Enseñanza 282
1. La Luz divina vibra para vosotros, se hace palabra para daros una nueva lección. Bendito sea el que se prepara como si su corazón fuese un Santuario, porque él se ha asomado a la Vida Verdadera cuando ha escuchado mi palabra.
2. Venid todos y mirad mi prodigio de amor, he venido a salvar pecadores a través de labios de pecadores.
3. En esta Era voy a probaros el poder que poseéis como herencia o don que deposité en vosotros; no es poder de la materia, sino del espíritu, porque el hombre no es poderoso, grande, ni sabio por la carne, lo es por el espíritu. Yo hablo del que dirige sus pasos por la senda del bien y obedece la voluntad de su Padre Celestial, de aquel que cumple con las leyes que rigen o gobiernan la vida. Ese tendrá que sentirse apoyado por fuerzas poderosas que lo conducirán siempre por una senda de luz, de paz y de verdad.
4. Discípulos: Esta humilde palabra que como regalo espiritual os he traído para iniciar el nuevo tiempo, dentro de su sencillez exterior, es una más de mis obras maestras; esta forma de buscar al hombre para comunicarle a través de su mente lo divino, tiene un sentido, una esencia y una trascendencia que todos vosotros debéis encontrar.
5. Ved cómo mis pensamientos divinos toman voz en unos labios humanos que, aunque impuros, saben purificarse en el instante de este servicio, para daros un alimento de vida espiritual.
6. ¿Qué no os concederé el día en que tanto vuestro espíritu, como vuestra materia se hayan purificado para recibirme?
7. Pequeña ha sido vuestra fe y leve vuestro amor y vuestra preparación, sin embargo, el fruto que habéis recibido en mi palabra, os ha levantado de vuestro letargo, os ha enseñado a comprender, a amar, a estudiar y a sentir la vida del espíritu que era un desolado desierto en vuestras vicisitudes y que ahora semeja un oasis para vuestra vida de luchas y pruebas incesantes.
8. Si tratáis de comprender esta enseñanza, seréis en este tiempo de los que tengan pleno conocimiento de que sin Mí nada es el hombre.
9. Ved este mundo, soberbio, retador y orgulloso de todas las obras de los hombres con las que asombran a las generaciones de este siglo; en su mayoría no creen ni aman lo espiritual, por lo tanto, no oran ni practican mi Ley. Sin embargo, están satisfechos y orgullosos de poder mostrar un mundo portentoso, de maravillas creadas con el poder de su ciencia.
10. Pues este mundo maravilloso de los hombres, logrado a través de siglos de ciencia, de luchas, de guerras y lágrimas, por sus propias manos y con sus armas van a destruirlo, porque ya se acerca el instante en que la humanidad se dé cuenta de la inconsistencia y fragilidad de sus obras, a las que faltó el amor, la justicia y el verdadero anhelo de perfeccionamiento.
11. Ya pronto sabréis que nada sois sin Dios, que la fuerza, la vida y la inteligencia sólo de Mí la podéis tomar para hacer una existencia armoniosa entre el espíritu y la parte humana del hombre.
12. Yo vengo con mi nueva palabra a resucitar al mundo, porque la humanidad a través de Eras y de siglos, ha visto reinar sólo a la muerte. ¿Cuál ha sido la causa de que la muerte haya imperado en vuestra existencia? La falta de amor.
13. En verdad os digo, que el amor es la potencia inmutable que mueve al Universo. El amor es el principio y la esencia de la vida.
14. Estoy iniciando un tiempo de resurrección espiritual para todos, tiempo en el que haré florecer aquella bendita semilla de amor que derramé sobre el mundo desde lo alto de una cruz, anunciándoos que, cuando los hombres se amen como Yo os enseñé, la muerte habrá sido desalojada del mundo, y en su lugar la vida será la que reine sobre los hombres y se manifieste en todas sus obras.
15. Hoy estáis comiendo día tras día los frutos amargos del árbol de la ciencia, tan imperfectamente cultivado por los hombres, porque no habéis procurado el desarrollo armonioso de todas vuestras facultades; entonces, ¿cómo podréis encauzar por la senda del bien, vuestros descubrimientos y vuestras obras, si sólo habéis desarrollado la inteligencia, pero habéis dejado en el abandono al espíritu y al corazón?
16. Ahí tenéis a los hombres, asemejándose a las fieras, dejando en libertad absoluta sus pasiones, sintiendo odio hacia sus Semejantes, sintiendo sed de sangre, ambicionando convertir a los pueblos hermanos en esclavos.
17. Si alguien creyera que mi Doctrina puede inducir a la derrota moral del hombre, en verdad os digo, que estáis en gran error, y para demostrarlo a los escépticos, a los materialistas y a los soberbios de este tiempo, voy a concederles que recojan el fruto de su ciencia y que lo coman hasta saciarse, hasta que surja la confesión de su espíritu, diciéndome: “¡Padre, perdonadnos, sólo vuestro poder logrará detener las fuerzas que en nuestra insensatez hemos desatado!”
18. Entonces, Yo vendré en su auxilio y les daré la paz, porque ya su soberbia la habrá hecho beber mucho del cáliz de amargura. Les haré penetrar en paz y en meditación, para que, ya dentro de una vida nueva, sepan descubrir el valor de lo espiritual y aplicarlo a sus obras. Les haré comprender que la vida es semejante a una lira, cuyas cuerdas representan el amor, la espiritualidad y la ciencia, pero ellos, desarmonizando, no supieron tocar la dulce nota del amor que es la nota sublime de la espiritualidad.
19. Ha llegado el tiempo de juicio, en el que a unos les preguntaré: “¿Por qué me habéis negado?” Y a otros: “¿Por qué me habéis perseguido? ¿Tiene derecho a negar la existencia de mi Reino, el que no ha sabido penetrar en sí mismo?” Es distinto que no conozcáis mi verdad, que no sepáis aquello que podéis concebir, os digo, que es mucha vuestra ignorancia y muy grande vuestra soberbia.
20. En verdad os digo: Que quien niega a Dios y a su Reino, se ha negado a él mismo. El que quiere tomar fuerza en sí mismo, creyéndose absoluto y sintiéndose orgulloso de poder ser grande sin necesidad de Dios, muy cortos serán sus pasos por el mundo, pronto se extraviará y sus sufrimientos serán muy dolorosos.
21. ¿Dónde están los verdaderos sabios?
22. Saber, es sentir mi presencia; saber, es dejarse conducir por mi luz y hacer mi voluntad; saber, es comprender la Ley; saber, es amar.
23. El que por amor procura ser útil a sus Semejantes, se consagra al bien en alguna de las múltiples sendas que ofrece la vida, ese sabe que es un ser que debe prestarse para ser utilizado por la voluntad divina para fines muy elevados. Yo quiero que vosotros lleguéis a saber, oh, discípulos, para que seáis los que libertéis de sus errores a quienes han perdido la senda de la evolución.
24. El amor verdadero, aquel que está más allá del corazón, es el fruto de la sabiduría. Ved cómo Yo, en mi palabra, siembro sabiduría en vuestro entendimiento y luego espero el fruto de vuestro amor.
25. Existen muchas formas de hacer el bien, muchas formas de consolar y servir, todas son expresiones del amor, que es uno solo, que es sabiduría del espíritu.
26. Unos podrán ir por el camino de la ciencia, otros por el del espíritu, otros por el sentimiento y el conjunto de todos será la armonía espiritual.
27. Aprended a distinguir los diversos caminos que existen, así como a respetar las diferentes misiones que vuestros hermanos desempeñan; para ello necesitáis ser de entendimiento amplio, de juicio recto, de ánimo sereno y mirada profunda. Si no tenéis estas virtudes, os escandalizaréis sin causa justificada, cuando descubráis que existen más religiones de las que creíais y mayor número de cultos y ritos de los que conocíais.
28. Si no os preparáis, os sentiréis confundidos y turbados el día que os encontréis en medio de la lucha que se aproxima.
29. Los que me escuchan sin interés de comprender, no podrán ser los que analicen y expliquen esta Doctrina. Otros, en cambio, tratan de conocer el significado de mi palabra, la sienten, la aman, la llevan en su espíritu, en el corazón y en el cerebro; estos cada día penetran más y más en el conocimiento de mi enseñanza.
30. Cuando ese anhelo de saber más para amar con mayor perfección, cristalice entre estos discípulos, veréis reflejada en sus rostros la hermosura de la bondad, la belleza de la caridad, la grandeza de la espiritualidad.
31. Sin embargo, ninguno podría aún en ese instante mostrar su faz como el espejo de la verdad, en el que se reflejaran las virtudes del espíritu, de ese ser superior que habita en cada hombre. ¿Y qué os diré de aquel Mundo Espiritual que vibra más allá de vosotros y que también puede asomar su faz, a través de vuestras obras, palabras y pensamientos? Para aquellos seres, cada hombre es un medio de manifestarse, cada espíritu encarnado un lazo de unión y cada cerebro un conducto para comunicarse con el mundo humano.
32. Si las mentes se disponen para el bien, serán utilizadas por seres elevados, luminosos, consagrados a altos fines, pero si las mentes rechazan toda buena inspiración y dejan que sus sentidos y sus facultades sean utilizados por espíritus inferiores, éstos sólo desarrollarán pasiones impuras.
33. Yo os digo que no existe una mente humana que no viva bajo la influencia del Mundo Espiritual.
34. Muchos lo negarán, mas nadie podrá probar que sea imposible que la mente del hombre reciba los pensamientos y las vibraciones, no sólo de los seres espirituales y las de sus propios Semejantes, sino aún las mías.
35. Esta es una revelación para toda la humanidad, revelación que al ser difundida, encontrará corazones abiertos que la reciban con gran gozo, como también habrá de encontrar encarnizados opositores y perseguidores.
36. Mas, ¿qué podrán hacer para impedir que la luz del Reino espiritual brille en la vida de los hombres?; ¿de qué medios podrán valerse los incrédulos para evitar aquella vibración?; ¿quién es aquel que se cree fuera de la influencia universal, que es la fuerza creadora y vivificante de Dios?
37. Yo hablo a vuestra Conciencia, a vuestro espíritu y a vuestra razón, mas os repito que todos recibís de otras moradas, mensajes, ideas e inspiraciones, y que, así como ignoráis de dónde vino vuestro espíritu a encarnarse en ese cuerpo que tenéis, tampoco sabéis quienes se comunican invisible e insensiblemente con él.
38. A vosotros, que estáis oyendo estas enseñanzas, os digo, que no porque sea mi inspiración la que vibra en los entendimientos de estos portavoces, juzguéis que ellos son justos y puros, no, simplemente han sido dotados de una facultad para recibir y transmitir mi luz en forma de palabra. Ellos son los precursores de aquella comunicación espiritual que es promesa para los tiempos venideros, cuando los hombres tengan pleno conocimiento de que la luz del Mundo Espiritual siempre ha vibrado en su existencia, y se preparen y espiritualicen para recibir y transmitir con perfección el mensaje eterno de Dios.
39. ¡Humanidad, que negáis lo que materialmente no podéis comprobar, os digo, que sólo sabéis lo del mundo, porque si supieseis un poco del espíritu, no os atreveríais a negar la existencia, la influencia, ni la comunicación del Mundo Espiritual!
40. Un gran número de seres de luz velan por vosotros; el día que sepáis uniros en oración, en pensamiento y en fe a ellos, experimentaréis en vuestra vida una fuerza invencible, una fuerza sobrehumana y nunca tropezaréis.
41. También en torno a los hombres vibra un mundo invisible de tinieblas y turbación; el día que estéis preparados para luchar contra sus asechanzas, sentiréis en vuestra vida una libertad y una paz desconocidas.
42. Sabed que una mente jamás dejará de recibir la vibración y la influencia de mi Divinidad y del Mundo Espiritual.
43. La humanidad ha amado lo de la materia, allí tiene sus valores, allí ha puesto su corazón, su mente y sus sentidos, por eso desconoce e ignora todo lo que se refiere al espíritu. Si el hombre tuviese como ideal el espíritu, habría afinado de tal manera sus sentidos, que no ignoraría nada de lo que hoy os he dicho.
44. Sabría que el Espíritu de Dios por su esencia, se comunica en el Universo con todo espíritu y teniendo conocimiento de ello y estando iluminado por la fe, trataría de que hasta él llegasen las vibraciones de mi Espíritu, que son la fuerza, la vida y la luz que anima todo lo creado.
45. En verdad os digo y no lo olvidéis: Que no es imposible que Yo me comunique a través del entendimiento humano; imposible sería que no pudiera comunicarme.
46. A vosotros, discípulos, toca sensibilizar el espíritu y la mente para percibir todas las vibraciones espirituales, sentirlas, creerlas, vivirlas, amarlas y obedecerlas.
47. Vuelvo a deciros, que aunque la humanidad entera se interpusiese para evitar que la luz espiritual llegase a ella, jamás lo lograría, porque precisamente la vida que tiene el hombre la toma de mi Espíritu que sin cesar vibra en todo cuanto existe.
48. Estáis escuchando una Doctrina que en cualquier parte parecería extraña, pero que vosotros comprendéis y que a pesar de manifestarme en sitios tan pobres y modestos como son estos recintos, sabéis que no son lugares profanos, sino humildes albergues consagrados al recogimiento, a la espiritualidad y a la preparación para poder recibir el Mensaje celestial.
Sabéis que me estoy comunicando por medio del entendimiento humano; pero que no es el entendimiento el que habla, sino el espíritu quien recibe la luz de mi inspiración, luz que al pasar por la mente se hace idea y al llegar a los labios se transforma en palabra.
49. Este ha sido uno de los hermosos dones que en el Tercer Tiempo os he revelado, para que os pudieseis formar una idea de los atributos que hay en vuestro espíritu, así como de lo que aún está reservado por él.
50. Penetrad en vuestro interior espiritual para que os conozcáis más, porque si sólo consideráis que sois materia, negaríais vuestra grandeza, desconociendo vuestra esencia.
51. Mientras no os intereséis por conocer la verdad del espíritu, seréis débiles e ignorantes y no dejaréis manifestar a través de la materia todo lo que sois y todo lo que poseéis.
52. La ciencia materialista de los hombres, ha echado sobre los hombros de la humanidad una carga insoportable. Todos estáis cansados, camináis penosamente en este tiempo, mas Yo a todos espero.
53. Pueblo: Invitad a este banquete espiritual a vuestros hermanos que sucumben. Los veréis llevando en su mente un tesoro de ciencia, y diréis: “¿Qué puede faltarles?” Sin embargo, en su espíritu llevan un vacío desolador.
54. Venid a Mí los intelectuales, cansados de la muerte y desengañados en su corazón, venid a Mí los que os habéis turbado y en vez de amar habéis odiado, Yo os daré descanso haciéndoos comprender que el espíritu obediente a mis mandatos, jamás se cansa; os haré penetrar en una ciencia que jamás turba la inteligencia.
55. Que no teman venir a Mí porque sean fríos de corazón o severos para juzgar. Yo tendré una frase para cada quien, una palabra que será como rayo que ilumine aquellos corazones desilusionados por la ausencia de amor. No importa que no me creáis ni me améis, eso no es motivo para que Yo os excluya de mi mesa, es por los pecadores por quienes he venido.
56. Sé que muchos, en su orgullo, se resistirán a venir a aprender, considerando que todo lo saben; pero bastará que escuchen uno de mis mensajes y Yo les probaré que aún tienen corazón, que no han muerto para el verdadero amor, que delante de Mí siguen siendo mis pequeños y que aún saben llorar.
57. Mi lección de amor no vino destinada a unos cuantos que la han escuchado a través de los portavoces. Mi Mensaje ha llegado al mundo para ser conocido por todos los hombres, por lo que os digo, que él llegará bajo muchas formas, hasta los confines de la Tierra, porque es el principio del consuelo prometido a la humanidad desde el Segundo Tiempo, para cuando ésta llegase a la culminación de los tiempos de aflicción en la Tierra.
58. Hoy que veo a los hombres descender vertiginosamente a los más bajos abismos de sus pasiones, de sus vicios y de sus odios, sé que es cuando debo llegar hasta ellos a darles la ayuda salvadora. No importa hasta donde hayan descendido, Yo haré llegar a su espíritu, mi voz que les dirá: “Yo estoy con vosotros, venid a Mí, buscad la luz, Yo os ayudaré a salir de las tinieblas y luego descansaréis bajo el amparo de mi paz”.
59. Mi voz se hará oír en el Templo interior de su ser, el Templo que no ha podido destruir el hombre, porque es su propio espíritu.
60. Recordad que cuando fuisteis niños, todos vivíais en la inocencia, os asemejabais a las flores de un rosal; pero más tarde surgieron de los tallos las espinas y dejaron de dar flores. Espinas es lo que me ofrece una vez más la humanidad y menester será que la hoz sabia del Hortelano, pode estas plantas, para que en la nueva primavera vuelvan a dar rosas.
61. Hoy, dejad por unos instantes la Tierra y venid a Mí en espíritu. Por muchos siglos ha equivocado la humanidad la forma de orar, por lo que no ha fortalecido ni ha iluminado el sendero de su vida con mi amor, ya que ha orado con sus sentidos y no con su espíritu.
62. La idolatría, a la que tan inclinado es el hombre, ha sido como un veneno que no le ha dejado saborear los deleites espirituales de la oración interior.
63. ¡Cuánta miseria han arrastrado los hombres, tan sólo por no saber orar! Y es natural, discípulos: ¿Qué fortaleza espiritual puede tener un ser humano, para resistir las pruebas de la vida, si no hace nada por aproximarse a la fuente de vida que existe en mi Espíritu? Me busca en los abismos, en las sombras, pudiendo elevarse para encontrarme en las cumbres, entre la luz.
64. ¡Ah, si los hombres de este tiempo comprendiesen el poder de la oración, cuántas obras sobrehumanas, realizarían! Pero viven una época de materialismo, en el que hasta lo divino tratan de materializarlo para tocarlo y poderlo ver.
65. Mis siervos de los tiempos pasados, Noé, Abraham, Isaac, Jacob y Moisés, supieron de la fuerza de la oración y de ello dieron pruebas imborrables a la humanidad, quedando su forma de orar como un ejemplo para todas las generaciones.
66. Para aquellos hombres el sitio para orar era indiferente: Sabían que llevaban en el fondo de su ser el Templo del Señor. El camino que buscaban para aproximarse a mi fuente de misericordia, era la fe. Una fe en mi presencia, en mi justicia, en mi providencia y en mi amor. A cada uno de aquellos hombres le sujeté a una gran prueba, tan grande, que de ella quedaron testimonios para todos los tiempos. Y en aquellas pruebas supieron ser fieles, obedientes, humildes, fervientes a su Creador.
67. Mi respuesta fue siempre inmediata para la fe y el amor de aquellos siervos, haciéndoles objeto de mis manifestaciones de poder, que solamente les son concedidas a los hombres de gran fe y de buena voluntad.
68. Mi amor a vosotros me hace venir en este tiempo a buscaros en precipicios y en abismos, para salvaros como el pastor hace con las ovejas a las que mucho ama.
69. Mas si queréis conocer mi intención respecto al pueblo que quiero formar con vosotros, podéis saber que voy a reuniros, trayéndoos de diversos puntos de la Tierra para que conozcáis este Mensaje celestial.
70. Por medio de mi palabra dividida en incontables lecciones o enseñanzas, os convertiré en discípulos de esta Doctrina, y una vez que vuestro ser se haya saturado de esta esencia, que hayáis dejado atrás tradiciones y errores, y comencéis a vivir y a sentir la espiritualidad, os inspiraré el tiempo y la hora en que debéis levantaros por los caminos en pos de comarcas, pueblos y naciones para llevar la Buena Nueva a las multitudes.
71. Os multiplicaréis como las estrellas del cielo o como las arenas del mar, llevando bendición a hogares, pueblos y países donde tienen hambre de paz, de justicia y de verdad.
72. Mas no olvidéis que cuando os levantéis a esa lucha, será porque ya practicasteis la oración espiritual como os la he inspirado en todos los tiempos; como os la he venido a recordar ahora.
73. Sin la fuerza de la oración, no podréis salir avante en la lucha, ni podréis resistir las pruebas, mucho menos podréis enseñar a vuestros hermanos la forma perfecta de orar.
74. Y es menester que deis pruebas del poder de la oración espiritual, como en los tiempos pasados las dieron aquellos hombres a quienes recordáis como patriarcas, como guías y profetas. No serán las mismas pruebas las que se verifiquen por vuestro conducto, porque debéis tener en cuenta que este es otro tiempo, que la humanidad ha evolucionado espiritual y materialmente, y que por lo tanto, las pruebas y prodigios que con la oración logréis, no podrán ser iguales a los de los primeros tiempos, sin embargo, serán maravillosos.
75. Dos requisitos tan sólo necesitaréis para haceros dignos de tales caridades: El primero será vuestra manera de vivir: Recta, útil, inspirada siempre en el bien y en la caridad, y una fe que os haga superiores a todo cuanto haya en la Tierra, que os de fuerza para que, llegado el instante os aleje de un peligro, os eleve por sobre toda miseria, os haga insensibles al dolor y os ayude a vencer aun a la muerte.
76. En verdad os digo, que con bondad y fe lograréis hacer obras poderosas y sobrehumanas, con las que deis en este tiempo el mejor de los testimonios sobre la fuerza de la oración y del amor.