Enseñanza 268
1. Amados discípulos: Cuando mi palabra haya dejado de escucharse en el día marcado por mi voluntad, tened cuidado de no dormir para el cumplimiento, porque vuestras facultades se entorpecerán. Tened presente que desde el día en que dejéis de oírme, va a comenzar para vosotros un nuevo desarrollo por medio del cual alcanzaréis la comunicación de espíritu a Espíritu.
2. Vuestra sensibilidad tendrá que ser cada día más elevada para que en vuestra inspiración sintáis mi presencia y pronto llenéis el vacío que en vosotros dejará la ausencia de mi palabra.
3. Si algunos cayesen en esa flaqueza de que os hablo, recordad esta enseñanza, para que al momento os entreguéis a la oración. Orando recordaréis mis palabras que habrán quedado guardadas en vuestro espíritu y con gozo veréis reaparecer vuestros dones que creíais haber perdido para siempre.
4. No temáis, que si en verdad oráis, os libraréis de toda tentación.
5. Pueblo: Si habéis vencido en las pruebas que os impedían la libertad del espíritu, no vayáis a crearos una nueva prueba con vuestra desobediencia, que vaya a detener la elevación de vuestro espíritu.
6. Pensad que ya se acerca la hora de vuestro testimonio y que por eso debéis prepararos cuidadosamente para ser mis verdaderos testigos.
7. La humanidad no sabe que he estado entre vosotros, que he venido a manifestarme espiritualmente en el seno de una humilde reunión de hombres y mujeres. Cuando conozca mi Mensaje, será porque mi palabra ya habrá dejado de oírse por los labios de mis portavoces.
8. No es mi voluntad que todos los pueblos me escuchen en esta forma, porque no todos estarían dispuestos a recibirme así. Será más fácil para ellos recibir el Mensaje a través de quienes fueron testigos de mi nueva revelación y creer en su testimonio, que si hubiesen contemplado al portavoz en éxtasis entregando mi palabra.
9. Precisamente esa es la misión que espera a este pueblo: La de hablar con verdad y espiritualidad de la Doctrina, de las lecciones y enseñanzas que espiritualmente recibieron de su Maestro.
10. Existen pueblos cuyo espíritu está dormido para mis lecciones, porque se han consagrado tan sólo al desarrollo de la mente, son los pueblos que rinden culto a la ciencia; otros, cuyas doctrinas materialistas han convertido al espíritu en esclavo del mundo, son los que sueñan con el poder de la Tierra; también hay pueblos que, aunque religiosos, no tienen la semilla cristiana que es el cimiento para la espiritualidad que he venido a enseñaros en este tiempo.
11. Todos esos pueblos son a semejanza de grandes tierras que voy a confiar a mis labriegos; pero antes de que mi nuevo Mensaje llegue al mundo, cada pueblo y cada nación tendrá una preparación. A unos les tocará la guerra, a otros la confusión de ideas; mas cuando se encuentren ansiosos de luz, ávidos de verdad y de paz, esa será la hora señalada para que mis sembradores lleguen a extender con amor y caridad la divina Semilla que se les confió.
12. También hay pueblos que primero deberán tener conocimiento de lo que fue mi venida en el Segundo Tiempo y lo que revelaron mi palabra y mis obras, para que puedan recibir mi nuevo Mensaje como la revelación del Tercer Tiempo.
13. Tiempos de lucha, de confusión y de purificación vivirá la humanidad antes de que llegue la luz, la espiritualidad y la libertad verdadera de culto y de fe.
14. Israel: Estáis recordando la entrada triunfal del Maestro en la ciudad de Jerusalén. A través de los tiempos habéis conservado en vuestro corazón mis ejemplos y eso os ha servido para que ahora, que vivís en el Tiempo de la Luz, encontréis el contenido infinito de aquellas enseñanzas.
15. La Tierra no conserva huella alguna de mi paso, porque borré toda señal; quise que mi huella quedara plasmada en la Conciencia de mis hijos, que aquel camino de amor, de luz y sacrificio brillase en lo más puro de cada hombre.
16. La sangre selló mi Obra en el mundo para que su recuerdo fuese imborrable y ya veis, cerca de dos mil años hace que fui entre vosotros y recordáis mi pasión como si hubiese sido ayer. Yo os bendigo, porque en vosotros se cumple aquella palabra que dice que: “Una sola semilla mía no se pierde, porque tarde o temprano tendrá que germinar”.
17. Triunfalmente me recibieron las multitudes al penetrar en la ciudad de Jerusalén. De las aldeas y de las comarcas llegaron en muchedumbres, hombres, mujeres y niños para mirar la entrada del Maestro en la ciudad. Eran los que habían recibido el prodigio y la prueba del poder del Hijo de Dios. Ciegos que ya veían, mudos que ahora podían cantar, paralíticos que habían dejado el lecho para venir presurosos a contemplar al Maestro en la fiesta Pascual.
18. Yo sabía que ese triunfo era momentáneo, ya había anticipado a mis discípulos lo que luego había de acontecer. Era apenas el principio de mi lucha y ahora a mucha distancia de ese acontecimiento, os digo, que la luz de mi verdad sigue en lucha con la tiniebla de la ignorancia, del pecado y la impostura, por lo que debo añadir que mi triunfo absoluto no ha llegado aún.
19. ¿Cómo podéis creer que aquella entrada en Jerusalén haya significado el triunfo de mi causa, si eran unos cuantos los que se habían convertido y eran muchos los que ignoraban quién era Yo?
20. Y aunque aquella humanidad se hubiese convertido toda a mi palabra, ¿no quedaban muchas generaciones por venir?
21. Aquel instante de júbilo, aquella entrada fugazmente triunfal, fue sólo la imagen del triunfo de la luz, del bien, la verdad, el amor y la justicia, día que deberá llegar y al cual estáis invitados todos, sabed que si uno solo de mis hijos se encontrase fuera de la Nueva Jerusalén, no habría fiesta, porque no podría Dios hablar de triunfo, no podría celebrar su victoria si su poder no hubiese sido capaz de salvar al último de sus hijos.
22. Ahora, en este tiempo, vosotros que habéis sentido mi presencia y escuchando mi palabra, disponéis y engalanáis vuestro espíritu, para que Yo penetre en vuestro corazón como si él fuese la ciudad que me recibe. Os bendigo por vuestra preparación y os digo, que estáis cumpliendo con la espiritualidad, pero que no toméis vuestra conmemoración como si en realidad fuese ya la celebración del triunfo de la verdad.
23. Este es sólo el principio de un nuevo tiempo de lucha, de un triunfo definitivo para la salvación, la liberación y la elevación de vuestro espíritu.
24. Uníos todos para entonar un himno que sea expresión de alegría, de esperanza en el triunfo y de armonía entre vosotros.
25. Pueblo: Habéis sido el escogido en este tiempo para que mi palabra sea esparcida por vosotros como rocío de gracia en la humanidad. Elevaos y buscad vuestro progreso, para que al finalizar vuestra misión y vuestra lucha, vengáis a mi presencia a entonar en unión del Maestro, ese canto triunfal, cuyos ecos resonarán eternamente.
26. Sólo el hombre me representa en la Tierra, porque ha sido formado a imagen y semejanza de mi Espíritu; mas para que podáis decir vosotros, que sois mis representantes, debéis vivir en constante preparación, practicando mi Ley. Si queréis ser mis discípulos, tomad la cruz y seguidme, y en este camino se perfeccionará vuestro espíritu. ¿Quién podrá haceros debilitar en vuestro propósito si tenéis fe en Mí?
27. He probado vuestra humildad, vuestro amor y mansedumbre, para haceros conocer vuestro interior. Yo os conozco, mas es menester que vosotros sepáis de lo que sois capaces y sólo las pruebas os darán la oportunidad de conoceros.
28. Muchas veces me preguntáis: “¿Para qué es esta vida, y por qué tenemos que sufrir tanto?” Y os digo: El espíritu debe elevarse por sus propios méritos, desde el plano más bajo, hasta alcanzar la cima de la perfección.
Todos los seres han sido sometidos a la Ley de la evolución, también os digo, que vuestro espíritu restituye en este tiempo en que mi juicio ha sido desatado en el Universo, todas las faltas que ha cometido, no sólo en vuestro mundo sino en todas las moradas donde habitan mis hijos. Mas no lloréis, antes bien dadme gracias, porque después de este tiempo en que el espíritu se purificará, estaréis más cerca de Mí y habrá mejor disposición para cumplir, porque habréis retornado al camino. Yo estoy con vosotros como Cirineo, para que no desmayéis en la prueba.
29. Estáis recordando mi pasión, sentís que ese sacrificio se renueva, a cada instante meditáis y formáis propósitos para vencer la flaqueza de la carne y elevaros sobre las miserias de este mundo, y os digo: Velad, porque aún sois débiles. En el Segundo Tiempo, fui seguido por grandes multitudes que decían amarme y serme fieles, y cuando el mundo juzgó mis actos, dio su sentencia y fueron perseguidos los que me seguían; esos mismos espíritus en quienes había derramado mi amor, me negaron y se alejaron de Mí.
30. Hoy me decís que me amáis y que creéis en mi palabra y Yo sé que si os sometiera a grandes pruebas, muchos de vosotros me dejaríais. Vuestro destino es luchar, hasta alcanzar la elevación espiritual que es el supremo goce.
31. Heme aquí entre vosotros llamando a vuestro corazón. ¿Creéis que mi paz es completa cuando os contemplo en constantes guerras? Por eso he venido como un Gran Guerrero, para luchar contra las tinieblas y el mal, y Conmigo han venido también, los espíritus del bien, el Mundo Espiritual, para consumar mi Obra. ¿Cuánto tiempo durará esta lucha? Hasta que todos mis hijos hayan sido salvos. Mas no he traído dolor, sólo quiero transformaros con amor.
32. Los que han estudiado mi palabra de los tiempos pasados, al contemplar mi manifestación en este tiempo en que he vuelto entre los hombres, me dan gracias por haberles concedido ser testigos de estas enseñanzas, y a todos digo: Así como me habéis visto aparecer lleno de esplendor, me veréis ir en 1950, y hasta esa escala vosotros os elevaréis en cada día, para reuniros con vuestro Maestro.
33. Después tendréis que enfrentaros al mundo y veréis cómo se levantaran para atacaros ministros y pastores de sectas y religiones, entre ellos habrá algunos que sólo buscarán la verdad, y cuando conozcan mi palabra, se encenderá su fe y creerán en Mí.
34. Cuando me reconozcáis, juzgaréis cuán amante es el Padre, cuán sabio como Maestro y cuán noble y justo como Juez.
35. Pueblo amado: El mundo exige de vosotros obras de perfección, puesto que sois discípulos del Maestro Divino. Cumplid con mis preceptos, para que este Maestro no sea juzgado mal.
36. Cuando se aproxima el instante de mi manifestación, vuestro corazón late apresuradamente, en unos es de gozo, en otros de temor; pero todos sentís mi divina presencia.
37. Yo sólo vengo a poneros a salvo, a resucitaros, a ofreceros un báculo en el que podáis apoyaros a lo largo de vuestra caminata.
38. Os habla Aquél que en la cruz, agonizante, maltrecho y torturado por la turba, elevó sus ojos al infinito, diciendo: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen”.
39. En aquel divino perdón, abarqué y envolví a todos los hombres de todos los tiempos, porque Yo podía ver el pasado, el presente y el futuro de la humanidad. Puedo deciros en verdad y en Espíritu, que en aquella bendita hora os estaba contemplando a vosotros que en este tiempo estáis escuchando mi nueva Palabra.
40. Hoy he venido a sacaros de vuestro estancamiento espiritual, porque hace mucho tiempo que esta humanidad duerme profundamente en un lecho de fanatismo religioso, de idolatrías, falsos cultos y materialismo, con los que ha querido substituir la práctica del Amor de los unos a los otros, la caridad, el perdón y todo cuanto de esa Ley única se deriva.
41. En la esencia de esta palabra existe cuanto el mundo necesita para regenerarse, retornar a la verdadera senda y elevarse hasta mi Espíritu por el amor. ¿Qué será de este pueblo, si no escucha con atención ni entiende debidamente la lección que en el Tercer Tiempo le he traído? Grandes pruebas le esperan si no se fortalece en mi palabra y si no se refugia en el arca divina de mi misericordia.
42. ¿Creéis por ventura, que a Mí me plazca miraros atravesar vicisitudes y beber hiel y vinagre en la Tierra? No, pueblo; Yo no quiero que la vida os trate como a reos o exiliados, sino como a hijos dignos de Dios en todos los conceptos.
43. Veo que os habéis familiarizado con la ternura de mi palabra y con el perdón que de ella emana, sin querer daros cuenta de que la hora de las pruebas se acerca y no habéis querido prepararos para triunfar en ellas.
44. Os decís humildes y ante vuestro Padre os estáis mostrando ingratos y soberbios, ¿es acaso este el ejemplo que como testimonio de mi verdad vais a extender por el mundo? Pensad en todo esto y examinad vuestra conducta, para que no juzguéis dura mi palabra.
45. El tiempo es propicio para hacer méritos, oh, pueblo amado; en mis obras podéis encontrar los ejemplos necesarios para normar vuestros actos, embelleciéndolos con la luz que derramo en cada una de mis enseñanzas.
46. Decidme: ¿Os he repudiado cuando habéis faltado? ¿Os he dejado atrás, abandonados, cuando algún tropiezo os ha detenido? ¿Me he ensañado en vosotros cuando habéis caído vencidos por el dolor? Sin embargo, veo que a los que con tanto amor llamo mis discípulos, abandonan a sus hermanos en desgracia, desconocen al que comete un desvío, en vez de atraerle con caridad para ayudarle a corregirse y a veces se convierten en jueces, tomando causas que no les corresponde juzgar. ¿Es ésa mi enseñanza? “¡No!”, me dice vuestra Conciencia; pues quiero que os juzguéis a vosotros mismos minuciosamente, para que podáis ir puliendo tantas asperezas de que adolecen vuestros sentimientos y podáis empezar a ser mis discípulos.
47. ¿Pretendéis enseñar mi Doctrina, estando vuestro corazón lleno de pasiones, de defectos y miserias humanas? Recordad que os he dicho infinitas veces, que un ciego no podrá guiar a otro ciego sin riesgo de tropezar o caer los dos en un abismo.
48. Esta es la voz que surge del Sexto Sello: El Libro de Dios, cuyo penúltimo capítulo se ha abierto para desbordarse en sabiduría sobre todo espíritu y sobre todo entendimiento.
49. Esta luz es el nuevo iris, bajo el cual los hijos de Dios harán alianza espiritual en el Tercer Tiempo, después que la gran prueba haya pasado, purificando y renovando al mundo; por eso he tenido que ser extenso al dar mi Mensaje a este pueblo, porque quiero que sea fuerte en la lucha; por eso le he reclamado y le he juzgado, no quiero que sea el mundo quien le corrija de sus imperfecciones, porque no voy a enviarlo a aprender, sino a enseñar.
50. Pueblo: ¿Os sentisteis estremecidos unos momentos antes de que llegara mi luz a hacerse palabra en los labios del portavoz? Tuvisteis razón, Yo bendigo vuestro presentimiento.
51. Mi paz sea con vos, pueblo de Israel. Pueblo que lleváis en el espíritu la Ley que Jehová os dio por conducto de Moisés; que tenéis escrita en vuestro espíritu la palabra de Jesús y que ya estáis recibiendo la revelación del Espíritu Santo. En verdad os digo, que sois los hijos de la luz y que por ningún motivo podréis perderos del camino.
52. Este Espíritu que sentís descender como luz a vuestra mente, es el del Padre, de Aquél que os reveló la Ley y que os dijo: “Yo soy Jehová, el que ha hecho los Cielos y la Tierra y todo lo creado”. Este Espíritu que llena de inspiración vuestro entendimiento y pone palabras de sabiduría en vuestros labios, es el de aquél Maestro que en la Tierra hizo obras poderosas y os legó la Doctrina del Amor.
53. Ahora vengo hacia los hombres para manifestarme a través de su Conciencia; vengo en la luz que ilumina las mentes, en el efluvio que sólo el corazón sabe sentir, en la esencia que es pan del espíritu.
54. Es el tiempo del despertar, de la plenitud espiritual, en el cual todos seréis soldados, todos seréis labriegos, todos seréis discípulos.
55. En los tiempos pasados os concretabais a deleitaros comiendo el pan de mi palabra, me buscabais para dulcificar vuestro corazón y para recobrar vuestra paz, sin pensar en que todo espíritu trae un mensaje que dar a conocer y un caudal de bienes que repartir entre sus hermanos necesitados.
56. Mi palabra en este tiempo ha venido a sacaros de la oscuridad de una vida egoísta, retraída y estéril, para abriros sendas de luz y ofreceros campos que sembrar. Yo sé que, aunque en apariencia seáis rudos, ignorantes y pobres, espiritualmente poseéis el caudal de experiencia que os ha dado el extenso camino de vuestra evolución.
57. Una aureola de luz habrá de envolver a mi pueblo, cuando se levante como apóstol a esparcir el conocimiento que le he revelado; para entonces ya habréis reconocido el poder de mi palabra y tendréis completo conocimiento de vuestros dones, esos dones que estuvieron latentes por mucho tiempo en vuestro ser, en espera del instante propicio para manifestarse.
58. Cuántas doctrinas, cuántos cultos a Dios e ideas nuevas sobre lo espiritual y sobre la vida humana vais a encontrar. Cada una os mostrará, si sabéis penetrar y analizar en ella, una parte buena y justa y otra errónea, alejada de la verdad que es justicia, amor y perfección.
59. Donde encontréis errores, ignorancia o maldad, extended la esencia de mi Doctrina que por ser mía no puede llevar mezcla de impureza o de errores.
60. Mi enseñanza es absoluta, es íntegra, es perfecta.
61. El que tenga plena convicción de mi verdad, jamás mezclará a mi Obra las liturgias extrañas que en otros vea, reconociendo que mi Doctrina contiene todo lo que de bueno y verdadero pudiera encontrar en otras doctrinas.
62. Cada una de mis lecciones, por sencillas que sean, son páginas de saber para vuestro espíritu, el cual pronto recogerá mi palabra para llevarla como semilla de vida a la humanidad.
63. No sabéis todavía cómo dar el llamado a vuestros hermanos para ser escuchados por todos; os digo, que no os impacientéis, que cuando Yo contemple que estéis ya fuertes, os prepararé el camino y os daré los medios.
64. Benditos seáis vosotros que al orar buscáis a María como Intercesora e Intermediaria, porque espiritualmente Ella es vuestra Madre, aquella que dejé a los pies de la cruz, para que velase por todos los hombres y para que vosotros la amaseis y en su regazo buscaseis el consuelo.
65. María vino del Seno Divino a encarnar en el mundo para cumplir una misión como mujer y como Madre.
66. Sólo de una Flor pura como Ella podía brotar el Fruto que diera la redención a la humanidad, Fruto prometido por el Padre a los patriarcas de los primeros tiempos y al que dieron el nombre de Mesías.
67. Cuando el espíritu de María hubo cumplido su misión de amor, de ternura y sacrificio en la Tierra, volvió al Seno de la perfección de donde había venido, porque María no es un Ser sujeto a evolución como otros espíritus; María es una expresión divina, es la Ternura de Dios.
68. Esta Doctrina viene a hacer luz en quienes no han podido contemplar la verdad de esa revelación.
69. El Espiritualismo viene a abrir un campo infinito de adelanto al pensamiento y al corazón para que podáis elevaros por el camino de la sabiduría.
70. Vos, pueblo, que escuchando mi palabra vais penetrando en ese mundo del espíritu, ya comenzáis a mirar con claridad lo que sólo habíais visto a través de misterios y enigmas.
71. En este tiempo ya no debéis ser los hombres de fe ciega, de fe que no razona ni analiza; vuestro espíritu ha crecido y quiere saber, quiere profundizarse y entonces he visto que el tiempo es propicio para enviaros mi luz como Espíritu de Verdad, a esclarecer y explicar todos los misterios, como os lo había prometido a través de Jesús.
72. Mañana, cuando hayáis comprendido los puntos esenciales de mi Doctrina y os encontréis capacitados para dar explicaciones de todo ello a quien lo solicite, comprobaréis que este mundo que apartó de su corazón mi Nombre, cegado por la vanidad de sus glorias terrestres y por los triunfos de su ciencia, comienza a volver sus ojos hacia Mí, reconociendo la Doctrina de Cristo como la llave que abre las puertas de la verdad.
73. Pero esta nueva humanidad, desarrollada y despierta de entendimiento, exigirá la explicación de las revelaciones, el esclarecimiento de los misterios, el análisis de lo que recibisteis en sentido figurado, y quiero que sea este pueblo sencillo el que explique el sentido de mi palabra y enseñe con humildad lo que Yo le he revelado. ¿Os he dicho que este pueblo será el que interprete justamente las Escrituras antiguas? Pues si lo pasado va a saberlo explicar, lo presente sabrá exponerlo con tanta sencillez que a muchos asombrará.
74. Mosaísmo, Cristianismo, Espiritualismo, he ahí tres lecciones diferentes sobre una sola Doctrina: La del AMOR.
75. Es corto el número de los que habrán de levantarse a extender esta semilla; pero, ¿por qué no han de ser suficientes, si en el Segundo Tiempo fueron contados mis discípulos y sin embargo hicieron que la humanidad conociera la palabra de Cristo?
76. Fortaleced vuestro espíritu en mi enseñanza oh, mis nuevos discípulos, y desead ser dignos de ser enviados mañana a las naciones, porque vuestro deseo será una prueba de amor, de fe y de buena voluntad.