Enseñanza 340

1. Con amor y caridad vengo a recordaros mis palabras que os entregué en el Segundo Tiempo, en el cual os enseñé a Amaros los unos a los otros, dejando claras huellas de mi amor en vuestro camino.

2. Yo os enseñé a amar a vuestro Dios antes que a todo lo creado, mas en este Tercer Tiempo nuevamente vengo en pos de vuestro espíritu, para entregarle mi amor, mi luz y mi caridad.

3. No os apartéis de mi regazo, porque no sabéis lo que el mañana os vaya a conceder y no quiero que para ese tiempo os encontréis débiles.

Vosotros sois el pueblo escogido que os levantaréis mostrando al mundo el camino certero y entregándole sílaba tras sílaba de la enseñanza que he venido a confiaros. Mas mi Obra no es una religión más, son los hombres los que han formado las religiones según su inteligencia; mi Obra es una Doctrina, es una Ley que os he traído desde el principio de los tiempos.

4. En este tiempo la humanidad apura el cáliz de amargura y dice: “¡Es castigo de Dios!” Mas el Padre os dice: Yo soy Amor y no os castigo, sois vosotros mismos los que habéis labrado vuestra purificación.

En este tiempo vengo a entregaros la enseñanza y ésta la recibís a través de la palabra, de la intuición, la videncia y la revelación. Vengo a fortalecer a vuestro espíritu para que no sea sorprendido por la tentación, que siempre está queriéndoos apartar del camino de la luz.

5. Escucho a los que en el fondo de su corazón me dicen: “Hacednos dignos de formar parte de vuestro apostolado”. Yo os digo, que después de 1950 levantaré nuevos discípulos y siervos míos, que recibirán por intuición y por inspiración mis mensajes para que hablen a la humanidad.

6. Os preguntáis el significado de los siete peldaños de la Escala y de cierto os dice vuestro Maestro: El número siete significa espiritualidad, es la espiritualidad que quiero ver en mi pueblo escogido de Israel, vosotros tenéis que llegar a Mí con todas vuestras virtudes y dones desarrollados. En el séptimo peldaño o Etapa de vuestra evolución, llegaréis a Mí y veréis que la gloria abre sus puertas para recibiros. Yo no os abandono ni un solo momento y cuando el dolor es en vuestro corazón, no se debe a que os haya abandonado, porque mi amor es infinito, es que el Padre ha permitido que el dolor llegue a vosotros para que despertéis y estéis alerta.

7. Vosotros pueblo amado, estáis ante vuestro Señor en representación de la humanidad, formáis parte de las tribus de Israel, de los 144,000 marcados de mi pueblo escogido, mas los unos estáis en espíritu y los otros en materia.

8. De este Mensaje de paz y consuelo lo llevaréis a todos los lugares de la Tierra, porque grande es la menesterosidad de la humanidad. Yo he dejado vuestra alforja rebosante de mi caridad y he posado en vuestra mano una espada para que apartéis la tiniebla que en vuestro camino quisiese deteneros.

9. En este Tercer Tiempo os he preparado la mesa y he brindado el manjar espiritual a vuestro espíritu; porque el Espíritu Santo es el que os ilumina para que penetréis en la espiritualidad.

10. Elías ha sido el precursor en este Tercer Tiempo, él os ha reunido en el aprisco de mi amor y os ayuda a transitar en este camino para que aprendáis a perdonaros y a Amaros los unos a los otros. Todo el que practica mis enseñanzas va penetrando en la luz y la tranquilidad, y la alegría se desborda en su ser.

11. En mi amor Yo os he concedido el libre albedrío para que por vuestra propia voluntad vengáis a Mí, mas cuando vosotros no os habéis sabido elevar, Yo he venido hasta vosotros para enseñaros el camino con la ternura de mi Amor divino.

12. El verdadero Espiritualista será reconocido no por sus palabras, sino por sus buenos ejemplos. Para ayudaros en vuestra elevación, mi rayo luminoso llega hasta vuestro mundo para iluminar y elevar a vuestro espíritu.

13. La humanidad necesita de mi amor, de mi palabra que ha de llegar hasta el fondo de su corazón. El Maestro lucha incansablemente para que vuestro espíritu esté cada día más iluminado, para que despojándose de la ignorancia pueda elevarse a las mansiones superiores.

14. Las puertas de mi Reino están abiertas y mi Verbo divino viene hacia vosotros con infinito amor para mostraros nuevamente el camino.

15. He venido nuevamente entre la humanidad y no me ha sentido, porque me he presentado en Espíritu y es grande su materialismo. Si vuestro espíritu ha brotado de mi Espíritu Divino, ¿por qué la humanidad no me ha sentido? Porque ha atado a su espíritu al materialismo, a las bajas pasiones; mas he aquí al Cordero de Dios, que como luz llega a vosotros para iluminaros y entregaros la verdad.

16. Mi palabra es el alimento de vuestro espíritu, son las aguas cristalinas en donde se purificará para recibir de su Dios lo que le pertenece. No busquéis los tesoros de la Tierra, buscad los tesoros eternos para que reconozcáis las grandezas que os rodean.

17. En los momentos de dificultad, cuando os sintáis tristes y abatidos, elevaos en oración para que recibáis de vuestro Padre la caridad.

18. Pueblo mío: Os sentís abatido porque la fe y la confianza os ha faltado y de cierto os digo, que si os faltare la fe, perderéis la fortaleza y vuestro espíritu se sentirá debilitado, triste y decaído. Yo quiero que pongáis vuestra fe y confianza en Mí, para que alcancéis todo lo que necesitáis. Amad para que seáis felices, sed buenos y sencillos, sufrid con paciencia y perdonad las ofensas de vuestros Semejantes.

19. Os he llamado para que recibáis nuevamente mis enseñanzas y para que me dejéis morar en vuestro corazón y hagáis mi voluntad, para que Yo me manifieste por vuestro conducto a través de las buenas obras.

20. En el Segundo Tiempo, Yo, Cristo, me manifesté por los labios de Jesús de Nazaret y cuando los hombres me quitaron la vida, en cuanto hombre, este mensaje de luz siguió iluminando a vuestro mundo y así seguirá a través de los tiempos.

21. Analizad cada una de mis palabras y así podréis penetrar a la luz de la verdad y vuestro espíritu podrá ser cada vez más grande y se elevará por la escala perfecta de mi luz espiritual.

22. Mi luz siempre ha estado entre los hombres y se ha manifestado por conducto de mis mensajeros. Los apóstoles del Segundo Tiempo iluminados por la Luz del Espíritu Santo, sembraron la semilla espiritual de mi Doctrina. En el Tercer Tiempo vengo a doctrinaros con infinito amor, sirviéndome también del entendimiento humano, para que cuando os sintáis llenos de esta luz y de este consuelo, llevéis a la humanidad estas luces y esta caridad.

Como Yo os enseño, así enseñad; como recibís de Mí, así entregad mi palabra a vuestros hermanos, con infinito amor; no señaléis las faltas de vuestros Semejantes, porque Yo no he venido a delatar vuestras faltas. Id por el camino sembrando rosas aunque tengáis que recoger espinas. Si las espinas hieren vuestro corazón, Yo sanaré vuestras heridas. Yo os entregaré el bálsamo, el consuelo y la fortaleza espiritual.

23. Pueblo mío, en el mundo hay tribulación, mas de cierto os digo, que no será para siempre, porque he venido a apartar las tinieblas del mundo y a dejarle la luz espiritual, para que esa gran tribulación sea apartada para siempre, para que la humanidad se sienta feliz como es mi voluntad. Mas no me culpéis de vuestros dolores ni de vuestras guerras porque esa no ha sido mi voluntad.

24. Yo os he brindado paz, unión, fraternidad y buena voluntad y os he enseñado cómo debéis de Amaros los unos a los otros. No quiero las guerras en vuestro mundo ni que el dolor se enseñoreé de vosotros, es la humanidad que así lo ha querido, porque no se ha sabido amar ni perdonar, Yo como Padre os he perdonado, porque si grande ha sido vuestro pecado, muy grande ha sido también vuestra tribulación. Por vuestro dolor os he perdonado, porque todo el que sufre y llora, es digno de mi piedad y de mi misericordia, y en este tiempo vengo a enjugar vuestras lágrimas.

25. Amad y perdonad para que paséis a mi Reino llevando en vuestro espíritu una vestidura de luz. Vuestro Maestro viene a indicaros el camino para que podáis salvaros y así como Yo os doy la mano, dadla vosotros a vuestros hermanos y conducidlos mansamente por el camino manifestándoles vuestro amor y buena voluntad.

26. ¿Cuál ha sido la causa de vuestro dolor, pueblo mío? Vuestros errores: Ellos se han convertido en las espinas que han herido vuestro corazón, mas mi amor viene a sanar vuestras heridas.

27. Yo os digo: No os hagáis acreedores al dolor, venid por mi camino con la blanca vestidura de las virtudes para que penetréis en el Reino de los Cielos.

28. Vosotros formaréis parte de las huestes espirituales de los seres luminosos, porque Yo os he dado la Luz del Espíritu Santo, para que podáis brillar como las estrellas en el firmamento.

29. Nuevamente os digo: Yo soy la Verdad, el Camino, la Luz y la Vida. Venid a Mí, os llamo para que toméis estas virtudes de mi Espíritu Divino.

30. En este tiempo vengo mostrando a vuestro espíritu amplios horizontes, para que os apartéis de la materialidad y meditéis en todo el bien que podáis hacer a la humanidad.

31. Con mansedumbre y obediencia ejecutaréis mis mandatos y doblegaréis vuestra materia, para que unificado espíritu y cuerpo, hagáis mi voluntad.

32. Tenéis mi amor y mis complacencias espirituales y vosotros que gozáis de mi paz, pedid por las naciones que están en el caos.

33. Estoy haciéndome sentir en el duro corazón de los hombres, de aquéllos que llevan el propósito de alimentar las guerras, para que reconozcan que mi voluntad es más fuerte que sus propósitos bélicos. Si el corazón de esos hombres es duro y no se conmueve ante mi voluntad, mi justicia se hará sentir en todo el orbe.

34. Orad, pueblo amado, por la humanidad: Luchad y trabajad para que reciba por vuestro conducto mi caridad, porque esa es vuestra misión y la restitución que lleva vuestro espíritu en este tiempo, para que hagáis méritos ante Mí.

35. No durmáis, Israel, seguid adelante en el cumplimiento de vuestra delicada misión con la Luz del Espíritu Santo. En este tiempo se levanta la juventud y como Caín, hermanos con hermanos se arrebatan la vida.

36. Levantaos y entregad al mundo mi luz y el bálsamo para sus grandes sufrimientos; luchad con vuestra espada de luz y sacad al mundo de su pecado. Con vuestra oración apartad las malas influencias que abruman a los hombres. Quiero que el mundo os reconozca como enviados de mi Divinidad y que en este tiempo en que Yo estoy juzgando a todos vosotros, seáis mis siervos en quienes he puesto la luz y la potestad para romper las tinieblas del mundo.

37. Defended en este tiempo a vuestros hijos de la idolatría. En las distintas religiones muchos me preguntan: “Señor, Vos dijisteis que volveríais, ¿por qué no os manifestáis ante nosotros?” Son los hombres que no me han sabido comprender, porque Yo estoy cumpliendo mi palabra y haciendo mi voluntad entre mis escogidos, para que sean los mensajeros que despierten a la humanidad y den testimonio de mi presencia en este tiempo.

38. Israel: En este Tercer Tiempo, grandes multitudes os están esperando; seréis cual iris de paz y de luz al llevarles la Buena Nueva.

39. Es menester que habléis a aquellos que ocultan mi palabra y que adulteran mis enseñanzas, habladles con toda claridad, Yo seré en vuestra ayuda para que os manifestéis ante ellos, porque serán los hombres que darán motivos para que el mañana sea censurada mi Obra y alterada mi Ley, porque ellos han agregado a mi Obra lo que no le pertenece.

40. La humanidad aceptará mi enseñanza por convicción, mas mis verdaderos servidores no se envanecerán cual señores ante la humanidad. Mañana tendréis que levantaros fuertes a cumplir con vuestra misión en lugares cercanos y lejanos, para que el mundo penetre en preparación y haga mi voluntad. Mas, ¡cuántas pruebas os esperan, Israel!, ¡cuántos de mis hijos van a levantarse como lobos hambrientos para querer destruiros!, y si vosotros no estuvieseis preparados, sentiréis grandemente el dolor, cuando ésta no es mi voluntad. Llevad preparación y sed obedientes a cada uno de mis mandatos, para que sea la bienandanza en vosotros y en la humanidad.

41. Os pasáis la vida diciéndome que perdone vuestras faltas, así como vosotros perdonáis a vuestros hermanos, mas en verdad os digo, que solamente los labios repiten aquellas frases aprendidas de memoria, pero es vuestro corazón el que me ofrece un fruto real y verdaderos de vuestras obras.

42. A veces, cuando alguna prueba pesa en vosotros y erróneamente la atribuís a castigo divino, me decís: “Señor, si yo he perdonado a mi hermano, ¿por qué no me perdonáis?” En vez de decir: “Padre, perdóname si acaso no supe perdonar a mi hermano con la verdad y pureza con que nos has enseñado”.

43. Si aprendieseis a meditar unos instantes cada día y que vuestra meditación fuese sobre la vida espiritual, descubriríais infinidad de explicaciones y recibiríais revelaciones que por ningún otro medio podríais obtener.

44. Vuestro espíritu tiene ya la luz suficiente para interrogarme, así como para recibir mi respuesta. El espíritu de la humanidad ha alcanzado ya gran elevación. Observad a hermanos vuestros de condición humilde quienes, a pesar de su pobreza de conocimientos sorprenden con sus profundas observaciones, así como la forma clara con que se explican lo que para muchos otros es algo inexplicable. ¿Acaso ellos acuden a libros o a escuelas? No, pero han descubierto por intuición o por necesidad el don de la meditación, que es parte de la oración espiritual. En su soledad, aislados de influencias y prejuicios, han descubierto la forma de penetrar en comunión con lo eterno, con lo espiritual, con lo verdadero, y unos más, otros menos, todos los que han meditado en la verdadera esencia de la vida, han recibido luz espiritual en su entendimiento.

45. El hombre, a través de su espíritu, encontrará la verdad, todos palparán mi presencia, porque ya os había dicho desde aquel tiempo que todo ojo me vería, llegada la hora propicia.

46. Pues este tiempo que vivís es precisamente el anunciado por mi palabra y por mis profetas de los tiempos pasados, para que todos los hombres me vean a través de los sentidos y potencias de su espíritu.

47. No será necesario que me contemplen limitado o figurado en forma humana para poder decir que ya me han visto, sino que bastará que su espíritu me sienta y su entendimiento me comprenda, para decir con toda verdad que me han visto.

48. El amor y la fe, así como la inteligencia, pueden mirar infinitamente más allá de donde pueden alcanzar a ver vuestros ojos, por eso os digo, que no será necesario que limite mi presencia en la forma humana o a través de alguna figura simbólica para hacer que me veáis.

49. ¡Cuántos que en aquel Segundo Tiempo me miraron o pasaron a mi lado, ni siquiera supieron quien era Yo, en cambio, cuántos que ni siquiera supieron cuándo nací en cuanto hombre, me miraron en Espíritu, me reconocieron a través de mi luz y gozaron mi presencia por medio de su fe!

50. Abrid todos vuestros ojos y justificad con vuestra fe que sois los hijos de la luz.

51. Todos podéis mirarme, mas para ello es indispensable que tengáis voluntad y fe.

52. Las puertas del Reino, de aquella morada espiritual a donde debéis llegar para conocerlo todo, están abiertas en espera de vuestro espíritu.

53. Sed lo más grande que podáis en esta vida, para tener la fuerza necesaria, para escalar hacia la luz cuando sea la liberación de vuestro espíritu. Pero ser grandes en amor y en perdón, en caridad y en luz, así cuando suene la hora en que debáis dejar la materia, fácilmente os despojaréis de vuestra carga terrestre, y ya libres en el camino de ascensión, llegaréis sin tropiezos a la Mansión de la paz.

54. Para ayudaros en vuestra evolución, nuevamente mi palabra desciende hacia los hombres para indicarles la senda salvadora. Dulcemente tomo de la mano a los hombres de buena voluntad para encaminarlos hacia la luz, mostrándoles a cada paso en el sendero, las bellezas nunca antes descubiertas.

55. Al hablaros de bellezas, no me refiero a las de la Naturaleza, que para ello tenéis despiertos y desarrollados vuestros sentidos; os hablo de las bellezas de la vida espiritual, las cuales no conocéis, porque cuando no habéis sido fríos o indiferentes ante ellas, os conformáis con imágenes o formas creadas por la mente humana.

56. Yo os doy las llaves para que abráis las puertas de vuestra felicidad eterna: Esas llaves son el amor, de donde procede la caridad, el perdón, la comprensión, la humildad y la paz con que debéis transitar por la vida.

57. ¡Cuán grande es la dicha de vuestro espíritu cuando tiene dominio sobre la materia y se recrea con la Luz del Espíritu Santo!

58. Las pruebas de esta vida hacen que por instantes perdáis la fe, mas confiad en Mí, Yo os fortalezco para que cumpláis vuestra misión, y día tras día Yo iré fortaleciendo vuestra fe.

59. Yo os he preparado para que por vuestro conducto sea levantada la purificación de la humanidad, para que llevéis mi luz a las naciones que están ante sus grandes problemas. La humanidad solloza y busca la libertad para penetrar en el camino de la espiritualidad.

60. Cada día espero la llegada de mis nuevos discípulos para confiarles mi Obra y convertirlos en un ejemplo de humildad y en un espejo limpio para la humanidad. Ellos, sin hacer alarde de que son mis escogidos, se levantarán luchando y trabajando como misioneros, para entregar mi luz al mundo.

61. Grande es el número de las multitudes que me escuchan en este tiempo, mas pocos son los que han preparado su corazón cual un Santuario de mi Divinidad.

62. Es corto el tiempo para mi comunicación entre vosotros y por eso quiero contemplaros preparados. Yo os digo mis hijos: Las puertas de mi Reino os están esperando, así como cuando atravesasteis el desierto con Moisés en el Primer Tiempo, para llegar a las tierras de Canaán. Sois cual hijo pródigo que volvéis a mi regazo de Padre, que sentís nuevamente mi caricia y lleváis mis enseñanzas y si habéis llegado desnudos ante Mí, Yo os he cubierto con mi manto espiritual para que no os sintáis avergonzados. He venido a mostraros un nuevo día y a brindaros los manjares de mi mesa, porque he contemplado vuestros tropiezos y como Padre he sentido vuestro dolor, mas en este tiempo os he traído el consuelo, mi palabra cual pan de Vida Eterna, mi paz y la alegría en vuestra vida, para que os sintáis en mis brazos de Padre.

63. También el Mundo Espiritual ha sentido gozo cuando ha contemplado que nuevamente estáis Conmigo, se ha unido a vosotros para trabajar en mi campiña, para recibir a los menesterosos y enfermos, para disipar las tinieblas y entregar el bálsamo a los enfermos del espíritu.

64. Cuando os apartáis de Mí, es cuando Yo velo más cerca de vosotros para que no sucumbáis en los abismos, porque mi amor es infinito. Sois los que he entresacado de las olas embravecidas para mostraros el puerto de salvación. Yo os guiaré en el camino y mi Mundo Espiritual os protegerá y os ayudará a elevaros hacia Mí.

65. El número de mis siervos se ha multiplicado, pero serán pocos los que obedecerán después de que termine mi manifestación a través del entendimiento humano, mas Yo os digo, que tendréis mi manifestación espiritualmente y habiendo recibido mis enseñanzas página tras página, ahora a vosotros os toca levantaros para hacer el llamado a la humanidad.

66. Lleváis en vuestro espíritu los dones del Espíritu Santo y mi amor, para que seáis conocidos como el pueblo Espiritualista Trinitario Mariano.

67. El Espíritu Santo os iluminará, el Libro de la Enseñanza abierto quedará y sílaba tras sílaba comprenderéis todo lo que vuestro Maestro vino a entregaros en este tiempo. Será el Tercer Testamento que llegará a la humanidad, la palabra que en este Tercer Tiempo vine a entregaros a través del entendimiento humano.

68. Cuando la Luz de mi Espíritu Santo os ilumine de lleno, os prepararéis con pureza y amor para que de mi palabra entresaquéis su esencia y la llevéis como sustento y bálsamo a la humanidad.

69. Hasta Mí llegan gemidos y sollozos de esta humanidad. Mas, os pregunto: ¿Quién os ha herido? Calláis y entonces os digo, que han sido vuestros errores los que os han lastimado; que los hombres han llenado de espinas punzantes el camino, sin querer comprender que después han tenido que pasar por él.

70. A veces juzgáis que es una injusticia tener que sufrir las consecuencias de los errores de quienes ya hace tiempo pasaron a la Tierra; mas, ¿quién de vosotros puede asegurar no haber sido de aquéllos que sembraron de espinos el sendero? A muchos hombres les moverá a risa esta Doctrina, pero no será su espíritu quien se mofe, será su corazón, porque el humano siempre ha sido escéptico e incrédulo tratándose de lo espiritual; pero me bastará que mi palabra sea conocida por ellos para que, a pesar de su ironía e incredulidad, algo les diga que esta palabra puede encerrar un fondo que por necedad no quieren reconocer.

71. Conociendo mis enseñanzas, ¿quién pretenderá escapar a la divina justicia? Nadie.

72. Cuántos hombres después de haber llevado una existencia de pecado, se han visto exentos de penas y dolores a lo largo de su vida, y al llegar su última hora en el mundo, han creído haber burlado la justicia divina, o al menos haber escapado a ella. Ya en el Valle espiritual, aquellos seres, en vez de encontrar el tormento eterno de que les habían hablado en el mundo, con sorpresa se han visto envueltos en un hálito de luz y de paz, propicio a la reflexión y al examen ante su Conciencia. ¡Quién habría de decirles en aquellos instantes, que el camino que recorrieron en la Tierra, nuevamente habrían de tenerlo que andar! Y es entonces cuando el espíritu siente sobre sí el peso de una justicia sabia e inexorable; pero se encuentra materializado y no entiende de eternidad ni de perfeccionamiento espiritual; se rebela, juzgando como injusto todo aquello que es estrictamente justo y amoroso.

73. Si ya todos tuvieseis este conocimiento, otra sería la forma en que sobrellevaríais vuestros trabajos y sufrimientos. No habría desesperación en vuestras penas, sino muy por el contrario, íntimamente llevaríais la satisfacción de estar cumpliendo una restitución para purificar a vuestro espíritu, y en lugar de blasfemar y rebelaros, haciendo con ello más duradera y penosa aquella restitución, os iríais esforzando día a día por aligerar la carga, con la esperanza de sentir a vuestro espíritu libre de lacras.

74. Este Tercer Tiempo que es el de juicio, en el que la restitución espiritual habrá de llegar a su culminación para dar paso a una nueva Era, hago escuchar mi voz en el mundo, para despertar a los hombres de su sueño y enseñarles la forma de convertir su cáliz de amargura en cáliz de Vida Eterna.

75. He venido a revelaros la forma de acortar los días de aflicción, de arrancaros la espina con la que os habéis herido y a deciros que no quiero que os lastiméis más en el camino. Vengo a combatir vuestros errores dando luz a vuestro entendimiento, para que comprenda las causas de sus sufrimientos y las sepa evitar. Así no culparéis más al destino ni a vuestros hermanos de cuanto os acontezca, porque la idea de ser responsable, os hará no esperar que vuestras vicisitudes se remedien, sino que al punto os levantaréis, poniendo todo vuestro esfuerzo y voluntad para libraros del yugo del sufrimiento, del pecado y de la ignorancia.

76. La luz está esparcida en todo el Universo, ningún hombre al escuchar esta palabra tendrá derecho a decir que ella lo llevó a la confusión. Antes que esta Doctrina llegue a los pueblos de la Tierra, mi presencia espiritual le habrá despertado y presentirán la llegada de una Buena Nueva. Mi Mensaje llegará a bendeciros, a consolaros, a ayudaros a que os libertéis del materialismo y os elevéis hacia una vida mejor, más cercana a la verdad.

77. Pues bien, discípulos: Si habéis de volver al mundo una o algunas veces más, sea para que recojáis frutos agradables, cultivados por vosotros con anterioridad, para que vuestro espíritu experimente la satisfacción de tener ante sí la oportunidad de concluir alguna obra empezada.

78. No dejéis este planeta sin antes haber llevado a cabo en él la obra encomendada a vuestro espíritu.

79. ¡Qué doloroso para el que tiene que retornar y encuentra aquella labor que apenas dejó empezada y que ahora tendrá que verla unida a nuevas misiones, responsabilidades y trabajos!

80. Vengo para ayudaros a reparar vuestros errores, a revelaros el secreto de reponer en un día, un año perdido y en un año un siglo mal empleado, y así capacitaros para conquistar la eternidad.

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