Enseñanza 252

1. Pueblo, que habéis sido testigo de mi manifestación en este tiempo: Sois el preparado para interpretar y quedar como un ejemplo para los postreros. Vosotros sabéis el por qué de mi venida, como también conocéis el por qué de mi partida, llegada la hora señalada por mi voluntad.

2. Nada tenéis que temer del mundo por ser mis discípulos. No por ser humildes vais a ser indigentes, no confundáis la humildad del espíritu con la pobreza de la materia. No por ser Espiritualistas vais a perder vuestros derechos de humanos, por el contrario, quien comprende y aplica a su vida la espiritualidad, es dueño de cuanto le rodea, y vive y goza con mayor intensidad que quien sólo ve y palpa lo material.

3. Hombres espiritualizados son los que van a ostentar dignamente el nombre de discípulos de Cristo en el Tercer Tiempo; hombres que sepan dar a Dios lo que es del espíritu y al mundo lo que es de la materia; hombres que hagan de todas las leyes una sola, que es la de amar a su Creador y amarle en sus Semejantes.

4. Un hombre preparado espiritualmente por mi Doctrina estará capacitado para realizar obras sobrehumanas.

5. De su espíritu y de su cuerpo emanará una luz, una potestad y una fuerza que le permitirá realizar lo que la inteligencia sola no es capaz de llevar a cabo.

6. A ese grado de elevación quiero que lleguéis pueblo amado, porque entonces cada obra vuestra será un testimonio de mi verdad. De vuestra palabra, como de vuestra oración y aun de vuestras manos, brotará el bálsamo divino que será gozo y liberación de los enfermos del cuerpo o del espíritu, de vuestra palabra surgirá la luz que lleve la fe a los espíritus y vuestra oración será el medio por el cual se transporte el espíritu, sembrando a su paso el bien.

7. Ese es el fruto de los que me sigan y sepan interpretar y cumplir mis enseñanzas.

8. Velad desde ahora para que nunca vaya a ofuscarse vuestra mente, para que en las pruebas que tengáis que pasar, no vayáis a traicionar lo que hoy es vuestra fe.

9. ¡Cuánto gozo habrá en este pueblo cuando se haya librado de sus imperfecciones y esté practicando mi palabra según mi voluntad!

10. Por ahora aún tenéis muchos obstáculos que os impiden avanzar hacia la espiritualidad. Esos obstáculos sabéis que son vuestra falta de unión, vuestro apego a los cultos externos y la falta de verdadera caridad.

11. No se levanta aún de entre vosotros el pueblo fuerte, idealista y luchador, el pueblo en el cual la humanidad pueda encontrar al consejero, al doctor, al hermano, al guía. No aparece todavía entre vosotros el pueblo que en su unión y fraternidad se asemeje a un inmenso hogar, lleno de paz, de respeto y amor, donde el pan de uno sea el de los demás y el techo de uno sea el de todos.

12. ¿Dónde está ese ejemplo? ¿Cuándo habéis luchado por un ideal así?

13. No es un reproche lo que os digo, pueblo, es la palabra de un Padre que quiere sólo el bien para sus hijos y que para lograrlo tiene que señalarles sus errores y ayudarles a corregirlos.

14. Todavía estaré un tiempo más dándoos mi palabra y en ella seguiré haciendo revelaciones, seguiré descubriendo lo que tenía guardado para este tiempo, seguiré derramando en mi enseñanza la luz necesaria para que la humanidad se salve de la confusión que se aproxima.

15. Os he anunciado que llegará el momento en que veáis surgir muchos “espiritualismos” y que deberéis estar preparados para descubrir en quiénes existe verdad y en quiénes impostura.

16. Veréis aparecer falsas comunicaciones atribuidas al Maestro. Rumores de enviados divinos que traen mensajes al mundo; sectas con el nombre de los Siete Sellos y muchas doctrinas confusas e indefinidas.

17. Todo ello será producto de la gran confusión espiritual que la humanidad ha venido preparando; mas no temáis, procurad vivir velando y orando y no sucumbiréis en la confusión, porque mi palabra, en los momentos de mayor tiniebla, será luz que os haga contemplar mi verdad diáfana y perenne.

18. Comprended que este tiempo es de estudio, de enseñanza y revelaciones. No seáis tardos ni negligentes porque más tarde lloraréis el tiempo perdido.

19. Desarrollad vuestra intuición a fin de que vuestro espíritu os revele la misión de la que es portador. Dejad que él trabaje en mi Obra, dadle facilidad para cumplir la promesa que me ha hecho y que lleva escrita en la Conciencia. Si Yo, vuestro Maestro, os prometí venir en este tiempo a iluminar con mi palabra vuestra existencia, ¿por qué los discípulos no han de cumplir su palabra de retornar a Mí?

20. Yo no vine a sorprenderos con mi presencia en este tiempo, porque mi palabra quedó escrita y el mundo sabía de mi retorno. Que a nadie extrañe que al llamarle a escuchar mi enseñanza sea con el fin de ratificarle los dones y misiones que en su espíritu deposité al enviarle a la Tierra.

21. Cumpliéndoos mi promesa, os he dado una prueba de que mi palabra se ejecuta por sobre todo lo creado, para que así, cuando llegue la hora de hacerla cesar entre vosotros, nadie diga que no lo sabía, nadie diga que ha sido sorprendido, ni replique diciendo que no tuvo tiempo para prepararse.

22. Aprended desde ahora a respetar mi voluntad, acatando mis órdenes y amando cuanto Yo disponga. El que ama y hace mi voluntad, es mi hijo y es mi discípulo; el que no respete mi voluntad y haga la suya, es mi hijo, pero no mi discípulo, porque ni me ama ni me imita.

23. En mi Doctrina vengo a daros las normas para que triunféis como discípulos de esta Obra, para que no tengáis tropiezos ni cometáis errores que después os hagan llorar dolorosamente.

24. Os digo desde ahora, que los que verdaderamente siembren esta semilla con la gracia con que os la he confiado, caminarán en paz, se les abrirán las puertas que habían sido sordas a su llamado y aunque lleguen a ser combatidos, nunca serán derrotados en la lucha, porque su virtud les hará salir avante en todas las pruebas.

25. En cambio, los que no escuchan la voz de su Conciencia, los que desobedezcan mi palabra y me traicionen, estarán siempre a merced de sus enemigos, vivirán intranquilos y sentirán temor a la muerte.

26. ¿Será justo pregunto a mis discípulos, que una Obra perfecta como es la que he venido a revelaros, la expongáis ante la humanidad a que sea juzgada como falsedad o a que sea, considerada como una más de las doctrinas y teorías surgidas en estos tiempos, como frutos de la confusión espiritual que reina?

27. ¿Estaría bien que vosotros, a quienes tanto he amado y preparado con mi palabra para que vuestro testimonio sea limpio, tuvieseis que caer en manos de la justicia de la Tierra, víctimas de vuestros errores o fueseis perseguidos y diseminados por consideraros nocivos a vuestros Semejantes? ¿Creéis que mi Doctrina bien practicada, pudiera dar lugar a estos acontecimientos? No, discípulos. Dejadme que os hable así, porque Yo sé por qué lo hago; mañana, cuando haya dejado de hablaros en esta forma, sabréis por qué os hablé así, y diréis: “Bien sabía el Maestro de cuántas flaquezas íbamos a adolecer, nada escapa a su sabiduría”.

28. Quiero que cuando mi comunicación haya concluido, tengáis una idea bien definida de lo que es esta Doctrina, para que le deis su debido cumplimiento, porque hasta el presente no han surgido los Espiritualistas verdaderos entre las multitudes que han oído mi palabra. Hasta ahora no ha sido Espiritualismo lo que habéis practicado, sino una forma que habéis concebido de lo que es mi Obra, pero que dista mucho de la verdadera espiritualidad.

29. Necesitáis revestiros de fuerza para aceptar que os habéis confundido; debéis levantaros para enmendar vuestras prácticas, buscando con ahínco que brille entre vosotros la verdad y la pureza de esta Doctrina.

30. No temáis cambiar la parte exterior de vuestras prácticas y de vuestro culto, mientras no alteréis la esencia de mis enseñanzas.

31. Yo os daré vuestro galardón, premiaré cuanto esfuerzo y cuanto sacrificio hagáis por el mejoramiento de vuestras obras dentro del camino que os he señalado.

32. Muchos escudriñáis mi manifestación para convenceros si es o no es verdad; pero muchas veces, en vez de escudriñarla en su esencia, la juzgáis en su exterior y llegáis por esa causa a confundiros.

33. Os he visto observar a mis portavoces hasta en sus menores movimientos, os he visto sorprenderos cuando los habéis visto llorar o ser tan humanos como vosotros, y entonces vuestro corazón ha estallado en blasfemias negándole verdad a mi comunicación. He oído cuando habéis dicho: “¿Cómo pueden éstos llamarse pedestales o portavoces de Cristo, si les he visto débiles, pequeños y humanos como cualquier mortal?” ¡Ah, espíritus materialistas que sólo buscan la verdad en lo que pueden ver o tocar! También en aquel tiempo los hombres me juzgaron porque nací en la pobreza y se escandalizaron cuando vieron que mi cuerpo sangraba en la cruz y que mis labios se quejaban. ¡Pobres seres que no podían entender el sentido de cada uno de mis actos!

34. A los que sienten en su espíritu mi presencia, les basta la esencia de mi palabra, la luz de mi enseñanza, el efluvio de mi amor, el consuelo de mi caricia espiritual. Esos son los que cierran sus ojos a todo lo exterior para buscarme con el espíritu, esos son los que me siguen siempre.

35. En los que sintieron la presencia de Dios en la palabra de Jesús, fue en los que quedó la esencia del sacrificio del Maestro como el sello divino del amor, como en este tiempo quedará la esencia de mi palabra en quienes me buscaron en espíritu.

36. ¿Será necesario que a cada paso os repita, que mi Reino no es de este mundo?

37. Mi palabra en este tiempo viene a recordaros lo pasado, a revelaros los misterios y a anunciaros lo venidero. Ella enderezará cuanto los hombres han torcido y desvirtuado, porque Yo, celoso de la verdad, vengo con la espada de mi celo y mi justicia a derribar todo lo falso, a destruir la hipocresía y la mentira, a arrojar nuevamente del templo de la verdad a los mercaderes.

38. Comprended que no tenéis que buscar en libros, en consejos o en mandamientos de hombres la verdad para alcanzar vuestra salvación.

39. Todos estáis para ser salvados, no encuentro a uno que esté ya en tierra firme, sois náufragos en medio de una noche de tempestad, en la que cada quien pugna por sí mismo sin acordarse de su hermano, porque su vida peligra.

40. Y en verdad os digo: Soy vuestro único Salvador, el que llega una vez más en busca de los que se han perdido, porque se alejaron de la ruta que es la Ley; vengo a iluminar vuestra senda para que lleguéis a Tierra, esa Tierra bendita que os espera, porque en su seno guarda infinitos tesoros para el espíritu.

41. Dejad, oh, pueblo, que mi palabra endulce vuestro corazón, para que mañana sepáis amar a vuestros hermanos y ser con ellos en su dolor, como Yo he sido con vosotros en estas horas de pruebas.

42. Ayudad a que las ramas del Árbol que es esta Doctrina, crezcan y se extiendan sobre el mundo, dando fruto y sombra a tanto ser hambriento y cansado que peregrina sobre la Tierra.

43. Yo soy el Árbol y vosotros seréis los frutos por los que la humanidad habrá de reconocerme.

44. Si en vuestras obras existe dulzura y vida, habréis dado fiel testimonio de Quién os ha doctrinado y os ha dado la savia del amor y la verdad.

45. La lección que en este Tercer Tiempo he venido a daros, es un nuevo Testamento que quedará unido al de los tiempos pasados, porque los tres forman una sola Revelación.

46. Mi luz iluminará el entendimiento de los hombres destinados a unir en un solo libro mis enseñanzas.

47. Mis siervos espirituales guiarán la mano de mis elegidos para que en ese libro no exista mancha alguna.

48. Las diferencias que entre este pueblo han existido, sus discusiones y su desunión, desaparecerán cuando os profundicéis en este Libro y lleguéis a comprender la verdad de mi Obra.

49. Hoy no os dais cuenta de las consecuencias que vuestra desunión va a ocasionaros; pero en verdad os digo, que mañana vais a llorar por causa de ello. ¡Cuántas veces os he pedido la unificación de pensamientos, de prácticas, de espíritus; cuántas veces han sido también las que habéis desoído mi divino consejo!

50. Os he inspirado para que forméis un pueblo, dándoos el nombre, del Nuevo Israel. Os he dado misiones y cargos diversos para que en vuestra jornada y en vuestras luchas contéis con todos los elementos necesarios, como aconteció con Israel en el Primer Tiempo, cuando cruzó por el desierto, en pos de la tierra prometida; mas no habéis tratado de comprender hasta ahora mis mandatos, ni habéis querido observar el ejemplo de unión que aquel pueblo dejó escrito, ejemplo imborrable porque fue su armonía y su unión las que lo hicieron vencer las vicisitudes que en su camino encontró.

51. Una nueva Tierra de Promisión os espera a vosotros; pero aún os encontráis distantes de ella. Vais cruzando el extenso desierto, dejasteis atrás la esclavitud del faraón y ya recibisteis la Ley, sin embargo, no habéis abandonado por completo la idolatría y sin daros cuenta adoráis a veces al becerro de oro.

52. Tendrán que llegar hasta vosotros las pruebas, los obstáculos y las persecuciones para que despertéis de vuestro sueño. Entonces sí estaréis dispuestos para cumplir mis mandatos y celosos para velar por la Obra que os he revelado; como en aquel tiempo los Israelitas construyeron el tabernáculo y el arca para guardar la Ley, porque las pruebas les habían despertado a la luz.

53. Vuestro Tabernáculo será ahora vuestro espíritu y vuestra Arca, la Conciencia. Allí estará mi Ley iluminando la senda de mi pueblo.

54. No ha surgido en este tiempo un hombre que, imitando a Moisés caminara delante de este pueblo alentando con prodigios su fe; pero con un poco de preparación podríais sentir la presencia espiritual de Elías, que es quien os guía, os alienta e inspira en esta jornada.

55. Están llorando las multitudes que me escuchan. Sólo Yo sé el por qué de sus quejas. Sólo Yo conozco todos los obstáculos y dificultades que a su paso han encontrado y que las van deteniendo.

56. Perseverad, multitudes, sed fieles y veréis abatidos los obstáculos. Orad y trabajad, cada vez con mayor verdad, pureza y perfección, para que en vuestra misión encontréis el consuelo y la fuerza necesaria para sobrellevar las vicisitudes de la vida. Si así camináis, cuando menos penséis miraréis despejado el sendero y desaparecidos los tropiezos.

57. Vosotros sois mis campos, donde por ahora crece juntamente el trigo y la cizaña. No es aún la hora de segar, pero cuando ella llegue, serán juzgadas las obras de cada uno de vosotros, entonces dejaré en la Tierra a los buenos discípulos y levantaré de este mundo a quienes no hayan dado frutos de unificación y espiritualidad.

58. Velad y tened en cuenta mi palabra; no por haber recibido de Mí cargos y misiones muy grandes, os confiéis, creyendo que mi justicia nunca puede llegar hasta vosotros. Recordad a David y Salomón, quienes habiendo sido grandes delante de su pueblo, se durmieron en su grandeza, faltaron a la Ley y vieron llegar sobre ellos mi divina justicia, inexorable y sabia, cuando creían que por ser tan amados del Padre jamás serían tocados por Él.

59. Pensad, ¡oh, pueblo! en las generaciones nuevas. Pensad en vuestros hijos como lo hicieron los patriarcas, quienes prepararon a sus pueblos para que supiesen recibir la llegada del Mesías.

60. Orad por los que vienen, preparadles el camino con caridad y amor, comprended que ellos tendrán misiones aún más elevadas que las vuestras y que será bueno que encuentren una huella de espiritualidad por donde caminar. ¿Cuál será esa huella? La de vuestra vida, la de vuestras obras.

61. ¿Por qué habéis de hacerme venir siempre con reclamos? Vengo a vosotros por amor, porque veo que lleváis dolor en vuestro corazón y quiero consolaros, porque quiero que llevéis en vuestro espíritu mi paz.

62. A veces me manifiesto ante vosotros como Juez, en ocasiones me tenéis como Padre, y siempre me presento como Maestro. Bajo estas tres fases tenéis la esencia divina que es una: La Ley, el Amor, la Sabiduría, he ahí la Trinidad que existe en mi Espíritu.

63. Cerrad vuestros ojos y dejad libre el espíritu, para que él viva intensamente estos instantes de comunión con su Maestro. Dejadle que se sienta cerca de Mí como aquellos que en el Segundo Tiempo siguieron al Maestro por caminos, valles, aldeas, riberas y desiertos para no perder una sola de mis enseñanzas. Entonces podréis comprender el sentido figurado con que a veces hablo, cuando tomo de lo material de la Tierra para representaros lo espiritual y ponerlo a vuestro alcance. Veréis cómo mi palabra acerca al Reino de los Cielos a vuestro espíritu.

64. Venid, humanidad a que os enseñe Yo, ¿o queréis que sea el dolor quien os siga enseñando a lo largo de vuestra vida?

65. Venid a mi campiña a sembrar de fraternidad las tierras, os aseguro que mi campiña no os defraudará como el mundo.

66. Aquí está el camino, frente a vuestro espíritu, invitándoos a tomarlo y a no deteneros jamás, porque cada paso que en él deis, será un paso que aproxime a vuestro espíritu a la morada perfecta que le espera.

67. Es muy breve el tiempo que aún estaré entre vosotros hablándoos en esta forma y quiero que aprendáis a hacer méritos, para que en estos últimos años mi Verbo se desborde a través de estos portavoces.

68. ¿Cómo hacer para que las divinas inspiraciones sean como un premio a vuestros méritos? Con vuestra fe, vuestro ahínco y vuestra espiritualidad. Que exista en el seno del pueblo el amor, que se practique la caridad, que se ame la verdad.

69. De cierto os digo, que si no os unificáis como es mi voluntad, la humanidad os dispersará, y os arrojará de su seno si viese que vuestra vida se aparta de lo que predicáis.

70. ¿Qué pasará si los hombres descubren que en cada recinto existe un culto diferente y una diversa forma de practicar mi Doctrina? No podrá concebir que Yo haya sido quien os enseñé.

71. Os confío los tres últimos años de mi comunicación para que trabajéis por la unión de este pueblo, unificación que abarque lo que sea espiritual así como lo exterior, para que vuestra labor, plena de armonía y de igualdad, sea la prueba más grande, de que a todos vosotros, en diferentes recintos y en diversas comarcas, os doctrinó un solo Maestro: DIOS.

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