Enseñanza 285
1. Mi paz sea en los hombres de buena voluntad. De cierto os digo que, quien lleve esta paz en su espíritu, sentirá mi presencia.
2. En este tiempo de enseñanzas habéis sentido mi paz en vuestras pruebas, habéis tenido consuelo en vuestros sufrimientos, probándoos de esta manera, que quien acepte su destino con buena voluntad, podrá tropezar, mas no llegar a caer.
3. A veces me decís: “Señor, ¿por qué no nos tocas como a otros pueblos, siendo nosotros tan ingratos y desobedientes como lo pueden ser nuestros hermanos?” Y os digo: Es que os estoy dando tiempo para vuestra preparación. ¿Creéis que si la guerra os estuviera amenazando, me estaríais escuchando y podríais meditar en mi palabra? Comprended cuán precioso es el tiempo que os he confiado y la responsabilidad que tenéis de aprovecharlo en vuestra preparación espiritual.
4. Para invertir bien este tiempo en vuestro beneficio espiritual y en el de vuestros hermanos, necesitáis de un frecuente examen, oyendo la voz de vuestra Conciencia, a través de la cual podáis descubrir todo aquello de que debáis examinaros y a la vez comprender la mejor forma de aplicar mi Doctrina a los diferentes actos de vuestra vida.
5. ¿Os duele verdaderamente la situación que atraviesa la humanidad? ¿Siente vuestro corazón el dolor de las naciones que se destrozan con la guerra? Pues haced méritos por ellas, orad y enviadles con vuestros pensamientos la paz.
6. Ahora os parece que es la desgracia la que se cierne sobre el mundo, a lo cual os digo, que lo que muchas veces miráis como desgracia, es un bien.
7. El dolor, la miseria, la misma muerte llegarán como bendición a las puertas de muchos seres que vivían sin freno y pecaban sin límite.
8. ¡Ah, sí comprendieseis cómo el dolor que llega a tocar a la envoltura, es un bálsamo y un alivio para el espíritu! Porque mientras la materia tuvo salud y bienestar, el espíritu mucha veces fue arrastrado al abismo, o se sintió aprisionado dentro de una vida llena de placeres y pasiones desatadas, pero vacía de luz para el espíritu. Hasta que llegó el dolor, como una fuerza más poderosa que las pasiones humanas, a detener al hombre en su ciega carrera, haciendo que el espíritu se librase, bendiciendo el dolor y reconociendo que no existe justicia más sabia que la de Dios.
9. Unos pronto llegan a esta comprensión, evitando con ello muchos sufrimientos, otros son duros y tardíos para comprender, llegando hasta a blasfemar y a renegar, aumentando con ello su cáliz de amargura.
10. Orad por todos, pueblo, no eludáis vuestra responsabilidad, argumentando que no oráis por las naciones que sufren, porque en ese dolor se están purificando. Ciertamente ese dolor las purifica, pero comprended que vuestras oraciones y vuestros pensamientos ayudan a que ellas acepten con amor su cáliz de amargura, para que comprendan el sentido que encierra su dolor y para que de su espíritu brote el propósito de enmienda y la inspiración que les mueva a la fraternidad.
11. Si oráis bien, Yo haré que vuestro espíritu se desprenda y llegue hasta ellos como alondra de paz, como un mensajero de salud y de luz.
12. De esos triunfos no podrá envanecerse vuestro corazón, porque él nada sabrá de la obras que espiritualmente hagáis.
13. Sólo Yo sabré de esas obras, las que irán siendo anotadas una a una, en el libro de vuestros méritos, aquel que se va imprimiendo en la Conciencia.
14. Os encontráis próximos a grandes acontecimientos. No pasará un solo día sin que estremezca a la humanidad algún suceso, alguna prueba o alguna señal. Será la voz incesante de mi justicia, llamando a los hombres a volver su pensamiento a Mí, mas todos los que en esos días de prueba despierten a la intuición, mediten y concluyan atribuyendo a la divina justicia dichas pruebas, serán llenos de mi luz, para que no vuelvan al letargo espiritual en que vivían.
15. Mi justicia ha llegado humanidad, viene a humillar la soberbia del hombre, para hacerle comprender cuán pequeño es en su maldad y en su materialismo.
16. Si, pueblo, vengo a abatir al hombre en su falsa grandeza, porque quiero que vea mi luz y se eleve, para que llegue a ser grande en verdad, porque Yo os quiero llenos de luz, de elevación, de bondad, de poder y sabiduría.
17. Mi voz es escuchada nuevamente tal como lo anunciaron desde los primeros tiempos los profetas y como se lo revelé a mis discípulos.
18. Este es el tiempo en que os prometí mi retorno en Espíritu en el cual llegaréis a sentir mi presencia dentro y fuera de vosotros, y en el que aprenderéis a comunicaros Conmigo, de espíritu a Espíritu.
19. Estoy formando un pueblo que, aunque en apariencia pobre, entre él no hay parias, ni miserables, ni débiles de espíritu. A cada quien le estoy revelando sus dones para que se levante en el camino, satisfecho de ser mi discípulo y de poder ser útil a sus Semejantes.
20. Mi nuevo pueblo será de profetas, de consejeros, de maestros, de doctores del espíritu.
21. Mi palabra llega a estos corazones como una brisa que aviva la flama de su fe, porque quiero verlos ardiendo siempre como lámparas.
22. Mi palabra en el Segundo Tiempo, así como mis obras, abrieron a los hombres el camino de los Cielos, y en este tiempo os he traído nuevas lecciones. ¿No habéis escuchado la voz del Mundo Espiritual? ¿No habéis sentido la aproximación de aquel mundo que creíais tan distante y tan incierto?
23. Mirad con cuánta luz y con cuánto amor se han manifestado sobre vosotros vuestros hermanos espirituales.
24. No sabéis con exactitud el sitio desde el cual vienen aquellos espíritus de luz, aquellos ángeles custodios y guardianes de la paz; pero tenéis la certeza de que vienen de moradas superiores.
25. Así es, humanidad, ellos vienen de moradas y mundos más elevados que el vuestro para ayudaros a caminar ascendiendo hacia la perfección. De la misma manera ayudan a los que habitan en otros Valles y que también están necesitados de conocimientos más elevados.
26. Si alguien juzgase mala mi Doctrina que os habla en estas lecciones, Yo le digo, en verdad que no sabe lo que dice, ni conoce al Divino Maestro, ¿no adivináis el plan divino de formar con todos una sola familia?
27. Os estoy haciendo estas revelaciones, para que comencéis a preocuparos por vuestro futuro, así como en la Tierra os habéis preocupado tanto tiempo por vuestro mejoramiento material.
28. Escuchad la voz del Mundo Espiritual, porque es el testimonio de la incesante actividad del espíritu, trabajando, purificándose, reparando sus faltas, desempeñando misiones; en una palabra, acercándose a su Padre.
29. Comprended que en este Tercer Tiempo, etapa del Espíritu Santo, natural era que viniera a hablaros sobre la vida espiritual.
30. Sólo esta Doctrina podrá salvar a la humanidad del mar embravecido y tempestuoso de pasiones, intereses, odios, soberbia y ambiciones mezquinas de los hombres. Viene mi palabra como barca salvadora a rescatar a los náufragos que han zozobrado en el mar de las pasiones.
31. Discípulos: A vosotros confío mi palabra, sentidme en la esencia de ella. Mañana estos portavoces desaparecerán, sus cargos serán transformados y sólo quedará escrita mi palabra en los libros que las Plumas de Oro, han formado por mi voluntad.
32. Discípulos: Aquel que reconozca mi palabra a través de esta manifestación, debe reconocer también que es el momento de empezar la restauración de todo lo que la maldad de los hombres ha destruido.
33. Si todos los llamados acudiesen a la mesa del Señor, en donde se sirve el manjar que alimenta al espíritu, ésta se encontraría completa pero no todos los invitados han llegado.
34. Es condición del hombre no saber corresponder a los beneficios de Dios, y por eso habéis visto a muchos de vuestros hermanos desairaros cuando les hacéis el llamado.
35. Mas os digo, que estos pocos que se sientan a mi mesa y que persisten en escucharme para aprender de Mí, serán los que den a conocer a las multitudes la grandeza de mi palabra, el sentido de esta Doctrina que llama a los hombres a la reconstrucción de un mundo que ha llegado a su final, para dar paso a uno más luminoso y elevado.
36. Para que podáis obtener una palabra y una manifestación más pura a través de estos portavoces, os he aconsejado espiritualidad y sencillez, porque así entonces brotará de sus labios la palabra dulce y sustanciosa como fruto en sazón.
37. Los que no se han dado cuenta de que la sencillez de la forma es donde brilla más la verdad y la luz de mi palabra, y van buscando manifestaciones externas con que impresionar los sentidos de las multitudes, Yo les digo, que en los actos y prácticas que tengáis dentro de mi Doctrina, sólo la verdad debe imperar.
38. Ya no es el tiempo en que alimentéis de misterios a vuestro espíritu, aunque esos misterios tengan para vosotros la atracción de lo desconocido.
39. ¿Por qué queréis impresionar con manifestaciones exteriores que no comprenden vuestros hermanos? ¿Por qué vais enseñando actos en apariencia sobrenaturales, pero en realidad exentos de luz y verdad? ¿No es suficiente la esencia que desborda mi palabra, o no es maravilloso que Yo hable a través de vuestras bocas?
40. ¡Cuán materialistas sois muchos de vosotros! Mas debéis convenceros de que todo lo que añadieseis a mi manifestación, tan simple y sencilla por ser mía, sólo será como un tosco y rudo velo que impida contemplar la verdad a vuestros hermanos.
41. Antes de iniciaros en el cumplimiento de alguno de los cargos que esta Obra os ofrece, meditad profundamente en lo que os he enseñado y en lo que vais a hacer, para que no hagáis nada que sea contrario a mi Ley.
42. Cuántos de los que creen ser los discípulos obedientes, sin darse cuenta son rebeldes a mi voluntad y cuántos creyendo ser apóstoles del Espiritualismo, por sus obras son los primeros en negarlo, por lo tanto, son enemigos de la Doctrina que están predicando.
43. ¿Qué se espera del hombre evolucionado espiritualmente? Se espera el dominio sobre sí mismo, la manifestación de sus potencias y dones. Comprended que la inteligencia del hombre cada vez tendrá que ser mayor y por lo tanto, se encontrarán más capacitados para comprender la Obra de Dios. En cuanto al espíritu, ese no puede permanecer inactivo, su anhelo de evolución es como un instinto que lo lleva a la elevación, al continuo esfuerzo por perfeccionarse en las sendas trazadas por las leyes divinas.
44. Discípulos: Vuelvo a deciros que busquéis la espiritualidad por los caminos de la sencillez y la pureza, que dejéis a un lado vuestras esperanzas de ser tocados en vuestros sentidos por aquello que llamáis sobrenatural, porque sí estáis convencidos de que vais por el camino de la verdad, creed lo que de Mí estáis escuchando y entended que os estoy enseñando a sentir en una forma sutil y a desechar complicaciones innecesarias.
45. Los que no logren satisfacerse con lo que mi palabra manifiesta y expresa, es porque su materialidad espera acontecimientos extraordinarios para creer en mi manifestación, espera ver llover fuego del cielo o que los mares se abran para dejar ver sus abismos y entonces decir: “¡El juicio de Dios ha venido a la Tierra!” Mas os pregunto, ¿por qué os horrorizan esos acontecimientos?, ¿pretendéis que sean los únicos que puedan manifestar la justicia y el poder de Dios, cuando deberíais sentir y contemplar su presencia en lo que manifiesta paz y amor?
46. ¿Es preciso, entonces, que mi partida en este tiempo sea aterrorizando a la humanidad para que testifique que se trata de un acontecimiento divino?
47. Desead mejor que la prueba de que estuve con vosotros sea la luz de la esperanza en un futuro mejor; que sea un estremecimiento de la humanidad, un destello de fe que le haga contemplar en medio de su turbación, la luz de una nueva aurora.
48. Yo quisiera que buscaseis en todo la interpretación de la bondad divina, porque en todo la encontraréis; mas, si aún sois pequeños para descubrir ese divino Amor que es espiritual, mirad la Naturaleza que os rodea y que a cada paso os habla del amor del Creador hacia sus hijos. Si a veces veis que esta Naturaleza os trata con rigor, sabed que ella es también criatura sujeta a evolución y a perfeccionamiento como vosotros, y que, a medida que ella se eleve por esa escala de perfeccionamiento que existe en el camino de todas las criaturas, podrá ser albergue de seres cada vez mayores en inteligencia y en elevación espiritual.
49. Dejad que mi palabra quede escrita para que el hombre de mañana vea como una profecía lo que ahora os he dicho.
50. Pueblo: Si queréis avanzar, dejad la pereza que hay en vos; si queréis ser grande, aplicad a vuestras obras mis máximas; si queréis conoceros, analizaos a través de mi palabra.
51. Comprended cuánta necesidad tenéis de mi palabra que vierte amor, sabiduría, consejos y ayuda, pero a la vez sentíos responsables de lo que os entrego, porque no sois los únicos necesitados en el mundo, hay muchos que han tenido hambre y sed de estas enseñanzas y debéis pensar en prepararos para ir a ellos con el mensaje de mi amor.
52. Apurad con paciencia vuestro cáliz, en verdad os digo, que en su amargura encontraréis la luz para vuestro espíritu. El dolor os hará escuchar la voz de la Conciencia, aunque debo deciros que este fardo que habéis llevado, ese dolor que habéis bebido y esas lágrimas que han vertido vuestros ojos, no son precisamente el camino de la vida trazado con mi huella y con mi Ley, ese camino de dolor que recorréis es la senda de expiación y de purificación que tiene que recorrer vuestro espíritu para llegar al camino de la Vida Verdadera, donde sólo se ama, se sirve y se trabaja para el bien.
53. Tened conocimiento de todo esto, a fin de que sepáis que para servirme verdaderamente, antes deberéis pasar por la purificación hasta que no quede nada de lo que hubieseis hecho mal. Vuestro ejemplo servirá para que las generaciones venideras encuentren un camino preparado y no vayan a perderse entre los breñales o a herirse en los guijarros del sendero.
54. A vosotros, Espiritualistas, os confío la tarea de derribar esa barrera que la humanidad levantó entre Dios y ella, barrera de falsa fe, de aparente creencia en lo eterno, de materialidades y de cultos superfluos.
55. A vos, pueblo, os entrego que derribéis de su pedestal al becerro de oro que los hombres no han cesado de adorar, aunque se crean lejos de la idolatría y el paganismo.
56. Mas os digo, que en vuestra lucha no deberéis hacer uso de la fuerza, de la violencia o de las palabras hirientes. Vuestras armas deberán ser la palabra de luz que revela la verdad, las obras de caridad que envuelven en un efluvio de consuelo al que sufre, la fuerza que emane de vuestras oraciones y de vuestro pensamiento.
57. Cuando hayáis destruido los obstáculos que venían apartando al hombre de la senda espiritual, veréis entonces el principio de transformaciones muy grandes en la vida humana. Estas transformaciones se verificarán en el orden espiritual, en el moral, en el de la ciencia, en el de las instituciones, en vuestras formas de gobernaros.
58. La huella de este pueblo en el Tercer Tiempo, nadie la podrá borrar, porque en sus obras estará la fuerza de mi verdad.
59. ¿Veis para qué os purifica el dolor? Vuestro camino está trazado, vuestra misión ha sido definida por Mí.
60. Yo he arrancado de vuestro corazón la muerte que llevabais, Yo os he llenado de vida.
61. Aquella muerte era en vosotros, porque se habían extinguido la fe y la esperanza en vuestro espíritu, porque carecíais de la luz del conocimiento. Ante vos he levantado un árbol de vida, cuyos frutos, llenos de esencia, de sabor celestial y de dulzura, se desprenden pródigamente sobre las multitudes, para apartar de ellas su menesterosidad espiritual.
62. En vuestro corazón estoy edificando un Templo donde se percibirá claramente mi presencia, donde se escuchará claramente el eco de mi voz y donde brotará luz y paz para toda la humanidad.
63. En el Primer Tiempo os inspiré los cimientos de ese gran Santuario del espíritu; en el tiempo en que estuve como Maestro entre los hombres, os enseñé la forma de elevar los altos muros, y ahora os estoy revelando de qué manera debéis concluir esa obra que, una vez terminada, sea digna de la presencia de vuestro Padre.
64. ¿Podríais decirme, cuál es la esencia de cada una de estas tres lecciones, sobre las cuales os he inspirado para la construcción del Templo del Espíritu Santo? Sí, pueblo, bendito seáis, porque todos interiormente contestáis a mi pregunta y os acercáis a la verdad. Los cimientos del Santuario fueron lo que vuestro Padre enseñó en la Ley del Primer Tiempo, los altos muros fueron el amor y la caridad que en su Doctrina trajo el Mesías a los hombres. Las cúpulas, las columnas y el altar con el que había de quedar construida esta obra, son la sabiduría, la espiritualidad y la elevación que en este tiempo mi Espíritu, en su mensaje de luz, os ha inspirado.
65. Ese Templo levantado por Mí en Tres Eras, es aquel del que hablé ante los incrédulos, cuando señalando el templo de Jerusalén, les dije: “Destruid ese Templo y en tres días lo levantaré”.
66. Mi Templo, pronto habrá de quedar concluido, mientras que de aquel de Jerusalén, ni sus cimientos quedan, como no quedará tampoco ni piedra sobre piedra de todo templo que no haya sido levantado sobre los cimientos de mi Ley, del amor y de la espiritualidad.
67. Mirad cuán grande es el esplendor de esta Era, mirad la luz de un nuevo tiempo en el que se están cumpliendo todas las profecías dadas por Mí y las que os anuncié a través de mis profetas.
68. ¡Cuántos caminos habéis recorrido buscando la verdad para llegar a Mí! Ni las ciencias ni las filosofías respondieron a vuestro llamado y después de vuestra búsqueda termináis comprendiendo que esa verdad radica en el Padre y de Mí parte hacia todos los seres.
69. Yo he iluminado al hombre para que viva su Verdadera Vida y conozca el destino bendito que le he señalado. Es él la única criatura hecha a imagen y semejanza mía, y por lo tanto, la más próxima a Mí, porque posee un soplo de mi Espíritu y por esto está capacitado para hacer obras semejantes a las mías.
70. Vosotros poseéis la voluntad y el libre albedrío para que os conduzcáis inteligentemente, obedeciendo la voz de la Conciencia que es mi propia voz y por ella conozcáis lo que es lícito, lo que debéis tomar y desechéis lo impropio, lo que no os pertenece. Pero he mirado que desde los primeros días de vuestra vida en la Tierra, os inclináis hacia el materialismo y empezáis a desconocer vuestra misión espiritual que es la principal razón de vuestra existencia.
71. Os dejé desde los primeros tiempos mis preceptos que conducen a la paz y a la felicidad espiritual, y después, en Jesús os manifesté mi amor.
72. No os hablé en ese tiempo como juez severo, sino como Padre, y vosotros no entendisteis este amor infinito que comprende y perdona todo, ese amor que es paciencia, generosidad, que quiere sólo el bien y lo derrama en todas sus criaturas.
Si queréis llamaros dignamente hijos míos, amad, porque vosotros estáis formados por este Amor divino que ha creado todo, para ofrecerlo a vosotros, y entonces comprenderéis vuestro destino de amar, de proteger y bendecir al igual que vuestro Padre, y después de vuestro cumplimiento tornaréis a mi Seno para formar Conmigo un solo espíritu.
73. Desde los primeros tiempos os enseñé a amarme en espíritu, y os dije que nada podía representarme en este mundo, sino el hombre virtuoso. No os enseñé rito o culto material y sólo os dije: “Cuando queráis hacer comunión con vuestro Padre, elevad el espíritu, buscad la altura y de ahí vendrán a vosotros todos los dones y beneficios que solicitéis”.
74. Os dije en aquel tiempo que no temieseis a la muerte porque ésta no existe; en mi Creación todo vive, crece y se perfecciona. La muerte corporal es sólo el fin de una etapa que atraviesa el espíritu para volver a su original estado y seguir después su camino de evolución. Creed, tened fe y viviréis por siempre. Hoy más que nunca necesitáis revestiros de fe, porque estáis cruzando por una Era de pruebas y dificultades. Los elementos que han de purificar al hombre, están desatados, y no descansarán hasta reducirlo a la razón, al bien y a la justicia.
75. Vosotros, libraos de la soberbia y dejad que florezca la humildad y la sencillez, para que podáis aceptar todas las pruebas que han de venir; comprended que es necesario que paséis por ese crisol para que recobréis vuestra limpidez. Hoy que tenéis una lección más y sabéis que no estáis ya en la niñez ni en la adolescencia espiritual, sino que tenéis la madurez, podréis comprender mis palabras de otros tiempos y las que en éste os doy.
76. No pretendáis conocer mis íntimos designios, porque ahí no podéis penetrar; sólo sabed que soy todo Presencia y Poder, que mi Espíritu llena el Universo y al mismo tiempo habita en cada espíritu y que a todos os amo y concedo lo necesario para su vida, para que esta luz os dé esperanza y confianza en el porvenir.
77. Todo cuanto sufrís y esperáis lo sé y siento vuestro dolor, sólo os digo, que uséis esa fortaleza que os he dado y vuestras pruebas serán benignas.
78. Vosotros que habéis sido escogidos para recibir este Mensaje, debéis velar y preparaos porque después de 1950 tendréis que llevar esta noticia de que he vuelto a vosotros, a todos vuestros hermanos. Y si veis desatado el caos y por doquiera oís ayes de dolor, pensad que así como los campos son arados, el corazón humano tiene que prepararse para recibir la semilla.
79. Os he concedido como un privilegio en este tiempo la presencia de seres espirituales de grande elevación y experiencia. No sólo mi Espíritu comunicado con el hombre por medio de mi rayo, sino también el Mundo Espiritual, ha venido en vuestra ayuda, cumpliendo así una misión muy alta. ¡Cuánto han logrado con su presencia en esta Tierra el amor y la caridad de esos seres desconocidos para muchos, y cómo han acercado este mundo a ése en que ellos habitan, para hacer alianza y elevaros por la senda de la virtud!
80. Vosotros que habéis sido llamados como instrumentos para su comunicación, servidles con amor y preparaos, porque sois los vasos que estáis recibiendo la palabra que vierten vuestros hermanos espirituales; sólo así podréis preciaros de poseer la verdad que Yo y el Mundo Espiritual hemos traído para la humanidad.
81. La verdad que tanto habéis buscado, os la estoy dando a conocer en esta palabra sencilla y humilde. Esa verdad que no es sino el amor, os la estoy ofreciendo a raudales para que la poseáis siempre y participéis de ella a vuestros hermanos. Sentidla, llevadla celosamente en vuestro espíritu, porque es la esencia divina con que os alimentaréis eternamente.
La verdadera forma de vivr