Enseñanza 242

1. En este tiempo en que el dolor de la humanidad es acerbo y su jornada penosa, ha sido mi voluntad acercarme a vosotros para ayudaros a encontrar vuestra heredad.

2. Volved vuestra faz y ved el camino que dejasteis, del cual algunos hoy se horrorizan. A esos mismos caminos os haré volver, mas no para que os manchéis ahí, sino para que rescatéis a los que perdidos se encuentran.

3. Aprovechad mi estancia entre vosotros, discípulos, para que llevéis mi paz en vuestro espíritu y él la haga sentir a sus hermanos.

4. Mi Doctrina en este Tercer Tiempo, os levantará de vuestro estancamiento espiritual y os hará dar grandes y firmes pasos en el sendero espiritual.

5. Yo os concedí la gracia de que mi comunicación fuese por vuestro propio entendimiento, para que os sintieseis dignos de mi Divinidad, para que, viendo que sí fuisteis capaces de transmitir mi palabra y de que en torno a ella se reuniesen grandes multitudes, mañana, cuando esta voz ya no se escuche, no se acobarde vuestro corazón ante la lucha sabiendo que mi palabra quedó grabada en vuestro ser.

6. Cuidaréis la simiente que os estoy confiando, ved que Yo nunca desheredo al hijo, sino que él, con sus malas obras, se va desheredando.

7. Cuando los hombres llamen a vuestra puerta en demanda de explicaciones y de testimonios, no os vayáis a ocultar, ni vayáis a preguntar: “¿Qué haré? ¿Qué responderé?”

8. Seréis los que con ánimo sereno y voz firme habléis de Mí y defendáis mi Nombre con las armas que os he dado, que son, caridad, amor, verdad.

9. Por eso he permanecido entre vosotros manifestándome por largo tiempo, para que mis múltiples lecciones os iluminen y mis prodigios enciendan vuestra fe. La esencia de mi palabra os ha hecho olvidar vuestro antiguo fanatismo religioso y cuando seáis escudriñados, sólo encontrarán en vosotros la sencillez del verdadero culto espiritual.

10. A torrentes se desborda mi palabra en los diferentes recintos donde ella se hace oír, para que en los tiempos de mayor lucha y pruebas, no vayáis a sentiros carentes de enseñanza, mas ya se aproxima el instante en que mi palabra deje de oírse entre vosotros.

11. No temáis quedaros sin esta gracia, pensad que desde el Primer Tiempo, os vengo preparando para la comunicación de espíritu a Espíritu.

12. Cada tiempo ha sido una lección nueva para vuestro espíritu y un paso hacia adelante en el camino de evolución.

13. Estoy dando mi Mensaje de paz al mundo, haciendo oír mi voz a través de muchos portavoces. Y como en todos los tiempos, mi enseñanza tiende a perfeccionar a vuestro espíritu.

14. Si el hombre careciese de espíritu y fuese un ser absolutamente material, su misión y su destino terminarían con su último aliento de vida, pero en él existe algo que es imperecedero, por lo que luchará, velará y elevará su mirada a lo eterno.

15. Mi palabra os prepara para vivir en el mundo del mañana, en ese tiempo en el que comenzará a ser comprendido mi Mensaje, entonces comprobaréis que Yo supe anticiparme a los acontecimientos, que mucho tiempo antes os predije.

16. Luchará mi Doctrina y sostendrá verdaderas batallas en el corazón de los hombres, mientras ellos insistan en vivir una existencia egoísta, haciéndoles comprender que donde no existe caridad y amor, no podrá haber paz.

17. Mis lecciones espirituales no son tan sólo para los que viven oprimidos en la pobreza y en la humillación; ellas tienen también la misión de encauzar a los espíritus y las mentes de quienes conducen y gobiernan en los distintos órdenes a la humanidad. Mi palabra está haciendo un llamado a los sentimientos nobles que alberga todo humano, porque es la forma en que comprenderéis el destino superior que hay en cada uno de vosotros.

18. Si en vez de guardar en el corazón odio, egoísmo y pesimismo, albergaran los hombres el deseo de hacer el bien y alimentaran la esperanza en el triunfo de la justicia, la espiritualidad se iría extendiendo y os amaríais como hermanos, formando una fuerza poderosa ante la cual se desvanecerían todas las situaciones que os conducen a la guerra.

19. Yo no os castigo; pero soy Justicia y como tal, la hago sentir en todo aquel que contravenga mis mandatos, porque el Eterno os ha hecho conocer su Ley que nadie puede modificar.

20. Ved cómo el hombre enmedio de la prueba, al caer en un inmenso abismo, al ver que la mujer llora ante la pérdida de los seres queridos, a la niñez privada de alimento y los hogares sumidos en la miseria y en el duelo, llora, se consterna ante su desgracia, se desespera y en lugar de orar y arrepentirse de sus culpas reniega contra Mí, diciendo: “¿Cómo es posible que Dios me castigue en esta forma?” Mientras el Espíritu Divino en verdad, también llora por el dolor de sus hijos y sus lágrimas son sangre de amor, de perdón y de vida.

21. En verdad os digo que en este tiempo, por la evolución que la humanidad ha alcanzado, no depende solamente de mi caridad el remedio de su situación. Ella es víctima de sí misma, mas no de mi castigo, porque mi Ley y mi luz brillan en toda Conciencia.

Mi justicia desciende a arrancar de raíz toda hierba nociva, y las mismas fuerzas de la Naturaleza se manifiestan como intérpretes de esa justicia. Entonces, parece que todo se une para exterminar al hombre, cuando sólo es para su purificación, pero habrá quienes se confundan y digan: “Si hemos de sufrir tanto dolor, ¿por qué venimos a este mundo?” Sin reflexionar que el dolor y el pecado no nacieron de Mí.

El hombre es responsable de permanecer en la ignorancia de lo que es justicia y de lo que es expiación, de ahí primero su inconformidad y luego su blasfemia. Sólo el que ha observado mi enseñanza y está atento a mi Ley, es incapaz de lanzar cargos a su Padre.

22. El espíritu es una chispa brotada del Espíritu Divino y puesto a prueba a través de diferentes materias. Por esa evolución que ya habéis alcanzado, es posible que en este tiempo mi Mensaje espiritual llegue directamente hasta él y sea comprendido.

Si todo se perfecciona, natural es que también vosotros evolucionéis. ¿Cómo es posible que siguierais imaginando a vuestro Dios en la forma tan limitada en que lo concibieron vuestros antepasados? Ya no podréis vivir y pensar como aquellos que obraron de acuerdo con los ritos y preceptos que les obligaron a seguir. Ya no podéis consideraros como ellos, demasiado pequeños para enfrentaros a lo que es espiritual.

23. Si antes los hombres trataban de encontrar su salvación construyendo templos materiales y pretendían alcanzar la purificación de su espíritu en la práctica de cultos exteriores, vosotros no permaneceréis en ese estancamiento de fanatismo e ignorancia, porque se aletargarían en vuestro ser las facultades que poseéis para comprender y contemplar la grandeza de vuestro Dios.

24. Os he dicho: Concentraos en el fondo de vuestro corazón para que contempléis, no con los ojos de la materia sino con los del espíritu, lo infinito e insondable. Entonces, ante tanta gracia recibida de mi caridad, no pretenderéis demostrar vuestra gratitud con ofrendas materiales.

25. Vuestros sentimientos y obras de amor constituirán vuestra mejor y más digna ofrenda.

26. Si queréis alcanzar la Gloria, haced un libro escrito con vuestras buenas obras, entonces seréis los únicos responsables de vosotros mismos y ya no relegaréis vuestra responsabilidad en otras personas.

27. Después de haberos señalado el camino que es el mismo que os tracé desde los tiempos pasados y que es firme cimiento para vuestro futuro, debéis guardaros de constituir nuevas leyes o preceptos que pudieran aparecer como nuevas doctrinas, pues se apartarán del sentido de mi palabra.

28. No vengo a atacar ninguna religión, cada una de ellas tiene su responsabilidad. Yo sólo muestro lo perfecto; el que quiera perfeccionarse que me siga.

29. Yo derramé mi sangre para enseñaros a conquistar la salvación. Se aproxima la hora en que también vosotros, en la hora de prueba, reconozcáis cuán justas fueron las palabras de Jesús.

30. Mi luz se manifiesta en la Conciencia de las multitudes congregadas bajo la sombra de estos humildes y pequeños recintos, que son árbol para el cansado viajero y oasis para los peregrinos del desierto, ella los ilumina y los conforta.

31. En el amor con que os perdono y corrijo, me doy a conocer. Cuando vivisteis bajo vuestra voluntad ofendiendo a cada instante al Padre, no corté el hilo de esa existencia de pecado, no os negué el aire ni el pan; no os abandoné en el dolor ni desoí vuestra queja, y la Naturaleza os siguió rodeando con su fecundidad, su luz y sus bendiciones. Así me doy a conocer y me manifiesto a los hombres. Nadie podrá amaros en la Tierra con este amor, y nadie sabrá perdonaros con el perdón que Yo os doy.

32. Es vuestro espíritu una semilla que vengo cultivando y perfeccionando desde la eternidad, hasta que dé las más hermosas flores y los más perfectos frutos. ¿Cómo podría dejaros morir o abandonaros a la furia de las tempestades?

33. ¿Cómo abandonaros en vuestro camino si el único que sabe el destino de todas las criaturas soy Yo?

34. Mucho os estoy revelando a vosotros, para que en vuestro camino aprendáis a escuchar la queja que no brota de los labios, a descubrir la tristeza que se oculta detrás de una sonrisa, y a sanar las enfermedades que no tienen alivio por medio de la ciencia.

35. Ahora que se cruzan en vuestra senda los necesitados, depositad en ellos algo de lo que habéis recibido, mas no perdáis el tiempo y os sorprenda el reloj de la eternidad llamándoos al Valle espiritual, porque lamentaréis amargamente la oportunidad perdida.

36. Labrad desde ahora la paz para el espíritu.

37. Discípulos: Mi palabra muchas veces ha sido justiciera entre vosotros, pero en su fondo habéis encontrado el sabor dulce del fruto que os ha levantado a la regeneración en este tiempo.

38. Os he reclamado con rigor cuando habéis sido obstinados en el pecado, pero no habéis tardado en descubrir mi intención de Padre, que es la de salvaros. Y así, la reaciedad de la materia ha ido cediendo a la espiritualidad.

39. Del amor con que os he dado la vida, pocas pruebas o señales dan los hombres. De todos los afectos humanos, el que más se asemeja al Amor divino es el amor maternal, porque en él existe el desinterés, la abnegación y el ideal de hacer la felicidad del hijo aún a costa del sacrificio.

40. Pero volverá a brotar de los corazones el amor, el cual transformará al mundo. Este amor lo inspira mi Espíritu Santo, quien envía sus destellos sobre la humanidad, para despertarla de su sueño profundo, para que pueda gozar con la claridad de este nuevo amanecer.

41. Todo el que en este tiempo quiera seguirme, tendrá que abandonar algo para ir en pos de mi huella. Unos dejarán posesiones, otros olvidarán falsos amores; habrá quienes desciendan de sus altos sitiales y tronos, mientras otros abandonarán sus altares.

42. Detrás quedarán las pasiones, las vanidades, los fugaces e insanos placeres.

43. Es que vengo en busca de vuestro espíritu, al que ayudo con mi amor para salvarle. No he abierto las puertas de la Tierra Prometida para que en ella penetre vuestra envoltura. Esa blanca Ciudad, es la morada que espera cual novia ataviada con sus mejores galas la llegada del prometido, que le ha conquistado con sus méritos y sus victorias en las grandes batallas de la vida, y ese es vuestro espíritu.

44. Vengo a enseñaros a hacer los méritos necesarios para llegar a la morada eterna. Os he enseñado a orar por el mundo con esa oración profunda y sencilla que se eleva a mi Espíritu como el néctar de las flores. Os he dado facultades y dones, para que hagáis la caridad en muchas formas. Os he revestido de fuerza espiritual y moral para vivir y atravesar las pruebas con ánimo sereno. Os he estimulado en vuestros propósitos de regeneración y enmienda, para que sintáis la dicha de llamaros mis discípulos y la satisfacción de ir sembrando con ejemplos mi Doctrina.

45. Vuestro espíritu se ha preparado para recibir mi presencia. Veo que a medida que el tiempo pasa, va dejando de preocuparos la vida terrestre y comienza a interesaros más vuestro futuro espiritual.

46. Los sufrimientos y vicisitudes que vais encontrando en vuestra senda, los tomáis como pequeños pedruscos que sólo hieren levemente vuestra planta y no como obstáculo decisivo, para detener vuestra marcha. Ahora guardáis el sollozo y las lágrimas para los grandes trances.

47. Mi caridad os va conduciendo y vosotros vais comprendiendo. Ya no sois aquellos que os concretabais a recrearos mientras oíais mi palabra sin guardar nada de ella, y estabais sólo atentos a solicitar del Señor los bienes materiales.

48. Ahora venís como verdaderos discípulos en busca del Maestro y como tal me encontráis. Si antes os dije: “Yo soy el Camino”, ahora os puedo decir: “Yo soy la Escala por la cual ascenderéis hasta Mí”, porque ya habéis hallado en mi luz la forma de elevaros, de acercaros y de conversar espiritualmente con el Maestro por medio de la oración.

49. Me estáis encontrando dentro de vosotros mismos, en la morada donde siempre he habitado desde que vosotros existís. Habéis mirado hacia vuestro interior, y habéis descubierto un Santuario, el cual guarda un altar de amor, una ofrenda de humildad y una lámpara, cuya flama no apagan las más violentas tempestades: La fe.

50. Vuestro espíritu ha sido emisario y portador de misiones espirituales, desde el principio del tiempo ha sido destinado para salvar y bendecir a sus Semejantes.

51. Para él, pasó el tiempo en que creaba la imagen de su Dios para sentirlo accesible y cercano, para tocarlo, mirarlo y hablarle.

52. Hace tiempo que habéis vuelto la espalda a aquellas imágenes, figuras y símbolos, porque habéis comprendido que la imagen real del Creador la lleváis en vosotros, puesto que poseéis algo de cada una de las potencias y atributos de la Divinidad, como son la vida, el amor, la Conciencia, la voluntad, la razón, la fuerza, la eternidad espiritual.

53. En este tiempo seré comprendido y amado por vuestro espíritu, también seré imitado. Mi luz está revelando todo lo que fue confuso e incomprensible para los hombres.

54. He venido a hablaros por medio de vuestro entendimiento, traduciéndose la luz de mi efluvio divino en palabra humana; mas sabed que cuando el portavoz y la multitud de oyentes se han sabido preparar para recibirme, me he manifestado en Esencia divina, pero cuando mis hijos no se han sabido elevar, ni han dispuesto el Santuario para mi Espíritu, el Rayo divino ha quedado flotando sobre los espíritus sin penetrar de lleno en ellos.

55. Mucho os revelaré aún y os enseñaré en estos últimos instantes. Mi legado será grande, todavía existe en mi Arcano mucho de lo que a cada quien corresponde. No todos alcanzaréis el mismo grado de comprensión, aun siendo del número de los señalados, porque unos se encuentran en peldaños más elevados que otros. Comprendiendo esto, no tratéis de forzar a nadie, sed amables y condescendientes y ayudaos todos en vuestra misión.

56. Os estáis fortaleciendo para las pruebas, las que llegarán en formas imprevistas. Un indicio de lo que ellas han de ser, lo habéis tenido bajo formas simbólicas a través de sueños proféticos y mirajes espirituales. Velad y orad que Yo os prevendré.

57. Os sentís indignos y pequeños ante mi Obra y ante vuestro propio destino, pero en verdad os digo, que todas las asperezas de vuestras imperfecciones serán pulidas por el cincel de esas pruebas que os anuncio.

58. Todo hablará de Mí y Yo estaré hablándoos a través de todas las manifestaciones de esta Naturaleza; las voces que antes no fueron oídas, hoy serán escuchadas y comprendidas. Toda la Creación latirá, se estremecerá y se conmoverá para dar testimonio de que el Juicio divino es en el Universo. Y después de haber sido juzgados, volverán los seres a su cauce, pero habiendo dado un paso hacia la perfección. Será el despertar y el renacimiento de esta humanidad.

59. La luz de la virtud podrá brillar en este mundo sin que nadie la apague; la razón logrará imponerse y el amor dejará de ser palabra para convertirse en obra. Comenzarán a desaparecer señores y esclavos. Tendré mis discípulos en toda la Tierra y ellos serán luz, paz y revelación para los pueblos.

60. Este mundo, convertido por la ambición y el egoísmo humano, en manzana de discordia, será al fin compartido por todos, aun sin ser sus dueños, porque al haceros el llamado el Dueño de todo lo creado, obedientemente dejaréis todos vuestros bienes.

61. La humanidad se está preparando para cuando lleguen esos tiempos de luz. Vosotros, cuando os sintáis en medio de la prueba, no vayáis a desesperar ni menos a blasfemar; orad, velad y resistid.

La blasfemia, el renegar y las imprecaciones en contra de mi justicia, partirán de la boca de los ignorantes, a quienes perdonaréis y enseñaréis a elevarse. Cuando en medio de la desesperación de los hombres se haga el silencio, hablaréis y seréis escuchados. Entonces veréis cómo aquellos que tanto se alejaron de Mí y me ofendieron, por su arrepentimiento serán perdonados como el hijo pródigo de la parábola, pero entonces no os sorprenderéis al contemplar que en vez de castigo, sobre ellos fue el perdón y la caricia. Antes lloraréis de gozo al contemplar el festín de la paz y del amor en el mundo.

62. Cuando se eleve al infinito el Templo del Espíritu Santo desde el corazón de la humanidad, ahí en su seno, surgirán las nuevas revelaciones que serán mayores cuando más se eleven los espíritus.

63. Ahora, anhelo unir a todos los que me escuchan en los diferentes recintos. No estáis unidos porque no me habéis comprendido, cuando eso sea, os amaréis, y al amaros estaréis latiendo como un solo corazón.

64. La falta de comprensión se debe a que vuestro análisis es superficial y débil, y estáis siempre preocupados por los bienes de la Tierra; os conformáis con lo primero que llega a vosotros o sea un poco de tranquilidad en el corazón, un techo seguro, un poco de salud corporal, el calor de los vuestros y un puñado de monedas.

65. No os digo que despreciéis los bienes de la Tierra, pero tampoco que los prefiráis a los dones del Espíritu Santo.

66. Buscad en mi camino la elevación de vuestro espíritu, pero huid de las adulaciones y honores terrestres, sabed que de entre vosotros no se destacarán nombres, sino las obras del pueblo en conjunto. La memoria del que sembró buena simiente, será respetada, bendecida, y su ejemplo, imitado; ese será su único monumento en la Tierra.

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