Enseñanza 218

1. Pueblo bendito: Venís al encuentro de este Maestro que os llama incesantemente a congregación, para alimentaros con su amor y fortaleceros en los tiempos de prueba. Venís abandonando todo por oírme. Los padres dejan a sus hijos, la madre al pequeño en la cuna, ansiosa de recibir consuelo para ella y para los suyos; la juventud apartándose de los placeres terrestres; los ancianos olvidando el peso de sus pruebas y todos dejando tras de sí lo que es miseria humana, enfermedades, angustias, para presentarse ante mi presencia y decirme: “Maestro, hemos orado a temprana hora y elevado nuestro espíritu, y Elías, nuestro Pastor, nos ha preparado para oír la divina Palabra; recibidnos”.

2. Os reunís bajo la sombra de este Árbol, que ha extendido sus ramas hasta los confines de esta nación escogida por Mí, y escucháis bajo sus múltiples ramas la misma palabra, la misma esencia, el mismo fruto que durante tanto tiempo os he entregado.

3. Con todos vosotros he formado un pueblo que es primogénito entre todos los pueblos de la Tierra, escogido en todos los tiempos, mas no el único en mi amor, porque Yo amo y he amado en todos los tiempos a los pueblos del mundo; pero éste, mi escogido, me ha amado de singular manera y se ha hecho acreedor a mis complacencias.

Mas esos favores que Yo le he concedido, no han sido sólo para él. Este pueblo todo lo ha tomado para sí y se ha convertido en el rico avaro y ha dicho: “Yo soy el más amado, el escogido, superior a los demás, el más cercano al Espíritu del Señor; los demás han de inclinarse ante mí, porque en mí el Padre ha derramado su Ley, sus complacencias”. Y os digo: “No os envanezcáis. Me ha complacido donaros en los Tres Tiempos; a través de tres largas Eras me he derramado sobre vuestro espíritu en las distintas envolturas que habéis tenido, para que me imitaseis y participaseis de mis dones, y llenos de amor para con vuestros hermanos, fueseis como un árbol cuya sombra y fruto sean para todos los caminantes”.

4. Y ahora en esta Era, iluminados por mi Espíritu, vais comprendiendo lo que os entregué en los primeros tiempos, lo que Cristo os enseñó en el Segundo Tiempo, y os digo: “No volváis a ser como ricos avaros, sed como este Maestro que se entrega a los discípulos por amor, y al presentaros a otros pueblos hermanos, no os sintáis superiores ni digáis que sólo vosotros poseéis los Tres Testamentos y que de ellos sois dueños, que habéis poseído el arca de la alianza, el tabernáculo y los símbolos. No pueblo”. Quiero que digáis a vuestros hermanos de diferentes razas, que: “Todos podéis llegar a ser el pueblo escogido del Señor, de esa familia bendita, porque todos habéis brotado de un solo Espíritu, de un solo Padre”.

5. Entonces habréis comprendido vuestra misión y podréis ser la salvación del mundo. Ya no permitiréis que sea el Padre quien venga a materializarse, para hacerse comprender de los hijos que no saben elevarse espiritualmente, y me diréis en vuestra oración de espíritu a Espíritu: “Padre, permanece en tu Solio, has descendido ya por mucho tiempo, has sufrido por nuestra materialización y pecado; todavía en el Tercer Tiempo has tenido que hablarnos en una y mil formas para enseñarnos y ya has derramado tu fuerza y tus virtudes entre este pueblo, que es tu discípulo; déjanos como responsables de la humanidad”.

6. En todos los tiempos os ha parecido demasiado difícil de cumplir mi Ley, siendo vosotros seres humanos; y por eso desde los primeros tiempos habéis formado distintas religiones, y habéis practicado de manera imperfecta. Si en el Primer Tiempo hubieses cumplido con mis leyes entregadas por conducto de Moisés, no hubiese sido necesario que Jesús, el Verbo del Padre, viniese entre vosotros, ¿por qué padeció aquel Maestro? Porque el pueblo de Judá le desconoció, le arrojó de su seno y le sacrificó, sin haber mirado ni sentido Quién era.

7. Ese pueblo no se había preparado, no había cumplido con las leyes divinas, de éstas y de los preceptos había hecho sus propias leyes, en las que creía cumplir. Y el Divino Maestro se hizo hombre y con su nacimiento, su vida y su pasión, escribió una página más del Libro de la Sabiduría divina, en la que cada palabra era conformada por obras poderosas, palabras y obras selladas con sangre; así recibisteis el Segundo Testamento, y si vosotros hubieseis cumplido con esos dos Testamentos, ¿habría tenido que comunicarse mi Espíritu en este Tiempo por el conducto humano, por medio de entendimientos imperfectos y perecederos? Si hubieseis practicado mis mandamientos y mi Doctrina que con tanto amor os he dado, no me estaríais juzgando ni dudando de Mí, el por qué me comunico por el entendimiento humano.

8. Reunid los Tres Testamentos y no vayáis adulterar ni mistificar mi palabra. Es la herencia que dejo a la humanidad. La Luz de mi Espíritu os ilumina y vuestro espíritu, que sabe quién es, recuerda su pasado y sabe por qué he venido en este Tiempo y puede comprender mi enseñanza.

9. Sólo así conoceréis la pureza y perfección de mi Obra dada en los Tres Tiempos, que está sobre las religiones e ideas humanas. Es el camino, la vida, el principio y el fin de todo espíritu, lo que encierra el Libro de mi Sabiduría.

10. ¿Por qué no me reconocen las sectas y religiones y muestran tanta incomprensión? Vosotros que me oís, no juzguéis a nadie; Yo juzgaré, como está escrito, a todas las naciones y a todas las religiones.

11. Si cumplís con humildad, el mundo os creerá. Ese mundo cansado de palabras y de ritos, necesita de ejemplos. Vos, Israel, que en todos los tiempos habéis recibido la simiente pura, ¿a quién podréis imitar?; ¿qué religión de las que han brotado, han velado por el cumplimiento de todos mis preceptos? Ninguna.

Mas puedo deciros: Si en ellas encontráis hombres celosos, imitadles; si encontráis amor, imitad su amor; si miráis en ellos respeto al Señor, también imitadles, para que sepáis apreciar la virtud y deis a cada quien lo que corresponde en justicia; mas lo imperfecto, lo censurable, jamás lo imitéis. Si no sabéis qué es lo justo y qué lo censurable, orad, oíd mi palabra y dejad que vuestra Conciencia os aconseje.

12. El clamor de la humanidad llega hasta mi Espíritu, la angustia de la niñez, de la juventud, de los hombres y mujeres de edad madura y de los ancianos, se eleva; es la voz que clama justicia, es una invocación de paz, de misericordia que el espíritu hace, porque la simiente de amor en este mundo se ha perdido y, ¿sabéis en dónde está el amor? En lo más profundo del corazón humano, tan dentro que no alcanza a descubrirlo, porque el odio, las ambiciones, la ciencia y la vanidad han ahogado la simiente y no hay espiritualidad, ni misericordia; el cáliz de amargura va llenándose y el mundo lo bebe hasta las heces.

13. Y vos pueblo, contempláis en paz desde la barquilla la tempestad que se ha desatado, llenos de confianza en el Padre; mientras aquellas naciones envueltas en guerras blasfeman en contra de mi Espíritu unos, y otros practican cultos imperfectos, vosotros me estáis glorificando. Mas todos despertaréis en este tiempo de pruebas y llegaréis a unificaros por el amor y el conocimiento espiritual.

14. Discípulos: Os recibo y estoy presto a perdonaros. Quiero sentirme amado por vosotros y también anhelo que viváis en armonía los unos con los otros. Que el hijo ausente retorne a mi regazo, y si se ha distanciado de Mí por incomprensión o ignorancia, no tema que le reproche su proceder. Quiero acariciar a vuestro espíritu y devolverle lo que ha perdido, su paz, su alegría y esperanza. Es mi deseo que toméis de esta vida su dulzura, que sepáis recibir sus sinsabores, que viváis mansa y pacientemente, que trabajéis por vuestra elevación. ¿Quién podrá alejarme de vosotros, o qué poder existe que impida que os ame y os proteja?

15. En cambio, vosotros sí sabéis alejaros de vuestro Padre e imitar al hijo pródigo; y sólo cuando el dolor hiere vuestro corazón, recordáis que hay un Padre que os ama y está presto a socorreros, a libraros de todo peligro que os aceche.

16. Yo siempre os he inspirado confianza para que veáis en Mí a un Padre amoroso, a un Amigo leal, a un Confidente.

17. Recordad la parábola del hijo pródigo, vosotros que lleváis el peso de una gran falta, y pensad que ante todo soy Amor y Perdón. Debéis tomar en cuenta que estáis destinados para llegar a mi Seno perfeccionados, libres de errores, limpios; y si hoy estáis dentro de esa oportunidad de modelar vuestro corazón y hacer grandes obras espirituales, debéis aprovechar estos tiempos y hacer breves los días de vuestro destierro.

18. Si ya tenéis la experiencia de las Eras pasadas y sabéis que existe la Ley de restitución, ¿por qué volvéis a caer en los errores de ayer en vez de dar un gran paso adelante de vuestro camino?

19. Mirad a la humanidad restituyendo sus faltas y lavando sus manchas; está sujeta a grandes transformaciones a fin de purificar y restablecer todo lo que ha mancillado.

20. Mi palabra se cumple; habéis visto gran parte de mis profecías cumplidas ante vuestra incredulidad. Muchas otras están por ser vistas, y de esto daréis testimonio. Mi juicio está abierto como lo anuncié para estos tiempos.

21. El caos envuelve a las naciones; mientras unos cuantos velan y saben el por qué de sus penalidades, muchos duermen y se contentan con vivir sin hacer un esfuerzo por conocer la causa de todas estas pruebas. Vosotros sí sabéis el por qué, habéis leído en el Libro de la Sabiduría y mi palabra os ha preparado, nada puede sorprenderos.

Mas sois todavía pequeños para dar la voz de alerta a la humanidad, aún no os habéis fortalecido y vuestros pasos son vacilantes. Habéis oído mi palabra y no alcanzáis a comprenderla, o cuando la habéis comprendido no la lleváis a la práctica. Os dividís sabiendo que sois un mismo pueblo, y los cargos que os he dado sentís que pesan sobre vosotros como un fardo insoportable. Os pregunto: ¿Por qué no habéis llegado al fondo de esta enseñanza si os he iluminado con luz de verdad? ¿Por qué no sois fuertes si os he alimentado con este pan de Vida Eterna, del cual es suficiente una migaja para dar vida al hambriento? Es que os habéis familiarizado con mi palabra y la habéis tomado sin aprovecharla; mirad, mientras vosotros estáis hartos de ella, hay muchos hambrientos que ansían tomarla para alimentarse.

22. Se acerca el tiempo en que esta palabra cesará, entonces habrá quedado en el corazón de mis discípulos y estará grabada en libros para ser dada a conocer a la humanidad. Después de 1950 quiero que conservéis la mayor pureza en vuestras prácticas y la obediencia a mis órdenes y mandatos, con ello testificaréis que Yo estuve con vosotros.

23. Todos vuestros cargos os han sido dados según vuestra capacidad y fortaleza, porque conozco y sé vuestra virtud. Trabajad por amor, no por temor, mirad en el fondo de mis enseñanzas mi amor de Padre y mi perdón manifestarse siempre sobre todos mis hijos.

24. ¡Cuánta dicha descubro en vuestro corazón mientras estáis escuchando mi palabra! Yo soy la infinita Paciencia, que aguarda el instante en que os levantéis de lleno a la lucha. Yo os he revelado vuestro futuro.

25. ¡Cuán grande va a ser vuestra jornada después de mi partida, ni siquiera lo habéis presentido! Para entonces tengo algunos secretos que revelaros, para que podáis persuadir a los hombres.

26. Os sorprendí como a aquellos pescadores del Segundo Tiempo, a quienes encontré entregados a sus faenas y deberes, diciéndoles: “Seguidme, desde ahora seréis pescadores de hombres”. Les concedí la virtud de sanar al enfermo, les di el don de la palabra, les iluminé con mis revelaciones y les enseñé a libertar a los poseídos. Y ya preparados y confortados, les señalé los caminos y les ofrecí las comarcas, para que pusiesen en práctica mi Doctrina de Redención.

27. En este tiempo no habéis sido doce los escogidos; sois una porción numerosa que he consagrado y doctrinado bajo la sombra de diversos arbustos. Vosotros seréis quienes infundáis valor a la humanidad, en las grandes pruebas que amenazan al mundo.

28. Pronto dejará de comunicarse el Mundo Espiritual, y quiero que desarrolléis vuestros dones, para que no titubeéis.

29. Quiero que viváis alerta para que escuchéis en intuición o en sueños la voz del Más Allá, cuando os diga: “¡Levantaos!”, y entonces encaminaréis vuestros pasos a los hogares y a las comarcas donde la enfermedad o la furia de los elementos hayan sembrado la desolación. Y cuando tengáis que ir en pos de países remotos, escuchéis la orden del Padre indicándoos el instante y señalándoos el camino.

30. De las sectas y religiones vendrán a observaros, pondrán a prueba vuestra potestad. Habrá quienes, convencidos de vuestros dones, os tienten por medio del dinero para utilizaros con fines materiales. No olvidéis que todo aquél que convierta mi Obra en mercadería perderá mi gracia.

31. Voy a dejar de hablaros por el conducto humano porque escrito está, pero no os abandonaré. Yo os daré la inspiración y os haré sentir mi presencia. Y la tranquilidad de vuestra Conciencia, no dejará que el tiempo marque profundas huellas en vuestro cuerpo.

32. Toda casa de oración y recinto donde mi Doctrina no se practique con pureza, desaparecerá y sólo quedarán aquéllas que sean un refugio y una barca de salvación para el necesitado.

33. Después de mi partida, vendrá la depuración en este pueblo; será en pleno tiempo de luchas y contiendas mundiales, después de las cuales vendrá la paz y huirá la miseria.

34. Sed fuertes, porque en el tiempo de la lucha seréis perseguidos y hostilizados. Os será negado el trabajo y el pan. Pero entonces manifestaré mi misericordia y mi poder en vosotros, pues hambre no sentiréis, vuestro rostro jamás se verá demudado ni llegaréis a ser menesterosos. Entonces vuestro espíritu hará remembranza del camino a la tierra prometida a través del desierto en el Primer Tiempo; y recordará que ante su sed se abrió la roca, para ofrecerle la frescura de sus aguas; cuando el Sol calcinante del desierto os quemaba, las nubes, como manto os cubrieron; y cuando el hambre y la escasez amenazaban, descendió el maná como un mensaje de mi amor.

35. De todo os prevengo, para que mañana no digáis que no os preparé.

36. En forma clara os explico mi Doctrina para que no vayáis a caer en tentación ni os dejéis sorprender.

37. Quiero contemplaros siempre preparados, para que seáis comprensivos y respetuosos de mi voluntad. Si sois los primeros que habéis recibido mi enseñanza y habéis tenido en vosotros mismos las pruebas de que Yo he descendido para comunicarme con el hombre, debéis de esforzaros para dejar un buen ejemplo a los que vengan después de vosotros. Debéis conocer vuestro origen espiritual, vuestros deberes y las misiones que os haya confiado, para que veléis por vuestro espíritu y sepáis conservaros en la virtud.

38. Mientras habéis evolucionado, viniendo a la Tierra una y otra vez en diferentes reencarnaciones, miráis que mi Obra permanece inmutable, inalterable a través de los tiempos que han transcurrido.

Siempre os manifiesto los mismos atributos, os hago sentir mi amor de Padre, mi paciencia sin límites, mis obras que redimen, y a pesar de todas estas pruebas no me reconocéis. Es necesario que despertéis y os deis cuenta del tiempo que os he dado para que en él labréis vuestra salvación. Se acerca el momento de que partáis al Más Allá, y no os habéis apresurado para que lleguéis en el preciso momento en que os llame, para que me mostréis vuestra cosecha y que esa cosecha sea de simiente cultivada con la oración, estando además vuestro espíritu en la mejor disposición de arrepentimiento y elevación.

39. Pensad que si sois parte de mi Espíritu, poseéis la vida y la gracia al igual que Yo. Sois puros en cuanto a vuestro principio y así es como debéis llegar a Mí, en vuestro retorno. Por eso debéis de luchar sin descanso en este tiempo, para que podáis volver a vuestra primigenia pureza y perfección.

40. Tened caridad de vuestros hermanos y de vosotros mismos, ya que formáis una sola familia, un solo espíritu. Sobre de vosotros hay seres que están trabajando por vuestra salvación, cruzando el espacio, esparciendo caridad, convertidos en vuestros protectores. ¿Qué sería de vosotros, sin su ayuda? Ya que vosotros no habéis sabido interpretar mi voluntad y caéis en errores a cada instante.

41. Pensad en la lucha de vuestros protectores espirituales y ayudadles haciendo que su labor sea menos dolorosa. No sembréis de cardos su camino, no desoigáis su voz que siempre os previene del peligro, su consejo que orienta vuestros pasos y su luz que os guía. Vivid con ellos en armonía y lograréis estar en perfecta comunión Conmigo.

42. No os distinguiréis de vuestros hermanos por insignia o señal alguna material, distinguíos por vuestras obras, de las cuales serán vuestros propios hermanos los que den testimonio. Así lograréis ganar la confianza de los que os rodean y convertiréis en amigos a vuestros enemigos.

43. No todos habéis despertado, pero Yo me valdré de la preparación de un solo corazón en cada recinto, para despertar a los demás; para que en la hora del llamado, en la hora de mi justicia, todos me entreguéis un solo fruto, siempre igual en las manos de todos mis labriegos; para que Yo haga el llamado a la humanidad y todos los pueblos de la Tierra tengan acceso en vuestra nación; para que vengan a tomar no sólo la palabra que dejo escrita, sino también vuestro ejemplo.

44. Y así mi Doctrina se abrirá paso entre todas las doctrinas, porque ella vencerá y prevalecerá, al fin, entre todas las demás.

45. Toda doctrina que no sea confirmada con hechos y con ejemplos, ha dictado su sentencia de muerte. Mas toda doctrina que sea confirmada con hechos, ésa prevalecerá. Mis ejemplos, mi sacrificio en el Segundo Tiempo, os hablan mucho; y ahora os digo: Aquél que sella su palabra con su sangre y su vida, está dando ejemplo de verdad y de fortaleza.

46. En este tiempo no sellaréis con sangre ni con la vida vuestras palabras. El mundo no tiene hambre de vuestra vida ni sed de vuestra sangre.

El hombre tiene sed de verdad, de amor y de caridad; y cuando os hayáis preparado y espiritualizado, sin caer en ningún fanatismo, cuando sepáis practicar mis leyes divinas y las leyes humanas, sinceramente como os he enseñado, entonces, daréis al mundo el secreto de su salvación, el secreto de la paz y de la redención en todos los caminos.

47. Porque mi Obra no viene en contra de la ciencia, ni de las instituciones humanas, no viene en contra del matrimonio, ni de la familia; no viene en contra de nada que encierre justicia y amor.

48. Si en otros tiempos el hombre se ha levantado como ministro de mi Divinidad en contra de la ciencia, de cierto os digo, que ese ministro no me ha honrado, no me ha comprendido ni me ha seguido; porque Yo, siendo el principio de toda espiritualidad, soy el principio también de toda ciencia.

Y si muchas veces habéis oído que el Padre abomina las ciencias humanas, no son de las ciencias en su principio, sino del fin que el hombre les ha dado. Yo abomino las malas ciencias que han llevado a la humanidad a su destrucción, a las ciencias que el hombre ha puesto al servicio del mal, para la destrucción de la vida y de los principios; eso es lo abominable de las ciencias delante de Mí. Mas todo hombre científico que se haya convertido en benefactor de la humanidad, aunque vosotros no lo hayáis nombrado santo, Yo lo tengo en lugar selecto en el plano espiritual.

49. Esto os dice el Maestro en este día, para que no caigáis en fanatismo, porque en verdad vosotros estáis participando del fruto de la ciencia, porque Yo he inspirado a los hombres con mi luz para que encontraran los elementos de vida a su paso. Si no hubiera sido mi voluntad que el hombre tomara la ciencia para su provecho, no hubiera Yo creado los elementos, ni hubiera puesto en las entrañas de la Tierra ni en los espacios, todo cuanto el hombre ha tomado para su adelanto y evolución; pero hice todo para recreo, beneficio y progreso del espíritu y de la materia también.

50. Desde los primeros tiempos a los primeros moradores les entregué la Tierra, diciéndoles: “Yo la dejo a vuestro cuidado, es vuestro tesoro, vuestro huerto, vuestra morada y vuestro hogar; ¡creced y multiplicaos!” Y esa frase no os la dije sólo como humanos para la multiplicación de la especie, sino también como espíritus y como inteligencias; pues Yo os multiplicaré en todos los caminos y en todos los órdenes, en espíritu y en verdad.

51. En este tiempo vengo en contra de todo lo superfluo e innecesario, de todo lo malo, de todo lo perjudicial, de toda mala semilla. A través de mi Doctrina espiritual combatiré a todos los que han puesto la ciencia al servicio del mal; combatiré todas las malas ciencias, hasta que el hombre despierte a mi verdad. Entonces esta Doctrina penetrará, como la luz del día, en todos los lugares y a todos despertará. Por eso preparaos y reconoced vuestra misión, vuestro cargo y responsabilidad entre los hombres.

52. Mirad lo que os enseña mi Obra. Mirad los horizontes que os abre mi Doctrina y mi palabra, y mirad qué grande es el espíritu y qué cortas son las distancias. El que ha orado con amor, sintiendo el dolor de su hermano, se ha desprendido, se ha transportado desde aquí hasta lejanos sitios y ha depositado su amor, su bálsamo y su caricia en los que sufren.

53. Por esta oración de mi pueblo de Israel, que se eleva hasta Mí en todos los recintos, Yo bendigo al Universo y le entrego mi luz y mi caricia paternal; ya que ellos no se recrean con mi palabra, hago que mi esencia llegue a todos los corazones, que todos ellos me sientan, que se levanten en busca de mi Verdad, en busca del camino porque a todos estoy preparando para que lleguen a Mí.

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