Enseñanza 330
1. Discípulos amados: Vedme nuevamente convertido en Maestro buscando a vuestro espíritu para entregarle una nueva lección.
2. Mi palabra se convierte en bálsamo entre vosotros y en pos de ese bálsamo venís. Todo vuestro ser se conforta y vuestro espíritu se consuela con mi presencia, porque vivís en tiempos de amargura y de luchas; porque doquiera que posáis vuestra planta sentís el abrojo que hiere, mas cuando el dolor penetra en vuestro ser, eleváis el pensamiento en busca del Maestro para mostrarle conformidad y resignación ante las pruebas.
3. Desde el Segundo Tiempo os prometí un gran consuelo que no sabíais cuándo vendría. Ese gran consuelo había de venir en el tiempo en que la paz huyera de este mundo; en el que el amor y la caridad no existiesen en el corazón de los hombres y, ¡he aquí el consuelo prometido entre vosotros!, ¡he aquí el calor de mi Espíritu Divino cómo os envuelve, no solamente a los que me están escuchando a través del entendimiento del hombre, sino a mis criaturas de todo el Universo! Yo os hago sentir en este tiempo mi calor, mi consuelo y mi fuerza a vosotros que formáis mi apostolado y que en el Tercer Tiempo me habéis tenido y escuchado a través de estas manifestaciones.
4. Benditos seáis por vuestra fortaleza, por vuestra conformidad y elevación espiritual ante las pruebas que os he enviado, porque el dolor os ha purificado. Mas no es únicamente el dolor el que ha de llevaros a mi diestra, no son solamente los sufrimientos los que han de dar perfección a vuestro espíritu; el dolor lava las manchas espirituales y físicas, es obstáculo en algunas ocasiones, es freno, es motivo para la meditación, para el arrepentimiento, para la comprensión de los sufrimientos ajenos, para la elevación espiritual; pero el perfeccionamiento del espíritu se alcanza en la práctica del amor y de la caridad.
Entonces dejad que el dolor os lave cuando él llegue, nunca lo llaméis, dejadle que llegue cuando él deba acercarse a vosotros; no busquéis el dolor, buscad la paz, buscad el bienestar y la alegría, buscadla para vosotros y para los demás, deseadla para todos, porque Yo soy el Dios de la paz, de la alegría y de la luz.
5. Soy el Dios de la esperanza y el realizador de todas las esperanzas lícitas de mis hijos. Cuando el dolor penetre en vosotros, dejad que cumpla su misión, pero pensad que para ascender por la Escala de la Perfección, de la evolución espiritual, no debéis conformaros con ser fuertes y resignados en las pruebas, en el dolor, debéis además, pensar en las penas de vuestros Semejantes, debéis tener caridad de los demás y amar a vuestros hermanos; entonces vuestro espíritu habrá hecho méritos, habrá vencido el egoísmo humano, habrá vencido el amor propio de la envoltura y se habrá elevado como el buen discípulo del Divino Maestro.
6. ¿Quién de vosotros no desea la verdadera paz sobre este mundo? ¿Quién de vosotros no anhela el reinado del amor, de la virtud, de la alegría en el corazón de todos los hombres? Mas Yo contemplo que vuestro corazón ha penetrado en una verdadera resignación ante el dolor, en una gran conformidad enmedio de las pruebas y por ello os bendigo; pero, además, aliento en vosotros la esperanza de un cambio en vuestra vida. No desesperéis, no penséis que no vais a contemplar en vuestro corazón o en el de los vuestros, la paz que en tiempos pasados iluminó el corazón y los caminos de toda la humanidad. Para eso os estoy enseñando y preparando, para limpiar y preparar las tierras y los caminos con vuestros pasos virtuosos, con vuestras oraciones, con vuestros consejos de sabiduría aprendidos de Mí; con vuestras obras espirituales, obras de amor; de este modo estáis preparando este mundo y lo estáis haciendo digno de que el reino del Padre penetre nuevamente en el corazón de mis hijos.
7. No os resignéis con que este mundo sea siempre Valle de lágrimas. Quiero que por el cumplimiento y la regeneración vuestra, se regeneren las naciones, las razas y los pueblos y por esta regeneración el Valle de lágrimas se convierta en Valle de amor y de paz. ¿Acaso desde los tiempos pasados no he venido a proponer a los hombres el Reino de los Cielos? ¿No lo he traído en mi palabra y en mis manifestaciones?
8. Preparaos entonces, oh, discípulos, para que la fuerza de vuestro espíritu abra brecha, apareje los caminos y seáis como precursores de mi llegada en la senda de los hombres. ¡Yo haré nuevas todas vuestras obras! He concedido libre albedrío al hombre y le he confiado el planeta Tierra, le he dado potestad y dominio sobre todos los elementos, substancias y seres, para que formara su morada. Desde el principio del espíritu y del hombre, me he mostrado como Ley de amor y de justicia; me he multiplicado en preceptos, en máximas, en ejemplos.
He hecho de la vida, de la Naturaleza un verdadero y perfecto libro para que el espíritu del hombre no se pierda en las sendas tortuosas, para que el hombre siempre encuentre el camino, y aprenda del gran Libro de la Vida, escrito y creado por Dios. Mas ha llegado un tiempo en que he de llamar la atención de todos los hombres y he comenzado por vosotros, los últimos, los pobres y humildes, para convertiros en apóstoles de esta verdad, en profetas de los acontecimientos que han de ser, en testigos de mi tercera venida.
9. Mi enseñanza es para todos y en esa llamada de atención a la humanidad, Yo haré justicia y recordaré a todos mis hijos su misión; por su conducto todo lo destruido lo renovaré, todo lo profano lo dignificaré y pondré los cimientos para una nueva vida en este mundo.
Destruiré todo lo inútil y superfluo; destruiré de la vida de los hombres todo lo perjudicial; combatiré todo adulterio y todo vicio; combatiré la soberbia, el egoísmo, la hipocresía, y mostraré una vez más a la humanidad la Ley inmutable, la Ley de todos los tiempos, la eterna, que una vez más os estoy recordando y entonces sentiréis en verdad la cercanía de mi Reino, la presencia del Padre Universal.
10. Dentro y fuera de vosotros mi presencia será sentida y mirada con profundo respeto, con elevación espiritual, con verdadero amor y culto.
Los días felices de los patriarcas volverán, los días en que las familias por largos años vivían unidas por el amor y solamente la muerte las separaba, volverán; los tiempos en que mandatarios magnánimos y justos gobernaban a los pueblos de la Tierra, también han de volver.
Todo lo tengo preparado y esos tiempos serán de luz y de gran progreso para el hombre; la experiencia, la luz, la elevación y todo lo que la humanidad en sus grandes luchas, en sus caídas, en sus errores y en sus aciertos, haya recogido en el camino de la vida, Yo se lo dejaré como cimiento, como experiencia, como verdadero conocimiento de lo que es el bien y el mal, de lo que es la luz y la tiniebla. Y cuando las tierras preparadas se encuentren ya, vendrán a este mundo los grandes sembradores, los grandes guías, los grandes patriarcas, los buenos mandatarios y los jueces justos.
11. Cuando estos espíritus de grande luz hayan surgido entre los hombres, la humanidad sorprendida de la fuerza de la bondad y de la energía de ellos se preguntará a sí misma: “¿Y éstos, quiénes son? ¿Acaso es David que vuelve a la Tierra? ¿Es acaso Salomón? ¿Será Elías? ¿Habrán vuelto los profetas de los primeros tiempos? ¿Serán los apóstoles del Maestro del Segundo Tiempo?” Así los hombres se preguntarán; pero esto lo guardaré Yo en misterio hasta que todos volváis al Más Allá y entonces sepáis a ciencia cierta quiénes fueron los que vinieron en el Tercer Tiempo entre vosotros.
12. Los que estáis presentes en este instante escuchando mi palabra, decís en lo profundo de vuestro corazón: “Esos tiempos no los alcanzaremos, esos tiempos venturosos no los podremos vivir”. Pero el Maestro os explica: Yo voy a permitir que aunque esos acontecimientos que os profetizo están distantes, más allá del alcance de vuestra presente existencia, permitiré que la ventura, la paz y el bienestar penetren en vuestro corazón, en vuestra presente existencia y ello será como un anticipo de la dicha que esta humanidad va a gozar en los tiempos de la plenitud del Espiritualismo en la humanidad.
Y, ¿quién o quiénes de vosotros pueden saber si Yo les he de enviar a habitar este mundo en aquel entonces a recoger el fruto de vuestra paciencia, de vuestra fortaleza y de vuestra conformidad en el dolor? Será cuando aprendáis a practicar el amor y la caridad enmedio de vuestro bienestar; aprenderéis a glorificar al Padre en el momento supremo de vuestros goces y cuando estéis envueltos en aquel ambiente de beatitud y de tranquilidad, iréis en busca del necesitado; será entonces cuando más os acordéis del que sufre y de ese modo os mostraré que enmedio de la paz, enmedio del bienestar, podréis practicar mis enseñanzas y que si el dolor lava, el amor santifica.
13. Para eso os estoy preparando, discípulos, para esos nuevos tiempos que han de venir. Para que el Reino de los Cielos penetre en el corazón de mis hijos, antes ha de pasar el hombre por mi justicia, antes se ha de purificar hasta el último rincón de este mundo y cuando todo sea preparado, mi Reino será lleno entre vosotros. Mi Reino ha principiado a acercarse con la venida de mi Rayo universal hecho palabra y vida, hecho voz humana entre vosotros en este Tercer Tiempo.
14. Elías, como precursor del Espíritu Santo en todos los tiempos, vino a aparejar caminos y a despertar a los hombres, vino hacer el llamado con su campana a las ovejas dispersas, para que congregadas todas en el redil, escucharan la voz de su Señor, y esa fue la preparación, para que en este tiempo el Reino del Padre, el Reino Celestial comenzase a acercarse entre vosotros.
15. ¿Quién que haya escuchado mi voz en este tiempo, no ha sentido por lo menos un átomo de paz en su corazón? ¿Quién no ha alcanzado para su sufrimiento una gota de bálsamo o un poco de consuelo? ¿Quién que se encontrase perdido en las sendas de las tinieblas, no ha vislumbrado en mi palabra un rayo de luz? ¿Quién que se hallara cansado y se creyera sin razón de ser, no ha encontrado en mi Obra la verdadera razón de su existencia?
16. Es el Reino del Padre que se ha acercado entre vosotros; pero ese Reino no lo forma solamente el Rey, porque un rey sin súbditos no puede ser rey, y Yo he venido con mis súbditos espirituales, he venido con todo mi Reino a manifestarme; Yo como Padre y mis súbditos como hijos verdaderos de mi Divinidad y como hermanos verdaderos de vosotros. Ese es el Reino que tenía prometido, ese es el consuelo que tenía preparado para vosotros en estos tiempos y a medida que vuestra preparación avanza, que los tiempos pasan, mi palabra se va cumpliendo y mi Reino se va acercando más y más.
17. Elías, como en un carro de fuego, pasea su espíritu por todo el Universo, dejando una huella de amor, ese amor que es el fuego del Espíritu de Dios, luz que ilumina y lumbre que abraza, que calienta a los fríos de espíritu y de corazón. Y si Elías ha pasado por todo el Universo, ¿habría dejado de pasar por las naciones de este mundo? En verdad no, su luz ha sido con todos, su preparación, igual.
Él es el precursor, por eso con su paso despierta a los espíritus y si algunos permanecen aletargados todavía, es que esperan el nuevo llamado de Elías, como pastor; y él, que es incansable, insistirá sobre los dormidos, sobre los profundamente aletargados hasta despertarlos.
Mas los que van despertando, abren sus ojos y por intuición presienten el tiempo en que viven, presienten la presencia del Padre, la trascendencia del momento y su espíritu se escapa del mundo para comunicarse con su Señor, para invocarlo en su soledad, para clamarlo, para atraerlo hasta su propio corazón. Los unos llamándole como Padre, los otros como Maestro, los demás buscándole aún como Juez; pero todos, en verdad os digo, despertarán al igual que los que ya lo han hecho, ninguno será desatendido en su súplica ni en su elevación y oración. Con aquéllos Yo converso, me comunico y les preparo; pero como no están perfeccionados ni ciertos de la comunicación de espíritu a Espíritu, dudan de esta verdad.
18. ¿Quiénes son los que van a borrar la incertidumbre de los que comiencen a comunicarse espiritualmente con mi Divino Espíritu? ¡Vosotros, que seréis precursores, apóstoles y profetas; vosotros llegaréis con la palabra certera, con la enseñanza precisa, clara y el testimonio rotundo, de que Yo estuve entre la humanidad y que sigo estando presente y eterno en el espíritu de todos mis hijos y les diréis también la forma perfecta de acercaros a Mí! Vosotros enseñaréis el verdadero culto espiritual; cómo se cumple con la vida espiritual y la vida terrestre y les mostraréis el amor, la justicia y la moral.
19. Si la humanidad descubre en vosotros grandes dones y por ello se siente inferior, dadle el conocimiento de que no hay seres superiores; podrán existir espíritus más avanzados pero superiores no los hay.
En verdad os digo, que allí en la Mansión de los justos, muy cerca de Mí, existen grandes espíritus. Esa es la meta que señalo a cada uno de vosotros. Quiero que al final de los tiempos, cuando éstos desaparezcan, cuando los caminos cesen para vuestra planta y lleguéis al fin a ese oasis de paz celestial, todos seáis iguales en torno a mi mesa; iguales en la paz infinita y perfecta de mi hogar, de mi Reino.
Por eso, cuando los hombres os admiren, os adulen, os envidien, hacedles comprender que todos están donados en forma igual. Yo os manifiesto en este día, que cualquier hombre o mujer con voluntad, puede ser facultad para sanar y entregar luz, os declaro en este día que cualquier hombre o mujer puede contemplar por videncia o miraje espiritual, el Más Allá y el futuro.
20. En verdad os digo, que cualquier hombre o mujer, sea de la edad que fuere, podrá sanar y hacer prodigios si tiene amor y buena voluntad. Y si entre vosotros he señalado a los que han de tener el don de profecía, el curativo, el de facultad para trasmitir las voces del Más Allá, el don de aconsejar y de guiar muchedumbres, es porque he querido confiar a cada uno de vosotros una pequeña parte en mi Obra, pero vuestro espíritu y vuestro cuerpo humano han sido creados por mi amor en forma igual para todos; de un solo Espíritu habéis brotado y de una sola carne también.
Mas también haréis reconocer a la humanidad, que solamente debe tomar una parte en la Obra del Señor y esa parte no se la vais a dictar vosotros, únicamente les prepararéis con estas enseñanzas para que ellos a través de su Conciencia y de mi caridad, descubran el don de la misión confiados por el Padre.
21. Ciento cuarenta y cuatro mil son los marcados en este Tercer Tiempo; es una legión de espíritus, es un grupo que mi caridad ha señalado y entresacado en todos los tiempos del conglomerado de espíritus para entregarles una misión especial, una responsabilidad ante los demás y una restitución también, para prepararlos como guías, como apóstoles, como ejemplo.
Las doce tribus de Jacob en aquel Primer Tiempo eran numerosas, rebasaban en mucho 144,000 y sin embargo, de aquel pueblo tan numeroso, me ha placido entresacar para el cumplimiento de este Tercer Tiempo, solamente dicho número. A ellos he entregado la misión de despertar a la humanidad, de conducirla por el camino del Espíritu Santo, por ese camino infinito que os acerca al Padre, que comunica al espíritu del hombre con los mundos más altos y con los mundos inferiores; que acerca a todos los espíritus, que los identifica y convierte en verdaderos hermanos e hijos de Dios por medio del acto simbólico de la Marca.
22. Muchos han sido señalados, pero otros en el camino de su propia existencia serán sorprendidos y les será revelado, ya por mi Divino Espíritu o por vuestro conducto, que pertenecen al número de los 144,000 y la señal que Yo os dé, de que el número ha quedado cerrado, causará una gran conmoción en vuestro planeta y esa conmoción, ese acontecimiento, no tardará mucho en venir. Cuando esto sea y recordando muchos de vosotros estas palabras, diréis postrados espiritualmente ante el Padre: “Señor nos has señalado, ya estamos reunidos”.
23. ¡Ay, ay del Universo en ese instante, en verdad! Os dice el Padre, porque con ello haré comprender a los hombres que algo sobrenatural acontece, que algo más allá de los elementos, de la voluntad del hombre está aconteciendo, y la mayor parte de la humanidad, temerosa penetrará en oración y en arrepentimiento.
24. Escrito estaba por la misericordia de Dios y anunciado por el profeta Juan, que en la plenitud del Sexto Sello serían señalados los escogidos del Señor; he cumplido lo escrito y dicho por el profeta, tened certeza también de todo cuanto Yo os diga. ¿Quién de vosotros no comprende lo que estoy hablando? ¿Quién deja pasar sin sentir la lección que vengo entregando a mis discípulos?
25. He limitado mi manifestación, la he limitado para ponerme al alcance de todos mis hijos. No queráis encontrar mi majestad ni mi grandeza en las obras exteriores, no busquéis todo ello en la faz de las envolturas por las cuales me comunico; si ellas alcanzan un átomo de transformación espiritual, un átomo de transfiguración, es que se encuentran colmados de mi gracia. Buscadme en la esencia de mi palabra y allí me encontraréis.
26. Así manifiesto mi Rayo universal entre vosotros, se convierte en bálsamo, en enseñanzas, en profecía y en recreo para vuestro espíritu; pero también la luz de mi rayo desciende a todos los credos, a todas las ceremonias religiosas espirituales que celebra la humanidad.
En este instante estoy presente en todos los corazones recogiendo el llanto de la humanidad, dando la protección de mi amor a la orfandad, dando mi caricia llena de ternura a la niñez, fortaleciendo el corazón de la juventud, fortaleciendo a los ancianos en su fatiga, acompañando al solitario y a las abandonadas, sanando a los enfermos, escuchando hasta la última queja y cuita, tanto de los que saben pedir y orar, como de los que no saben; escuchando aun la ofensa de aquél que en su dolor blasfema, Yo le perdono su ignorancia; con todos estoy. No me aparto ni humillo al grande, no desconozco al rico ni al avaro, no me aparto del egoísta, por el contrario, Yo les contemplo como aquellos hijos que han tomado su heredad y se han alejado del Padre; en su riqueza me han olvidado, han olvidado que Yo tengo más que ellos y que un día van a necesitar de Mí.
27. Hoy no invocan mi Nombre, no buscan a mi Espíritu, no me aman, pero Yo estoy con ellos, las puertas de mi Reino están abiertas eternamente al arrepentimiento, mi Corazón abierto siempre para los pobres; porque todos sois pobres espiritualmente, unos en la riqueza material y otros en la miseria. Trayendo siempre mis dones y mis beneficios para haceros ricos y poseedores de los verdaderos valores, de los verdaderos bienes eternos.
Y si estoy con todos, ¡oh, mi pueblo!, ¿por qué no lo habéis de estar también vosotros? Quiero que también vuestro espíritu elevado hacia el Más Allá, contemple en forma igual a todos vuestros hermanos; que desde esa escala que alcance vuestro espíritu en la oración y en el amor, no distingáis a vuestros hermanos por religiones, sectas, clases ni razas, que a todos contempléis con el mismo amor y los miréis con la misma fraternidad y caridad; que no murmuraréis de los cultos o prácticas de los demás; que mucho menos os moféis del fanatismo o de la idolatría de vuestros Semejantes, porque entonces no estaríais practicando mi Doctrina como Yo os la estoy enseñando.
28. La Libertad espiritual Yo la he concedido al espíritu desde los primeros tiempos. Desde el instante en que brotaron de mi Corazón los primeros espíritus, los puse en el camino de la libertad espiritual y al hombre también desde su principio le concedí libertad para pensar. ¿Quiénes son entonces los que forjan las cadenas para los espíritus? ¿Quiénes los que cautivan y atemorizan a los hombres y a los espíritus? ¿Quiénes son los que detienen a los espíritus anatematizándolos? Los malos ministros y los malos guías espirituales de la humanidad, los que se dejan sorprender por la tiniebla para conducir por falsos caminos al espíritu del hombre.
En todos los tiempos he venido a proponer mi Ley de Amor, nunca a imponerla. Jamás he castigado a un espíritu porque no me ame o porque no cumpla con mi Ley. Solamente le pruebo, le detengo, le amonesto, le toco y le proporciono los medios para su redención; pero nunca le castigo y menos podría vengarme. En el Espíritu del Dios de Amor, no puede caber la venganza.
29. Entonces, mi pueblo, no pretendáis que todos los hombres piensen o crean como vosotros. Vosotros nunca anatematizaréis a la humanidad, no arrojaréis sentencia ni condena sobre aquél que no os siga, que no acepte vuestra proposición, vuestra enseñanza o vuestros consejos. Con el más profundo respeto y con la verdadera caridad espiritual, contemplaréis a todos vuestros hermanos y así sabréis que cada quién en su culto, en su doctrina, en su camino, ha alcanzado el sitio a que le ha dado derecho su capacidad espiritual; y ahí, en el punto en que vosotros contempléis a la humanidad, es hasta donde ha alcanzado la evolución de ella misma.
30. Vosotros solamente vais a proponer el Espiritualismo, el Tercer Mensaje de Dios a los hombres, porque el Primero fue del Padre en el Sinaí, el Segundo fue el del Cristo, y el Tercer Mensaje el del Espíritu Santo; pero en este Tercer Mensaje están unidas todas las leyes, los preceptos, los Testamentos que Dios ha legado a sus hijos.
31. ¡Llevad este rico y hermoso Mensaje a toda la humanidad y proponédselo con amor! Si así lo hacéis, veréis cómo vuestra semilla sabrá germinar en los corazones con humildad, con ese silencio con que lo hace la simiente de la tierra, así germinará también vuestro espíritu y se alegrará infinitamente al contemplar que la semilla del Padre no muere jamás cuando es bien sembrada.
32. Os preparo para que pronto seáis los verdaderos sembradores y los buenos apóstoles que llevan a sus hermanos la simiente de caridad; os estoy preparando para después de la partida de mi palabra, para que no haya caos entre vosotros, para que no exista llanto, que no vaya a penetrar en vuestro espíritu la incertidumbre o la desorientación.
33. Os he dicho, que no todas las congregaciones están preparadas, porque no han sabido despertar en estos últimos momentos, mas todos aquéllos que en verdad se preparasen, quedarán como responsables para sostener en sus pruebas el resto de los pueblos que al no escuchar mi palabra desesperen, los que en su dolor al no contemplar a los mensajeros de la palabra del Maestro en la mesa, en la que tanto tiempo comieron vayan a llorar y a flaquear en su fe.
34. Vosotros seréis en verdad, los consejeros, los fuertes como columnas, para que las techumbres de las casas de Israel no vengan por los suelos. Quiero que seáis vosotros como la voz que consuela, como un cántico, como lo fuisteis en aquel Primer Tiempo, cuando atravesabais el desierto en pos de la tierra prometida, en que las mujeres tañían sus liras para confortar y consolar a los hombres y para alegrar el corazón de los niños en su dura jornada; cuando los soldados se sentían fatigados por la batalla, cuando las plantas de los pies se encontraban encallecidas por el duro camino, entonces el cántico de las mujeres de Israel resonaba en el espacio, endulzaba el corazón de los hombres y hacía más llevadera la caminata.
35. Así también en esos instantes de silencio, de recogimiento y meditación, cuando sean interrumpidos por el llanto, por la desesperación, por el deseo de que el rayo del Padre vuelva una vez más a los pedestales, vosotros con vuestra palabra como un cántico, como una voz de consuelo, diréis: “No estamos solos, el Maestro está entre nosotros, se ha quedado en nuestro corazón para siempre”, y la voz de los vientos os alentará. Ese será el tiempo de los profetas, en el cual sus fieles testimonios resonarán en el corazón del pueblo como heraldos que anuncian en verdad los acontecimientos que han de venir, como testimonio de que el Padre y su Reino se encuentran más cerca de lo que han estado en este tiempo de mi comunicación.
36. Corto es el tiempo de mi estancia en esta forma entre vosotros y desde ahora, os preparo para algunas gracias que os voy a conceder en los últimos días de 1950.
37. Portavoces: No penséis desde ahora que aquél de vosotros reciba por última vez mi rayo y pronuncie mi última palabra, va a ser el más dichoso y el más lleno de gracia entre vosotros, no lo penséis así; voy a comunicarme en cada una de mis últimas Cátedras por cada uno de vosotros; voy a descender a cada uno de vuestros entendimientos, con toda mi gracia; voy a dejar impreso en vuestro espíritu y en vuestro corazón el recuerdo de la última vez que me manifesté por cada uno de vosotros. Será como un ósculo, como una sensación que no podrá borrar vuestro espíritu jamás, porque sois los que me habéis servido, los instrumentos por los cuales he hablado al mundo en este tiempo y os daré mi caricia y mi bendición, os acompañaré a lo largo de vuestra jornada y os esperaré hasta aquél día o instante en que lleguéis a estar a mi diestra por una eternidad.
38. Facultades: Habéis sido puerta abierta para mi Mundo Espiritual, Yo también haré que mi gracia y la de esos seres benditos, quede impresa en vuestro corazón por siempre; mi Mundo Espiritual también por última vez se comunicará a través de sus protegidos, dejando como último mensaje un consejo de amor, un consejo de ternura y de luz, y el testimonio y la confirmación de que cada uno de esos espíritus protectores, seguirán velando por los pasos de sus hermanos en la Tierra.
39. Los que tuvieron la misión de Guías y todos los que escucharon mis lecciones y las lleven a la práctica, amando y perdonando a sus hermanos: Tendrán sobre su espíritu y sobre su materia la gracia y la fortaleza del Maestro para continuar, porque su voz después de mi partida, será fuerte, una voz llena de vida, una palabra llena de esencia y de fortaleza. Todos sus dones quedarán avivados en los últimos instantes. Será cada uno de ellos un espíritu convertido en antorcha de luz y el conjunto de esas antorchas marcharán delante del pueblo para que no se pierdan. Ellos durante el tiempo de su meditación y después en el tiempo de la lucha, espiritualmente, seguirán siendo custodios del pueblo para librarlo de las encrucijadas de la esclavitud, de los tropiezos, de las celdas tentadoras, en pos de todos los obstáculos, y seguirán conduciendo a las congregaciones, al redil bendito de la unificación espiritual, de la unificación de ideas y propósitos, de la unificación de la obediencia y en el cumplimiento de los cargos confiados por Mí.
40. A los Videntes les digo: Tendréis mirajes llenos de esplendor, cual nunca los tuvisteis, precursores de vuestras revelaciones que habréis de desarrollar y recibir en los tiempos futuros, porque de cierto, todavía no alcanzan esos profetas la elevación que tienen que alcanzar; todavía sus ojos no han visto todo lo que han de ver, ni sus labios han dicho todo lo que han de profetizar. Mas la purificación que alcanzarán, guiados por su Conciencia, será tan efectiva que nunca la mentira ni la tiniebla será en su espíritu ni en sus labios, siempre sabrán distinguir la inspiración verdadera de la falsa y tentadora inspiración; sabrán recoger de la misericordia del Padre lo que Él les entregue como mensaje para la humanidad.
41. Mis Plumas de Oro: Cuya mano ha sido infatigable en estos tiempos, seguirán escribiendo el testimonio de los profetas, seguirán escribiendo su propia inspiración y también la palabra de los inspirados, de aquéllos que tengan que levantarse como maestros entre el pueblo.
42. No olvidaré tampoco a mis Columnas, aquellos corazones que también han hecho marchar al pueblo por el camino del recogimiento, del respeto y la elevación espiritual: Han sido los unos y los otros como capitanes a las órdenes de un general; han sido como Moisés en el desierto, secundados por la tribu de Judá, por aquella tribu en la cual los Macabeos fueron grandes capitanes, invencibles guerreros que abrían brecha en la ciudad, que derribaban muros y dominaban pueblos enteros, porque llevaban tras de sí al pueblo del Señor, que había de recibir como heredad la tierra prometida. ¡Así os compara a vosotros el Maestro, oh, Columnas!
43. Y el Pueblo, compuesto de párvulos y discípulos, también tendrá grande gozo y recibirá grandes lecciones del Maestro en los últimos instantes: Entre las gracias que os confié, ¡oh, pueblo!, os concederé el que podáis comunicaros por vez postrera al finalizar 1950 con el Mundo Espiritual, con los ángeles guardianes consejeros o seres curativos y también con aquellos espíritus que en la Tierra fueron vuestros padres, hijos, hermanos, amigos, o parientes; os concederé que podáis escucharlos materializados, humanizados, por vez postrera, y recibáis en aquella comunicación la caricia, el abrazo espiritual, el consejo lleno de luz, la voz de esperanza que os dice: “Seguid caminando hasta que todos estemos unidos en la casa del Señor”.
44. Así os preparo desde ahora con amor, con ternura dulcifico vuestro paladar, enternezco vuestro corazón, para que aquellos momentos sean entre vosotros como una oportunidad de acercamiento, de reconciliación, de perdón entre los unos y los otros.
Que los tropiezos, las malas miradas, las espadas de dos filos que han dejado heridas profundas en vuestro corazón, sean envainadas y todo quede borrado por el verdadero amor, por el perdón entre hermanos. Que si vuestros ojos en aquellos instantes lloran, vuestras lágrimas sean de verdadero amor y vengan más que de vuestros ojos, del manantial de sentimientos elevados de vuestro espíritu. Si vuestros brazos materiales se entrelazan, más que los brazos de vuestro cuerpo sean los brazos de vuestro espíritu, lazos de amor con que Yo he atado a todos los espíritus del Universo y que en este instante todos os reconozcáis en mi Ley.
Y si mi palabra ha cesado ya, si la voz del Maestro solamente resuena en los ámbitos como un eco lejano, que aquel amor, aquel abrazo estrecho de vosotros, sea el calor, el consuelo, la compañía que os hagáis vosotros en vuestra caminata y por ese amor, por esa caridad de los unos para los otros, contemplaréis el Santuario que Yo os pido, aquel Templo en el cual quiero morar y en donde sea mirado, oído y sentido por vosotros. Templo en el cual quiero que penetre el mundo para que me mire, me sienta, me vea, me pueda rendir culto y me ame por toda una eternidad a través del Espiritualismo, que es el Mensaje que el Espíritu Santo envía al orbe por vuestro entendimiento.
45. Vosotros también id con vuestro mensaje espiritual a la niñez, a la juventud y a la ancianidad. Ya no miréis fronteras ni digáis: “Señor, libertad a los pueblos”. Ahora decidme: “Padre, bendice a nuestros hermanos, perdónanos a todos los que te ofendemos”. Ya no miréis nacionalidades, ya no las mencionéis en vuestras oraciones.
Elevaos y estando vosotros fundidos con los ángeles, con aquéllos que siempre abogan y piden por todos, derramad también la paz de vuestro espíritu en todos vuestros hermanos y veréis entonces cómo las razas comienzan nuevamente a fundirse en una sola; las lenguas que os dividen, comenzarán a ser conocidas por los que las desconocían; las castas y linajes desaparecerán y serán sustituidas por la humildad y la comprensión.
Los engrandecidos, vencidos por las pruebas, descenderán a los que contemplan abajo y los que estaban abajo ascenderán para colocarse a la altura de los que estaban arriba; porque es tiempo de restitución y en esa restitución está mi justicia divina, que es perfecta. En cada espíritu presente, estará mi balanza pesando vuestros actos. Por lo tanto os digo: Yo soy el que sabe juzgaros y conduciros con perfección y en el misterio de cada vida, de cada destino, solamente Yo puedo penetrar.
46. Vosotros, velad y orad, para que la paz de mi Espíritu Divino, descienda en todo el mundo.