Enseñanza 016
1. La paz del espíritu y del corazón, sea en todos los que me amen.
2. Recibid en este día mi caricia espiritual, oh, multitudes; os doy la bienvenida y os lleno de gracia.
3. Oíd, discípulos: Daos cuenta de que un átomo de mi presencia está manifestándose entre vosotros. Una vibración de la Potencia divina os está doctrinando. Un efluvio de su Esencia universal os está iluminando.
No ha existido tiempo alguno en el cual la manifestación de Dios no haya sido. En todos los tiempos, en todas las Edades fue, es y será esa Vibración divina. En el curso de los tiempos no he dejado de entregaros la caridad de mi amor, porque en mi Espíritu como en la Creación, toda vibra, todo es actividad y vida, y los acontecimientos de este mundo, son eco y reflejo de la vida espiritual.
4. En el transcurso de los siglos Dios no ha abandonado a la humanidad, porque Uno y otra son inseparables. Hoy mi voluntad ha sido comunicarme espiritualmente con el hombre del modo que estáis contemplando y oyendo, porque ha llegado el tiempo en que debéis preparaos para recibirme de Espíritu a espíritu.
5. Mas, aún no tenéis sensibilidad espiritual y es por eso que no percibís con claridad la inspiración divina.
6. Antes de que el Padre se manifestase en Jesús a la humanidad, os enviaba sus revelaciones, sirviéndose de formas y sucesos materiales. Por el nombre de Cristo conocisteis a quien manifestó el amor de Dios entre los hombres, mas cuando Él vino a la Tierra, antes ya se había manifestado como Padre, por lo tanto no debéis de decir que Cristo nació en el mundo, quien nació fue Jesús, el cuerpo donde se albergó Cristo.
7. Meditad y concluiréis por comprenderme, aceptando que antes que Jesús, ya era Cristo, porque Cristo es el amor de Dios. Definido así, no os confundiréis.
8. Dejad de sumergiros entre las turbias aguas de antiguas y erróneas interpretaciones que lleváis por tradición. Estáis cubiertos de velos de ignorancia que vengo a rasgar con la luz de mi palabra, para que la sabiduría penetre en vosotros.
9. No olvidéis, por lo tanto, que Cristo es el amor de Dios, por eso, cuando Él se manifestó a través de Jesús, os turbasteis y os confundisteis, y aún mirando sus prodigios no le creísteis, porque es infinito su poder para que lo comprenda vuestra limitada razón. Por eso es que unos me niegan, otros se confunden y otros más me estudian y analizan de acuerdo con su manera de pensar y de entender. Pocos, muy pocos son los que algo alcanzan a comprender a Cristo, os digo esto, porque encuentro poco amor en los corazones, ya que no os amáis ni entre hermanos.
10. Amad a vuestro prójimo como a vuestro propio hijo y entonces será cuando comencéis a comprender a Jesús, le amaréis, le sentiréis y tendréis que reflejar a Cristo en vuestras obras.
Sin embargo, vuestro espíritu me conoce algo más, por eso es que unos buscáis al Mesías, otros buscáis al Dios Todopoderoso, para que os de un rayo de luz y de esperanza que venga a calmar vuestras penas y os aliente en el anhelo de acercaros cada vez más a Él. Es que vuestro espíritu a través de la Conciencia tiene el recuerdo de su Creador, de Cristo que jamás ha dejado de buscaros y de amaros, ¡oh, humanidad!, porque vuelvo a deciros que la manifestación espiritual no ha dejado de existir, ni dejará jamás de ser.
11. En cierto, los iluminados de los tiempos pasados siempre vieron resplandores de luz, siempre escucharon mi palabra. Los profetas, los inspirados, los precursores, los fundadores de doctrinas de elevada espiritualidad, han dado testimonio de que oían voces que parecían salir de las nubes, de las montañas, del viento o de algún lugar que no podían precisar; que oían la voz de Dios como si saliera de lenguas de fuego y en ecos misteriosos. Muchos oían, veían y sentían por medio de sus sentidos corporales, otros a través de sus atributos espirituales, igual como acontece en este tiempo.
12. De cierto os digo: Aquellos que recibían mis mensajes con sus sentidos corporales, interpretaban espiritualmente la inspiración divina, y lo hacían según su preparación material y espiritual, de acuerdo con el tiempo en que estuvieron en el mundo, tal como ocurre ahora en los instrumentos humanos que llamáis portavoces o facultades.
Mas debo deciros, que lo mismo en los tiempos pasados como en los presentes, han mezclado a la pureza de las revelaciones divinas sus propias ideas o las que a su alrededor predominaban, y a sabiendas o ignorándolo, han alterado la pureza e ilimitada esencia de la Verdad, que es, de cierto os digo, el amor en sus más altas manifestaciones.
13. Las vibraciones e inspiraciones espirituales fueron en ellos y tanto los primeros como los postreros han dado y darán testimonio de esa inspiración, que llegó a su espíritu casi siempre sin saber cómo, en igual forma en que hoy ocurre a muchos y como ocurrirá mañana a otros más.
14. Las palabras, las interpretaciones y la forma de actuar se deben a los hombres y a los tiempos en que viven, pero sobre de todos está la suprema Verdad.
15. Vosotros, por falta de preparación espiritual, necesitáis que la inspiración divina se materialice y os despierte de vuestro letargo. Los espíritus adelantados no han necesitado de esta forma de manifestación.
16. Todo lo espiritual en el Universo es fuente de luz, visible o invisible para vosotros; y esa luz es fuerza, es potencia, es inspiración. De las ideas, palabras y obras, también brota luz, según la pureza y la elevación que ellas tengan. Mientras más elevada es la idea o la obra, será más delicada y sutil su vibración y la inspiración que despida, aunque también es más difícil que puedan percibirla los esclavos del materialismo. Sin embargo, el efecto que ejercen espiritualmente los pensamientos y las obras elevadas, es grande.
17. La materialidad es contraria a la espiritualidad, mas entended que me refiero a la materialidad que os induce a errores, vicios, degeneración, bajas pasiones.
18. Aunque la mayor parte de la humanidad pondrá en duda la verdad de mi comunicación con el hombre, de cierto os digo una vez más, que dicha manifestación es continua en los espíritus encarnados y desencarnados, desde el primer instante de su formación.
19. Si vosotros, haciendo uso de vuestro ingenio y de vuestra ciencia, que es uno de tantos atributos espirituales que tenéis, habéis logrado transmitir vuestros mensajes salvando distancias. ¿Cómo habéis podido pensar que Dios no pueda transmitir un mensaje al hombre por medio de un aparato humano, sensitivo e inteligente?
20. Porque eso es el cuerpo humano: Un aparato, dotado de tal perfección que no podrá el hombre dar a sus más complicadas y grandes obras científicas. Fijaos bien en mi palabra, os hablo de la materia del hombre no de su espíritu, porque el espíritu, aunque no podrá alcanzar el poder de su Padre, si podrá hacer mayores obras que las que pueda producir su limitado cuerpo humano.
21. Si vuestra reducida inteligencia ha logrado alcanzar conocimientos y ha creado invenciones que, según vosotros son maravillosas, ¿qué no podréis alcanzar con vuestro espíritu y de qué obras no será capaz vuestro Dios?
22. Pobre idea tiene el hombre de su Dios, quien le cree más pequeño que los seres humanos.
23. ¿Por qué os extraña que Dios os envíe su luz, que es sabiduría y que esté vibrando sobre todos vosotros y haya creado una forma de comunicación con sus hijos? ¿Por qué os imagináis que algo es imposible para vuestro Dios, si vosotros mismos decís que todo lo sabe y que todo lo puede? ¿Vais a exigirme que cada vez que quiera hablaros mande a Jesús para que lo clavéis en un madero?
24. De cierto os digo, que ni vosotros mismos os dais cuenta de cómo queréis que me haga sentir en vosotros.
25. Para complaceros os digo, que si no queréis que me sirva de materias pecadoras para entregaros mi amor, mostradme un justo, un limpio, presentadme uno que entre vosotros sepa amar y os aseguro que me serviré de él. Comprended que me sirvo de pecadores, para atraer a los pecadores, porque no vengo a salvar a los justos, ellos ya están en el Reino de la Luz.
26. Sois pecadores; pero Yo no desprecio ni olvido a nadie, a pesar de que vosotros creáis lo contrario. ¿Por qué os habéis hecho tan ciegos, que todo lo queréis juzgar en un instante de vuestra vida material? Sois vosotros los que os despreciáis y os olvidáis de vosotros mismos, por eso es que os sentís débiles y fatigados.
27. ¿Creéis que me olvide de mis criaturas muy amadas, aun cuando éstas sean desobedientes, si siempre me necesitan y me llaman?
28. Mucho pecáis y delinquís y mucho me habéis olvidado; pero infinitamente más grande que todas las faltas de vuestra existencia, es mi amor de Padre para todos mis hijos.
29. Mas, debo seguir hablándoos de mi manifestación, para que os libréis de todas vuestras dudas.
Muchos de vosotros aceptáis lo que os han dicho mis iluminados, a saber que Dios les hablaba por medio de las nubes, del fuego, del agua, del viento, y os pregunto: ¿Qué os parece más justo, hablar al hombre por medio de estos elementos o por medio de él mismo?
30. ¿Dónde está vuestro análisis que no os sirve para comprender las lecciones más sencillas?
31. ¡Oh, varones y mujeres del mundo que habéis olvidado en vuestras ciencias lo único que puede haceros sabios y felices; os habéis olvidado del AMOR que todo lo inspira, del AMOR que todo lo puede y todo lo transforma! Vivís dentro del dolor y de las tinieblas, porque al no practicar el AMOR que os enseño, origináis vuestro sufrimiento material o espiritual.
32. Para descubrir y comprender mis mensajes, necesitáis primero ser bondadosos y mansos de corazón, virtudes que existen en todo espíritu desde el instante de su formación. Mas para llegar a sentir el verdadero sentimiento elevado del amor, necesitáis espiritualizaros, cultivando vuestros buenos sentimientos; pero todo lo habéis querido tener en la vida, menos Amor espiritual.
33. En todo instante vibráis mental y espiritualmente, pero las más de las veces inspiráis egoísmo, odio, violencia, vanidad, bajas pasiones, herís y sentís cuando os hieren, pero no amáis y por lo tanto no sentís cuando os aman, y con vuestros pensamientos insanos vais saturando de dolor el ambiente en que vivís, llenando de malestar vuestra existencia. Por eso os digo: Saturad todo de paz, de armonía, de amor, entonces seréis felices.
34. El amor siempre ha existido en el Espíritu del Creador, por lo tanto debéis comprender, que también de él han sido dotados todos los espíritus.
35. Ahora, a pesar del adelanto de vuestra civilización, os habéis alejado cada vez más de la naturaleza material, así como también de lo espiritual, de lo puro, de lo que es de Dios. Por ello, en cada etapa de vuestra vida vais cayendo en mayor debilidad, en mayor amargura a pesar de vuestros deseos de llegar a ser más fuertes y dichosos cada día que pasáis en la Tierra; mas daréis un paso en el cumplimiento de mi Ley, ¡oh, pobladores del mundo!
36. El Maestro que os ha hablado en todos los tiempos, viene ahora a explicaros su enseñanza por medio de estas lecciones, manifestándose en palabra, en intuición e inspiración; despertando así a vuestro espíritu a la luz de los tiempos venideros, para entonces tendréis la inspiración divina en diversas formas cada vez más elevadas y perfectas para vosotros.
37. Hoy he venido a recordaros que debéis de amaros como Jesús os enseñó. Os recuerdo a Jesús porque en Él fue la encarnación del Amor Universal.
38. En los tiempos de Moisés, le fue dada al pueblo una ley de justicia que decía: “Ojo por ojo y diente por diente”. Dicha ley, que hoy os parecería monstruosa y vengativa, era, sin embargo, justa para los hombres de aquellos tiempos.
39. Tiempo después cuando me humanicé en Jesús, me oísteis decir y escrito quedo, que: “Con la vara que midieseis seríais medidos”. Ante esa palabra algunos han preguntado: “¿Si en esa frase existen el amor, la caridad y el perdón que Jesús predicaba?”
40. Tiempo es que Yo mismo os explique el por qué de aquella ley del Primer Tiempo y el por qué de aquella frase de Jesús, porque muchas de mis lecciones he tenido que dároslas por partes a través de los tiempos.
41. En el principio, cuando las fibras del corazón del hombre eran insensibles al sentimiento del perdón, de la caridad y la tolerancia, aún adormecidos en su espíritu; fue necesario que el hombre se protegiese a sí mismo al igual que sus posesiones, amparado por una ley que le diera derecho a usar su fuerza en defensa propia. Como veis, eran preceptos y costumbres primitivas en un pueblo destinado, como todos los pueblos, a evolucionar.
42. La Ley emanada de la palabra de Jesús, llego más tarde a iluminar la vida de los hombres y os dijo: “Amaos los unos a los otros”. También os reveló que: “Con la vara que midieseis seríais a vuestra vez medidos”, con lo que os dio a entender el Maestro, que aquella justicia que por mano propia se había hecho el hombre, pasaba a ser derecho exclusivo de la Justicia divina. Entonces el hombre supo que según juzgase, así sería juzgado por Dios, y que según sembrase en la Tierra, así sería la cosecha que recogiera en el Más Allá.
43. El hombre entonces detuvo su mano homicida, el malvado muchas veces desistió de sus perversas intenciones y el que intentaba hurtar, sabía y sentía que una mirada desde lo infinito lo contemplaba y un juicio desde ese instante le aguardaba.
44. Los siglos han pasado y los hombres conociendo algo más de la divina justicia, aún no han llegado a comprender la verdad y muchas veces se han confundido, llegando a creer que si han pecado gravemente en la Tierra, inexorablemente tendrán que presentarse ante el tribunal de Dios, para recibir un castigo eterno; a lo cual os pregunto: ¿Qué propósito de arrepentimiento y de cumplimiento a mi Ley podrá surgir en quien de antemano se considera perdido? ¿Qué esperanza podrá albergar el que parta de este mundo, sabiendo que las faltas de su espíritu serán eternas?
45. Fue necesario que Yo mismo viniese a apartar de vosotros las tinieblas de vuestras erróneas interpretaciones, y aquí me tenéis.
46. En Jehová creísteis ver a un Dios cruel, terrible y vengativo, entonces para sacaros de vuestro error os envié a Cristo, su divino Amor, para que, conociendo al Hijo, conocieseis al Padre y sin embargo, la humanidad ignorante y envuelta de nuevo en su pecado, cree ver un Jesús airado y ofendido que sólo espera la llegada en espíritu de quienes le han agraviado para decirle: “Apartaos de Mí que no os conozco”, y luego enviarlos a padecer los más cruentos sufrimientos en la eternidad.
47. Tiempo es de que comprendáis el sentido de mis enseñanzas para que no os confundáis; mi Amor divino no os impedirá llegar a Mí si no restituís vuestras faltas, será el juez inexorable de vuestra Conciencia quien os diga, que no sois dignos de penetrar al Reino de la Luz.
48. Aquí me tenéis nuevamente humanidad, en Espíritu, como os lo prometí.
49. Mirad la Luz del Espíritu de Verdad cómo ilumina y despierta a los que habitan en las tinieblas.
50. A los que presencian esta manifestación les digo: Escuchad con atención mi palabra, porque ella viene a abriros sendas de luz y a esclareceros la verdad que debéis de conocer.
51. Cierto es que en la vida es menester saldar toda deuda ante Dios, mas el pago, el tributo o la ofrenda que me deis, en realidad no es para Mí, sino para quien me lo ofrece.
52. Si me ofrecéis pureza, ella será en beneficio vuestro, si me presentáis obras meritorias, ellas serán las galas que enaltezcan a vuestro espíritu ante mi presencia. Si pecáis y luego os arrepentís y reparáis vuestras faltas, la paz del espíritu y la dicha que existe en el que practica el bien, serán vuestro galardón.
53. Si muchas veces permito que apuréis el mismo cáliz que disteis a vuestros hermanos, es porque hay quienes solamente así comprenden el mal que causaron. Y pasando por la misma prueba que hicieron pasar a otros, conocerán el dolor que hicieron sentir, ello hará luz en su espíritu y hará brotar la comprensión, el arrepentimiento y por consiguiente el cumplimiento a mi Ley.
54. Mas si queréis evitar pasar por el dolor o apurar el cáliz de amargura, podéis lograrlo saldando vuestra deuda con arrepentimiento, con buenas obras, con todo lo que vuestra Conciencia os diga que debéis hacer. Así saldaréis alguna deuda de amor, devolveréis una honra, una vida o la paz, la salud, la alegría o el pan, que alguna vez hubieseis robado a vuestros hermanos.
55. Ved cuán distinta es la realidad de mi justicia, de aquella idea que os habíais formado de vuestro Padre.
56. No olvidéis que si he venido a deciros que ninguno de vosotros se perderá, también de cierto os he dicho, que toda deuda deberá quedar saldada, y toda falta borrada del Libro de la Vida.
57. A vosotros toca elegir el camino para llegar a Mí. El libre albedrío aún es vuestro.
58. Si preferís la ley del Talión de los antiguos tiempos, como aún la están practicando los hombres desde sus orgullosas naciones, ved sus resultados.
59. Si queréis que la vara con que medís a vuestros hermanos, os mida también, ni siquiera esperéis vuestra entrada en la otra vida para recibir mi justicia, que aquí cuando menos lo esperéis, os veréis en el mismo trance en que pusisteis a vuestros hermanos.
Mas si queréis que una ley más elevada, venga en vuestra ayuda, no sólo para libraros del dolor, que es lo que más teméis, sino también a inspiraros los nobles pensamientos y buenos sentimientos, orad, llamadme, e id luego a vuestro camino a luchar para ser cada vez mejores, para ser fuertes en las pruebas, en una palabra, para llegar a pagar con amor la deuda que tenéis con vuestro Padre y con vuestros Semejantes.
60. El llamado de amor que ahora escucháis por medio de los labios de los portavoces, es precursor de grandes acontecimientos para la humanidad. Estos mensajes son destellos de la sabiduría que en el futuro se manifestará a los hombres. Es el principio del despertar de todos los espíritus. Es la preparación para la Era de la Espiritualidad, el tiempo en el que os redimiréis en el amor de vuestro Padre Celestial.
61. Mi paz sea con vosotros.