Enseñanza 223
1. He descendido hasta vosotros a buscaros, porque ha mucho tiempo que camináis alejados del sendero y nada hacéis por encontrar el verdadero camino.
2. Mi presencia de Maestro os hacía falta, y por eso me he presentado entre vosotros a daros valor, fuerza y fe, para luchar por vuestra salvación.
3. Una gran ignorancia espiritual envuelve a la humanidad; no se da cuenta de su destino ni de su responsabilidad en la Tierra, y por eso ha perdido la senda.
4. El hombre ignora quién es, por lo que no sabe cuánto atesora en su espíritu. Se ha concretado a desarrollar sus facultades humanas, pero las del espíritu las ha ignorado por su falta de interés en lo que es elevado y noble.
5. ¿Cómo podría la humanidad descubrir las potencias que en sí lleva?
6. Ha sido menester que me aproxime a vuestro corazón para despertaros del profundo letargo espiritual en que estabais sumidos y recordaros que no sois tan sólo materia, que no sois pequeños y menos parias.
7. Al escuchar mi palabra, llenos de gozo me habéis dicho: “Señor, ¿es posible que existan tantos dones en nuestro ser?” Entonces habéis comenzado a comprender algo de lo que sois y de lo que significáis en el Universo.
8. A veces ponéis en duda los dones de los que os he dicho que sois poseedores, y os digo, que vuestra duda proviene de que no los habéis desarrollado, por lo que no pueden manifestarse en la forma que vosotros quisierais.
9. Es cierto que hay casos en que con sólo la fe podéis realizar obras sorprendentes, pero debéis saber que fue mi amor el que os concedió aquel prodigio para alentar vuestra fe, aún cuando todavía no os encontraseis capacitados para llevar a cabo aquella obra.
10. Largo es el desarrollo de las potencias del espíritu, tanto que una sola materia no le es bastante, ni una sola existencia en la Tierra le es suficiente. Pero mi providencia, que en todo está, va preparando a cada espíritu nuevos cuerpos en que pueda continuar su desarrollo, ayudándole en su perfeccionamiento, para que pueda llegar al lugar que le está destinado. Os lo digo, porque os he sorprendido pensando que es muy poco lo que habéis logrado en comparación con lo que se os ha dicho que poseéis; entonces surgen en vuestro corazón dudas y os invade el decaimiento.
11. Con lo que ahora os he dicho, podréis ya comprender que no os será posible, en una sola existencia, desarrollar en toda su capacidad los dones de que está formado vuestro espíritu, porque siendo ellos parte de un ser que pertenece a lo eterno, que es parte de lo infinito, es natural que en una vida tan efímera, como es la vida del hombre en la Tierra, no alcancéis a mirar el desarrollo completo de algunos de vuestros dones.
12. Sin embargo, debo aclararos que no por saber que en la presente existencia no podréis alcanzar el máximo desarrollo de vuestros dones, vayáis a flaquear en vuestro ahínco de lograr vuestra evolución. Por el contrario, pensad que si en una sola existencia pudieseis contemplar el desarrollo completo de vuestros dones espirituales, éstos serían muy pequeños.
13. Sólo os pido que deis un paso en cada reencarnación, pero que sea un paso firme hacia la perfección; entonces será vuestro espíritu el que advierta su adelanto, manifestándose cada vez con mayor sabiduría a través de aquellos cuerpos que le vayan siendo confiados.
14. Ahora os encontráis en preparación: Ya os fueron revelados por mi palabra todos los dones que poseéis y se os ha dado a conocer la misión que en vuestro trayecto espiritual tendréis que cumplir.
15. Ya fuisteis probados con las pruebas a que un espíritu debe ser sometido para recibir un mensaje o una revelación divina; os resta tan sólo iniciar vuestro desarrollo, en la confianza de que vuestra senda estará iluminada con la luz de la Conciencia, que siempre os dirá qué es lo que debéis hacer.
16. Quisierais que vuestra comunicación de espíritu a Espíritu fuese perfecta, que el don de la videncia se hubiese manifestado en plenitud, que el poder curativo os permitiera realizar un prodigio en cada caso y que el don de la palabra floreciese en vuestros labios desbordándose en consuelo, en sabiduría y en profecías; mas cuando os convencéis de que distáis aún de alcanzar esas alturas, os entristecéis y os tornáis callados y taciturnos; ¿por qué, discípulos?, ¿no comprendéis que mucho de lo que anheláis alcanzar depende de vuestra preparación?
17. Bien sabéis cuál es la preparación que debe tener el discípulo para poder recrearse con el fruto de su espiritualidad y que es la de llevar una vida limpia, el estar prestos a la oración, a servir a vuestros Semejantes, a resistir las tentaciones, a fin de que en el instante de necesitar vuestra fuerza espiritual y vuestros dones para llevar a cabo alguna obra de amor, encontréis dispuesto vuestro ser, y así tengáis la satisfacción de ver hecho realidad el prodigio que en vuestra oración solicitasteis de vuestro Padre.
18. Entonces podréis ver las primeras luces del Gran Día anunciado por profetas y enviados tiempo ha; podréis sentir cómo desciendo en Espíritu a hablaros de la Vida Eterna que a todos os espera, porque todos estáis destinados a ella.
19. Hasta la intimidad de vuestro ser penetro, para probaros que para Mí no existen barreras ni obstáculos que impidan a mi luz llegar al fondo de vuestro espíritu.
20. Vengo a decir a los hombres, ya que han caminado por la vida material, desentendiéndose de los deberes y de la misión de su espíritu, que les envío este mensaje de sabiduría para que se preparen y sepan penetrar a la vida espiritual cuando a cada uno se le haga el llamado.
21. Vengo a decirles que, ya que aquí en la Tierra han cerrado el paso al espíritu, al menos dejen que él se prepare para cuando no tenga ya necesidad de la materia.
22. ¿Creéis que la vida se concreta a vuestra existencia en la Tierra? ¿Creéis que mi Ley y mi Doctrina sólo iluminan vuestra vida en el mundo? No, multitudes que escucháis mi palabra, la Ley divina no la di a vuestro cuerpo, vine a iluminar con ella vuestro espíritu.
23. Yo sé por qué os hablo en esta forma, porque mi mirada descubre entre las turbas a aquellos hombres que necesitan que así les hable.
24. Son los materialistas, los que no ven más allá de donde alcanzan sus ojos a mirar, sin creer que más allá de su mente y de sus sentidos es donde comienza la eternidad, la verdad, la sabiduría.
25. No necesitan que les hable así, a los que ya comienzan a dejar que sea el espíritu el que gobierne en sus obras, en sus pensamientos y en toda su vida; aquéllos que ya empiezan a desprender su espíritu de cuanto los ataba al mundo. Ellos llegaron materializados ante la manifestación de mi palabra, sin saber lo que oían, sin comprender su sentido, y también les toqué en lo que más amaban en su vida.
26. El Reino del espíritu es infinito y para alcanzar la elevación que os permita gozarlo y vivirlo, es menester conocer el camino y tener luz para ascender por él; pero no creáis que menosprecio vuestra vida material, no, discípulos, ¿por qué había de menospreciarla, si Yo la preparé para vosotros? Comprended que la vida en el Mundo material también forma parte de la vida en el reino espiritual, infinito y eterno.
27. Precisamente la finalidad que mi palabra viene a cumplir entre vosotros, es la de mostraros el camino certero por donde debéis transitar para alcanzar la espiritualidad.
28. Cuando os hablo de la vida espiritual, no me refiero concretamente a la existencia de espíritus desencarnados, sino que os hago comprender que la vida espiritual está en todas partes, porque todo procede de ella.
29. Sólo la luz de esa vida podrá revelaros la verdad, sólo en ella podrán los hombres comprender cuanto desean y necesitan saber.
30. Quienes se empeñen en ignorar la vida del espíritu, sólo serán pobres seres que vivirán en la Tierra caminando sin rumbo, tropezando y cayendo, sin darse cuenta de que en el fondo de su ser tienen la llave de la puerta de la eternidad y llevan también la lámpara que puede iluminarles el camino que conduce a la paz, a la sabiduría y a la felicidad.
31. Mas mi caridad viene a despertarlos de su letargo, viene a levantar a los postreros, para que ayuden a los primeros en la lucha de este tiempo contra el materialismo, en todo lo que ellos no hayan podido hacer.
32. El mundo se halla preparado y acrisolado por el dolor, esperando a los discípulos del Divino Maestro. La humanidad está atravesando una hora de prueba.
33. Comprended lo grande de vuestra misión.
34. Yo iluminaré vuestro sendero cuando por instantes se opaque su luz, para que vuestro espíritu no tropiece ni se confunda, porque sois los emisarios de la paz, los poseedores de una revelación eterna.
35. No volverá a contaminarse vuestro culto de influencias extrañas ni volveréis a caer en la esclavitud espiritual.
36. No vendrán los hombres a poner delante de vuestros ojos la imagen de su Señor, porque mi verdadera imagen no la han sabido encontrar aún, a pesar de llevarla en sí mismos.
37. En cada hombre se encuentra un más allá, un arcano, un infinito, un misterio. Ahí está el Santuario en donde mora el Padre, cuya puerta está cerrada, porque no habéis sabido penetrar en vuestro interior. No ha sabido el hombre encontrar el verdadero Santuario que consigo lleva. Sólo ve hacia afuera y siente lo exterior. Es materia y sentidos corporales.
38. Este es un tiempo en que espiritualmente toda la humanidad duerme. No existe una sola religión que eleve a su Dios el verdadero culto. Vosotros os levantaréis a dar mi palabra, dando testimonio del Maestro con vuestro ejemplo. Sin obras de amor, no tendrá fuerza mi Doctrina en vuestros labios.
39. Os enviaré a las naciones cuando os contemple preparados, cuando exista verdad en vuestro espíritu y en vuestra materia. Entonces podréis solucionar los grandes conflictos; podréis atravesar grandes torbellinos sin dejaros arrebatar; podréis resistir tormentas y atravesar espesas tinieblas, porque ya estaréis abriendo los ojos a una luz superior a toda ciencia humana.
40. Siendo vosotros humildes, estáis destinados a descorrer muchos velos ante filósofos y sabios; para todos seréis paz, consuelo y redención.
41. En todos los pueblos de la Tierra estoy dando señales de mi nueva manifestación a través de la intuición y de los sueños. El eco de mis pasos ya se escucha cercano.
42. Comprended cuánto os amo. ¿Por qué teméis? Quién esté dentro de mi Ley nada tiene que temer de Mí.
43. Estáis escuchándome con respeto y preparación y sin embargo me teméis: Es porque vuestra Conciencia os dice que no hacéis aún obras perfectas.
44. Cumplid para con vuestro Dios y para con vuestros Semejantes, pagad vuestra deuda de gratitud y todos seréis recibidos por Mí.
45. Si en el camino se detuviesen algunos por torpeza, falta de estudio, falta de espiritualidad o ignorancia, que los demás no se detengan, pero dadle vuestra ayuda al que cayere y despertad al que duerme.
46. En verdad os digo, que los primeros no llegarán al verdadero cumplimiento en esta Tierra, ni vosotros aun cuando avancéis en el camino. Vendrán otros después, quienes darán un paso más hacia adelante; después de ellos, otros que avancen más y así sucesivamente. Pero mientras éstos estén adelantando en su evolución, ya vosotros en espíritu habréis escalado espiritualmente. Por lo que os digo, que siempre los primeros han de limpiar el camino a los postreros.
47. Pronto dejaréis esta materia y al penetrar en el Mundo espiritual, os convenceréis de que no fue estéril vuestra jornada en esta Tierra y que el conocimiento del Espiritualismo os permitió, al desprenderos de la materia, extender las alas del espíritu para llegar cerca de vuestro Padre.
48. Alentad la esperanza de esa nueva vida y os consolaréis en las vicisitudes que ahora padecéis en este Valle de lágrimas, de sangre y muerte.
49. Convertid a vuestros hermanos en mis discípulos, mirad cómo el postrero comprende que no podréis ofrecerle un mal fruto.
50. La humanidad está llegando a cierta madurez espiritual para comprender su destino.
51. Después de 1950, esta Doctrina no decaerá, antes bien florecerá, el trabajo se intensificará y los Libros de Oro serán abiertos para que de ellos brote la sabiduría y lleguéis a comprender lo que antes no comprendisteis. Los escritos conteniendo mis máximas y mis parábolas, serán llevados de comarca en comarca, de hogar en hogar y de corazón en corazón.
52. Entonces veréis como muchos os darán buena acogida y os recibirán con los brazos abiertos, porque su espíritu se encontrará ansioso de contemplar al Padre en su verdadero altar.
53. Daréis mis enseñanzas tomando ejemplos y preceptos de Moisés, recordando la palabra de Jesús y lo que en este Tercer Tiempo os he revelado, uniendo todo en una sola obra.
54. Surgirá en el mundo una guerra de ideas y doctrinas, mas Yo haré que ese movimiento os conduzca a la luz.
55. Mi luz es en toda la Tierra. En toda ella levantaré hombres y mujeres por los cuales me manifestaré.
56. Esta nación que habitáis cumplirá con una gran misión en este tiempo y en tiempos venideros. En el mayor dolor y en las grandes pruebas, será baluarte, dará luz y paz, y será sustento para otros pueblos. Su corazón se despojará de egoísmo y conveniencias, convirtiéndose en caritativo y fraternal.
57. Todas las religiones serán juzgadas y las más poderosas serán las más tocadas. No sabéis cuáles de ellas tomen a cuestas su trono de grandeza para trasladarlo a otras tierras, huyendo de mi justicia.
58. Hoy quiero deciros que entre vosotros no se erigirán templos materiales ni altares de fanatismo; el rito y la tradición desaparecerán. No se levantarán ante vosotros sacerdotes ni ministros.
59. No tendréis autoridad o potestad alguna para dar títulos de santidad a ningún ser humano.
60. Los que alcancen gran comunicación espiritual con mi Divinidad, serán los más humildes.
61. Ha llegado el tiempo en que del culto imperfecto no quede ni piedra sobre piedra, en que el único Templo esté en el interior del hombre, el altar en su corazón, la ofrenda en sus obras, la lámpara en su fe y la campana en su voz que despierte a los espíritus dormidos.
62. Vengo a hablaros con amor para que me reconozcáis por ese amor.
63. Sois pequeñas criaturas a quienes conduzco por la senda de la elevación espiritual y a los que perdono sus faltas, para que aprendan a perdonar a sus Semejantes.
64. Analizad mi palabra sílaba por sílaba, para que seáis fuertes de espíritu y podáis ser como un báculo entre la humanidad.
65. Os he dado de mi luz con la que podréis iluminar a vuestros hermanos. Con esa potestad desataréis, a imitación de Jesús, a los espíritus en tiniebla que encadenados y turbados se encuentran poblando el Universo.
66. Mi luz todo lo abarca y envuelve, porque todos habéis brotado de mi Espíritu, me pertenecéis y a Mí habréis de volver.
67. No penséis que vengo solamente en pos del pueblo de Israel. Ciertamente, en vos he depositado desde los principios, leyes, cargos y órdenes, para convertiros en mis discípulos que han de doctrinar a la humanidad, los que han de ser la luz del ciego, el báculo del paralítico, el bálsamo para el leproso; por lo tanto, sólo os he dejado como hermanos mayores. Mas quiero que comprendáis también que al referirme a esas penalidades, hablo de ceguedad del espíritu, de falta de movimiento o libertad espiritual, y de la lepra que es vicio y pecado. Sabed que es a vuestro espíritu a quien vengo a salvar, aunque también vuestra materia es digna de mi caridad, mas a ella le entrego por añadidura.
68. En vuestro espíritu existe una gran potestad curativa que no se ha manifestado en toda su plenitud, por vuestra falta de fe y confianza en ese don.
69. El espíritu está revestido de mi gracia, mas tropieza con la flaqueza de la carne. Luchad por la armonía y unificación entre vuestro espíritu y vuestra materia, para que podáis hacer mi voluntad.
70. Mi palabra es agua cristalina que os ofrezco para que sed no volváis a sentir en este mundo.
71. La humanidad a través de sus religiones y sectas, me busca y me ama, y ella recibe mi caricia y mi luz.
72. En diferentes peldaños de la Escala se encuentran los espíritus, pero a todos les amo en forma igual y les doy los medios de llegar a la cima. De igual manera debéis amar a vuestros hermanos, sin importaros el grado de elevación espiritual que posean.
73. Quiero que abráis plenamente vuestro corazón, para hacer en él mi morada y encender ahí la antorcha de la fe. Quiero enseñaros a sentir el dolor ajeno como si fuese propio.
74. Las tribus de este pueblo se unificarán espiritualmente, antes que lleguen las grandes penalidades profetizadas.
75. Ahora tenéis que hacer méritos para que el mundo alcance luz en su sendero y espiritualmente combatáis al egoísmo y al odio que se han apoderado nuevamente del corazón de la humanidad.
76. ¡Bienaventurado el que me escuche y abra las puertas de su corazón, porque él será mi buen discípulo!
77. Dad albergue en vuestro corazón a la fe, la esperanza y la caridad, para que exista confianza absoluta en vuestro Señor, para que no sintáis fatiga en el camino, ni os detengáis, y para que hagáis obras de piedad entre los que sufren.
78. Esta es la simiente que siempre he venido a confiaros, mas si vosotros no habéis hecho obras perfectas como vuestro Padre, es porque aún estáis a la mitad del camino y vuestra carne aún peca. Todo esto lo sé, y por eso os busco con paciencia infinita.
79. Así lección tras lección, estoy formando el Libro de Sabiduría que dejaré delante de vuestros ojos y cuando levante mi palabra, en él encontréis las lecciones que os animarán a seguir caminando en el sendero de vuestro cumplimiento, llenos de esperanza, en pos de la Tierra que os he ofrecido, la cual es mi propio Seno.