Enseñanza 203

1. Bienvenidos seáis los que queráis ampliar vuestros conocimientos para descubrir lo más elevado en vuestro ser.

2. Felices y bienaventurados sean los que quieren ver con claridad, mas de cierto os digo, que no podréis lograrlo hasta que hagáis el esfuerzo de quitaros la venda que cubre vuestros ojos.

3. El hombre se ha hecho doblemente culpable, no solamente porque no hace ningún esfuerzo para que caiga la venda que le impide el conocimiento de las enseñanzas más elevadas, sino porque no se ha desligado de los lazos de la materia que le llevan a los placeres corporales, en oposición a los placeres espirituales; y es por eso que se ha esclavizado bajo el imperio de las pasiones, dejando que su espíritu se asemeje al paralítico que nada hace por sanarse.

4. En todos los órdenes contemplo frágiles a la mayoría de los hombres; por doquier encuentro solamente al hombre débil, ¿y esto en qué consiste? En que no tenéis el valor y la fuerza de voluntad suficiente para salir de la inmundicia en que os encontráis, de la pereza que forja los lazos que atan a la materia, y esto es el principio de todos los vicios, de todos los errores.

5. El hombre no quiere hacer uso de esa potencia de que ha sido dotado, que es la voluntad.

6. La voluntad que debe ser la legisladora absoluta, que debe erigirse en directora, y, ayudada de la razón, luchar potencia contra potencia, imperio contra imperio, por una parte las pasiones y los deseos, por otra la razón y la voluntad, hasta que éstas últimas ganen la batalla y podáis decir que estáis liberados.

Entonces podréis ser los grandes profetas, los grandes iluminados; entonces podréis vivir con las fieras y jugar con los reptiles; porque en verdad os digo, que son las faltas que os cubren las que hacen que vosotros temáis a esos pequeños hermanos vuestros, y es por esto también, que ellos os atacan. Mas si os ponéis a observar a los hombres, encontraréis que hay hombres que son más feroces que los tigres y que tienen más ponzoña que la cobra.

7. No creáis que los profetas de la antigüedad hayan logrado hacer prodigios porque ya venían predestinados para ello; no, es que ellos lucharon hasta vencer y fueron verdaderos trabajadores del Templo.

Mas en verdad os digo: Aquel que más se esfuerza por alcanzar la verdad, está expuesto a errores y pasiones, pero vosotros poseéis la luz que os ilumina, que es la fuerza divina, la naturaleza inmortal y pura, la esencia indestructible que todo lo vivifica y lleva al hombre a la más alta felicidad; esta esencia indestructible es el elemento puro que todo hombre posee, pero él se ha envenenado con los goces terrenales y es por esto que esta esencia indestructible, ese ser inmortal se cubrió de la vestidura mortal y se sacrificó voluntariamente. Pero con la fuerza que posee, restaurará poco a poco la dignidad del hombre mortal y éste buscará los goces del fruto inmortal, dejando para siempre de perseguir los goces perecederos que proporciona el mal fruto.

8. ¿Y qué necesitáis para lograr todo esto? Saber cómo usar vuestra fuerza y energía, trabajar como verdaderos obreros del Templo para que podáis vencer y dejar caer la venda que cubre vuestros ojos, para que podáis ver con claridad y no piséis en falso ni vayáis a tientas.

9. Yo os he venido hablando de lo que llamáis misterios, pero debéis analizar detenidamente mi palabra para percibir la luz plena.

10. Quiero que comprendáis esta gran verdad, que ni Dios ni la Naturaleza tienen misterios para el hombre; es la flaqueza, la debilidad ante las lecciones divinas, lo que ha incapacitado al hombre para practicar la verdadera Ley; por ello va de aquí para allá, de un lado para otro sin comprender nada, sin sentir nada, sin saber que Dios está en la Conciencia del hombre, siempre vibrando en su provecho.

11. La verdadera Ley significa: Perfeccionamiento, porque, ¿de qué os sirve decir que practicáis una u otra religión?; ¿de qué os sirve decir que creéis en Dios, si vuestras obras, vuestros pensamientos, dicen todo lo contrario? Día llegará en que os heredaré mi gloria, para que veáis que Yo soy en el Padre y vosotros en Mí y Yo en vosotros; y esta alianza se llamará la Alianza de la Paz. Entonces se cumplirá la Ley, reconoceréis al Padre como único Señor, no habrá distinción del uno para el otro, porque todos os amaréis como un solo hombre, como un solo ser; y si queréis, si vosotros amados míos hacéis el esfuerzo, si deseáis ser los verdaderos trabajadores del Templo, hoy mismo podremos establecer esa Alianza de Paz.

No creáis que necesitéis dejar este planeta para establecer esa alianza; no, lo que necesitáis es voluntad.

La mesa está puesta y Yo os invito para sentaros; venid y tomad vuestros lugares, dejadme conduciros, serviros; tomad Conmigo el pan de la verdad, iluminados con la luz más elevada como hijos de Dios que sois. Yo os invito, venid Conmigo, entonad Conmigo esta alabanza: “Gloria a Dios en las alturas y que la Alianza de la Paz se establezca ya en la Tierra”. Recibid mi rocío benéfico, mi saturación; entregadme vuestras penas, dadme vuestras tristezas y no os acordaréis más de ellas.

12. Si vosotros pudieseis armonizar con el Concierto celestial, no os quedaría el menor deseo de volver a tomar el fruto envenenado, dejaríais que el ser inmortal brillara siempre en vosotros. ¿Queréis venir a la mesa, amados hijos míos? Esta puesta y Yo soy vuestro servidor, Yo soy el que os conduce, venid que os espero.

13. No seáis como los fariseos que se presentan al templo, a las sinagogas con el rostro demudado para que los hombres digan que han ayunado y luego dan rienda suelta a su maldad y materialismo; no, amados míos, vosotros debéis ser dentro del recinto, fuera de él y en vuestros hogares los mismos, siempre limpios como el agua pura, para que los que quieran atacar la Doctrina de Cristo, vean y digan, que en verdad mi Doctrina es buena, porque vosotros sois en vuestra vida pública y privada el espejo viviente de virtud, porque vais dejando en todas partes amor, verdad y bondad.

14. En este instante me acerco para contemplar a mi pueblo y escribir mi palabra en su corazón. Vengo a dejaros el recuerdo de mi comunicación a través de estos portavoces. Si meditáis, comprenderéis que ni un solo instante he permanecido en silencio; que Yo, el Verbo, he hablado y conversado siempre con vosotros. Mi voz, que en muchas formas hago llegar a los hombres, ya sea a su razón, a su Conciencia o a su corazón, es aliento, fortaleza, esperanza, inspiración y a veces juicio.

15. También os digo: En todos los tiempos los hombres me han buscado espiritualmente, unos con mayor ahínco que otros.

16. No todo lo encontraréis en la Tierra; existen conocimientos y revelaciones que Yo me reservo, para que al buscarlos, me encontréis. Nunca os he negado mi amor, mi caridad, llegando hasta concederos aquello que vosotros sabéis que no os conviene, con el fin de que os convenzáis por vosotros mismos de vuestro error al pedirlo.

17. Este tiempo de manifestaciones espirituales y de Palabra divina ha sido un festín, un banquete, al cual fuisteis invitados para hartaros de sus manjares. Quien llegó desnudo, encontró vestiduras dignas para cubrirse.

18. Después de grandes jornadas y luchas pudisteis llegar bajo la sombra del Árbol corpulento, donde habéis reparado vuestras fuerzas y aprendido a vencer las asechanzas de la tentación, que a cada paso os invita a dejar el camino. Así vais aprendiendo a ser los buenos discípulos.

19. He aquí por qué después de entregaros mi enseñanza, os encuentro fervientes, dispuestos a seguir luchando por esta causa. Habéis comprendido vuestra responsabilidad, vuestra obligación de dar a conocer esta Obra con la limpidez y pureza que ella tiene. Ya reconocéis que si trabajáis con el celo, mansedumbre y amor, habéis apartado del camino de los hombres muchos abrojos y espinos. De distintos puntos de la Tierra habéis acudido a este llamado para convertiros en soldados y discípulos.

20. Hoy venís a demostrarme vuestra fidelidad para seguirme, a ofrecerme el fruto de vuestra labor que sólo Yo conozco. Sólo Yo sé quiénes fuisteis, quienes sois y quienes seréis mañana. Sois los que llegasteis con hambre de hacer buenas obras, sedientos de amor y de ser amados, y el Padre os recibió, mitigó vuestra hambre y os convirtió en sus siervos.

21. Cuando habéis conocido y sentido mi divino Amor, todo cuanto ha encerrado vuestro corazón y ocultado al mundo, me lo habéis confiado en una confesión profunda. Vuestro arrepentimiento por faltas cometidas ha sido verdadero, porque vuestro espíritu antes se iluminó con mi luz.

22. Quiero que estéis preparados, que ese pacto de amor que con mi Divinidad habéis hecho, lo honréis con vuestras obras y vuestro recogimiento al volverme a escuchar, porque si ahora me habéis tenido cual Padre, he de venir sobre vosotros cual Juez.

23. A nadie quiero sorprender durmiendo, porque despertará tardíamente y tendrá que llorar.

24. Sólo tres años más podréis escuchar esta palabra; ella os ha doctrinado incesantemente. ¿Cuándo seréis maestros? ¿Podréis quedaros en mi lugar, para seguir sustentando a las muchedumbres? Hoy mi palabra es como un toque de alerta, porque habéis penetrado en el tiempo de la culminación de mi palabra.

25. Os he acercado para que os unáis en espíritu, para que os levantéis con firme propósito de cumplimiento y os estrechéis en un abrazo fraternal.

26. Comprended que todos sois iguales, que no haya entre vosotros señores ni superiores; quiero que todos seáis servidores de mi Causa. Ved que la historia de mi palabra está quedando impresa por aquellos a quienes he nombrado Plumas de Oro, y no quiero que a través de esos escritos las generaciones venideras descubran divisiones entre vosotros; tampoco vosotros lo habréis de querer. Dejadles vuestros ejemplos escritos con obras, y ellas se levantarán, como vosotros también encontrareis estímulos entre vuestros propios hermanos.

27. Yo he descendido a dar mi caricia a todos, a cubrirles con mi manto, mas esta humanidad ha permanecido insensible y sorda. Le he hablado por medio de prodigios, y ante ellos no se ha doblegado. Le he hecho sentir mi justicia y de mi justicia ha huido. Os hablo a vosotros con palabra de amor, para que deis testimonio, y vosotros no habéis dado la Buena Nueva, ni aquellos han presentido el tiempo en que se encuentran. Todos tenéis en el espíritu los mismos atributos, mas a unos les preparo como enviados y a los otros les preparo para que los reciban.

28. Id como labriegos, siempre sujetos a mi voluntad, conservaos preparados, porque si no lo estuvieseis, llevaréis vuestras manos vacías, cuando han sido colmadas por mi Divinidad.

29. He puesto mi Obra perfecta en manos de pecadores, mas ésta no es razón para que vosotros no la podáis manifestar. Si sois indignos, mi amor os dignifica y os da los medios para que os améis y os salvéis unos a otros.

30. Si soy poderoso, quiero que mis criaturas no sean menesterosas, y entonces derramo mis tesoros y bondades en manos pecadoras, para que ellas a su vez se abran y se desborden en los demás.

31. Bienaventurado el que ha podido entregar todo lo que ha llevado en su espíritu, porque el que ha sido incrédulo, egoísta o necio, ni siquiera ha conocido lo que en sí ha llevado. Sed hombres de fe, para que resucitéis Lázaros y hagáis ver a los ciegos.

32. Si por querer saber qué tanta verdad encierra mi palabra, la ponéis en práctica para sujetarla a prueba, no será a ella a la que probéis, sino a vosotros mismos, porque si no tenéis fe en lo que decís o hacéis, ¿qué fe podrán tener los demás en vosotros? Debéis ser como un espejo en el cual vuestros hermanos se puedan contemplar y reconocer que sois mis emisarios.

33. Desempeñad vuestra misión y cuando lleguéis al final, os encontraréis ante una gran puerta cerrada que podrá abrir vuestra mano porque ella tendrá la llave. Detrás de esa puerta estoy Yo esperándoos. La llave ajena no os servirá para abrir la puerta, ni tampoco podréis pasar del primer al tercer peldaño en la Escala, sin antes haber estado en el segundo, porque los siete peldaños de ella significan el camino de Perfeccionamiento espiritual, que todos tenéis que recorrer.

34. Hago de todos un solo corazón, para dejaros formando una sola voluntad y un solo ideal.

35. Os habla en este instante Aquél que os ha dado leyes y mandatos desde el principio de los tiempos, para que caminéis con rectitud y elevación y deis la mano a los que debilitan; mas vuestros frutos son escasos y aun no os habéis alimentado con la esencia de ese pan que os he ofrecido siempre y que es amor, es bien y caridad. Calláis mis revelaciones y guardáis para vosotros vuestros dones; y el espíritu de los hombres se encuentra pobre y un día os reclamará, y no quiero que sintáis el rigor de su juicio, cuando sepan de vuestra responsabilidad. Trabajad y Yo multiplicaré vuestra simiente.

36. Es verdad que lleváis sobre vosotros una cruz muy pesada y que pesan sobre vosotros los cargos, la penitencia y el juicio; si no cumplís, sentiréis mucho mayor vuestra responsabilidad.

37. Para este tiempo, la Buena Nueva debería haberse extendido y ser mucho mayor el número de mis discípulos. ¿En dónde están los enfermos que habéis sanado y los pecadores que habéis convertido? El cargo que os doy no es superior a vuestras fuerzas y capacidad. Vuestra cruz es semejante a la mía, cruz de abnegación, de sacrificio. Llegaréis a Mí con el corazón traspasado de dolor por la incomprensión de vuestros hermanos, pero en paz Conmigo y satisfecho de vuestra obra.

38. Sobre estos guías que miráis que son hermanos vuestros, se levanta Elías, iluminando e inspirando vuestro espíritu, y María, vuestra Divina Madre también presenta a sus criaturas y las acerca a Mí, para que haya siempre comunión entre el Padre y el hijo.

Es María vuestra constante Intercesora. Ante Ella, todos sois pequeños y tiernos niños y, ¡cómo derrama su llanto cuando los hijos muy amados pecan! En verdad no conocéis su amor y sus cuidados, y no habéis consolado su Espíritu de Madre. Mi justicia muchas veces se ha detenido por su intercesión, mas no creáis que en Ella haya una voluntad opuesta a la mía, porque es parte de mi Espíritu Divino. María representa mi Ternura y es ejemplo de Amor Maternal.

39. Todo el que se prepare en este tiempo con oración y buena práctica de mi Doctrina, se verá libre de los elementos desatados. Yo os invito a orar y a todos os doy la oportunidad de poneros a salvo; mientras los elementos purifican y reducen al orden a los desobedientes, vosotros permaneced velando y trabajando, orando por vuestros hermanos.

40. Mucho os he pedido la unificación, para que llevéis al mundo una sola enseñanza. Porque si os dividís, tendréis grandes pruebas y vuestra restitución será mayor, porque conociendo mi voluntad y vuestra delicada misión, os habréis apartado de mis preceptos. Uníos, permaneced como un solo espíritu y una sola voluntad. Amaos los unos a los otros.

41. Estáis en mi presencia y os avergonzáis por vuestra falta de cumplimiento; venís desnudos de obras buenas y habéis perdido la vestidura de gracia con que Yo os he engalanado. No habéis atendido mis mandatos, atribuyéndome imperfección, porque os he dado órdenes por conducto del hombre. Juzgáis que el ser humano no es capaz de transmitir la Palabra divina y Yo os estoy probando que mi determinación es justa. El hombre posee mi Espíritu y está capacitado para comprenderme; por lo tanto Yo lo he convertido en portavoz, y de él me estoy sirviendo para comunicarme con el mundo.

42. Lleváis en vuestro espíritu un libro, en el cual habéis escrito vuestras obras a través de las distintas reencarnaciones que habéis tenido en la Tierra, y en el tiempo presente, tiempo de justicia, os he enviado a unos a restituir y a otros a cumplir una delicada misión. Os he elegido entre grandes porciones de seres, para llevar a cabo una Obra de Depuración, una Obra de Regeneración y Elevación espiritual entre la humanidad.

43. El mundo se preguntará, ¿por qué os he escogido torpes y pecadores? Yo os digo, que el destino de todos los seres está en Mí. Voy a pulimentaros para hacer de vosotros mis apóstoles, y el cumplimiento os acabará de purificar.

44. Elías ha preparado vuestro entendimiento, para que pudieseis mirar con claridad el principio de la Sexta Etapa, el Sexto Sello desatado que ha traído gracia y luz para todo espíritu. Habéis tenido mi palabra sencilla y comprensible, esclareciendo misterios, abriendo sendas y haciendo luz en toda criatura. Muchas profecías habéis visto cumplirse, y ante tanta prueba habéis despertado y os estáis disponiendo a practicar mi enseñanza.

45. Os concedo la gracia de escucharme hasta el año de 1950, en que mis portavoces cesarán de transmitir mi palabra. A todos ellos les pido fraternidad y constancia en sus trabajos para que puedan transmitir con perfección mi enseñanza y para que tenga en todos los recintos la misma esencia, porque es un solo Maestro el que os habla. El mundo espera la Buena Nueva y mi voluntad ha sido escogeros para llevar hasta él este Mensaje.

46. Los gobernantes de vuestra nación no saben que hay en ella un pueblo escogido por Mí, que ora y vela por la paz y el buen entendimiento entre los hombres. Yo les preparo y permito que penetren entre vosotros, para presenciar mis manifestaciones y vuestra práctica.

47. Interpretad bien mis palabras y cumplir mis mandatos. No deis a las multitudes frutos de ignorancia o fanatismo, corregid las imperfecciones, haced sensible el corazón, y por vuestro cumplimiento Yo detendré los elementos que destruyen la vida y la tranquilidad de vuestros hermanos y la propia.

48. Un corto tiempo os concedo mi palabra; el tiempo señalado por Mí se acerca y es menester que estéis unidos. Guías y labriegos: Imitadme. Recordad que el Maestro para llevar a la culminación Su obra en el Segundo Tiempo, padeció y llevó a cuestas la cruz hasta el calvario. Sed humildes y aceptad vuestra misión. Vuestro dolor y llanto llega hasta Mí y se mezcla con el mío, llanto de amor y de dolor por la humanidad.

49. Haced obras de amor y caridad, guiad con celo y rectitud a las multitudes como es mi voluntad.

50. Preparaos, para que a la terminación del año de 1950 llevéis mi Doctrina al corazón de la humanidad y el pueblo se disperse en todas las naciones. Os doy fortaleza, porque después de este tiempo en que oís mi palabra, vuestro camino será escabroso. Yo os bendigo.

51. Mi paz es con vosotros en el instante en que me dais la bienvenida.

52. Yo sabré dejaros un recuerdo imborrable de esta manifestación y de esta palabra que por largo tiempo os he concedido.

53. Mi palabra os ha engalanado, mas nunca vayáis a hacer alarde de ello; sólo Yo sabré quiénes fuisteis, quiénes sois y quiénes seréis. Los que ante Mí llegaron con hambre y sed en el espíritu, calmaron su necesidad oyendo mi palabra y hoy son mis siervos. Estos siervos son los discípulos a quienes he mostrado la luz del Sexto Sello.

54. En este día os reunís llegando de distintas comarcas, porque mi voz se hizo oír en los espacios llamándoos a congregación.

55. No vengo a juzgaros ni a reclamaros; la Conciencia y la intuición son los que mejor os podrán decir la responsabilidad y el mérito de vuestras obras.

56. No creáis que sólo vosotros me amáis; en todos los caminos del mundo se encuentran los que me buscan, me siguen y me aman; pero sí quiero que al prepararos en mi enseñanza podáis servir de ejemplo a quienes me amen imperfectamente o con impureza; de cierto os digo, que en toda la humanidad están distribuidos los dones de profecía, de inspiración y de palabra.

57. No durmáis, que sólo tres años os restan para que dejéis de escucharme en esta forma. ¿Cuándo seréis maestros de esta enseñanza?

58. Os he reunido hoy para daros mi voz de alerta, para que os unáis en una comprensión de verdadero Amor espiritual y comprendáis que entre vosotros no quiero que existan ni señores ni vasallos. Mi palabra quedará escrita, pero mirad que no es mi voluntad que en ese Libro queden escritas vuestras imperfecciones.

59. ¿Queréis acaso legar a las futuras generaciones la historia de vuestros errores como un mal ejemplo?

60. Mi Obra es sagrada, es divina, y sin embargo la he venido a poner en manos pecadoras, porque los pecadores al sentirse acariciados, dignificados y perdonados por Mí, son los que con más amor, fidelidad y abnegación me siguen.

61. Además, ¿en dónde están los justos de esta Tierra?

62. A vosotros, discípulos, os digo: Prestad de vuestra parte toda buena voluntad para que Yo, a través de mis lecciones, os deje perfeccionados.

63. No dudéis de vosotros por vuestra torpeza, porque Yo puedo hacer hablar a las mismas piedras.

64. En vuestros caminos, en vuestra vida, existe una Escala que empieza en el hombre y termina en Dios; id por ella paso a paso hasta que podáis llegar al mismo seno del Padre, cuando vuestro espíritu alcance el grado de perfección más elevado.

65. Elías es como un faro que ilumina en este tiempo vuestro sendero, él os fortalece en las pruebas y os profetiza las que han de llegar.

66. Benditos sean los labriegos que en estos instantes guiados por su Conciencia escuchan mi palabra, porque ellos son los que en su camino han sabido sembrar salud, paz y alegría.

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