Enseñanza 314

1. Una vez más os he escuchado y la unión de vuestras oraciones ha sido el mejor himno con el cual me habéis obsequiado.

2. De cada uno de vosotros se desprende un fruto de amor que es como una nota de armonía con vuestro Padre y la unión de vuestros pensamientos forma un concierto lleno de pureza espiritual.

3. En algunos contemplo que esa nota es oración, es acción de gracias por los beneficios que de Mí han recibido.

4. En otros ese pensamiento es de tristeza y de amargura por las vicisitudes que han encontrado en el sendero. Mas con la unión de esos pensamientos formáis un acto de fe, que es el homenaje y respeto para mi Divinidad.

5. Esa es la comunicación que el Padre esperaba del espíritu de sus hijos; esa es la ofrenda de amor, que nunca le habíais querido dar.

6. Pero la oración que a través de los tiempos os he enseñado y la cual no siempre habéis podido practicar por falta de desarrollo espiritual, es la que os va guiando y bajo su luz vais alcanzando la verdadera comunicación espiritual con vuestro Dios.

7. Mientras estáis bajo la influencia de mi palabra, el mundo, con sus caminos sembrados de abrojos, desaparece para vosotros.

8. En el séptimo día, vuestra materia descansa de sus faenas terrenales y vuestro espíritu libre como una alondra, viene en pos de la fuente inagotable de mi sabiduría. Viene ante mi manifestación y se fortalece con el efluvio de mi amor que le ofrezco en la enseñanza de mi palabra.

9. Yo no vengo buscando fe en unos o incredulidad en otros. No vengo a buscar méritos grandes en unos o pequeños en otros. No, pueblo. Mi Amor divino es perfecto, soy Padre de todos y al entregaros mi enseñanza, os doy la misma esencia, el mismo amor.

10. Si la humanidad en su conjunto escuchara mi palabra, no habría en ella bendiciones para unos y para otros reclamo, o mi reclamo sería general o mi bendición sería para todos; pero es el tiempo en que me comunico a través del entendimiento humano y no todos contemplarán esta manifestación.

El número de mis testigos destinado a escuchar mi enseñanza a través del portavoz, es muy reducido, mas de cierto os digo, que si estos testigos se saben preparar, la humanidad escuchará mi palabra a través de sus labios, porque todos sabrán que el Espíritu Santo estuvo doctrinándoos a través del entendimiento humano.

11. Por eso, como Padre os preparo para que después de 1950, cuando vayáis en pos de las multitudes y tengáis que hablar en mi Nombre, no se mezcle mi palabra que es verdad, con la impureza y la mentira. Que ella brote como un torrente de agua cristalina, porque el origen de estas aguas que es mi Espíritu, es limpio y puro, y las que broten de vuestros labios también tienen que ser puras.

12. Quiero que siempre os encontréis limpios, que seáis como un oasis entre los hombres, donde todos los sedientos de verdad puedan calmar su sed y no encuentren en esas aguas la impureza del cieno.

13. Cuando este tiempo de enseñanza haya pasado, me diréis: “Padre, ¿por qué estuvisteis entre nosotros tan poco tiempo?, ¿por qué te marchaste tan pronto?” Y os contestaré: La duración de mi enseñanza a mis discípulos del Tercer Tiempo, estuvo marcada por el reloj de la eternidad, y en ella podréis comprender y continuar las lecciones de los tiempos pasados; no he venido a daros una enseñanza distinta.

14. Debo entregaros en mis mandatos hasta la última de mis palabras para que no titubeéis en el momento de las pruebas; es mi voluntad que tengáis para cada pregunta una contestación, para cada duda un rayo de luz, para cada flaqueza la fortaleza de mi Ley, y así logréis triunfar en vuestro cumplimiento, recreando a vuestro espíritu en la más hermosa y sublime misión que os he entregado desde el principio de los tiempos, que es la de redimir y perdonar por el amor, de practicar el bien, no por el bien a vosotros mismos, sino por agradar a vuestro Padre y perfeccionar a vuestro espíritu.

15. La práctica de vuestra misión os dará la paz y cuando os encontréis fuertes por la virtud del amor, enseñaréis a esta humanidad que hoy encuentro desnuda, hambrienta y enferma, a la que solamente la práctica del bien traerá para su espíritu el bálsamo que es la paz de Dios.

16. Esa será la enseñanza que llevaréis en mi Nombre a la humanidad, cuando el bienestar y la paz que es el don supremo del espíritu, no lo encuentren en la ciencia, ni en las riquezas, ni en los afectos de este mundo. Entonces encontrarán en su camino al hermano humilde, a mi discípulo, a mi apóstol que sin hacer alarde, sin pregonar su misión, irá doctrinando con sus obras de amor y de verdad. Entonces los hombres descubrirán el secreto de la paz y limpiarán su corazón para tomar de mi Reino la paz perfecta, porque la paz de los hombres se hace muchas veces por el temor de los unos a los otros. Esa paz aparente, es zozobra; con ella no hay sosiego en el espíritu.

17. Luchad, discípulos, formad en el corazón de mis hijos un reino de paz, desde el cual puedan vivir en un mundo mejor, un mundo fuerte, no como el que hoy me presentan frágil, porque con un débil soplo o conmoción de los elementos, Yo podría destruir la obra vanidosa y soberbia de los hombres; pero es la obra de mis hijos y la respeto, permito que dé sus frutos, porque sé que al fin hastiados de sus obras, aceptarán las enseñanzas de mi amor.

18. Todas mis obras tienen por principio el amor y la justicia. Todo aquello que contempláis, que alcanzáis a conocer por medio del entendimiento, hasta el más pequeño de los átomos, vive y palpita en un camino de amor y de justicia, porque todo ha sido creado por Mí, y en mi Espíritu no hay impureza, ni existe la imperfección.

19. Muchas de las grandes obras que el hombre me muestra, y a las cuales ha consagrado su vida, su fuerza y su orgullo, no tienen como principio el amor y la justicia y toda obra que no tenga ese principio, será destruida y sólo dejará a los hombres como fruto la luz de la experiencia.

20. El hombre ha fincado su nueva vida en la ciencia, investigando y formando su torre de soberbia, su torre de Babel, desde la cual no me rinde culto, no me reconoce; mas de cierto os digo, que será el hombre el que se confunda y en su confusión destruya su nueva torre de Babel. Entonces la humanidad recordará que el hombre desde el primer tiempo edificó su torre de vanidades, de desconfianza hacia Mí y las consecuencias que tuvo en los tiempos pasados, se repetirán en el Tercer Tiempo.

21. El materialismo, el orgullo y la soberbia serán abatidos, y vendrá la confusión entre los hombres.

22. Los sabios dudarán de su sabiduría, los hombres de ciencia al creer encontrar la meta, hallarán un arcano insondable. Los elementos se volverán en contra de los científicos, porque no han sido usados con amor y habrá caos entre los hombres.

23. Recordad que Yo soy el Principio y el Fin, la Ciencia y el Saber. Yo he dado esa luz a los hombres, y me he recreado en sus obras, cuando las han puesto al servicio del bien. Cuando han tomado los dones y virtudes con que les he engalanado, para el desarrollo del espíritu y de la mente, entonces me han rendido culto, han cumplido fielmente la misión que les confié; mas cuando han puesto sus dones al servicio del mal, de la vanidad, del deseo de grandeza, entonces no me han obedecido y han torcido su senda. Pero en mi sabiduría me he servido de ellos para llevar a cabo mis planes divinos, los he tomado como instrumentos de mi justicia, para ejemplo de la humanidad.

24. ¿Soy acaso el enemigo de la ciencia? ¿Soy un obstáculo para el progreso y evolución de mis hijos? Quien así lo creyese, es que no ha sabido interpretar mi palabra, no ha comprendido en su verdad al Padre, porque todo don o facultad que haya en el hombre, debe tener desarrollo, porque la evolución es Ley universal.

Todo tiene que perfeccionarse en mi Creación, todos tenéis que volver a Mí, limpios, perfectos y en multiplicación. Mas si por instantes me he interpuesto en la voluntad del hombre, es porque el pecado y la mala intención humana encuentran un límite en mi justicia.

25. Cuando la humanidad haya pasado por este crisol, cuando la luz de la verdad se levante victoriosa sobre las tinieblas, entonces, oh, pueblo amado, los hombres edificarán sobre cimientos firmes la nueva torre, que será un Templo de reconocimiento a Dios, un Santuario de paz donde no exista jamás discusión sobre mi existencia, donde el conocimiento de uno, sea el de todos; ahí no habrá idolatría, misticismo, ni adulterio a mi Ley.

Entonces los hombres levantarán con mi ayuda, sobre este Valle de lágrimas, un mundo de paz, donde florezcan todas las virtudes, donde se perfeccionen todas las ciencias; en el seno de todas las instituciones sentirán vibrar mi voz que les dirá: “Amaos los unos a los otros”, y en su vida armoniosa verán los hombres un reflejo de la Mansión eterna.

26. Si en medio de sus imperfecciones, el hombre ha descubierto tanto, ¿qué será cuando vele y ore y se acerque a Mí?; ¿qué será cuando se acerque a mi fuente de luz y de verdad, con respeto, humildad y amor? El Espíritu Santo desbordará en los hombres todas las revelaciones que ha retenido en su Arcano; cuando eso sea, no será necesario que el científico quebrante su entendimiento consultando sus libros, porque su espíritu sabrá conducirlo a la fuente inagotable de mi sabiduría; ahí me encontrará esperándole siempre, para revelarle nuevas y grandes lecciones. Así les conduciré de revelación en revelación, de morada en morada, de perfección en perfección, hasta la eternidad.

27. Para esos tiempos venideros os preparo, todos seréis testigos del cumplimiento de estas profecías, todos tendréis la dicha de ser una nota armoniosa en el concierto del Señor. Si en vuestras profanaciones a mi Ley me sirvo de vosotros para manifestar mi justicia, así también cuando viváis en armonía con mis mandatos, me serviré de vosotros mismos, para premiaros con mis revelaciones, con mis mensajes de amor.

28. Ahora estoy levantando un Santuario en el corazón de mis hijos, pero en esta edificación he de contar con la ayuda de todos vosotros.

29. ¿A qué Santuario se refiere el Padre, oh, pueblo? Al de vuestro espíritu, que en este tiempo le contemplo en ruinas, mas Yo os ayudaré en su restauración.

30. El Santuario del Señor siempre ha existido, no tiene principio ni fin, es su propia obra, es su Espíritu Divino e Infinito, que está en espera de vuestra preparación, para que os sintáis dentro de él, donde todo es armonía y perfección.

31. Vuestro planeta, siendo un átomo en medio de la inmensidad del Universo, tiene por misión ser una imagen de aquel Templo armonioso.

32. Por eso, cuando lleguéis a este reconocimiento, que no sea solamente palabra o teoría, no, discípulos, que sea algo que sintáis y viváis; entonces no tendréis necesidad de los templos de cantera, vuestro espíritu no buscará esos lugares que le impiden conocer mejor a su Dios, buscará la libertad, y en la gracia bendita que le he confiado, encontrará la escala de su perfección.

33. Será entonces cuando el hombre se sentirá acompañado y contemplado por el Padre. Cuando vea que bajo su planta no hay polvo inmundo, entonces comprenderá que su hogar es un pequeño santuario para Mí, que su mundo, siendo un átomo entre la inmensidad de la Creación, forma en su conjunto el Santuario Universal de Dios.

34. Todos los mundos en los cuales mis hijos se están perfeccionando, son como un huerto infinito; hoy sois tiernos arbustos, pero Yo os prometo que las aguas cristalinas de mis enseñanzas no os faltarán, y que con su riego iréis creciendo en sabiduría y amor, hasta que algún día en la eternidad, cuando los árboles estén colmados de frutos en plena madurez, el Divino Hortelano puede recrearse en su obra, probando los frutos de su propio amor.

35. Así os preparo, discípulos, abro ante vosotros el Libro de la Vida, para que ya no busquéis un lugar determinado para rendirme culto, para que en cualquier sitio o momento me sintáis, ya sea en los campos, los valles, las montañas o el mar; basta vuestra presencia en cualquier sitio para que sea sagrado, porque en vosotros estoy Yo.

36. Si en esta forma os hablo y os enseño, es para quitaros el fanatismo que por tradición habéis tenido, no para crear un nuevo fanatismo entre vosotros.

37. Mirad que mi enseñanza, a la vez que es profunda, es sencilla y clara.

38. Antes que seáis maestros quiero contemplaros como los buenos discípulos, que aprendáis de Mí, para que no os confundan los hombres, que a toda pregunta contestéis con firmeza y verdad, con dulzura y amor, porque esa palabra penetra más en los corazones.

39. Os he dicho que en muchas ocasiones ha bastado una palabra de sabiduría y amor, para que un espíritu se salve, que aquella palabra no se ha perdido, porque ha quedado como un sello de fuego eterno en aquel espíritu, y esa palabra que fue su salvación, no solamente la llevó en su vida terrestre, sino hasta el Más Allá. Por eso vengo a heredaros mi palabra, que es como una llave que abre el camino de la paz para los espíritus. No temáis a las encrucijadas, no os dobleguéis por las vicisitudes, destruid la duda, profundizad en mi Doctrina, y esa fuerza os dará grande dicha. ¡Ay, de los débiles! ¡Ay, de los que no se han fortalecido en mi enseñanza, porque irán tropezando en el camino!

40. Quiero que mi pueblo, mi testigo, mi discípulo, sea el fuerte en los caminos, para que salve a las muchedumbres que voy a poner a su paso.

41. Hoy no alcanzáis a comprender la fortaleza de vuestro espíritu, porque aún sois débiles en la fe, pero esa fe la fortaleceré con grandes pruebas; y la confianza que tengáis en Mí, también debéis tenerla en vosotros, puesto que los dones que lleváis Yo os los he entregado.

42. Pronto finalizará mi comunicación a través del entendimiento humano y después de 1950 no volveréis a escucharme a través de esta comunicación, mas no buscaréis a los que fueron portavoces o facultades para invocarme o invocar a mi Mundo Espiritual. Ni en la mayor prueba intentaréis profanar mi voluntad.

43. Preparaos, para que con la fortaleza de mis enseñanzas impidáis el avance de muchos acontecimientos y evitéis los que sea mi voluntad, pero si vosotros dormís, esas pruebas tendrán que llegar y dificultarán vuestra labor.

44. Cuántos hombres y mujeres van por senderos distintos al que os he trazado, llevando en su espíritu los mismos dones que vosotros poseéis. Si esos hombres y mujeres encuentran en vosotros al buen maestro, sabrán el por qué de esos dones y alcanzarán un amplio desarrollo en el conocimiento de mis enseñanzas. Mas si no encontrasen al buen maestro en su camino, unos se confundirán, otros tomarán sus dones para desarrollarlos bajo su propia idea y voluntad, otros serán instrumentos de fuerzas invisibles, que bien pueden ser de luz, pero también pueden ser de tinieblas.

45. Por eso, discípulos, no durmáis para vuestro cumplimiento; después de 1950 voy a confiaros un tiempo para que meditéis en vuestra misión, y en esa meditación llegaréis a la unificación de los conocimientos en mi enseñanza. Mediante esa unificación os enfrentaréis a los acontecimientos y a la lucha.

46. Así os prevengo de todas las pruebas y en este último año de mi presencia entre vosotros bajo esta manifestación, os hablaré de todos los peligros y os daré la forma de vencerlos.

47. Escuchad bien lo que os voy a decir: En el seno de una gran iglesia, los ministros hablarán a la humanidad del Espíritu Santo. Hablarán del Tercer Tiempo. Hablarán de los Siete Sellos. Harán el llamado a los pueblos y pretenderán escoger y señalar a los ciento cuarenta y cuatro mil, con la marca con que Yo ya he señalado a los que ha sido mi voluntad. Mas Yo tocaré a todos los hombres, en los pastores de la humanidad me manifestaré a través de la Conciencia y les someteré a grandes pruebas. En ese tiempo Yo sabré de quiénes de vosotros me serviré para dar pruebas a aquéllos, hablaré por vuestro conducto con la preparación que he venido a daros.

48. No serán los hombres los que den a conocer a la humanidad las revelaciones del Espíritu Santo, porque en mis  altos juicios, solamente Yo.

49. La Doctrina Espiritualista Trinitaria Mariana no os la ha revelado ningún hombre. Yo, como Padre, desde el Primer Tiempo os la anuncié a través de mis profetas. A través de Jesús el Verbo del Padre, os la anuncié, os lo prometí como una manifestación no muy lejana.

50. En este Tercer Tiempo comunicándome por el entendimiento humano, vine a cumpliros mi promesa y a revelaros las lecciones que estaban ocultas. No ha sido el hombre el que ha entregado los dones a vuestro espíritu, Yo os lo confié, cuando brotasteis de Mí.

51. No ha sido el hombre el que ha trazado el símbolo trinitario en vuestro frontal, ha sido el Señor quien os ha señalado en el espíritu. No ha sido el hombre el que ha ordenado vuestra misión, ha sido mi voz omnipotente.

52. ¿Cómo había de permitir el Padre, semejante profanación y confusión a los hombres? Yo, el Cordero Inmolado, soy el único digno de desatar los Sellos del Libro de la Sabiduría, del gran Libro de la Vida, que encierra el destino de todo lo creado. Yo, el Alfa y la Omega del Verbo Divino, soy el único que os puede decir las revelaciones íntimas de mi Divinidad. ¿Cómo he de permitir que el profano e irrespetuoso, tome las lecciones divinas según su voluntad, para sorprender a los ignorantes y hacerse grande entre los hombres?

53. Aparecerán brotes de estas profanaciones, pero solamente será para que despiertes tú, pueblo amado. Aparecerán señales de profanación, de falsos testimonios, de falsos milagros entre los hombres, surgirán los falsos profetas, las falsas manifestaciones que atribuirán a mi Divinidad; pero esa será únicamente una prueba del anhelo de adelanto de los espíritus, por la venida del Espíritu Santo, por el cumplimiento de mis profecías y de todas mis promesas.

54. No retardéis el tiempo de mi llegada espiritual entre los hombres; no seáis con vuestra impreparación, un obstáculo para mi manifestación entre la humanidad a través de vuestras obras, porque si bien vosotros no sois el redentor, ni pregonaréis que vais a salvar a los hombres, ni sois los únicos en esta Obra, sí fuisteis la tierra fértil que esperó pacientemente mi simiente de redención.

Sois una parte de mis legiones de luz, de mis ejércitos de paz y de verdad que en este tiempo ya están combatiendo por el establecimiento de la paz, pero os estoy preparando para que cumpláis con vuestra misión como el fuerte Israel, misión que no habéis cumplido a través de los tiempos, pero que hoy debéis concluir para que lleguéis a esta Mansión de Luz que os espera, desde la cual contemplaréis horizontes más amplios, donde iréis practicando mi justicia y mi amor e iréis elevándoos en la Escala de Perfección, hasta ocupar el lugar que os corresponde en el seno de Dios.

55. ¿Son acaso fantasías las que os vengo a entregar? No, pueblo. A vosotros como humanos, os doy la enseñanza moral y os revisto de virtud para que viváis con amor y paz en vuestro hogar, para que vuestro pan no sea amargo.

Mi Doctrina imparte bienestar, fortaleza y progreso, pero a vuestro espíritu no le basta este sustento. Al espíritu le hace falta un manjar superior para continuar, después de la muerte de su materia, su viaje hacia el infinito; para esa jornada vengo a dar al espíritu enseñanzas que parecen fantasías al hombre, lecciones profundas e insondables para la imaginación más despierta. Esta llave la confío a vuestro espíritu, para que con ella abra todas las puertas que encuentre a su paso y continúe así su jornada hacia su perfeccionamiento espiritual.

56. Mi Doctrina encierra todas las enseñanzas. Es el Camino, la Verdad y la Vida. Por eso debéis practicarla en todos los instantes de vuestra existencia.

57. ¡Dad a lo divino el lugar más elevado de vuestro espíritu y dad a la materia lo que le corresponde! ¡Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César!

58. Si aprendéis a ser justos en vuestra vida, vuestro paso será firme y la duda y la incertidumbre desaparecerá.

59. Cuando llegue el tiempo de vuestra predicación, cuando vuestras flaquezas y prácticas superfluas hayan desaparecido, cuando sólo os ocupéis de lo necesario y elevado para vuestro espíritu, entonces disfrutaréis de un tiempo mayor para practicar mi Obra, y cuando encontréis en vuestro camino al necesitado de lo que vosotros poseéis, no os mostraréis como Tomás en la duda, ni como Pedro en su momento de cobardía, tampoco seréis como Judas, débiles ante las vanidades y tentaciones.

60. Vuestro espíritu me dice: “Maestro, ¿por qué nos comparas con aquellos espíritus extraordinarios?” Y el Maestro os dice: Es verdad, mis discípulos del Segundo Tiempo fueron grandes espíritus que trabajaron entre la humanidad por su adelanto espiritual, adelanto que no habían alcanzado los hombres de aquel tiempo, ni aun en el presente. Pero fueron espíritus como vosotros y también fueron humanos como vosotros. Su virtud lucho contra sus imperfecciones, pero siendo más fuerte su espíritu, venció a las flaquezas humanas y se consagraron a la práctica de mis enseñanzas, alcanzando por medio de su virtud y de su amor, el fiel cumplimento de mi Doctrina, y el ejemplo que cada uno de ellos dejó, fue digno del Maestro que los enseñó.

61. Vosotros daréis grandes ejemplos dignos del Maestro que ha venido a hablaros en este Tercer Tiempo. ¿Por qué dudáis de Mí y de vosotros? Espero con paciencia que interpretéis mi palabra y quiero que vosotros también con paciencia enseñéis a la humanidad.

62. Yo, el Maestro pacientísimo, os explico con claridad la lección que no habéis comprendido, y la prueba que no supisteis vencer la vuelvo a poner a vuestro paso y cuando la vencéis, vuestro espíritu se siente fuerte y me da gracias; entonces el Maestro tomando el Libro de la Sabiduría os enseña una nueva lección.

63. Mas cuando ese Libro quede guardado en el cofre de vuestro corazón, os diré: “Ya no sois los discípulos, sois los maestros. Id a la humanidad que ignora mis revelaciones y abrid ante ella el Libro de la Sabiduría y con la misma paciencia con que os he doctrinado, enseñad a vuestros hermanos”.

64. Si os he mostrado vuestros defectos, ha sido para que los corrijáis, también vosotros cuando vayáis entre vuestros hermanos y en ellos encontréis los mismos defectos, recordad que se corrigen con paciencia y con amor.

65. ¿Acaso he traído en mis enseñanzas la violencia? ¿Por ventura he usado el látigo para enseñaros? No, discípulos, os he perdonado con dulzura. Vosotros, varones: ¿Ya estáis practicando la paciencia con la compañera? Vosotras, mujeres: ¿Habéis sido pacientes con vuestro esposo? Y ambos esposos: ¿Habéis tenido paciencia para corregir a vuestros hijos? Si habéis practicado en esa forma, me habréis imitado, si no lo habéis hecho así, os perdono, pero os probaré en el camino hasta que salgáis avante.

66. Os dejo una vez más mi palabra como simiente de amor. Cuando vayáis a sembrarla, pensad que la semilla material no nace en el instante de sembrarse, mucho menos puede florecer y fructificar. Todo ello requiere amor, méritos y abnegación para cultivar.

67. La tierra que os concedo es el corazón de la humanidad, la simiente es mi Revelación como Espíritu Santo, consagraos a vuestro cultivo, amadlo, bendecidlo, porque con vuestro ejemplo estaréis enseñando a nuevos labriegos, que serán con vosotros los sembradores del Tercer Tiempo.

68. Aprended a conocer mi enseñanza. ¿En dónde podréis encontrarla? ¿Acaso en la palabra que vierte el portavoz? No, discípulos, mi enseñanza la tenéis en la esencia de esta palabra. Cuando os comuniquéis de espíritu a Espíritu con vuestro Señor, ¿cómo podréis reconocer mi Voz divina? En la voz de vuestra Conciencia, ahí me tendréis eternamente doctrinándoos.

69. Mi amor conmoverá vuestras fibras más sensibles, pero será la armonía con vuestra Conciencia, la que os haga escuchar mi divino Concierto y muchos me contemplaréis en la dulce silueta de Jesús. Debo advertiros que la silueta de Jesús no es la forma perfecta en que me contemplaréis. Si os dije en los tiempos pasados: “Todo ojo me verá”, os di a entender que todos conoceríais la verdad, aunque debo deciros que Yo me limitaré según la evolución de cada espíritu. Mas cuando ascendáis por la Escala de Perfección, entonces sí me contemplaréis en todo mi esplendor.

70. Por ahora, no tratéis de imaginarme en ninguna forma, meditad: Si vuestro espíritu siendo limitado es esencia, es luz. ¿Qué forma podrá tener mi Espíritu Universal que no tiene principio ni fin? Dejad lo insondable en la intimidad de mi Arcano, velad y orad, y cuando la muerte humana deje en libertad a vuestro espíritu, le descorreré un velo más en mi libro infinito de revelaciones, para que conozca al Padre y se conozca a sí mismo, para que al llegar al Más Allá, os extasiéis ante la contemplación de un mundo mejor, de un mundo maravilloso que os espera, pero que no será el último que moréis.

71. Orad, pueblo, orad por la humanidad; con vuestra oración o sin ella Yo estoy con todos, pero anhelo que florezca entre mis hijos el precepto de Amaros los unos a los otros.

72. He visitado vuestra morada, y contemplado vuestras necesidades, os he dejado un presente de amor. Vosotros no habéis querido aprender mi lenguaje divino. Yo si conozco el vuestro, aunque sea imperfecto.

73. Caminad con firmeza en mi sendero y lo encontraréis sembrado de prodigios. ¿Quién os ha dicho que el tiempo de los milagros ha pasado? ¿No es un milagro de amor vuestra existencia? ¿No presentís el peligro que se cierne a vuestro alrededor? ¿No presentís el peligro que rodea a vuestro mundo? ¿Por qué no perecéis? Porque un milagro de amor os protege.

74. Todo cuanto os rodea, ha sido creado por Mí como un milagro maravilloso de amor, para engalanar a mis hijos muy amados.

75. El tiempo de los milagros está en la eternidad. Yo soy un milagro infinito de amor para todos mis hijos.

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