Enseñanza 205

1. Venid a recibir la esencia de mi Cátedra, descansad vuestro espíritu, aquietad la mente y el corazón.

2. Acercaos de tal manera a Mí, que os sintáis fundidos en la paz de vuestro Maestro.

3. Así como vosotros habéis venido, así veréis llegar de lejanas tierras a vuestros hermanos, buscando todos la luz de este Mensaje.

4. A todos entregaré las primeras lecciones que les preparen, para entender más tarde las enseñanzas para el espíritu.

5. Meditad en la palabra, penetrad en la frase buscando siempre el sentido, la esencia de mi Doctrina. Comprended que sois vosotros, los hombres, quienes debéis haceros a mis leyes y no mi Ley amoldarse a vuestras ideas y a vuestras conveniencias.

6. Si Yo conviniese con vosotros que aplicaseis mi Doctrina a vuestra vida según vuestra voluntad y no según la mía, de cierto os digo, que jamás saldríais de vuestro estancamiento espiritual y nunca permitiríais a vuestro espíritu su desenvolvimiento, su desarrollo y perfeccionamiento.

7. Ahí tenéis a la humanidad aletargada en sus religiones, sin dar un paso hacia la luz, porque no se han sometido a lo que ordena la divina Ley, sino que han tratado de someter la Ley a su voluntad, llenándola de mitos y de errores.

8. Ha sido menester que muchos hombres de este tiempo se emancipen de toda religión para poder buscarme con el espíritu y poder desarrollar todos aquellos atributos, dones y potencias, que sienten latir en lo más íntimo de su ser.

9. Estos son los que han podido dejar pasar los mensajes que les hablan de la Vida Eterna.

10. A vosotros he tenido que apartaros de las diversas veredas por donde caminabais, para traeros a este sendero donde brillan mis revelaciones y repercuten mis mensajes, porque quiero que seáis de los que vean la vida desde una mayor altura de elevación espiritual.

11. ¿Qué es la materia sin el espíritu? Un conjunto de células. El espíritu es la vida de vuestra carne, pero uno y otra proceden de Dios.

12. ¿Habéis pensado alguna vez en que procediendo todo de Dios, Él está en vosotros? ¿Y por qué está en vosotros y para qué? ¿Acaso para permanecer sin manifestarse? No sería Dios, puesto que Él doquiera surge, habla, ilumina, se hace sentir y se manifiesta. No supongáis entonces que Dios está en vosotros para permanecer oculto sin daros su mensaje; no penséis que pueda estar en vosotros sin ideas. Sabed que Dios quiere manifestarse por vosotros en plenitud.

13. ¿Sabríais contestarme si os preguntase por qué está Dios en vosotros? ¿Por qué Él siendo el Todo, está en lo que vosotros llamáis espíritu, en esa parte de vuestro ser? ¿Por qué quiere que seáis un dócil instrumento de su manifestación?

Aun no podéis contestarme, discípulos, porque nadie os había enseñado a meditar; por eso no sabéis por qué manifestáis al Padre y por qué Él se expresa a través de vuestras obras; pero si os consagráis con amor al estudio y a la práctica de mi Doctrina, no dudéis de que pronto podáis contestar a éstas y otras preguntas aun más profundas; y cuando hayáis alcanzado la luz de esos conocimientos, sabréis en verdad por qué y para qué habita el Padre en cada uno de sus hijos.

14. Hay quienes dicen que Dios no existe y otros que, confesando creer en su existencia, no les interesa; y unos y otros, ignorando que le llevan en sí, no saben que no pueden vivir sin Él.

15. Cuando todos tengáis conocimiento de esta verdad y creáis sinceramente que sois hijos espirituales de aquella Esencia divina, os preguntaréis con frecuencia, ¿hasta qué punto habéis dejado manifestarse a través de vosotros al Dios que lleváis presente en vuestro espíritu?

16. Pasarán los tiempos, recorreréis largamente el camino, y un día os detendréis para contemplar maravillados las obras que Yo hice por vuestro conducto; entonces recordaréis a Jesús, el Maestro, quien dejó hacer en Sí la voluntad de su Padre.

17. ¿Cuándo comprenderéis que Dios, quien os confió la vida, quiere tomarla para manifestarse? Mirad cómo a veces basta uno solo de estos mensajes para haceros mirar y comprender mucho más allá de donde habíais alcanzado, y está comprensión os pondrá en camino de hacer maravillas, porque os conoceréis a vosotros mismos, y por lo tanto sabréis emplear vuestra heredad espiritual.

18. Oh, discípulos amados, debéis aprender a impartir amor, hacer caridad y dar con el espíritu. Yo os digo, que el que manifiesta al mundo la potencia de su espíritu y toma de aquella fuente de conocimientos para ofrecer a los demás, ése estará haciendo mi voluntad.

19. Necesitáis conocer todos los poderes y fuerzas que en vosotros lleváis, para que empiece a manifestarse la esencia de vuestro ser. Veréis entonces, cuán fácil es resolver los problemas de la vida, cuan serena y apacible es la lucha por ascender.

20. La miseria, el dolor y la enfermedad se alejarán con la fuerza del espíritu, quien las expulsará con la oración.

21. Preparaos para recibirme, tened con frecuencia momentos de preparación espiritual, en los que estéis dispuestos a comunicaros con vuestro Señor.

22. Si vosotros creyeseis verdaderamente llevar a Dios en vuestro ser, ¿podrían tocaros las enfermedades o haceros caer las tentaciones?; ¿cómo podría dominaros la débil fuerza de la materia?

23. Os estoy liberando y fortaleciendo para que triunféis sobre el mundo y la carne, porque os voy conduciendo y acercando hacia la perfecta comunicación con el Padre.

24. No creáis tener ya la comunicación perfecta en ésta que tenéis a través de estos cerebros; no es ni la simple intuición que a veces ilumina vuestra mente. La comunicación más elevada, la más intensa que logréis, nunca será a través de vuestra materia.

25. El cuerpo, discípulos, es sólo un estuche, pero en su interior existe un frasco cuyo perfume o esencia es el espíritu, y ¿no creéis que sea injusto que aquel perfume esté encerrado, cuando su aroma podría embalsamar toda una estancia? La estancia podría ser hoy vuestro hogar, mañana será el mundo, después el espacio sin fin.

26. Pueblo: Abrid vuestro Templo interior para que recibáis en él la esencia que contiene esta palabra. Si os quedáis en el exterior, si no hacéis por penetrar en vuestro Santuario, os marcharéis después de escucharme, llevando sobre vuestros hombros el fardo que traíais al llegar, fardo de fatigas, de enfermedades, de desengaño.

27. Aprended de los que ya se preparan para escucharme, penetrando primero en el Templo interior que existe en el espíritu. Ellos se fortalecen y sanan con mi mensaje de amor.

28. Os falta la fe para levantar vuestra faz y sonreír con esperanza y mirar de frente al futuro, sin recelos, sin desconfianza, porque en el futuro estoy Yo.

29. ¡Cuántas veces estáis enfermos sólo porque así lo pensáis!, porque a cada paso creéis que os sigue la fatalidad u os acecha el dolor; entonces atraéis con la mente a las tinieblas, de las cuales rodeáis vuestra vida material y vuestra jornada espiritual. Mas aquí me tenéis para encender de nuevo la fe en la vida, en la verdad, en lo eterno, en la paz perfecta y también para enseñaros a atraer la luz hacia vosotros.

30. Discípulos: El plan divino ha sido, es y será haceros perfectos; y si Dios os concedió para vuestra formación la idea perfecta, ¿por qué empañar la luz de esa verdad que puse en vuestro ser, así como en todo lo que ideé? Sabed que el hombre es a semejanza del Universo y el Universo a semejanza del hombre. El Universo es la gran morada de los hijos del Señor, mas en ella hay muchas habitaciones, por las cuales habréis de pasar para vuestro perfeccionamiento, y el espíritu del hombre es el Santuario en el que debo de morar.

31. Comprendiendo mi palabra, pronto diréis: “Padre, desde hoy abro las puertas de mi Templo interior para que vuestra esencia, que es vida y salud, sabiduría y fuerza, penetren en mí”.

32. Yo os digo, que cuando me habléis así, será porque el espíritu se ha entregado a su misión; entonces me veréis manifestarme a través de vosotros, aun de vuestro cuerpo, pequeño ser, que sin embargo encierra grandeza en su formación.

33. Hoy habitáis esta morada, mañana habitaréis otra más allá de la Tierra, y de cada morada iréis tomando lo necesario para vuestro perfeccionamiento.

34. Doquiera encontraréis a vuestros hermanos, porque el Universo está lleno de criaturas y todas son hijas de Dios.

35. Soles, astros, mundos, elementos, seres de toda especie, átomos, fuerzas, todo, desde el ángel más elevado hasta el más oscuro reptil, todos son hijos del Ser Absoluto, todo es de Él. Vosotros sabéis que no hay riqueza que no tenga dueño y el dueño de esa riqueza universal es Dios.

36. Ahora os pregunto, discípulos: ¿Es posible que estéis enfermos? ¿Es posible que estéis atribulados cuando esta enseñanza es para haceros libres y felices?

37. Para la revelación que os he traído, es necesaria la iniciación espiritual que sólo Yo, el Maestro del espíritu, vengo a daros.

38. Si os habéis sentido siempre más materia que espíritu, Yo vengo a enseñaros a ser y a sentiros más espíritu que materia. Eso es redención, salvación y paz.

39. A veces os preguntáis: “¿Por qué en este tiempo sufrís más que los hombres de los tiempos pasados, y por qué habéis tenido que venir a cumplir una misión espiritual que antes no tuvisteis?” Y os digo: Esta misión de caminar espiritualmente por las sendas del bien y de la luz para llegar a la cima de la divina montaña, siempre ha estado en vuestro espíritu y que, por otra parte, en la presente existencia se han acumulado deudas pasadas, obras sin concluir y misiones sin terminar.

40. El que no sepa comprender el significado de una nueva vida, renegará en contra de mi justicia, tomando su restitución como un castigo; en cambio, el que vea en una nueva existencia la oportunidad de saldar deudas y de lavar manchas, ése bendecirá mi Nombre.

41. Aun sois pequeños, y como pequeños debéis ser sinceros; no os apenéis de pedirme pequeñeces en vuestras oraciones, lo esencial es que oréis, que Yo os iré inspirando y educando.

42. Orad, tomad mis frases y con la fe y la fuerza que ellas vierten, ungíos y sanaos.

43. Mañana, cuando ya vuestra oración no sea para curar vuestros males, sino para recrearos en vuestra comunicación con el Padre, el espíritu viajará por regiones desconocidas para la mente. A unas llevaréis vuestra luz, de otras traeréis mensajes, y de otras más recibiréis fortaleza y deleites del espíritu.

44. Dios, que está en vosotros, manifestará por vuestros labios sus mensajes, cuando vuestro espíritu y cuerpo sepan interpretarlo.

45. “¿Cómo es posible que Dios hable a través del hombre?” Podéis preguntaros, y os digo: En aquel tiempo el Verbo se hizo hombre para hablar la palabra de Dios. El Verbo, que es la expresión de la sabiduría, tomó carne y su cuerpo fue Jesús, el hombre.

46. Vosotros, que sois discípulos de Aquél en quien habló el Verbo, ¿por qué no habréis de manifestarlo a través del espíritu y aun a través de la carne?

47. Hoy sois párvulos y no siempre acertáis a comprender mi lección, mas por lo pronto hablad a Dios con vuestro corazón, con vuestro pensamiento, y os responderé desde lo más interno de vuestro ser. Mi mensaje, que hablará en vuestra Conciencia, será una voz clara, sabia, amorosa la que poco a poco iréis encontrando y a la que más tarde os acostumbraréis.

48. Es menester que desde un principio meditéis en los mensajes que vuestra oración recoja, para que lleguéis a conocer verdaderamente los que recibáis de vuestro Padre y nunca los confundáis con aquellas voces, ideas, pensamientos y hasta revelaciones de vuestro espíritu confundido. Sólo en el silencio y en la meditación podréis distinguir el camino por el cual llegue a vosotros cada mensaje.

49. ¿Qué hombre podría decir en qué regiones espirituales penetra su espíritu y hasta qué altura de la luz sabe elevarse? Ninguno, por eso el que no conoce los caminos de la oración, de la comunicación con Dios, de la meditación del espíritu, muchas veces se confunde, porque en vez de ir hacia la luz, penetra entre tinieblas, de donde recibe malas inspiraciones y falsos mensajes.

50. Luchad, tratad de alcanzar el saber que conduce hacia la luz eterna del espíritu, ahí donde está vuestro origen y vuestra finalidad.

51. Raudales de salud desborda mi palabra; si os preparáis para recibirla, sanos seréis. Si sabéis buscar la salud, comprobaréis que os habéis curado por el espíritu

52. Pedid, orad, buscadme; Yo os concederé por añadidura algunos adelantos, mas procurad hacer méritos.

53. Poco a poco penetrad en la armonía de la vida, formando con todos vuestros hermanos, presentes y ausentes, visibles e invisibles, una sola familia.

54. Entonces gozaréis una paz interior jamás conocida y que será aquella que provenga del cumplimiento al divino mandato de Amaros los unos a los otros.

55. Labriegos amados: Os contemplo afanosos cultivando los campos, preparando la tierra, depositando en ella la semilla que mañana os dará sus frutos, compensando así vuestro esfuerzo. Seleccionad la semilla y removed la tierra, porque estáis empezando un año, que es el primero de los tres últimos en que me manifestaré entre vosotros de esta manera. El tiempo que falta es corto y tendréis que apresuraros en vuestra preparación, porque no quiero dejaros como débiles párvulos, sino como discípulos adelantados, próximos ya a convertirse en maestros.

56. Después de mi partida seréis los responsables de la interpretación que a mi enseñanza deis con vuestras palabras y vuestras obras. La humanidad juzgará mi Doctrina en vuestros actos y en vuestra vida.

57. Mi inspiración no os faltará; por ella conoceréis el momento en que tengáis que hablar y lo que tengáis que decir. Con palabra clara, precisa y sencilla daréis a conocer la existencia del Más Allá que os he revelado, trazando con verdadero amor un sendero espiritual a vuestros hermanos, y siempre acompañaréis con hechos o ejemplos vuestras palabras.

58. Poco a poco vais aprendiendo a sentir como propias las penas ajenas. Es porque vuestro espíritu, al saturarse de mi enseñanza, se eleva, recorre las distancias y penetra en los misterios del Más Allá, donde descubre que el origen de todos los seres es uno solo: El Padre, en quien todos sois hermanos.

59. Pero no sólo vuestro espíritu ha encontrado en mi Obra motivos para su adelanto, también vuestras facultades mentales han tenido su desarrollo al sentir cómo la inspiración espiritual va siendo mayor en vosotros, al comprobar que la comprensión de todo lo que ayer mirabais confuso, aumenta y los misterios se aclaran.

60. Si no lográis penetrar de lleno en el mundo del espíritu, para comprender y sentir más de cerca todo lo que él encierra, es porque aun tenéis la opresión de la materia y la influencia del mundo. Mucho os he revelado, pero en verdad os digo, que el hombre jamás llegará a comprender desde esta Tierra, cómo es el mundo que le espera, en qué forma vive allí el espíritu, qué goces experimenta ante la Divinidad y cómo encuentra su purificación aquél que está cubierto de imperfecciones.

61. Si la mente humana concibiese el gozo del espíritu puro en el Más Allá, aquella felicidad tendría límites como los tiene el hombre; por eso os digo, que desde aquí no alcanzaréis a comprender aquello, mas sí lo presentiréis.

62. Tampoco podréis imaginar la intensidad del dolor que un espíritu experimenta cuando su Conciencia lo acerca ante mi Divinidad. Por eso os digo siempre: “Preparaos y elevad vuestro espíritu, porque a él le son reveladas las enseñanzas que debe conocer”. Ved cómo debe existir una verdadera armonía entre el espíritu y la mente, para que podáis vislumbrar desde aquí aquella verdad.

63. He dejado que vuestra inteligencia se ensanche y busque en el infinito la luz que necesita. Os he concedido libre albedrío para que elijáis el camino; pero he antepuesto mis preceptos a vuestra voluntad.

En mi Ley podréis ver el camino recto, en él podréis encontrar el conocimiento para que purifiquéis vuestras obras. Si no quisiereis seguir ese camino, sois libres de apartaros de él, mas ya no os podréis engañar, vuestra Conciencia os hablará sin cesar. También cuando ante Mí lleguéis, ya sin materia, ese juez interior de la Conciencia os juzgará y os dirá cuál camino de purificación deberéis seguir. Esa luz de justicia es parte del mismo Dios que está en vosotros y que os enseña a amar lo bueno y a rechazar lo malo.

64. En estos años de preparación os dedicaréis a estudiar mi enseñanza, porque existen muchos corazones que necesitan de vuestra palabra. Hay fatiga por tanta perversidad, hay hambre de vivir espiritualmente.

65. Los discípulos de esta Obra prodigarán el alimento espiritual, corregirán los conceptos erróneos que la humanidad ha llevado hasta ahora, darán la Buena Nueva del tiempo en que viven, anunciarán la evolución de ideas y de vida que este tiempo traerá, estarán al servicio de la humanidad, sin distinguir clases, sectas, religiones o razas, serán sensibles a toda necesidad espiritual o física. Serán estos discípulos como el faro que ilumina la barquilla del náufrago, la estrella que salve a quien camina a tientas en la noche.

66. No construirán templos de piedra ni levantarán altares para publicar sus obras. Construirán un gran Templo espiritual, cuyas piedras serán los corazones de la humanidad, uniéndose uno a uno por la fuerza del amor.

67. Escuchad con atención mis lecciones de estos tres últimos años, porque los discípulos que aprendan esta enseñanza serán los maestros después del cincuenta. En ese tiempo, doquiera que os congregaseis y os elevaseis en verdad a Mí, Yo os iluminaré con la luz de mi inspiración para que hagáis obras grandes y profundas; mas preparaos para ello, porque llegado el instante por Mí marcado, no me volveré a servir del pedestal.

68. Irradiará mi luz en cualquiera de mis hijos que se preparase en el tiempo de la comunicación directa con el Maestro, pero no estará en aquellos que vendiendo mi Obra, en mercaderes se convirtiesen. Preparaos, para que al concluir mi palabra en 1950, hayáis comprendido la forma de proseguir en el camino, porque, ¡oídlo bien!: Surgirá la confusión en todos aquellos que no se hayan preparado debidamente.

69. Comprended, pueblo amado, la forma en que quiero que llevéis mi palabra entre la humanidad. Para que no tropecéis, no pretendáis transformar de un momento a otro las costumbres que la humanidad por siglos ha llevado. Dadle mi enseñanza y ella comprenderá los errores en que ha vivido. La fuerza de convicción que posee mi Doctrina iluminará su entendimiento y será reconocida la verdad. Entonces, lo que un día apareció ante sus ojos como falso, resplandecerá con luz infinita.

70. Hijos míos: He estado con vosotros y he tocado vuestro corazón para que en él me hagáis un lugar donde pueda morar por siempre.

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