El símbolo del 666 y otros…

1-13-49
Nuestro Padre-Maestro nos recomienda que a Sus parábolas, metáforas, Su palabra en sentido figurado le demos una interpretación espiritual. Sino lo hiciéramos así, caeríamos en grandes errores al darles un sentido material. Cristo es quien viene a darnos la interpretación acertada de las cosas espirituales, y lo que nos dice, es que por ejemplo el dragón y la bestia, el anticristo no son personajes materiales a presentarse en un futuro cercano a la humanidad. Ellos representan a nuestro espíritu, a nuestro corazón,… al Templo que perteneciendo a nuestro Padre, nosotros le hemos dado cabida a otras fuerzas, o otros poderes que no pertenecen a la luz, como al amor y a la virtud.
Cristo es el amor; el anticristo como bien nos explica es todo aquel que no ama. Así que en esta morada llamada Tierra hay millones de anticristos. Hemos dado cabida al dragón que es y habita aún en nuestro corazón, ese dragón se levanta, se erige y se aposenta en el Templo que es de nuestro Padre. Allí a tomado lugar para blasfemar en contra del amor que debía estar entre los hijos de Dios. La bestia representada por el materialismo de nuestro espíritu, pues así de las veces es con su hermano y Semejante, no se muestra espiritual sino materializado. Otras fuerzas gobiernan su voluntad, su consciencia, su pensamiento,… es el espíritu que se ha doblegado a lo del mundo. Que prefiere la voluntad del hombre y hacer de lado la voluntad divina. Es el César que ha esclavizado nuestro ser, al cual le hemos dado todo; él se ha apoderado de nuestro ser espiritual, tal como lo declara nuestro Padre en Su enseñanza.
¿Qué es el 666? Todo lo anterior, es la marca del dragón, de la bestia y el anticristo que como sello impreso están todavía en nuestro espíritu. Es marca de hombre, donde el hombre se esclaviza por el mismo hombre, se tienta, se blasfema y se adora.
Lo que no entiende nuestro espíritu que por la fuerza del hombre, siempre encontrará quien sea más fuerte que él mismo. Siempre encontrará alguien más fuerte que le domine, le avasalle, le imponga, le condicione. Le diga como actuar, que decir, que pensar, donde llevar su voluntad. Es el número de César, que al tiempo tras tiempo esclaviza como señor a nuestro espíritu. Todos llevamos en algún sentido el 666 en nuestro ser… ya que hemos sido condicionados en nuestra forma de pensar y actuar. Poderes grandes se han apoderado de la voluntad del espíritu, le dicen que pensar, como obrar en su existencia material y espiritual… Sí, todos llevamos ya el 666 como marca en nuestras manos y en nuestra frente, ya que no es la voluntad divina de nuestro Padre quien gobierna en este mundo, sino la fuerza del César que se ha impuesto en nuestra voluntad espiritual.
¿Qué número representa a nuestro Padre? El siete. El siete es símbolo de perfección, de Espiritualidad, de lo santo… Y hay que recordar que en las Escrituras los hijos de Dios llevarán el sello de Dios. Todos en algún momento de nuestra evolución y por nuestros méritos espirituales dejaremos la marca del 666, para colocar otro… el sello del Dios Vivo, será cuando la humanidad, nuestro espíritu refleje la voluntad y la luz de su Dios.
No será eterno que el espíritu ceda a la tentación y a las fuerzas opuestas a la luz. Es destino nuestro, tener por gloria el Sello de Dios. Todo nuestro ser tendrá reflejo de voluntad divina, del Reino de la Conciencia.
Hoy nuestro ser se purifica en el Sexto Sello, pues es la etapa donde nuestro espíritu aún tiende a servir al César, y en él al dragón, a la bestia y al anticristo. Es el dolor nuestro cáliz. Mas llegará el Séptimo Sello y con él la beatitud espiritual. Este mundo será morada de espíritus evolucionados por la experiencia, pero mucho más importante elevados por el amor y la luz. De cierto esta morada tendrá por título el Pueblo de Dios, entonces el hombre y Él serán uno, hasta conquistar ya en el Valle espiritual, otro galardón, ese será… nuestra perfección espiritual, aún muy lejano, pero por destino es y será.

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