollo de esta Obra en el Tercer Tiempo. Por lo tanto, pueblo, sois mis testigos que hablaréis con toda preparación de lo que habéis visto y escuchado, los que analizaréis cada una de mis palabras, los que explicaréis mi Ley. Porque los demás, a pesar de su intuición y preparación, no poseen todo el conocimiento que vosotros tenéis. Sus méritos son grandes, porque no me han oído en la forma en que vosotros me escucháis; mas ellos están unidos a vosotros en pensamiento. Llegará el día en que os cruzaréis en el camino y os reconoceréis; vuestra mirada espiritual descubrirá en aquéllos el espíritu que llevan, su fortaleza y su virtud, en ese instante os daréis la mano y sabréis que aquel caminante que se cruzó en vuestro camino es también de mis escogidos.
27. No todos escucharán mi palabra en esta forma, ¿por qué, pueblo de Israel? No lo sabéis, no sabéis si sea por vuestra falta de unión o por vuestra escasa espiritualidad, mas estad unidos a ellos, porque ellos como vosotros sois responsables de la humanidad.
28. Tomaréis vuestra porción, velaréis por ella y la conduciréis. Entre mis escogidos están aquéllos que se han consagrado al servicio de mi Divinidad llevando cargo como ministros. Entre los escogidos están los más humildes, los que pasan desapercibidos entre las multitudes. También están los que llevan las leyes y gobiernos de la Tierra. Yo sólo sé el número y puedo contemplarlos. Vosotros, Israel, sabed reconocerlos por vuestra preparación espiritual. Todos os uniréis y formaréis un solo cuerpo y una sola voluntad, en el momento de prueba en que Yo he de pedir al pueblo de Israel su dispersión para sembrar mi semilla por todos los caminos. No os sorprendáis en ese instante, los unos penetraréis en el seno de las instituciones y allí cumpliréis vuestra misión de amor, de caridad, de enseñanza. Los otros iréis a los poblados alejados de las grandes ciudades. Penetraréis en el seno de esos pueblos rudos y allí lucharéis contra el fanatismo y la ignorancia de aquellos vuestros hermanos.
29. El momento del cumplimiento de vuestra misión no ha llegado todavía. No he señalado a vosotros plenamente vuestra porción. Estáis en el tiempo de la enseñanza. Sois mis párvulos y discípulos. Mas llegará el momento en que os convertiréis en maestros, en que los hombres vendrán a pediros una palabra y esa palabra que brote de vuestros labios será la verdad, será mi enseñanza pura, sin mezcla alguna la presentaréis.
30. Yo os estoy preparando. Yo mismo he tomado esta gran misión de cultivar vuestro corazón. No la he encomendado a los hombres, porque contemplo en ellos el egoísmo. Yo mismo he cultivado vuestro corazón y con las pruebas que habéis atravesado en vuestro camino, se ha pulimentado.
Cuando habéis tropezado, Yo os he dicho: “Esta prueba os traerá grande luz”, y cuando habéis meditado, habéis comprendido que aquella prueba que puse en vuestro camino era necesaria, que había una fase de vuestro corazón que faltaba pulimentar. ¿Veis cómo mi Obra es perfecta? Pues, ¿cómo podríais tomar mi palabra para hablar a los hombres si no estuvieseis purificados, si no llevaseis grande luz y grande espiritualidad?
31. Sólo Yo os conduzco. Sólo Yo conozco el interior de cada uno de vosotros y según vuestra fortaleza así os he enviado las pruebas. Así os he enseñado, porque en el momento propicio cada uno os levantaréis como apóstoles de mi Divinidad.
Incontables son las lecciones que os he dado. ¡Cuánto os he hablado de los tiempos pasados! En el Tercer Tiempo he reunido los Tres Testamentos y he formado con ellos un solo Libro y en este año de 1950, en que os doy la última página por conducto del hombre, en verdad os dice el Maestro: Con esa página no ha de cerrarse el Libro. Yo seguiré escribiendo nuevas e incontables páginas para vosotros. Yo seguiré derramando luz para que penetréis en mi palabra, para que sigáis analizando y según los tiempos vayáis alcanzando mayor espiritualidad, porque no os detendréis.
32. En el año de 1950 no habéis alcanzado la mayor espiritualidad; estáis en el principio de ella. Mas después seguiréis desarrollando este don que está latente en cada uno de vosotros.
33. ¡Preparaos, pueblo de Israel! Yo soy el Maestro de todos los tiempos, Yo no me ausentaré, como no estuve ausente después de mi venida al mundo en cuanto hombre. Después de mi partida, Yo he estado presente siempre. He precedido todas las Eras y todos los actos de la humanidad; he escrito siempre sus obras, he juzgado siempre su existencia. ¿Quién impedirá que Yo lo haga? ¿Quién puede impediros que os elevéis a Mí y me améis? ¿Quién puede impedir que os ame, que os vigile, que os consuele y juzgue vuestros actos?
34. Los que formáis la humanidad sois los que os alejáis del Padre, los que dejáis de palpitar de amor por mi Divinidad, los que caéis en materialismo, los que os dejáis arrastrar por las pasiones y olvidáis vuestra misión espiritual. Pero el Padre es inmutable e inexorable en sus leyes y en sus juicios. Yo soy siempre el mismo. No penséis que en determinado tiempo mi Espíritu se manifiesta con mayor amor que en otro tiempo, soy el mismo Espíritu que habló por conducto de Moisés y de los profetas, el mismo que habló por conducto de los patriarcas y de los apóstoles y el mismo que ha hablado por conducto de todos los enviados.
35. Recordad a mi Divinidad, pueblo. ¡Sed vosotros como el Padre! ¡Amadme con el mismo amor! ¡No cambiéis del amor a la frialdad! ¡No seáis ardientes hoy, mañana fríos! Quiero contemplaros siempre amantes, siempre creyentes, siempre elevados y espirituales, siempre por el camino ascendente, acercándoos a Mí; porque esta es la finalidad de vuestro espíritu.
36. ¿Por qué un día me presentáis vuestro amor y fe y otro día desconfiáis de vuestro Maestro? ¿Por qué cambia vuestro corazón? Quiero contemplaros como piedra firme, vuestra fe siempre la misma, vuestro amor siempre en crecimiento. Quiero que seáis como las plantas que cultiváis en la Tierra, que no os detengáis en vuestro desarrollo, que podáis alcanzar en corto tiempo la plenitud y madurez de todos vuestros dones, para que podáis reconocerme.
37. Yo soy la Misericordia que os cultiva, vosotros sed dóciles plantas, recibid el rocío, la vida que os entrego y aprovechadla para la grandeza de vuestro espíritu.
38. Hoy me escuchan los niños y les hablo igual que a los hombres de edad madura o que a los ancianos. ¿Por qué no hablo en otro lenguaje a los niños, si son pequeños sus entendimientos? Porque su espíritu es grande al igual que el de vosotros, porque ellos pueden comprenderme; porque no es a la carne a la que vengo a hablar, sino al espíritu. Por eso os digo: No menospreciéis a los niños ni los dejéis creyendo que ellos no me ven. ¡Hacedlos venir! Su espíritu está hambriento. Yo voy a cultivarlos en igual forma que a vosotros. Son las generaciones del mañana, las que han de poner sobre los cimientos vuestros, una piedra más en la Obra de Edificación, en la Obra de Espiritualidad.
39. Son las últimas albas en que escucharéis mi palabra en esta forma y contemplo todavía escaso el número de aquéllos que me oyen. El corazón de la humanidad está endurecido, ama solamente el metal y los placeres, ha dejado al espíritu perderse y confundirse en el torbellino de odios, de pasiones y ambiciones.
40. Sólo el pueblo de Israel ha podido despertar y está velando por los que duermen; pues velad siempre. Voy a convertir las rocas en plantas fructíferas, voy a sembrar en ellas mi semilla en el tiempo propicio. Así como os he dicho: “No edifiquéis sobre arena”, así Yo también sé cuando he de sembrar, cuándo está preparado el corazón, cuándo es llegado el tiempo. Vosotros como discípulos míos, haced lo que el Maestro hace, sembrad cuando contempléis preparado el corazón, cuando esté abierto, hambriento de recibir la luz de esta Obra. Vuestra intuición os dirá el momento, grandes lecciones os revelará y haréis muchas obras guiados por la intuición.
41. ¿Después de que mi palabra cese, quién va a enseñaros en la Tierra? Cada uno de vosotros recibirá del Padre la inspiración, la preparación. Por eso aprended a orar y a comunicaros Conmigo. Después de esta manifestación, un tiempo más os seguiréis reuniendo. La fuerza de vuestro pensamiento hará que podáis recibir del manantial de vida y de luz toda la inspiración que necesitéis para vuestro paso, para vuestro tránsito. Yo inspiraré a todos, pero habrá algunos que han de destacarse entre vosotros poseyendo una gran intuición y ellos serán los que aconsejen, que hablen sin decirse maestros, sin decirse sucesores míos. Todos estad preparados, porque voy a probar en este tiempo vuestra fe, vuestro adelanto, y quiero contemplar que todos aprovechéis mis enseñanzas y que mi palabra ha sido fecunda en el corazón de cada uno de vosotros.
42. No quiero contemplaros llorando en este tiempo, ni sintiendo la desnudez, el hambre ni la soledad. No quiero contemplaros transitar como en un desierto, sino como una familia llenos de vida, de energías, de facultades espirituales; quiero que os améis, os comprendáis y os ayudéis.
43. Os he enseñado el amor, os he pedido la fraternidad, os he hecho comprender que todos habéis sido formados con el mismo amor, que todos habéis brotado de mi Espíritu y por lo tanto todos tenéis los mismos atributos, las mismas perfecciones. Cuantos mayores sean vuestros méritos, mayor será la inspiración y mayores serán vuestros actos.
44. Cuando no estéis seguros de dar un paso firme, esperad, reunid todas vuestras fuerzas, analizad todos los frutos para que podáis avanzar en vuestra evolución. Yo bendeciré cada una de vuestras determinaciones. Yo prepararé vuestro espíritu en tal forma, que comprenda con toda claridad los dictados de la Conciencia, porque no permaneceréis indiferentes como en estos tiempos.
45. Muchas pruebas van a presentarse ante vosotros. Tendréis que luchar con muchos obstáculos, pero ya habéis pasado por las primeras pruebas, ya habéis sido desconocidos por los vuestros por mi causa. Todo lo habéis perdido y habéis sido conformes; mas en Mí, todo lo habéis ganado. Yo os he dado la paz del espíritu que los vuestros no han podido daros. En Mí, habéis encontrado la paz de la Conciencia y del espíritu. Entonces, ¿qué podéis temer si el mundo os señala, si hace burla de vosotros?
46. ¡No temáis! Estad seguros de vuestra fe, sed firmes en ella, para que en el momento de prueba podáis dar ante ellos una muestra de lo que es mi Doctrina, de que lo que habéis abrazado es justo, es bueno y digno. Cada uno de vosotros sois un representante de mi Obra. Doquiera que os encontréis, vuestros actos son juzgados. Por eso velad por vuestros actos, por vuestras palabras, para que podáis ser en todos los caminos, mis discípulos.
47. Cada uno de vosotros es como una columna fuerte en los caminos de vuestra vida. Vosotros, podéis dar fe a quien la ha perdido; podéis rescatar de la confusión al espíritu que se ha confundido; podéis dar fortaleza, quietud y paz al que la ha menester. Por eso, pueblo, pensad cuán grande es vuestra responsabilidad. Pensad que no os he llamado por el azar, sino que al encontrar mi Obra, habéis hallado una gran responsabilidad ante el Padre y ante la humanidad.
48. No he venido para recrear vuestro oído ni vuestro corazón, he venido para instruiros en las revelaciones espirituales y después de que estéis llenos de esta luz, vuestra misión es enseñar a los demás. Si os he llamado el pueblo escogido, no es porque quiera distinguiros de los demás; es porque quiero daros mis enseñanzas, descubriros todos los misterios para que podáis hablar con toda claridad a los demás y enseñarlos a imitarme. Mas Yo seré siempre vuestro Maestro.
49. Siempre que encontréis obstáculos, tropiezos en el entendimiento de vuestros hermanos, siempre que nuevas pruebas vengan a sorprender a vuestro espíritu, os diré: “Mi paz sea con vosotros”, y en esta salutación me reconoceréis y os diréis interiormente: “El Maestro está conmigo, voy a recibir de Él su inspiración, porque a pesar de toda mi preparación, me falta luz en esta prueba”. Y os daré la luz, Yo llenaré vuestro espíritu de energía y haré que vuestras palabras sean justas, llenas de verdad, llenas de esencia.
50. A todos estoy hablando como a mis discípulos, no quiero contemplar párvulos a la terminación de 1950, por eso os he hablado tanto, mis enseñanzas han sido extensas, para que cada uno de vosotros pueda instruirse y convertirse en corto tiempo en mi discípulo.
51. Contemplo el agradecimiento en vuestro corazón. Me decís: “Maestro, mi vida y mis actos no ameritan estar cerca de Vos recibiendo vuestra enseñanza”. No habléis en esta forma, dejadme convertiros en mis discípulos, dejadme amaros tanto como Yo os lo he manifestado siempre, dejad que me presente entre vosotros y pueda manifestaros cuánto os amo, para que así podáis Amaros los unos a los otros, para que llevéis siempre grabado el recuerdo de estas enseñanzas que son torrentes de amor y vuestro corazón lleno de ese amor pueda entregarse a los demás, a vuestros hermanos.
52. Os he inspirado las virtudes de la caridad, de la benevolencia, del perdón, ¡cuán necesarias son en este tiempo estas virtudes, pues contemplo a la humanidad despojada de ellas! Solamente florece el egoísmo, la división, la falta de amor; por doquiera escucho las murmuraciones de los unos a los otros. Recordad que os he dicho: “No hablaréis mal de vuestro hermano aunque tengáis justicia para ello”. Sabed dejarme la causa; no os he nombrado jueces, os he enviado a todos con los mismos dones para que os miréis como hermanos.
53. Aún la justicia establecida en la Tierra, no presenta actos justos. Yo puedo contemplar la falta de caridad, la incomprensión, la dureza de los corazones. Mas cada uno tendrá el juicio perfecto. Yo he permitido estas pruebas y mientras la humanidad no cumpla mis leyes, mientras se aleje del cumplimiento de sus preceptos, tendrá en la Tierra quien subyugue su corazón, quien lo lastime.
Si vosotros cumplieseis, no habría menester de jueces en el mundo, no habría castigo, no necesitaríais gobiernos. Cada uno sabría gobernar sus propios actos y todos serían gobernados por Mí; todos estaríais inspirados en mis leyes y vuestros actos serían siempre benéficos, tenderían a la espiritualidad y al amor. Pero he ahí que la humanidad ha caído en grandes abismos: La inmoralidad, el vicio; el pecado se ha enseñoreado del corazón de los hombres y he allí las consecuencias. Tenéis que apurar cálices amargos, que soportar la humillación de los hombres, que, siendo vuestros hermanos, tienen potestad en la Tierra; mas sed humildes, soportad con paciencia los juicios, pensad que soy el Juez perfecto.
54. Os preparo en este día con la Luz de mi Espíritu y os pido la oración y la meditación en vuestra vida, para que podáis comprender mi palabra y no solamente la oigáis: Estudiadla, mas no solamente la estudiéis, sino practicadla, para que comprendáis su valor.