Enseñanza 239

1. Sentidme, porque en verdad me encuentro muy cerca de vosotros. Quién está convencido de mi presencia me siente muy dentro de su corazón.

2. Sin embargo, una vez más os digo: Nadie os obliga a creer ni a seguirme, la luz de la fe se encenderá por sí misma y ella hará brotar vuestro amor.

3. Sois la criatura predilecta en este Valle, a quien he dotado del don de la razón y a quien he puesto en medio de un vasto mundo lleno de obras, de criaturas y manifestaciones de mi poder, que son testimonio de Quién le dio la vida es Todopoderoso.

4. Yo concedí al hombre desde un principio libertad de pensar, mas siempre ha sido esclavo, a veces por el fanatismo y otras ocasiones de las falsas creencias del faraón y del César. He aquí por qué en este tiempo, ante la libertad que el espíritu está logrando y ante la claridad que a sus ojos se presenta, se deslumbra, porque su mente no estaba acostumbrada a esa libertad.

5. El hombre había reducido la fuerza de su entendimiento para lo espiritual y por eso cayó en fanatismo, caminó por senderos torcidos y fue como una sombra de la voluntad de los demás.

6. Había perdido su libertad, no era dueño de sí mismo ni de sus pensamientos.

7. Mas ha llegado la Era de la Luz, el tiempo en que habéis de romper las cadenas y extender las alas para volar libremente hacia el infinito en busca de la verdad.

8. Espiritualidad es Libertad; por eso los que me escuchan ahora y han comprendido el sentido de esta Doctrina libertadora, ven abrirse delante de ellos ese extenso valle en el que lucharán y darán testimonio de que llegó el tiempo en que Dios, Creador Omnipotente, ha venido a establecer comunicación entre Él y el hombre.

9. Aquella comunión directa que los hombres creyeron que sería imposible entre un Dios todo fuerza, sabiduría y perfección y la criatura humana tan llena de pobreza, de ignorancia y pecado, Yo la he realizado. Yo soy quien ha venido a vosotros.

10. ¿Quién llegó a imaginarse que el hombre podría comunicarse con su Señor? Pensabais que esto sólo había sido privilegio de los justos y de los profetas, de aquéllos que caían deslumbrados ante sus propios mirajes y después anunciaban la venida del Mesías; de aquéllos cuya oración era tan profunda y ferviente que llegaban al éxtasis y podían contemplar lo divino.

11. Ahora hay dureza en los corazones, mucha incredulidad en lo espiritual y los hombres se limitan a creer tan sólo en aquello que logran comprender, y lo que no, lo rechazan a pesar de que en su interior nunca dejan de presentir la vida que les espera más allá de la muerte.

12. Os entrego esta enseñanza valiéndome de un entendimiento humano como el vuestro, para que sintáis más cerca de vosotros esta palabra. ¿Qué importa que Yo venga a comunicarme por medio del hombre pecador, si él sabe prepararse para recibirme?

13. ¿Qué de extraño tiene que así me comunique, si también con vosotros hablo a través de vuestros sueños; si doquiera que vais, cuando más me necesitáis, llego a tocar con mi amor vuestro corazón? Hay algo en vosotros que os eleva del mundo en que vivís; ¡que puede ser sino el espíritu que es un reflejo de lo divino!

14. Despertad, pueblo, comprendedme. Ocupaos de mi enseñanza y de vuestro espíritu.

15. Como Maestro y como Padre, vengo a vosotros. Cada lección que os doy os fortalece para la jornada que se aproxima, porque es mi voluntad que en medio del caos de ideas y de doctrinas, vosotros permanezcáis serenos, y seáis los que deis la justa interpretación a mi Doctrina.

16. Hay quienes se han sorprendido porque me comunico por conducto del hombre, y no aciertan a comprender si ha sido por voluntad del Padre o por voluntad humana. Mas os digo: Fue el Maestro quien sorprendió a la humanidad, el Casto Esposo, que ha encontrado dormidas a las vírgenes y apagadas sus lámparas.

17. Hay religiones que intentan prepararse para mi nueva venida, sin saber que estoy ya despidiéndome.

18. A todos llamé, y en verdad que mi llamado y el rumor de que me estoy comunicando con los hombres, llegó a todos los rincones de la Tierra, acompañado de testimonios y pruebas que hablan de Mí: Pecadores regenerados, increyentes convertidos, muertos que resucitan, desahuciados que sanan y poseídos que se libertan de su mal.

19. Pero encontré sordos a muchos, a otros envanecidos en su gloria terrestre y a otros temerosos para dar a conocer mi manifestación como Espíritu de Verdad. Yo recibí y doctriné a cuantos a Mí llegaron confiando en mi amor.

20. Al llegar a esta fuente, todos os habéis lavado del polvo que habíais recogido del mundo, para que fueseis dignos de tomar el pan de la mesa y para que no manchaseis la página de mi Ley.

21. Se acerca la hora en que el juicio en plenitud se haga sentir en el mundo. Toda obra, palabra y pensamiento serán juzgados. Desde los grandes de la Tierra que gobiernan a los pueblos, hasta los más pequeños serán pesados en mi balanza divina.

22. Mas no confundáis justicia con venganza, ni restitución con castigo, porque Yo sólo permito que recojáis los frutos de vuestra siembra y los comáis para que conozcáis por su sabor y su efecto si son buenos o nocivos, si sembrasteis bien o mal.

23. La inocente sangre derramada por la maldad humana, el luto y el llanto de viudas y huérfanos, el paria que sufre miseria y hambre claman justicia; y mi justicia perfecta y amorosa, pero inexorable, desciende sobre todos.

24. Vengo a quitar al hombre sus tronos, su orgullo con que me desafía, su poder; vengo a persuadirlo de que es mi hijo y que quiero que sea humilde, porque de los humildes es mi Reino y Yo vengo a heredarlo. Recordad que os dije: “Es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico avaro penetre en el Reino de los Cielos”.

25. Estad siempre Conmigo y tendréis siempre mi paz.

26. Labriegos: Contemplad cómo desciendo a recoger el fruto que habéis cosechado en mi campiña.

27. Aunque contemplo fríos a algunos, otros me interrogan con interés y hay quienes me dan gracias porque el regocijo brota de su corazón.

28. En verdad os digo, que la lucha que hoy tenéis al cultivar tierras que ayer eran estériles, dará paz y alegría a vuestro espíritu.

29. Cuánta paz ha experimentado vuestro corazón después de haber recibido en vuestros brazos al cansado y después de haberle dado la luz de la razón, al que turbado de sus facultades mentales se encontraba.

30. Ciertamente habéis necesitado mucho tiempo para desarrollar vuestras potencias y dones, porque esa evolución no se inició en vuestra presente vida material. Todavía os detiene el temor o la falta de fe para caminar con mayor firmeza, aunque entre vosotros hay multitud de espíritus que pueden llamarse primogénitos entre la humanidad.

31. Ahora estáis viviendo la Tercera Era en la cual me he comunicado por el entendimiento humano, comunicación que toca ya a su fin, pero después de la cual no me perderéis, porque Yo soy Aquél que está cerca de quien sabe buscarme y esperarme.

32. Cuando en aquel tiempo me retiré al desierto, no me ausenté de la humanidad, antes bien, pensé en ella y sufrí por ella. Más tarde, cuando la tierra se abrió para ser sepulcro de mi cuerpo, tampoco me aparté de mis hijos, porque detrás de la muerte que me disteis, se levantó mi Espíritu para ser en todos cual luz de redención.

33. Cuando os digo, que al final de 1950 cesará mi palabra y dejará de hablaros mi Mundo Espiritual, entended que tanto el Padre como sus siervos espirituales seguirán velando por vuestra vida y vibrando en pos de la humanidad y de todo espíritu errante y necesitado de luz.

34. He aquí que os estoy legando un nuevo Testamento, el cual no sufrirá adulteración porque lo dejo guardado en el Templo de vuestro corazón donde habito Yo. ¿Cómo podréis entonces perderme si me lleváis dentro de vosotros?

35. Estudiaréis mis lecciones en las que encontraréis justicia en unas, sabiduría y enseñanza en otras, consuelo y bálsamo en otras más y en algunas también profecía. Mi palabra es Ley y mandato, es camino y meta, es amor.

Velad, porque en los tiempos de lucha las tentaciones acecharán vuestro paso, y cuando mayor sea vuestro propósito de regeneración y vuestra consagración en mis enseñanzas, más fuertes serán las voces y llamados que traten de apartaros del camino, mas templad vuestro espíritu para que lleguéis a tener el vigor y la fuerza de los buenos soldados.

36. Sentid todos mi ósculo de amor y de paz.

37. Descansad junto al Maestro, discípulos amados. Recread vuestro espíritu y fortaleced vuestro cuerpo.

38. Vengo a derramar mi luz en todos sin distinción de razas o clases, así como en todos los tiempos y a todos los pueblos he enviado grandes espíritus a encarnar, por medio de quienes ha recibido la humanidad mis divinos mensajes, la Ley, las profecías, las revelaciones.

39. En mi amor por vosotros también me hice hombre para que me sintieseis más próximo, y aún cuando muchos no me reconocieron en Jesús, más tarde se hizo la luz en ellos, comprendieron su error y me amaron.

40. Nuevamente vengo a daros mi enseñanza; pero ahora en vez de hacerme hombre, he venido a comunicarme a través de él.

41. Os encuentro espiritualmente desviados del camino, débiles y enfermos, cansados e indiferentes, dentro de un mundo cuya ciencia os ha dado una falsa grandeza, y al reconocer vosotros que en medio de los esplendores de vuestro siglo, no poseéis la paz, ni conocéis aún lo espiritual ni encontráis sustento para el corazón, volvéis los ojos al infinito interrogándome sobre cuándo vendrán a la Tierra los nuevos apóstoles de la paz y del amor.

42. He aquí por qué a los que he llamado para escucharme les hago responsables de la paz, porque han sido preparados por Mí como guardianes.

43. Cuando la humanidad eleve su mirada a su Creador en busca de perdón y de consuelo, se cumplirá una de las profecías del Segundo Tiempo; entonces los hombres verán mi luz cual estrella salvadora que conducirá sus pasos hacia la Nueva Jerusalén donde encontrarán el pan de la vida.

44. La campana sonora ha tiempo llama sin descanso, invitando a reunión.

45. Veo tristeza en vuestro corazón porque habéis tropezado con la incredulidad, con la indiferencia y con la mofa, que como abrojos y espinos habéis sentido clavarse en vuestro corazón, pues este dolor lo habéis recibido de los mismos vuestros, de los propios hermanos y también del mundo.

46. No temáis, os dice Cristo, porque no estáis solos; Yo llamaré a la puerta de aquellos corazones y ellos más tarde llamarán a la vuestra, sólo quiero que no guardéis amargura ni rencor, que veléis y estéis preparados.

47. Vuestro espíritu es invitado a mi mesa para que venga a comer el manjar de Vida Eterna. Aquí en esta mesa, no existe ni primero ni último en sus lugares, todos los sitios que podéis ocupar están junto al Maestro. Más tarde, cuando vosotros vayáis en pos de hombres a quienes enseñar, también tendréis dentro de vuestro corazón un solo lugar para recibir y amar a vuestros hermanos. Esa hora llegará y tendréis que levantaros para tomar los caminos que conducen a los grandes pueblos de la Tierra, así como a las humildes comarcas y pequeñas aldeas, veréis cómo en todas partes encontraréis el hambre y la sed del espíritu como tierra propicia para recibir vuestra simiente.

48. 1950, el año señalado para mi partida se acerca, y cuando él haya pasado, se iniciará entre vosotros el tiempo de preparación para que luego empecéis a caminar. Yo marcaré a cada quien la hora. Quiero que al comenzar vuestra misión, hayáis alcanzado un poco de madurez espiritual, que estéis fuertes en la fe y sepáis perseverad en la virtud. En vuestra jornada os acompañará mi inspiración la cual recibiréis de Espíritu a espíritu. ¡Veréis entonces cuántos os estaban esperando!

49. Inmensa caridad derramé en la humanidad en este Tercer Tiempo con mi comunicación y la del Mundo Espiritual por vuestro entendimiento. Mas ya había hablado en el Primer Tiempo por boca de mis profetas y en el segundo por conducto de mis apóstoles.

50. Hoy de nuevo me hallo entre vosotros. He venido a recoger la hoja olvidada de la Doctrina que en otro tiempo os traje.

51. Vengo a recordaros mi pasada lección y a enseñaros a interpretarla.

52. Yo soy el libro, el cual he abierto en este tiempo en su Sexto Capítulo, para revelar a la humanidad una lección más de la sabiduría que debe poseer para llamaros dignamente: Hijos de la luz.

53. Sólo comprendiendo el contenido de este Mensaje podréis decir con entereza al mundo, que fue mi voz la que escuchasteis, que fue mi palabra la que os doctrinó, que la luz que visteis fue la que irradiaba el Sexto Sello.

54. Tiempo por tiempo y etapa por etapa me he ido mostrando más y más ante vuestro espíritu. ¿Podrían los hijos amar a su Padre si no lo conociesen? Entended por qué os muestro mi amor, os hago sentir mi presencia y os hago escuchar mi voz.

55. Hasta ahora no ha sido espontáneo vuestro impulso por buscarme para encontrar la verdad, la paz, la elevación.

56. Habéis tenido que penetrar en el gran desierto espiritual para conocer la sed, la soledad, las necesidades, las vicisitudes, el hambre, la debilidad. Ha sido entonces cuando os habéis levantado en busca del agua que da vida, en busca del oasis, en pos de alguna huella que os llevase a tierras de paz.

57. ¡Cuántas lecciones os ha revelado el desierto de vuestra vida! ¡Cuánto habéis aprendido en la lucha y cuánto os habéis fortalecido en el dolor! Mañana, cuando hayáis penetrado en la Tierra Prometida del espíritu y las puertas de la Nueva Jerusalén se abran para recibiros en su seno de paz, bendeciréis el tiempo de vuestra restitución, que fue el de vuestra travesía por el extenso desierto de las pruebas y de la purificación.

58. Moisés sostuvo espiritualmente a su pueblo a través del desierto y Josué hizo penetrar a las multitudes en la tierra de promisión, tierra que fue sólo un símbolo o imagen de la Mansión eterna y verdadera que ha sido prometida a vuestro espíritu.

59. Ahora es Elías, quien invisiblemente marcha al frente del pueblo, cien veces multiplicado, para llevaros paso a paso por el desierto sendero hasta el fin de vuestro peregrinaje que será la Mansión de los justos, de los espíritus llenos de verdadero amor y verdadera sabiduría.

60. ¿Sabéis qué será lo que os acerque a aquel Reino prometido? Vuestras obras de amor, de caridad, de humildad.

61. Ahora mi pueblo no sabe quién es, ni en dónde se encuentra, ni qué es lo que va hacer, pero cuando surjan por todo el mundo los Espiritualistas, predicando con palabras y dando testimonio con sus obras de luz que les inspira mi Doctrina, todos se identificarán, se reconocerán y finalmente se unirán formando así el nuevo pueblo de Israel, que será baluarte de la espiritualidad y el verdadero interprete de la Ley del Padre.

62. Con mi luz vengo a marcar a todos aquéllos que en este tiempo me sigan. Mi luz descenderá de Espíritu a espíritu.

63. En el Segundo Tiempo fue mi sangre de mi sacrificio, la que se derramó en los corazones para iluminar a los espíritus.

64. En el Primer Tiempo, el acto simbólico de marcar la puerta del hogar con la sangre de un inocente cordero, fue el mandato del Padre para aquél pueblo, al cual desde ese instante ponía en el camino de las divinas revelaciones.

65. En los Tres Tiempos el Señor ha señalado de cierta manera a los que han de seguirle; aunque os digo, que siempre el sello de mi amor está indeleblemente impreso en todo espíritu.

66. Oíd y meditad en mi lección, discípulos a quienes ha tocado la gracia de escucharme en este tiempo, porque más tarde tendréis que explicar a la humanidad mis enseñanzas.

67. No creáis que mi palabra a través del portavoz humano tenga que ser escuchada en todas las naciones, no discípulos; se acerca el instante de hacer callar mi comunicación por estos conductos, mas quedará de testigo un pueblo, a través de cuyas obras y palabras me oirá la humanidad. Este testimonio y esa explicación que deis de mi Doctrina, será la preparación que los hombres reciban para iniciar la comunicación de espíritu a Espíritu.

68. Ved a muchas gentes en este tiempo escudriñando las Escrituras de los tiempos pasados, meditando sobre los profetas y tratando de penetrar en las promesas que Cristo hiciera de volver.

69. Oídles como dicen: “El Maestro está cerca”, “el Señor ya está” o “no tarda en llegar”, y añaden, “las señales de su regreso son claras y palpables”.

70. Unos me buscan y me llaman, otros sienten mi presencia, otros más presienten mi venida en Espíritu.

71. ¡Ah, sí en todos fuese ya esa sed de conocimientos, si todos tuvieran ese anhelo de conocer la suprema Verdad!

72. Muchos ignoran que he venido al mundo, que estoy comunicándome con los hombres por medio del entendimiento humano, y si no saben que he estado con vosotros, menos podrán saber que está ya próxima la partida de mi palabra.

73. Mas vuelvo a deciros, que este pueblo saldrá de la oscuridad a la luz para dar testimonio de mi venida.

74. Hoy no quiero que la humanidad descubra todavía a este pueblo, porque sus obras pequeñas e imperfectas, en vez de levantar fe en los hombres, serían delante de ellos la negación de la espiritualidad que mi Doctrina proclama.

75. ¿Cómo os juzgaría el mundo si contemplase vuestra ingratitud? ¿Cómo os juzgarían esos hambrientos y sedientos del espíritu si mirasen vuestra negligencia y egoísmo? Pero aún confío en vosotros y os sigo dando mi enseñanza.

76. Días vendrán en que de este pueblo se levanten emisarios, misioneros y apóstoles, sembrando esta simiente por pueblos, comarcas, aldeas, ciudades y naciones, y en ellos revelaré al buen discípulo de Cristo.

77. Hombres fuertes de espíritu serán los que lleven el testimonio de mi verdad, nada podrá detenerles en el camino y Yo a través de ellos, daré grandes pruebas de mi poder.

78. Ante el testimonio de amor de uno de mis labriegos, se levantarán hombres de fe extendiendo mi Mensaje, caminando hacia otras tierras, para llevar la luz y también ellos conquistarán corazones y pueblos, con su fe, su amor y espiritualidad.

79. La lucha será grande, intensa, pero fructífera; porque la tierra es fértil en este tiempo. Antes será removida para que cuando la simiente llegue a ella, se encuentre preparada.

80. Os digo esto, pueblo, porque antes de que os levantéis con vuestro testimonio, tendréis que contemplar la guerra de ideas, la pugna entre religiones, la lucha entre las doctrinas. Allí estará mi justicia y entonces escucharéis en medio de tanta confusión, a los que preguntan: “¿En dónde está la verdad? ¿En dónde está la luz?”

81. Esas preguntas angustiosas serán las que marquen el instante oportuno de vuestra llegada, pueblo.

82. Llegaréis revestidos de humildad, plenos de conocimientos para responder a toda interrogación, llenos de confianza en el triunfo de la verdad; no pensando en salvar vuestra vida, ni en salir avante en los trances difíciles, sino pensando tan sólo en los corazones que mi Doctrina gane con vuestras palabras y obras de amor.

83. No temáis por vuestra vida, discípulos, porque debo deciros que en este tiempo no será con vuestra vida o con vuestra sangre con lo que deis a la humanidad el mejor testimonio de mi verdad.

84. Los tiempos pasan, las costumbres cambian, los hombres evolucionan; ahora os pedirán amor, sinceridad y caridad como pruebas para creer en la verdad de la Doctrina que vais a predicar.

85. Los tiempos en que sólo dando la vida o sellando con sangre la palabra pronunciada era creída, han pasado, por lo cual os digo, que más que disponeros a morir sacrificados por quienes os persigan, os preparéis para dar testimonio de la verdad con vuestra vida en obras, palabras y ejemplos.

86. Tiempo ha viene caminando este pueblo bajo mi caridad divina, animado por la esencia de mi palabra, avanzando paso a paso en el sendero, y el Maestro, viendo que sus discípulos no pueden aún ser los maestros, les ha ocultado con su manto de caridad de las miradas indiscretas, diciéndoles: “Venid cerca de Mí, aprended mi lección para que apartéis vuestras faltas, dejad que aquí, junto a mi Corazón de Padre se ennoblezcan y purifiquen vuestros sentimientos y podáis amar con limpidez a vuestros hermanos”.

87. Sí, pueblo, no queráis que sea el mundo quien os corrija o despierte, porque los hombres cuando se convierten en jueces son crueles, inhumanos e inflexibles.

88. La piedad y la misericordia no están con los hombres, ¿qué justicia podéis esperar de vuestros hermanos? Sólo os queda prepararos en verdad y en espíritu y confiar en Mí, en vuestro Señor, en quien sí existe misericordia y por lo tanto, justicia.

89. Ved cómo os preparo para después de este tiempo de mi comunicación por el entendimiento del hombre, porque será cuando os encaminéis por vuestro propio paso hacia la plenitud del Tercer Tiempo. Será cuando os acerquéis a la comunicación perfecta entre mi Espíritu y el vuestro, comunicación que no ha alcanzado la humanidad. No será la voz que escuchó Moisés sobre el Monte, voz materializada en el fragor del trueno; tampoco será la voz humanizada que escucharon los hombres a través de Jesús, ni la forma que ahora tenéis, escuchándome por medio de un hombre en éxtasis, porque también pronto pasará, como pasaron aquellas formas o medios que empleé en otros tiempos para hablar a mis hijos.

90. Ahora viene hacia vosotros la comunicación directa con vuestro Padre, cuando vuestro espíritu haya aprendido a desprenderse de su materia, cuando ya conozca e interprete el idioma divino, cuando su corazón sea verdaderamente un Santuario donde exista el culto puro, sencillo y elevado hacia Dios.

91. Pueblo: Esta gracia de comunicaros de espíritu a Espíritu, no será sólo vuestra, es necesario que comprendáis que se trata de un don que pertenece al espíritu, el cual, desarrollado, acerca al hombre a Dios poniéndole en comunicación con lo espiritual. Hoy aún os parece difícil o imposible aquella comunicación; pero de cierto os digo, que cuando hayáis logrado la preparación que da la espiritualidad, veréis cómo la forma de comunicarse con el Padre y con el Mundo Espiritual es la más sencilla y la más fácil de cuantas habéis practicado.

92. La comunicación de espíritu a Espíritu tiene un sentido amplio, infinito; dentro de ella está el desarrollo de todas vuestras potencias y de todos vuestros dones.

93. En ella encontraréis el libro de la eterna sabiduría; en la oración os sentiréis iluminados por grandes inspiraciones; la intuición será una brújula en vuestra vida y el bálsamo curativo llegará a vuestras manos directamente del Más Allá.

Todos los dones, adormecidos hasta ahora, despertarán de su letargo y florecerán en el corazón del hombre; y cuando la espiritualidad sea una realidad entre vosotros, vuestra mano podrá ser como fue la de mi apóstol Juan, y escribiréis en la hora de vuestra inspiración, todo aquello que la Voz divina os dicte a través de la Conciencia. En ese mensaje recibiréis todo lo que el portavoz en su pequeñez no haya podido transmitir, así como también sentiréis llegar a vuestra mente la profecía clara y luminosa, para señalar el sendero a las generaciones que habrán de suceder a los que inicien el tiempo de la espiritualidad.

94. Cuando lleguen estos tiempos y os encontréis hablando a grandes multitudes, no digáis que estáis hablando bajo la inspiración del Espíritu Santo, dejaréis que sean los hombres los que descubran la verdad en el fondo de aquella inspiración.

95. Recordad: Cuando Yo hablaba a las multitudes no faltaba quien, asombrado de la sabiduría de mi palabra o de la justicia de mis obras, se aproximase para preguntarme: “¿Eres Tú el Hijo de Dios, eres el Mesías?” A lo cual Yo contestaba simplemente: “Tú lo has dicho”.

96. Mi comunicación, si la analizáis a fondo, no cesará en 1950, sino que seguirá, porque el Verbo de Dios es eterno y nunca ha cesado de iluminar a sus hijos; mas esta forma de comunicación por medio de un portavoz humano, sí dejará de ser en la hora fijada por mi voluntad, para dar paso al tiempo en que habré de comunicarme a través de vuestra Conciencia.

97. Nadie diga que voy a ausentarme, ni crea que el Mundo Espiritual que se ha manifestado entre este pueblo va a su descanso, porque estaríais muy lejos de la verdad.

Sabed desde ahora, y tened fe en lo que os digo, que será en los días en que ya no escuchéis esta palabra cuando comencéis a sentir en vuestro interior la presencia del Maestro; cuando comprendáis la preparación que deberéis conservar para haceros dignos de alguna gracia, y cuando busquéis la forma de no alejaros de aquellos benditos seres que son como faros o estrellas que iluminan el camino de vuestra vida.

98. Yo os prometo que en cada una de vuestras reuniones os daré pruebas de mi presencia, siempre que también vosotros me deis pruebas de vuestra elevación.

99. Velad, pueblo, porque también entre vosotros, entre este pueblo, se levantarán los impreparados como falsos profetas; aquéllos que no han sabido penetrar en el fondo de mi palabra, diciendo que se comunica de espíritu a Espíritu y que el Padre ordena esto o que el Maestro ordena aquello, no siendo verdad.

100. Alerta, discípulos, ninguno de los que oís estas palabras vayáis a caer en tales errores, ni vayáis a permitir que en vuestro seno surja la mentira o ciegue a alguno la vanidad. Yo a todos he enseñado a distinguir el fruto bueno del malo, a distinguir la verdad de la impostura.

101. Id dando a vuestros hermanos lo que vayáis logrando merced a vuestra evolución y a vuestros méritos; pero nunca tratéis de dar lo que no hayáis alcanzado todavía.

102. Yo os digo, que aquellos que profeticen con falsedad, que mientan por hacerse grandes entre sus hermanos o sentirse profetas sin serlo, serán más tarde señalados por las multitudes y muchas lágrimas tendrán que derramar para reintegrarse entre los celosos y amantes de la verdad.

103. ¡Alerta, os digo, pueblo, porque tiempos peligrosos para vosotros se acercarán!

104. También seréis escudriñados por hermanos vuestros a quienes parecerán extrañas vuestras prácticas y después de observaros, os juzgarán porque no tenéis altar, porque no tenéis imágenes o símbolos, ceremonias ni ritos; mas, no temáis, pueblo amado. Vosotros hablaréis diciendo que vuestro culto es espiritual, que el Santuario o Templo lo estáis construyendo en vuestro corazón; que la ofrenda, es toda aquella obra que lleváis a cabo en la vida y que vuestra Conciencia os dice si es digna de ofrecérsela a Dios, y que vuestra oración es de espíritu a Espíritu.

105. Si habláis con claridad, dejaréis absortos a vuestros escudriñadores y ellos os dejarán en paz, comprendiendo que habéis hablado una verdad y que no hay error por donde atacaros.

106. Los que defiendan en esta forma mi Doctrina, serán llamados discípulos del Espiritualismo, porque con sus obras estarán confirmando sus palabras; no serán de los que dicen una cosa y con sus obras la contradicen. Yo contemplo a muchos que se dicen Espiritualistas, y que pasan su vida adorando objetos a los que llaman símbolos, ¿qué pensarán de ellos los hombres que descubran semejante contradicción? Yo aún les estoy dando tiempo para que reflexionen, para que depuren sus prácticas y regeneren su vida. Unos serán dóciles a mi llamado, otros serán rebeldes porque su fanatismo les ha cegado.

107. Yo bendeciré a los que se aparten de sus errores para venir por la senda de la espiritualidad. Bendeciré a los que renuncien a sus ídolos y a los que, habiendo danzado en torno al becerro de oro, dejen su materialidad y tomen la cruz de la espiritualidad.

108. ¡Oh, pueblo!, os dice vuestro Maestro: Velad por la inocencia de vuestros hijos, orad por los niños. No quiero que esas generaciones vayan a heredar restos de vuestro pasado fanatismo. Sed sus maestros, mirad que todavía el espíritu no ha revelado a la materia su misión, porque espera que primero les encaucéis por el camino de la luz. ¿Qué quiere decir con esto el Maestro? Que vosotros, padres de familia, tenéis el deber de formar el corazón de vuestros hijos, para que sirva de cimiento a las obras del espíritu.

109. Vuestra ternura y vuestra inteligencia para conducirles, vuestra sabiduría para guiarles y corregirles, vuestro amor para dulcificar sus pasiones, serán el cincel que pulimente y dé forma a la parte moral e intelectual de esas generaciones.

110. Vuestra mejor y más rica herencia para vuestros hijos será aquélla que les permita formar un pueblo fuerte, una familia unida, saludable, fraternal y útil a todos, mas, para que eso sea, esforzaos en dejarles un bello ejemplo, Amándoos los unos a los otros.

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