Enseñanza 196
1. He aquí al Padre que viene a manifestarse al pueblo que tanto ha invocado el nombre de Dios a través de los tiempos, diciendo que lo ama. Veo que lloráis. Por vuestros rostros corren abundantes lágrimas, mas no son por amor a mi Divinidad, son de dolor, porque vuestra vida está llena de amarguras. No es una cruz la que lleváis, es un pesado fardo que ya no soportáis. Es que olvidasteis la lección, cerrasteis el Libro y os apartasteis de los mandatos que él encierra.
2. ¡Oh, pueblo, que escucháis esta palabra! No sólo las naciones se han dividido, también entre vosotros existe la división. ¿Olvidasteis que en 1931 jurasteis unificación y obediencia ante el arca de la Nueva Alianza? Vais poniendo vuestras órdenes y vuestra voluntad delante de la mía; mas Yo destruiré vuestras tradiciones y leyes imperfectas para que se conozca mi Obra y se cumpla mi Ley. Tocaré con mi justicia el egoísmo, el orgullo y toda mala simiente. De este pueblo desaparecerán los señores y sólo quedarán los discípulos, los servidores. Mas le valiera ser levantado de la Tierra a quien quisiera levantarse sobre su pueblo, oprimiéndolo.
3. Finalizando está el año de 1947, y en el último día, es menester que forméis un propósito firme de cumplimiento para que no sea mi justicia la que os haga reconocer el camino.
4. ¿No queréis que esta enseñanza salga a la luz y la conozca la humanidad? De cierto os digo, que hay quienes en vez de facilitar el avance de mi Doctrina, se han levantado estorbando mi paso en el camino. Estoy tocando el corazón de la humanidad para que conozca esta Revelación, para que la reciba pura, como Yo os la he entregado y confiado.
5. Si alguno no estuviera conforme con poseer una rama del árbol, devolvédmela; mas vale que Yo la recoja a que vosotros la dejéis crecer torcida. Os dice esto el Padre, porque contemplo recintos que han cerrado sus puertas a la caridad, y ahí afuera sollozan los menesterosos y contemplo a los muertos.
6. Servidores de mi Obra: Escuchad mis mandatos y dadles cumplimiento, porque los hombres no impedirán vuestro paso. Nadie podrá impedir que se lleve a cabo este plan divino del cual os he confiado una parte, si queréis presentar esta Obra libre de toda profanación, lo podréis lograr en estos tres últimos años de mi comunicación.
Para 1950 vendrán hombres de dura cerviz, que ante la grandeza de mi manifestación y la limpidez de vuestras prácticas, caerán rendidos ante Mí. Breve es el plazo, sin embargo es bastante para que apartéis la materialidad, el fanatismo y todas las lacras de que adolece vuestro culto. Mi Doctrina es espiritual, por eso os nombráis Espiritualistas; mas, ¿habéis meditado y estudiado lo que ello encierra?, ¿os parece justo que predicando el Espiritualismo con palabras, con vuestras obras pregonéis todo lo contrario?
7. ¡Cuán grande y limpia veréis mi Obra si aprovecháis esta luz que os estoy enviando!
8. De los que van delante de cada congregación, depende que el pueblo se levante y dé cumplimiento a mis mandatos. Aun cuando mis Plumas de Oro no escribiesen, dejo impresas mis palabras con letras imborrables en la Conciencia de este pueblo. Y cuando estéis en mayor altura de espiritualidad, se maravillarán vuestros ojos contemplando los prodigios que haré entre vosotros. No sufriréis por la partida de mi palabra, porque sentiréis cercana mi presencia. A falta del portavoz para escucharme, vuestros dones espirituales se desarrollarán más, con lo que tendréis gran regocijo y fe, porque me tendréis por inspiración, por videncia, por sueños proféticos, por intuición. Os recrearéis oyendo vuestra propia palabra y viendo sanar a vuestros enfermos.
9. El Mundo Espiritual, cada vez poseyendo más luz y mayor potestad, será el buen protector y el fiel guardián del pueblo para que todos cumplan y trabajen en mi campiña. Yo sólo contemplo espíritus sin hacer distinción entre los que estén en materia, de los que se encuentren libres de ella.
10. Esta es la luz del Sexto Sello, desatado por mi caridad en este tiempo. Desde el Segundo Tiempo os envié a Jesús, el único que en la Tierra ha dado cumplimiento a mis mandatos y ha hecho mi voluntad; mas le envié para que convirtiese a los hombres en sus discípulos y así, imitando al Maestro, glorificasen al Padre. Yo os lo envié y Él os dio vida; mas, ¿cómo me lo devolvisteis? Hoy vengo de nuevo a vosotros, no como hombre, sino como Espíritu de Consolación.
11. Aprovechad mi caridad y despertad plenamente a la luz, para que vuestro corazón se sensibilice. Dejad que vuestro espíritu lleve una vida de sumisión y obediencia y se convierta en mi discípulo. Creed en esta palabra que os estoy entregando a través de los portavoces y preparaos, para que sintáis su esencia y palpéis su verdad.
12. Estos conductos de los cuales me he servido para que llegue a vosotros mi palabra, en verdad que no son perfectos, mas han sido escogidos por Mí, para llevar a cabo mis designios y cumplir así mi promesa de volver entre vosotros; mas esta manifestación que hoy estáis percibiendo, desaparecerá en 1950, para dar paso a una manifestación más elevada, más pura, más espiritual, y que será la comunicación de espíritu a Espíritu, en la cual el hijo podrá conversar con su Padre Celestial, sin necesitar la mediación de hombres o de espíritus y llegará a recibir su Inspiración sin ninguna limitación.
13. Por ahora conformaos con oírme en esta forma, en tanto que os preparáis para poder penetrar en el nuevo tiempo; analizad mi palabra y saturaos de su esencia, dejad que el espíritu se eleve para que llegue a Mí y pueda beber en la fuente hasta que calme su sed.
14. No os detengáis juzgando al portavoz del cual me sirvo ni tratéis de averiguar por qué ha sido escogido; sólo Yo sé su principio y conozco su destino en este delicado cargo que es para algunos la realización de un elevado ideal y para otros representa una restitución y una prueba muy grande.
15. Todos podéis llegar a servirme y aprovechar el tiempo que os he concedido. Vuestra misión es detener el mal, limpiar el camino de los que llegarán después de vosotros y poner los cimientos de una humanidad que sepa amarme e identificarse Conmigo.
16. En todos los tiempos he venido a daros oportunidades de trabajar para que deis un paso más en la senda de vuestra evolución. Os he dado la enseñanza y los medios de escalar para que podáis acercaros a Mí; pero cuántos, después de haber llegado al final del camino, después de haber tornado al Valle espiritual, han analizado su vida y la han encontrado vana, sin méritos, entonces me han pedido una oportunidad más para restituir a su espíritu la dignidad y la gracia de las que lo despojaron, y presentarme así un mejor cumplimiento. Yo les he concedido el don pedido y han vuelto a la Tierra.
17. He dotado al espíritu de inteligencia y voluntad para que tome el camino recto y sepa apartarse de los tropiezos y peligros que cada instante le acechen. He permitido que existan el bien y el mal, para que el hombre, por amor a Mí y por respeto a sí mismo, venza y se aparte del mal.
Si hubiese un solo camino y vosotros, inconscientemente, llevados por la fuerza de las leyes naturales, cumplieseis vuestra misión, como lo hacen los astros, los elementos o los seres inferiores, no tendríais ningún mérito en marchar por el camino de la virtud; no habría lucha, aspiraciones, ni experiencias en vuestro espíritu. Y Yo marqué un camino de evolución y os coloqué en el principio de él, para que fueseis ascendiendo por vuestros propios esfuerzos, para que todos conocieseis ese camino, que es el único por el que se puede llegar a Mí.
18. Llevad mi enseñanza y no prevariquéis, ni imitéis a los malos discípulos. Si lleváis en vosotros dones y gracias con los que podéis guiar a vuestros hermanos aliviándolos de muchos de los males que hoy los afligen, no los ocultéis, dejad que vuestro espíritu hable con la experiencia que ha alcanzado y así edificaréis dentro de esta gran Obra lo que a vosotros corresponde.
19. Rescataréis a las ovejas que se habían perdido y ayudaréis al Pastor que soy Yo, a congregar en el aprisco al número completo de ellas. Así habréis labrado los méritos que Yo os he pedido para que alcancéis la elevación de vuestro espíritu.
20. En esta fecha, desde que apunta el alba, muchos espíritus se elevan en oración por lo que ellos llaman: “Sus muertos”.
Yo os digo que está muy bien que los recordéis, que tengáis para ellos un pensamiento de gratitud, de amor, de admiración; pero lo que no está bien es que los lloréis como si fueran bienes que hubieseis perdido, ni tampoco que los deis por muertos, porque si en esos instantes en que vuestros ojos derraman llanto por ellos y vuestro pecho suspira por los que partieron, pudierais contemplarlos, quedaríais asombrados ante la luz que los ilumina y la vida que los anima; entonces exclamaríais: “Verdaderamente ellos son los que viven y nosotros somos los muertos”.
21. ¿Verdad que vivís confundidos cuando lloráis ante un cuerpo inerte, mientras olvidáis que un espíritu vive, vibra y palpita?
22. También debo deciros que si en lugar de dedicarles según esta tradición un día a los que pasaron a la vida espiritual, estuvieseis siempre unidos a ellos por el lazo de la oración, su ser invisible, pero real en vuestra vida y su benéfica influencia, sería sentida por vosotros a lo largo de vuestra existencia, en vuestras luchas, en vuestras pruebas y también en vuestros momentos amables. Y aquellos seres, por su parte, tendrían oportunidad de trabajar en vuestras obras y empresas nobles, con lo cual adquirirían más luz.
23. Dije en aquel tiempo: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”. Si analizáis con cuidado y con amor mis palabras, veréis cuánta razón tuve al decíroslo.
24. Veo cómo todos lleváis en el corazón y en vuestras retinas la última imagen, la visión material de vuestros seres queridos. Al que partió en la niñez, lo recordáis como niño; al que dejó esta vida ya en la ancianidad de su envoltura, lo recordáis como un anciano; así como al que se desprendió de un cuerpo extenuado por el dolor o en medio de una dolorosa agonía, así es como lo recordáis siempre. Es menester que meditéis sobre la diferencia que existe entre lo que es cuerpo y lo que es espíritu, para que concluyáis que ahí en donde el hombre muere, nace el espíritu a una nueva vida, donde se cierran unos ojos a la luz del mundo, otros se abren a la Luz divina que ilumina la vida eterna del espíritu.
25. Una vez os dije que el hombre era idólatra por inclinación, y por este culto a sus muertos da una prueba palpable de su idolatría. Mi Doctrina, como una aurora de belleza infinita, ha aparecido en vuestra vida, disipando las sombras de una larga noche de ignorancia en la que los hombres han vivido siempre confundidos; y esta luz, ascendiendo hacia el infinito como un astro divino, irradiará sus más bellas luces sobre vuestro espíritu, en una preparación que os llevará con paso seguro a gozar de aquella vida en la que todos lograréis penetrar por vuestra elevación.
26. Ya no seréis de los que lloren amargamente por aquellos que han partido para ir a morar en una vida mejor, ni seréis tampoco de los que estando ya en espíritu lloran por los que se han quedado, o por haber dejado el cuerpo que por toda una vida les sirviera de envoltura.
27. Hay seres que sufren y se angustian al contemplar la desintegración del cuerpo que tanto se apegaron; mas vosotros debéis ser de aquellos que, al contemplar que ha llegado el final de una misión desempeñada por aquel cuerpo humano, elevéis un himno de gracias al Creador.
28. Hoy vengo a perdonaros de todos vuestros errores y al mismo tiempo a mostraros una página del divino Libro de la Vida, en donde podáis iluminar vuestro espíritu y vuestra mente para que hagáis obras dignas de Quién os las ha enseñado.
29. Estáis contrayendo una gran responsabilidad ante la humanidad, y a medida que más y más lecciones recibís de Mí, esa responsabilidad va en aumento, porque sois el pueblo que habrá de hablar de espiritualidad al mundo. En vosotros dejaré implantada entre la humanidad la forma perfecta de llegar a comunicarse Conmigo, sin ritos ni formas idólatras, simplemente de espíritu a Espíritu.
30. Esta bendita simiente que ya está en vuestro corazón, será el pan que deberéis de compartir con vuestros hermanos y también será la herencia espiritual que leguéis a vuestros hijos.
31. Cuando os dije: “Amaos los unos a los otros”, no penséis que era sólo respeto a vuestros Semejantes, sino de un mundo al otro; mas ahora os digo, que cuando penséis en los que se han ido, no los sintáis distantes y tampoco os los imaginéis insensibles. No améis ni recordéis a los muertos, sólo debéis recordarlos vivos, porque ellos habitan en la eternidad y están cerca de vosotros.
32. De cierto os digo, que vosotros sois el pueblo de Israel que pasando por distintas etapas ha llegado hasta este tiempo, sin poder decir que ha cumplido el mandato que sobre él pesa desde los primeros tiempos. No se ha espiritualizado, porque Yo aun escucho sus lamentos al ver partir a los suyos, a quienes confunde con los muertos.
33. Por eso vengo a daros luz, moradores de la Tierra, que la necesitáis más que aquéllos que han pasado al Más Allá, porque vosotros sois los muertos, mientras ellos viven la eternidad.
34. A aquellos seres les es concedido por Mí acercarse a vosotros en el instante de vuestra elevación, mas os digo, que no los recordéis ya bajo la forma humana que tuvieron, porque ahora son espíritus de luz.
35. No os inclinéis sólo a las tradiciones del mundo, desechando la gracia que sobre vosotros se está derramando en este tiempo; mirad que mientras aquí podéis desaprovechar el tiempo, los espíritus alcanzan adelanto en el Más Allá.
36. Doblegad la materia para que podáis aprovechar esta oportunidad de Liberación y elevación espiritual, porque tendré que llamaros en espíritu y tendréis que cumplir con la Ley de evolución, y contemplará el espíritu, cómo el cuerpo se desintegra en las entrañas de la Tierra.
37. Si no queréis llegar a los umbrales de la eternidad envueltos en turbación, luchad por vuestro adelanto, haced méritos en el mundo acercando a los hombres distanciados, orando y trabajando por la paz de las naciones, derramando caridad y amor entre vuestros hermanos.
38. Aun hay quien me diga: “Señor, si sois Vos el Dios Omnipotente, dadme una prueba de vuestro poder”, y os digo: ¡Cuán pequeños sois hablando así a Quién con sólo quererlo, haría desintegrar la Tierra!
39. Yo vengo a hacerme sentir en el espíritu, que es el que ha de llegar hasta Mí y el que puede reconocer mi esencia. Vuestro cuerpo es materia a la que perdono sus flaquezas.
40. Purificaos, oh, pueblo, para que lleguéis a armonizar vuestro espíritu con vuestra materia y así, por propios méritos os elevéis hacia Mí. Dejad que la humanidad me busque a través de religiones y sectas diversas; no la juzguéis porque vosotros aun no podéis hacer obras perfectas.
41. Dejad que los idólatras, descendientes e imitadores de Aarón, forjadores de dioses, sigan adorando a sus diferentes deidades a través de ídolos e imágenes; ya despertarán de su profundo sueño.
42. Toca a vosotros sembrar la simiente de la espiritualidad, demostrando a los hombres que el culto interior es el más grato para el Padre. Es así como los hombres sentirán la presencia de lo espiritual y lo divino sin exigir ver para creer, como en estos instantes habéis sentido la presencia de aquellos seres espirituales a quienes con amor y gratitud recordáis, y que se han acercado a vosotros como un perfume o un aliciente, que os invita a seguir por el camino que ellos os están trazando. Aquellos seres se acercan a la humanidad sin sentir ya el anhelo por las vanidades de este mundo y sólo para despertar en los espíritus el deseo de alcanzar la Vida que os espera.
43. Quienes lloran la ausencia de los seres queridos, son los muertos que velan a sus muertos, son los que, materializados en su ignorancia, no comprenden el significado de la vida, y diciendo creer en la inmortalidad del espíritu, con su llanto y su luto demuestran que no tienen un átomo de fe, pues lloran por muertos a quienes en verdad viven, sólo porque no los ven, o porque su cuerpo ha desaparecido.
44. Quedad en paz, dentro del mandato de Cristo, que una vez más os digo: “Amaos los unos a los otros”.
45. Venid a Mí y fortaleceos. Resucitad a la vida de la gracia. Convertíos en mis discípulos, mensajeros de la Buena Nueva. El mundo reclama mi presencia y voy a hacer llegar a él mi palabra por conducto de vosotros. Ahí están los que me esperan tiempo ha, los que han presentido que ya es la hora de mi presencia en el mundo para encauzar a los espíritus hacia el progreso y la espiritualidad.
Mas antes de enviaros, tendréis que limpiaros y cultivaros; si las penas os agobian y os sentís cansados, recordad que Yo soy vuestro Cirineo y os ayudo con la cruz, para que no caigáis bajo su peso. Si oráis y os entregáis al cumplimiento, no habrá prueba ni obstáculo que os haga debilitar; iréis con la sonrisa en los labios y la esperanza en el corazón. No temeréis al mañana, y todo mal juicio o intención en contra vuestra se desvanecerá. No me neguéis, aun cuando fueseis muy probados, porque no sabéis si es mi voluntad concederos un prodigio para dar testimonio de que sois mis discípulos, en el momento culminante de la prueba.
46. Oíd y analizad mi parábola:
47. “Una multitud de hambrientos, enfermos y desnudos se acercaban a una casa en busca de caridad. Los dueños de la casa la preparaban de continuo para dar de comer en su mesa a los caminantes. El hacendado, dueño y señor de aquellas tierras se acercaba para presidir el banquete. El tiempo transcurría y los menesterosos siempre encontraban en la casa sustento y abrigo.
48. Un día contempló aquel señor que el agua de la mesa era turbia, que los manjares no eran sanos y agradables y que los manteles estaban manchados; entonces llamando a los encargados de preparar la mesa les dijo: “¿Habéis mirado los lienzos y probado los manjares y bebido el agua?” “Sí señor”, contestaron aquéllos. “Entonces, antes de dar de comer a estos hambrientos, haced comer a vuestros hijos, y si ellos, encuentran buenas las viandas, dad a estos visitantes”. Los hijos tomaron el pan, los frutos y cuanto había en la mesa y el sabor fue desagradable, y hubo descontento y rebeldía en contra de aquellos y reclamaron con dureza. El hacendado dijo entonces a los que esperaban: “Venid bajo un árbol, que voy a ofreceros los frutos de mi huerto y los manjares gratos al paladar”. Y a los encargados dijo así: “Limpiad lo manchado, apartad el mal sabor de los labios de los que habéis engañado, desagraviadme, porque os he mandado recibir a todos los hambrientos y sedientos para ofrecerles los mejores manjares y el agua limpia, y no habéis cumplido; vuestro trabajo no es agradable a mí”.
49. El señor de aquellas tierras preparó el banquete, el pan fue substancioso, los frutos sanos y maduros, el agua fresca y confortante, y entonces invitó a los que esperaban, mendigos, enfermos y leprosos, todos se alimentaron y su gozo fue grande. Pronto se vieron sanos y libres de males y decidieron quedarse en la hacienda. Empezaron a trabajar las tierras, se hicieron labradores, mas eran débiles y no supieron guiarse por los consejos de aquel señor. Mezclaron diferentes semillas y la cosecha degeneró. El trigo fue ahogado por la mala hierba, y cuando llegó el tiempo de la siega, se acercó el hacendado y les dijo: “¿Qué hacéis? A vosotros sólo os encargué el cuidado de la casa para recibir a los visitantes. La siembra que habéis hecho no es buena, otros son los encargados de las tierras. Id y limpiad los campos de cardos y de mala hierba y volved a guardar la casa; la fuente se ha secado, el pan no sustenta y los frutos son amargos”. Haced con los caminantes lo que yo hice con vosotros, y cuando hayáis alimentado y sanado a los que se acerquen a vosotros, cuando hayáis hecho desaparecer el dolor de vuestros Semejantes, os haré descansar en mi mansión.
50. Mi Espíritu Divino viene a entregaros esta palabra para guiaros en el camino y preveniros de los peligros que os acechan.
51. Estáis viviendo el Tercer Tiempo, el Tiempo de la Espiritualidad.
52. Vengo a entregar paz a vuestro corazón, fe y esperanza, y es mi voluntad divina que deis albergue en vuestro corazón a este mensaje.
53. Hacedme presente vuestras cuitas. Yo os he formado y a Mí debéis retornar.
54. Es tiempo de que estudiéis mi palabra; tiempo también de que os unifiquéis en un solo pensamiento, para que quedéis atados a este amor sublime.
55. Cada uno de vosotros lleva un mandato y no lo habéis cumplido aún.
56. No abandonéis la enseñanza; tomadla con amor, para que el mañana no caigáis en error, ese error que detendría la marcha de vuestro espíritu y os sumergiría en las aguas cenagosas de la confusión.
57. Mi verdad se manifiesta más clara, cuando os contemplo preparados; pero sois los ignorantes, los que aun no me habéis comprendido. Mas también os digo: Sois los que más cerca estáis del Padre, porque estáis en el camino de la espiritualidad, camino que no tiene fin.
58. Orad por los que se ausentan de vosotros al Más Allá, porque no todos logran encontrar el camino, no todos saben elevarse ni todos alcanzan la paz.
59. Hay quienes en espíritu viven bajo la obsesión de su vida material; quienes arrastran cadenas de arrepentimiento; otros se encuentran insensibles, sepultados bajo tierra junto a sus cuerpos; y otros no pueden apartarse de los suyos que en el mundo quedaron, porque el llanto, el egoísmo y la ignorancia humana les retiene y los materializa, privándoles de la paz, la luz y el adelanto.
60. Dejad que los que habitan este mundo sin corresponderles ya, se marchen; dejad que abandonen las cosas que poseyeron y amaron en esta vida, para que puedan elevar su mirada al infinito donde les espera la verdadera heredad.
61. No guardéis rencor ni recordéis los malos actos de los que partieron; no queráis tenerlos de hinojos ante vosotros, implorando constantemente vuestro perdón.